Qué tal, como va, hacía mucho que no entraba al foro… hoy regresé y les dejo ésta perlita.
Fútbol negro (1): La Comisión Directiva de River Plate no se animó a expulsar a sus socios ‘barrabravas’
Finalmente la sesión no fue secreta sino pública en el Club Atlético River Plate. Pero la Comisión Directiva, presidida por José María Aguilar, consideró que antes de decidir qué hacer con los socios Adrián Rousseau y Alan Schlenker… es mejorar esperar a que la Justicia se pronuncia. Tan cobarde como bochornoso. Ahora se sabe porqué hay ‘barrabravas’ en River: porque sus dirigentes los toleran, los apañan, los estimulan, los financian y hasta le dan cobertura política.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Ni en el Estatuto ni en el Reglamento de la asociación civil Club Atlético River Plate está contemplada la posibilidad de una sesión secreta. Cuando José María Aguilar y Mario Israel planificaron una, sólo demostraron que a su enorme torpeza le suman una ignorancia absoluta de las normas de la institución que conducen.
Cuando en el pasado, por ejemplo, hubo una sesión secreta en la Comisión Directiva de River Plate, los pasos fueron los siguientes: comienza la sesión y quien la preside solicita que de ahí en más haya una sesión secreta, entonces somete a votación su moción y si consigue imponerla, entonces puede avanzar. Así se aprobó, por ejemplo, la entrega de entradas gratuitas a los ‘barrabravas’ en días de Alfredo Davicce (cuando Horacio Roncagliolo fue el único que votó en contra).
Ante la denuncia de Urgente24 de que Aguilar quería sesionar en secreto, fueron varios los socios que se mostraron dispuestos a reivindicar sus derechos y la sesión, entonces, fue pública.
El orden del día incluía la consideración de la incorporación definitiva del pase del jugador Mauro Rosales, desde el Ajax, de Amsterdam, Holanda.
La Comisión Directiva aprobó un salario de $ 7.000 por mes, $ 500.000 de prima más los premios, aceptando pagar por el pase el 70% del equivalente a US$ 1,8 millón, con US$ 100.000 de comisión.
O sea que River Plate tiene el 70% de Rosales y se explicó que el 30% lo compran “un grupo de socios del club”.
De inmediato la oposición pidió información acerca de quiénes integran el grupo de socios, para conocer su capacidad para respaldar la obligación.
Con toda la Comisión Directiva presente, la explicación de José María Aguilar fue que no recordaba quiénes son los socios y que en la próxima reunión de Comisión Directiva intentará conseguir el informe respectivo.
Sin duda, un bochorno del obeso directivo que, una vez más, demostró que nunca llegó a River Plate para alcanzar la gloria deportiva sino otras cuestiones más pedrestes, probablemente vinculados a los intereses de Mario Israel.
Luego, se trató el reemplazo del secretario de Actas, tras la renuncia de Antonio Caselli. En ese cargo fue designado el vocal titular Hernán Córdoba, amigo personal de Aguilar.
Al frente del Instituto River Plate fue nombrado el muy cuestionado vicepresidente Domingo Díaz, vinculado a una serie de contrataciones aparentemente irregulares, según comentarios del periódico dominical ‘Perfil’.
Al frente del área de prensa del club fue nombrado el representante artístico Héctor Cavallero.
Entonces llegó el momento de abordar la cuestión más importante: la consideración de la prometida (a la sociedad argentina) recomendación de expulsión de los socios Alan Schlenker y otros.
La Comisión Directiva, que ya suspendió a los ‘barrabravas’ violentos debía proponer a la Asamblea de Socios la expulsión de esos personajes.
La decisión del oficialismo que encabeza Aguilar fue no promover la expulsión de los socios ‘barrabravas’ que llegaron a disparar armas de fuego dentro de las instalaciones sociales del club.
Los dirigentes de River informaron que se esperará el resultado de las actuaciones judiciales, por lo que Alan Schlenker, Adrián Rousseau y el resto siguen siendo socios de River Plate, aunque seguirán suspendidos momentáneamente.
Por lo tanto, la próxima vez que ocurran acontecimientos de violencia en River Plate, habrá que responsabilizar a Aguilar, Israel y los otros dirigentes que exhibieron una notable cobardía al no atreverse a ejecutar lo que exigen la mayoría de los socios de River Plate.
Saludos