Noticias Olé 13/02

La mano de dos
Pecho y mano de Fabbiani y offside de Buonanotte, así lo ganó a los 90’. Aún sin jugar bien, River lo mereció antes.

[[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/02/13/futbollocal/thumb/river.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1776038&mtmTipo=Imagen&mostrar=1035484%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;)   

Y cómo cuesta, River. Cuesta tanto, tan cambiada venía la mano, que Fabbiani saluda y lo veneran. Que tira mal un taco y también. Que su pase se transforma en lateral rival y lo aplauden. Que un gol con ayudita doble, con mano del grandote y vista gorda en el final del árbitro, con varias Brahmas encima en su larga carrera, se festeja como si fuese un partido bisagra más allá de que sea en el primer partido de una primera fase. Ahora, ¿habrá sido éste un partido bisagra, de ésos que te dan un empujón hacia arriba? Si tanto descontroló con el gol Buonanotte, anoche enano de fútbol, es porque había necesidad de descarga, de desahogo.

River tuvo a favor justamente lo que cualquier hincha pensó que podía haber sufrido en carne propia por la historia reciente, por los cachetazos del verano, por lo del domingo con Colón: el gol en el descuento y encima mal cobrado, ayuditas que quién sabrá por qué a veces generan más disfrute por una victoria. Una victoria que justamente llegó después de un padecimiento futbolístico, con poco de positivo. Pero al menos por ahora en la Copa, esa Libertadores tan difícil de conquistar, los números dan.

Por antecedentes, imposible pensar en ver una máquina de fútbol, un equipo aceitado. Ni Gorosito, que resignado con la vuelta de Ortega no le encuentra la vuelta con estos jugadores. Sin embargo, más allá de lo poco que generó River en lo futbolístico, hay que rescatar alguna cuestión de este 1-0 angustiante contra un equipo rudo y preparado para el defense, defense: en el PT al menos hubo algunos pases seguidos, un pase de Abelairas en cortada y principalmente la actitud de buscar. Esa actitud que permitió sobreponerse a un juego sin línea, sin ideas, sin lucidez, sin líder… hasta que entró Fabbiani, el referente inventado en medio de tanta escasez. Contra un rival con doble línea de cuatro, Buonanotte nunca encontró (ni se fabricó) el espacio para ganar en el mano a mano con su rapidez, estático y perdido, igual que los volantes (Abelairas, Augusto y Flores); lo mismo los laterales, que chocaron, no hubo ni una de ésas tomá que pico al vacío. River juega a lo que puede, con lo que le da.

Y así, con lo que le da el cuero hoy, sufrió River. Porque sin fútbol, sin Ortega, hay que decir también que le faltaba algo de Ortega, indispensable en momentos críticos, en los que todo cuesta más. Hasta el gol le ganó todo de arriba ¡a un equipo paraguayo! y justo el que tapaba todo era un Don nadie, el arquero que sacó uno, dos, tres y más cabezazos, y todo lo que le patearon. Hasta que apareció esa mano de dos, de Fabbiani para pararla con el brazo y del juez brasileño para no ver el offside de Buonanotte.

Cueste lo que cueste, cantaba la gente, pedía, exigía. Costó, y cuánto, pero ganó. El fútbol, sí, ¿lo dejó para otro día?


Enano Bilardista
Buonanotte no entró en polémicas sobre el gol y el nivel de River: “Había que ganar como sea. No se jugó bien, pero quebramos la racha. Es fundamental”.

 [[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/02/13/polideportivo/thumb/1775987-1.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1775987&mtmTipo=Imagen&mostrar=1035472%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;)

Adelantado, sí, pero por vivo. Porque ni siquiera miró fijo al línea aún sabiéndose en offside. Apenas lo relojeó y salió a revolear la camiseta. Y vení a anulármelo si sos macho. De a poco, Diego Buonanotte se va pareciendo a aquel enanito que la gastó en el River campeón del Clausura 08. Contra Colón en el debut local ya había mostrado los signos de recuperación y ayer confirmó de a ratos que va por la buena senda con algunos destellos de su habilidad y el oportunismo en el gol que, vale decir, nació de un arranque propio. Porque el tiro libre que tras el rebote devino en el grito agónico, se originó por una gambeta suya parada sin rubor por Mazacotte, que le hizo honor a su apellido. Y el Enano, al toque, se vengó.

“Costó mucho, pero había que ganar como fuera. No se jugó bien pero nos llevamos el triunfo que es importantísimo por el momento que estábamos viviendo. ¿Por qué costó tanto? Y, ellos se cerraron bien, metieron a los dos volantes centrales muy atrás y nos quitaron espacios para entrarles. Pero cortamos la racha y eso es lo que vale”, dijo el enganche apenas terminado el partido, con las pulsaciones a mil. En la previa, le había dicho a Olé que estaba entusiasmado con su nivel porque “volví a hacer lo que sé”. Ayer dio una cuota de muestra.


“Olé, olé… Ogro, Ogro…”
Ovacionado antes de jugar, Fabbiani debutó en River con sus kilos y su talento de más. “Hay que aprender de Boca, que gana cagando”, sacó pecho. Idolo total.

Hay que ser ídolo, realmente, para ser ídolo sin haber jugado. Para que la agrupación Mujeres de River repartiera, antes del partido, 200 vinchas con las antenas (orejas) del enorme Shrek. Para que se viera a un hincha, en el playón interno de la platea San Martín, disfrazado (de ilusión) con un traje de ese Ogro que ni siquiera sería titular. Para que el Monumental, en definitiva, últimamente tajeado de derrotas, de fastidio, de desazón, se quedara afónico al cantar por un jugador: Cristian Fabbiani. El que se fue de un club y dejó plantado a otro. El que se prometió que jugaría en River, y en River, ahora sí, ya jugó. El que divirtió, y se divirtió, con un taco en la primera pelota que rozó. El que mató, en el minuto 90, un centro con el bíceps izquierdo, el que pateó, el que obligó a que el arquero Don atajara una vez más y Buonanotte sellara el necesitado 1-0. “Hace mucho que estoy luchando por esto. Es un sueño”, se descargó Fabbiani, la voz cansada, luego de su primer partido en River. El primero, sí. El que muchos, demasiados, soñaban.

Gorosito había dicho en la semana que el ex Newell’s está para jugar, apenas, diez minutos. Pues bien: Fabbiani entró a los 15’ del segundo tiempo. La urgencia, el provisorio 0-0 ante Nacional, pudo más, mucho más, y entonces Pipo le dijo que se pusiera la innegociable camiseta. “Ogro, Ogro… olé, olé, olé, olé…”, gritó el estadio, sumido antes en un aburrido silencio, apenas algunos minutos después de que los Borrachos del Tablón cantaran lo que sólo le cantan a los ídolos: “Atención, atención… Fabbiani te saludan los Borrachos del Tablón… Atención, atención…”. Y el Ogro entró, con sus 102 kilos (¿no le convendría que River juegue con la camiseta negra, así disimula?) y una ilusión. Al hombre que se crió en Lanús lo ovacionaron por todo. Por pararla de pecho en el área, a los 21 minutos, y patear (muy) por arriba del travesaño. Por bajar hasta la mitad de la cancha, recuperar una pelota y salir jugando con otro taco. Por aguantarla en el área luego de un tiro libre de Rosales y dejársela dormida a Augusto, que le pegó mal. Por cabecear, liviano, a los guantes de Don. Por imantar la pelota en la jugada del gol. Por terminar el partido pisando la bocha, acariciándola, a lo baby fútbol, hasta que un jugador de Nacional se hastió y lo dejó tirado, golpeado, ya en el final de la noche que tanto había anhelado. “Hay que aprender de Boca, que gana cagando”, hasta sacó pecho, valiente verbal, alimentando aún más el cariño de los hinchas, engordando todavía más su propia figura. Y no es chiste. Porque lo de Fabbiani, no hay dudas, fue gigante. Enorme.


“Sorprendí a más de uno”
Gallardo sabe que está cada día mejor y que el debut se acerca. Ah, y también es consciente de que “no era prioridad por la operación”.

[[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/02/13/polideportivo/thumb/1775947-1.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1775947&mtmTipo=Imagen&mostrar=1035453%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;) 

Ya lo dijo Passarella hace años: Gallardo entiende el juego. Y aunque la afirmación del Kaiser iba dirigida a lo que puede dar dentro del campo de juego, también es perfectamente aplicable a lo que pasa afuera de la cancha. Y el último ejemplo es lo que sucedió en estos días, con su segundo regreso a River y la certeza de que su nombre no estaba entre los que Néstor Gorosito había pedido para reforzar el equipo. ¿Por qué? Porque en lugar de enojarse, pegarle a Pipo, quedarse con las ganas de volver y dar un portazo, el Muñeco aceptó la realidad. “Sabía que no era prioridad. Lo tenía claro. También entendía que se desconfiara de un jugador que hacía cuatro meses que no jugaba por una operación”, blanqueó. Y muy tranquilo, reveló que hoy la historia es muy distinta. “Me siento muy bien y sé que sorprendí a más de uno en las prácticas”.

Consciente de que también deberá terminar de convencer a los hinchas (“es lógico que ellos también tengan algunas dudas sobre mi estado”, dijo en radio Del Plata), Gallardo sabe que la mejor manera de hacerlo es jugando. Y si bien antes de que firmara se especulaba con que recién estaría para principios de marzo, su debut podría llegar mucho antes. Lo que viene barajando el técnico y lo que para el nuevo dueño de la número 10 (en el Clausura y en la Copa) es motivo de alegría. “No me apuro, pero puedo ser alguien que le dé mucho al equipo”.


El grito sagrado
Pese al triunfo, la gente volvió a cantar por Ortega. Pero lo hizo cuando se fueron los jugadores. No lo logró la euforia que generó la agónica victoria sobre el final del partido en el inicio de la Libertadores. Ni siquiera la explosión, con ovación, que provocó el debut de Cristian Fabbiani. El grito de guerra de la gente volvió a retumbar unísono en el Monumental: “Orteeega, Orteeega”.

En esta oportunidad, lo que resultó llamativo fue el momento en que se escuchó el apellido del Burrito, dado que el público esperó a que se retiraran todos los jugadores del campo de juego.

Claro está, el recuerdo del jujeño no es casual. Cada vez que la gente está disconforme, menciona al ídolo que imaginaron volver a ver con la camiseta en este semestre, transferencia que finalmente no se concretó y fastidió a todos, incluso al delantero. (“No es serio. Lo que hacen no tienen palabra”, disparó).

Lo cierto es que los hinchas no lo olvidan jamás, pero ayer no se lo hicieron sentir directamente a sus jugadores.


Fue de otro planeta
“¿Gol ilegítimo? No te olvides de que a nosotros nos dan poquito en el torneo local. ¿Venís de Marte, vos?”, dijo Gorosito, feliz por el 1-0. 1 de 1

En Nacional se quejaron por el gol de River y con razón, ya que hubo mano de Fabbiani y offside de Buonanotte...

-Y bueno, no te olvides de que a nosotros nos dan poquito en el torneo local.

-¿Por qué lo decís?

-¿No sabés? ¿Venís de Marte, vos?

Aliviado. Así estaba Néstor Gorosito después de su primer triunfo como técnico de River. Y el primero en el año. Por eso también estaba dispuesto a que nada (ni nadie) le empañara tanta felicidad y lo demostró: apenas escuchó que al gol de su equipo le sobraban razones para haber sido anulado, sacó la contra. Es más, aunque desde el primer día se preocupó (y ocupó) de diferenciarse del ciclo de Simeone, contó casi como propia la rachita de 39 fechas sin penales a favor que vivió River con el Cholo en el banco. Aunque ese dato no fue su único parecido con Diego Pablo. De impecable chomba, suéter sobre los hombros y pantalón negro también se le arrimó en la pilcha. Y claro, en el valor que le dio a ganar antes que nada. “Y sí, uno siempre quiere llevarse el triunfo. Aunque también me interesa cómo se consigue. Y jugando como lo hicimos el otro día ante Colón, vamos a quedar siempre más cerca de lograrlo”.

Contento y satisfecho, el haber festejado también logró que Pipo hasta se olvidara por un rato de su decepción por finalmente no poder contar con Juan Mercier ni con ese lateral izquierdo que tanto pidió (ver página 10). De hecho, cuando se le preguntó, hasta minimizó el tema. “Es la realidad y ahora tenemos que tratar de sacarle el mayor provecho a los jugadores que tenemos”, dijo. Y luego sí, se metió otra vez en la Copa. Y reconoció que “la idea era que Fabbiani jugara sólo 10 o 15 minutos, pero la necesidad nos hizo meterlo antes y nos dio resultado porque fue importante”. Y explicó que lo que más le gustó fue “que no nos crearon muchas situaciones de gol” y que el mejor de la cancha “fue Ahumada, quien hizo un desgaste enorme y se destacó”. Y a pesar de su habitual seriedad, hasta se emocionó con la gente: “Porque apoyó de una manera impresionante. Y aunque todos saben que no soy demagogo, sinceramente creo que lo de los hinchas fue espectacular”.


Y quedó Pelado, nomás
Tras mil vueltas, Mercier no jugará en River más allá de la insistencia de Pipo. No viene nadie más.

Fue uno de los primeros nombres que tiró en la mesa: Juan Mercier. Y lo repitió hasta el hartazgo. Pero Gorosito no tendrá a su obsesión. Argentinos sólo aceptaba la propuesta que le hizo River el martes (1.000.000 de dólares más el 50% de Abán y los préstamos de Domingo y Sambueza), esa propuesta que después el propio club de Núñez desechó vía Aguilar. “Fue un manoseo”, criticó ayer Daniel Guerra, vicepresidente del Bicho.

Además, también quedaron descartados José Shaffer y Maxi López. Por el lateral, había acuerdo por el préstamo, pero Llop lo quiere, hoy será titular ante Huracán y sólo hubiera sido cedido vía compra. Mientras que el rubio delantero jugará en Gremio de Porto Alegre. Así, River tiene cuatro refuerzos: Gallardo, Fabbiani, Nicolás Domingo (volvió) y Barbosa.


Saludos!

La mano de dos
Pecho y mano de Fabbiani y offside de Buonanotte, así lo ganó a los 90’. Aún sin jugar bien, River lo mereció antes.

[[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/02/13/futbollocal/thumb/river.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1776038&mtmTipo=Imagen&mostrar=1035484%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;)   

Y cómo cuesta, River. Cuesta tanto, tan cambiada venía la mano, que Fabbiani saluda y lo veneran. Que tira mal un taco y también. Que su pase se transforma en lateral rival y lo aplauden. Que un gol con ayudita doble, con mano del grandote y vista gorda en el final del árbitro, con varias Brahmas encima en su larga carrera, se festeja como si fuese un partido bisagra más allá de que sea en el primer partido de una primera fase. Ahora, ¿habrá sido éste un partido bisagra, de ésos que te dan un empujón hacia arriba? Si tanto descontroló con el gol Buonanotte, anoche enano de fútbol, es porque había necesidad de descarga, de desahogo.

River tuvo a favor justamente lo que cualquier hincha pensó que podía haber sufrido en carne propia por la historia reciente, por los cachetazos del verano, por lo del domingo con Colón: el gol en el descuento y encima mal cobrado, ayuditas que quién sabrá por qué a veces generan más disfrute por una victoria. Una victoria que justamente llegó después de un padecimiento futbolístico, con poco de positivo. Pero al menos por ahora en la Copa, esa Libertadores tan difícil de conquistar, los números dan.

Por antecedentes, imposible pensar en ver una máquina de fútbol, un equipo aceitado. Ni Gorosito, que resignado con la vuelta de Ortega no le encuentra la vuelta con estos jugadores. Sin embargo, más allá de lo poco que generó River en lo futbolístico, hay que rescatar alguna cuestión de este 1-0 angustiante contra un equipo rudo y preparado para el defense, defense: en el PT al menos hubo algunos pases seguidos, un pase de Abelairas en cortada y principalmente la actitud de buscar. Esa actitud que permitió sobreponerse a un juego sin línea, sin ideas, sin lucidez, sin líder… hasta que entró Fabbiani, el referente inventado en medio de tanta escasez. Contra un rival con doble línea de cuatro, Buonanotte nunca encontró (ni se fabricó) el espacio para ganar en el mano a mano con su rapidez, estático y perdido, igual que los volantes (Abelairas, Augusto y Flores); lo mismo los laterales, que chocaron, no hubo ni una de ésas tomá que pico al vacío. River juega a lo que puede, con lo que le da.

Y así, con lo que le da el cuero hoy, sufrió River. Porque sin fútbol, sin Ortega, hay que decir también que le faltaba algo de Ortega, indispensable en momentos críticos, en los que todo cuesta más. Hasta el gol le ganó todo de arriba ¡a un equipo paraguayo! y justo el que tapaba todo era un Don nadie, el arquero que sacó uno, dos, tres y más cabezazos, y todo lo que le patearon. Hasta que apareció esa mano de dos, de Fabbiani para pararla con el brazo y del juez brasileño para no ver el offside de Buonanotte.

Cueste lo que cueste, cantaba la gente, pedía, exigía. Costó, y cuánto, pero ganó. El fútbol, sí, ¿lo dejó para otro día?


Enano Bilardista
Buonanotte no entró en polémicas sobre el gol y el nivel de River: “Había que ganar como sea. No se jugó bien, pero quebramos la racha. Es fundamental”.

 [[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/02/13/polideportivo/thumb/1775987-1.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1775987&mtmTipo=Imagen&mostrar=1035472%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;)

Adelantado, sí, pero por vivo. Porque ni siquiera miró fijo al línea aún sabiéndose en offside. Apenas lo relojeó y salió a revolear la camiseta. Y vení a anulármelo si sos macho. De a poco, Diego Buonanotte se va pareciendo a aquel enanito que la gastó en el River campeón del Clausura 08. Contra Colón en el debut local ya había mostrado los signos de recuperación y ayer confirmó de a ratos que va por la buena senda con algunos destellos de su habilidad y el oportunismo en el gol que, vale decir, nació de un arranque propio. Porque el tiro libre que tras el rebote devino en el grito agónico, se originó por una gambeta suya parada sin rubor por Mazacotte, que le hizo honor a su apellido. Y el Enano, al toque, se vengó.

“Costó mucho, pero había que ganar como fuera. No se jugó bien pero nos llevamos el triunfo que es importantísimo por el momento que estábamos viviendo. ¿Por qué costó tanto? Y, ellos se cerraron bien, metieron a los dos volantes centrales muy atrás y nos quitaron espacios para entrarles. Pero cortamos la racha y eso es lo que vale”, dijo el enganche apenas terminado el partido, con las pulsaciones a mil. En la previa, le había dicho a Olé que estaba entusiasmado con su nivel porque “volví a hacer lo que sé”. Ayer dio una cuota de muestra.


“Olé, olé… Ogro, Ogro…”
Ovacionado antes de jugar, Fabbiani debutó en River con sus kilos y su talento de más. “Hay que aprender de Boca, que gana cagando”, sacó pecho. Idolo total.

Hay que ser ídolo, realmente, para ser ídolo sin haber jugado. Para que la agrupación Mujeres de River repartiera, antes del partido, 200 vinchas con las antenas (orejas) del enorme Shrek. Para que se viera a un hincha, en el playón interno de la platea San Martín, disfrazado (de ilusión) con un traje de ese Ogro que ni siquiera sería titular. Para que el Monumental, en definitiva, últimamente tajeado de derrotas, de fastidio, de desazón, se quedara afónico al cantar por un jugador: Cristian Fabbiani. El que se fue de un club y dejó plantado a otro. El que se prometió que jugaría en River, y en River, ahora sí, ya jugó. El que divirtió, y se divirtió, con un taco en la primera pelota que rozó. El que mató, en el minuto 90, un centro con el bíceps izquierdo, el que pateó, el que obligó a que el arquero Don atajara una vez más y Buonanotte sellara el necesitado 1-0. “Hace mucho que estoy luchando por esto. Es un sueño”, se descargó Fabbiani, la voz cansada, luego de su primer partido en River. El primero, sí. El que muchos, demasiados, soñaban.

Gorosito había dicho en la semana que el ex Newell’s está para jugar, apenas, diez minutos. Pues bien: Fabbiani entró a los 15’ del segundo tiempo. La urgencia, el provisorio 0-0 ante Nacional, pudo más, mucho más, y entonces Pipo le dijo que se pusiera la innegociable camiseta. “Ogro, Ogro… olé, olé, olé, olé…”, gritó el estadio, sumido antes en un aburrido silencio, apenas algunos minutos después de que los Borrachos del Tablón cantaran lo que sólo le cantan a los ídolos: “Atención, atención… Fabbiani te saludan los Borrachos del Tablón… Atención, atención…”. Y el Ogro entró, con sus 102 kilos (¿no le convendría que River juegue con la camiseta negra, así disimula?) y una ilusión. Al hombre que se crió en Lanús lo ovacionaron por todo. Por pararla de pecho en el área, a los 21 minutos, y patear (muy) por arriba del travesaño. Por bajar hasta la mitad de la cancha, recuperar una pelota y salir jugando con otro taco. Por aguantarla en el área luego de un tiro libre de Rosales y dejársela dormida a Augusto, que le pegó mal. Por cabecear, liviano, a los guantes de Don. Por imantar la pelota en la jugada del gol. Por terminar el partido pisando la bocha, acariciándola, a lo baby fútbol, hasta que un jugador de Nacional se hastió y lo dejó tirado, golpeado, ya en el final de la noche que tanto había anhelado. “Hay que aprender de Boca, que gana cagando”, hasta sacó pecho, valiente verbal, alimentando aún más el cariño de los hinchas, engordando todavía más su propia figura. Y no es chiste. Porque lo de Fabbiani, no hay dudas, fue gigante. Enorme.


“Sorprendí a más de uno”
Gallardo sabe que está cada día mejor y que el debut se acerca. Ah, y también es consciente de que “no era prioridad por la operación”.

[[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/02/13/polideportivo/thumb/1775947-1.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1775947&mtmTipo=Imagen&mostrar=1035453%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;) 

Ya lo dijo Passarella hace años: Gallardo entiende el juego. Y aunque la afirmación del Kaiser iba dirigida a lo que puede dar dentro del campo de juego, también es perfectamente aplicable a lo que pasa afuera de la cancha. Y el último ejemplo es lo que sucedió en estos días, con su segundo regreso a River y la certeza de que su nombre no estaba entre los que Néstor Gorosito había pedido para reforzar el equipo. ¿Por qué? Porque en lugar de enojarse, pegarle a Pipo, quedarse con las ganas de volver y dar un portazo, el Muñeco aceptó la realidad. “Sabía que no era prioridad. Lo tenía claro. También entendía que se desconfiara de un jugador que hacía cuatro meses que no jugaba por una operación”, blanqueó. Y muy tranquilo, reveló que hoy la historia es muy distinta. “Me siento muy bien y sé que sorprendí a más de uno en las prácticas”.

Consciente de que también deberá terminar de convencer a los hinchas (“es lógico que ellos también tengan algunas dudas sobre mi estado”, dijo en radio Del Plata), Gallardo sabe que la mejor manera de hacerlo es jugando. Y si bien antes de que firmara se especulaba con que recién estaría para principios de marzo, su debut podría llegar mucho antes. Lo que viene barajando el técnico y lo que para el nuevo dueño de la número 10 (en el Clausura y en la Copa) es motivo de alegría. “No me apuro, pero puedo ser alguien que le dé mucho al equipo”.


El grito sagrado
Pese al triunfo, la gente volvió a cantar por Ortega. Pero lo hizo cuando se fueron los jugadores. No lo logró la euforia que generó la agónica victoria sobre el final del partido en el inicio de la Libertadores. Ni siquiera la explosión, con ovación, que provocó el debut de Cristian Fabbiani. El grito de guerra de la gente volvió a retumbar unísono en el Monumental: “Orteeega, Orteeega”.

En esta oportunidad, lo que resultó llamativo fue el momento en que se escuchó el apellido del Burrito, dado que el público esperó a que se retiraran todos los jugadores del campo de juego.

Claro está, el recuerdo del jujeño no es casual. Cada vez que la gente está disconforme, menciona al ídolo que imaginaron volver a ver con la camiseta en este semestre, transferencia que finalmente no se concretó y fastidió a todos, incluso al delantero. (“No es serio. Lo que hacen no tienen palabra”, disparó).

Lo cierto es que los hinchas no lo olvidan jamás, pero ayer no se lo hicieron sentir directamente a sus jugadores.


Fue de otro planeta
“¿Gol ilegítimo? No te olvides de que a nosotros nos dan poquito en el torneo local. ¿Venís de Marte, vos?”, dijo Gorosito, feliz por el 1-0. 1 de 1

En Nacional se quejaron por el gol de River y con razón, ya que hubo mano de Fabbiani y offside de Buonanotte...

-Y bueno, no te olvides de que a nosotros nos dan poquito en el torneo local.

-¿Por qué lo decís?

-¿No sabés? ¿Venís de Marte, vos?

Aliviado. Así estaba Néstor Gorosito después de su primer triunfo como técnico de River. Y el primero en el año. Por eso también estaba dispuesto a que nada (ni nadie) le empañara tanta felicidad y lo demostró: apenas escuchó que al gol de su equipo le sobraban razones para haber sido anulado, sacó la contra. Es más, aunque desde el primer día se preocupó (y ocupó) de diferenciarse del ciclo de Simeone, contó casi como propia la rachita de 39 fechas sin penales a favor que vivió River con el Cholo en el banco. Aunque ese dato no fue su único parecido con Diego Pablo. De impecable chomba, suéter sobre los hombros y pantalón negro también se le arrimó en la pilcha. Y claro, en el valor que le dio a ganar antes que nada. “Y sí, uno siempre quiere llevarse el triunfo. Aunque también me interesa cómo se consigue. Y jugando como lo hicimos el otro día ante Colón, vamos a quedar siempre más cerca de lograrlo”.

Contento y satisfecho, el haber festejado también logró que Pipo hasta se olvidara por un rato de su decepción por finalmente no poder contar con Juan Mercier ni con ese lateral izquierdo que tanto pidió (ver página 10). De hecho, cuando se le preguntó, hasta minimizó el tema. “Es la realidad y ahora tenemos que tratar de sacarle el mayor provecho a los jugadores que tenemos”, dijo. Y luego sí, se metió otra vez en la Copa. Y reconoció que “la idea era que Fabbiani jugara sólo 10 o 15 minutos, pero la necesidad nos hizo meterlo antes y nos dio resultado porque fue importante”. Y explicó que lo que más le gustó fue “que no nos crearon muchas situaciones de gol” y que el mejor de la cancha “fue Ahumada, quien hizo un desgaste enorme y se destacó”. Y a pesar de su habitual seriedad, hasta se emocionó con la gente: “Porque apoyó de una manera impresionante. Y aunque todos saben que no soy demagogo, sinceramente creo que lo de los hinchas fue espectacular”.


Y quedó Pelado, nomás
Tras mil vueltas, Mercier no jugará en River más allá de la insistencia de Pipo. No viene nadie más.

Fue uno de los primeros nombres que tiró en la mesa: Juan Mercier. Y lo repitió hasta el hartazgo. Pero Gorosito no tendrá a su obsesión. Argentinos sólo aceptaba la propuesta que le hizo River el martes (1.000.000 de dólares más el 50% de Abán y los préstamos de Domingo y Sambueza), esa propuesta que después el propio club de Núñez desechó vía Aguilar. “Fue un manoseo”, criticó ayer Daniel Guerra, vicepresidente del Bicho.

Además, también quedaron descartados José Shaffer y Maxi López. Por el lateral, había acuerdo por el préstamo, pero Llop lo quiere, hoy será titular ante Huracán y sólo hubiera sido cedido vía compra. Mientras que el rubio delantero jugará en Gremio de Porto Alegre. Así, River tiene cuatro refuerzos: Gallardo, Fabbiani, Nicolás Domingo (volvió) y Barbosa.


Saludos!

Gracias.

Le duele a Ole.

Muchas gracias por la info como siempre!
Le re cabio a Ole…:twisted:

ole la ree concha de tu hermana

como nos tiran mierda

graicas loco

gracias por la info y que se valla a cagar ole bosta

habia un par de cosas mas pero no eran muy importantes como para ponerlas…

la primera vez que me digno a leer toda la info de olé… queria ver cuanto les dolió :twisted:

ole = bosta!

jajajaja ya es obvio, no disimulan nada…river gana con gol de offside y sale en todos los medios, y boca en el campeonato pasado llego a ser puntero con penales inventados y goles sobre la hora y encima gano el “triangular” por 1 gol y perdiendo, pero en seguida ponen una foto de riquelme (un clasico ya) diciendo que son los campeones del mundo.

resulta que palermo es el mejor cabeceador y goleador del mundo
y riquelme es el mejor armador de juego que existe (nose como no lo compro el manchester ya), si pierde la seleccion es porque se noto su ausencia, y si gana 10 a 0 tambien

y garcia es mas bueno que ojeda

y puedo seguir

Suerte Ogro.

Gracias por la info.
Te queres matar Ole…

[b]como le dan a River eh… q lo pario… es una verguenza… Bosta se cansa de pagar arbitros pero somos primera plana x algo asi …

p/d: el gol del diego no fue con la mano ??.. y nadie dice " que verguenza " … que me la soben…

salu2[/b]

Gracias por la infoo…

Te queres matar…con manito y offside te lo dedicamos Ole bosteroo :twisted: jajajaja

gracias por juntar todas la notas en una

gracias por la info…ahh y que no s olviden que un equipo con olor a mierda gano muchos partidos/campeonatos con penales inexistentes a su favor