Misceláneas

Abro el thread con el espíritu de compartir todo aquéllo que te pareció interesante, te llamó la atención, te hizo reír o simplemente te despertó curiosidad y sabías que no daba para abrir un tema porque se íba a perder en el olvido. Porque a los codazos le vamos a hacer un espacio al arte, la cultura, la ciencia, tecnología, etc, etc. La idea es que cuando quieras tomarte un tiempito y leer algo copado, te vengas al thread.

Empiezo posteando lo siguiente porque también quería que todos sepan que mañana I-Sat pondría al aire un Documental que tendría que ser buenísimo para quienes nos gustan los Stones y en particular ése discazo que es “Exile on Main Street”.

Un lugar soleado para gente sombría

         Treinta y ocho años después de su edición original,  los Rolling Stones por fin se decidieron a remasterizar el disco  considerado unánimemente como el mejor de su carrera, Exile on Main St.  El nuevo lanzamiento viene además con un puñado de canciones nuevas y un  documental en DVD. Pero sobre todo revive las discusiones sobre este  excesivo trabajo que Keith Richards considera su favorito y Mick Jagger  desprecia. Y sirve para recordar esos meses en la Costa Azul en que los  Stones se metieron en el sótano de una mansión y salieron con una obra  maestra.

Por Mariana Enriquez

La casa era hermosa. Blanca, del siglo XIX, con 16 habitaciones y techos de 9 metros de altura. La había construido un almirante inglés, sobre una colina desde la que se veía el Mediterráneo, frente al puerto de Villefranche-sur-Mer, la Costa Azul, el sur de Francia. El almirante no había sido feliz en su magnífico hogar: en algún momento sintió que su vida no valía la pena y se suicidó arrojándose desde los tejados. En los años ’40 había sido ocupada por la Gestapo y dice la leyenda que la policía nazi llevó a cabo interrogatorios en el sótano. Pero sobre esa oscuridad subterránea se elevaban palmeras y cipreses, una larga escalera que llevaba a la playa privada, arañas impactantes, terrazas amplísimas, jardines colgantes. A Keith Richards le encantó la casa: decidió que sería su guarida y se instaló allí en junio de 1971 con su hijo Marlon, su mujer Anita Pallenberg y sus perros. Enseguida llegó Gram Parsons, uno de sus mejores amigos, de visita por tres meses junto a su esposa Gretchen. El alquiler costaba 10 mil libras al mes; se escuchaba música country día y noche –Merle Haggard, George Jones– y el chef francés contratado para cocinarles, el gordo Jacques, también era dealer de heroína. Era un refugio perfecto, una estampa de dolce vita para el joven guitarrista mitad forajido, mitad millonario. Cuando el periodista Robert Greenfield visitó Nellcôte –el nombre de la casa–, escribió que le recordaba a la Costa Azul de Suave es la noche, la novela de F. Scott Fitzgerald.

Pero había problemas bajo la fachada de mármol, sol y mar. A Keith Richards le gustaba estar allí, pero no había alquilado una casa en la Costa Azul por placer. El y el resto de los Rolling Stones habían tenido que dejar Inglaterra porque no podían cumplir con la estricta ley fiscal británica. Debían impuestos. Debían más de lo que tenían, y más de lo que podían ganar. Richards, que entonces estaba en un estado de dócil paranoia, creía que les habían lanzado los sabuesos para perseguirlos. Es posible que así fuera: en lo cierto o no, Richards y los Stones tenían motivos para estar con los nervios de punta. Allen Klein, su ex manager, era el responsable de no haber pagado los impuestos; pero, además, no podían separarse de él. ABCKO, la compañía de Klein, era dueña de todas las canciones de los Stones hasta 1969, de las cintas master del catálogo original hasta Get Yer Ya Ya’s Out y de los discos recopilatorios posteriores. Esto significaba que el dinero que les quedaba a los verdaderos autores era poco, aunque ellos vivían como aristócratas. Estaban en pleno juicio con Klein, un hombre extremadamente astuto. Hacia 1970 ya habían fundado sello propio, Rolling Stones Records –Jagger, siempre inteligente para los negocios, le había encargado el diseño del logo, la famosa lengua, a Andy Warhol– y tenían contrato de distribución con el sello Atlantic de Ahmet Ertegun, pero aquella nueva etapa recién empezaba. ¿Y si salía mal? ¿Y si no podían sobrevivir? Marshall Chess, el primer presidente de Rolling Stones Records, un decidido hombre de Chicago, no tenía dudas. Pero los Stones sí. Gran parte de la inseguridad provenía del no superado trauma de Altamont: el concierto gratuito en California, con su saldo de un joven asesinado frente al escenario –el cierre negro de los años ’60–, había ocurrido apenas un año y medio antes, en diciembre de 1969. Los Stones, especialmente Jagger, todavía recibían amenazas de muerte de los Angeles del Infierno. Y luego estaba la adicción de Keith y Anita. Ambos se inyectaban heroína tres veces por día; Keith además gustaba de los speedballs, una mezcla de heroína y cocaína que, decía, lo ayudaba a componer. Antes de partir hacia Francia, Keith se había sometido a una cura con una integrante del equipo que había ayudado a dejar la heroína a William Burroughs; pero se mantuvo limpio tan sólo tres días, hasta que llegaron a su casa de visita Gram Parsons y Michael Cooper, sus compañeros de correrías. Cuando llegó a Nellcôte, sabía que no iba a volver a intentar desintoxicarse, y que iba a grabar el disco que debían entregarle a Atlantic en menos de un año completamente sumergido en la adicción.

Y finalmente estaba el problema Bianca. En mayo de 1971, Mick Jagger se casó con la exquisita heredera nicaragüense Bianca Pérez Moreno. A la ceremonia no acudió ningún Rolling Stone salvo Keith Richards, que se la pasó roncando y se negó a tocar para los novios. Bianca luego se negó a pisar Nellcôte y alquiló, ya embarazada, un departamento en París. Y entonces empezó la histeria. A Jagger no le gustaba que Richards pasara tanto tiempo con Gram Parsons (“Quería protegerme; pero también, y sobre todo, estaba celoso”, le dijo Richards a la revista Classic Rock hace menos de un mes). Bianca odiaba a Anita y no soportaba a Keith. Anita odiaba a Bianca con pasión: dicen que intentó hacerle brujería. Jagger no sabía qué hacer, ni cómo mediar entre su mejor amigo y su esposa. Nada bueno podía salir de todo este drama, pensaban todos.
Pero salió Exile on Main St.

Los subterraneos

El productor Jimmy Miller y el ingeniero de sonido Andy Johns –que  sólo tenía 21 años en ese verano de 1971– pasaron meses buscando un  estudio en el sur de Francia para poder grabar el sucesor de Sticky  Fingers, pero no encontraron nada que fuera adecuado. Además, poco a  poco iba quedando claro que la mansión de Keith Richards funcionaba como  imán, especialmente porque su dueño no quería salir de allí. Así que  tomaron una decisión: instalar el equipo de grabación móvil de los  Stones en la puerta de la casa –un camión enorme que albergaba la  tecnología más avanzada de la época–, y tirar cables hacia el oscuro y  húmedo sótano de Nellcôte, donde el grupo iba a componer el disco, el  lugar que funcionaría como sala. Hicieron falta más cables, sin embargo:  la endeble instalación eléctrica de la mansión no podía aguantar las  nuevas exigencias energéticas, por lo que el equipo se conectó  ilegalmente a las líneas eléctricas de los ferrocarriles franceses, que  pasaban cerca. Esos cables robados pasaban a través de la ventana de la  cocina. Era ciertamente incómodo: los Stones ya eran un grupo  aburguesado, acostumbrado a grabar en situaciones principescas. Mick  Jagger odiaba particularmente todo el asunto. “Todos estaban drogados  con algo. Así que no era agradable. Era una cosa comunitaria, no sabías  si estabas grabando o viviendo o cenando. Yo no la pasaba bien. No sabía  cuándo iba a tocar, cuándo tenía que cantar. Era muy difícil, había  demasiados parásitos. Me dejé llevar por la corriente y el disco se  empezó, pero fue casi imposible. Todos tenían la cabeza en otra parte. Y  los productores, los ingenieros, toda la gente que se suponía debía ser  la más organizada, eran los más desorganizados de todos.” Del sótano  tampoco guarda buenos recuerdos; cuenta en el libro Keith Richards: The  Biography de Victor Bockris: “Grabábamos en el desagradable sótano de  Keith, que parecía una cárcel. A mí me gusta grabar en salas muy  grandes. Había una humedad increíble. No podía soportarlo. En cuanto  abría la boca para cantar, me quedaba sin voz. Era tan húmedo que todas  las guitarras se desafinaban antes de llegar al final de la canción”.  Las guitarras se grababan en la cocina, donde había azulejos que  proveían una mejor acústica. Bill Wyman tenía un cuartito para tocar su  bajo, pero era tan chico que debía dejar el amplificador del otro lado  de la puerta. Toda la rutina se acomodaba a los horarios del dueño de  casa: si se despertaba a medianoche, entonces se tocaba hasta el  amanecer; si se despertaba al mediodía, entonces se tocaba hasta la hora  de cenar. Los técnicos alquilaron casas en los alrededores. Los Stones  solían quedarse en Nellcôte (Jagger vivía en París, Charlie Watts en  Cervennes), pero cuando se iban, no volvían en unos cuantos días. Jagger  desaparecía con mucha frecuencia, cosa que enfurecía a Keith. Así fue  que algunas canciones emblemáticas, como “Happy”, se grabaron casi sin  los Stones: Richards en guitarra y voz, Jimmy Miller en batería y bajo,  saxo a cargo de Bobby Keys. “Rocks Off” se registró a las nueve de la  mañana, en dos tomas: Richards despertó a los gritos a los ingenieros  para que grabaran lo que recién había sacado, esa canción sobre la  decadencia y la pereza y la adicción que parecía resumir el fatal verano  francés: “Siempre escucho voces por la calle / Quiero gritar, pero  apenas puedo hablar... / Pateame como lo hiciste antes, ya ni siquiera  puedo sentir dolor”. Jamás faltaba droga, porque Marsella estaba muy  cerca y era la capital europea de la heroína, el hogar de la mafia  corsa. Los dealers iban a Nellcôte con heroína tailandesa, llamada  “algodón de azúcar” por su tono rosa y su calidad. Otros pasaban cocaína  dentro de regalos para Marlon, el primogénito Richards (dentro de un  piano de juguete, por ejemplo). Keith se compró un yate, al que llamó  Mandrax, y trataba de acercarse a otros buques en el puerto de aguas  profundas, convencido de que debían contar con cargamentos de hachís y  opio de gran calidad. En general no conseguía nada, chocaba el yate  contra otros barcos y contra el muelle, y en ocasiones se quedaba sin  combustible. Anita Pallenberg recuerda esa época de combustión creativa  en la biografía de Bockris: “Fue un maratón musical increíble, pero  también fue una pesadilla. Creativamente era genial, todo el mundo en su  sitio, y entonces llegaba Mick y se ponía a cantar ‘Sweet Black Angel’,  y eso podía continuar dos días seguidos; pero durante todo el tiempo  que pasamos en la casa nunca estuvimos solos. Día tras día éramos diez  personas para comer, veinticinco para cenar. Creo que nadie durmió en  todo el verano. Yo tenía que ocuparme de todo. Era la única persona que  hablaba bien el francés. Y luego estaban los delincuentes del lugar, que  en cierto modo se mudaron con nosotros. Decían: ‘Vamos a venir aquí y  vamos a destrozar la casa, vamos a hacer esto y aquello’. Y yo pensé:  mejor que los contratemos y los hagamos trabajar para nosotros. De modo  que teníamos a un montón de lugareños, peligrosos, trabajando en la  cocina. Al final nos encontramos a traficantes de drogas en la puerta de  casa haciendo todo tipo de negocios, y así fue como todo se fue al  carajo. Habíamos abierto las puertas; estaban abiertas porque todo el  mundo entraba y salía (los músicos, todo el mundo). Un día entré en el  salón y vi a esos tipejos que llevaban medio kilo de heroína cada uno en  las botas, y los eché a patadas. Era una locura”.

Hoy, Keith Richards insiste en que no era para tanto, que mucho es leyenda, que un disco doble como acabó siendo Exile on Main St. no habría podido lograrse sin cierta ética de trabajo y alguna disciplina particular. Pero reconoce que fue la primera vez que trabajó como quería, sin horarios, con los músicos más o menos en el mismo lugar todo el tiempo, con tiempo, dejando que las cosas ocurrieran, capturando los accidentes. “A esta banda se le saca lo mejor cuando cree que no está trabajando. Hice un disco doble cuando más metido estaba en la heroína. Puedo asegurar que no afectó en absoluto mi capacidad como músico. Y creo que también influyó que yo viviera sobre la fábrica. A lo mejor debería intentarlo de nuevo, a lo mejor debería meter a los Stones en el sótano otra vez.”

El lento despertar

Se terminaba el verano, y el nuevo disco iba tomando forma. En el sótano, algunas noches la temperatura subía hasta los 40, y así se escribieron canciones como “Ventilator Blues”, de Mick Taylor, un homenaje al único ventilador de la sala. La música se escuchaba todo el día desde la calle. Los vecinos no se quejaban, pero la policía estaba atenta. Y se pusieron mucho más en alerta cuando una tarde Keith, en una pelea con un guardia costero porque quería ver el yate de Errol Flynn, sacó el arma de juguete de Marlon para amenazar al efectivo. Agentes de la policía visitaron Nellcôte tras el incidente, y se fueron con la promesa de buena conducta y algunos discos autografiados. Pero ahora estaban sobre aviso.
Mick Jagger, que acababa de ser padre de su segunda hija, Jade, anunció que él daba por terminadas las sesiones de Nellcôte, cosa que enfureció a Keith. No hubo vuelta atrás. El paraíso artificial se ensombreció más cuando una noche, y a pesar de que había más de diez personas durmiendo en la casa, alguien entró y se llevó las atesoradas once guitarras de Keith Richards (además de un bajo y un saxo de Bobby Keys). ¿Una deuda de droga no saldada? Probablemente. Días antes, Keith y Anita habían incendiado accidentalmente su cama; ella estaba embarazada de tres meses, y no podía dejar la heroína. Bill Wyman ya había dejado de ir a Nellcôte: odiaba el ambiente. Gram Parsons también se había marchado, entre otras cosas por presión de Jagger, y porque no había conseguido grabar el planeado disco de country con Richards –¡y qué disco hubiera sido!–: su adicción era demasiado profunda. Moriría dos años después, en 1973. Richards no volvió a verlo. Un segundo robo dejó a los inquilinos de Nellcôte sin ropa ni dinero. La policía ya estaba lista para acusarlos de tenencia de drogas, y de posible tráfico (o de permitir que se traficara bajo su techo). Escaparon por un pelo: el primer intento de salir del país casi les fue negado, pero los poderosos abogados de los Stones convencieron a las autoridades judiciales francesas de que Keith y Anita volverían, presentando como garantía algunos meses más de contrato de alquiler en Nellcôte.

Para noviembre, todos estaban en Los Angeles, en el Sunset Studio, terminando el disco con colaboradores como Billy Preston y Dr. John. A nadie le gustaba mucho cómo sonaba lo obtenido en el sótano francés, pero coincidían en que el disco tenía algo, cierto filo, una suciedad espectral, una mezcla de pereza y oscuridad con iluminaciones creativas. Exile on Main St. se editó en mayo de 1972. Fue el último gran álbum de los Rolling Stones, el final del gran período iniciado con Beggar’s Banquet en 1968, “los cimientos en donde todavía descansa su carrera”, como escribe el biógrafo Stephen Davies en Old Gods Almost Dead. El mejor disco de los Rolling Stones, para muchos; ciertamente el gran testamento de una era, la puerta de entrada, hermosa y desenfrenada, a los terribles años ’70.

Los Rolling Stones nunca volvieron a sacar un disco que estuviera a la altura de Exile on Main St. O cerca siquiera. Fue, también para ellos, el inexorable final de la magia negra.


Los Stones en la pantalla de la TV

                                                  04/06/10 - 11:55                                                      

I.Sat emitirá mañana el documental presentado este año en Cannes sobre la grabación del mítico disco “Exile on Main St.”.

                     "Stones in Exile", el [b]documental[/b] sobre los  Rolling Stones en el proceso de creación de uno de sus mejores discos,  "Exile on Main St.", llegará a la televisión argentina, apenas u[b]n  par de meses después de su presentación en el Festival de Cannes[/b].

El documental dirigido por Stephen Kijak será emitido por I.Sat mañana a las 22, con una primera repetición el domingo a las 12. Más tarde llegará seguramente una larga rotación.
El trabajo, que llevó a Cannes a Mick Jagger este año, retrata la grabación del mítico disco en 1969, aunque recién vería la luz un par de años más tarde.
Producido por la BBC, el documental incluye fotos e imágenes de archivo, entrevistas a los integrantes de la banda y las declaraciones de una selección de músicos y personalidades como Don Was, Will.I.Am (de Black Eyed Peas), Jack White (de The White Stripes) y Martin Scorsese.

Los Stones en la pantalla de la TV


El aplauso de una sola mano

Por Juan Forn

Decir Wittgenstein hoy remite en forma automática al inclasificable Ludwig, el único de los filósofos del siglo veinte que subordinó su pensamiento a su ética (a tal punto de que en su juventud renunció a una herencia equivalente a trescientos millones de dólares de hoy, además de abandonar cinco veces en su vida la filosofía para ser, sucesivamente, soldado raso en la Primera Guerra, maestro rural en Austria, jardinero de un monasterio en Suiza, enfermero en Londres durante la Segunda Guerra y, por fin, solitario habitante de una precaria cabaña en los confines de Irlanda). Ludwig W revolucionó dos veces la filosofía: primero de jovencito, con un libro de setenta páginas (el Tractatus Logico-Philosophicus) y treinta años después con sus abrumadoras Investigaciones filosóficas, publicadas póstumamente y hasta el día de hoy no entendidas del todo por nadie. Razón por la cual me permito sospechar, se ha escrito tanto sobre su vida (ningún otro filósofo de nuestra época ha despertado tal afán biográfico: ni siquiera Heidegger, con sus amores por el nazismo y Hannah Arendt). Es tanto lo que se ha dicho sobre Ludwig W que yo prefiero hablarles de su hermano Paul.

Paul Wittgenstein inició su carrera como concertista de piano en 1914 (su despótico y millonario padre había muerto el año anterior, permitiéndole ser artífice de su propio destino, cosa que no pudieron hacer los tres hermanos mayores, que terminaron suicidándose antes de cumplir los treinta años, los tres). Convocado a filas por el inicio de la Primera Guerra, Paul recibió una descarga de metralla en el brazo derecho en su tercer día en el frente y cayó prisionero de los rusos, quienes además de amputarle el brazo en un hospital de campaña lo enviaron al mismo campo en Siberia donde Dostoievski ambientó su Casa de los Muertos. A pesar de las penurias, cuando fue liberado y volvió a Viena, Paul se encerró en la mansión familiar (en cuyos salones había siete pianos de cola), tomando como ejemplo al gran organista ciego Josef Labor y al conde Géza Zichy, un pianista manco húngaro que escribió un libro de consejos para aprender a vestirse y a abrir ostras con una sola mano, entre otras cosas. Paul pasó meses enteros dedicando siete horas diarias al estudio hasta que logró tocar con una sola mano lo que para muchos pianistas de dos manos era imposible. “Mi pulgar izquierdo hace el trabajo de la mano que me falta”, se limitaba a decir. El problema era otro: la falta de repertorio.

Su fortuna personal le permitió resolverlo. A diferencia de su hermano Ludwig, Paul había aceptado gustoso sus trescientos millones de herencia y se dedicó a dilapidarlos alegremente pagando sumas estrambóticas para que músicos de la talla de Ravel, Prokofiev, Britten, Hindemith o Richard Strauss le compusieran especialmente obras para una sola mano. Los compositores comprendían pronto por qué recibían ese pago: Paul hacía los cambios que se le antojaban en la partitura cuando sentía que la orquesta opacaba su performance. Y, como el pago incluía los derechos exclusivos de ejecución, si no le gustaba la pieza la archivaba sin contemplaciones. Fue lo que ocurrió con el concierto que le escribió Hindemith en 1923 (descubierto en un desván de Long Island ochenta años más tarde y estrenado por Leon Fleisher en Berlín en 2004) y con el que encargó a Prokofiev (el pianista Siegfried Rapp, que había perdido el brazo derecho en la Segunda Guerra, logró en 1956 que la viuda de Prokofiev le consiguiera una copia de la partitura y tocó el concierto en público, para furia de Paul, que le hizo juicio y se lo ganó). A Strauss le devolvió una pieza argumentando que no era suficientemente brillante (éste debió entregar una segunda obra, la endiablada Panathenaenzug, para conformarlo). A Ravel lo hizo viajar a Viena y le pidió explícitamente una pieza que al público le sonara “tan completa y cristalina como una obra compuesta para dos manos”. El hoy clásico Concierto para la mano izquierda se estrenó en la Sala Pleyel de París en 1933, con Paul al piano y Ravel al frente de la orquesta. Todas las críticas mencionan que Ravel parecía mucho más nervioso que Paul cuando saludaron antes de tocar.

Era difícil decir si las audiencias que aplaudían a Paul premiaban a un gran concertista o a un asombroso minusválido. Los miembros de su familia, cuyos gustos musicales eran más exigentes que los del público medio, nunca fueron especialmente enfáticos. Una de las hermanas mujeres, Hermine escribió: “Oírlo tocar es una tortura que me deja sumida en la más oprimente tristeza”. Pero el criterio de Hermine no es del todo confiable, teniendo en cuenta que tanto ella como su hermana Gretl simpatizaron con Hitler desde un principio (los nazis les dieron estatus de semi-arias a cambio de todos los activos de la familia en los territorios del Reich; en el libro The House of Wittgenstein, Alexander Waugh calcula que esa “donación” ascendía a seis mil millones de dólares y financió la industria armamentista nazi los primeros tres años de guerra).

Las performances de Paul empeoraron con el paso de los años hasta que dejó de presentarse en vivo. Las únicas grabaciones que dejó son, según unánime opinión, de muy escaso valor. Aunque en su exilio norteamericano nunca logró que le permitieran enseñar en el Conservatorio, tuvo hasta su muerte alumnos particulares, muchos de ellos becados, y minusválidos como él. Su esposa Hilde, que era medio ciega, había sido alumna suya en Viena. Paul tuvo tres hijos con ella (el primero concebido la misma tarde en que Hilde tomó su primera lección, cuando ella tenía dieciocho años y Paul cuarenta y siete). Como Hilde no era judía, Paul había sido acusado de “degeneración racial” y tuvo que dejar Austria de apuro en 1938. Su mujer y sus hijos lo siguieron año y medio después. Allí los instaló en una casa en Long Island y los visitaba durante los fines de semana (ellos sólo podían ir a su departamento de Manhattan si avisaban con anticipación y no podían quedarse a dormir).

Cuando Paul llegó casi con lo puesto a Nueva York y sin su valet de toda la vida, dejó toda la ropa sucia tirada junto a la puerta de su habitación de hotel. Cuando ésta desapareció, debió quedarse dos días sin salir, tapado con una manta, haciendo las entrevistas para contratar un ayuda de cámara. Uno de los aspirantes se ofreció a bajar a Bergdorf-Goodman y traerle ropa si Paul le decía su talle. El confesó que desconocía tal información: nunca en su vida había comprado ropa en un negocio. Todo su guardarropa, incluso sus zapatos, eran hechos a medida.

Cuando Ludwig y Paul eran jóvenes y vivían en la mansión de la familia en Viena, Paul interrumpió un día sus ejercicios de piano para golpear la pared que daba a la habitación vecina, donde Ludwig escribía en silencio. “¡Cómo pretendes que toque el piano con tu escepticismo colándose por debajo de la puerta!”, le gritó. Ludwig no contestó. Estaba demasiado concentrado en su Tractatus Logico-Philosophicus, del cual hizo una sola declaración en toda su vida: “Es un libro que consta de dos partes: la aquí presentada y lo que no escribí. Justamente esa segunda parte es la más importante”. Cada vez que leo esa frase pienso en el famoso koan zen (“Conocemos el sonido que hacen dos manos al aplaudir. Pero ¿cuál es el sonido del aplauso de una sola mano?”) y me pregunto cuál de los dos hermanos Wittgenstein logró acercarse más a la respuesta.

Página/12 :: Contratapa :: El aplauso de una sola mano


De la Sección “Vale Decir”, del mejor Suplemento dominical, Radar

El hijo, el hijo y el hijo


A fines de los años ’50, el psicólogo norteamericano Milton Rokeach tuvo un plan. Tomó a tres de sus pacientes, cada uno de ellos creyéndose Jesús, y los hizo vivir juntos durante dos años en el asilo Ypsilanti para ver si cambiaban su forma de pensar.
El psicólogo estaba intrigado por algunas historias de agentes del servicio secreto que experimentaban una pérdida de contacto con su identidad original. Rokeach se preguntaba si el sentido de identidad podía ser revisado en un entorno experimental. Encontró su respuesta en la Biblia: como las escrituras dicen que hay un solo hijo de Dios, Rokeach decidió confrontar a los tres mesías y documentar la historia en su libro de 1964, ahora agotado: Los tres Cristos de Ypsilanti.
Los delirios de Jesús no son comunes pero sí tienen una larga historia: cuenta Voltaire que, en el año 1663, un tal Simon Morin fue quemado en la hoguera por insistir en que era Jesús (¿y si era verdad?). El excéntrico psicólogo norteamericano Milton Erickson tuvo también la idea de juntar a dos Cristos, y uno de ellos se curó. “Estoy diciendo lo mismo que dice este loco –dijo el recuperado–. Eso significa que yo también debo estar loco.”
Rokeach no tuvo el mismo éxito: sus tres Cristos –Leon, Joseph y Clyde– empezaron mal y siguieron peor. Tuvieron intensos debates que se volvieron discusiones y en algunos casos llegaron a los golpes; no siempre se puede ofrecer la otra mejilla.
Vaughan Bell, un neuropsicólogo de la Universidad de Antioquia, en Colombia, cuenta la historia en el sitio web Slate. Su opinión es que el libro de Rokeach no habla acerca de un experimento serio, sino del plan absurdo de un psicólogo cuya pasión le ganó al sentido común. En una reedición de 1984, Rokeach escribió: “No tenía derecho, ni siquiera en nombre de la ciencia, a jugar a ser Dios e interferir en las vidas de estos hombres”.
El libro Los tres Cristos de Ypsilanti, entonces, cuenta la historia de cuatro locos en un asilo: tres locos que se creían Jesús y un loco que se creía, al mismo tiempo, psicólogo y Dios, pero no necesariamente en ese orden.

Abro el thread con el espíritu de compartir todo aquéllo que te pareció interesante, te llamó la atención, te hizo reír o simplemente te despertó curiosidad y sabías que no daba para abrir un tema porque se íba a perder en el olvido. Porque a los codazos le vamos a hacer un espacio al arte, la cultura, la ciencia, tecnología, etc, etc. La idea es que cuando quieras tomarte un tiempito y leer algo copado, te vengas al thread.

Empiezo posteando lo siguiente porque también quería que todos sepan que mañana I-Sat pondría al aire un Documental que tendría que ser buenísimo para quienes nos gustan los Stones y en particular ése discazo que es “Exile on Main Street”.

Un lugar soleado para gente sombría

         Treinta y ocho años después de su edición original,  los Rolling Stones por fin se decidieron a remasterizar el disco  considerado unánimemente como el mejor de su carrera, Exile on Main St.  El nuevo lanzamiento viene además con un puñado de canciones nuevas y un  documental en DVD. Pero sobre todo revive las discusiones sobre este  excesivo trabajo que Keith Richards considera su favorito y Mick Jagger  desprecia. Y sirve para recordar esos meses en la Costa Azul en que los  Stones se metieron en el sótano de una mansión y salieron con una obra  maestra.

Por Mariana Enriquez

La casa era hermosa. Blanca, del siglo XIX, con 16 habitaciones y techos de 9 metros de altura. La había construido un almirante inglés, sobre una colina desde la que se veía el Mediterráneo, frente al puerto de Villefranche-sur-Mer, la Costa Azul, el sur de Francia. El almirante no había sido feliz en su magnífico hogar: en algún momento sintió que su vida no valía la pena y se suicidó arrojándose desde los tejados. En los años ’40 había sido ocupada por la Gestapo y dice la leyenda que la policía nazi llevó a cabo interrogatorios en el sótano. Pero sobre esa oscuridad subterránea se elevaban palmeras y cipreses, una larga escalera que llevaba a la playa privada, arañas impactantes, terrazas amplísimas, jardines colgantes. A Keith Richards le encantó la casa: decidió que sería su guarida y se instaló allí en junio de 1971 con su hijo Marlon, su mujer Anita Pallenberg y sus perros. Enseguida llegó Gram Parsons, uno de sus mejores amigos, de visita por tres meses junto a su esposa Gretchen. El alquiler costaba 10 mil libras al mes; se escuchaba música country día y noche –Merle Haggard, George Jones– y el chef francés contratado para cocinarles, el gordo Jacques, también era dealer de heroína. Era un refugio perfecto, una estampa de dolce vita para el joven guitarrista mitad forajido, mitad millonario. Cuando el periodista Robert Greenfield visitó Nellcôte –el nombre de la casa–, escribió que le recordaba a la Costa Azul de Suave es la noche, la novela de F. Scott Fitzgerald.

Pero había problemas bajo la fachada de mármol, sol y mar. A Keith Richards le gustaba estar allí, pero no había alquilado una casa en la Costa Azul por placer. El y el resto de los Rolling Stones habían tenido que dejar Inglaterra porque no podían cumplir con la estricta ley fiscal británica. Debían impuestos. Debían más de lo que tenían, y más de lo que podían ganar. Richards, que entonces estaba en un estado de dócil paranoia, creía que les habían lanzado los sabuesos para perseguirlos. Es posible que así fuera: en lo cierto o no, Richards y los Stones tenían motivos para estar con los nervios de punta. Allen Klein, su ex manager, era el responsable de no haber pagado los impuestos; pero, además, no podían separarse de él. ABCKO, la compañía de Klein, era dueña de todas las canciones de los Stones hasta 1969, de las cintas master del catálogo original hasta Get Yer Ya Ya’s Out y de los discos recopilatorios posteriores. Esto significaba que el dinero que les quedaba a los verdaderos autores era poco, aunque ellos vivían como aristócratas. Estaban en pleno juicio con Klein, un hombre extremadamente astuto. Hacia 1970 ya habían fundado sello propio, Rolling Stones Records –Jagger, siempre inteligente para los negocios, le había encargado el diseño del logo, la famosa lengua, a Andy Warhol– y tenían contrato de distribución con el sello Atlantic de Ahmet Ertegun, pero aquella nueva etapa recién empezaba. ¿Y si salía mal? ¿Y si no podían sobrevivir? Marshall Chess, el primer presidente de Rolling Stones Records, un decidido hombre de Chicago, no tenía dudas. Pero los Stones sí. Gran parte de la inseguridad provenía del no superado trauma de Altamont: el concierto gratuito en California, con su saldo de un joven asesinado frente al escenario –el cierre negro de los años ’60–, había ocurrido apenas un año y medio antes, en diciembre de 1969. Los Stones, especialmente Jagger, todavía recibían amenazas de muerte de los Angeles del Infierno. Y luego estaba la adicción de Keith y Anita. Ambos se inyectaban heroína tres veces por día; Keith además gustaba de los speedballs, una mezcla de heroína y cocaína que, decía, lo ayudaba a componer. Antes de partir hacia Francia, Keith se había sometido a una cura con una integrante del equipo que había ayudado a dejar la heroína a William Burroughs; pero se mantuvo limpio tan sólo tres días, hasta que llegaron a su casa de visita Gram Parsons y Michael Cooper, sus compañeros de correrías. Cuando llegó a Nellcôte, sabía que no iba a volver a intentar desintoxicarse, y que iba a grabar el disco que debían entregarle a Atlantic en menos de un año completamente sumergido en la adicción.

Y finalmente estaba el problema Bianca. En mayo de 1971, Mick Jagger se casó con la exquisita heredera nicaragüense Bianca Pérez Moreno. A la ceremonia no acudió ningún Rolling Stone salvo Keith Richards, que se la pasó roncando y se negó a tocar para los novios. Bianca luego se negó a pisar Nellcôte y alquiló, ya embarazada, un departamento en París. Y entonces empezó la histeria. A Jagger no le gustaba que Richards pasara tanto tiempo con Gram Parsons (“Quería protegerme; pero también, y sobre todo, estaba celoso”, le dijo Richards a la revista Classic Rock hace menos de un mes). Bianca odiaba a Anita y no soportaba a Keith. Anita odiaba a Bianca con pasión: dicen que intentó hacerle brujería. Jagger no sabía qué hacer, ni cómo mediar entre su mejor amigo y su esposa. Nada bueno podía salir de todo este drama, pensaban todos.
Pero salió Exile on Main St.

Los subterraneos

El productor Jimmy Miller y el ingeniero de sonido Andy Johns –que  sólo tenía 21 años en ese verano de 1971– pasaron meses buscando un  estudio en el sur de Francia para poder grabar el sucesor de Sticky  Fingers, pero no encontraron nada que fuera adecuado. Además, poco a  poco iba quedando claro que la mansión de Keith Richards funcionaba como  imán, especialmente porque su dueño no quería salir de allí. Así que  tomaron una decisión: instalar el equipo de grabación móvil de los  Stones en la puerta de la casa –un camión enorme que albergaba la  tecnología más avanzada de la época–, y tirar cables hacia el oscuro y  húmedo sótano de Nellcôte, donde el grupo iba a componer el disco, el  lugar que funcionaría como sala. Hicieron falta más cables, sin embargo:  la endeble instalación eléctrica de la mansión no podía aguantar las  nuevas exigencias energéticas, por lo que el equipo se conectó  ilegalmente a las líneas eléctricas de los ferrocarriles franceses, que  pasaban cerca. Esos cables robados pasaban a través de la ventana de la  cocina. Era ciertamente incómodo: los Stones ya eran un grupo  aburguesado, acostumbrado a grabar en situaciones principescas. Mick  Jagger odiaba particularmente todo el asunto. “Todos estaban drogados  con algo. Así que no era agradable. Era una cosa comunitaria, no sabías  si estabas grabando o viviendo o cenando. Yo no la pasaba bien. No sabía  cuándo iba a tocar, cuándo tenía que cantar. Era muy difícil, había  demasiados parásitos. Me dejé llevar por la corriente y el disco se  empezó, pero fue casi imposible. Todos tenían la cabeza en otra parte. Y  los productores, los ingenieros, toda la gente que se suponía debía ser  la más organizada, eran los más desorganizados de todos.” Del sótano  tampoco guarda buenos recuerdos; cuenta en el libro Keith Richards: The  Biography de Victor Bockris: “Grabábamos en el desagradable sótano de  Keith, que parecía una cárcel. A mí me gusta grabar en salas muy  grandes. Había una humedad increíble. No podía soportarlo. En cuanto  abría la boca para cantar, me quedaba sin voz. Era tan húmedo que todas  las guitarras se desafinaban antes de llegar al final de la canción”.  Las guitarras se grababan en la cocina, donde había azulejos que  proveían una mejor acústica. Bill Wyman tenía un cuartito para tocar su  bajo, pero era tan chico que debía dejar el amplificador del otro lado  de la puerta. Toda la rutina se acomodaba a los horarios del dueño de  casa: si se despertaba a medianoche, entonces se tocaba hasta el  amanecer; si se despertaba al mediodía, entonces se tocaba hasta la hora  de cenar. Los técnicos alquilaron casas en los alrededores. Los Stones  solían quedarse en Nellcôte (Jagger vivía en París, Charlie Watts en  Cervennes), pero cuando se iban, no volvían en unos cuantos días. Jagger  desaparecía con mucha frecuencia, cosa que enfurecía a Keith. Así fue  que algunas canciones emblemáticas, como “Happy”, se grabaron casi sin  los Stones: Richards en guitarra y voz, Jimmy Miller en batería y bajo,  saxo a cargo de Bobby Keys. “Rocks Off” se registró a las nueve de la  mañana, en dos tomas: Richards despertó a los gritos a los ingenieros  para que grabaran lo que recién había sacado, esa canción sobre la  decadencia y la pereza y la adicción que parecía resumir el fatal verano  francés: “Siempre escucho voces por la calle / Quiero gritar, pero  apenas puedo hablar... / Pateame como lo hiciste antes, ya ni siquiera  puedo sentir dolor”. Jamás faltaba droga, porque Marsella estaba muy  cerca y era la capital europea de la heroína, el hogar de la mafia  corsa. Los dealers iban a Nellcôte con heroína tailandesa, llamada  “algodón de azúcar” por su tono rosa y su calidad. Otros pasaban cocaína  dentro de regalos para Marlon, el primogénito Richards (dentro de un  piano de juguete, por ejemplo). Keith se compró un yate, al que llamó  Mandrax, y trataba de acercarse a otros buques en el puerto de aguas  profundas, convencido de que debían contar con cargamentos de hachís y  opio de gran calidad. En general no conseguía nada, chocaba el yate  contra otros barcos y contra el muelle, y en ocasiones se quedaba sin  combustible. Anita Pallenberg recuerda esa época de combustión creativa  en la biografía de Bockris: “Fue un maratón musical increíble, pero  también fue una pesadilla. Creativamente era genial, todo el mundo en su  sitio, y entonces llegaba Mick y se ponía a cantar ‘Sweet Black Angel’,  y eso podía continuar dos días seguidos; pero durante todo el tiempo  que pasamos en la casa nunca estuvimos solos. Día tras día éramos diez  personas para comer, veinticinco para cenar. Creo que nadie durmió en  todo el verano. Yo tenía que ocuparme de todo. Era la única persona que  hablaba bien el francés. Y luego estaban los delincuentes del lugar, que  en cierto modo se mudaron con nosotros. Decían: ‘Vamos a venir aquí y  vamos a destrozar la casa, vamos a hacer esto y aquello’. Y yo pensé:  mejor que los contratemos y los hagamos trabajar para nosotros. De modo  que teníamos a un montón de lugareños, peligrosos, trabajando en la  cocina. Al final nos encontramos a traficantes de drogas en la puerta de  casa haciendo todo tipo de negocios, y así fue como todo se fue al  carajo. Habíamos abierto las puertas; estaban abiertas porque todo el  mundo entraba y salía (los músicos, todo el mundo). Un día entré en el  salón y vi a esos tipejos que llevaban medio kilo de heroína cada uno en  las botas, y los eché a patadas. Era una locura”.

Hoy, Keith Richards insiste en que no era para tanto, que mucho es leyenda, que un disco doble como acabó siendo Exile on Main St. no habría podido lograrse sin cierta ética de trabajo y alguna disciplina particular. Pero reconoce que fue la primera vez que trabajó como quería, sin horarios, con los músicos más o menos en el mismo lugar todo el tiempo, con tiempo, dejando que las cosas ocurrieran, capturando los accidentes. “A esta banda se le saca lo mejor cuando cree que no está trabajando. Hice un disco doble cuando más metido estaba en la heroína. Puedo asegurar que no afectó en absoluto mi capacidad como músico. Y creo que también influyó que yo viviera sobre la fábrica. A lo mejor debería intentarlo de nuevo, a lo mejor debería meter a los Stones en el sótano otra vez.”

El lento despertar

Se terminaba el verano, y el nuevo disco iba tomando forma. En el sótano, algunas noches la temperatura subía hasta los 40, y así se escribieron canciones como “Ventilator Blues”, de Mick Taylor, un homenaje al único ventilador de la sala. La música se escuchaba todo el día desde la calle. Los vecinos no se quejaban, pero la policía estaba atenta. Y se pusieron mucho más en alerta cuando una tarde Keith, en una pelea con un guardia costero porque quería ver el yate de Errol Flynn, sacó el arma de juguete de Marlon para amenazar al efectivo. Agentes de la policía visitaron Nellcôte tras el incidente, y se fueron con la promesa de buena conducta y algunos discos autografiados. Pero ahora estaban sobre aviso.
Mick Jagger, que acababa de ser padre de su segunda hija, Jade, anunció que él daba por terminadas las sesiones de Nellcôte, cosa que enfureció a Keith. No hubo vuelta atrás. El paraíso artificial se ensombreció más cuando una noche, y a pesar de que había más de diez personas durmiendo en la casa, alguien entró y se llevó las atesoradas once guitarras de Keith Richards (además de un bajo y un saxo de Bobby Keys). ¿Una deuda de droga no saldada? Probablemente. Días antes, Keith y Anita habían incendiado accidentalmente su cama; ella estaba embarazada de tres meses, y no podía dejar la heroína. Bill Wyman ya había dejado de ir a Nellcôte: odiaba el ambiente. Gram Parsons también se había marchado, entre otras cosas por presión de Jagger, y porque no había conseguido grabar el planeado disco de country con Richards –¡y qué disco hubiera sido!–: su adicción era demasiado profunda. Moriría dos años después, en 1973. Richards no volvió a verlo. Un segundo robo dejó a los inquilinos de Nellcôte sin ropa ni dinero. La policía ya estaba lista para acusarlos de tenencia de drogas, y de posible tráfico (o de permitir que se traficara bajo su techo). Escaparon por un pelo: el primer intento de salir del país casi les fue negado, pero los poderosos abogados de los Stones convencieron a las autoridades judiciales francesas de que Keith y Anita volverían, presentando como garantía algunos meses más de contrato de alquiler en Nellcôte.

Para noviembre, todos estaban en Los Angeles, en el Sunset Studio, terminando el disco con colaboradores como Billy Preston y Dr. John. A nadie le gustaba mucho cómo sonaba lo obtenido en el sótano francés, pero coincidían en que el disco tenía algo, cierto filo, una suciedad espectral, una mezcla de pereza y oscuridad con iluminaciones creativas. Exile on Main St. se editó en mayo de 1972. Fue el último gran álbum de los Rolling Stones, el final del gran período iniciado con Beggar’s Banquet en 1968, “los cimientos en donde todavía descansa su carrera”, como escribe el biógrafo Stephen Davies en Old Gods Almost Dead. El mejor disco de los Rolling Stones, para muchos; ciertamente el gran testamento de una era, la puerta de entrada, hermosa y desenfrenada, a los terribles años ’70.

Los Rolling Stones nunca volvieron a sacar un disco que estuviera a la altura de Exile on Main St. O cerca siquiera. Fue, también para ellos, el inexorable final de la magia negra.


Los Stones en la pantalla de la TV

                                                  04/06/10 - 11:55                                                      

I.Sat emitirá mañana el documental presentado este año en Cannes sobre la grabación del mítico disco “Exile on Main St.”.

                     "Stones in Exile", el [b]documental[/b] sobre los  Rolling Stones en el proceso de creación de uno de sus mejores discos,  "Exile on Main St.", llegará a la televisión argentina, apenas u[b]n  par de meses después de su presentación en el Festival de Cannes[/b].

El documental dirigido por Stephen Kijak será emitido por I.Sat mañana a las 22, con una primera repetición el domingo a las 12. Más tarde llegará seguramente una larga rotación.
El trabajo, que llevó a Cannes a Mick Jagger este año, retrata la grabación del mítico disco en 1969, aunque recién vería la luz un par de años más tarde.
Producido por la BBC, el documental incluye fotos e imágenes de archivo, entrevistas a los integrantes de la banda y las declaraciones de una selección de músicos y personalidades como Don Was, Will.I.Am (de Black Eyed Peas), Jack White (de The White Stripes) y Martin Scorsese.

Los Stones en la pantalla de la TV


El aplauso de una sola mano

Por Juan Forn

Decir Wittgenstein hoy remite en forma automática al inclasificable Ludwig, el único de los filósofos del siglo veinte que subordinó su pensamiento a su ética (a tal punto de que en su juventud renunció a una herencia equivalente a trescientos millones de dólares de hoy, además de abandonar cinco veces en su vida la filosofía para ser, sucesivamente, soldado raso en la Primera Guerra, maestro rural en Austria, jardinero de un monasterio en Suiza, enfermero en Londres durante la Segunda Guerra y, por fin, solitario habitante de una precaria cabaña en los confines de Irlanda). Ludwig W revolucionó dos veces la filosofía: primero de jovencito, con un libro de setenta páginas (el Tractatus Logico-Philosophicus) y treinta años después con sus abrumadoras Investigaciones filosóficas, publicadas póstumamente y hasta el día de hoy no entendidas del todo por nadie. Razón por la cual me permito sospechar, se ha escrito tanto sobre su vida (ningún otro filósofo de nuestra época ha despertado tal afán biográfico: ni siquiera Heidegger, con sus amores por el nazismo y Hannah Arendt). Es tanto lo que se ha dicho sobre Ludwig W que yo prefiero hablarles de su hermano Paul.

Paul Wittgenstein inició su carrera como concertista de piano en 1914 (su despótico y millonario padre había muerto el año anterior, permitiéndole ser artífice de su propio destino, cosa que no pudieron hacer los tres hermanos mayores, que terminaron suicidándose antes de cumplir los treinta años, los tres). Convocado a filas por el inicio de la Primera Guerra, Paul recibió una descarga de metralla en el brazo derecho en su tercer día en el frente y cayó prisionero de los rusos, quienes además de amputarle el brazo en un hospital de campaña lo enviaron al mismo campo en Siberia donde Dostoievski ambientó su Casa de los Muertos. A pesar de las penurias, cuando fue liberado y volvió a Viena, Paul se encerró en la mansión familiar (en cuyos salones había siete pianos de cola), tomando como ejemplo al gran organista ciego Josef Labor y al conde Géza Zichy, un pianista manco húngaro que escribió un libro de consejos para aprender a vestirse y a abrir ostras con una sola mano, entre otras cosas. Paul pasó meses enteros dedicando siete horas diarias al estudio hasta que logró tocar con una sola mano lo que para muchos pianistas de dos manos era imposible. “Mi pulgar izquierdo hace el trabajo de la mano que me falta”, se limitaba a decir. El problema era otro: la falta de repertorio.

Su fortuna personal le permitió resolverlo. A diferencia de su hermano Ludwig, Paul había aceptado gustoso sus trescientos millones de herencia y se dedicó a dilapidarlos alegremente pagando sumas estrambóticas para que músicos de la talla de Ravel, Prokofiev, Britten, Hindemith o Richard Strauss le compusieran especialmente obras para una sola mano. Los compositores comprendían pronto por qué recibían ese pago: Paul hacía los cambios que se le antojaban en la partitura cuando sentía que la orquesta opacaba su performance. Y, como el pago incluía los derechos exclusivos de ejecución, si no le gustaba la pieza la archivaba sin contemplaciones. Fue lo que ocurrió con el concierto que le escribió Hindemith en 1923 (descubierto en un desván de Long Island ochenta años más tarde y estrenado por Leon Fleisher en Berlín en 2004) y con el que encargó a Prokofiev (el pianista Siegfried Rapp, que había perdido el brazo derecho en la Segunda Guerra, logró en 1956 que la viuda de Prokofiev le consiguiera una copia de la partitura y tocó el concierto en público, para furia de Paul, que le hizo juicio y se lo ganó). A Strauss le devolvió una pieza argumentando que no era suficientemente brillante (éste debió entregar una segunda obra, la endiablada Panathenaenzug, para conformarlo). A Ravel lo hizo viajar a Viena y le pidió explícitamente una pieza que al público le sonara “tan completa y cristalina como una obra compuesta para dos manos”. El hoy clásico Concierto para la mano izquierda se estrenó en la Sala Pleyel de París en 1933, con Paul al piano y Ravel al frente de la orquesta. Todas las críticas mencionan que Ravel parecía mucho más nervioso que Paul cuando saludaron antes de tocar.

Era difícil decir si las audiencias que aplaudían a Paul premiaban a un gran concertista o a un asombroso minusválido. Los miembros de su familia, cuyos gustos musicales eran más exigentes que los del público medio, nunca fueron especialmente enfáticos. Una de las hermanas mujeres, Hermine escribió: “Oírlo tocar es una tortura que me deja sumida en la más oprimente tristeza”. Pero el criterio de Hermine no es del todo confiable, teniendo en cuenta que tanto ella como su hermana Gretl simpatizaron con Hitler desde un principio (los nazis les dieron estatus de semi-arias a cambio de todos los activos de la familia en los territorios del Reich; en el libro The House of Wittgenstein, Alexander Waugh calcula que esa “donación” ascendía a seis mil millones de dólares y financió la industria armamentista nazi los primeros tres años de guerra).

Las performances de Paul empeoraron con el paso de los años hasta que dejó de presentarse en vivo. Las únicas grabaciones que dejó son, según unánime opinión, de muy escaso valor. Aunque en su exilio norteamericano nunca logró que le permitieran enseñar en el Conservatorio, tuvo hasta su muerte alumnos particulares, muchos de ellos becados, y minusválidos como él. Su esposa Hilde, que era medio ciega, había sido alumna suya en Viena. Paul tuvo tres hijos con ella (el primero concebido la misma tarde en que Hilde tomó su primera lección, cuando ella tenía dieciocho años y Paul cuarenta y siete). Como Hilde no era judía, Paul había sido acusado de “degeneración racial” y tuvo que dejar Austria de apuro en 1938. Su mujer y sus hijos lo siguieron año y medio después. Allí los instaló en una casa en Long Island y los visitaba durante los fines de semana (ellos sólo podían ir a su departamento de Manhattan si avisaban con anticipación y no podían quedarse a dormir).

Cuando Paul llegó casi con lo puesto a Nueva York y sin su valet de toda la vida, dejó toda la ropa sucia tirada junto a la puerta de su habitación de hotel. Cuando ésta desapareció, debió quedarse dos días sin salir, tapado con una manta, haciendo las entrevistas para contratar un ayuda de cámara. Uno de los aspirantes se ofreció a bajar a Bergdorf-Goodman y traerle ropa si Paul le decía su talle. El confesó que desconocía tal información: nunca en su vida había comprado ropa en un negocio. Todo su guardarropa, incluso sus zapatos, eran hechos a medida.

Cuando Ludwig y Paul eran jóvenes y vivían en la mansión de la familia en Viena, Paul interrumpió un día sus ejercicios de piano para golpear la pared que daba a la habitación vecina, donde Ludwig escribía en silencio. “¡Cómo pretendes que toque el piano con tu escepticismo colándose por debajo de la puerta!”, le gritó. Ludwig no contestó. Estaba demasiado concentrado en su Tractatus Logico-Philosophicus, del cual hizo una sola declaración en toda su vida: “Es un libro que consta de dos partes: la aquí presentada y lo que no escribí. Justamente esa segunda parte es la más importante”. Cada vez que leo esa frase pienso en el famoso koan zen (“Conocemos el sonido que hacen dos manos al aplaudir. Pero ¿cuál es el sonido del aplauso de una sola mano?”) y me pregunto cuál de los dos hermanos Wittgenstein logró acercarse más a la respuesta.

Página/12 :: Contratapa :: El aplauso de una sola mano


De la Sección “Vale Decir”, del mejor Suplemento dominical, Radar

El hijo, el hijo y el hijo


A fines de los años ’50, el psicólogo norteamericano Milton Rokeach tuvo un plan. Tomó a tres de sus pacientes, cada uno de ellos creyéndose Jesús, y los hizo vivir juntos durante dos años en el asilo Ypsilanti para ver si cambiaban su forma de pensar.
El psicólogo estaba intrigado por algunas historias de agentes del servicio secreto que experimentaban una pérdida de contacto con su identidad original. Rokeach se preguntaba si el sentido de identidad podía ser revisado en un entorno experimental. Encontró su respuesta en la Biblia: como las escrituras dicen que hay un solo hijo de Dios, Rokeach decidió confrontar a los tres mesías y documentar la historia en su libro de 1964, ahora agotado: Los tres Cristos de Ypsilanti.
Los delirios de Jesús no son comunes pero sí tienen una larga historia: cuenta Voltaire que, en el año 1663, un tal Simon Morin fue quemado en la hoguera por insistir en que era Jesús (¿y si era verdad?). El excéntrico psicólogo norteamericano Milton Erickson tuvo también la idea de juntar a dos Cristos, y uno de ellos se curó. “Estoy diciendo lo mismo que dice este loco –dijo el recuperado–. Eso significa que yo también debo estar loco.”
Rokeach no tuvo el mismo éxito: sus tres Cristos –Leon, Joseph y Clyde– empezaron mal y siguieron peor. Tuvieron intensos debates que se volvieron discusiones y en algunos casos llegaron a los golpes; no siempre se puede ofrecer la otra mejilla.
Vaughan Bell, un neuropsicólogo de la Universidad de Antioquia, en Colombia, cuenta la historia en el sitio web Slate. Su opinión es que el libro de Rokeach no habla acerca de un experimento serio, sino del plan absurdo de un psicólogo cuya pasión le ganó al sentido común. En una reedición de 1984, Rokeach escribió: “No tenía derecho, ni siquiera en nombre de la ciencia, a jugar a ser Dios e interferir en las vidas de estos hombres”.
El libro Los tres Cristos de Ypsilanti, entonces, cuenta la historia de cuatro locos en un asilo: tres locos que se creían Jesús y un loco que se creía, al mismo tiempo, psicólogo y Dios, pero no necesariamente en ese orden.

No sólo me parece una buena idea el thread, sino que no podía arrancar para mí de mejor manera posible. Muy interesante todas las notas, pero lo de Wittgenstein me sacó una risa porque me recuerda al libro de Thomas Bernhard, El sobrino de Wittgenstein. Que librazo, me rio sólo de recordarlo.

Ya tomará color el thread, hay que dejarlo crecer. Saludos Nicklas.

Devolviendo los golpes


En Arabia Saudita, donde tienen cajeros automáticos que escupen monedas de oro puro, existe la policía religiosa. Están a la orden del rey Abdullah y su tarea es vigilar que se cumpla la sharia, la ley religiosa del Islam. Pueden arrestar a homosexuales, prostitutas, fornicadores; es decir, a todo el mundo.
Hubo un incendio en un colegio de chicas en el 2002. El edificio se hallaba cerrado con llave, una práctica común para mantener a las chicas separadas de los chicos. La policía religiosa se agarró a golpes con los bomberos, ya que aquéllos no querían permitir que las chicas salieran a la calle: no estaban cubiertas con la ropa que manda la ley. Los mutaween de la policía religiosa tomaron la decisión: muertas antes que herejes, y así fue que quince chicas murieron en el fuego.
Hace unas semanas, según la agencia de noticias The Media Line, un mutaween estaba de patrulla en la ciudad de Al-Mubarraz, en un parque de atracciones. Como la sharia dicta que está prohibido que hombres y mujeres socialicen si no están casados, el policía detuvo a una pareja joven porque estaban caminando juntos. Les pidió que confirmaran sus identidades y la relación que los unía.
La agencia de noticias no sabe explicar por qué el muchacho se desmayó ahí mismo. Lo que sucedió a continuación no tiene precedentes: la mujer se agarró a golpes con el policía, con tal furia que lo dejó lleno de moretones y lo mandó al hospital.
“Es genial que las mujeres se resistan”, declaró Wajiha al-Huwaidar, una activista por los derechos de la mujer. “La gente está cansada de la policía religiosa y ahora ellos tienen que pagar el precio por la humillación a la que nos sometieron durante años y años. Esto es sólo el principio y habrá más resistencia”.
Ni los mutaween ni la policía común hicieron declaraciones sobre el incidente y los nombres de los involucrados se mantienen en secreto, pero la noticia estuvo en boca de todos los medios de comunicación del país. La mujer podría ser castigada con ir a prisión y además latigazos, todo por golpear a un representante del gobierno.
Las cosas ya no son como antes en Arabia Saudita: el rey Abdullah abrió una universidad mixta, se saca fotografías con mujeres y quiere que puedan trabajar en la corte. Pero el verdadero cambio nunca viene de la mano de los hombres; vendrá de las mujeres y, si es necesario, a golpes.

Si es legal se termina el negocio

Existe en California, Estados Unidos, una zona llamada “el triángulo esmeralda”. Son tres condados cuya economía depende del cultivo de marihuana. En 1983, cuando Reagan lanzó una violenta campaña para erradicar a la plantita más famosa, los precios se fueron al cielo: cinco mil dólares por el medio kilo. De flor, por supuesto, no se trata de ladrillos prensados.
Treinta años más tarde la radio pública NPR explica que el boom económico se terminó. “Un montón de gente había vivido en la miseria durante mucho tiempo hasta que cultivar faso les permitió formar parte de la clase media –cuenta Charley Custer, un escritor y activista que se instaló en el triángulo esmeralda allá por los años ’80–. Hoy en día los agricultores de exteriores no pueden vender su cosecha hasta muchos meses más tarde, y cuando lo hacen, no consiguen el precio de antes.”
Ahora el precio está por debajo de los dos mil dólares el medio kilo. El sheriff Tom Allman dice que hay quien no puede sacarse la mercadería de encima a ningún precio. “Arrestamos a un hombre que tenía 400 kilos de marihuana procesada”, narra el oficial. “‘¿Qué vas a hacer con esto?’, le preguntamos, y nos respondió que no tenía idea.”
Los que sobreviven son los que cultivan en interiores y les venden directamente a los que tienen receta. Si California legaliza la marihuana por completo, la situación podría empeorar y muchos agricultores tendrían que dedicarse a otra cosa. ¿No eso lo que quieren, justamente, aquellos que se oponen a la legalización?


Lo que sé

Por Gus Van Sant

Cocinar para uno mismo es un poco extraño.
Mi padre era un viajante de comercio. Siempre se iba por cuatro o cinco días. Me acuerdo de cuando tenía cuatro o cinco años, apostado contra la ventana como un perrito, mirando la calle vacía, esperando su regreso.
Hacer que el matrimonio gay sea legal significa en parte no tener a una persona no gay dándote órdenes, diciéndote qué es lo que podés tener y qué no.
Creo en algo, un no sé qué-metafísico-científico, como una ecuación o algo así. Pero no sé si creo en un dios consciente que se parezca a un ser humano. Ese tipo de dios es lo que la gente proyecta. No tiene nada que ver con el universo real.
Harvey Milk creía que si toda las personas gay salieran del closet, el mundo se daría cuenta de que conocen o están relacionados con alguna persona gay o lesbiana. Es más difícil odiar a alguien a quien ya conocés o amás.
Mi padre me enseñó muchas cosas. No puede recordar qué exactamente –la devoción ha nublado un poco los detalles–.
Hay un punto en el que tenés que separarte de tu padre; ahí es cuando te convertís en un hombre independiente. Más tarde podés regresar otra vez.
Creo que cuando tenés 16 y 17 años, estás estableciendo las conexiones con el mundo más importantes que probablemente vayas a hacer en tu vida. Si le preguntás a una persona de 70 años cuál es su canción favorita, será una canción que escuchó cuando tenía 16.
Actores: tienen que aprenderse sus parlamentos y llegar a horario.
Toco la guitarra de manera terapéutica; es como tejer. No estoy aprendiendo ni creando nada. No hay canciones. Sólo hay cuerdas y cosas extrañas. Es un poco como murmurar.
En algún punto del camino, un artista tiene que resolver cómo no pensar únicamente en sí mismo.
Estas son las pocas respuestas que Gus Van Sant dio a la sección “Lo que sé” de la revista Esquire.

Recién me puse a leer un poco sobre el Lacrosse y da para compartirlo…

Lacrosse

Para otras aplicaciones, vea Lacrosse (desambiguación).
Lacrosse es a contacto completo deporte del equipo jugado usando una bola de goma sólida pequeña y una raqueta de largo mango llamó un crosse o palillo del lacrosse. El jefe del crosse tiene una red floja encadenada en él que permita que el jugador celebre bola del lacrosse. Offensively el objeto del juego es utilizar el palillo para coger, para llevar, y para pasar la bola en un esfuerzo de anotar en última instancia lanzando la bola en la meta de un opositor. Defensivo el objeto es guardar al equipo de oposición de anotar y dispossess los de la bola con el uso de la comprobación del palillo y del contacto del cuerpo. Hay dos versiones principales del juego; lacrosse al aire libre o del campo y lacrosse de interior o de la caja. Las dos versiones del deporte diferencian en que el lacrosse del campo está jugado con diez jugadores a un lado en un campo áspero el tamaño de a fútbol eche mientras que el lacrosse de la caja se juega con seis jugadores por lado en un recinto similar a el de pista del hockey sobre hielo.
Contenido

Historia del lacrosse

Artículo principal: Historia del lacrosse
Se ha asumido a menudo que el lacrosse conocido proviene la semejanza que un palillo de madera tradicional del lacrosse lleva a a obispo más crosier. El misionario Jean-de-Brébeuf del Jesuit observó esta semejanza en DES Jésuites de la relación alrededor 1640. Sin embargo, la palabra crosse en el francés de ese período estaba un término general usado para cualquier tipo de personal. El lacrosse conocido es simplemente una reflexión de esto y es quizás taquigrafía para la frase “crosse del la de le jeu de” (el juego del palillo enganchado).[1]
En sociedad americana nativa el lacrosse respondió a varios diversos propósitos. El deporte fue utilizado para la resolución del conflicto, el entrenamiento de guerreros jóvenes, y como ritual religioso. Los juegos se podían jugar en una echada sobre una milla ancha y duraron a veces por días. Las bolas tempranas del lacrosse fueron hechas fuera de la piel de ciervo, de la arcilla, de la piedra, y a veces de la madera. Lacrosse ha desempeñado un papel significativo en la comunidad y la vida religiosa de tribus a través del continente por muchos años. El lacrosse temprano fue caracterizado por la implicación espiritual profunda, befitting el alcohol del combate en el cual fue emprendida. Los que participaron hicieron tan en el papel de guerreros, con la meta de traer gloria y honor a sí mismos y a sus tribus.[2] El juego fue dicho para ser jugado “para el placer del creador.”
Lacrosse ha atestiguado modificaciones significativas desde sus orígenes en 17mo siglo, solamente muchos aspectos del deporte siguen siendo iguales. En el tradicional Americano nativo la versión, cada equipo consistió en cerca de 100 a 1.000 hombres en un campo que estiró de cerca de 500 yardas a un par de millas de largo.[3] Estos juegos del lacrosse duraron de sunup al ocaso por dos a tres días. Estos juegos fueron jugados para colocar conflictos entre tribus, para endurecer a guerreros jóvenes con objeto del combate futuro y para dar gracias al creador. Las tribus de Alqonquin refirieron al deporte como “baggatway”.[3] El juego se sabía a Westerners cuando a Francés Jesuit Misionario, Jean de Brébeuf, sierra Iroquois Juego de los naturales él adentro 1636.[4]
En 1856, El Dr. Cervezas de Guillermo George, a Canadiense dentista, fundado Club de Montreal Lacrosse y adentro 1867 él codificó el juego, acortando la longitud de cada juego y reduciendo el número de jugadores a diez por el equipo.[3] El primer juego jugó bajo reglas de las cervezas estaba en Universidad superior de Canadá en 1867, con la universidad superior de Canadá perdiendo al club del grillo de Toronto por una cuenta de 3-1. Por 1900s, High Schools secundarias, universidades, y universidades comenzó a jugar el juego. Lacrosse fue disputado como deporte de la medalla en 1928 y 1932 Olimpiadas. Al ambas ocasiones, más bien que llevar a cabo tryouts y enviar una amalgamación de la Todo-estrella, los E.E.U.U. eligió ser representado por los Jays azules de la universidad de Johns Hopkins. El lacrosse de las mujeres modernas fue empezado Escuela del St Leonards en Escocia en 1890. Fue introducido por la directora de la escuela Louisa Lumsden.[5]
En Estados Unidos, el lacrosse había sido sido sobre todo un deporte regional centrado adentro y alrededor Nueva Inglaterra, upstate Nueva York, Isla larga y Estados Mediados de-Atlánticos. Estos últimos años sin embargo, su renombre ha comenzado a separarse al sur a Georgia y La Florida, así como el oeste a Colorado, California, Tejas, y el Cercano oeste, estimulado por la visibilidad de aumento en los medios, el crecimiento del deporte de universidad, High School secundaria, y programas de la juventud (o “wee del pis”) a través del país. El campeonato de Lacrosse de los hombres de NCAA es atendido Campeonato de NCAA, el atraer Final cuatro de baloncesto de los hombres.[6] El crecimiento del lacrosse también fue facilitado por la introducción de cabezas plásticas en los años 70 por Baltimore- basado STX. Esta innovación redujo el peso y el coste del palillo del lacrosse, y permitió pasos y un juego más rápidos del juego que los palillos de madera tradicionales.
Encima hasta de los años 30 todo el lacrosse fue jugado en campos grandes al aire libre. Alrededor de este tiempo los dueños de las arenas canadienses del hockey inventaron una versión reducida del juego, llamada lacrosse de la caja, como medios de hacer más beneficio de sus inversiones de la arena. Con esta comercialización, en un período del tiempo corto, el lacrosse de la caja se convirtió en la forma dominante del deporte en Canadá. El lacrosse del campo ha atestiguado más recientemente un renacimiento en Canadá como la asociación canadiense de Lacrosse del campo de la universidad comenzó a funcionar a una liga de los hombres colegiales en 1985 que ahora incluye 12 equipos del varsity.
En 1987 un profesional lacrosse de la caja comenzaron a la liga llamó el águila favorable liga de Lacrosse de la caja. Esta liga cambiaría eventual su nombre a Liga nacional de Lacrosse y venga abarcan a clubs del lacrosse en doce ciudades dispersadas a través de los Estados Unidos y del Canadá. En el verano de 2001 una liga profesional del lacrosse del campo conocida como Liga importante Lacrosse (MLL) fue inaugurado. Inicialmente comenzando con seis equipos el MLL ha venido a total de diez clubs situados en áreas metropolitanas importantes a través de los Estados Unidos. En julio 2007 del comandante liga Lacrosse fijó el expediente profesional de la atención del lacrosse cuando casi 20.000 ventiladores atendieron a un juego en Campo de Invesco en Denver, Colorado.

Reglas

El lacrosse de los hombres al aire libre implica dos equipos, cada uno que compite para proyectar un pequeño bola del sólido caucho en la meta del equipo de oposición. Cada equipo comienza con diez jugadores en el campo: un portero o un “goalie”; tres defensores en el extremo defensivo; tres midfielders libremente para vagar el campo entero; y tres atacantes que procuran anotar metas en el extremo ofensivo.
Cada cuarto comienza con una “cara-apagado” en cuál se coloca la bola en la tierra y dos “cara-apagado-hombres” ponen su palillo horizontalmente al lado de la bola, del jefe de las pulgadas del palillo de la bola y del empalmar-extremo señalando abajo de la línea del midfield.[7] los Cara-apagado-hombres desechan para la bola, a menudo “afianzándola” con abrazadera debajo de su palillo y chasqueándola hacia fuera a sus midfielders, que comienzan en la línea que refrena del ala cerca de la línea lateral y el Sprint en cuando silbe está soplado para comenzar el juego. Los atacantes y los defensores no pueden cruzar su “línea que refrena” hasta que un jugador del midfield toma la posesión de la bola.[7] Una cara-apagado también recomienza el juego después de cada meta.
Los jugadores sacan la bola con pala de la tierra con su palillo y pueden funcionar llevar la bola en su palillo, pasar la bola a través del aire a otros jugadores, o lanzarla en la meta. En el lacrosse de los hombres, los jugadores pueden golpear la bola con el pie, así como la cubierta él con sus palillos, con tal que no lo retengan de juego.
Tiempo continúa funcionando en situaciones muertas de la bola tales como metas medias, con dos excepciones: cuando los árbitros juzgan necesario para evitar una pérdida significativa de jugar tiempo, por ejemplo cuando el perseguimiento de una bola tiró a lejano o durante cuidado de un jugador dañado; y en los tres minutos pasados del cuarto trimestre del juego de cualquieres hombres.[8]
El juego es absolutamente rápido y líquido con los juegos típicos que suman diez a veinte metas.

Measurments del campo que juega y del equipo

El campo del juego es 110 yardas (100 m) desea y 60 yardas (54 m) de par en par.[7] Las metas son 6 pies (1.8 m) por 6 pies, conteniendo producir neto del acoplamiento similar a hockey sobre hielo meta. La meta se sienta dentro de un “pliegue circular”, midiendo 18 pies (5.5 m) de diámetro.[7] Detrás del pliegue está el área señalada simplemente como “X”. Un Attackman permanecerá en “X” en la mayoría de los tipos de disposiciones ofensivas, por ejemplo el perseguimiento después de que un tiro en el cual el primer jugador al punto adonde salió la bola consigue la posesión de la bola.
Cada jugador lleva a palillo del lacrosse midiendo entre 40 pulgadas (101.6 centímetros) y 42 pulgadas (106.68 centímetros) de largo (un “crosse corto”), o 52 pulgadas (132.08 centímetros) a 72 (182.88 centímetros) largos (un “crosse largo”).[7] El portero señalado se permite tener un palillo a partir de 40 pulgadas (101.6 centímetros) a 72 pulgadas (182.88 centímetros) de largo. El jefe del crosse en cruces largas y cortas debe ser 6.5 pulgadas o más grandes en su punto más ancho y 2.5 pulgadas anchos o de más ancho en su punto más estrecho.[7]
El jefe del crosse de un portero puede medir hasta 15 pulgadas (38.1 centímetros) de par en par, perceptiblemente más grande que las cabezas de los jugadores del campo para asistir a bloquear tiros.[7] Goalies en los niveles de la juventud utiliza comúnmente cruces más cortas. Aunque la mayoría attackmen y los midfielders utilizan cruces cortas, defensemen llevan cruces largas, y un midfielder en defensa puede llevar un crosse largo.[7] Algunos equipos eligen distribuir sus palillos diferentemente, no infrecuente porque un equipo puede solamente tener 4 cruces largas en el campo durante juego vivo, excepto las cajas de la pena. La mayoría de los palillos modernos tienen un eje del metal, hecho generalmente del aluminio, del titanio o de aleaciones mientras que la cabeza se hace del plástico duro. Los ejes del metal deben tener un plástico o un casquillo de goma más popular en el extremo. Las cabezas se encadenan con la secuencia, el cuero, y el acoplamiento. Las secuencias en “bolsillo” se llaman las secuencias que tiran y las secuencias de la exactitud o de “v”.
Los jugadores de Lacrosse deben usar cascos (o la protección de ojo para las mujeres) y guantes y también use típicamente el hombro y los cojines de codo y usan a veces los cojines de la costilla.[8] Partidarios atléticos y las tazas protectoras para todos los jugadores también se recomiendan fuertemente y se requieren a menudo.[9]

Posiciones

Attackmen

Hay seises Attackmen en el campo contemporáneamente, tres para cada equipo. El uso “corto-palillos” de Attackmen (40 pulgadas). Attackmen debe demostrar la buena palillo-dirección con ambas manos. Attackmen debe poder manejar la presión de la oposición defenseman que se equipan de los palillos largos. Dependiendo del esquema defensivo del equipo de oposición son también los jugadores que anotan la mayor parte de las metas. Una necesidad attackman tiene un buen sentido de qué se está encendiendo alrededor de él y está de donde sus compañeros de equipo siempre. Attackmen son también responsable de setting-up en la formación rápida o lenta de la rotura cuando un “middie” o el claro defenseman tiene una escapada. Esto parece generalmente un “L” con dos la línea de la meta extendida (GLE) y uno para arriba hacia el midfield lejos del “middie” que viene abajo. El “montar” ocurre cuando la bola turned over en el extremo ofensivo y el Attackmen se fuerza para defender la otra defensa de los equipos del “claro” la bola al campo enfrente del extremo.[10]

Midfielder

Designado comúnmente las “blusas holgadas” seises Midfielders se permiten en el campo inmediatamente, tres para cada equipo. Se permiten moverse dondequiera en el campo mientras que juegan ofensa y la defensa. Hay dos tipos de Midfielders, de la defensiva y de ofensiva. Los dos pueden rotar escurr las líneas laterales. El Midfielders se permite utilizar los corto-palillos y hasta un largo-poste. Mientras que en la ofensa tres los corto-palillos se utilizan generalmente para su palillo-dirección superior. Mientras que en la defensa dos los corto-palillos se utilizan con un largo-poste. Algunos equipos tienen un middie señalado de la cara-apagado (la fogo-cara apagado baja) ese las tomas la mayoría de la cara-offs y generalmente se substituyen rápidamente después de que la cara-apagado sea completa.

Defensemen

En los hombres se permite a los jugadores defensivos del juego utilizar los “postes largos” (que tienen seis pies de largo), mientras que en las mujeres los jugadores defensivos del lacrosse utilizan el mismo tipo de palillo que los otros jugadores en el campo. El Defensemen utiliza su palillo para lanzar cheques e intento para desalojar la bola. Los “largo-postes” pueden también jugar al mid-field como defensor estratégico, a.k.a. un middie del Largo-palillo (LSM). Los equipos utilizan generalmente esto para anticipar perder la cara-apagado y para ser más fuertes en defensa. Hay tres Defensemen por el equipo y un midfielder largo del palillo permitidos en el campo a la vez en NCAA y la competición de la High School secundaria.

Portero

Artículo principal: Portero (lacrosse del campo)
El trabajo del portero es evitar que la bola consiga en la meta. Goalies también dirige la defensa del equipo. Necesidad de Goalies de ser resistente físicamente y mentalmente. También el Goalie necesita ser el jugador más ruidoso en el campo que llama la posición de la bola siempre así que la defensa puede concentrarse en el hombre que son cubierta en vez de donde está la bola. El Goalie necesita poder guardar su calma en el campo mientras que aguanta los tiros que son capaces de alcanzar sobre 100 MPH. El Goalie es el jefe de la defensa y generalmente el equipo entero.

Lacrosse de la caja

Artículo principal: Lacrosse de la caja
Juego de los canadienses lo más comúnmente posible lacrosse de la caja, una versión de interior del juego jugó por los equipos de seises en las pistas del hockey sobre hielo en donde el hielo ha sido quitado o cubierto por el césped artificial. El área que juega incluida se llama una caja, en contraste con el campo que juega abierto del juego tradicional.[11] Esta versión del juego fue introducida en los años 30 para promover el negocio para las arenas del hockey, y dentro de varios años había suplantado casi el lacrosse del campo en Canadá.
En lacrosse de la caja la meta es más pequeña que en lacrosse al aire libre, y el goaltender usa un acolchado mucho más protector.[11] Hay un reloj del tiro y el equipo que ataca debe tomar un tiro en meta en el plazo de 30 segundos de ganar la posesión de la bola. El Cross-checking es legal en lacrosse de la caja en contraste con el juego del campo donde se considera una pena. [11]
El lacrosse de interior es una versión del lacrosse de la caja jugada por Liga nacional de Lacrosse, que emplea cambios leves de la regla del juego tradicional de la caja. Notablemente, los juegos se juegan durante el invierno,[11] no sólo en regiones donde está popular el lacrosse del verano pero también en las regiones donde el lacrosse se juega raramente en verano. Esta versión del juego fue pensada para ser menos violenta que lacrosse de la caja, aunque los cambios en reglas del lacrosse de la caja han reducido algo de su juego violento y un cambio en reglas de interior del lacrosse al cross-checking del permiso (que golpea a otro jugador con el palillo con sus manos aparte en el eje) lo ha hecho más violento. Las principales diferencias entre las dos formas del juego de interior ahora son que los juegos de interior del lacrosse consisten en 4 x 15 cuartos minuciosos comparados con 3 x 20 períodos minuciosos en lacrosse de la caja, y que los jugadores de interior del lacrosse pueden utilizar solamente los palillos con los ejes huecos, mientras que el lacrosse de la caja permite los palillos de madera sólidos.[12] El lacrosse de interior se juega siempre en el césped artificial (a veces llamado “alfombra”), mientras que el lacrosse de la caja se juega generalmente en el concreto pelado.[11]

Lacrosse de las mujeres

Artículo principal: Lacrosse de las mujeres
Las reglas del lacrosse de las mujeres diferencian perceptiblemente del lacrosse de los hombres, lo más notablemente posible por el equipo y el grado del contacto físico permisible.[13]
El juego del lacrosse de las primeras mujeres modernas fue llevado a cabo en Escuela del St Leonards en Escocia en 1890. Fue introducido por la directora de la escuela Louisa Lumsden.[5] El equipo del lacrosse de las primeras mujeres en los Estados Unidos fue establecido en Escuela de Bryn Mawr en Baltimore, Maryland. El lacrosse de los hombres y de las mujeres fue jugado bajo virtualmente mismas reglas, sin el equipo protector, hasta los mediados de los años treinta.
NCAA la división de Lacrosse de las mujeres comencé el juego en 1982. Universidad de Maryland, parque de la universidad ha dominado tradicionalmente a mujeres juego intercollegiate, produciendo muchos coches principales a través del país y los muchos E.E.U.U. jugadores nacionales del equipo. La señora Terps ganó siete consecutivos Campeonatos de NCAA, a partir el 1995 a 2001. Universidad de Princeton’los equipos de las mujeres de s le han hecho al juego final siete veces desde 1993 y han ganado tres títulos de NCAA, en 1993, 2002, y 2003. Estos últimos años, Universidad del noroeste se ha convertido una fuerza, ganando el campeonato nacional a partir el 2005 a 2008.[14]
Internacionalmente, el juego se juega comúnmente adentro Británico muchachas escuelas independientes, y mientras que solamente un deporte de menor importancia adentro Australia, se juega a una mayor nivel muy en el nivel de la élite, donde su escuadrilla nacional ganó el 2005 Taza del mundo de Lacrosse de las mujeres. La taza del mundo de las mujeres siguientes será jugada en 2009 recibidos cerca Praga, república checa.[15]

Lacrosse internacional

Lacrosse se ha jugado para la mayor parte adentro Canadá y Estados Unidos, con las comunidades pequeñas pero dedicadas del lacrosse adentro Gran Bretaña y Australia. Recientemente, sin embargo, el lacrosse ha comenzado a prosperar en un nivel internacional con el deporte que se establecía en muchos países nuevos y de gran envergadura, particularmente en Europa y Asia del este.
Con el lacrosse que es un funcionario Deporte olímpico desde 1908, el pináculo de la competición internacional del lacrosse consiste en el quadrennial Campeonatos del mundo. Actualmente, hay campeonatos del mundo para el lacrosse en hombres mayores, mujeres mayores, debajo de 19 hombres y debajo de 19 mujeres nivel. Hasta 1986, los campeonatos del mundo del lacrosse habían sido disputados solamente por Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Australia, con Escocia y País de Gales también compitiendo en la edición de las mujeres. La extensión del juego internacionalmente consideró que la taza del mundo de las 2005 mujeres compitió para cerca de diez naciones, y Campeonato del mundo de 2006 hombres fue disputado por 21 países.
En 2003, el primer Campeonato de interior de Lacrosse del mundo fue disputado por seis naciones en cuatro sitios en Ontario, Canadá. Canadá ganó el campeonato en un juego final contra el Iroqouis, 21-4. Los 2007 WILC fueron sostenidos en Halifax, Canadá encendido del 14 al 20 de mayo. Los equipos de Australia, de Canadá, la república checa, de Inglaterra, de Irlanda, nacionales del Iroquois, de Escocia y de los Estados Unidos compitieron.
La competición internacional más grande siguiente del lacrosse del campo es Campeonatos europeos de Lacrosse. Sostenido para los hombres y las mujeres, la federación europea de Lacrosse (DUENDE) ha estado funcionando los campeonatos europeos desde entonces 1995. Antes de que 2001 los campeonatos fueran un acontecimiento anual, pero adentro 2001 el DUENDE cambió el formato a cada cuatro años entre el campeonato del mundo. Antes 2004, solamente 7 naciones habían participado siempre, pero en 2004 había un número de registro de países que participaban, con 12 hombres y 6 mujeres, que le hicieron el acontecimiento internacional más grande del lacrosse de 2004. Los campeonatos europeos siguientes de Lacrosse serán llevados a cabo en Lahti, Finlandia en 2008.
Los campeonatos de Lacrosse del mundo han sido dominados por los Estados Unidos, particularmente en el juego de los hombres, donde estaban las únicas pérdidas del juego del campeonato del mundo en cualquier nivel en 1978 final a Canadá y final 2006 a Canadá. Los E.E.U.U. han ganado 8 de los 10 hombres mayores y los cinco bajo 19 torneos de los hombres hasta la fecha. En el juego de las mujeres, Australia ha proporcionado una competición más tiesa, incluso celebrando un expediente que ganaba contra los E.E.U.U. de 6 triunfos a 5 en los campeonatos mayores del mundo, más un drenaje. A pesar de esto, los E.E.U.U. han ganado 5 de las 7 mujeres mayores y 2 de los 3 bajo 19 torneos de las mujeres hasta la fecha, con los otros campeonatos del mundo ganados por Australia, incluyendo el trofeo de las 2005 mujeres mayores.
Nacionales del Iroquois son los miembros el consistir en el equipo de las seis naciones del Confederacy del Iroquois. Admitieron al equipo a Federación internacional de Lacrosse (ILF) adentro 1990. Es el único Americano nativo equipo sancionado para competir en cualquier deporte internacionalmente. Los nacionales pusieron cuarto en el 1998, el 2002 y el 2006 Campeonatos de Lacrosse del mundo.

Hoy volvì a leer esto, no lo hacìa desde hace mas de 2 años que rendì la materia.

Democracia griega

El término “democracia”, se refiere al “demos-kratos” (δεμοσκρατοs; demos = pueblo, kratos = gobierno). La democracia floreció en la Antigua Grecia, específicamente en la Atenas del siglo V a. C. (el siglo de Pericles). Por ello se le denomina frecuentemente como democracia ateniense. Tuvo una vida relativamente prolongada en comparación con las democracias liberales actuales, pues puede hablarse de período democrático en Atenas desde las reformas de Clístenes alrededor de 510 a. C. hasta la supresión de las instituciones democráticas a causa de la hegemonía macedonia en 322 a. C. También hay que citar como antecedente al sistema timocrático establecido en Atenas por la Constitución de Solón en el año 594 a. C.
Atenas fue una de las primeras democracias conocidas (aunque algunas investigaciones antropológicas sugieren que los comportamientos democráticos fueron probablemente habituales en algunas sociedades apátridas mucho antes de la época de esplendor de Atenas). Otras ciudades griegas también establecieron democracias, pero no todas siguiendo el modelo ateniense, y desde luego ninguna fue tan poderosa ni tan estable (o bien documentada) como la de Atenas. Sigue siendo un experimento único e intrigante en la democracia directa, donde la gente no elige a representantes para votar en su nombre, sino que desarrollaban la legislación y ejercían el poder ejecutivo de manera personal. No obstante, la participación no era ni mucho menos universal, pero dentro de los que participaban apenas influía el poder económico, y la cantidad de gente involucrada era enorme. La opinión pública de los votantes estaba influenciada notablemente por la sátira política realizada por los poetas cómicos en los teatros.
Solón (594 a. C.), Clístenes (509 a. C.) y Efialtes de Atenas (462 a. C.) contribuyeron al desarrollo de la democracia ateniense. Los historiadores discrepan sobre cuál de ellos fue responsable de la creación de cada una de las instituciones, y cuáles de ellas representaron más fielmente un movimiento verdaderamente democrático. Lo más habitual es tomar como referencia de partida de la democracia a Clístenes, puesto que la constitución de Solón fue abolida y substituida por la tiranía de Pisístrato, mientras que Efialtes revisó la constitución de Clístenes de una forma relativamente pacífica.
Sin embargo, el líder democrático más conocido y longevo fue Pericles; después de su muerte, el régimen democrático ateniense fue interrumpido dos veces por la revolución oligárquica hacia el final de la Guerra del Peloponeso. El sistema democrático fue modificado ligeramente después de ser restaurado gracias a Eucleides; de hecho, la mayoría de las descripciones detalladas del sistema datan de esta época y no del sistema original de Pericles. Fue suprimido por los macedonios en 322 a. C. Las instituciones atenienses fueron de nuevo restauradas más adelante, pero hasta qué punto llegaron a suponer una verdadera democracia es discutible.

Participación ciudadana

El ciudadano como iniciador

Las instituciones descritas anteriormente - Asamblea, funcionarios, Consejo, tribunales - están incompletas sin la figura que administraba el sistema, el Ho boulomenos, que significa “cualquier persona que lo desee”. Esta expresión denotaba el derecho de los ciudadanos de tomar la iniciativa: para hablar en la Asamblea, para iniciar un juicio público (que pudiera afectar a toda la comunidad política), para proponer una ley ante los legisladores o para proponer sugerencias al Consejo. Al contrario que los funcionarios, el ciudadano iniciador no era examinado antes de acceder al cargo ni tenía que rendir cuentas después de finalizar –a fin de cuentas no tenía ningún cargo que defender y su propuesta podía durar solamente un momento.
El grado de participación de los ciudadanos oscilaba enormemente, desde no hacer prácticamente nada hasta algo similar a una ocupación de tiempo completo. Pero incluso para el ciudadano más activo, la base formal de su actividad política era la invitación que todos tenían a participar (cada ciudadano libre, ateniense y varón) resumida por la frase “cualquiera que lo desee”. Había entonces tres funciones básicas: los funcionarios organizaban y llevaban a cabo los protocolos administrativos; el Ho boulomenos era el iniciador y el ponente; y finalmente la gente, reunida en la Asamblea o en un tribunal, tomaba las decisiones, entre sí o no, o entre las alternativas en cada caso.
Los funcionarios

La administración estaba en las manos de los funcionarios, algo más de un millar cada año. Eran seleccionados mayoritariamente por sorteo, aunque unos pocos (los más prestigiosos) eran elegidos por votación. Nada de esto era obligatorio; los individuos tenían que postularse para ser elegidos por ambos métodos. Generalmente el poder que tenían estos funcionarios no iba más allá de la administración rutinaria y limitada. Particularmente, los seleccionados por sorteo eran ciudadanos que no tenían ninguna habilidad ni conocimiento en particular. Esto era casi inevitable puesto que, con la excepción notable de los generales (strategoi), cada funcionario podía ejercer su cargo solamente una vez en la vida. Era algo inherente al sistema democrático, que perseguía la implicación y no la profesionalización. En la versión del régimen del siglo V a. C., los diez generales electos anualmente solían ser ciudadanos muy prominentes, pero los que realmente tenían poder eran los que pronunciaban discursos de forma frecuente y eran respetados por la Asamblea, y no los que desempeñaban un cargo. Mientras que los ciudadanos que votaban en la asamblea eran individuos que estaban libres de examen o castigo, esos mismos ciudadanos, cuando ocupaban un cargo servían a la gente, y podrían ser castigados severamente. Todos estaban expuestos a una revisión previa que podía inhabilitarlos para el cargo y un examen posterior tras su salida. Los funcionarios eran los “empleados” de la gente, no sus representantes.
Los ciudadanos que ocupaban un cargo participaban en la democracia en un modo absolutamente distinto de cuando votaban en la asamblea o pertenecían a un jurado. La asamblea y los tribunales eran considerados como una instancia de la población de Atenas: eran simplemente la gente, ningún poder estaba sobre ellos y no podrían rendir cuentas, ser acusados o ser castigados. Sin embargo, cuando un ateniense tomaba un cargo de funcionario, era visto como un “sirviente” de la ciudadanía. Como tal, podría ser recriminado por no hacer las cosas como debía y ser castigado. Había dos métodos de seleccionar a los funcionarios, por sorteo o por elección. Unos 1100 ciudadanos (incluyendo el Consejo de los 500) desempeñaban un cargo como funcionarios cada año y de éstos, alrededor de 100 eran electos por votación.

[b]Anécdotas de Borges

por Amalia Ugo de Ruiz Díaz

Sin pretensión de escritora, ni profesional ni habitual y al correr de los recuerdos, quisiera contarles anécdotas que aún no han sido apuntadas. Hombre inteligentísimo, irónico, fino, perspicaz y talentoso, Jorge Luis Borges siempre dio, da y dará qué hablar. Conozco varias anécdotas de su vida por Ruiz Díaz pero en dos oportunidades estuve presente. No sé si las contaré en riguroso orden cronológico, debido a las chanzas de Borges, ya que después, algunas aparecieron en “De jardines ajenos” de Bioy Casares.

En 1956 fue designado Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo. Fue su primer doctorado. Llegó a Mendoza en tren, en compañía de su madre, Leonor Acevedo. Esa mañana lo esperábamos, junto a varios escritores locales, en la estación San Martín.

-¡Maestro!- le dijeron. Y tras los saludos, le preguntaron qué estaba escribiendo.

-En el tren era difícil dictarle a madre -dijo-; pero he pensado algunas coplas, esas que parecen de todos y que ya debieran estar escritas.

Le rogaron que recitara alguna y Borges primero separó suavemente a su madre diciéndole: “Vaya para allá, madre, por favor”. Entonces dijo:

"Hay en medio de la plaza

del pueblo de Pehuajó

un letrerito que dice

la p…que… "

Al estilo payada, Ruiz Díaz agregó: "Una plaza y un ombú hay en el pueblo de Pando y un perrito negro y blanco que te va a sacar ca… Las risas distendieron los ánimos y se produjo el acercamiento cordial que quedaba trunco frente a Borges, debido a su respetada y temida intelectualidad. De allí fuimos al Instituto de Lenguas y Literaturas Modernas -así se llamaba entonces- en calle 9 de Julio. Dos alumnas -Magda Castelvi y Marta Gómez- buscaban algo en el fichero y al volverse, vieron a Borges. -¡Profesor Borges! -exclamaron efusivas y emocionadas.

Al atardecer, realizaron el acto académico en el Decanato de la Facultad de Filosofía y Letras. Tras la parte protocolar, Borges agradeció: -¡Qué bueno! -dijo, acariciando el tubo que contenía el diploma-. ¿Así vienen los diplomas? ¡Cómo se van a divertir mis sobrinos! ¡Muchas gracias! Hoy por la mañana, unos colegas que fueron a recibirme a la estación, me dijeron ¡Maestro!. Y yo no soy maestro. Después, en el Instituto de Ruiz Díaz, unas alumnas me dijeron ¡Profesor!. Y yo no soy profesor. Y ahora me dan una mención universitaria. ¡Qué carrera rápida que he hecho!. Voy a decirle a mis amigos que no pierdan el tiempo en Buenos Aires y que se vengan sin tardanza a Mendoza.

Estudiantes pobres

Por los años '60 -entonces las universidades eran prósperas- fuimos a Buenos Aires con el profesor Adolfo Ruiz Díaz y con su adjunto, profesor Dennis Cardozo. Eramos unos siete u ocho que íbamos para ver una muestra de pintura nacional, conocer el Museo Nacional de Bellas Artes, recorrer librerías y visitar los monumentos escultóricos importantes. Era obligatoria una visita a la Biblioteca Nacional y conocer a Borges, su director. ¡Qué placer fue conocerlo! Sereno, reconcentrado, palpando a su paso el lomo de los libros.

Después, ya sentado, nos dijo que no había placer más noble que leer. ¡Lean, muchachos!, lean, lean siempre y mucho. Lean por placer. Los profesores de literatura tienen la mala costumbre de analizar tanto un poema, una prosa, una obra de teatro, que la pierden de vista. ¡La destrozan, diría yo! ¡No hagan eso cuando enseñen!. Inciten, propaguen, disfruten.

La entrevista había terminado. Teníamos entradas (regaladas) para ir al Colón a ver “Carmina Burana”, con orquesta, ballet, coro y solistas de ese teatro, dirigidos por el maestro Emilio Martini.

-¡Antonio! -dijo Borges-, ¿qué pueden tomar estos muchachos para ir al Colón?. Que los deje cerca, ¿eh?, colectivo, ¡por supuesto!. Son estudiantes. Son pobres.

A propósito de Antonio, recuerdo otra ocasión, también en la Biblioteca, con otra gente. Sonó el teléfono. Atendió, se asomó a la puerta y dijo: “¡Antonio!, ¡teléfono!”

Cuando terminó de atender, su madre le dijo disgustada: "Georgie: ¿cómo llamás al portero cuando estás con gente? ¡Caramba!

-Madre: era la novia -dijo Borges.

Aquella noche, después de la espléndida versión de “Carmina Burana”, con los ecos y los consejos en la voz de Borges, fuimos a sentarnos -no sé por qué- a la plaza Constitución, casi mudos y felices.

Al año siguiente, una nueva promoción de compañeros emprendió la misma hazaña. Esta vez lo encontraron caminando por Florida. Fueron a un bar y conversaron de cosas diversas. Una alumna, emocionada, le dijo:

-Estoy leyendo un libro de poemas suyos.

-¿Sí?, ¿cuál?

-A ver (estaba muy nerviosa), no me acuerdo.

-¡Ah!, ¿se acuerda del poema?

-¡Ay!, tampoco.

-Pero entonces escribí el libro ideal: ¡la página en blanco!

A pesar de los nervios y el sofocón de la alumna, todos recordaban que Borges no había sido agresivo sino que se divirtió con sus sarcasmos y hasta fue tierno en las respuestas.

Zapatos literarios

Durante un viaje de Ruiz Díaz a Buenos Aires, encontró a Borges caminando por Florida y conversaron un rato.

B: -¡Qué suerte que lo encuentro! ¿Qué piensa hacer ahora?

R.D.:- Voy a comprarme zapatos en “Los Angelitos”.

B: -Lo acompaño. Es triste ir solo a comprar zapatos. ¡A mí me da miedo!

Ya en el negocio, Ruiz Díaz comenzó a probarse zapatos.

B: -Camine, camine; que no le duelan. ¡Es horrible sentirse ajustado!

Mientras el vendeder busca y muestra varios modelos, ellos hacen comentarios sobre “La Iliada”. El vendedor, caja de zapatos en mano, escucha con extrañeza. B: -¿Se acuerda de aquella traducción en latín? R.D.: -Siempre recuerdo la traducción francesa de…

El diálogo erudito dura unos minutos y el vendedor, oficioso, comenta: "Parece que a los señores les gusta la literatura. B: No; solamente cuando compramos zapatos.

El inventor de Borges

En setiembre de 1984 hubo un congreso de literatura en San Juan. Ruiz Díaz y yo fuimos invitados. Al bajar del escenario del Teatro Sarmiento, nos acercamos y cuando Ruiz Díaz le dio la mano, Borges giró la cabeza a izquierda y derecha y dijo: “¡Aquí está el hombre que me inventó!”. (Se refería, como algunos saben, al libro que Ruiz Díaz escribió sobre su obra en 1955).

La primera jornada fue larga. Teatro Sarmiento. Nueve de la mañana. Luego, almuerzo en una bodega alejada de la ciudad. Larga espera para el almuerzo. A las seis, acto en el bellísimo Auditorium. A continuación, una exposición de pintura. Por último, regreso al hotel. Borges, invitado de honor, había participado de todo y recibido el Doctor Honoris Causa de manos de Alfonsín. Había llegado a las ocho de la mañana y el almuerzo fue lindísimo pero la larga espera de debió a las decenas de preguntas sobre los más variados temas. Las respuestas, por supuesto, siempre lúcidas, muy pensadas y con aire divertido.

En el hotel comimos junto a Borges. ¡Qué noche! El maestro y Ruiz Díaz se pusieron a imaginar una antología de los diez poemas más importantes de toda la literatura. Que Homero, qué Góngora, que Darío, que Lope. Un tiroteo de versos cruzaba la mesa: en griego, en latín, en inglés, en francés. Manuela Mur, que se había acercado, dijo: “¡Qué monstruos! ¡No tener un grabador!”.

Borges, que iba a comer liviano y a acostarse temprano porque “mañana madrugo de nuevo”, comió liviano pero se quedó hasta la una de la mañana. Lo acompañé a su cuarto. Había elegido la parte más pequeña de la suite, que conoció durante unos minutos. Al llegar, revisó nuevamente los elementos con sus manos. Colgó el bastón en el cajón de la mesa de luz, entreabierto y dijo: “Para el lado de la pared, para no tropezarme”. Puso a la mano su ropa de dormir y me preguntó: “¿Estará mal que no me bañe?” Le respondí que si yo tuviera que levantarme a las seis, me iría a dormir sin bañarme. Entonces, muy divertido, me dijo: “Gracias; usted lava mi conciencia”.

Le di un beso y me despedí, sabiendo que difícilmente pudiera acompañarlo otra vez. Murió el 14 de junio de 1986 y Ruíz Díaz el 6 de junio de 1988.
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Un joven poeta se acerca a Borges en la calle. Deja en manos del escritor su primer libro.Borges agradece y le pregunta cuál es el título. “Con la patria adentro”, responde el joven. -“Pero qué incomodidad, amigo, qué incomodidad”.

El escritor argentino Héctor Bianciotti recuerda una de las tantas salidas elegantes de Borges, cuando le incomodaban los halagos de la gente: Ocurre en París, en un estudio de televisión.
-“¿Usted se da cuenta de que es uno de los grandes escritores del siglo?”, lo interrogan.
-“Es que este”, _evalúa Borges, “ha sido un siglo muy mediocre”.

Una mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa.
Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje. Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar. Clima tenso. El estudiante insiste: “Tiene que ser ahora y usted se va”. Borges no se resigna y grita: “No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio”. El estudiante amenaza con cortar la luz. “He tomado la precaución”, retruca Borges, “de ser ciego esperando este momento”.

A principios de la década de los setenta, el escritor y psicoanalista Germán García invita a la Argentina a Daniel Sibony, matemático y psicoanalista francés. Sibony quiere conocer a Borges. Al encontrarse, el francés le pregunta en qué idioma desea hablar. “Hablemos en francés”, propone Borges, y justifica: “Dicen que la lengua francesa es tan perfecta que no necesita escritores. A la inversa, dicen que el castellano es una lengua que se desespera de su propia debilidad y necesita producir cada tanto un Góngora, un Quevedo, un Cervantes”.

Una revista de actualidad reúne a Borges con el director técnico César Luis Menotti. “Qué raro, ¿no? Un hombre inteligente y se empeña en hablar de fútbol todo el tiempo”, comenta Borges más tarde.

En 1983, un periodista de La Nación pide a Borges su opinión sobre la Guerra de Malvinas. “Absurda”, define Borges. “Estoy triste, muy triste. Mandaron a esos pobres muchachos de veinte años a morir al sur. Tener veinte años y pelear contra soldados veteranos es algo atroz, inconcebible. Solamente en el crucero General Belgrano murieron cientos. Claro que los
militares dirán que al lado de los desaparecidos esa cifra no es nada, pero no creo que les convenga ese argumento. No, no les va a convenir…”

El 10 de marzo de 1978, en la Feria del Libro, Borges se cruza con un escritor al que quiere y respeta: Manuel Mujica Lainez. Se abrazan e inician una conve! rsación que es interrumpida una y otra vez por los cazadores compulsivos de firmas. “A veces”, se queja Borges, “pienso que cuando me muera mis libros más cotizados serán aquellos que no lleven mi autógrafo.”

En 1975, a los 99 años, muere Leonor Acevedo de Borges, madre del escritor.
En el velorio, una mujer da el pésame a Borges y comenta: “Peeero… pobre Leonorcita, morirse tan poquito antes de cumplir los 100 años. Si hubiera esperado un poquito más…”. Borges le dice: “Veo, señora, que es usted devota del sistema decimal”.

Borges firma ejemplares en una librería del Centro. Un joven se acerca con Ficciones y le dice: “Maestro, usted es inmortal”. Borges le contesta: “Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista”.

Roma, 1981. Conferencia de prensa en un hotel de la Via Veneto. Además de periodistas, están presentes Bernardo Bertolucci y Franco María Ricci. Borges, inspirado, destila ingenio. Llega la última pregunta. “¿A qué atribuye que todavía no le hayan otorgado el Premio Nobel de Literatura?”. “A la sabiduría sueca”.

En una entrevista, en Roma, un periodista trataba de poner en aprietos a Jorge Luis Borges. Como no lo lograba, finalmente probó con algo que le pareció más provocativo: “¿En su país todavía hay caníbales?” “Ya no - contestó aquél-, nos los comimos a todos.”

[b]En ese tipo de situaciones, la respuesta a la que apelaba Borges tenía el objetivo de desactivar aprestos polémicos por los que nunca tuvo el menor apasionamiento. Provocaba hilaridad hasta en el confrontador.

Pero el anecdotario borgeano -el más rico y variado de cuantas personalidades uno recuerde- está también hecho de observaciones, ocurrencias y comentarios de singular agudeza. En ese temperamento, el escritor no rehuía incluso el tener que vérselas con temas difíciles: en plena Guerra de las Malvinas, opinó que “la Argentina e Inglaterra parecen dos pelados peleándose por un peine” y que “las islas habría que regalárselas a Bolivia para que tenga salida al mar”.

Aquí va una porción de anécdotas con el sello de Borges, que han trascendido como si fueran parte inseparable de su “otro” perfil: [/b]

[b]Propuesta. Cuenta Héctor Yanover que durante una reunión de la SADE sobre la situación de la literatura argentina, Córdoba Iturburu, que la presidía, inquirió a los gritos: “¿Y qué vamos a hacer por nuestros jóvenes poetas?”
Desde el fondo llegó otro grito, éste de Borges: “¡Disuadirlos!”

Newton. En la pausa de un acto cultural, el novelista Oscar Hermes Villordo acompañó a Borges al baño, situado en un primer piso al que se llegaba por una empinada escalera de madera. Cuando volvían, Villordo notó que Borges descendía los escalones demasiado rápido y, temiendo lo peor, le preguntó:“¿No deberíamos ir más despacio?” “Pero no soy yo - aclaró Borges -, es Newton.”

Mala junta. Borges charla con Antonio Carrizo, en un bar. Por la radio del local se anuncia un tango con letra de León Benarós, amigo de Borges. El locutor propone escucharlo y el escritor acepta. Cuando el tango termina, Carrizo le pregunta qué le pareció. Borges mueve la cabeza y dictamina, muy preocupado: “Esto le pasa a Benarós por juntarse con peronistas”.

Borges conjetural . El poeta Eduardo González Lanuza, uno de los introductores del ultraísmo en la Argentina y gran amigo de Borges, descubre a éste en Florida y Corrientes, solo, con su bastón, esperando para poder cruzar. Lo toca y le dice: “Borges, soy González Lanuza”. El vuelve la cabeza y, después de unos segundos, contesta: “Es probable”.

Desconcertado. En Maipú y Tucumán, un grupo de adictos a Isabel Perón descubre a Borges y lo sigue unos metros, insultándolo. Al ingresar en su casa, un periodista le pregunta cómo se siente. "Medio desorientado - manifiesta-. Se me acercó una mujer vociferando: ¡Inculto! ¡Ignorante! "

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El Mundial en Radio Barcelona 5/6/2010.

Audio del programa Radio Barcelona del 5 de junio de 2010. Programa conducido por Pablo Marchetti e Ingrid Beck. En esta oportunidad hablaron del mundial.

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Lo afano de visitante en; Lo Mejor de los Medios


Demasiado sincero para “Fortune”

La revista Fortune elabora anualmente la lista de las 500 empresas más exitosas: para ello toma en consideración los ingresos brutos y hace ajustes teniendo en cuenta los impuestos. Wal-Mart fue la compañía número 1 en 2010. Esta lista se confecciona desde el año 1955.
Para su número de mayo de 2010, los editores de Fortune convocaron al artista de comic Chris Ware, autor de la serie Acme Novelty Library y de la novela gráfica Jimmy Corrigan, el chico más inteligente del mundo.
En la reciente convención de comics en Chicago llamada C2E2, Ware contó en un panel que aceptó el trabajo porque sería como hacer la tapa de la revista en 1929. Entonces llenó la ilustración de imágenes satíricas: Wall Street saqueando el Tesoro nacional, China tirando dinero al océano, los jefes de las empresas bailando mientras la sociedad se hunde en el caos.
Huelga decir que Fortune no quiso saber nada con una tapa de ese estilo: demasiado sincera, demasiado directa, y además cuenta una historia que a ninguno de los lectores de Fortune le interesa. Al fin y al cabo, la mayoría del público de la revista deben ser justamente esos CEOs que bailan sobre el desastre.

Página/12 :: radar

Me llamó la atención y quería compartir lo siguiente

Manual caro

Hace 119 años un profesor de educación física escribió las 13 reglas básicas del baloncesto y dio nombre al nuevo deporte, que se convirtió en uno de los más populares de todo el mundo y de los que más dinero mueve. Ese texto rondó los 3 millones de euros en una subasta celebrada en Sotheby’s . La venta de las dos hojas superó las expectativas de la casa de subastas, que había pronosticado que este lote alcanzara entre 1,1 y 1,5 millones de euros. Su creador fue James Naismith, el profesor de educación física de un gimnasio de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) en la localidad estadounidense de Springfield (Massachusetts) que en diciembre de 1891 decidió crear un nuevo juego para entrenar a sus estudiantes en invierno.

BRILLANTE!!! EXCELENTES APORTES!!!

El lenguaje en Internet: ¿avance o retroceso?

Hola estás?como va?
sisi todo bien vos
tb. q haces?
nada. llueve???
q c yo… niidea
Por Malena Sánchez Moccero
Ilustraciones: Natalia Deganis y Ariadna Segafredo

Una conversación así, como muchas otras similares, abunda entre personas que navegan por los mares difusos e infinitos de Internet. Frases parecidas circulan también por los teléfonos celulares. Los chicos, jóvenes, y adultos que chatean o mandan mensajes telefónicos, acortan términos, omiten o prolongan puntuaciones, y muy pocas veces colocan mayúsculas. ¿Qué pasa con el lenguaje en Internet? MYRIADES 1 buscó la respuesta entre diversos estudiosos del tema.

¿Hay en Internet un nuevo idioma? Se han creado glosarios cibernéticos donde se definen palabras como chat, mail, nick, etc. ¿Enriquece al lenguaje? ¿O lo está degenerando?
El lingüista irlandés David Crystal -profesor honorario de Lingüística de la Universidad de Gales y mundialmente reconocido-, no le tiene miedo a Internet. No cree que sea un peligro para el lenguaje. “Es un nuevo medio, la comunicación electrónica, que se suma al lenguaje oral y escrito. No es una nueva lengua, como el español o el inglés, sino un nuevo medio, que contiene muchas variedades de lenguaje”, explica Crystal a MYRIADES 1. “Internet ha expandido el lenguaje, en la web se ven nuevas manifestaciones del lenguaje escrito, que incrementan su riqueza expresiva”, agrega Crystal.
Es que en la red se escribe de muchas maneras. Depende la página, el mensaje y los interlocutores. Además las condiciones propias del medio, como la inmediatez, fomentan en los usuarios la innovación de ciertos códigos.
Naomi S. Baron, profesora de Lingüística de la Universidad Americana de Washington y autora, del libro Alphabet to Email: How Written English Evolved and Where It’s Heading, entre otros, también reconoce la pluralidad lingüística que existe en Internet. “Cuando uno mira las infinidades de formas en que la Comunicación Mediante Computadora (CMC) se utiliza –en mensajes de texto, en salas de chats, en páginas web- y el gran espectro de usuarios –estadounidenses, argentinos, indios e israelíes, japoneses y jordanos, jóvenes y viejos, ricos y pobres-, impresiona la variedad lingüística emergente”, afirma la especialista en comunicación mediada por computadora, escritura y tecnología, que también fue presidente de la Sociedad Americana de Semiótica.
Pero no todos reciben al fenómeno de Internet con los brazos abiertos. Hay quienes lo consideran un cambio negativo para lenguaje. Es el caso del doctor en Letras Pedro Luis Barcia, Presidente de la Academia Argentina de Letras: cree que Internet deteriora al lenguaje y está lejos de constituir uno nuevo porque “para eso tendría que tener cierta sistematización y organicidad”. Barcia, también Director General de Posgrados de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral, opina que “el lenguaje debe ser convencional, no una improvisación de ocurrencias personales.

El lenguaje desnudo: ¿libertad o anarquía?

Cada uno puede tener su página. Algunos lo toman como una especie de diario íntimo, en el que escriben todos los días, cuentan cómo se sienten, muestran fotos. Otros lo usan para explicar trucos de hacker, otros para compartir música, o para estar al tanto con familiares que están lejos. Cada uno lo usa como quiere, y cada uno escribe como quiere. Sin censura, sin correcciones de otros, el contenido solo depende de los dedos que tipean en él. Son los famosos weblogs, fotologs, spaces, o páginas personales.
“Nunca antes se había visto este tipo de habla, es un lenguaje desnudo, que se publica sin interferencia de editores, lectores de prueba, etc.”, comenta Baron quien actualmente está trabajando en su nuevo libro, Beyond Email: Language in the New Millennium.
Este “lenguaje desnudo” trae consecuencias en la puntuación y la ortografía. Los pequeños signos que dan respiro, cortan una línea, indican un interrogante o nos comunican un nuevo párrafo, navegan confundidos –cuando no desaparecen- por los mares cibernéticos. Y son muchos los profesores y padres de internautas, que pegan un grito al cielo cuando ven una pantalla que sufre huelga de tildes. Barcia también se suma al grito: “El punto y coma ha desaparecido, y todo se ha reducido al punto y a la coma, y se trata de una coma piquetera, porque corta la fluidez del tránsito sintáctico al colocarse de cualquier manera”.
¿El cambio en el uso de signos y su carencia implican un problema en la comunicación? Crystal no lo cree. “Dada la brevedad de las oraciones, los mensajes escasamente puntuados plantean pocos problemas de ambigüedad. Y el receptor tampoco cuestiona la credibilidad de un mensaje porque su autor cometa errores ortográficos o se haya olvidado de puntuar, ya que es consciente de las condiciones de presión bajo las que se escribió el mensaje; porque también las padece”, explica.
Además de la puntuación, la ortografía en general parece no respetarse cuando se publica en Internet. Según Crystal tampoco esto importa demasiado, ya que “la mayoría de los errores no distraen del contenido del mensaje”. Y agrega que el nivel de ortografía no es el mismo en toda la Web: “La ortografía no es la estándar en los mensajes de correo electrónico, en las salas de chat y en los mensajes instantáneos”, reconoce Crystal, “pero las páginas web, por otro lado, suelen cuidarla”.
¿Por qué la diferencia? Baron piensa que la respuesta está en el uso que se le da a cada uno de los servicios cibernéticos. “Los correos son equiparables con el habla, y se tiende a ser relativamente tolerante con los errores ortográficos. En cambio las páginas o blogs son lugares en los que los lectores tienden a ser más críticos con la ortografía”.
También los caracteres han sufrido modificaciones en su salto a la red digital. Una de ellas corresponde a las abreviaturas, muy comunes en Internet a la hora de ahorrar tiempo y ganar rapidez.
Crystal sostiene que en las abreviaturas se vislumbra la creatividad del ser humano, que se anima a modificar las palabras de acuerdo a sus necesidades.
Barcia discrepa tajante: “Abreviar no es inventar, es tachar. Si inventan una palabra para expresar una sensación, eso es inventar, que la sacan de la nada, o que asocian dos palabras y forman una tercera. Pero tachar no es una operación creativa”, afirma.

La sonrisa dibujada

Empezaron como caritas nacidas de un juego con los signos de puntuación, que expresaban felicidad :slight_smile: o no :frowning: y luego fueron tomando formas más sofisticadas. Caritas sonriendo, caritas llorando, aparecían en las salas de chat, en las pantallas de celulares (ver recuadro). Después tuvieron movimiento, bostezaban, sus lágrimas caían literalmente y sus ojos rotaban. Ahora hay elefantes que bailan, políticos guiñando un ojo, labios que envían besos cibernéticos, íconos para todos los gustos.
Son los “emoticones” (ver recuadro), elementos que surgieron como respuesta a la frialdad que implica Internet y su carencia de lenguaje no verbal, según lo explica Patricia Wallace, psicóloga estadounidense especialista en tecnologías -autora de “Psicología de Internet”-. Las caritas, felices, tristes, enojadas, sorprendidas, son el nuevo modo de agregarle “inteligencia emocional” a la conversación.
Barcia advierte que estas grafías “llevan a un empobrecimiento sentimental”. “Si un muchacho se acostumbre a escribirle a una piba y en vez de expresar que está feliz -con los matices personales de su felicidad- le pone una cara sonriente, se codifica el sentimiento justo en el momento en que tiene que empezar a desarrollarlo”.
Pero, como dice Wallace, los emoticones pueden ser útiles en cuanto completan aquello que el lenguaje escrito limita. Así lo cree también Crystal, aunque en sus estudios comprobó que son muy pocos los emoticones que se usan realmente.

El futuro del lenguaje

A pesar de las diversas posturas, todos los especialistas consultados coinciden en que no hay una única forma de hablar en la red. No se conformó un nuevo lenguaje.
“El que un conjunto de hablantes no maneje la lengua y desprecie las reglas no genera una jerga, como puede ser la de los oficios”, dice Barcia. Reconoce que además de los “muchachos” que no respetan las normas gramaticales y sintácticas, hay otros usuarios de Internet que escriben con propiedad.
“Las adolescentes estadounidenses tienden a tener un estilo muy informal para sus mensajes instantáneos, mientras que los mensajes de correo electrónico enviados por hombres de negocios británicos parecen más formales que muchos tipos de escritura tradicionales”, ejemplifica Baron. “Existe un lenguaje extremadamente formal en la web en textos legales, científicos, políticos y religiosos y también un habla informal en salas de chats y blogs”, continúa Crystal. Y continúa con su postura optimista: “Los que dicen que Internet empobrece las lenguas sólo están mirando el 1% del lenguaje que se usa actualmente en la red”, remata Crystal. Pero nadie puede contradecir la tendencia al uso incorrecto, que menciona Barcia, en ambientes cibernéticos como el Chat (sea fruto de la creatividad o el facilismo).
La Web es un fenómeno dinámico en constante expansión; su efecto en el lenguaje está más que nada en manos de los usuarios. En las decisiones que cada uno tome al entrar a este nuevo mundo comunicativo, y al utilizar sus novedosas herramientas.

Dejo algo de Alejandro Dolina.

[LEFT]LA CALLE DE LAS NOVIAS PERDIDAS.[/LEFT]

[LEFT]Hay una calle en Flores en la que viven todas las novias abandonadas. Al
atardecer salen a la vereda y miran ansiosas hacia las esquinas para ver si
vuelven los novios que se fueron.
A veces conversan entre ellas y rememoran viejos paseos por el Rosedal.
Por las noches se encierran a releer cartas viejas que guardan en cajitas
primorosas o admirar fotografías grises.
Los domingos se ponen vestidos floreados y se pintan los labios. Algunas
escriben diarios íntimos con letra prolija.
Dicen que no es posible encontrar esa calle. Pero se sabe que algún día
desembocara en la esquina el batallón de los novios vencedores de la muerte para
rescatar a las novias perdidas y llevarlas de paseo al Rosedal. Esto será dentro de
mucho tiempo, cuando endulce sus cuerdas el pájaro cantor.[/LEFT]

[LEFT]--------------------------------------------------------------------------[/LEFT]

[LEFT]EL HOMBRE QUE ERA, SIN SABERLO, EL DIABLO[/LEFT]

[LEFT]Un caballero de la calle Caracas resolvió negociar su alma. Siguiendo los ritos
alcanzo a convocar a Astaroth, miembro de la nobleza infernal.

  • Deseo vender mi alma al diablo - declaro.
  • No será posible - contesto Astaroth.
  • ¿Por qué?
  • Porque usted es el diablo.[/LEFT]

[LEFT]--------------------------------------------------------------------------[/LEFT]

[LEFT]Magia[/LEFT]

[LEFT]El mago Rizzuto no conocía ningún truco. Su número era bien
sencillo: golpeaba su galera con una varita azul y luego esperaba
que apareciera una paloma.
Naturalmente, la total ausencia de dobles fondos, de mangas
hospitalarias y de juegos de manos conducía siempre al mismo re-
sultado desalentador. La paloma no aparecía.
Rizzuto solía presentarse en teatros humildes y en festivales de
barrio, de donde casi siempre lo echaban a patadas.
La verdad es que el hombre creía en la magia, en la verdadera
magia. Y en cada actuación, en cada golpe de su varita azul esta-
ba la fervorosa esperanza de un milagro. Él no se contentaba con
las técnicas del engaño. Quería que su paloma apareciera redon-
damente.
Durante largo tiempo lo acompañaron la desilusión y los silbi-
dos. Otro cualquiera hubiera abandonado la lucha. Pero Rizzuto
confiaba.
Una noche se presentó en el club Fénix. Otros magos lo habían
precedido. Cuando le llegó el turno, dio su clásico golpe con la
varita azul. Y desde el fondo de la galera salió una paloma, una pa-
loma blanca que voló hacia una ventana y se perdió en la noche.
Apenas si lo aplaudieron.
Las muchedumbres prefieren un arte hecho de trampas apara-
tosas a los milagros puros.
Rizzuto no volvió a los escenarios. Tal vez siga haciendo apare-
cer palomas en forma particular. [/LEFT]

[LEFT]--------------------------------------------------------------------------[/LEFT]

[LEFT]El duelo o la refutación del horóscopo

Los dos hombres nacen el mismo día, a la misma hora.
Sus vidas no se cruzan hasta que son enamorados por la misma mujer.
Entonces se encuentran y pelean por ella. Uno de ellos obtiene la victoria y el amor. Al otro le corresponde el dolor, la humillación y quizá la muerte. Los astrólogos han previsto ese día el mismo horóscopo para los dos. Tal vez son erróneos los vaticinios.
O tal vez se equivoca uno al pensar que el amor y la muerte son destinos distintos.[/LEFT]

[LEFT]--------------------------------------------------------------------------[/LEFT]

[LEFT]El hombre que pedía demasiado[/LEFT]

[LEFT]Satanás: Que pides a cambio de tu alma?
Hombre: Exijo riquezas, posesiones, honores, distinciones… Y también juventud, poder, fuerza, salud… Exijo sabiduría, genio, prudencia… Y también renombre, fama, gloria y buena suerte… Y amores, placeres, sensaciones… Me darás todo eso?
Satanás: No te daré nada.
Hombre: Entonces no tendrás mi alma.
Satanás: Tu alma ya es mía. (Desaparece). [/LEFT]

[LEFT]--------------------------------------------------------------------------[/LEFT]

[LEFT]En los años dorados, andaban por Flores los Conservacionistas Preservativos, un grupo que protegía a todos los animales. Pero su piadosa misión no tardó en convertirse en locura.
Poco a poco, la exaltación del animal dio paso al desprecio por los humanos. De allí surgieron frases que hoy en día andan en boca de muchos modernos Preservativos:

  • Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro.
  • Yo sé que mi tortuga jamás me va a traicionar. De mis amigos, no puedo decir lo mismo.
    Es cierto que las tortugas no traicionan. Pero su lealtad no es hija de una moral acrisolada, sino de su ingenio modesto que les impide concebir, planear y ejecutar una traición.
    La admiración desmedida por las bestias ha alcanzado en nuestro tiempo una dimensión universal. No puede uno encender el televisor sin encontrarse con un programa sobre la inteligencia de las medusas, la fuerza de los antílopes, la nobleza de las hienas o la belleza de los moluscos. Nuestros chicos saben más de elefantes que de correntinos. Leones y perros son héroes justicieros. Los únicos malandras son los hombres, con la sola excepción de los Conservacionistas Preservativos.
    Escribía Unamuno: “…se dice que el hombre es un animal racional. No sé por qué no se habrá dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales lo diferencia sea más el sentimiento que la razón. Más veces he visto a un gato razonar que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro. Pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado”. [/LEFT]