El gran Burrete
¿Yo señor? Sí señor. ¡No señor! Finalmente, el Burrito Ortega no vendrá a River después de un jueves de miles de noticias contrapuestas. Aguilar bajó el regreso por el alto costo y desde Núñez sostuvieron que no era cierto que Carlos Avila lo cediera gratis.
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-¿Yo, señor?
-Sí, señor.
-No, señor.
-Pues, entonces, ¿quién no quiso que Ortega vuelva a River?
¿Avila? ¿Aguilar? ¿Vila? ¿Grinberg? ¿Ortega? No, si hay alguien que no tiene culpa es el Burrito, el gran perjudicado de esta historia, el que tiene motivos de sobra para enojarse por el manejo de la situación (ver "Juegan con…), el que quiso, quiere y querrá verse vestido de blanco y con la franja roja cruzada en su pecho, sin importante el número que cargue en su espalda. Otra vez su regreso anticipado --el que el miércoles por la noche parecía concretado-- se quedó en un amague y no de ésos con los que el jujeño hace delirar a los hinchas de River, que ahora deliran de bronca porque el ídolo se queda en Mendoza.
¿O hay alguna chance de que hoy, antes de que a las 20 horas cierre el libro de pases, el nombre de Ariel Arnaldo Ortega figure como uno de los inscriptos por River? Es tan raro todo lo acontecido que nadie se animó a asegurar que sí o que no, aunque lo lógico a esta altura es que no, que se terminó, que el Burrito jugará en Independiente Rivadavia hasta el 30 de junio, día en que finaliza el préstamo que se acordó cuando Diego Simeone le bajó definitivamente el pulgar y obligó a los dirigentes a exiliar al ídolo. La ida anticipada del Cholo permitió el intento de un regreso prematuro. Lo buscaron en diciembre y hasta le aseguraron a Gorosito que sería parte del plantel, pero el 1.500.000 dólares que los mendocinos pidieron como resarcimiento enterró la chance. El baile ante los pibes de Boca en Mendoza provocó un último manotazo que terminó de una forma poco clara y mal para River.
El capítulo del miércoles terminó con un cruce televisivo en el que Carlos Avila (el empresario que había acordado pagarle a Daniel Vila para que liberara al jujeño) le aseguró a Héctor Grinberg (tesorero del club) que le daba “gratis” al jugador. Mientras tanto, los voceros de Aguilar transmitían toda la bronca del presidente con el candidato a presidente y hasta anunciaban el inicio de una demanda judicial. La historia continuó ayer con un llamado del tesorero de River al presidente de Independiente Rivadavia en el que le pedía el envío de los derechos federativos y “hasta acordamos realizar una conferencia de prensa en conjunto para anunciar la operación”, confirmó Vila.
Más tarde, el propio Aguilar fue quien se puso al frente de la negociación desestimando los contactos que había realizado Grinberg. Entonces, se comunicó con Vila y le dijo que querían recuperar a Ortega, pero sin nadie en el medio. Claro que para hacerlo de esa manera se necesitaban ahora 800.000 dólares, poco más de la mitad de lo que le habían pedido en los últimos días del 2008. Sin embargo, un rato después, el presidente de River volvió a marcar el mismo número de teléfono para avisar que “desistimos de la operación”.
¿Cómo se entiende? Acá es adonde aparecen las versiones contradictorias. Oficialmente, desde Núñez explicaron que el club no podía hacer semejante erogación y negaron que sea cierto que Avila lo hubiera cedido gratis sino que el ofrecimiento del empresario era ser una especie de prestamista, por lo cual a la larga tenían que desembolsar lo mismo que exigía Independiente Rivadavia. Avila, en cambio, reiteró que él estaba dispuesto a ser el nexo entre los clubes y no recibir un peso, “pero ayer nadie me llamó”. Y encerrado únicamente en la mirada de la política interna de River, opina que quedó “tan bien parado como si el regreso del Burrito se hubiera concretado”. Y Vila le puso punto final a la historia: “Le dije a Ariel que no atienda a nadie más por teléfono. Que piense sólo en Independiente hasta junio y que después será libre de hacer lo que quiera”.
Así, los grandes perjudicados fueron el ídolo y quienes lo idolatran. A Ortega y a los hinchas no les alcanzará con tener a alguien para culpar porque hoy sigue en Mendoza. Tampoco les interesaba saber quién lo traía. Lo único que les importaba era encontrarse en Núñez.
Y eso no pasó.
“El error más grande fue haber dejado ir a Ortega”
El Muñe se hizo la revisión médica y cumplió su sueño de volver a River. Cuestiona que el Burrito no esté, pero se ilusiona: “Vengo por la gloria”.
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Nahuel estaba enloquecido. Sigue en Estados Unidos y es el más contento de todos. Quería ver a su papá en el club del que es hincha, je". Marcelo Gallardo imagina lo eufórico que debe estar su hijo mayor en Washington y se contagia el entusiasmo. Recién llegado de la revisión médica en la clínica Rossi, el Muñeco se desarma en un sillón y, entre confidente e ilusionado, se abre a solas con Olé.
-¿Calmaste la ansiedad?
-Estaba muy tranquilo. La semana pasada, cuando la gente de River se puso en contacto conmigo, fue una alegría muy grande. River fue la prioridad a partir de que tenía ganas de volver al país. Hubo idas y vueltas porque no había podido resolver mi tema en Estados Unidos, me había operado y demás, y decidí esperar. Entonces me enfoqué en la recuperación, que era lo más importante.
-Mirá que el equipo terminó último…
-Ya lo sé, por eso el reto es uno de los más importantes de mi carrera. Hoy se ve todo negativo y eso me enfoca más en las ganas que tengo. Vuelvo para dejar todo por el club al que amo. Me queda ponerme bien y empezar a jugar. No vuelvo para ser el salvador de nadie, porque no lo soy. Vengo para dar una mano, para complementarme con el cuerpo técnico y con mis compañeros.
-No sos el salvador, pero para tus compañeros, tu presencia en el vestuario será un alivio.
-Ojalá pueda ser útil desde ese lado. Quiero dar una mano desde la humildad.
-Falcao te pidió. Ahumada, el capitán, se sumó al reclamo…
-Eso es muy rescatable. Es difícil en el fútbol de hoy que los jugadores salgan a reclamar algo como eso. No se estila. No hablé con ninguno de mis nuevos compañeros, pero me llena de satisfacción.
-¿Cómo estás?
-Estoy laburando duro. La verdad se verá dentro de la cancha. Pero te juro que estoy a full, con un entusiasmo terrible. Me saqué un gran problema de encima, que era lo de la pubialgia, algo que me limitaba, sobre todo en los últimos años. Ahora me siento muy bien, estoy en el final de la recuperación, cada vez mejor, y me entreno fuerte. Tengo ganas de revancha.
-¿Cómo viste a River a la distancia?
-¿Te confieso algo? Me da la impresión de que nunca me fui porque siempre seguí ligado de alguna manera. Eso pasa por sentirte parte del club, de la camiseta. Y en cuanto a lo que vi desde el exterior, creo que fue muy raro lo que pasó el año pasado. De vivir un momento muy difícil, como fue la derrota contra San Lorenzo, a levantarse y ser campeón. Eso habla muy bien de este plantel. Tuvo una fuerza anímica enorme para recuperarse. Pero…
-¿Pero?
-Pero salieron campeones y luego se vivió un semestre complicado. No sé qué habrá pasado, pero de ser campeón a último es difícil de explicar, es una cosa rara… Se termina yendo Ariel en un momento en el que había demostrado más que nunca que el equipo lo necesitaba… Cosas raras… Se va Simeone, que fue quien en definitiva no quería a Ariel, al último ídolo de la gente, y la gente lo terminó aplaudiendo…
-¿Cómo estás con Ortega? ¿Están peleados?
-Escuché que se decía eso. Sinceramente, con Ariel nunca tuve una discusión, nunca una pelea. Es bueno que me lo preguntes. Es más. River hizo mal en dejar ir a su máximo ídolo de los últimos tiempos. Fue el error más grande que se cometió. Por eso me sorprende que se hable de que estamos peleados. ¡Nada que ver! Me encantaría volver a estar dentro de una cancha con él.
-¿Te entusiasma Buonanotte?
-Diego demostró que está consolidado en Primera, lo que pasa es que necesita estar acompañado. Una de las cosas que River tiene que hacer es recuperar la confianza de Diego, es un jugador importante, demostró ser clave en el campeonato que River ganó. Pasa por un bajón futbolístico, hay que ayudarlo, hay que recuperarlo, va a ser importante para River.
-¿Intuías que se cumpliría el ciclo de Tuzzio tras el mal año futbolístico?
-Cuando hay malos resultados, siempre pagan los jugadores que son más referentes que otros. Lo de Eduardo me dio pena, pero son las cosas del fútbol. Son injustas, pero suceden. No hablé con él, pero imagino que Eduardo también necesitaba un cambio de aire. Esperemos que tenga un buen campeonato en Independiente, se lo merece como tipo.
-¿Cuando veías un superclásico por TV, te daban ganas de entrar?
-De afuera, uno sufre más. Adentro es todo más lindo, uno puedo vivirlo.
-¿Qué te dice el hincha?
-La reacción es buena, eso me motiva más, vuelvo para tomarme revancha de algunos malos momentos que he vivido. No vengo por venir o porque me siento querido, vuelvo por el desafío deportivo. Vuelvo por la gloria.
-Cuando te fuiste, después de que Passarella te dijera que no usaría enganches, te quedó una espinita que…
-¿Espinita? ¡Espinaza! Pero todo eso me fortaleció. Sin ninguna duda.
-¿Necesitabas irte? Además había pasado lo que sucedió con Merlo.
-A veces hay que irse para fortalecerse. Cuando me fui, que no estaba dentro de mis planes, pasó. De todo lo malo tomo cosas positivas. Hoy, después de dos años afuera, de estar en Francia y de haber hecho una experiencia en Estados Unidos que me enriqueció humanamente, puedo decir que todo fue una experiencia buena para aprender otras cosas, experimentar otro tipo de idioma, otras culturas.
-¿Con Passarella hay una charla pendiente?
-No, todo bien. Con Daniel tuve una charla frontal, nada para reclamar. Más allá de todo, rescato a las personas que te dicen las cosas frontalmente. Fue claro conmigo, más allá de su postura. Siempre dije y diré que fue uno de mis mentores futbolísticos y le estaré agradecido. No suelo guardar rencores. Y siempre es mejor decirse las cosas en la cara. Ahora estoy ilusionado…
-¿Cómo imaginás tu regreso al Monumental?
–Lo único que me interesa es ponerme la camiseta, ser útil y jugar bien.
-Y ganarle a Boca. Al menos, hoy Boca parece el paraíso y River, en cambio, un polvorín…
-Está instalado todo negativo en el entorno riverplatense: River viene de hacer el peor campeonato de su historia, se generaron dudas en los partidos de verano, pero yo quiero ver todo con optimismo, desde el lado positivo. Hay que cambiar lo negativo por cosas positivas. Todavía no empezó el campeonato, y River tiene la obligación de empezar a recuperar su mística ganadora.
Vote a Fabbiani
El Ogro avisó que tirará “más chiches que en Lanús y Newell’s”, pidió jugar con el ¡99! y hasta Felipe Solá lo candidateó para el 2011.
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El reposo del ¿nuevo ídolo? Esta tarde se someterá a la primera parte de la revisión médica. Llegará a préstamo por un año, cedido por el Cluj.
El tipo, con su movida inmensa, su deseo innegociable, la pasión en los ojos y el instinto en el corazón, cumplió su sueño.
“Es el momento en mi vida: siempre quise jugar en River…”.
Hizo de su deseo una bandera. Roja y blanca, como su corazón. Se plantó. Con errores, como reconoció, pero se plantó. Pudo quedarse sin jugar. Se puso la camiseta mucho antes de que su pase se cerrara. Gorosito lo señaló como un referente aun antes de llegar. Los hinchas se miraban incrédulos ante la postura de este punta que movía cielo y tierra para jugar en River (¡y en este River!) y hasta lo oían embelesados declarar que defendería a Falcao en caso de otro hipotético round con San Lorenzo.
Cristian Fabbiani, al fin, se siente pleno.
Y, se siente, se siente… “No me va a pesar la camiseta. ¿Cuál pediré? Si hace falta, juego sin número… Pero si la reglamentación me lo permite, me gustaría usar el 99”, contó anoche. Y regaló otra frase como para seguir empachando a la gente: “Voy a tirar más chiches que cuando jugaba en Lanús y Newell’s”. Belleza, Ogro…
¿Todo listo entre River y Newell’s? Sólo falta el apretón de manos. Rodolfo Cuiña y Héctor Cavallero viajaron ayer a Rosario y dejaron dos propuestas (ver De una manera…). La primera es que Salcedo forme parte de la negociación, algo que depende del paraguayo. La segunda es que Andrés Ríos (en el Sub 20) sea el punta que viaje a préstamo. Si no, Newell’s se quedará sin el pan y sin la torta. Por eso, cuando los directivos de ambos clubes se junten hoy en la AFA, habrá papeles que serán firmados y que le pondrán punto final al novelón del verano. Por la tarde, el Ogro se someterá a la primera parte (exámenes físicos) de la revisión médica y mañana por la mañana, en ayunas, cumplirá con los análisis clínicos. Luego, firmará su contrato, de un año de duración, cedido por el Cluj de Rumania.
Y el domingo estará en el Monumental. En la platea, claro. Pero será recibido como un ídolo. Por hinchas comunes y por los otros. Sucede que semejante movida generó que hasta Felipe Solá (noticia en diarios de interés general por su acercamiento a Macri tras su desvinculación del kirchnerismo) se tentó con hacerle un hueco en las boletas que se imprimirán para las elecciones presidenciales de 2011. “El político más hábil y más candidateable de este momento es Fabbiani. No existe otro. El tipo, sin pisar la cancha de River, ya puede hacer lo que quiere. Voy a ver si le podemos proponer algo para el 2011, que deje el fútbol y se dedique a la política”, bromeó (¿bromeó?) en No Somos Nadie, de la Rock&Pop, este hincha de River…
Barbosa ya se pone guantes
Es un club grande y a cualquier jugador le interesa llegar ahí. Por eso estoy muy contento y esperando la confirmación". Después de entrenarse (y casi despedirse) de sus compañeros de Estudiantes, Mariano Barbosa expuso sus sensaciones ante la inminente llegada a River, que se concretó por la tarde. Es un préstamo por seis meses con opción de compra (todavía no fue anunciada la cifra), que “se pagará con facilidades”, según le dijo un dirigente a Olé. Ahora habrá que ver si el joven de 24 años será anotado sólo para la Copa o también para el campeonato. Tras debutar en Banfield y pasar por el Villarreal y el Recreativo, llegó a Estudiantes, donde jugó un solo partido: 0-5 con el Argentinos de Gorosito por el último Apertura.
Jugá de Pipo
De ex enganche a enganche: Gorosito decidió cambiar el dibujo y confirmó que Buonanotte se ubicará como único conductor, un rol que asumió poco en Primera.
Cuando el telón se abra este domingo, a pesar de que los refuerzos sigan debajo del escenario, River mostrará una imagen diferente. Al menos, desde lo estético, desde la presentación, con un dibujo diferente a los utilizados en el verano y con Diego Buonanotte en su salsa, en la posición en la que siempre jugó en Reserva y en la que casi nada se mostró en Primera. Néstor Gorosito, enganche viejo y peludo, confirmó que el Enano abandonará el carril izquierdo que ocupaba con el machacado 4-4-2 estival y tendrá un rol protagónico, el de conducir, el de jugar de Pipo, mientras Gallardo y Ortega esperan.
De tan motivado, Buonanotte hasta convirtió el único gol del ensayo de ayer a la mañana, en el que los titulares (también ya avalados públicamente por el DT) derrotaron 1-0 a los suplentes. Desborde de Falcao, centro y arremetida del zurdo. “Fue la mejor práctica de fútbol que hicimos desde que estoy. Nos generó muchas expectativas. No les mentimos a los jugadores: si juegan mal, se lo decimos; y hoy (por ayer), hasta ellos mismos estaban contentos”, explicó Gorosito. Tanta efervescencia, sin embargo, no pudo ser cotejada por observadores imparciales, ya que el entrenamiento se hizo a puertas cerradas más allá de haberse anunciado que era abierto.
Talento precoz, aparición esperada, Buonanotte saltó a la Primera de la mano de Passarella, aunque el Kaiser siempre lo utilizó como doble enganche, generalmente cerca de Ortega, más Falcao de punta. Su explosión se produjo con la llegada de Simeone: como media punta por la izquierda en un 4-2-3-1, el Enano convirtió nueve goles en el Clausura en el que River terminó dando la vuelta olímpica. En el último semestre, sin embargo, el Cholo lo utilizó tres veces como único enlace en un dibujo tradicional, con resultados dispares: el zurdo fue absorbido por la marca en la derrota 0-1 en el superclásico disputado en el Monumental, fue volátil y vertical en el 2-2 frente a Chivas, que finalmente eliminó a River de la Sudamericana, y tuvo una regular actuación en un soporífero 0-0 frente a San Lorenzo.
“Va a jugar de enganche, en su posición natural, ahí, cerquita del área”, avisó Gorosito, en su momento un enganche de características muy diferentes a las de Buonanotte. Todavía Gallardo no está para jugar. Ortega al final parece que no vuelve. Entonces, con la expectativa renovada, para el Enano todo será como volver a empezar.
Mercado
Juan Mercier: Era la debilidad de Gorosito, pero no podrá ser. Argentinos pidió 1.500.000 dólares por la mitad de su pase y River lo consideró exagerado. “No la clava en un ángulo ni gambetea a cuatro, pero nos daría equilibrio y hasta puede jugar de líbero”, había dicho Pipo al mediodía. “Es muy difícil negociar con River”, aseguró Luis Segura, titular del Bicho.
Germán Rivarola: El domingo será titular en Colón y ayer Gorosito aseguró que podría ser inscripto cablegráficamente. “Hubo un contacto”, aceptó Fito Cuiña.
Damián Escudero: Otro sobre el que el técnico avisó que sería inscripto, pero desde España el propio jugador aseguró que se va a quedar en el Valladolid.
“Juegan con la gente y conmigo”
Ortega no soportó el manejo de su regreso y se descargó duro: “El más perjudicado por esto soy yo”.
es ídolo indiscutible de las últimas décadas, es la bandera del buen fútbol, ese que se pega con dulzura a un paladar exigente como el del hincha de River, es la potencial solución a los enormes problemas que padece hoy el equipo y, en los últimos meses, su apellido se transformó en la bandera que la gente encontró para que todo el mundo conociera su bronca: Ortega, en él se resume todo esto y más. Tal vez porque conoce esta realidad, el jujeño ayer se encargó de dejar en claro que le sobra carácter, que tiene peso y voz propia. “Sinceramente, me quedo sin palabras: ya no entiendo nada, la sensación que tengo es de impotencia porque en dos minutos estoy en River y, a los dos minutos, me quedo en Independiente. Es una situación de mierda”, se descargó el Burrito en radio La Red. Estaba en fuego.
En esas horas del mediodía, la incertidumbre sobre su futuro ya comenzaba a tener el final que menos esperaba. Por eso, con amargura, el jugador habló con el ánimo por el piso. “Me siento avergonzado por toda esta situación, es algo muy feo porque yo estoy en el medio, no sé qué decir”, agregó al borde del estallido. No hizo falta que lo pincharan para que, de pronto, expurgara ese volcán de fuego que llevaba por dentro. Y, obviamente, los misiles fueron directamente hacia la dirigencia de River. “Juegan con la gente y conmigo. El más perjudicado en esto soy yo, me da bronca”, agregó Orteguita sin rodeos.
De nada valió el expreso pedido de Gorosito, que insistió con su regreso desde que asumió como DT (“Pocos jugadores sienten por River lo que Ortega siente”, había dicho Pipo). Al ver esta caricia, el propio Ariel había bajado líneas para volver a su gran amor. Desde un primer momento había asegurado que “si los dirigentes me querían, se solucionaba en dos días”.
Al final, no hubo retorno. Y el ídolo seguirá lejos…
“Ortega, Ortega”
El grito de guerra de los hinchas amenaza con volver en el partido del domingo frente a Colón.
Esto no puede ser". “Es una falta de respeto a la gente”. “Ortega nos dio la última gran alegría, lo echaron y no es posible que no vuelva ahora”. “Es la gran esperanza, estaba ahí y no son capaces de darnos el gusto”. “El domingo tenemos que hacer temblar el Monumental con la queja”. Son apenas cinco muestras de la bronca de los hinchas de River expresada en distintos foros donde confluyen fanáticos del club. Y son las publicables, porque había varias descalificadoras.
Lo concreto es que la gente de River esperaba con los brazos abiertos al último gran ídolo del club y apenas las radios y los canales de televisión dieron la noticia de que “el club desistía de la incorporación de Ortega”, mostraron su indignación y amenazaron con expresarla en el debut oficial del equipo contra Colón. Por eso, se espera un Monumental muy caliente más allá del resultado.
En los mejores y peores momentos, desde que Ariel es lo que es para el público millonario, el grito de “Orteeeega, Orteeeega” fue gratitud o desagravio según la ocasión. Por eso, la segunda variante paga 1,10 para este domingo. Después de salir último en el Apertura, después de perder los dos clásicos con Boca en el verano, la llegada de Ortega era un dique de contención para el impaciente humor del público. Ya hay mal clima, y el torneo ni empezó…
Saludos!
