Nos tomamos unos mates?

[FONT=Palatino Linotype][SIZE=5]Lenguaje del mate en la sabiduria popular

[FONT=Palatino Linotype]
Mate amargo: indiferencia.
Mate dulce: amistad.
Mate muy dulce: habla con mis padres.
Mate frío: desprecio, indiferencia.
Mate con toronjil: disgusto.
Mate con canela: ocupa mis pensamientos.
Con azúcar quemada: simpatizo contigo.
Con cáscara de naranja: ven a buscarme.
Con café: ofensa perdonada.
Mate con melaza: me aflige tu tristeza.
Mate con leche: estima.
Mate muy caliente: así estoy de amor por tí.
Mate hirviendo: odio.
Mate lavado: rechazo.
Mate con cedrón: consiento.
Mate con miel: casamiento.
Mate tapado: rechazo.
Mate espumoso: cariño verdadero.
Encimado: mala voluntad.
Cebado por la bombilla: antipatía.
Mate con ombú: equivale a echarle fuera.
Y hay muchos más…

El mate:

En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás sola. Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es hola" y la segunda “¿tomamos unos mates?”. Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los hijos de “:bangbang:☼#*æØ×░µ¶■?:bangbang:”. Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucho azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un pedacito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón. Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo? El otro responde: Como tomes vos. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores… Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa. Es la sinceridad para decir: ¡basta, cambiá la yerba! Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente, no? Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir “gracias”, al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir. Ahora vos sabes, un mate no es sólo un mate…[/FONT][/SIZE][/FONT]

[FONT=Palatino Linotype][SIZE=5]Lenguaje del mate en la sabiduria popular

[FONT=Palatino Linotype]
Mate amargo: indiferencia.
Mate dulce: amistad.
Mate muy dulce: habla con mis padres.
Mate frío: desprecio, indiferencia.
Mate con toronjil: disgusto.
Mate con canela: ocupa mis pensamientos.
Con azúcar quemada: simpatizo contigo.
Con cáscara de naranja: ven a buscarme.
Con café: ofensa perdonada.
Mate con melaza: me aflige tu tristeza.
Mate con leche: estima.
Mate muy caliente: así estoy de amor por tí.
Mate hirviendo: odio.
Mate lavado: rechazo.
Mate con cedrón: consiento.
Mate con miel: casamiento.
Mate tapado: rechazo.
Mate espumoso: cariño verdadero.
Encimado: mala voluntad.
Cebado por la bombilla: antipatía.
Mate con ombú: equivale a echarle fuera.
Y hay muchos más…

El mate:

En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás sola. Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es hola" y la segunda “¿tomamos unos mates?”. Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los hijos de “:bangbang:☼#*æØ×░µ¶■?:bangbang:”. Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucho azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un pedacito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón. Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo? El otro responde: Como tomes vos. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores… Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa. Es la sinceridad para decir: ¡basta, cambiá la yerba! Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente, no? Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir “gracias”, al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir. Ahora vos sabes, un mate no es sólo un mate…[/FONT][/SIZE][/FONT]

Yo tomo el mate frío y lavado :confused:

No me gusta el mate y si tomo es con 18 cucharadas de azucar.

PD: Aguante el tereré en días de calor !!!

Por eso despues te duele la panza…:lol::lol::lol:

A mi me das un mate con cascara de naranja y voy a buscarte… pero para cagarte a palos

Mate con cafe??? wtf? 8|8|

No me gusta el Mate :mrgreen:

No tomo mate,no me gusta para nada.

hace mil años no tomo unos mates aguante el dulce

Esas tardes de julio con un frío de cagarse tomando mate dulce con Giani acompañando el mate con pepitos…que lindos recuerdos, los extraño :confused:

Tomo mates pero no todos los días.:lol:

Aca son todos franceses, vayan a tomar el te amargos! :twisted:

No me gusta el mate…:mrgreen:

No tomo mate. :stuck_out_tongue:

No tomo mate, prefiero el cafe xD

Tomo mate solamente cuando juega River, con mig abuela, x los nervios. Ni le siento el gusto, yo solamente acepto y tomo.

el q no toma mate no es Argentiinoo gentee!
tienen q probar mis mates! todo el mundo los ama!
amoo tomar mate! a la mña sola xq no hay qien me acompañe,cn un poco de azucar!
x las tardes…mates cn amigas!! una buena tarde de charlaas! siempre hay algo q contar cn un mate de por medio! cn mis amigas podemos bajarnos hasta 3 termos y seguir hablando!
los domingos…no hay como el mate en flia,si me levanto temprano lo comparto cn mis viejos! y a la tarde…viendo partidos de River seguro,cn mis hnos todos reunidos tomando unos buenos mates!
La verdad q el mate nos identifica,es una buena costumbre!!!
Amoo el mateee

No tomo mate en casa, pero si me invitan sí :mrgreen::mrgreen:

Ah yo tomo mate amargo cuadno toy solo o dulce con amigos o dulce con limon en familia.

yo soy del Nesquik, pero tuve que aprender a tomar mates por razones laborales xD tomo mate dulce y espumoso

Mate, amargo o dulce, sé igual. Antes sólo dulce, ahora me acostumbre.