“No hay que entrar en sus provocaciones”
"Los defensores de Banfield juran tener la receta para no caer en los tentáculos del fenómeno que generó Fabbiani. “No hay que entrar en su juego”, explican.
Si ganan ellos, gana el antifútbol". Escupiendo frases como ésa, un gordito algo rubión se compraba todos los números de una rifa con un premio particular: un odio generalizado. La repelencia de todo el pueblo banfileño.
En el predio de Luis Guillón, las opiniones de aquéllos que serán los encargados de frenar (cuando ingrese) al 23 de River son comunes. Todas apuntan a evitar que el veneno de sus provocaciones futboleras surta efecto. “Los que lo conocen como yo, ya saben cómo es él”, dice un viejo rival como Ariel Broggi. Por ser de la misma categoría, enfrentó al Ogro muchas veces en Inferiores. “Como dice, su forma de jugar siempre la tuvo y es así. De chiquito era igual. Como jugaba en el barrio lo hace ahora. Es provocador, le gusta eso, aparte de sus condiciones. Hay que tratar de no entrar en su juego. El se divierte haciendo eso. Tratar de provocar para que el rival entre. Entonces tenemos que estar más tranquilos que nunca y tratar de no contestar sus provocaciones. ¿Pegarle? No, él está duro, por más que le pegues no se mueve, je”.
Los viejos baluartes del Taladro ya lo conocen de clásicos sureños. “Es un jugador distinto que crea mucha polémica”, afirma Marcos Galarza. “Pero hay que tener cuidado de él como de todos. Sabemos que te quiere sacar del partido, hay que tratar de obviarlo. Juega así. Uno está acostumbrado y entrar en sus formas sería un error”. Por su parte, el capitán y máximo referente cree que River está por encima de la figura del gigante. “No tengo una opinión sobre Fabbiani”, dice Cristian Lucchetti. “Me parece que es su forma de jugar. No me molesta que lo que hace porque jugó siempre igual. Es su estilo. Me parece un buen futbolista, pero no creo River dependa de Fabbiani ni mucho menos. Lo que pasa es que ahora está instalado el tema mediático, pero River tiene muchos jugadores importantes y él es uno más de ellos. Nuestros defensores suman experiencia, la mayoría somos grandes como para entrar en un juego de dichos o provocaciones”, cerró el Laucha.
“Se habla mucho”, opina Victor López, otro de los caudillos del fondo. “Es el mismo Fabbiani que estuvo en Newell’s. Pasó a River, que es un club donde genera más prensa, más repercusión”. Y, sobre sus mañas en la cancha, aclara: “Si es un recurso o una provocación habría que preguntárselo a él. Sin dudas, a uno no le cae bien, a nadie le va a gustar que te la estén pisando. Pero yo voy pensando en lo que va a hacer Banfield, no lo en que va a hacer Fabbiani”.
Tiempo atrás, un arranque de ira de los que solía tener el robusto delantero en sus años granates, le dio el ticket al Banfield para jugar la Libertadores. Fue en mayo de 2006 cuando los archirrivales del Sur peleaban por entrar a la Copa. Lanús lo lograba ganándole a Estudiantes, pero en ese partido clave Fabbiani erró un penal y vio la roja: fue 1 a 1 y el que se clasificó fue Banfield. A épocas remotas se remonta esta historia conflictiva que incluye provocaciones del Ogro y banderas de la platea albiverde (“Cormillot : Fabbiani es argentino”, por ejemplo). Y este domingo se escribirá un nuevo episodio de la novela.
Los encargados de custodiar a ese Ogro listo para entrar en cualquier momento no quieren pisar el palito de la provocación.
Le chiflan los oídos
“A la primera pelota que pierdo siento el murmullo de la gente”, contó Abelairas, que no se achica: “Incomoda, pero me da rebeldía y ganas de pedirla otra vez”.
Estoy bien en el partido y quizás a la primera pelota que pierdo siento el murmulo de la gente. Con otros jugadores no pasa, yo lo siento que es en contra mío". Matías Abelairas no es destinatario de grandes reprobaciones como, por ejemplo, recibía Víctor Zapata en sus inicios con la camiseta de River. Los rechazos al Chapa retumbaban en el Monumental, en cambio con el Pïtu es diferente. Como él mismo dice, se trata de un murmullo. Y aunque no suene fuerte, provocan un chiflido en sus oídos.
“No sé por qué será, quizás el juego que tengo hace que la gente murmure o putee”, opinó el zurdo y, pura sinceridad, admitió: “Incomoda bastante, pero me da rebeldía y ganas de pedir la pelota de nuevo. No me inhibo ni me escondo atrás de la marca. Obvio que me encantaría que me apoyen siempre, pero me toca esto y por suerte soy fuerte de la cabeza. A la pelota hay que quererla siempre y eso también es tener huevos”.
¿Existe un quiebre entre Abelairas y los hinchas? No al nivel que vive Ahumada, por caso, a quien directamente silban cuando su nombre es anunciado por la voz del estadio. Lo del Pitu pasa, al menos por ahora, por el fastidio que se genera cuando pierde una pelota, algo a lo que está más expuesto que otros compañeros por su posición y función dentro del equipo. Justamente en relación a eso, el zurdo explicó los motivos por los que la banda izquierda queda renga. “Tenemos más peso por derecha porque están Augusto, Barrado y Galmarini, quienes son volantes profundos y sienten el ida y vuelta, el recorrido. Yo no lo siento porque pierdo potencia y me voy mucho del juego”, contó en Un buen momento, por La Red. “No me gusta tocar una pelota cada diez minutos. Por mis características tengo que tratar de estar siempre con la pelota y eso hace que me cierre mucho. Me siento cómodo cerca del cinco”, agregó.
Pasando de la mirada individual a la grupal, Abelairas elogió a Fabbiani (“fue clave en la Copa y también en Rosario”), pero evitó que el Ogro se lleve todos los elogios: “También el equipo está haciendo cosas que no hicimos en el semestre pasado. Además, tampoco hay que tirarle toda la responsabilidad a Cristian porque cuando juguemos mal va a recaer todo en él. Acá ganamos y perdemos todos”.
No está entero
El Pitu es uno de los que Gorosito elogió por jugar infiltrado.
Hay cuatro muchachos que juegan infiltrados y por ahí termina el primer tiempo y se vuelven a infiltrar. Eso es compromiso", se enorgulleció Gorosito en la conferencia de prensa del martes. El técnico no quiso hacer nombres, pero Abelairas es uno de los que integra ese grupo de jugadores que no están al 100% físicamente, junto con Cabral, Augusto Fernández y Rosales.
Desde la pretemporada, el Pitu arrastra una molestia en la espalda que no le permite entrenarse de la mejor manera y que lo obliga a infiltrarse a la hora de jugar. Gracias a eso, por el momento, el volante pudo estar en los dos partidos del Clausura y en el de la Copa, siempre como titular, aunque sólo frente a Colón logró completar los 90 minutos.
“Acá no hay titulares ni suplentes”
Gerlo ocupará el lugar de Cabral contra Banfield y siente que no será su única chance: “No sabés lo que puede pasar”.
Te gustaría ser Fabbiani por un día?
-No, yo soy Gerlo.
Su imagen de antihéroe se potencia al lado de todo lo que viene generando el delantero del momento. Del tipo que elige al overol como atuendo inalterable a esa careta de Ogro que ya supera en exposición a una Nazarena Vélez (raro que no haya salido a rabiar luego del plantazo en la revisión médica). Del batallador que llegó a lucir la cinta sin siquiera asomarse a la veneración popular al ídolo de sopetón, “referente antes de llegar”, según palabras de Néstor Gorosito.
Danilo Telmo Gerlo, digamos, vendría a ser la antítesis de Cristian Fabbiani. ¿Y qué? También ellos pueden formar un dúo dinámico. Un dúo que hasta ahora se divirtió en el banco. Porque en los dos partidos que fue suplente, el Tanque esperó sus minutos gloriosos a las risotadas con Paquito. ¿Pero de qué se reían? “Más que nada de las cosas que le gritan a Cristian desde las tribunas”, cuenta, sin gran entusiasmo, el ex Quilmes.
-¿Cosas como cuáles?
-No, no sé… A mí no me gusta hablar sobre esos temas. Yo hablo de fútbol.
Bueno, hablemos de fútbol. Por ende, de la casi segura separación de los compañeritos de banco. Porque es una fija que, para el domingo contra Banfield, Paco ocupará el lugar en la zaga que deja Gustavo Cabral, quien ante Central sumó su quinta amarilla y, además, arrastra un leve esguince de rodilla derecha. Esto, sumado a que Facundo Quiroga todavía no está a punto tras la doble fractura de tabique…
-¿Cómo te toma esta nueva oportunidad de ser titular?
-Bien, tranquilo. Si me toca jugar, bienvenido sea; y si no, habrá que seguir trabajando. Yo siempre quiero estar, pero lo más importante es que el equipo viene ganando.
-¿Es mejor entrar cuando se está de racha o implica una carga extra?
-Siempre es lindo jugar. Vestir estos colores es un orgullo y, por eso, hay que disfrutar de cada chance.
-¿Por qué pensás que nunca lograste afianzarte en River?
-Es cierto que hubo momentos en los que prácticamente no jugué, pero también otros en los que fui casi siempre titular y hasta llegué a ser capitán… Yo siempre quiero jugar, pero son los técnicos los que deciden. Seguramente, debo haber cometido errores que no ayudaron a que me afianzara, aunque por algo he tenido años en los que sí fui titular. Soy un trabajador. Y siempre me consideré uno más.
-¿Sentís que ésta es una oportunidad que no podés dejar pasar?
-Todas las chances son importantes. Pero jugando en River, afrontando simultáneamente la Copa Libertadores y el Clausura, tengo que ser consciente de que se van a necesitar de 20, 25 jugadores. Por eso todo el año hay que estar bien, a la orden de lo que necesite el técnico, porque nunca sabés lo que puede pasar. Acá no hay titulares ni suplentes. Vas a ver que cuando empiece a jugarse todo más seguido, con el desgaste de los viajes y todo, va a comenzar una rotación mucho más fuerte. Por eso tengo que estar tranquilo y trabajar.
-Es como escribió Diego en Marsella, entonces.
-¿Qué cosa?
-“Ninguno es titular, la titular es la camiseta”.
-Por supuesto. En River hay que demostrar en todos los partidos.
¡Cuánto Pacó!
Ya hace casi cuatro meses que Danilo no va de arranque en un partido oficial. Jugó tres el torneo pasado.
Ya pasaron casi cuatro meses de la última vez que Gerlo fue titular en un partido oficial. Cuesta recordarlo por la cantidad de tiempo que pasó, aunque también porque los hinchas de River prefieren olvidarlo. Fue el 1/11/08, un 0-2 contra Lanús en la 13ª fecha del Apertura, una derrota que enterró aún más al equipo de Simeone en el fondo de la tabla y estiró a 11 los partidos sin ganar.
Aquella tarde, Paco jugó de lateral derecho en un 11 muletto y este diario lo calificó con un 3. Fue el cierre de su escasa participación en el peor torneo en la historia de River, ya que apenas disputó tres partidos.
Pero Danilo siempre está. La lucha en cada pretemporada y su esfuerzo conmueve a los técnicos. En el verano, con Pipo, jugó en el 1-1 contra Independiente y en el 2-2 ante San Lorenzo se ligó la roja por agarrarse con Bergessio. A mitad de año cumplirá un lustro en Núñez y ya vio pasar por el banco a Astrada (lo pidió como lateral derecho), Merlo, Passarella y al Cholo. El Kaiser fue el que le dio más continuidad y, además, la capitanía.
Vuelve el Negro en la derecha
A diferencia de otros entrenadores, Gorosito no hace un misterio del armado del equipo.
Si bien todavía no paró en los entrenamientos a los 11 que jugarán frente a Banfield, salvo algún imprevisto la formación está confirmada. Ante la baja obligada de Cabral por acumulación de amarillas y con Quiroga aún en recuperación de la fractura de tabique, ese lugar en la defensa será de Gerlo. En el medio, ya mejor del esguince en el tobillo derecho, volverá Augusto Fernández en reemplazo del Patito Galmarini.
El resto del equipo ya sale de memoria. La única duda que se le había presentado a Pipo era la del volante central, ya que Ahumada se entrenó en forma diferenciada en el inicio de la semana debido a una contractura en el muslo izquierdo. Sin embargo, el 5 tuvo una gran evolución y ya se anotó para recibir a Banfield. Entonces, mientras el calendario y el estado de los jugadores se lo permita, Gorosito seguirá apostando por estos nombres. Seguramente la confirmación recién llegue el sábado en el habitual ensayo de pelota parada, pero es difícil que haya una sorpresa.
Zapping
El Muñeco no quiere sentarse en la tribuna
Marcelo Gallardo tiene ganas de ir al banco frente a Banfield a pesar de que le surgió una pequeña molestia en la zona del pubis. Sin embargo, Gorosito va a evaluar esta chance hasta último momento porque no quiere adelantar los plazos.
El Keko, Lamela y su ballet en el Sub 17
Ocho chicos de las Inferiores de River completaron ayer la semana de prácticas con el Sub 17. Ellos son Daniel Villalba (debutó en Primera con Colón), Erik Lamela (fue a la pretemporada), Espíndola, Montero, González Pirez, Espinoza, Olid y Cirigliano.
Atención: hoy larga la venta de entradas
Entre las 10 y las 19, en el Monumental, empezará la venta de entradas para el partido contra Banfield. Las populares cuestan 30 pesos mientras que hay plateas entre los 50 (cabeceras medias y bajas para invitados) y los 120 pesos (laterales medias y bajas).
Galmarini es el único al límite de tarjetas
Con Cabral suspendido por habar llegado a las cinco amarillas, ahora hay un solo jugador de River al límite: Martín Galmarini. De todas maneras, el Patito arrancaría en el banco frente a Banfield. Eso sí, si entra debe evitar las faltas violentas.
Saludos!
