Manchester United reveló un déficit anual de €91 millones

Arafue Manchester. Al parecer muchos clubes de la Premier League y Europa atraviesan esta situación.

LONDRES – El Manchester United anunció el viernes que el club registró pérdidas anuales antes de impuestos cifradas en 79,6 millones de libras (unos 91 millones de euros).

La entidad inglesa se ha visto afectada, entre otros factores, por una reducción de los ingresos procedentes del traspaso de jugadores.
Esa cifra, correspondiente a los doce meses anteriores al pasado 30 de junio, contrasta con el beneficio que anunció el United de 48 millones de libras (54,8 millones de euros) el año anterior, cuando la venta del internacional portugués Cristiano Ronaldo al Real Madrid, por 80 millones de libras (91,4 millones de euros), aumentó los ingresos de la entidad.
El club de Alex Ferguson señaló el viernes que durante el pasado año afrontó cargos financieros por valor de 67 millones de libras (76,5 millones de euros) y tuvo que abonar la cantidad de 40 millones de libras (45,7 millones de euros) en pagos de intereses.
Mientras que la facturación por día de partido del Manchester descendió, esa caída fue compensada por las ganancias comerciales, según indicó la entidad.
El rendimiento anual general del club aumentó hasta los 286,4 millones de libras (327,6 millones de euros).
Por otro lado, el United explicó el descenso en su rendimiento en días de partido, que pasó de ser de 108,8 millones de libras a 100,2 millones de libras (o 124,5 millones de euros a 114,6 millones de euros) como resultado de la trayectoria del equipo durante la pasada temporada en la UEFA Champions League.
Durante la campaña 2009-2010, el United se clasificó hasta los cuartos de final de esa competición, mientras que la temporada anterior, el equipo logró llegar hasta la final, donde perdió con el Barcelona.
El club también develó el viernes que sus ingresos comerciales aumentaron en el citado periodo de tiempo, al pasar de 69,9 millones de libras a 81,4 millones de libras (79,9 millones de euros a 93,1 millones de euros) debido al aumento en sus ingresos por patrocinios.
El beneficio operativo del club, que no incluye el coste de las deudas de la entidad, también subió, alcanzando los 100,8 millones de libras (115,3 millones de euros), frente a los 92 millones de libras (105,2 millones de euros) el año anterior.
El club fue comprado por la familia norteamericana Glazer en el 2005 por 800 millones de libras (unos 915 millones de euros).
Los detractores de los propietarios del United han argumentado que los dueños han sido responsables de que el club contraiga enormes deudas, lo que ha ocasionado numerosas protestas contra la gestión de los Glazer de grupos de aficionados.

Man.Utd un revela déficit de 91 millones de euros - ESPN Deportes

Arafue Manchester. Al parecer muchos clubes de la Premier League y Europa atraviesan esta situación.

LONDRES – El Manchester United anunció el viernes que el club registró pérdidas anuales antes de impuestos cifradas en 79,6 millones de libras (unos 91 millones de euros).

La entidad inglesa se ha visto afectada, entre otros factores, por una reducción de los ingresos procedentes del traspaso de jugadores.
Esa cifra, correspondiente a los doce meses anteriores al pasado 30 de junio, contrasta con el beneficio que anunció el United de 48 millones de libras (54,8 millones de euros) el año anterior, cuando la venta del internacional portugués Cristiano Ronaldo al Real Madrid, por 80 millones de libras (91,4 millones de euros), aumentó los ingresos de la entidad.
El club de Alex Ferguson señaló el viernes que durante el pasado año afrontó cargos financieros por valor de 67 millones de libras (76,5 millones de euros) y tuvo que abonar la cantidad de 40 millones de libras (45,7 millones de euros) en pagos de intereses.
Mientras que la facturación por día de partido del Manchester descendió, esa caída fue compensada por las ganancias comerciales, según indicó la entidad.
El rendimiento anual general del club aumentó hasta los 286,4 millones de libras (327,6 millones de euros).
Por otro lado, el United explicó el descenso en su rendimiento en días de partido, que pasó de ser de 108,8 millones de libras a 100,2 millones de libras (o 124,5 millones de euros a 114,6 millones de euros) como resultado de la trayectoria del equipo durante la pasada temporada en la UEFA Champions League.
Durante la campaña 2009-2010, el United se clasificó hasta los cuartos de final de esa competición, mientras que la temporada anterior, el equipo logró llegar hasta la final, donde perdió con el Barcelona.
El club también develó el viernes que sus ingresos comerciales aumentaron en el citado periodo de tiempo, al pasar de 69,9 millones de libras a 81,4 millones de libras (79,9 millones de euros a 93,1 millones de euros) debido al aumento en sus ingresos por patrocinios.
El beneficio operativo del club, que no incluye el coste de las deudas de la entidad, también subió, alcanzando los 100,8 millones de libras (115,3 millones de euros), frente a los 92 millones de libras (105,2 millones de euros) el año anterior.
El club fue comprado por la familia norteamericana Glazer en el 2005 por 800 millones de libras (unos 915 millones de euros).
Los detractores de los propietarios del United han argumentado que los dueños han sido responsables de que el club contraiga enormes deudas, lo que ha ocasionado numerosas protestas contra la gestión de los Glazer de grupos de aficionados.

Man.Utd un revela déficit de 91 millones de euros - ESPN Deportes

como mierda hacen para perder tanta guita? digo yo, con lo que ganan de marketing, televisacion, partidos, cuotas de los socios, y anda a saber las otras boludeces no les alcanza? que onda?

Y… para empezar, es una locura lo que gastan algunos equipos europeos en sueldos y compras de jugadores.

Saludos

8|

y… pero justamente el Man U es uno de los que menos gasta en traspasos! o sea, una barbaridad para nosotros, pero para las cifras que se manejan en europa no es tanto
otra cosa que me olvidaba, por CR9 no recibieron 96 millones de euros? es muchisimo eso
Saludos!

Se la gastan pagando fortunas en sueldos.

Sinceramente me alegra esto, porque de un momento a otro van a tener que bajar los estándares medios de los sueldos y traspasos que se hacen en el fútbol, que ya son estratosféricos, y se están yendo completamente de la lógica.
Eso permitiría por ejemplo que el fútbol argentino no sufra la sangría de que siempre sus mejores 10,12 jugadores se vayan a fines de temporada.

Es lo que salio el pase de CR7. Definitivamente, tienen que conseguir y vender otro CR7.

En realidad todo el fútbol grande europeo está a punto de quebrar. Pasa que los clubes son demasiado grandes, y siempre va a haber un gobierno regional dispuesto a ayudarlos, o un banco dispuesto a dar un préstamo, o un dueño dispuesto a lavar dinero…

El problema es que eso obligaría a nuestros clubes a ajustarse sabiendo que no van a poder vender tantos jugadores

Ya lo decía Arsène, esto es dóping financiero

Ya lo decía Arsène, esto es dóping financiero

Por Horacio Storni
La noticia sobre la crisis de Liverpool se suma a la más reciente sobre el balance en rojo de Barcelona. Una mirada a las finanzas de los grandes de Europa resucita la célebre frase de Wenger.

Muy pocos clubes de primer nivel funcionan con niveles de gastos bajos y economías equilibradas. El ejemplo más célebre de esta política es el de Arsenal FC. Los londinenses no gastan grandes sumas de dinero en explosivas contrataciones. Su manager, Arsene Wenger, ocupa el cargo desde hace 15 años, piensa retirarse allí, y no cree en la conveniencia de las grandes compras. Su club se nutre de futbolistas mediante una red mundial que les permite acceder a talentos excepcionales, jóvenes y baratos en el Tercer Mundo.
Según el criterio de beneficio capitalista de Forbes, Arsenal es el tercer club más valioso del mundo. Esto no se condice con la escasa cantidad de títulos recientes que la entidad detenta en comparación con sus pares. La política recién descrita le permite al club obtener los éxitos deportivos necesarios para mantenerse en la elite, pero insuficientes para estar a en el exclusivo grupo de los más grandes entre los grandes. La razón de su valor hay que buscarla en su modelo de gestión distinto al de sus competidores, mucho más conservador y previsible desde el punto de vista financiero. Esto está vinculado a las limitaciones que le impone al club el hecho de cotizar en bolsa.
Pero la moda de la bolsa ya pasó. Hoy los clubes son en su mayoría propiedad de individuos o empresas que usan a sus entidades a gusto y piaccere. Una recorrida por las cuentas de los gigantes de Europa no hace más que demostrar la idea de que en el fútbol ganan dinero todos menos las instituciones. Hoy Liverpool lo deja claro y vuelve patente la frase célebre que el DT de Arsenal pronunciara cuando en un mismo verano Florentino Pérez gastara 267 millones de dólares en los pases de Xabi Alonso, Kaká y Cristiano Ronaldo y tentara al francés, que gentilmente (?) desistió: “No gracias, eso es dóping.”


Números Rojos

Cuando en 2007 los norteamericanos George Gillett y Tom Hicks (expertos quebradores de empresas en los EE.UU.) adquirieron al FC Liverpool lo hicieron de un modo bastante agresivo: usaron al mismísimo club como garantía para obtener los préstamos utilizados en la compra. En tres años, llevaron las deudas del club a niveles altísimos. Al final de la temporada 09/10 el club tenía deudas por 605 millones de dólares con una facturación de apenas 280 millones. Apenas bastó una mala temporada deportiva para que la situación explotara. No clasificar a la Champions League, las pésimas compras de Rafa Benítez (tenía más dinero que Alex Ferguson para comprar jugadores a mediados de 2009), y un desastroso arranque de temporada que puso al histórico club en puestos de descenso llevaron al traumático proceso de venta impulsado por sus acreedores (Royal Bank of Scotland el principal). Los Reds estuvieron a punto de declararse insolventes y perder su patrimonio de no haberse producido la venta (cosa que hace unos meses el Portsmouth no había podido evitar).
La compra de Manchester United por parte de los también norteamericanos Glazer no fue menos hostil. Entre 2003 y 2004 la familia compró la mayoría de las acciones a precios altos y de ser un club de propiedad pública (cotizaba en Bolsa desde los años ‘90) pasó a una sola mano. Un detalle: el dinero para la compra del club, más de mil millones de dólares, salió de préstamos tomados por los Glazer usando al mismo club como garantía. Y además le cobraron a Manchester United honorarios por 20 millones de dólares en concepto de administración. Es decir, los norteamericanos le pidieron prestado al club para comprar a la misma institución y le sacaron millones en concepto de salarios por tener el honor de ser dirigidos por ellos.
En España las cosas son un poco diferentes, pero no tanto. La noticia del fin de semana dice que la Asamblea de socios del FC Barcelona aprobó el último balance del club, que dejó perdidas por 80 millones de euros. Además se supo que tiene deudas por 430 millones. Este balance pertenece al último año de la gestión de Joan Laporta (hoy el presidente es Sandro Rosell). Laporta es el hombre que se llenaba la boca tachando de obscenas las compras de Florentino Pérez mientas gastaba 90 millones de euros en todo concepto en contratar a Zlatan Ibrahimovic por un año. Este catalán ahora dejó el club para dedicarse a la política y en las elecciones regionales del mes que viene será uno de los candidatos a la Presidencia de Cataluña. ¿Cuántos votos le vendrán de la mano de los infinitos títulos obtenidos por Guardiola, Messi, Xavi y cía? Eso sí, ahora él y su comisión directiva deberán responder ante la justicia por una gestión en la que además de generar pérdidas y deudas, los balances deficitarios anteriores se habrían cubierto mediante la venta de patrimonio del club.

En 2001 Real Madrid, presidido por Florentino Pérez, le vendió un predio a la ciudad de Madrid por 480 millones de euros. Eso le permitió al recién llegado presidente liquidar la deuda que entonces tenía el club, unos 270 millones. El resto se lo fumó en galácticas contrataciones. Aquella operación brilló por su falta de transparencia. El Estado fue estafado mediante la compra una propiedad que no necesitaba en un precio muy superior al del mercado. Los madridistas, felices (?).
Y siguen las firmas; Valencia tiene una deuda de 635 millones de dólares, muy por encima de lo que la entidad factura anualmente, y no parece estar muy preocupado por pagarla. Y sin embargo en 2008 recibió un préstamo preferencial de la Comunidad Valenciana por 94 millones. Cualquier sociedad privada en una situación similar a la de los Chés nunca recibiría una mano así.
Es que estas grandes instituciones futbolísticas obtienen ayuda fácil y conveniente cada vez que están en apuros. La masividad y la atracción que generan son su seguro de vida. Los clubes siempre van a tener a mano un salvavidas de la política o de grandes empresas. Reciben préstamos en términos preferenciales que otros negocios jamás recibirían. Los contratos de esponsoreo de camisetas y estadios son el sueño de muchas grandes empresas. Asociar la imagen de una empresa a una institución que está en todos los medios de comunicación sin importar si gana o pierde es invalorable. Esos contratos (o los derechos de televisión) son el oxígeno de los clubes. Incluso se cree que en más de una ocasión instituciones financieras y organizaciones políticas ayudaron a más de un club a borrar sus deudas de onda (?). Estas entidades pueden endeudarse fácilmente y confiar tranquilos en la ayuda política para superar la situación. Un club popular en problemas es capaz de movilizar más gente que cualquier causa, justa o injusta, y eso genera una atracción única en empresas o individuos ávidos de publicidad o exposición.
A pesar de lo que declaren públicamente sus autoridades, estos clubes (la mayoría de ellos empresas, no asociaciones sin fines de lucro), no son entidades que busquen el beneficio económico sino, verdad de Perogrullo, victorias deportivas. El “campeonato económico” no le interesa a nadie. Los dirigentes de los clubes europeos grandes, además de victorias –o mejor dicho, de la mano de ellas- muchas veces tienen otros objetivos no declarados que no son necesariamente ‘ganar dinero.’ Su accionar no se condice con el de una empresa cuya finalidad es el lucro.
El Mecenas


La gran mayoría tiene dueños (o presidentes) que son más grandes que el propio club. Esas instituciones terminan siendo herramientas de sus propietarios o dirigentes. Al fin y al cabo, el fútbol les permite a estas personas obtener una imagen masiva, un grado de celebridad muy difícil de obtener en otras actividades. ¿Quién no conoce a Roman Abramovich? ¿Quién lo conocía antes de que comprara al FC Chelsea? El ruso es una de las personas más ricas del mundo, pero su fortuna, 11 mil millones de dólares declarados, no proviene del fútbol. ¿Gana dinero Abramovich en el Chelsea? No, y no solamente no gana dinero, sino que no para de perderlo, aunque de a gotitas si se comparan sus gastos en el fútbol con el dineral que el ruso amasó en los rubros del acero y la energía en los años 90.
Esa es la alternativa buena y linda a la que puede aspirar un hincha de un equipo europeo: el benefactor alla Abramovich. Hace poco el Jeque Mansour se hizo cargo de Manchester City, pagó deudas por 600 millones y después gastó 537 en compras de jugadores en apenas dos años. Hoy el equipo chico de Manchester es el próximo en la fila para pegar el salto a la elite más grande del continente. Eso sí, tanto Abramovich como Mansour saben que jamás recuperarán el dinero gastando en sus clubes.
Dos de los clubes más grandes de Italia también tienen su mecenas. Los balances del AC Milan dan pérdidas sistemáticamente desde hace años y años. Desde que Silvio Berlusconi es su dueño el club jamás ganó dinero. Il Cavaliere se hizo rico gracias a sus negociados inmobiliarios y con sus medios de comunicación. Es de público conocimiento que Milan no le dio dinero, pero lo hizo Primer Ministro de Italia. Ahí es donde se justifica el gasto.
Las pobres campañas del rossonero en las últimas temporadas, la reducción de gastos en incorporaciones y la venta de las últimas grandes estrellas de la institución (un club grande no vende sino que compra) minaron la popularidad del presidente. Esta llegó a su punto más bajo a mediados de agosto. Cuando parecía que el Milan, una vez más, no se reforzaría como club grande para la temporada que acaba de iniciar, los hinchas se enfurecieron. Le pedían que se vaya si no pensaba poner dinero. Pero intempestivamente, sobre el cierre del mercado, Berlusconi peló la chequera y contrató a Ibrahimovic y Robinho. Poco tardaron en llegar las banderas de “Gracias Presidente” a San Siro.
Mientras la “Ley del Fútbol” en Italia permita a los clubes equilibrar los balances negativos mediante la lisa y llana inserción de dinero por parte de sus propietarios, los gigantescos balances negativos de Milan e Inter se acerarán con el dinero de las televisiones de Berlusconi y del petróleo de Moratti. Cuando ello cambie, se verá.
Sin cambios por ahora


Pero la UEFA, tras ver como Florentino Pérez se llevaba a Cristiano Ronaldo, Kaká y Xabi Alonso juntos por una montaña de guita jamás gastada en transferencias, se escandalizó y creó una norma para el futuro. El tocuen (?) del Financial Fair Play afirma que ningún club que gaste más de lo que gana podrá participar de los torneos continentales a partir de 2013. Eso sí, la regla también permite liquidar deudas mediante distintos mecanismos financieros hasta 2017. O sea nos hacemos los que nos importa la sustentabilidad del fútbol pero pateamos la pelota para más adelante; por lo tanto, se puede seguir así por 7 años más.
Ese bondadoso Papá Noel que hoy encarna Michel Platini no para de inyectar su dinero en el circo. Por ganar la última edición de la Champions League Inter embolsó casi 50 millones de euros. Por perder todos sus partidos en la fase de grupos, Maccabi Haifa se llevó casi 9 millones. Para varios clubes llegar a ese torneo es tan o más importante que ganar una liga local. Para todos es una cuestión de prestigio. Para muchos es la oportunidad de pegar el salto y llegar a la elite. ¿Qué no daría Abramovich por ese trofeo? ¿Cómo influyó en el ex modestísimo Villarreal un histórico acceso a semifinales? No lograr la clasificación cuando es un objetivo de mínima puede tener consecuencias desastrosas; basta ver el ejemplo de Liverpool.
En el fondo, el fútbol europeo tiene un modo de gestionarse que se contradice con los cánones lógicos del mundo empresarial capitalista. Y por más que parezca un mal negocio, hoy por hoy hay una larga cola de multimillonarios esperando a que alguien quiera vender un club grande (o cualquiera de la Premier League, la más vista y apetecida del mundo) para comprarlo. La ecuación es fácil: con casi 300 millones de telespectadores, las últimas dos finales de la Champions League fueron el evento deportivo anual más visto, por sobre el históricamente líder Super Bowl. Esto dejando afuera Juegos Olímpicos y Mundiales. Por si esto no bastara, 700 millones de personas vieron el último España-Holanda.
Mientras salir en televisión ante esos millones de espectadores festejando un título frente a un puñado de atletas de elite sea redituable desde algún punto de vista, siempre va a haber gente dispuesta a actuar contra la lógica económica inmediata.
La idea de que los clubes de fútbol más grandes del mundo son ricos no parece ser tal. Los que dan ganancia al final de la temporada son raros y excepcionales. El gigantesco caudal de fondos que ingresa en sus arcas proveniente de los esponsors y las televisiones termina en otras manos, no en las tesorerías de las instituciones. Esas manos van desde los multimillonarios contratos de futbolistas hasta infinidad de empleados de distintas actividades ligadas al fútbol, pasando por los incontables empresarios e intermediarios que muerden algo en cada operación. En gran medida sus políticas económicas tienden, lisa y llanamente a caminar lo más cerca posible del precipicio, a evitar la bancarrota, no a ganar dinero. Con este modo de gestión, es inevitable que cada tanto aparezcan casos como el de Liverpool, pero el modelo por ahora cierra bien, deja a la mayoría contenta y funciona. Por eso, y por más que cada tanto las autoridades en Nyon o en Bruselas aparenten escandalizarse, no hay motivo para cambiar por el momento.