En los últimos 20 años hubo sólo dos clubes argentinos que ganaron la Libertadores: Vélez (94) y Boca (00, 01, 03 y 07). Bianchi fue el DT en los cuatro primeros títulos, Russo en el último.
Estos hombres —colegas, no amigos— tienen chance de dirigir al club en el 08. No hace falta promover una encuesta para saber que la hipotética permanencia de Miguel pierde por goleada contra el eventual retorno de Carlos, pero a veces uno elige la alternativa posible antes que la deseable. El presidente Pompilio sabe bien que es así.
Durante el primer semestre, un medido Russo —sucesor del exagerado La Volpe— hizo los méritos para lograr una renovación. A Japón, después de una 2 mitad de año insatisfactoria, llevó un equipo competitivo, según su definición. No es justo ni lógico decidir la continuidad de un entrenador por el resultado de un partido, menos vs. Milan, de modo que uno puede deducir la disconformidad de la CD con el coach. Si aceptamos la existencia de esta molestia, si consideramos el desgaste que genera conducir a Boca y añadimos la dificultad de algunos hinchas para tolerar 180 días sin títulos, no suena conveniente ni probable la ratificación de este cuerpo técnico.
Las puertas, entonces, quedarían abiertas para el Virrey. Así como algunos pibes jugaron mejor con Román que sin él, uno alienta la expectativa de que todos suban su prestación con Bianchi. Y a él, se supone, no debería costarle entrar por 3 vez a un lugar donde será tratado como en su casa.
Está para llenarle la casilla de mails
En los últimos 20 años hubo sólo dos clubes argentinos que ganaron la Libertadores: Vélez (94) y Boca (00, 01, 03 y 07). Bianchi fue el DT en los cuatro primeros títulos, Russo en el último.
Estos hombres —colegas, no amigos— tienen chance de dirigir al club en el 08. No hace falta promover una encuesta para saber que la hipotética permanencia de Miguel pierde por goleada contra el eventual retorno de Carlos, pero a veces uno elige la alternativa posible antes que la deseable. El presidente Pompilio sabe bien que es así.
Durante el primer semestre, un medido Russo —sucesor del exagerado La Volpe— hizo los méritos para lograr una renovación. A Japón, después de una 2 mitad de año insatisfactoria, llevó un equipo competitivo, según su definición. No es justo ni lógico decidir la continuidad de un entrenador por el resultado de un partido, menos vs. Milan, de modo que uno puede deducir la disconformidad de la CD con el coach. Si aceptamos la existencia de esta molestia, si consideramos el desgaste que genera conducir a Boca y añadimos la dificultad de algunos hinchas para tolerar 180 días sin títulos, no suena conveniente ni probable la ratificación de este cuerpo técnico.
Las puertas, entonces, quedarían abiertas para el Virrey. Así como algunos pibes jugaron mejor con Román que sin él, uno alienta la expectativa de que todos suban su prestación con Bianchi. Y a él, se supone, no debería costarle entrar por 3 vez a un lugar donde será tratado como en su casa.
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