No se si alguien ya lo publicó. En tiempos que la dirigencia de River está mas preocupada por pagarle las deudas al tío Pini que por ver si logra incorporar algún refuerzo, siguen pasando cosas, que aunque menores, pintan de cuerpo entero la actualidad del club. Esta nota del diario El Día de La Plata no deja de llamarme la atención.
[i]Marco Francescoli nació en Uruguay, como su padre. Y se incorporó al plantel de cuarta división de Estudiantes, que hará la pretemporada en el Country de cara al próximo campeonato de juveniles organizado por la AFA. Por si fue leyendo demasiado rápido, lo repetimos: Marco Francescoli. Y por si todavía no se percató, se lo advertimos: es hijo de Enzo Francescoli, uno de los mejores jugadores de fútbol que dio Uruguay y que en nuestro país triunfó en River en la década del ochenta y del noventa.
Ayer el mismísimo Enzo Francescoli estuvo en el Country de City Bell acompañando a su hijo Marco, que está por cumplir 20 años (nació el 11 de febrero de 1989) y actuó dos temporadas en las juveniles del Cágliari de Italia, donde su papá tuvo un paso como futbolista.
Pero resulta que el pibe, delantero como su padre, quería estar más cerca de su familia y entonces pegó la vuelta a la Argentina, donde están radicados los Francescoli. Según trascendió ayer en el Country, la posibilidad de la incorporación de Marco Francescoli a las inferiores del Pincha se manejaba desde fines del año pasado, aunque recién ahora se concretó.
Ayer el hijo del Príncipe, acompañado por su padre, llegó al Country, recorrió las instalaciones, fue presentado por el coordinador general Marcelo Vivas a sus nuevos compañeros y se instaló en la pensión de los chicos de inferiores para sumarse ya desde hoy a la pretemporada.
Este diario tuvo un breve contacto con Marco Francescoli, quien con mucha amabilidad pidió no hacer declaraciones (“recién llego, me estoy acomodando”) quizá también tratando de bajarle el perfil a su incorporación a Estudiantes. Es que será inevitable que a partir de ahora se hable mucho de él por ser “el hijo de…”, al tiempo que empezarán las comparaciones.
Por lo pronto al pibe se lo vio muy feliz y tuvo una cálida bienvenida de sus nuevos compañeros. A partir de ahora tendrá que hablar dentro del campo de juego.[/i]