no se si todo lo escrito por varsky sea verdad pero por lo menos es algo mas claro que lo que se dice en los medios “implicados” por temas economicos, la certeza que me crea todo esto es que ya no se puede creer en ningun medio ya que por intereses de uno u otro lado dicen lo que les conviene.
Si fuera una telenovela de amor, el locutor diría con voz temblorosa y afectada: “Están hechos el uno para el otro pero no pueden vivir juntos. ¿Los unirá el destino alguna vez?” Tras la última separación, en junio de 2008, a River le fue mal sin Ortega y a Ortega le fue mal sin River. Ya se habían distanciado en 1997 (pase a Valencia) y en 2002 (inexplicable venta al Fenerbahce turco), pero la tercera ruptura fue la más dolorosa. Con la autoridad que ejerce un DT y el poder que da un título de campeón, Cholo Simeone pidió su salida tras varios actos de indisciplina. Se había cansado de sus ausencias y llegadas tardías a los entrenamientos. Siempre por la misma razón: el estado de ebriedad.
La escala en Independiente Rivadavia de Mendoza fue un camino sugerido por Daniel Passarella a Daniel Vila, el presidente del club mendocino, copropietario del multimedios América y con aspiraciones a la presidencia de la AFA. Vila quiso mover el amperímetro con la contratación de Ortega. Se imaginó que le daría un salto de calidad al equipo, generaría ingresos por venta de entradas y, sobre todo, llevaría a la “Lepra” mendocina a la máxima categoría del fútbol argentino. Por estas razones, pagó medio millón de dólares por el préstamo por un año. La señal de noticias América 24, de su propio multimedios, retransmitió en vivo el debut del Burrito en la B Nacional sin tener los derechos de TV para este campeonato, pertenecientes al canal TyC Sports.
Sin Ortega, River terminó último, por primera vez en un campeonato profesional. Simeone renunció tras la eliminación de la Sudamericana ante Chivas de Guadalajara. Sin River, Ortega desapareció del mapa futbolero. En Mendoza, su nivel nunca se acercó al del Clausura 2008, donde fue clave para la vuelta olímpica. Su equipo cambió dos veces de entrenador y está décimo en el campeonato, a diez puntos del líder Chacarita. Marcó solamente dos goles y no hizo jugar a sus compañeros.
Su lucha contra el alcoholismo, prioridad para Vila y los dirigentes de River, apenas consistió en un par de reuniones con el médico chileno que lo había tratado en su internación anterior. “Nadie piensa en mí, solo mi familia”, dice Ariel con resignación y amargura. No le falta razón. Pero si no toma la decisión de curarse con un tratamiento médico, nadie lo hará por él. Ariel no está recuperado, ni mucho menos.
Ante el nulo impacto deportivo-económico, nada rentable para su inversión, Vila quería sacárselo de encima. Aquella gran solución se había transformado en un pesado problema. River quería recuperar a Ortega, Ortega quería volver a River e Independiente Rivadavia quería desprenderse de Ortega. Todos los caminos conducían al Monumental. Primero River ofreció dos juveniles como resarcimiento. Vila pidió dinero, más de un millón de dólares. Recordemos que River es el dueño del pase de Ariel y lo tendrá gratis desde junio. Esa negociación directa, de club a club, fracasó enseguida. Entonces apareció un intermediario: Carlos Avila, ex dueño de Torneos y Competencias. No es la primera vez que Avila quiere volver a marcar presencia en el fútbol. Hace dos años, en plena renegociación, le había presentado a Grondona un proyecto para sacarle los derechos de TV al Grupo Clarín. Ahora quiere ser presidente de River o, en su defecto, apuntalar a Daniel Passarella, otro candidato.
Intervenir decisivamente en la vuelta del ídolo lo hubiera beneficiado políticamente de cara a las elecciones de diciembre. Sin embargo, la razón más poderosa de su irrupción en esta historia es económica. Vila aún le debe dinero por la venta del canal América, concretada en junio de 2007. Entonces le propuso a Avila pagarle parte de esa deuda? con la devolución de Ortega. Fijó un precio de US$ 800.000. Luego, Avila se encargaría de cobrarles ese dinero a los dirigentes de River. Vila también ofreció su multimedios para difundir y potenciar esa figura de mecenas. Desde América y La Red, se machacó con el título “Ortega vuelve a River de la mano de Avila”. El coro mediático se amplificó con la colaboración de Daniel Hadad, otro empresario hincha de River que quiere mojar la medialuna en las elecciones de fin de año. Radio 10, Infobae y C5N también instalaron la noticia como un hecho consumado.
Cerca de las 8 PM del inolvidable miércoles 4 de febrero, Carlos Avila se presentó como invitado en el programa de Eduardo Feinmann en C5N. Lo cruzaron telefónicamente con Héctor Grinberg, tesorero de River y amigo de Avila. Allí el empresario comenzó a hablar de plata y de planes de pago. Grinberg le contestó que la operación no sería posible. Desde el sentido común, los dirigentes de River rechazaban la idea de pagar US$ 800.000 a un tercero por un jugador que es del club y regresa gratis en junio. Increíblemente, Avila comenzó a negociar el precio en vivo. Regateó el número un par de veces ante el entusiasmo de Feinmann y Elio Rossi, quienes tenían la primicia. Finalmente, a las 8.32 PM, Avila le dijo a Grinberg: “Lo tenés gratis. Ustedes páguenle el sueldo y la prima. Del préstamo me ocupo yo”. Y Grinberg respondió: “Ah, si es gratis, sí. Que venga”. En media hora y por TV, el pase de Ortega bajó de US$ 800.000 a 0.
Antes de despedirse, un divertido Grinberg le ofreció a Feinmann ser el mediador en las siguientes transferencias. Parecía que todos ganaban. Vila se sacaba de encima el problema Ortega y parte de la deuda con Avila por la compra de América. Avila regresaba con todo a la escena del fútbol. Y River recuperaba al jugador. Pero, sus principales dirigentes desconfiaron de un hombre que, en un programa de TV, primero habló de financiación, en diez minutos bajó el precio y a la media hora estaba dispuesto a regalarlo.
Mientras tanto, los periodistas que trabajan en los medios de Vila y Hadad seguían preguntándose cómo la dirigencia de River no aceptaba esta irresistible oferta. Directamente, Vila acusó a la empresa Torneos y Competencias de entorpecer la negociación. Su presidente Marcelo Bombau rechazó públicamente esa versión. Ortega seguirá en Mendoza. A River volvieron a empatarle un partido que ganaba por 2 a 0 y con supremacía numérica. Como grito de protesta, los hinchas pidieron, una vez más, el regreso de su ídolo. Pero ésta ya no es una telenovela de amor…
Autor:
Juan Pablo Varsky