Marcelo Gallardo Inedito

El técnico de River debe tener huevos y el Cholo los tiene"

El Muñeco apoya a Simeone, dice que por ahora no se le cruzó por la cabeza volver y revela su sueño: retirarse en dos temporadas y ser DT de River.

JORGE LOPEZ jorgelopez@ole.com.ar

El Muñeco en París: “A la distancia, sufrí lo que pasó«”.

El 28 de diciembre del 2006, descartado por Passarella sin que la inocencia le valga, Marcelo Gallardo se subió a un avión de Air France para su segunda aventura francesa. Casi un año después, desde la invernal París, el mismo Muñeco respira, padece y habla de la situación de River a la distancia, pero sin tomar distancia. “Si bien me fui, fue realmente difícil despegarme… Desde lejos, viví este año de River como si todavía estuviera ahí. Con todos los problemas que hubo… Es como que estuve presente. Lo seguí bastante y sufrí”, le dice a Olé.

—Si no seguís en el PSG, ¿pensás en un retorno a River?

—¿River?.. Je, je, je, lo de River está siempre, mirá… ¡Mirá lo que te acabo de decir! Me fui de River y fue como que siempre estuve a la distancia. Me costó despegarme por el apego que tengo con el club. Pero fue una etapa que se había terminado y traté de enfocarme en algo nuevo. Qué sé yo, uno nunca sabe…

—¿En ningún momento se te cruzó por la cabeza el retorno?

—Hasta ahora no. Todavía tengo un año y medio de contrato acá en el PSG. No me lo puse a pensar… La verdad que no sé.

—¿Cómo viviste la crisis de River?

—Difícil, muy difícil, como si hubiese estado ahí mismo. Me daba pena lo que estaba pasando, ver al equipo tan golpeado, tener que estar dando exámenes todo el tiempo y no estar realmente liberados para soltarse y jugar al fútbol mejor, como creo que River puede hacerlo con la calidad de los jugadores que tiene en su plantel. Eso es lo que pasa cuando hay tantas presiones dando vueltas y tanto quilombo que se genera a través de todo lo que es River en sí.

—¿Te sorprendió que Passarella la pasara tan mal? ¿Que incluso hastas se fuera insultado por los hinchas?

—No sé, qué sé yo… Sorprenderme… Fue un año difícil, no sólo para Passarella. River es así: cuando no ganás, se generan estas cosas. Los técnicos a veces pagan todo lo que está viviendo el club en los últimos años. Cuando se alarga la agonía, suele ser peor. Pero cada uno trata de convencerse de lo que puede dar, de la capacidad y la entrega que puede generarse desde diferentes lugares. Algunos se aferran a eso. Y hay veces que se sufre también.

—¿Qué sentiste cuando River volvió a jugar con enganche, poco después de que tuviste que irte por el cambio de sistema?

—Nunca quise entrar en esa polémica porque cualquier cosa que hubiese dicho, habría generado algo. Traté de vivir mi momento acá y no de hacérselo vivir a otro, por más que se haya equivocado o no. Cada uno con su tema.

—Antes de irte dijiste con firmeza: “No le tiren todo el fardo a Belluschi…”. ¿Pasó eso?

—Volvemos siempre a lo mismo: cada uno actuaba de acuerdo al convencimiento que tenía y a los momentos. Y vos tenés que pensar un poquito más allá de los momentos que cada uno puede vivir. Lo dije queriendo proteger a Fernando, conociéndolo y sabiendo lo que él le podía dar a River como jugador pero sin cargarlo de responsabilidades que por ahí no iba a poder digerir.

—¿Faltó liderzago? ¿Se notó la ausencia de un tipo con la espalda ancha?

—Por ahí hacen falta varias espaldas en la actualidad. Hay que soportar momentos de frustraciones y tratar de sobreponerse rápido. Necesitás jugadores que puedan aceptar eso, que lo entiendan perfectamente. River es River: si vos en River ganás, sos un fenómeno; y si perdés, tenés que soportar muchas presiones. Ahí está la capacidad y la personalidad de cada uno. Más todavía en momentos como éstos. Espero que el 2008, después de todo lo que pasó y de que River no va a poder caer más bajo, sea mejor. Debería estar peleando hasta las últimas instancias las cosas que juegue. No se puede permitir quedarse afuera del campeonato a cinco o seis fechas del final, ni desperdiciar cualquier Copa internacional que juegue en la primera o segunda fase.

—¿Cómo se logra?

—No hay que meterse la presión de que hay que ganar sí o sí, sino convencerse de que se tiene que luchar hasta la última fecha. Sin saltar etapas.

—¿Lo único positivo, más allá del bajón que sufrió en las tres últimas fechas, fue la explosión de Buonanotte?

—Lo que pasa es que juega bien el Enano, eh. Tenía esas ganas de que se le venían postergando las chances desde hace un tiempo, se le presentaron y creo que respondió muy bien. Me puso muy contento. Es un jugador que merecía que le dieran la chance de poder demostrar su potencial. Ojalá que Buonanotte pueda seguir creciendo, que no se estanque con esos dos o tres muy buenos partidos que hizo. Que evolucione.

—¿Cómo se soluciona la división entre chicos y grandes en un plantel como el de River?

—Te digo que hasta me costó creer un poquito todo lo que se decía o lo que estaba pasando en el vestuario. Me costó porque me fui con los mejores recuerdos de haber estado en un vestuario que era muy sano, que supo entender bien las cosas más allá de los resultados. Había una convivencia muy natural. No sé realmente qué fue lo que pasó, el por qué de estos cambios tan bruscos… Si a partir de los resultados se generó todo esto alrededor del equipo en este último año… No sé. No quiero hablar mucho porque no estuve. Y no me gustaría herir ningún tipo de susceptibilidades por nada del mundo.

—Vos compartiste la Selección con Simeone…

—Sí, así es.

—¿Está preparado para ser técnico de River?

—El técnico de River debe tener mucho huevo, personalidad y estar capacitado para ponerse al frente de un grupo que viene golpeado. Hoy en River tenés que pensar en ganar para crear nuevas ilusiones. A partir de ahí, si el Cholo va a ser el nuevo técnico de River, está bien: en él se encuentran muchos de esos factores que te decía.

—No conoce el club.

—No conoce el club, pero ya no es necesario conocer el club. Hoy teniendo capacidad, y el Cholo lo demostró en Estudiantes aunque no es lo mismo que River, puede hacerlo perfectamente bien. Ojalá. Lo conozco. Sé lo que ama al fútbol, lo que vive por el fútbol. El Cholo tiene huevos, es apasionado y ganador.

—¿Vos cuándo vas a ser técnico de River?

—(Se ríe) Ahora que sea otro el técnico de River, yo quiero seguir jugando. Pero soy un tipo apasionado también… Yo escuchaba que decían: “A River no lo quiere agarrar nadie…” ¡Qué no va a querer agarrar nadie a River! Muchos pagarían para sentarse en el banco de River, pero no es para cualquiera.

—Si te llamaban de River para que asumieras como técnico, ¿largabas el fútbol y te venías?

—No, imposible. Todavía me siento muy jugador de fútbol. En enero voy a cumplir 32 años y es cierto que muchas veces me pongo en la otra vereda, en la del entrenador. Pero sé que el oficio de entrenador no es fácil. No creo que juegue después de los 34 ó 35 años… Después sí, me gustaríar ser el técnico de River, sería un muy lindo desafío. Pero hoy me siento muy jugador. A veces extraño el estar involucrado en cosas que te ponen la piel de gallina

El técnico de River debe tener huevos y el Cholo los tiene"

El Muñeco apoya a Simeone, dice que por ahora no se le cruzó por la cabeza volver y revela su sueño: retirarse en dos temporadas y ser DT de River.

JORGE LOPEZ jorgelopez@ole.com.ar

El Muñeco en París: “A la distancia, sufrí lo que pasó«”.

El 28 de diciembre del 2006, descartado por Passarella sin que la inocencia le valga, Marcelo Gallardo se subió a un avión de Air France para su segunda aventura francesa. Casi un año después, desde la invernal París, el mismo Muñeco respira, padece y habla de la situación de River a la distancia, pero sin tomar distancia. “Si bien me fui, fue realmente difícil despegarme… Desde lejos, viví este año de River como si todavía estuviera ahí. Con todos los problemas que hubo… Es como que estuve presente. Lo seguí bastante y sufrí”, le dice a Olé.

—Si no seguís en el PSG, ¿pensás en un retorno a River?

—¿River?.. Je, je, je, lo de River está siempre, mirá… ¡Mirá lo que te acabo de decir! Me fui de River y fue como que siempre estuve a la distancia. Me costó despegarme por el apego que tengo con el club. Pero fue una etapa que se había terminado y traté de enfocarme en algo nuevo. Qué sé yo, uno nunca sabe…

—¿En ningún momento se te cruzó por la cabeza el retorno?

—Hasta ahora no. Todavía tengo un año y medio de contrato acá en el PSG. No me lo puse a pensar… La verdad que no sé.

—¿Cómo viviste la crisis de River?

—Difícil, muy difícil, como si hubiese estado ahí mismo. Me daba pena lo que estaba pasando, ver al equipo tan golpeado, tener que estar dando exámenes todo el tiempo y no estar realmente liberados para soltarse y jugar al fútbol mejor, como creo que River puede hacerlo con la calidad de los jugadores que tiene en su plantel. Eso es lo que pasa cuando hay tantas presiones dando vueltas y tanto quilombo que se genera a través de todo lo que es River en sí.

—¿Te sorprendió que Passarella la pasara tan mal? ¿Que incluso hastas se fuera insultado por los hinchas?

—No sé, qué sé yo… Sorprenderme… Fue un año difícil, no sólo para Passarella. River es así: cuando no ganás, se generan estas cosas. Los técnicos a veces pagan todo lo que está viviendo el club en los últimos años. Cuando se alarga la agonía, suele ser peor. Pero cada uno trata de convencerse de lo que puede dar, de la capacidad y la entrega que puede generarse desde diferentes lugares. Algunos se aferran a eso. Y hay veces que se sufre también.

—¿Qué sentiste cuando River volvió a jugar con enganche, poco después de que tuviste que irte por el cambio de sistema?

—Nunca quise entrar en esa polémica porque cualquier cosa que hubiese dicho, habría generado algo. Traté de vivir mi momento acá y no de hacérselo vivir a otro, por más que se haya equivocado o no. Cada uno con su tema.

—Antes de irte dijiste con firmeza: “No le tiren todo el fardo a Belluschi…”. ¿Pasó eso?

—Volvemos siempre a lo mismo: cada uno actuaba de acuerdo al convencimiento que tenía y a los momentos. Y vos tenés que pensar un poquito más allá de los momentos que cada uno puede vivir. Lo dije queriendo proteger a Fernando, conociéndolo y sabiendo lo que él le podía dar a River como jugador pero sin cargarlo de responsabilidades que por ahí no iba a poder digerir.

—¿Faltó liderzago? ¿Se notó la ausencia de un tipo con la espalda ancha?

—Por ahí hacen falta varias espaldas en la actualidad. Hay que soportar momentos de frustraciones y tratar de sobreponerse rápido. Necesitás jugadores que puedan aceptar eso, que lo entiendan perfectamente. River es River: si vos en River ganás, sos un fenómeno; y si perdés, tenés que soportar muchas presiones. Ahí está la capacidad y la personalidad de cada uno. Más todavía en momentos como éstos. Espero que el 2008, después de todo lo que pasó y de que River no va a poder caer más bajo, sea mejor. Debería estar peleando hasta las últimas instancias las cosas que juegue. No se puede permitir quedarse afuera del campeonato a cinco o seis fechas del final, ni desperdiciar cualquier Copa internacional que juegue en la primera o segunda fase.

—¿Cómo se logra?

—No hay que meterse la presión de que hay que ganar sí o sí, sino convencerse de que se tiene que luchar hasta la última fecha. Sin saltar etapas.

—¿Lo único positivo, más allá del bajón que sufrió en las tres últimas fechas, fue la explosión de Buonanotte?

—Lo que pasa es que juega bien el Enano, eh. Tenía esas ganas de que se le venían postergando las chances desde hace un tiempo, se le presentaron y creo que respondió muy bien. Me puso muy contento. Es un jugador que merecía que le dieran la chance de poder demostrar su potencial. Ojalá que Buonanotte pueda seguir creciendo, que no se estanque con esos dos o tres muy buenos partidos que hizo. Que evolucione.

—¿Cómo se soluciona la división entre chicos y grandes en un plantel como el de River?

—Te digo que hasta me costó creer un poquito todo lo que se decía o lo que estaba pasando en el vestuario. Me costó porque me fui con los mejores recuerdos de haber estado en un vestuario que era muy sano, que supo entender bien las cosas más allá de los resultados. Había una convivencia muy natural. No sé realmente qué fue lo que pasó, el por qué de estos cambios tan bruscos… Si a partir de los resultados se generó todo esto alrededor del equipo en este último año… No sé. No quiero hablar mucho porque no estuve. Y no me gustaría herir ningún tipo de susceptibilidades por nada del mundo.

—Vos compartiste la Selección con Simeone…

—Sí, así es.

—¿Está preparado para ser técnico de River?

—El técnico de River debe tener mucho huevo, personalidad y estar capacitado para ponerse al frente de un grupo que viene golpeado. Hoy en River tenés que pensar en ganar para crear nuevas ilusiones. A partir de ahí, si el Cholo va a ser el nuevo técnico de River, está bien: en él se encuentran muchos de esos factores que te decía.

—No conoce el club.

—No conoce el club, pero ya no es necesario conocer el club. Hoy teniendo capacidad, y el Cholo lo demostró en Estudiantes aunque no es lo mismo que River, puede hacerlo perfectamente bien. Ojalá. Lo conozco. Sé lo que ama al fútbol, lo que vive por el fútbol. El Cholo tiene huevos, es apasionado y ganador.

—¿Vos cuándo vas a ser técnico de River?

—(Se ríe) Ahora que sea otro el técnico de River, yo quiero seguir jugando. Pero soy un tipo apasionado también… Yo escuchaba que decían: “A River no lo quiere agarrar nadie…” ¡Qué no va a querer agarrar nadie a River! Muchos pagarían para sentarse en el banco de River, pero no es para cualquiera.

—Si te llamaban de River para que asumieras como técnico, ¿largabas el fútbol y te venías?

—No, imposible. Todavía me siento muy jugador de fútbol. En enero voy a cumplir 32 años y es cierto que muchas veces me pongo en la otra vereda, en la del entrenador. Pero sé que el oficio de entrenador no es fácil. No creo que juegue después de los 34 ó 35 años… Después sí, me gustaríar ser el técnico de River, sería un muy lindo desafío. Pero hoy me siento muy jugador. A veces extraño el estar involucrado en cosas que te ponen la piel de gallina

NUNCAAAAAAAAAAAAAAAAAA