Los medios y la polarización mediática.

Otro artículo de un blog de Perfil que me gustó y comparto. En este caso, el que escribe no asume una posición “pro” ni “contra” del Gobierno, sino que analiza el tema desde otra vereda.

Corpo vs. Corpo, una explicación de la polarización mediática centrada en el periodismo

27 de marzo de 2013 by Santiago Nicholson

Me contó Arturo Fitz H. que en el marco de una investigación académica sobre medios y política entrevistó a algunos movimientos ambientales que le dijeron, “si le pegas a Macri te dan bola en Página 12 y podes darle visibilidad a tu reclamo, si le pegas al kirchnerismo te dan bola en Clarín. Si no le pegas a nadie no te llama ni el loro”.

¿En qué momento los medios entraron a la cancha de la política y tuvieron que ponerse una camiseta o la otra? Muchos explican la creciente polarización a partir de la inflexión de la 125 y la pelea con el campo, y después con la ley de medios, pero pocos ponen la lupa sobre el propio ejercicio del periodismo. Hace un tiempo una amiga ex periodista me dijo lo siguiente: “678 existe porque el periodismo independiente perdió calidad, si no la propaganda caería por su propio peso. Se perdió algo en el nivel, el rigor y el oficio que permitió su entrada y eso dividió las aguas.” Lo que me pareció interesante de esta hipótesis es que es en parte endógena al propio sistema de medios.

Francisco Olivera, periodista del diario La Nación, coincide con la tesis, “678 aprovecha la miseria periodística y la explota bien. Y en muchas cosas tienen razón”. El periodista sostiene que el kirchnerismo confrontó con un periodismo que tenía la guardia baja. “Todo comenzó con los auspicios a periodistas… si yo mañana tengo un programa en FM Identidad y todas las empresas con las que trato y me peleo en el diario me auspician ahí, eso erosiona la picardía periodística. Porque si me auspician Arcor o Techint en mi programa y tengo que hacerle una entrevista a Pagani o a Rocca para el diario, seguramente será una entrevista correcta, formal, pero no voy a ir al fondo de la cuestión, aquello que el poderoso no quiere que se sepa. Entonces a partir de ahí, se fueron venciendo barreras”. Lejos de ir contra sus colegas, Olivera carga las tintas sobre los dueños de los medios que pagan sueldos muy bajos.

Con la extensión de esta práctica de auspicios a periodistas, comenzaron a ser verosímiles las teorías más conspirativas (probablemente algunas de ellas ciertas), “todo parece estar motivado por una intencionalidad política y desaparecen el azar y la libertad de conciencia”, dice Olivera. La consecuencia, ya nadie cree en el periodismo… “es muy fácil acusar a un gobierno de no creer en el periodismo, pero cuando un anunciante presiona a un redactor porque está escribiendo algo que va en contra de sus intereses ese anunciante no cree en el periodismo, y si el redactor o el dueño del medio ceden a esa presión, están contribuyendo a que nadie crea y que no haya periodismo”.

Por su parte, Arturo Fitz H. sostiene que, en un marco institucional de no separación entre gobierno y estado y de uso discrecional de la pauta, hubo un gobierno que tomó la iniciativa de enfrentarse a ciertos medios de comunicación con herramientas que ya estaban disponibles. Y agrega que los medios no fueron muy estratégicos en sus respuestas, sino que fomentaron más la polarización, “Clarín trató de aplicar criterios de calidad periodística, por ejemplo incorporando columnas de opinión tanto oficialistas como opositoras, pero fue medio tibio y después lo abandonó, y de todos modos el grupo de medios en general tomó una postura mucho más explícita en contra del gobierno”.

¿Puede aflojarse esta tensión en algún momento si hubiera un cambio de gobierno y asumiera el poder un peronismo más conservador? Olivera dice que no, “sí puede haber menos virulencia con un gobierno de otro signo ideológico o político, mismo dentro del peronismo pero con una concepción distinta de la realidad, que no todo pase por los medios. Pero aun así me parece que hemos adquirido prácticas de las cuales va a ser muy difícil volver”.

Estos días pensaba, cómo vamos a extrañar a Horacio González y Dante Palma cuando Claudio María Domínguez y Oscar González Oro ocupen sus lugares.

Publicado por Santiago Nicholson

Fuente: Corpo vs. Corpo, una explicación de la polarización mediática centrada en el periodismo | Política con lentes

Otro artículo de un blog de Perfil que me gustó y comparto. En este caso, el que escribe no asume una posición “pro” ni “contra” del Gobierno, sino que analiza el tema desde otra vereda.

Corpo vs. Corpo, una explicación de la polarización mediática centrada en el periodismo

27 de marzo de 2013 by Santiago Nicholson

Me contó Arturo Fitz H. que en el marco de una investigación académica sobre medios y política entrevistó a algunos movimientos ambientales que le dijeron, “si le pegas a Macri te dan bola en Página 12 y podes darle visibilidad a tu reclamo, si le pegas al kirchnerismo te dan bola en Clarín. Si no le pegas a nadie no te llama ni el loro”.

¿En qué momento los medios entraron a la cancha de la política y tuvieron que ponerse una camiseta o la otra? Muchos explican la creciente polarización a partir de la inflexión de la 125 y la pelea con el campo, y después con la ley de medios, pero pocos ponen la lupa sobre el propio ejercicio del periodismo. Hace un tiempo una amiga ex periodista me dijo lo siguiente: “678 existe porque el periodismo independiente perdió calidad, si no la propaganda caería por su propio peso. Se perdió algo en el nivel, el rigor y el oficio que permitió su entrada y eso dividió las aguas.” Lo que me pareció interesante de esta hipótesis es que es en parte endógena al propio sistema de medios.

Francisco Olivera, periodista del diario La Nación, coincide con la tesis, “678 aprovecha la miseria periodística y la explota bien. Y en muchas cosas tienen razón”. El periodista sostiene que el kirchnerismo confrontó con un periodismo que tenía la guardia baja. “Todo comenzó con los auspicios a periodistas… si yo mañana tengo un programa en FM Identidad y todas las empresas con las que trato y me peleo en el diario me auspician ahí, eso erosiona la picardía periodística. Porque si me auspician Arcor o Techint en mi programa y tengo que hacerle una entrevista a Pagani o a Rocca para el diario, seguramente será una entrevista correcta, formal, pero no voy a ir al fondo de la cuestión, aquello que el poderoso no quiere que se sepa. Entonces a partir de ahí, se fueron venciendo barreras”. Lejos de ir contra sus colegas, Olivera carga las tintas sobre los dueños de los medios que pagan sueldos muy bajos.

Con la extensión de esta práctica de auspicios a periodistas, comenzaron a ser verosímiles las teorías más conspirativas (probablemente algunas de ellas ciertas), “todo parece estar motivado por una intencionalidad política y desaparecen el azar y la libertad de conciencia”, dice Olivera. La consecuencia, ya nadie cree en el periodismo… “es muy fácil acusar a un gobierno de no creer en el periodismo, pero cuando un anunciante presiona a un redactor porque está escribiendo algo que va en contra de sus intereses ese anunciante no cree en el periodismo, y si el redactor o el dueño del medio ceden a esa presión, están contribuyendo a que nadie crea y que no haya periodismo”.

Por su parte, Arturo Fitz H. sostiene que, en un marco institucional de no separación entre gobierno y estado y de uso discrecional de la pauta, hubo un gobierno que tomó la iniciativa de enfrentarse a ciertos medios de comunicación con herramientas que ya estaban disponibles. Y agrega que los medios no fueron muy estratégicos en sus respuestas, sino que fomentaron más la polarización, “Clarín trató de aplicar criterios de calidad periodística, por ejemplo incorporando columnas de opinión tanto oficialistas como opositoras, pero fue medio tibio y después lo abandonó, y de todos modos el grupo de medios en general tomó una postura mucho más explícita en contra del gobierno”.

¿Puede aflojarse esta tensión en algún momento si hubiera un cambio de gobierno y asumiera el poder un peronismo más conservador? Olivera dice que no, “sí puede haber menos virulencia con un gobierno de otro signo ideológico o político, mismo dentro del peronismo pero con una concepción distinta de la realidad, que no todo pase por los medios. Pero aun así me parece que hemos adquirido prácticas de las cuales va a ser muy difícil volver”.

Estos días pensaba, cómo vamos a extrañar a Horacio González y Dante Palma cuando Claudio María Domínguez y Oscar González Oro ocupen sus lugares.

Publicado por Santiago Nicholson

Fuente: Corpo vs. Corpo, una explicación de la polarización mediática centrada en el periodismo | Política con lentes

Los K y la corpo, en procura de un nocaut que podría voltear a los dos

Después del fracaso del 7D y de la derrota sufrida en los tribunales por los artículos de la “ley de medios” vinculados con la desinversión del grupo Clarín, asistimos a una nueva ofensiva del gobierno contra la corpo.
El ataque sigue dos vías. Una es la de los diputados kirchneristas en el Congreso, quienes presentaron un proyecto de ley para expropiar el 24% de las acciones de Papel Prensa. La otra vía tiene como instrumento la Comisión Nacional de Valores y apunta, directamente, a intervenir el grupo Clarín. Mientras tanto, las balas de Lanata ya no apuntan a valijeros con rodete, sino que pegan directamente en el interior de la mansión presidencial de Calafate.

La Justicia
Dentro de los obstáculos que debe remover el gobierno, uno no menor es el del Poder Judicial. Tanto Clarín como el kirchnerismo acaban de apelar a la Corte Suprema. También se ha anunciado una presentación masiva de pedidos de inconstitucionalidad de las leyes de reforma judicial votadas en el Congreso. La judicialización de la política es una señal inconfundible de una crisis de régimen.

Los trabajadores
La novedad en esta crisis es la intervención de los trabajadores -aunque ya está el precedente de la defensa de Juan Micheli que hizo la comisión interna de la TV pública. Ahora el centro es nada menos que Clarín. En el corazón de la Corpo, los trabajadores reunidos en asamblea rechazaron la presión patronal para sacar un texto en su apoyo y, a la vez, denunciaron los planes intervencionistas del gobierno como una amenaza al trabajo y a la autonomía de los periodistas. En el diario hay despidos ‘voluntarios’ todos los días. La patronal alega que está perdiendo dinero, pero se niega a consolidar cuentas con sus otros rubros audiovisuales, a pesar de reclamar el derecho a un monopolio integrado, precisamente con el argumento de unificar costos. La comisión interna, que el diario no reconoce, rechazó la exigencia de que los trabajadores firmaran una solicitada en apoyo a la empresa e impuso, en una asamblea unánime, que el rechazo al arrebato censor de los amigos de Lázaro Báez se haga en los términos que los trabajadores juzguen convenientes a los intereses de su clase y a la auténtica libertad de expresión. Los trabajadores de prensa se van convirtiendo en el nuevo sujeto social y político de la disputa.
La intervención de los trabajadores de Clarín, que va de la mano a un ascenso generalizado de los trabajadores de prensa de medios opositores y oficialistas, coloca en ridículo a los izquierdistas que les exigen convertirse al kirchnerismo para “luchar contra la derecha” y a quienes para “salvar a la república” se hacen macristas. Ni K ni macristas, simplemente trabajadores que luchan contra los atropellos del capitalismo y de sus secuaces políticos.
Saludamos esa intervención, que hemos propugnado con todas nuestras fuerzas, y la promoveremos con una campaña política. Una intervención a Clarín lo convertiría en un “6,7,8” de los Báez, Britos, Cirigliano, Roggio, Eurnekian y Pescarmona, y al país en una cadena nacional absoluta. Defendemos la lucha por la libre expresión del pueblo, no el monopolio de los parásitos que ocupan los dos lados del mostrador capitalista.

Los K y la corpo, en procura de un nocaut que podría voltear a los dos : Prensa Obrera 1268 – 16/05/13

Y yo que te doy lugar y letra… :twisted::mrgreen:

El decreto fascista de Macri

Una nueva ley de medios

Las versiones de que la Comisión Nacional de Valores podría intervenir el grupo Clarín y el proyecto de ley que habilita la expropiación de Papel Prensa animaron a Macri a dictar un decreto de necesidad y urgencia que deroga la Ley de Medios en el ámbito de la Ciudad –la residencia de la mayoría de los capitales del negocio audiovisual. La vigencia del decreto debería ser confirmada por la Legislatura antes de que venza el mes corrido. La medida se apoya en el artículo de la Constitución que niega al Congreso el ejercicio de la jurisdicción federal sobre la prensa. El decreto blinda a los grupos capitalistas de los medios contra cualquier acción posible del gobierno nacional. Los excluye del ámbito de la ley audiovisual y de las decisiones regulatorias de las autoridades del Mercado de Valores, e incluso de atenerse a la ley de competencia. El gobierno porteño llama a sus colegas de las provincias a hacer lo mismo, lo que alargaría el ámbito geográfico de un nuevo choque de poderes del Estado. Recordemos que todos los que hoy se acuerdan de la autonomía de la Ciudad sobre asuntos de prensa, la negaron cuando los legisladores del Partido Obrero la reclamaron para establecer un salario mínimo superior al que establece la legislación nacional.

Los todoterreno del oficialismo se apuraron en tachar al decreto de mamarracho, pero lo cierto es que suma a los tres poderes de la Ciudad a la disputa por los medios de comunicación. Calienta el conflicto entre los K y las ‘corpos’ adversarias y con ello apura la intervención de la Corte.

El decreto macrista, a todos los fines prácticos, reglamenta el ejercicio de la libertad de prensa; es una nueva Ley de Medios. El núcleo del decreto se encuentra en el artículo 6, que bajo un lenguaje liberal acomete un designio fascista, porque autoriza la censura judicial a la prensa y rechaza los recursos cautelares o de amparo contra esta censura. En la enumeración de prohibiciones a la expresión de la prensa figura el “odio ideológico”, algo suficiente para censurar cualquier texto marxista, y “la propaganda discriminatoria contra cualquier grupo de personas” – por ejemplo la burguesía, los estafadores capitalistas y así de seguido. La interpretación de los contenidos de la propaganda es siempre arbitraria, en especial si la desarrolla el poder político.

El artículo 11, con una redacción sibilina, prohíbe en forma absoluta el derecho de huelga y el piquete de huelga cuando dice que “No podrá ser suspendida, interrumpida, demorada ni dificultada la actividad profesional de los periodistas, productores y editores (…) ni los medios de comunicación”.

El enredo fascistizante de este decreto que pretende proteger la libertad de prensa, añade al callejón sin salida en que va ingresando la crisis política.

El decreto fascista de Macri : PARTIDO OBRERO

No vi en qué consiste el decreto de Macri. Obviamente los medios oficialistas lo toman como decreto para medios amigos, y los medios opositores como algo legítimo y digno

Leete esta nota.

Derogar una ley nacional en un territorio por decreto 8| Este tipo está peor de lo que pensaba

Lo de que hace falta pegar para que te den manija lo comprobó sin intención el Nobel de Economía Stiglitz (o como se escriba)
En Clarín remarcaban que dijo que un país necesita estadísticas confiables, y los medios oficiales recordaron muchas veces que dijo que los monopolios mediáticos atentan contra la libertad de expresión.
O sea, dijo las dos cosas, imaginen como titularon cada uno sus declaraciones

http://blogs.perfil.com/relatodelpresente/2013-05-23-1319-no-todo-se-debate/

No todo se debate
Jueves, 23 de mayo, 2013

Hay que reconocer que al oficialismo nunca se lo podrá tratar de vago. En el gobierno le meten garra para demostrar gestión con anuncios que se contradicen entre sí, incluso dentro del mismo anuncio. Y aunque la realidad se empeñe en sembrarnos incógnitas sobre lo que percibimos, allí está Cristina para demostrarnos que sufrimos de una crisis de alucinación masiva, producto de la sobredosis de endorfinas derivada de tanta felicidad kirchnerista.

Ayer, cuando aún trataba de asimilar que no tenemos que tener miedo, porque eso es lo que sentía Cristina en la dictadura, y que hoy en día nadie puede desaparecer -con lo cual queda demostrado que Julio López y Luciano Arruga son dos mercenarios desestabilizadores al servicio de la CIA- me encontré con una nueva cadena nacional en la que la Presi nos contó que El Modelo fue tan exitoso en la última década, que ella lo celebra aumentando los planes sociales, las asignaciones universales por hijo y ampliando la cobertura de asignación familiar, medidas que la monada reunida aplaudió hasta reventar los sabañones, cuando hace tan sólo unos meses, puteaba a Hugo Moyano por la ridiculez de afirmar que existían hijos de trabajadores que eran discriminados y no recibían la asistencia que les correspondía. A grandes rasgos, se festejó que todo sigue igual, que nada cambió y que, a diez años del inicio de la década ganada, del mejor cuadro político desde la llegada de los españoles al Río de la Plata, del gobierno más mejor que haya visto este lado de la Vía Láctea, hay un sector inmenso que aún depende del asistencialismo gubernamental.

Cristina tiró unos datos preciosos, unos números divinos a los que sólo les faltaba un poquito de perfume para invitarlos a salir. Lo que no pudo explicar -o quizá lo hizo pero fue tapado por el bolonqui de la patria aplaudidora- es qué es lo que pasa para que la guita siga sin alcanzar, si el gobierno aumenta el triple de lo que supuestamente fue la inflación que dice medir. Y por si quedaba alguna duda, luego de anunciar la implementación de una ayuda escolar extraordinaria y por única vez -parece que en la Rosada las clases arrancan en julio- mostró un cuadro con el que explicó, contenta, que con el aumento del 35%, el poder adquisitivo de los planes sociales será el mismo que el de los últimos tres años.

Tras anunciar que ingresará al mercado el doble de guita de la que estaba en circulación en materia asistencialista, la Presi se dirigió a los empresarios, sutilmente, con la clase y la precisión que la caracterizan, para decirles que los que ponen los precios son ellos, y no el Gobierno. Si bien los empresarios empezaron a preguntarse qué corno hacían en la Rosada, la actitud conciliatoria de Cris los alivió: les dijo en la cara -se habrían enterado igual, era cadena nacional- que los diarios nunca hablan mal de los empresarios porque pagan la publicidad. Por si el mimo presidencial no alcanzara, la primera mandataria les dijo que controlar es una palabra fea, pero que así es la vida, y que el gobierno utilizará a “los movimientos políticos, sociales y juveniles para desplegarlos en todo el territorio” en una campaña que se llamará “Mirar para Cuidar”. No es que hayan perdido la creatividad a la hora de nombrar las ideas geniales que tienen, pero eso del “Plan Buchones y Aprietes para Todos y Todas” no gustó mucho, y las camisas pardas que habían pensado no combinaban con las pecheras azules.

Mientras los pibes del fondo festejaban que en un futuro próximo serán los botones de la sociedad, la Presi demostró que ahora también experimenta con la fusión de la economía y la biología, al afirmar que los precios no aumentan por cuestiones de la naturaleza, sino que es por culpa de los empresarios que quieren mantener la rentabilidad, como si fueran seres de beneficencia que perdieron la senda del Señor. Como ejemplo de sus conocimientos económicos, Cris contó que, con el lanzamiento del Plan Procrear, aumentaron los precios de los insumos para la construcción, pero que ella sabe que no es culpa de los salarios. Evidentemente, la Presi debe creer que los mosaicos son frutos de un árbol, que el cemento brota de las napas, que la pintura sólo es savia de alguna que otra planta y que los aumentos de demanda no tienen por qué afectar a la producción de nada. Por si no alcanzara con el ejemplo brindado, Cris hizo gala de su cultura geográfica al afirmar que no es normal que el cemento cueste casi el doble en El Calafate que en Pico Truncado, donde está la cementera, “si sólo las separan trescientos, cuatrocientos kilómetros”. Independientemente de que Cristina suponga que el traslado se hace por teletransportación, la realidad dicta que la distancia entre ambas ciudades es de 870 kilómetros, pero es tan sólo un detalle menor.

Para finalizar su exposición, la Presi deslizó que el gobierno tiene algunos proyectos para abordar el problema de la maternidad precoz, que “como es un problema de los jóvenes, se abordará desde los jóvenes, porque los problemas de los jóvenes los tienen que resolver los jóvenes con militancia y organización”. Reconozcamos que es una buena forma de delegar laburo y que cada uno madure a su tiempo. En un principio no me quedó muy en claro cuáles serían los roles que pueden jugar la militancia y la organización en la prevención de embarazos, hasta que imaginé a una mina haciendo planes para el sábado a la noche que se suspenden porque al novio le surgió una peña debate “La Patria Grande, una Realidad Palpable”.

Y ya que hablamos de gente aburrida, los somníferos vivientes agrupados en ese centro de terapia grupal denominado Carta Abierta, publicaron una nueva misiva para defender al gobierno. Básicamente, llamaron a no creer en los que quieren asustarnos, y para que nos quede claro, nos metieron miedo al plagar el texto de referencia a la Alemania previa al nazismo y a la era oscura de la dictadura. El argumento que repitieron una y otra vez es que no se está denunciando el mayor choreo de la historia, sino que se busca “horadar a un gobierno que, por primera vez en décadas, cuestionó injusticias y desigualdades, tramas monopólicas y abusos de poder de quienes siempre se sintieron los dueños del país”. Luego trataron al común de la sociedad de idiota, al afirmar que somos maleables a la construcción de la realidad que nos entregan los medios y que, si seguimos en la joda de creer que Cristina no fue una exitosa abogada ni Néstor un tipo desprovisto de una ambición económica desmedida, nos espera un futuro negro, como el de los ´90, cuando también se choreaba, pero sin tanto verso. En el texto, nos advirtieron que también debemos tener mucho cuidado con lo que leemos, vemos, oímos y decimos, dado que se apunta “a erosionar la figura pública de un ex-presidente, en una acción que se torna una respuesta de music-hall para problemas que merecen otro tratamiento”.

Según el texto de los cráneos nacionales y populares, a la hora de hablar de la ridícula y previsible tragedia de Once, también está mal decir “la corrupción mata”. ¿Qué pretenden, un debate nacional y multisectorial que establezca si está bien o mal decir que un tren oxidado y sin frenos en una fiesta de subsidios, es producto de la corrupción? Para estos aburridos diplomados, el hambre en el contexto del exitoso modelo no es una triste realidad, sino algo que debemos analizar bien antes de repudiarlo. Un pibe descalzo que camina por Constitución no es causa de indignación, es algo que merece un debate.

Lo que estos idiotas ilustrados (pedantes, según la RAE) no entienden, es que no se puede pedir un análisis ante cada muestra de aberración. No todo se debate, ni mucho menos se puede pedir a la ciudadanía que tenga una balanza para pesar qué es peor, cuando es lo mismo que no le perdonan, ni le perdonarían a otro gobierno. Según este criterio, durante los ´90 deberíamos haber tenido en cuenta que Menem fue un militante de los Derechos Humanos que se comió cana durante años en la dictadura, para luego volver a enfrentarla, mientras defendía gratuitamente a los que estaban en cana, sin importar su afiliación partidaria, y encabezaba marchas de reclamo a los militares, codo a codo con Pérez Esquivel. Asimismo, deberíamos poner en consideración que, a pesar de “esas cosas cuestionables”, fue un gobierno que produjo un profundo cambio en la sociedad al instaurar estabilidad y la iniciativa personal como factor de progreso, y no fijarnos en nimiedades como los negociados, las muertes mafiosas, las explosiones de arsenales, los atentados a colectividades y alguna que otra cuentita en el exterior. Y sin embargo, a Menem lo puteamos ¿Qué les hace pensar que los vamos a tratar distinto, que ahora vamos a tener en cuenta otras cosas a la hora de protestar porque se la llevaron, se la llevan y se la llevarán en pala? ¿Realmente pretenden un debate ideológico sobre el choreo?

¿Tanto estudio y tanto palabrerío difícil para redundar en un “roban pero hacen”?

Jueves. Cuando un pibe nos kirchnerea la billetera al subir al bondi, no decimos “bueno, al menos me dejó subir primero, debería debatir qué lo llevó a privarme de mi patrimonio”. Tan básico como eso.