http://www.ole.clarin.com/notas/2007/06/15/01438429.html
—O sea que tu relación con Daniel era distante.
—No hemos charlado mucho durante todo el campeonato, pero ojo que tampoco me voy mal con él.
—De todas las etapas que viviste en River, ¿ésta fue la más crítica?
—Este es el momento en el que uno siente más dolor y más tristeza. A principio de año dije que quería salir campeón, irme ganando una Copa. Pero no pude. Las cosas no se nos dieron, hay que aceptarlo.
—¿Por qué no consiguieron los objetivos? ¿En qué se fallo?
—Mirá: para lograr los objetivos faltó una base de mejor comunicación en todo el plantel. La comunicación es importante. Y además, individualmente no se rindió. Si vos me preguntás qué futbolista jugó bien en esta etapa en River, es muy complicado decirlo, me cuesta encontrarlo.
—¿Y cuál fue el motivo de ese bajo rendimiento?
—No sé… Lo que digo es que a los jugadores los vi con la autoestima muy baja. Y otra cosa que faltó fue que se tomaran mejores decisiones en el planteamiento del campeonato.
—¿Mejores decisiones de Passarella?
—Lo que dije: mejor planteamiento y mejor comunicación del técnico, de los compañeros, que no haya ningún problema, tratar de arreglar un poco las cosas… Nos faltó un capitán como Gallardo. Marcelo era un capitán con todas las letras.
—¿Belluschi no lo fue?
—Yo no dije eso.
—Pero en este equipo hay varios jugadores de experiencia: Tuzzio, Lussenhoff, Farías, Ponzio…
—Sí, sí. Quedamos bastantes mayores a la par, pero para mí nos faltó un capitán como el Muñeco.
—Les faltó un líder.
—Alguien para encolumnarse atrás. No sé si un líder, dos o tres, pero no tuvimos uno que sea la cara visible para agarrar la lanza y que se lo pueda seguir. De los errores se aprende.
—En San Lorenzo lo vas a tener otra vez a Ramón Díaz, un gran líder.
—Hablé con él a principios de temporada, antes de que saliera campeón. Con Ramón la relación es muy, muy buena. Es el técnico que me dio una gran mano para que yo arrancara jugando y pudiera rendir como he rendido en River.
—¿Estás hablando?
—Conversaciones hay, pero definido no hay nada.
—¿Estás ansioso?
—Sí, estoy ansioso, pero por resolver mi futuro, por saber cuál será mi nuevo club. Si voy a un equipo es para pelear el campeonato. Mi representante, Adrián Castellanos, está en eso y tiene toda mi confianza.
—¿Qué compañeros fueron los que más te marcaron en tantos años de convivencia?
—Muchos. ¿Viste cómo soy yo, que me doy con todo el mundo? Con los que más afinidad tuve son Ahumada, Augusto, que no para de hacerte cagar de la risa, con Ortega, un amigo…
—¿Sufrís por lo que le está pasando al Burrito?
—Soy un incondicional suyo. Siempre le digo que cuando dejemos de jugar, nos vamos a juntar dos veces por semana a comer. Juntos pasamos momentos muy lindos. Es un amigo y quiero que sea feliz.