Me suele pasar que cuando se critica a Moreno por las formas, se olvidan que la inflación sería más alta sino fuera por el trabajo desgastan te que tiene este tipo
No, es la famosa CRISPACION, cuando arranca la CATERVA de boludeces en contra del gobierno (dicho sea de paso, se pueden criticar mil cosas mal hechas, pero oh casualidad se critican las forradas) te sacan y te obligan a ponerte la camiseta.
Bueno conto los momentos previos al famoso discurso de la Presidenta de eso solo puedo decirle una cosa NO CREAN LA HISTORIA QUE CUENTAN LOS MEDIOS OFICIALISTAS sobre que la Presidente se referia a los gremio Petroleros ,a quien apunto no se los puedo decir por que Moreno lo conto en un lugar privado…PERO REPITO EN ESTE TEMA LOS MEDIOS OFICIALES VENDEN PESCADO PODRIDO Y DICHO POR ALGUIEN DEL GOBIERNO.
Luego nos lleno de anecdotas como por ejemplo QUE EL GOBIERNO YA HABIA ACORDADO CON EL CAMPO LUEGO DE LA 125 Y Alberto Fernandez tiro para atras dicho acuerdo y que el verdadero responsable de esa crisis fue el y no el Ministro de Economia
Tambien conto que tienen retenido barcos Chinos con material para contruir casas y obreros para vivir en la Argentina y extraer recursos para llevarlos a su pais y que esa experiencia los CHINOS YA LA ESTAN HACIENDO EN AFRICA Y HABLANDO DE CHINOS CONFIRMO que esas famosas inversiones CHINAS fue una estafa en la cual cayo Venezuela tambien …
Bueno mañana o el lunes la sigo con video incluido…segun como salga el partido jaja
No …la foto se ve mas grande que raro que no se pueda agrandar con un click
EN ESTA IMAGEN HACIENDO CLICK SE AGRANDA . Subido en SubeImagenes.com
Como todo lunes… leyeron/escucharon a Aliverti? Los editoriales son sublimes. Esta parte me encantó:
“Un primer apunte tiene rasgos de antítesis graciosa: la derecha apoya su sentir de ofensa a las instituciones en el discurso confrontador de que hace gala el kirchnerismo, pero cuando esa verba agresiva o provocadora es aplicada a caciques gremiales se la saluda calurosamente. ¿En qué quedamos? ¿La ofuscación viola a la República si es contra las corporaciones empresariales, pero está bárbara si topetea a los sindicalistas?”
Me hizo acordar a las palabras “consenso” "responsabilidad “crispación” y todas cosas parecidas.
PD: Ahora falta que venga M80 a joderme el mediodia…
Por Eduardo Aliverti
Hasta mitad de la semana pasada fue una cosa y después otra, pero el marco es exactamente el mismo.
Confirmado que a valores de hoy la oposición desapareció, en términos de aspiraciones presidenciales, no deja de ser tan significativo como impactante lo que debieron reflejar los medios. Y en este caso, tanto en la prensa directora del discurso oposicionista como en la que abreva en el kirchnerismo. Producidos los abandonos de Solanas y Macri, más el hijo de Alfonsín dedicado a su cura antitabáquica, si es por el primer segmento enunciado quedaron anuladas –no sólo en gráfica sino también en sus amplificaciones electrónicas– las noticias “políticas” de primera plana. Clarín –en orden aleatorio y por ejemplo, pero no el ejemplo precisamente menor– comenzó a dedicar títulos sucesivos y coberturas centrales, desde portada, a cómo operan los presos que hacen secuestros virtuales; a la desidia eterna en torno del Riachuelo contaminado; a la falta de leyes y prevención sobre el turismo sexual; a la transformación de pasta base en cocaína líquida, en el Gran Buenos Aires, para despacharla a Europa; a que Lezama es un pueblo aterrado por la varicela; a la reaparición del caso García Belsunce. Temas todos de interés más o menos estimable e incluso a través de buenas notas, bien que presentadas editorialmente con la sensación de que estamos viviendo en una catástrofe generalizada. Los puntos no son ésos. La interpretación prevalente es que se quedaron sin piolín. Macri, encima, subió la apuesta de su desconcierto y llegó a afirmar en público que el PRO entra al ballottage porque ganar de una le será “imposible”. De modo que, en un par de semanas, pasó de competir por la Presidencia a bajarse a la Capital, y de descender a la Capital a jurar que en segunda vuelta entran seguro. Si sigue así, y ya circulan numerosos chascarrillos por el estilo, en cualquier momento dirá que debe volver a Boca porque las masas se lo reclaman. Al periodismo opositor –y a la misma oposición explícita, si es que todavía hay que diferenciarlos para algún habitante de frasquitos, creyente de la neutralidad periodística– ya no le alcanzaba con las disecciones de las encuestas. Ni con los radicales reducidos a expresiones testimoniales, ni con la letanía especulativa de los socialistas, ni con nada de nada. ¿Por dónde apareció entonces el repechaje de “volver” a “lo político” entendido ipso facto como tal? Obvio: por la conflictividad real y/o actuada del oficialismo.
La utopía contrera no ofrece dudas: que Cristina también abandone. Nadie cree, o nadie quiere creer, que eso vaya a ocurrir. Y no porque sería impensable que su subjetividad reniegue de sumirse en el desgaste de otro período presidencial. Sea porque efectivamente siente que ya lo dio todo; porque está cansada; porque ya no tiene a su compañero administrando el barro del pejotismo; porque ya entró en lo mejor de la historia argentina y no tiene ganas de arriesgarse en vaya a saberse cuáles avatares; porque puede calcular que le conviene salirse, reinar desde afuera y presentarse con nuevos bríos en 2015 o cuando la Patria la llame o algo así. Sea por lo que fuere, esa mujer tiene el derecho personal de apartarse. Sin embargo, no cierra por ningún lado que eso pueda ser más fuerte que su necesidad de compromiso político. Y además hay el tiempo que dejó pasar sin el anuncio de su decisión, ya hasta el límite de los plazos legales. ¿Alguien se imagina a Cristina dejando el futuro a la deriva, sabiendo y sabiéndose de sobra que la jefa es ella, lavándose las manos para que el peronismo resuelva de golpe quién va en su lugar? Es o debería ser obsesionante que todo dependa de una sola persona. Porque nunca debería ser así. Porque demuestra la fragilidad de un proyecto. Pero como la historia se da en condiciones concretas, esto es lo que hay. No en términos de connotación posibilista sino de probabilidades llanas. Siempre vale la aclaración de que no es lo suficiente para seguir adelante. Es nada más y nada menos que lo imprescindible, ya que cualquier otra opción es retroceso. Una persona. La condición histórica es la decisión de una persona, para que a su alrededor continúe generándose una mística que sin su concurso se cae casi sin remedio, a la par de que ella es igualmente “nadie” sin pasión de multitudes.
Lo que dijo la Presidenta en José C. Paz son muchas cosas a la vez que también se describen en orden ocioso, para que cada quien las ubique como mejor le plazca. Primero, eso sí, no me jodan. O no me jodan lo imperioso de que se entienda que conmigo no se jode. Se necesita garantizar el triunfo conquistando sectores medios refractarios a la imagen del sindicalismo. Se requiere igualmente no detenerse en nombres propios, para que el sayo se lo pongan o le sea adjudicado a Moyano, a los petroleros de Santa Cruz, o a cualquiera de los ovnis que enquilomban porque sí para regalarle a la derecha el discurso del que carecería si no es por eso. Sí una mención específica a Aerolíneas Argentinas, dirigida a los indescifrables gremios aeronáuticos. Si cabe un rol de cercada o agobiada por “los compañeros”, lo hago, pero tampoco se crean que no digo la verdad cuando subrayo que no me muero por seguir. Y es certero que algunos muchos confunden el interés de sector con la necesidad de clase. Cebados de las filas de Venegas, Barrionuevo & Cía., a quienes el único fin que les queda en la vida pública es hacer bardo, y cebados del cegetismo, que opera zancadillas para conseguir lugar en las listas electorales. Por eso digo, dijo esa mujer, que ni explotación ni extorsión. Una semántica políticamente brillante. No me jodan, ojo que la única jefa soy yo y ojo que todavía no decidí si continúo.
Listo. Un par de frases, con el carisma que tiene y con esa construcción sintáctica impecable, a salvo incluso de emociones de tribuna, para que todos corran atrás de ella. Para que se especule, se denueste, se elogie, atrás de ella. Un primer apunte tiene rasgos de antítesis graciosa: la derecha apoya su sentir de ofensa a las instituciones en el discurso confrontador de que hace gala el kirchnerismo, pero cuando esa verba agresiva o provocadora es aplicada a caciques gremiales se la saluda calurosamente. ¿En qué quedamos? ¿La ofuscación viola a la República si es contra las corporaciones empresariales, pero está bárbara si topetea a los sindicalistas? Una chicana, nada más. Lo central es que los dichos presidenciales monopolizaron la atención de inmediato pero, y ahí el centro de la cuestión, no en primer lugar por ser presidenciales –que también, está claro– sino porque lo único que pasa… pasa en el oficialismo. Ya prácticamente las cosas quedaron reducidas a lo que se mueve en esa parcela totalizadora. Cómo navegar en las contradicciones de que la CGT fue y es ineludible para garantizar cierto piso de paz social, y a la vez mostrarle los dientes porque es piantavotos de clase media. De qué modo sacar el mejor cálculo para resolver la candidatura de Capital. Qué conviene a la hora de elegir al vice nacional: ¿alguien que dé imagen de sucesión confiable a largo plazo, o alguien que ante todo sea potente en la coyuntura? ¿O habrá alguien que cumpla con ambos requisitos? ¿Y si ella se baja? Y si no se baja, ¿quiénes suenan o convienen para su gabinete, para tomar cuáles medidas que ratificarán o corregirán el rumbo, en todo o en una parte o en ninguna?
Si se mira bien, piensa el firmante, sólo ocurrió y ocurre que si la oposición no existe hay que crearla de alguna manera u operar en ese sentido. No porque sin oposición no se pueda gobernar. De hecho, no la hay y se gobierna sin mayores sobresaltos. Es que sin oposición no se puede contrastar, y sin contraste no hay mística. Y sin mística no hay gobierno que valga la pena.
Con el simple ánimo de molestar.:mrgreen: Tengo más para después también.:mrgreen:
Editorial Vergonzosa manipulación de los derechos humanos
Una causa judicial fraudulenta impulsada por el Gobierno tergiversa la verdad para atacar a La Nacion y Clarín
Lunes 16 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa Comentá (98) (javascript:print())(javascript:void(0)(javascript:void(0)(javascript:void(0)
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EN recientes entrevistas con medios periodísticos afines al Gobierno, motivados por la visita al país de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el secretario de Comunicación Pública, Juan Abal Medina, intentó banalizar las preocupaciones y críticas de la SIP sobre las graves amenazas a la libertad de prensa. También reivindicó la posición oficial sobre Papel Prensa al confirmar la continuidad de los embates gubernamentales contra La Nacion y Clarín.
En ese contexto, no debe sorprender el recrudecimiento de los ataques en el plano judicial. En particular, la insistencia de la Unidad Fiscal Federal en tergiversar los hechos e ignorar las múltiples pruebas aportadas en los últimos nueve meses, para intentar presentar la compra de Papel Prensa por La Nacion, Clarín y La Razón como un hecho delictivo, forzando su calificación como delito de lesa humanidad.
La actuación arbitraria de la Unidad Fiscal Federal reviste gravedad, pues ello no sólo confirma la falta de independencia de un órgano que debiera actuar con criterios jurídicos y no políticos ni ideológicos, sino también el propósito del Gobierno de crear un antecedente en el que el uso forzado del concepto de delito de lesa humanidad sirva para revertir la titularidad de las acciones de Papel Prensa a algunos miembros de la familia Graiver que participan de la estrategia oficial.
En nuestro editorial titulado “Vamos por todo”, de marzo pasado, advertimos sobre esta nueva metodología basada en el uso antijurídico de los llamados delitos de lesa humanidad para doblegar a determinadas empresas o forzar su traspaso a “amigos del gobierno”, y a la vez generar una industria de reclamos indemnizatorios.
Esta advertencia ha cobrado una preocupante actualidad a la luz de las recientes declaraciones del subsecretario de Protección de Derechos Humanos, Luis Alem, que reconoció abiertamente que si la persecución penal por Papel Prensa logra una “condena firme, vuelve la situación al momento previo de la producción del acto criminal, con la devolución de las acciones [de Papel Prensa] a los herederos de David Graiver”.
Se dice habitualmente que no hay mejor defensa que un ataque. Fue justamente la que hizo el Gobierno para intentar disimular el fracaso de la “historia oficial” presentada por la presidenta Cristina Kirchner en agosto de 2010.
Es que se procuró vincular la venta de Papel Prensa a La Nacion y Clarín con la posterior, y por cierto condenable, detención ilegal y apremios sufridos por la familia Graiver.
Toda la prueba producida desde ese entonces en la causa penal iniciada por el Gobierno desmiente categóricamente esa tesis. No sólo está probado que la detención y los apremios ilegales a los Graiver sucedieron varios meses después de concretarse la venta de Papel Prensa, sino que estuvieron relacionados con el hecho, también probado por la Justicia en democracia, de que David Graiver actuaba como agente financiero del grupo terrorista Montoneros.
Las investigaciones judiciales establecieron que la decisión de la familia Graiver de vender Papel Prensa y otros varios activos fue producto de la difícil situación financiera en que quedó el grupo familiar después de la muerte de David Graiver en 1976. Con bancos en el exterior quebrados y sus directivos procesados, como asimismo las amenazas de la organización terrorista sobre sus familiares para recobrar los 17 millones de dólares entregados por Montoneros a David Graiver proveniente de los secuestros de los hermanos Born y de Metz, empresario de Mercedes-Benz.
Esas circunstancias fueron acreditadas en diversos procesos judiciales después de la restauración de la democracia y confirmados por Isidoro Graiver, hermano de David, quien estuvo a cargo de las negociaciones de la venta de Papel Prensa, al declarar el año pasado en la causa judicial que motivó el dictamen fiscal cuestionado, desmintiendo así las acusaciones de Lidia Papaleo, viuda de David Graiver.
Otros participantes de la negociación de la venta de las acciones, entre ellos asesores del entonces Grupo Graiver, corroboraron lo dicho por Isidoro Graiver.
La detención ilegal de los Graiver, así como su vínculo con Montoneros, fue objeto de varias investigaciones judiciales desde 1983 a la fecha, algunas de ellas recientes. En ninguna, ni los Graiver ni la Justicia imputaron a los diarios responsabilidad alguna en esos hechos.
La activa participación de la Secretaría de Derechos Humanos como querellante también reviste gravedad institucional. Por una parte, porque su titular, Eduardo Luis Duhalde, fue un notorio apologista de las organizaciones terroristas en los años 70 como director de la revista Militancia. Es obvio que, en este caso, aquel no sólo actúa por expresas instrucciones del gobierno nacional, como quedó expuesto en la presentación judicial efectuada en agosto de 2010 a instancias de la Presidencia de la Nación, sino que tendría un interés particular en tergiversar la verdad de los hechos.
La estrategia oficial de usar la Justicia con el objetivo de someter a la prensa libre y revertir la transferencia accionaria de Papel Prensa conlleva una enorme gravedad.
Hay sectores de nuestro país que tienden a ignorar la peligrosidad de estas acciones sin advertir el grave riesgo que traen aparejadas, creyéndose inmunes a ellas. De lo que realmente se trata es de extremar el respeto al principio de legalidad, con estricto acatamiento de los tipos penales, como modo de garantía de la libertad de los ciudadanos, solamente sujetos a la ley, evitando toda extensión que responda a ideologías o preconceptos de neto corte político.
Convertir a la interpretación ideológica o a la forzada recreación histórica de los hechos del pasado en fuente de represión penal para algunos ciudadanos es la puerta abierta a la tiranía y a la utilización del sistema represivo del Estado para la persecución del ocasional adversario.
Resulta evidente que la maniobra consiste en disfrazar una compra legítima de delito de lesa humanidad con el solo objeto de burlar la prescripción y así impulsar una persecución en la que no hubo delito alguno.
El pasado jueves, una resolución judicial del juez federal de La Plata refuta la tesis oficial de vincular la compra del paquete accionario de Papel Prensa por La Nacion, Clarín y La Razón. Ello es así, pues aquel juez declinó expresamente su competencia para intervenir en el caso promovido por el Gobierno sobre la base de que no existe vinculación con las privaciones ilegales de libertad y los apremios ocurridos en centros de detención de la provincia de Buenos Aires.
El Gobierno ha anunciado que tiene intenciones de continuar la persecución contra La Nacion y Clarín ante un juez federal de la Capital Federal, Daniel Rafecas, que ya prejuzgó groseramente a favor de la posición oficial.
Es imprescindible que el Poder Judicial impida estas maniobras, que no son sino una espuria utilización de los derechos humanos con fines claramente políticos e ideológicos.
La independencia de los jueces y el estricto respeto a los principios constitucionales y los volcados en los tratados internacionales suscriptos por el país deben ser preservados a cualquier costo. Los jueces son, en definitiva, los garantes de las libertades ciudadanas, cuando éstas se ven amenazadas.
Jaja denuncian intencionalidad del gobierno de inventar una causa pero se niegan a entregar las muestras de sangre. Jajajajaj yo no puedo creer que exista gente que le crea a esos diarios en esas causas.
Editorial Vergonzosa manipulación de los derechos humanos
Una causa judicial fraudulenta impulsada por el Gobierno tergiversa la verdad para atacar a La Nacion y Clarín
Lunes 16 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa Comentá (98)
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EN recientes entrevistas con medios periodísticos afines al Gobierno, motivados por la visita al país de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el secretario de Comunicación Pública, Juan Abal Medina, intentó banalizar las preocupaciones y críticas de la SIP sobre las graves amenazas a la libertad de prensa. También reivindicó la posición oficial sobre Papel Prensa al confirmar la continuidad de los embates gubernamentales contra La Nacion y Clarín.
En ese contexto, no debe sorprender el recrudecimiento de los ataques en el plano judicial. En particular, la insistencia de la Unidad Fiscal Federal en tergiversar los hechos e ignorar las múltiples pruebas aportadas en los últimos nueve meses, para intentar presentar la compra de Papel Prensa por La Nacion, Clarín y La Razón como un hecho delictivo, forzando su calificación como delito de lesa humanidad.
La actuación arbitraria de la Unidad Fiscal Federal reviste gravedad, pues ello no sólo confirma la falta de independencia de un órgano que debiera actuar con criterios jurídicos y no políticos ni ideológicos, sino también el propósito del Gobierno de crear un antecedente en el que el uso forzado del concepto de delito de lesa humanidad sirva para revertir la titularidad de las acciones de Papel Prensa a algunos miembros de la familia Graiver que participan de la estrategia oficial.
En nuestro editorial titulado “Vamos por todo”, de marzo pasado, advertimos sobre esta nueva metodología basada en el uso antijurídico de los llamados delitos de lesa humanidad para doblegar a determinadas empresas o forzar su traspaso a “amigos del gobierno”, y a la vez generar una industria de reclamos indemnizatorios.
Esta advertencia ha cobrado una preocupante actualidad a la luz de las recientes declaraciones del subsecretario de Protección de Derechos Humanos, Luis Alem, que reconoció abiertamente que si la persecución penal por Papel Prensa logra una “condena firme, vuelve la situación al momento previo de la producción del acto criminal, con la devolución de las acciones [de Papel Prensa] a los herederos de David Graiver”.
Se dice habitualmente que no hay mejor defensa que un ataque. Fue justamente la que hizo el Gobierno para intentar disimular el fracaso de la “historia oficial” presentada por la presidenta Cristina Kirchner en agosto de 2010.
Es que se procuró vincular la venta de Papel Prensa a La Nacion y Clarín con la posterior, y por cierto condenable, detención ilegal y apremios sufridos por la familia Graiver.
Toda la prueba producida desde ese entonces en la causa penal iniciada por el Gobierno desmiente categóricamente esa tesis. No sólo está probado que la detención y los apremios ilegales a los Graiver sucedieron varios meses después de concretarse la venta de Papel Prensa, sino que estuvieron relacionados con el hecho, también probado por la Justicia en democracia, de que David Graiver actuaba como agente financiero del grupo terrorista Montoneros.
Las investigaciones judiciales establecieron que la decisión de la familia Graiver de vender Papel Prensa y otros varios activos fue producto de la difícil situación financiera en que quedó el grupo familiar después de la muerte de David Graiver en 1976. Con bancos en el exterior quebrados y sus directivos procesados, como asimismo las amenazas de la organización terrorista sobre sus familiares para recobrar los 17 millones de dólares entregados por Montoneros a David Graiver proveniente de los secuestros de los hermanos Born y de Metz, empresario de Mercedes-Benz.
Esas circunstancias fueron acreditadas en diversos procesos judiciales después de la restauración de la democracia y confirmados por Isidoro Graiver, hermano de David, quien estuvo a cargo de las negociaciones de la venta de Papel Prensa, al declarar el año pasado en la causa judicial que motivó el dictamen fiscal cuestionado, desmintiendo así las acusaciones de Lidia Papaleo, viuda de David Graiver.
Otros participantes de la negociación de la venta de las acciones, entre ellos asesores del entonces Grupo Graiver, corroboraron lo dicho por Isidoro Graiver.
La detención ilegal de los Graiver, así como su vínculo con Montoneros, fue objeto de varias investigaciones judiciales desde 1983 a la fecha, algunas de ellas recientes. En ninguna, ni los Graiver ni la Justicia imputaron a los diarios responsabilidad alguna en esos hechos.
La activa participación de la Secretaría de Derechos Humanos como querellante también reviste gravedad institucional. Por una parte, porque su titular, Eduardo Luis Duhalde, fue un notorio apologista de las organizaciones terroristas en los años 70 como director de la revista Militancia. Es obvio que, en este caso, aquel no sólo actúa por expresas instrucciones del gobierno nacional, como quedó expuesto en la presentación judicial efectuada en agosto de 2010 a instancias de la Presidencia de la Nación, sino que tendría un interés particular en tergiversar la verdad de los hechos.
La estrategia oficial de usar la Justicia con el objetivo de someter a la prensa libre y revertir la transferencia accionaria de Papel Prensa conlleva una enorme gravedad.
Hay sectores de nuestro país que tienden a ignorar la peligrosidad de estas acciones sin advertir el grave riesgo que traen aparejadas, creyéndose inmunes a ellas. De lo que realmente se trata es de extremar el respeto al principio de legalidad, con estricto acatamiento de los tipos penales, como modo de garantía de la libertad de los ciudadanos, solamente sujetos a la ley, evitando toda extensión que responda a ideologías o preconceptos de neto corte político.
Convertir a la interpretación ideológica o a la forzada recreación histórica de los hechos del pasado en fuente de represión penal para algunos ciudadanos es la puerta abierta a la tiranía y a la utilización del sistema represivo del Estado para la persecución del ocasional adversario.
Resulta evidente que la maniobra consiste en disfrazar una compra legítima de delito de lesa humanidad con el solo objeto de burlar la prescripción y así impulsar una persecución en la que no hubo delito alguno.
El pasado jueves, una resolución judicial del juez federal de La Plata refuta la tesis oficial de vincular la compra del paquete accionario de Papel Prensa por La Nacion, Clarín y La Razón. Ello es así, pues aquel juez declinó expresamente su competencia para intervenir en el caso promovido por el Gobierno sobre la base de que no existe vinculación con las privaciones ilegales de libertad y los apremios ocurridos en centros de detención de la provincia de Buenos Aires.
El Gobierno ha anunciado que tiene intenciones de continuar la persecución contra La Nacion y Clarín ante un juez federal de la Capital Federal, Daniel Rafecas, que ya prejuzgó groseramente a favor de la posición oficial.
Es imprescindible que el Poder Judicial impida estas maniobras, que no son sino una espuria utilización de los derechos humanos con fines claramente políticos e ideológicos.
La independencia de los jueces y el estricto respeto a los principios constitucionales y los volcados en los tratados internacionales suscriptos por el país deben ser preservados a cualquier costo. Los jueces son, en definitiva, los garantes de las libertades ciudadanas, cuando éstas se ven amenazadas.
¿Qué pasa, están nerviosos y con el culo más sucio que la cancha dónde jugó River ayer que sacan estas editoriales dictadas desde la gerencia del diario?
Si están tan confiados, seguros y tienen la conciencia tranquila que obtuvieron su participación societaria dentro de la empresa lícitamente ¿Le tienen miedo a que la justicia proceda y investigue?