"Las reservas se usarán las veces que sea necesario"

MERCEDES MARCO DEL PONT, PRESIDENTA DEL BANCO CENTRAL

          [b]“Las reservas se usarán las veces que sea necesario”[/b]

         [i][b]“Estamos cambiando la historia económica de la  Argentina de las últimas décadas”, describió. En una entrevista  exclusiva, tildó a quienes cuestionan la política financiera   y monetaria de “irresponsables”, por no aceptar una discusión franca  sobre instrumentos y objetivos.

[/b][/i]
Por David Cufré y Roberto Navarro

Las heterodoxias que practica la Argentina son una herejía para los mercados internacionales, dice Mercedes Marcó del Pont en entrevista exclusiva con Página/12, la primera que concede a un medio gráfico desde que asumió la presidencia del Banco Central. Los despachos, la sala de reuniones del directorio, los pasillos, las alfombras, las lámparas y hasta las revistas en inglés en las salas de espera del BCRA contrastan con el discurso que va enhebrando la funcionaria que ahora es su jefa. El Central es un ámbito que fue colonizado por el poder financiero y que quedó impregnado con su impronta desde las épocas de Adolfo Diz, Domingo Cavallo, Pedro Pou y Roque Fernández. Marcó del Pont es su opuesto. “Estamos dando vuelta la historia económica de la Argentina de las últimas décadas”, asegura con garra. Lo ejemplifica con la decisión de utilizar las reservas para pagar deuda, medida que, anticipa, se volverá a aplicar todas las veces que sea necesario, aunque sostiene que todavía está por verse si hará falta en 2011.
–A diferencia de otras épocas, la crisis internacional no produjo tensiones con el dólar. Ahora la queja de algunos sectores empresarios es que está quedando retrasado. ¿Qué va a pasar con el tipo de cambio?
–La experiencia internacional y la nacional enseñan que es muy importante que el Banco Central envíe señales de estabilidad en el mercado de cambios. Hay evidencia empírica, trabajos recientes muy buenos que demuestran que los países que aprecian su moneda crecen menos, crecen bastante menos. Pero también hay mucha evidencia de que los países que tienen mercados de cambios muy volátiles no alientan la inversión. Desde nuestra visión, transmitir al sector privado que vamos a seguir con un tipo de cambio administrado, competitivo, sin grandes volatilidades, es una señal importante de normalidad.
–Varios comentaristas han dicho que hay un dilema entre anclar el precio del dólar para utilizarlo como una herramienta contra la inflación y evitar la apreciación cambiaria, porque le restaría competitividad a la economía. Sobre todo, con la devaluación del euro y el real.
–Lo que hay que tener claro es la elevadísima volatilidad que tiene el real. Si nosotros nos referenciáramos en el real, hace un mes y medio estaba apreciado, después vino la crisis griega y se devaluó, después se apreció. Está en un subibaja. Pero en promedio, la Argentina no está perdiendo en la relación cambiaria con Brasil. Y respecto de otros países con los que comercia la Argentina, el tipo de cambio multilateral sigue siendo muy competitivo en comparación con todos los parámetros históricos. Si tomamos un índice muy sensible para la industria como es el salario, el costo en dólares de los salarios, el resultado para Argentina sigue siendo muy competitivo.
–¿Por qué hay tanto lobby por la devaluación?
–A esta altura del partido, el desafío es salir del círculo vicioso de vincular la discusión de la competitividad de la economía a la cuestión del tipo de cambio y al costo salarial. Hay otros componentes que definen la competitividad: el financiamiento y la productividad, cómo podemos hacer para mejorar la productividad, y eso tiene que ver con la inversión. Cuando hablamos de competitividad tenemos que mirar otros costos, como los de los insumos difundidos (N. de R.: acero, aluminio, vidrio, cartón y otros que utilizan distintas industrias), pero también tenemos que poner en discusión la tasa de ganancia de las empresas. Hablan de competitividad, ¿pero a partir de cristalizar qué tasa de ganancia? Eso es parte de la puja distributiva.
–¿La tasa de rentabilidad actual es elevada?
–Lo que se advierte al analizar cómo se dio el crecimiento económico y de la inversión estos últimos años es que las empresas se han financiado con capital propio. Han tenido utilidades para reinvertir, y esto queda claro porque la relación deuda-PIB es bajísima. Son los márgenes de ganancia los que retroalimentaron el proceso de inversión y crecimiento, que ha sido muy fuerte. En el Banco Central no calculamos márgenes de ganancia, pero en distintas áreas del Ejecutivo se puede verificar que en todos los sectores de la economía, transables y no transables, las tasas de rentabilidad son muy elevadas.
–¿Eso puede cambiar por impacto de la crisis europea?
–Sobre la crisis internacional lo que puedo decir es que tendremos que acostumbrarnos a seguir con una economía mundial con enorme volatilidad. Las recetas que les están imponiendo a los países europeos en problemas no harán más que agudizar las dificultades estructurales y también creo que la solución de fondo que en algún momento se tendrá que discutir es la reestructuración de las deudas soberanas. Ahora bien, desde Argentina tenemos que ver que en esta crisis hay un elemento distintivo, que no estaba presente por ejemplo en la Gran Depresión de 1930: aquella vez no apareció un país o un núcleo de países que de alguna manera actuara como locomotora, que tomara la posta en la recuperación. Y en este caso tenemos a China, a la India, a países que están ejerciendo como equilibradores de la actividad económica mundial. Eso explica por qué los precios de las commodities no cayeron tanto, en especial los que exporta la Argentina, que son alimentos. A diferencia de otras crisis financieras, no tuvimos un impacto tan significativo.
–Si sigue la volatilidad, ¿no se complica la salida a los mercados financieros, que era parte del plan del Gobierno cuando presentó el canje de deuda?
–Lo que se planteó el Gobierno con el canje de deuda fue dar otro paso en el proceso de normalización con los acreedores externos. Esto de hacerse cargo de deudas acumuladas y defaulteadas por otros gobiernos tiene que ver con ir dando vuelta la página del ciclo irresponsable de endeudamiento del país. Tanto lo que tiene que ver con el canje como lo que se pueda proponer con la deuda en default con el Club de París está vinculado al proceso de normalización y desendeudamiento, y no porque nadie esté desesperado por el crédito internacional.
–¿El uso de reservas es una solución?
–Las reservas internacionales tienen que ser utilizadas únicamente en circunstancias en que se imponga esa necesidad. En 2009 y 2010 el uso de reservas fue una alternativa al ajuste. Aunque no lo decían en esos términos y lo planteaban desde los objetivos más virtuosos, los que se oponían al uso de reservas como alternativa necesariamente estaban reclamando un ajuste.
–¿En 2011 habrá que usarlas nuevamente?
–Depende. Veamos lo que está ocurriendo: la Argentina está volviendo a crecer, a registrar fuertes aumentos de la recaudación tributaria. Nosotros tenemos utilidades para transferir al sector público y por ahora no lo estamos haciendo. ¿Por qué? Porque se vuelve a restablecer el proceso virtuoso de crecimiento, de recaudación y de equilibrio fiscal. La situación fiscal de la Argentina de los últimos siete años, con una caída circunstancial en 2009, no es producto del azar sino de toda una política macroeconómica. Además, el Gobierno tiene capacidad de financiamiento a partir de fuentes endógenas (N. de R.: la AFIP, la Anses, el PAMI, entre otros).
–Es decir, que se volverían a usar las reservas solamente si fuera necesario.
–Absolutamente. Hay que ser muy pragmáticos. Eso es lo que demostró la crisis. No hay que crear un estigma con el uso de las reservas. Es algo que algunos quieren instalar, no sólo acá, también a nivel internacional. Hay países asiáticos que acumularon reservas gigantescas y el día en que las usan los mercados lo ven como una señal de vulnerabilidad. Estamos en el horno si eso ocurre. Porque justamente lo que hacen los países como política para ganar autonomía es acumular reservas, que sirven de autoseguro, y también para usarlas.
–¿Hay un nivel óptimo de reservas?
–Yo quisiera despojarnos de lo que es la lógica de la convertibilidad, que tiene que ver con esto de la base monetaria y reservas excedentes. Si uno toma otras mediciones de lo que se denomina nivel de reservas óptimas, que tienen que ver por ejemplo con la relación deuda de corto plazo/reservas, o con tantos meses de importaciones/reservas, la Argentina tiene reservas de sobra. La cifra coincide con la definición de reservas de libre disponibilidad, alrededor de 18 mil millones de dólares. En el mundo nadie usa la comparación reservas/base monetaria o medios de pago. Es una rémora que nos quedó de la convertibilidad. Se discute en función de todas aquellas variables que tienen que ver con el sector externo. Los dólares se necesitan para pagar deuda, pagar importaciones y la remisión de utilidades. Entonces las reservas tienen que estar vinculadas a lo que es la operación del sector externo de un país.
–Sectores ortodoxos advierten que es un problema que el Gobierno no pueda financiarse en los mercados internacionales. ¿Cuál es su visión?
–Cuando las condiciones externas habiliten la emisión de bonos a tasas razonables y consistentes con este proceso de desendeudamiento, se recurrirá a los mercados internacionales. Lo que habilita la acumulación de reservas y contar con fuentes endógenas de financiamiento es no depender de los mercados internacionales, de los humores de los mercados internacionales y de lo que los mercados internacionales interpretan que son señales de normalidad o seriedad para financiar a los países. No sé si todavía se ha tomado cabal conciencia de la enorme independencia que genera el de-sendeudamiento, el hecho de no tener que ir al pie a aceptar cualquier condición que nos impongan desde afuera.
–Hay países latinoamericanos que pagan tasas en los mercados externos muy inferiores a las que le quieren aplicar a la Argentina.
–Absolutamente, pero también tiene que ver con una determinada subjetividad con que los mercados analizan la situación de la economía argentina. Ayer (por el jueves) Cristina decía algo muy clarito y muy elocuente: si tapáramos el nombre Argentina y le mostráramos a un financista internacional todos los datos macroeconómicos que presenta el país, diría de inmediato que quiere venir a invertir acá. Nos diría, cuánto necesitan y nos prestaría a una tasa competitiva.
–¿Los mercados no nos quieren?
–(Se ríe.) No, creo que no nos quieren.
–¿Y eso es malo?
–(Primero se ríe, después piensa.) La verdad es que los mercados se vienen equivocando fiero y sistemáticamente con la Argentina. Los mismos mercados que nos ponían “Muy Bien 10” y decían que éramos el ejemplo del mundo en la década del ’90, meses antes de que implosionara la convertibilidad, un modelo macreconómico absolutamente inconsistente, son los que ahora nos castigan. Para esos mercados internacionales, estas heterodoxias que practica la Argentina son una herejía. Ahora, ¿podemos estar sujetos a esa interpretación, a esa miopía que siguen teniendo los mercados, a partir además de lo que han generado en términos de crisis sistémicas en el mundo? No. No podemos. Entonces, si es bueno o malo que no nos quieran me parece una apreciación simplista. Lo que tenemos que ver es cómo nos podemos plantar frente a esas condiciones objetivas y cómo seguimos con la convicción con que lo hemos hecho desde 2003 hasta el presente, en un período en el que realmente hemos dado vuelta la historia económica de la Argentina de las últimas décadas.
–En el camino de dar vuelta la página económica, ¿qué tramo considera que se ha recorrido? ¿El primer cuarto, la mitad?
–Creo que estamos muy avanzados. Los que criticábamos los ’90 y decíamos cómo vamos a ir desmontando todos estos cambios estructurales que impuso el neoliberalismo, verificamos que en el gobierno de Néstor Kirchner se fue avanzando, desactivando todas esas bombas de tiempo y produciendo cambios estructurales magníficos. Lo que ha hecho Cristina desde la decisión histórica de recuperar un régimen solidario de jubilaciones y los ahorros de la seguridad social, y lo más reciente de la asignación para la niñez con sus efectos en términos redistributivos, inclusivos, de generación de mercado interno, de equidad, son tan enormes que creo que hemos avanzado muchísimo. Por supuesto que podemos discutir otros temas, como la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, una nueva Ley de Entidades Financieras. Podemos discutir la estructura tributaria, que sigue siendo muy regresiva, pero creo que hay que valorar los enormes cambios estructurales y las transformaciones que se han hecho.
–¿Las reformas a la Carta Orgánica, a la Ley de Entidades Financieras y al marco tributario son pasos necesarios a futuro?
–Serán pasos a futuro, pero para dar esos pasos hay que generar consenso, porque son todas discusiones que se tienen que dar en el ámbito del Congreso de la Nación. Por eso sería saludable que toda la dirigencia argentina pusiera sobre la mesa esas discusiones y dejara un poco de lado el oportunismo o a veces la mezquindad política y se fijara en lo que realmente le conviene al país.
–¿Qué opina del proyecto de (Carlos) Heller y (Martín) Sa-bbatella de reforma de la Ley de Entidades Financieras?
–Lo que genera ese proyecto, que es muy bueno, es hacer punta en la discusión y en el debate que hay que dar en torno de estos temas. Bienvenido sea. La propuesta es extensa y habrá que debatirla punto por punto, pero es muy sano en este sentido, que instala un debate que nos tenemos que dar.

Es una gran entrevista esta que le hicieron a Del Pont. Mas allá de la cuestión uso de reservas para pagar deuda ilegal sí o no, la entrevista da un panorama de en que situación real se encuentra la Argentina en los mercados internacionales y cual son los objetivos del central de aquí en adelante.

No obstante hay un tema que se evade en la entrevista: los plazos a pagar la deuda que contrajo el Estado con el Central por casi 30000. Desendeudarse con los foraneos no implica que el Estado no tenga vencimientos que pagar y sobre eso no se habla. Para Del Pont la recaudación fiscal serviría a ese propósito pero no niega que se sigan usando reservas para financiar al Estado de ser necesario. No veo forma de que el Estado salde sus deudas con Anses y el BCRA dentro de 8-10 años.

MERCEDES MARCO DEL PONT, PRESIDENTA DEL BANCO CENTRAL

          [b]“Las reservas se usarán las veces que sea necesario”[/b]

         [i][b]“Estamos cambiando la historia económica de la  Argentina de las últimas décadas”, describió. En una entrevista  exclusiva, tildó a quienes cuestionan la política financiera   y monetaria de “irresponsables”, por no aceptar una discusión franca  sobre instrumentos y objetivos.

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Por David Cufré y Roberto Navarro

Las heterodoxias que practica la Argentina son una herejía para los mercados internacionales, dice Mercedes Marcó del Pont en entrevista exclusiva con Página/12, la primera que concede a un medio gráfico desde que asumió la presidencia del Banco Central. Los despachos, la sala de reuniones del directorio, los pasillos, las alfombras, las lámparas y hasta las revistas en inglés en las salas de espera del BCRA contrastan con el discurso que va enhebrando la funcionaria que ahora es su jefa. El Central es un ámbito que fue colonizado por el poder financiero y que quedó impregnado con su impronta desde las épocas de Adolfo Diz, Domingo Cavallo, Pedro Pou y Roque Fernández. Marcó del Pont es su opuesto. “Estamos dando vuelta la historia económica de la Argentina de las últimas décadas”, asegura con garra. Lo ejemplifica con la decisión de utilizar las reservas para pagar deuda, medida que, anticipa, se volverá a aplicar todas las veces que sea necesario, aunque sostiene que todavía está por verse si hará falta en 2011.
–A diferencia de otras épocas, la crisis internacional no produjo tensiones con el dólar. Ahora la queja de algunos sectores empresarios es que está quedando retrasado. ¿Qué va a pasar con el tipo de cambio?
–La experiencia internacional y la nacional enseñan que es muy importante que el Banco Central envíe señales de estabilidad en el mercado de cambios. Hay evidencia empírica, trabajos recientes muy buenos que demuestran que los países que aprecian su moneda crecen menos, crecen bastante menos. Pero también hay mucha evidencia de que los países que tienen mercados de cambios muy volátiles no alientan la inversión. Desde nuestra visión, transmitir al sector privado que vamos a seguir con un tipo de cambio administrado, competitivo, sin grandes volatilidades, es una señal importante de normalidad.
–Varios comentaristas han dicho que hay un dilema entre anclar el precio del dólar para utilizarlo como una herramienta contra la inflación y evitar la apreciación cambiaria, porque le restaría competitividad a la economía. Sobre todo, con la devaluación del euro y el real.
–Lo que hay que tener claro es la elevadísima volatilidad que tiene el real. Si nosotros nos referenciáramos en el real, hace un mes y medio estaba apreciado, después vino la crisis griega y se devaluó, después se apreció. Está en un subibaja. Pero en promedio, la Argentina no está perdiendo en la relación cambiaria con Brasil. Y respecto de otros países con los que comercia la Argentina, el tipo de cambio multilateral sigue siendo muy competitivo en comparación con todos los parámetros históricos. Si tomamos un índice muy sensible para la industria como es el salario, el costo en dólares de los salarios, el resultado para Argentina sigue siendo muy competitivo.
–¿Por qué hay tanto lobby por la devaluación?
–A esta altura del partido, el desafío es salir del círculo vicioso de vincular la discusión de la competitividad de la economía a la cuestión del tipo de cambio y al costo salarial. Hay otros componentes que definen la competitividad: el financiamiento y la productividad, cómo podemos hacer para mejorar la productividad, y eso tiene que ver con la inversión. Cuando hablamos de competitividad tenemos que mirar otros costos, como los de los insumos difundidos (N. de R.: acero, aluminio, vidrio, cartón y otros que utilizan distintas industrias), pero también tenemos que poner en discusión la tasa de ganancia de las empresas. Hablan de competitividad, ¿pero a partir de cristalizar qué tasa de ganancia? Eso es parte de la puja distributiva.
–¿La tasa de rentabilidad actual es elevada?
–Lo que se advierte al analizar cómo se dio el crecimiento económico y de la inversión estos últimos años es que las empresas se han financiado con capital propio. Han tenido utilidades para reinvertir, y esto queda claro porque la relación deuda-PIB es bajísima. Son los márgenes de ganancia los que retroalimentaron el proceso de inversión y crecimiento, que ha sido muy fuerte. En el Banco Central no calculamos márgenes de ganancia, pero en distintas áreas del Ejecutivo se puede verificar que en todos los sectores de la economía, transables y no transables, las tasas de rentabilidad son muy elevadas.
–¿Eso puede cambiar por impacto de la crisis europea?
–Sobre la crisis internacional lo que puedo decir es que tendremos que acostumbrarnos a seguir con una economía mundial con enorme volatilidad. Las recetas que les están imponiendo a los países europeos en problemas no harán más que agudizar las dificultades estructurales y también creo que la solución de fondo que en algún momento se tendrá que discutir es la reestructuración de las deudas soberanas. Ahora bien, desde Argentina tenemos que ver que en esta crisis hay un elemento distintivo, que no estaba presente por ejemplo en la Gran Depresión de 1930: aquella vez no apareció un país o un núcleo de países que de alguna manera actuara como locomotora, que tomara la posta en la recuperación. Y en este caso tenemos a China, a la India, a países que están ejerciendo como equilibradores de la actividad económica mundial. Eso explica por qué los precios de las commodities no cayeron tanto, en especial los que exporta la Argentina, que son alimentos. A diferencia de otras crisis financieras, no tuvimos un impacto tan significativo.
–Si sigue la volatilidad, ¿no se complica la salida a los mercados financieros, que era parte del plan del Gobierno cuando presentó el canje de deuda?
–Lo que se planteó el Gobierno con el canje de deuda fue dar otro paso en el proceso de normalización con los acreedores externos. Esto de hacerse cargo de deudas acumuladas y defaulteadas por otros gobiernos tiene que ver con ir dando vuelta la página del ciclo irresponsable de endeudamiento del país. Tanto lo que tiene que ver con el canje como lo que se pueda proponer con la deuda en default con el Club de París está vinculado al proceso de normalización y desendeudamiento, y no porque nadie esté desesperado por el crédito internacional.
–¿El uso de reservas es una solución?
–Las reservas internacionales tienen que ser utilizadas únicamente en circunstancias en que se imponga esa necesidad. En 2009 y 2010 el uso de reservas fue una alternativa al ajuste. Aunque no lo decían en esos términos y lo planteaban desde los objetivos más virtuosos, los que se oponían al uso de reservas como alternativa necesariamente estaban reclamando un ajuste.
–¿En 2011 habrá que usarlas nuevamente?
–Depende. Veamos lo que está ocurriendo: la Argentina está volviendo a crecer, a registrar fuertes aumentos de la recaudación tributaria. Nosotros tenemos utilidades para transferir al sector público y por ahora no lo estamos haciendo. ¿Por qué? Porque se vuelve a restablecer el proceso virtuoso de crecimiento, de recaudación y de equilibrio fiscal. La situación fiscal de la Argentina de los últimos siete años, con una caída circunstancial en 2009, no es producto del azar sino de toda una política macroeconómica. Además, el Gobierno tiene capacidad de financiamiento a partir de fuentes endógenas (N. de R.: la AFIP, la Anses, el PAMI, entre otros).
–Es decir, que se volverían a usar las reservas solamente si fuera necesario.
–Absolutamente. Hay que ser muy pragmáticos. Eso es lo que demostró la crisis. No hay que crear un estigma con el uso de las reservas. Es algo que algunos quieren instalar, no sólo acá, también a nivel internacional. Hay países asiáticos que acumularon reservas gigantescas y el día en que las usan los mercados lo ven como una señal de vulnerabilidad. Estamos en el horno si eso ocurre. Porque justamente lo que hacen los países como política para ganar autonomía es acumular reservas, que sirven de autoseguro, y también para usarlas.
–¿Hay un nivel óptimo de reservas?
–Yo quisiera despojarnos de lo que es la lógica de la convertibilidad, que tiene que ver con esto de la base monetaria y reservas excedentes. Si uno toma otras mediciones de lo que se denomina nivel de reservas óptimas, que tienen que ver por ejemplo con la relación deuda de corto plazo/reservas, o con tantos meses de importaciones/reservas, la Argentina tiene reservas de sobra. La cifra coincide con la definición de reservas de libre disponibilidad, alrededor de 18 mil millones de dólares. En el mundo nadie usa la comparación reservas/base monetaria o medios de pago. Es una rémora que nos quedó de la convertibilidad. Se discute en función de todas aquellas variables que tienen que ver con el sector externo. Los dólares se necesitan para pagar deuda, pagar importaciones y la remisión de utilidades. Entonces las reservas tienen que estar vinculadas a lo que es la operación del sector externo de un país.
–Sectores ortodoxos advierten que es un problema que el Gobierno no pueda financiarse en los mercados internacionales. ¿Cuál es su visión?
–Cuando las condiciones externas habiliten la emisión de bonos a tasas razonables y consistentes con este proceso de desendeudamiento, se recurrirá a los mercados internacionales. Lo que habilita la acumulación de reservas y contar con fuentes endógenas de financiamiento es no depender de los mercados internacionales, de los humores de los mercados internacionales y de lo que los mercados internacionales interpretan que son señales de normalidad o seriedad para financiar a los países. No sé si todavía se ha tomado cabal conciencia de la enorme independencia que genera el de-sendeudamiento, el hecho de no tener que ir al pie a aceptar cualquier condición que nos impongan desde afuera.
–Hay países latinoamericanos que pagan tasas en los mercados externos muy inferiores a las que le quieren aplicar a la Argentina.
–Absolutamente, pero también tiene que ver con una determinada subjetividad con que los mercados analizan la situación de la economía argentina. Ayer (por el jueves) Cristina decía algo muy clarito y muy elocuente: si tapáramos el nombre Argentina y le mostráramos a un financista internacional todos los datos macroeconómicos que presenta el país, diría de inmediato que quiere venir a invertir acá. Nos diría, cuánto necesitan y nos prestaría a una tasa competitiva.
–¿Los mercados no nos quieren?
–(Se ríe.) No, creo que no nos quieren.
–¿Y eso es malo?
–(Primero se ríe, después piensa.) La verdad es que los mercados se vienen equivocando fiero y sistemáticamente con la Argentina. Los mismos mercados que nos ponían “Muy Bien 10” y decían que éramos el ejemplo del mundo en la década del ’90, meses antes de que implosionara la convertibilidad, un modelo macreconómico absolutamente inconsistente, son los que ahora nos castigan. Para esos mercados internacionales, estas heterodoxias que practica la Argentina son una herejía. Ahora, ¿podemos estar sujetos a esa interpretación, a esa miopía que siguen teniendo los mercados, a partir además de lo que han generado en términos de crisis sistémicas en el mundo? No. No podemos. Entonces, si es bueno o malo que no nos quieran me parece una apreciación simplista. Lo que tenemos que ver es cómo nos podemos plantar frente a esas condiciones objetivas y cómo seguimos con la convicción con que lo hemos hecho desde 2003 hasta el presente, en un período en el que realmente hemos dado vuelta la historia económica de la Argentina de las últimas décadas.
–En el camino de dar vuelta la página económica, ¿qué tramo considera que se ha recorrido? ¿El primer cuarto, la mitad?
–Creo que estamos muy avanzados. Los que criticábamos los ’90 y decíamos cómo vamos a ir desmontando todos estos cambios estructurales que impuso el neoliberalismo, verificamos que en el gobierno de Néstor Kirchner se fue avanzando, desactivando todas esas bombas de tiempo y produciendo cambios estructurales magníficos. Lo que ha hecho Cristina desde la decisión histórica de recuperar un régimen solidario de jubilaciones y los ahorros de la seguridad social, y lo más reciente de la asignación para la niñez con sus efectos en términos redistributivos, inclusivos, de generación de mercado interno, de equidad, son tan enormes que creo que hemos avanzado muchísimo. Por supuesto que podemos discutir otros temas, como la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, una nueva Ley de Entidades Financieras. Podemos discutir la estructura tributaria, que sigue siendo muy regresiva, pero creo que hay que valorar los enormes cambios estructurales y las transformaciones que se han hecho.
–¿Las reformas a la Carta Orgánica, a la Ley de Entidades Financieras y al marco tributario son pasos necesarios a futuro?
–Serán pasos a futuro, pero para dar esos pasos hay que generar consenso, porque son todas discusiones que se tienen que dar en el ámbito del Congreso de la Nación. Por eso sería saludable que toda la dirigencia argentina pusiera sobre la mesa esas discusiones y dejara un poco de lado el oportunismo o a veces la mezquindad política y se fijara en lo que realmente le conviene al país.
–¿Qué opina del proyecto de (Carlos) Heller y (Martín) Sa-bbatella de reforma de la Ley de Entidades Financieras?
–Lo que genera ese proyecto, que es muy bueno, es hacer punta en la discusión y en el debate que hay que dar en torno de estos temas. Bienvenido sea. La propuesta es extensa y habrá que debatirla punto por punto, pero es muy sano en este sentido, que instala un debate que nos tenemos que dar.

Es una gran entrevista esta que le hicieron a Del Pont. Mas allá de la cuestión uso de reservas para pagar deuda ilegal sí o no, la entrevista da un panorama de en que situación real se encuentra la Argentina en los mercados internacionales y cual son los objetivos del central de aquí en adelante.

No obstante hay un tema que se evade en la entrevista: los plazos a pagar la deuda que contrajo el Estado con el Central por casi 30000. Desendeudarse con los foraneos no implica que el Estado no tenga vencimientos que pagar y sobre eso no se habla. Para Del Pont la recaudación fiscal serviría a ese propósito pero no niega que se sigan usando reservas para financiar al Estado de ser necesario. No veo forma de que el Estado salde sus deudas con Anses y el BCRA dentro de 8-10 años.

No se porque,pero en este pais cuando empiezan a manotear la guita sin control siempre teminamos en esas crisis estupidas que nos inundan cada 10 años…y lo peor es que no se va en infraestructura ,sino que desaparece porque se la afanan…todos los gobiernos de cualquier partdo y cualquier color.

Mientras sigan aumentando las reservas, y bajando el nivel de endeudamiento, como viene pasando los últimos 6 años, tienen cierto respaldo como para tomar este tipo de decisiones. Leí la nota, bastante didáctica la mina.

Me parece perfecto. Las reservas pueden ser usada, en cuanto sea para fines legítimos (i.e.: Pagar la Deuda Externa no lo sería)

Comparto lo mismo. Creo q las reservas tienen q tener un fin determinado y creo q es viable q sean utilizadas para pagar la o las deudas q tenga la Nacion. Igual era algo logico q esta funcionaria iba y va a utilizar las reservas para cancelar deudas. Es lo logico ya q fue puestas en ese cargo por el oficialismo

ECONOMIA › EL GOBIERNO ACUMULA MAS RESERVAS QUE CUANDO EMPEZO A UTILIZARLAS PARA PAGAR DEUDA

Con más respaldo que antes

El 1º de marzo, un día antes de concretar el primer desembolso, el Central tenía 47.754 millones de dólares. Ya se utilizaron 2054,2 millones para cancelar deuda. Pese a ello, ahora posee 49.549 millones, unos 1800 millones más que entonces.

El 14 de diciembre del año pasado, el Gobierno sorprendió al anunciar que utilizaría 6569 millones de dólares de las reservas para afrontar vencimientos de la deuda pública durante 2010. De esa forma, buscaba descomprimir el horizonte financiero y generar confianza en los mercados para forzar una baja del riesgo país y de las tasas de interés, tanto para el sector público como para el privado. La oposición criticó con dureza la iniciativa. Algunos legisladores incluso presentaron una acción de amparo ante la Justicia y lograron frenar su implementación durante casi tres meses. Finalmente, el Gobierno dispuso de esos recursos y comenzó a afrontar vencimientos de manera gradual sin que esa situación haya afectado el nivel de reservas. El 1º de marzo, un día antes de que se concretara el primer desembolso, el Banco Central tenía 47.754 millones de dólares. El ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó el viernes pasado que ya se utilizaron 2054,2 millones provenientes de las reservas para cancelar deuda. Pese a ello, la entidad monetaria acumula en la actualidad 49.549 millones, unos 1800 millones más que cuando se comenzó a pagar.

Los diputados opositores Federico Pinedo (PRO), Alfonso Prat Gay, Patricia Bullrich y Juan Carlos Vera (los tres de la Coalición Cívica) presentaron el 28 de diciembre un amparo ante la Justicia pidiendo que se suspenda el decreto 2010 que habilitaba el uso de las reservas para el pago de la deuda. Su argumento central fue que no existía ninguna situación límite que justificara disponer de esos recursos a través de un decreto de necesidad y urgencia. “El Presupuesto Nacional 2010, aprobado a fines de noviembre de 2009, tiene previstas las partidas y recursos suficientes y necesarios para pagar la deuda pública. Urgencia, cero”, remarcaron en su presentación. Fue un cuestionamiento que apuntaba más a la forma en que se había instrumentado la medida que a la decisión de fondo, pero resultó efectivo porque la jueza María José Sarmiento le dio luz verde al recurso y los 6569 millones quedaron en stand-by hasta marzo. Cuando el debate sobre la validez del decreto fue quedando en un segundo plano y se empezó a discutir la utilidad de pagar con reservas, los cuestionamientos apuntaron a un supuesto despilfarro de recursos que iba a dejar al país en una situación de mayor debilidad. “Tenemos una historia hiperinflacionaria por los gobiernos que jugaron con las reservas”, aseguró la diputada Elisa Carrió en el canal de noticias C5N el miércoles 3 de febrero. El día anterior el vicepresidente Julio Cobos había recomendado con su voto la destitución de Martín Redrado al frente del Banco Central en sintonía con el oficialismo, y el radical Miguel Pesce había quedado provisoriamente al frente del Central, lo que fue visto por Carrió como un indicio de un supuesto pacto entre Cobos y el Gobierno para avalar el “saqueo” de las reservas. “A Redrado no se lo puede destituir ahora que está defendiendo las reservas. Finalmente, yo tenía razón, Cobos fue siempre parte del Gobierno. Este voto lo desnuda. Pesce es un hombre de Cobos y el encargado del saqueo de las reservas”, aseguró.

Pinedo también habló de saqueo. “Los Kirchner han decidido transformar a la Argentina en un país salvaje, sin ley, al solo efecto de gastarse 25 mil millones de pesos más de los que ellos mismos pidieron en el presupuesto aprobado hace dos meses. Por eso presentamos un amparo contra el saqueo de las reservas”, sostuvo el diputado del PRO.

“La búsqueda de votos en el Parlamento para convertir las reservas en una piñata es augurio de un mal porvenir monetario para el país”, dijo Ricardo López Murphy por Radio El Mundo el 5 de febrero, cuando el Gobierno negociaba un apoyo parlamentario luego del freno que le había impuesto la Justicia. “El Poder Ejecutivo viola las instituciones, hace una política fiscal descontrolada, y encima tiene la arrogancia para hacer las cosas que no se hacen en ningún lugar del mundo”, agregó el ex ministro de Economía de Fernando De la Rúa. El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, también criticó el uso de las reservas para pagar deuda y a fines de febrero aseguró que de ese modo se iban a “despilfarrar” los recursos públicos.

El Gobierno les quitó trascendencia a las denuncias sobre un supuesto “saqueo” y desmintió también que el uso de las reservas fuera a generar una corrida contra el peso. Por entonces, los distintos funcionarios encargados de defender la medida aseguraron públicamente que las reservas que iban a quedar luego del uso de los 6569 millones serían más que suficientes para respaldar los casi 32 mil millones de dólares de la base monetaria de entonces (dinero en poder del público y en entidades financieras más los fondos en cuenta corriente de los bancos). Incluso recordaron que en enero de 2006 el pago al FMI supuso el uso de casi la totalidad de las reservas de libre disponibilidad sin que eso hubiera producido ninguna corrida. Además, aseguraron que el Banco Central iba a continuar con su política de compra de dólares, lo que, según los cálculos realizados a comienzos de año, permitiría embolsar otros 7000 millones de reservas en 2010 debido al amplio superávit de la balanza comercial. Hasta el momento, este último pronóstico es el que se viene cumpliendo.

Página/12 :: Economía :: Con más respaldo que antes

acumulemos reservas y paguemos deuda:D

Que bronca me da ver que uruguay y brasil salieron mucho mas rapido de la crisis que nosotros… son paises actualmente de 1er nivel… en uruguay su presidente tiene un peugeot 504 y no tiene seguridad y se viste normal…
Aca nuestra presidentas se gasta millones y millones en ropa… a esoo no es todo el presidente de uruguay Dona su sueldo porque no lo necesita:confused:

Sera que algun dia vamos a tomar una coca a 0.80 centavos nuevamente? una birrita a 1 peso?:cry:

Jaja por un momento pensé en gastarme en contestarte, pero no tenés idea de la vida flaco. Andate al primer mundo, queda cruzando el charco nomás :wink:

Supongo que esto saldrá mañana en los diarios más importantes, hoy no lo encuentro:

TUVO UN 66% DE ADHESION

Brasil calificó de “gran éxito” el canje de deuda y “felicitó” a la Argentina

“Quiero felicitar a la Argentina por el gran éxito de la reestructuración de la deuda, algo que consolidará al país como una economía fuerte, que se destacará en los próximos años”, le dijo el ministro de Hacienda, Guido Mantega, al ministro Amado Boudou, con quien se reunió en San Pablo.

Brasil respaldó hoy al Gobierno y calificó de “exitoso” el proceso de canje. “Quiero felicitar a la Argentina por el gran éxito de la reestructuración de la deuda, algo que consolidará al país como una economía fuerte, que se destacará en los próximos años”, afirmó el ministro de Hacienda, Guido Mantega.

Lo hizo al lado de su par argentino, Amado Boudou, con quien se reunió en San Pablo para analizar la estrategia del comercio bilateral, según un despacho de la agencia de noticias Ansa.

El ministro Boudou, por su parte, dijo a Ansa que el respaldo del gobierno brasileño “es una actitud generosa” porque el equipo económico del presidente Luiz Lula da Silva “siguió todo el proceso de reestructuración” de la deuda.

Boudou explicó que entre el canje de 2005 y el cerrado esta semana “Argentina logró reprogramar el 92,4% del total de su deuda en default y la gran mayoría de los acreedores aceptó”.

“Esto nos permite seguir avanzando en el reestablecimiento de los mercados mundiales”, comentó el ministro argentino. Pero aclaró que “como Argentina no tiene problemas fiscales, saldrá al mercado de capitales a buscar fondos una vez que baje la volatilidad internacional y existan tasas de interés razonables”.

“Argentina no saldrá a buscar fondos a cualquier precio”, subrayó.

Telam: Economa - El gobierno brasileo transmiti sus felicitaciones por el “gran xito del canje de la deuda”

Brasil felicitó a Argentina por el canje de deuda - País - ElArgentino.com

Brasil calific de “gran xito” el canje de deuda y “felicit” a la Argentina - 26 Noticias

concuerdo… mientras se cumplan estas “condiciones”, me parece bien… ahora si se comienza a echar mano sin control, la cosa va a comenzar a complicarse

ECONOMIA › EL GOBIERNO PAGO CON RESERVAS EL VENCIMIENTO DEL BODEN 2012, EL MAS IMPORTANTE DEL AÑO

Lejos de la histeria del verano

La fuerte disputa por la utilización de reservas del Banco Central para cancelar deuda llegó a su fin. El Tesoro utilizó 2215 millones de dólares y prácticamente agotó el Fondo del Desendeudamiento. Las reservas quedaron cerca de 50.000 millones.

La pelea del verano por la utilización de reservas del Banco Central para cancelar deuda terminó ayer muy lejos del estrépito que se generó entonces. El Gobierno pagó más de 2200 millones de dólares de un vencimiento del Boden 2012 y agotó con ello prácticamente la función del Fondo del Desendeudamiento, aunque aún restan algunos compromisos menores hasta fin de año. Las advertencias que hicieron en enero el entonces presidente de la autoridad monetaria, Martín Redrado, y buena parte de la oposición hasta ahora no se verificaron. El Gobierno podría utilizar este antecedente para insistir con la medida en 2011. Funcionarios de Economía destacaron ayer que la transferencia de divisas del BCRA al Tesoro para pagar el vencimiento no generó movimientos bruscos –en ningún sentido– en el mercado, ya que los inversores descontaban que se cumpliría con la obligación.

Los movimientos registrados, por el contrario, fueron positivos. En la Bolsa porteña hubo una mayor demanda de bonos por parte de tenedores del Boden 2012, que aprovecharon para reinvertir la cuota cobrada en este tipo de instrumentos. Los favoritos fueron el Boden 2015 y el Global 2017, para los inversores que buscan posicionarse en dólares, y el Bogar 2018, en pesos. La operación tampoco generó una disminución de igual cuantía en las reservas, debido a que muchos de los tenedores eran organismos públicos o privados con cuentas en el Central. El stock finalizó en 49.884 millones de dólares, frente a los 51.076 millones de anteayer.

La cancelación responde a la cuota seis –sobre un total de ocho– de la emisión del Boden 2012, que se entregó a los ahorristas que quedaron atrapados por el corralito y el corralón en 2001 y 2002. Además del capital se abonaron los intereses correspondientes.

La certeza de que el Gobierno cumpliría con el compromiso fue –entre otros motivos– lo que apuntaló a los bonos en los últimos días, los cuales exhibieron subas de hasta dos dígitos. A diferencia de otros años, el mercado dio por descontado el pago de este servicio gracias a la vigencia del Fondo del Desendeudamiento. “Todos los años el mercado ponía a prueba la capacidad y la voluntad de pago argentinos. Esto se terminó con la decisión de utilizar las reservas”, destacó a este diario el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino.

El Tesoro abonó el total de 2215 millones de dólares y cada tenedor recibió 12,57 dólares por lámina de cien en su poder. La operación significó una reducción marcada de las reservas, aunque en menor medida de lo que representó el pago. Sólo se exhibió una caída de 1192 millones de dólares respecto del máximo histórico de 51.076 millones registrado anteayer. La pérdida correspondió al pago a “tenedores del exterior”, precisó el Central. El resto se encontraba en manos de organismos públicos y de inversores institucionales, que tienen cuenta en el BC y no retiraron todo el dinero.

A esto se sumó la decisión de muchos tenedores de reinvertir los dólares en otros bonos de deuda local. “Recibimos muchas consultas de parte de inversores locales acerca de qué títulos recomendábamos”, dijo a este diario el gerente de research de Puente, Marcelo Olguín. Las sugerencias de algunas consultoras y el movimiento de ayer dejaron en evidencia la predilección por papeles de mediano plazo. El Boden 2015 otorga una tasa de interés en dólares del 7 por ciento y el Bogar –en pesos–, un rendimiento del 21 por ciento.

No obstante, el Global 2017, el título que se entregó a los holdouts en el canje de deuda, se encuentra entre los más recomendados, sobre todo a partir de que anteayer lograra ofrecer un rendimiento de un dígito. Este título sirve de termómetro para evaluar la tasa que podría pagar el Estado si buscara salir al mercado internacional. “Se lo toma como referencia porque es un papel que pasó todas las instancias administrativas de los reguladores internacionales”, explicó Olguín.

Página/12 :: Economía :: Lejos de la histeria del verano

8|:roll:

Cada 10 años…
De la Rua se fue en diciembre de 2001…
UPS!

Ya se está viendo que estamos entrando en un periodo de crisis. Estamos igual que en el año 2000… :roll:

me extraña que digas eso vos jona… la historia no es ciclica…:stuck_out_tongue: