¿En qué se parecen el hockey y el handball? En que en nuestro país ambos son deportes amateurs. Y siguiendo una línea de razonamiento basada en lo mostrado por su equipo en cancha, imagino que lo único que habrá adquirido Almeyda de estas dos disciplinas es este concepto, el de la amateurización. En gran parte de estas 16 fechas, el fútbol evidenciado por los profesionales de River se clavó de lleno en los mares de lo aficionado.
Del partido de ayer surgen dos interrogantes que se relacionan con este concepto:
1- ¿Por qué River jugó mal? Básicamente, porque en el parado y los movimientos comete inocencias de un equipo amateur. Porque con este conjunto de profesionales el DT ha inventado un nuevo deporte que parece de novatos y carece de contenido. Que haya errores no es lo malo, sino lo lógico porque todos los tienen, pero lo que se pone en tela de juicio es la calidad de los mismos. Este equipo muestra falencias que lo desnudan y ridiculizan completamente, dejando en evidencia el amateurismo que reina en el ambiente de los que toman las decisiones.
2- ¿Por qué River, pese a sus limitaciones colectivas, pudo arrinconar a su rival en esos 20 últimos minutos? Mayoritariamente porque mostró espíritu amateur, sintiéndose tocado en su orgullo, y ayudado principalmente en el hecho de que las grandes individualidades se iluminaron a tiempo. La mentalidad del deportista principiante se emparenta mucho con la rebeldía de afrontar las adversidades ante oponentes que muestran mejores armas o poseen mayores fuerzas que las tuyas. En el actual River esto nunca debería pasar porque la mejor materia prima la tenemos nosotros, sin embargo debemos esperar a que los jugadores se revelen para sacar adelante una situación que no llega por un funcionamiento colectivo acorde a las circunstancias.
En estos últimos años, el Club Atlético River Plate lleva una tendencia a convertirse en el Club Amateur River Plate. Porque es amateur Almeyda, por su inexperiencia en el cargo, por su falta lógica de conocimientos para estar a la altura de las circunstancias. Porque fueron y son amateurs muchas actuaciones individuales, un poco llevadas por el mal funcionamiento colectivo y otro poco por malos presentes futbolísticos. Porque es amateur el hincha, que ha contraído el virus de la “racinguización” y no piensa comprar remedios para la cura. Y por supuesto porque también es amateur la dirigencia, la principal de las patas no profesionales que tiene actualmente la institución.
En cualquier equipo serio que realmente pretenda ascender, no se sustentaría un partido más a este ciclo de Almeyda y debería haber finalizado cuanto menos en el encuentro ante los tucumanos. Esta etapa ya pasó por su período de adaptación y amoldamiento al contexto y la categoría. Ya el poco tiempo de trabajo no es una excusa porque estamos promediando la temporada y la conclusión es que la involución supera claramente a la evolución.
Esperemos que ese espíritu amateur de los últimos 20 minutos de ayer sea nuestro principal caballo de batalla de cara a las 22 finales que quedan. Es en lo único que confío para lograr el objetivo.