el disco me gusto, es obvio que nada de lo que hagan se va a comparar a acontraluz/debichos/deskarado (para mi los 3 son iguales , no podria elegir) el impulso es una bosta, no me gusta, pero este tiene buenos temas.
Listo,ya esta…lo tengo en mis manos,hoy me llego(lo compre por mercado libre:mrgreen: ) lo estoy escuchando,no prestando atencion xqe no es buen momento…pero por lo qe escuche,me gusta!
A mi me gustó. Me lo compré el sábado y recién hoy lo escuché. Está bueno… Los cambios se producen con el crecimiento de la banda, tanto en la calidad del sonido como en lo que buscan. Sin ir más lejos, escuchar Mi Semilla en Deskarado y en Vivo es muy distinto. Los temas lentos no me convencieron demasiado, pero será cuestión de tiempo.
A mi el Impulso me gustó.
Requiem por vos está dedicada al Ossie Garbuyo
El señor, Para no verme mas y Hoy tranquilo son temones de El Impulso…
A mi no me convencio mucho…Onda que,lo escucho pero no me termina de llamar la atencion… Nose
las primeras 2 veces no me gusto, ahora me encanta… los 2 primeros temas lentos los tarareo todo el tiempo… tambien me gusta mucho sigo creyendo.
cada palabra , temon!!
No lo puedo descargar alguien tiene otro link?
El mejor cd me parece A contraluz,increíble como suenan…Una de las mejores bandas del momento
Sebastián Teysera: “Ya estuvimos de moda y ya pasamos de moda”
El vocalista y compositor de La Vela Puerca y el presente: las canciones íntimas e inmediatas de Piel y hueso encuentran a la banda en un momento de legitimación, disfrute y reinvención a partir de lo vivido
Sebastián Teysera se ríe con ganas, accede a las fotos con las cinco personas que lo interrumpen en la mesa para saludarlo y pedirle la pose frente a un celular y conversa todo el tiempo que se le requiera. El ánimo es distendido: La Vela Puerca encara su etapa Piel y hueso –tal el nombre de su nuevo disco– con una atípica distensión: la de haber pasado años de cambio, de replanteos y de mirar a su historia, y de haber convertido eso en un disco dividido en dos: uno de canciones rockeras y otro más acústico. Entre Playa Hermosa –donde vive– y Montevideo, el cantante de La Vela Puerca vive de una manera especial este “nuevo comienzo” del grupo. “Empiezo hoy a ver todo lo nuevo, todo lo que ya vi y lo que aún pretendo ver”, canta Teysera en la primera canción del nuevo disco, y esa frase parece sintetizar como ninguna el momento.
El impulso, el disco anterior de la banda, fue un quiebre musical que incluso se ratificó con algunas canciones incluídas en Normalmente Anormal, el primer DVD de La Vela Puerca. ¿En qué se diferencian estas canciones de Piel y hueso?
Pienso que tras un disco como El impulso, este revaloriza más lo que hemos hecho en todos estos años. Es un disco que nos devuelve a estilos más simples y a músicas menos rebuscadas Es una revalorización de todo lo que hemos hecho y vivida en un proceso muy bueno.
¿Qué se gana al vivir este proceso de grabar tantas veces?
Siempre te llevás algo distinto. Esta vez alquilamos una chacra por cuatro meses en el Sauce… ahora la están alquilando como “estudio de lujo” porque nosotros la acondicionamos toda, pero ahora no tiene nada. Lo pusimos nosotros y nos llevamos todo. A mí no me gusta grabar en Montevideo, porque no estás enfocado. Y acá pasan cosas, porque están comiendo todos juntos, te quedás a dormir… escuchamos discos… estás metido adentro del viaje, y más en este disco que fue muy ensayado. El lado más rockero lo hicimos todo ensayado ahí, durante un mes, antes de grabar. Aprendimos a saber cómo sonaba el lugar antes de que llegara Luciano (Supervielle), que nos dio una gran mano con temas de los instrumentos de viento.
En cuanto a la gente fuera de la banda, fue la primera experiencia de ustedes con Rodrigo Gómez como productor. ¿Qué le aportó a este disco?
En primer lugar, me saco el sombrero con Rodrigo porque tuvo la valentía de asumir este proyecto en el que nosotros teníamos definidas ya todas las condiciones y lo que queríamos… fue mucho más un “número cinco ayudador” que cualquier otra cosa, y nos funcionó como un “destrancador”. Cada vez que uno de nosotros se trancaba con algo, aparecía él para ayudarnos. Con Rodrigo habíamos hablado antes; yo le había dicho que lo quería como productor, pero lo quería hablar con la gente de la banda. Lo había visto laburar con La Saga y con La Trampa… Si le hizo un disco a Garo (Arakelián, guitarrista de ese grupo) nosotros éramos unos bebés de pecho (risas).
¿Siempre tuvieron suerte con los productores?
Hemos ligado un montón con ellos, desde Claudio Taddei, que trabajó con nosotros en Deskarado. Me acuerdo que llevamos 13 temas con 2 solos de guitarra cada uno, uno para cada guitarrista. Él usó mucho la psicología: nos explicó que eran 27 solos en un disco de 40 minutos, la gente iba a quedar muerta… Hay productores que se meten mucho en la historia y con poca sicología, hay quienes entran con mucha elegancia y psicología. Por suerte, nosotros trabajamos muy bien tanto con él como con Santaolalla, con Campodónico o con Rodrigo. Todos ellos aportaron desde diferentes sitios. La Vela es complicada porque siempre ha sido una banda de probar todo. Lleva su tiempo y es tedioso. Cuando decimos “probemos” es probar por todos lados.
Muchos músicos de diferentes estilos están involucrados. ¿Te sorprende que a la gente le llame la atención que entre todos se lleven tan bien?
Sí, totalmente. Para la gente puede parecer que hay líos entre los músicos, pero yo he visto muy pocos. Los músicos de otras bandas se ayudan todos, y si yo tengo un problema me van a acompañar muchos. En Argentina Las Pelotas presenta como “un hermano” a alguien de Catupecu Machu, que la gente dice “qué onda, nada que ver” y sí, somos todos músicos. Yo puedo hablar horas con Claudio O´Connor, algo que los metaleros no podrían creer. Es un viaje de la gente. Nos pasa acá, que la gente me ve con otros músicos en una mesa y no lo entiende. O que Pedro Dalton se venga con los nenes a mi casa. Todos nos conocemos, (el bajista de Hereford y Hermanos Brohter) Frankie Lampariello me conoce de chico, era novio de una hermana mía… Mi padre tenía una banda de samba, La Xarope, con el padre de (Diego) Bartaburu. Él tenía una cosa en la pierna y yo era bizco. Dos frikis (risas). Todos venimos de lugares muy parecidos. Pero estamos en ese momento en que se siguen rompiendo prejuicios, por suerte.
¿La premisa era tener un buen disco para tocaren vivo?
Básicamente sí. Nos pasó que las canciones de El impulso eran muy complicadas para tocar en vivo, para mecharlas con las anteriores. Era difícil que congeniaran emocionalmente dentro del show. Y en paralelo a eso, teníamos tremendas ganas de tocar; entonces ese primer disco es muy rockero, muy simple. Nos ayudó a diluir esas canciones anteriores en vivo.
Las letras, las imágenes, parecen menos personales. ¿Cómo aparecieron estas canciones?
Muchas son de otras épocas y no se si son menos personales, pero sí son más lineales. Son como una levantada de una imagen por tema. Son más inmediatas. El impulso de repente era un viaje interno hacia la oscuridad, hacia personajes que te planteaban problemas pero ningún tipo de solución… quedaban flotando en su problemática. Acá hay canciones que encaran temas como el miedo, pero aquí el miedo es un motor para la valentía. Yo creo que en verdad se tocan temas no tan heavys, no tan oscuros, o quizá de una manera no tan oscura. Y creo que la música juega con eso, es más rockera, no tiene el midtempo de El impulso.
Es una referencia muy fuerte este disco anterior de todas formas. ¿Pensás que cambió mucho el sonido de la banda?
Cambió la banda. Fue lo más cerca del suicidio artístico que estuvimos.
Pero les abrió las puertas a un público nuevo dispuesto a escucharlos, más allá del pogo…
Sí, era un disco que te decía: “laburá”. No era un disco para escuchar y enseguida “ay me gusta”. Tenías que escucharlo varias veces. La cosa es así: yo laburo como compositor, entonces vos como público laburá también. Laburá como escucha, como amante de la música. La prensa entendió que estaba bien que buscáramos por otro lado. El público masivo quiere más de lo otro. Imaginate haciendo todo lo mismo, imaginate los viajes… siempre todo lo mismo. Ese disco fue un mojón sonoro, ahora escuchamos cosas distintas, aunque tampoco antes escuchábamos todo el tiempo reggae o ska.
En aquellas grabaciones me acuerdo que Juan (Campodónico) nos trajo discos de My Bloody Valentine o Los Hermanos. A mí Los Hermanos me encantan, aunque tienen un enorme karma, el de la canción Anna Julia.
A ustedes en otra época les pasó lo mismo, con El viejo…
Sí, en ese momento no tuvimos otra que ponerla en el freezer. Pero freezer en serio. Hubiéramos sido una ‘one hit band’ de no haberlo hecho. Pero es que no se aguantaba. Me despertaba en tu casa y pasaba uno: pollería no se qué (imita el sonido de las trompetas de esa canción): paaa… parabara paa… Ferretería no se qué paaaa parabara pa pa… Panadería no se qué: paaaa parabara para… Era insoportable. Y encima no era mía, la había escrito el Mandril junto con Balbis. Éramos los tres, pero el que declaraba era yo… Igual reconozco que hizo un crossover radial muy fuerte, casi inédito.
¿Y como compositor cambiaste los lugares, los métodos?
Cambian los lugares, más bien. Yo me paso tarareando y me grabo. Lo que me queda lo saco en la criolla. Pero a mí lo que me gusta es darle a la banda la canción más simple: el acorde y la melodía. Se da la forma, la estructura, los arreglos. Y después, todo eso se graba, sobre esa melodía. Luego me lo llevo y escribo sobre esa melodía. Por suerte hablamos castellano y tenemos miles de palabras para encontrar la que entre en la métrica de la melodía.
Jorge Drexler dice que encontrar los versos justos muchas veces lo angustia por semanas. ¿Cómo funciona contigo?
A mí me pasa esto: después de El impulso, que lo escribí en el verano de 2006, hice una sola canción para el DVD: el resto de las canciones ya estaban. Paso tres años sin escribir. Cuando me pongo, los primeros tres, cuatro días son horribles. Es como sacarte del ostracismo. Pero a partir de ahí siento que todo fluye. Es decir, puedo pasar dos semanas con una palabra hasta encontrarla.
¿Cómo ha vivido sus ciclos la banda? ¿Hubo algún momento en que las cosas tambalearan?
Hubo una época muy jodida, sí. Me pasó de decir, “no quiero gira ni nada más”. Hubo una vez en Alemania, hace dos años, en que pedí un año sabático. Lógicamente pensando que me iban a dar 5 meses nomás (risas). Cada uno arrancó para su viaje, para volver extrañando. Fue la única vez. Hubo veces que sentía que me iban a tener que subir a prepo al escenario. Y es muy duro ver que tu proyecto, lo que tanto quisiste y de lo que vivís, se vuelve una pesadilla.
En esos años quizá todo creció de forma muy desmesurada, había 120.000 personas en un festival…
Y sí, era muy exagerado… Lo que pasa es que había otros factores. Yo lo pensé (al Pilsen Rock) y era “che, es el festival más aburrido del mundo, siempre las mismas bandas”. Me acuerdo que un viernes cerramos nosotros, y el sábado No Te Va Gustar. Al otro año un viernes No Te Va Gustar, y al otro día nosotros. Por la gente, lo pensás y era aburridísimo. Entonces al año siguiente decidimos no ir. Pero veíamos las multitudes y yo decía que eso no era coherente, no era real, y que lo bueno era que una vez que pasara eso iba a bajar a un lugar normal. Que es lo que pasa ahora. O sea, mucho mejor que los años 80. Hay bandas de rock por todos lados, las grandes llenan el Teatro de Verano… Está bueno. Nosotros quisimos una fecha para diciembre y fue imposible porque hay de todo. Pero hay más variedad, y está todo más calmo. Y nosotros, también. Arruinar La Vela hubiera sido matar a la gallina de los huevos de oro. Son cosas que hay que cuidar mucho.
Y más cuando La Vela Puerca es un proyecto en el que canalizás lo tuyo… ¿Nunca pensaste en hacer algo solo?
Es que yo ya soy medio que solo… yo me siento un solista con banda. Es que si yo quisiera ir solo con un proyecto, los músicos serían los mismos. Entonces, todavía no hubo por suerte, necesidad de “matar” a La Vela Puerca como nombre. ¡Yo de hecho busco que me acompañen más! Ahora lo hace el Seba (Cebreiro), que se animó a componer.
¿Qué fue lo mejor que te dijeron en tu carrera?
Hubo algo de cuando El Príncipe me quería enseñar a tocar la guitarra. Tenía un método más complicado que el perro verde. Lo que terminamos haciendo fue un análisis de la persona de cada uno. Un día me preguntó por qué quería tocar la guitarra y me dijo: “No es lo tuyo. Lo tuyo es la música: respetarla a ella y faltarle el respeto a los instrumentos. Que todo te sirva para hacer música”.
El “de aquí en adelante” parece mucho más relajado y de disfrute para la banda…
Está muy atado con ese viaje al pasado que hicimos en Normalmente anormal. Con este disco retrocedimos a nuestras fuentes, intentando que en esto se vea todo lo que hemos sido en este tiempo.
Me acuerdo que rompí los huevos con que el documental era el pasado, pero al final tuvo tanto que ver con el hoy, que es un nuevo comienzo, ya desde el punto de vista de haber podido ver hacia atrás y estar más allá del bien y del mal, lo que te da una libertad impresionante. Y creo que esa idea nos cerró en ese concierto espectacular que vivimos en los festejos del Bicentenario.
Acá es muy difícil lograr eso en apenas 16 años. No tenemos que probarle nada a nadie. Ya estuvimos de moda y ya pasamos de moda. Y seguimos.
“Me pasó de decir ‘no quiero ni gira ni nada más’. Es muy duro ver que tu proyecto, lo que tanto quisiste y de lo que vivís, se vuelve una pesadilla”
link de la nota
Sebastián Teysera:
12 DE FEBRERO en el Cosquin Rock!!!
papa noel me trajo el cd, me encaaanta
Felices 16 años la vela de mi corazon!
Y ASI VIVIR LA VALENTIA DE SENTIR, LA VIDA MATA DE PRINCIPIO A FIN. EL DESAMOR. NO HAY ALEGRIA SIN DOLOR Y TODAVÍA… TODAVIA… TODAVIAAAAAAAA FALTA LO MEJOR
Que buena noticia me acaban de dar la puta madreeeeeeeeee
22 de enero la vela en madryn en la playa
cambian2 pasaje
A Cosquin si dios quiere!!!
sabemos que la vida es dura pero la amargura no es la solucion