Boca Juniors ya sabés lo que es no conseguir entradas para un partido de visitante, quedarte toda una noche frente a la cancha para conseguir un lugar en el superclásico, que no funcionen bien los baños de La Bombonera porque se inundan y nunca los refaccionan, incluso pagando una cuota social de $ 28 pesos (suma equiparable con los clubes europeos). Si no sos socio, ya ni te acordás lo que es ir a la cancha porque no se venden más entradas al público general local. Sin embargo, después te cuentan que el estadio estaba repleto de extranjeros, traídos por empresas turísticas cuyos combos de domingo incluyen un partido de Boca. Ah, olvidate también de hacerte socio, porque ante la capacidad colmada se cerró la inscripción en 2005.
Este es el Boca producto de la “exitosa gestión del Ingeniero Mauricio Macri”, por la que se intenta reinvindicar a la hora de candidatearse como Jefe de Gobierno de la Ciudad por el PRO, mostrando su paso por el club de la Ribera como un modelo de cómo gobernar la Ciudad.
Mauricio Macri, junto a su familia y todas las empresas a su nombre que se encargaron de destruir el país, multiplicando su fortuna sobre todo durante la dictadura y el menemismo, es hoy un presidente xeneize que ni siquiera fue elegido en los últimos comicios, ya que realizó una modificación en los estatutos del club en 2001, donde se exigía a los candidatos la presentación y posesión de avales por el 10 por ciento de patrimonio neto, equivalente a unos siete millones de pesos, respaldo que ningún aspirante gozaba y por lo cual se presentó una sola lista (la suya, por supuesto).
Incluso, llegó a exigir la renuncia de los integrantes de la Comisión Directiva que habían estado en contra de sus proyectos en la Asamblea de Representantes y propuso la reducción de los representantes de la asamblea de socios, en un intento de acumular todo el poder del club para usar a su gusto.
Si bien es cierto que bajo los tres períodos de su gestión de 12 años, Boca logró las mayores glorias futbolísticas, consiguiendo más de 15 títulos entre campeonatos locales, copas Libertadores y copas del Mundo, no es casualidad que también haya aumentado el nivel económico y financiero. Sin embargo, el Balance de la Comisión Directiva, que va desde junio de 2005 a julio de 2006, presenta un pasivo que excede los 75 mil millones, hecho extraño para el club argentino que más vendió jugadores a Europa en los últimos 10 años, con cifras increíbles como el pase de Carlos Tevez al Corinthians y de Fernando Gago al Real Madrid.
Tampoco presenta egresos claros, en especial cuando exhibe los gastos de la Copa Libertadores de 2006, que Boca ni siquiera jugó porque no clasificó. Tampoco cuando omite mostrar los ingresos en concepto del extenso merchandising que posee el club, aún luego de la incansable campaña en contra del mercado negro de productos no oficiales que se encargó de realizar “el Ingeniero”.
Tampoco este balance poco transparente -que las propias agrupaciones opositoras se encargaron de detallar con cifras- se corresponde con el aumento entre un 20 y 33% de los precios de las ubicaciones y de las cuotas sociales. En cuanto al tema del estadio, son de público conocimiento mediático los vaivenes por los que pasó el club en los intentos de agrandar o mudar la cancha, sin presentar ningún proyecto de seguridad del estadio, ansiado por los hinchas de otros equipos que no dudan en condenar a la Bombonera como la peor cancha para asistir de visitante. Sin embargo, la accesibilidad se simplifica con las entradas para la Copa Libertadores que los fanáticos del azul y oro obtienen mediante Pago Fácil, que fue empresa de su padre Franco Macri hasta diciembre de 2006.
Mauricio Macri nunca dejó de presidir el club con mentalidad empresarial, con la consecuente conversión de lo que es uno uno de los clubes populares más grandes de la Argentina en un club privado y exclusivo para socios con alto nivel adquisitivo. Su mandato, que finaliza en diciembre, desnuda el hecho de que Macri usó a Boca como disparador para volcarse a la política nacional, imitando a Silvio Berlusconi, magnate italiano de las telecomunicaciones que compró en el año 1986 el Club Atlético Milán y gracias a su prestigiosa gestión logró ser Primer Ministro de su país durante dos períodos.
Fuente: http://www.prensadefrente.org/
Creo que la diferencia la hizo simplemente con los titulos que ganaron los bosteros sino era peor que Aguilar me parece…
Un abrazo! Damian
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