Y pasó lo que tenía que pasar. Cuando River por su propia torpeza y sus miedos se bajó de la ilusión copera no había que tener demasiadas luces prendidas para imaginarse el final de esta historia. Que otro equipo sino River podía plantar bandera y oponerse al aluvión de mal olor? Que otro equipo sino River desde sus nombres y el empuje de su gente podía al menos intentar copar la parada? Claro que cuando en la balanza empezaba a desequilibrar desde la incompetencia dirigencial hasta la soberbia, intolerancia e incapacidad del técnico las ilusiones terminaban por desmoronarse definitivamente.
Pero alguien cree que alguno de los responsables de este presente siquiera se conmueve un céntimo por la realidad que ellos engendraron? Mientras el abogadito del diablo sacude su prominente papada al son de algún canto tirolés y se revuelca en la mugre de la pensión que Don Julio le tramitó ante la FIFA, el DT-Dirigente pasea sin culpas con su yate de contrabando, jugadores a la buena del “Locarno” definen su futuro según el humor de la mafia rusa y los mercenarios del tablón de turno se matan por una porción de la torta. Repito, alguien sospecha que alguno de todos estos responsables siquiera se amargó una pizca por lo de anoche? El que se banca los afiches, las cargadas insoportables e interminables, el que pone el pecho a las balas es el hincha ya hastiado de tanto festejo ajeno y harto hasta la médula de la incapacidad manifiesta de quienes deben manejar los destinos de River. Estos mismos incapaces nos piden, cartita conmovedora mediante, 6 meses más de gracia para calmar con una aspirina la agonía infinita que ellos supieron crear. Un campeonato local limpia tanta vergüenza acumulada, tanto daño irreversible, tanto sufrimiento injustificable? Un campeonato local no limpiará la afrenta que estos sicarios de la derrota atestaron al orgullo y la historia de River. Los responsables de incendiar nuestra dignidad, desgarrar nuestro emblema y ahogar nuestras ilusiones, cual psicópatas arrepentidos, quieren aliviar nuestras penas regalándonos un caramelito y desde su propio cinismo probablemente pretendan que les agradezcamos por tal gentil acto de beneficencia. Ese mismo cinismo que los lleva a utilizar una desgracia familiar como justificativo de una continuidad inaceptable.
Aguilar, Israel, Passarella son las cabezas visibles de este monstruoso desmadre sin precedentes. Un desmadre que también descansa en varios ilustres desconocidos que levantaron la mano para aprobar la venta de las joyas de la abuela sin importarles si hipotecaban el futuro del club a manos de testaferros de la inmoralidad. Un desmadre que sabe de un técnico que su amor por River lo expresa en 800 mil verdes razones para dar un paso al costado y que atenta contra la lógica y las buenas costumbres desafiando a los hinchas a mantener la constancia en su reclamo. Un desmadre que reconoce a seudo hinchas que se venden por el pancho y por la coca, que nos quieren hacer creer que la grandeza de River pasa por ver cuantos trapos se afanaron o cuantos canas se cargaron.
A todos ellos les debemos este presente macabro que ni la mente más retorcida haya podido imaginar. Ojalá nuestras súplicas lleguen a buen puerto y una catástofre de proporciones bíblicas abaraje por el aire la humanidad de estos personajes siniestros y los remonte cual barrilete lejos, bien lejos de River en las cercanías de la RECALCADA LOMA DE SUS PROSTITUTAS PROGENITORAS, salvando el hecho de que seguramente las señoras sean unas santas y no hayan sido culpables de engendrar a semejantes MAL PARIDOS.
Y pasó lo que tenía que pasar. Cuando River por su propia torpeza y sus miedos se bajó de la ilusión copera no había que tener demasiadas luces prendidas para imaginarse el final de esta historia. Que otro equipo sino River podía plantar bandera y oponerse al aluvión de mal olor? Que otro equipo sino River desde sus nombres y el empuje de su gente podía al menos intentar copar la parada? Claro que cuando en la balanza empezaba a desequilibrar desde la incompetencia dirigencial hasta la soberbia, intolerancia e incapacidad del técnico las ilusiones terminaban por desmoronarse definitivamente.
Pero alguien cree que alguno de los responsables de este presente siquiera se conmueve un céntimo por la realidad que ellos engendraron? Mientras el abogadito del diablo sacude su prominente papada al son de algún canto tirolés y se revuelca en la mugre de la pensión que Don Julio le tramitó ante la FIFA, el DT-Dirigente pasea sin culpas con su yate de contrabando, jugadores a la buena del “Locarno” definen su futuro según el humor de la mafia rusa y los mercenarios del tablón de turno se matan por una porción de la torta. Repito, alguien sospecha que alguno de todos estos responsables siquiera se amargó una pizca por lo de anoche? El que se banca los afiches, las cargadas insoportables e interminables, el que pone el pecho a las balas es el hincha ya hastiado de tanto festejo ajeno y harto hasta la médula de la incapacidad manifiesta de quienes deben manejar los destinos de River. Estos mismos incapaces nos piden, cartita conmovedora mediante, 6 meses más de gracia para calmar con una aspirina la agonía infinita que ellos supieron crear. Un campeonato local limpia tanta vergüenza acumulada, tanto daño irreversible, tanto sufrimiento injustificable? Un campeonato local no limpiará la afrenta que estos sicarios de la derrota atestaron al orgullo y la historia de River. Los responsables de incendiar nuestra dignidad, desgarrar nuestro emblema y ahogar nuestras ilusiones, cual psicópatas arrepentidos, quieren aliviar nuestras penas regalándonos un caramelito y desde su propio cinismo probablemente pretendan que les agradezcamos por tal gentil acto de beneficencia. Ese mismo cinismo que los lleva a utilizar una desgracia familiar como justificativo de una continuidad inaceptable.
Aguilar, Israel, Passarella son las cabezas visibles de este monstruoso desmadre sin precedentes. Un desmadre que también descansa en varios ilustres desconocidos que levantaron la mano para aprobar la venta de las joyas de la abuela sin importarles si hipotecaban el futuro del club a manos de testaferros de la inmoralidad. Un desmadre que sabe de un técnico que su amor por River lo expresa en 800 mil verdes razones para dar un paso al costado y que atenta contra la lógica y las buenas costumbres desafiando a los hinchas a mantener la constancia en su reclamo. Un desmadre que reconoce a seudo hinchas que se venden por el pancho y por la coca, que nos quieren hacer creer que la grandeza de River pasa por ver cuantos trapos se afanaron o cuantos canas se cargaron.
A todos ellos les debemos este presente macabro que ni la mente más retorcida haya podido imaginar. Ojalá nuestras súplicas lleguen a buen puerto y una catástofre de proporciones bíblicas abaraje por el aire la humanidad de estos personajes siniestros y los remonte cual barrilete lejos, bien lejos de River en las cercanías de la RECALCADA LOMA DE SUS PROSTITUTAS PROGENITORAS, salvando el hecho de que seguramente las señoras sean unas santas y no hayan sido culpables de engendrar a semejantes MAL PARIDOS.
Excelente y triste resumen de nuestro presente, no hay mucho mas para agregar de lo que escrito mas arriba.
No se necesita Einsteins para ser directivos de la banda, con solo usar el sentido comun y tener amor por camiseta, priorizando el bienestar de River por el beneficio personal… con solo eso alcanza y sobra.
a mi me parece barbara la carta, no se si para mandarla por mail dado algunos parrafos (si se copan yo me prendo para mandarla como hicimos en LPM con la carta del hartazgo), si el que la escribio no tiene dramas o quiere hacerle algun cambio antes ,se manda, no tengo dramas
