Le cambió la careta
Fabbiani logró que el peor equipo del Apertura sea uno de los líderes del Clausura: transformó en rebeldía y diversión lo que para muchos de sus compañeros hasta hace poco era temor e impotencia. ¿A lo Ortega? FRANCO PREDAZZI | fpredazzi@ole.com.ar 
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En tres partidos demostró cómo un suplente debe exprimir cada chance.
"Este tipo está tocado por la varita mágica, no se puede creer".
Paco Gerlo se reía como no se había reído en los últimos seis meses: ese nuevo compañero que un ratito antes estaba sentado a su lado era ahora un inmenso imán que sacaba de quicio a los rivales, que contagiaba a los propios y que con un bombazo le daba el triunfo a un River que había empezado perdiendo en su visita a Central.
En apenas 93 minutos (¡un partido y el descuento!), Cristian Fabbiani transformó, como si nunca hubiera salido de la película y sus acciones se rigieran por las leyes de la ficción, al peor de todos los equipos del Apertura en un bosquejo de un aspirante al título en el Clausura. Un antihéroe, un gordo (cariñosamente) al que sólo le falta pintarse la cara de verde, que dibujó sonrisas en hinchas y compañeros.
¿Para cuándo las caretas de Fabbiani?
Las plateas del Monumental se llenan de máscaras de Shrek. En varias páginas de Internet ya se venden remeras del Ogro. ¡Un hincha le escribe y le dedica una canción! Y todo porque el tipo transforma en diversión y rebeldía, lo que para la mayoría de quienes ahora son sus compañeros fue pesadez, insomnio, temor e impotencia en el semestre pasado. Fabbiani inclina la cancha sin importarle su exceso de equipaje.
La historia, que ya es cuento y va camino a convertirse en leyenda, empezó cuando el delantero mostró una decisión impropia para un futbolista de estos tiempos: el deseo por encima del dinero. No, no juega gratis, pero no se dio por vencido ni aun cuando los directivos de River ya habían guardado los trapos. Se plantó, se bajó de Vélez e insistió con jugar en el único club que lo desvelaba, aun a riesgo de quedarse parado. ¡Y River había salido último! Está más que claro que Fabbiani juega bien al fútbol. También, que sabe cómo y por dónde hacer ruido con su labia. En pleno novelón, declaró que él defendería a Falcao la próxima vez que los jugadores de San Lorenzo buscaran al colombiano (a prepararse para el domingo, eh). Se ríe, como siempre hizo, de la balanza. Y quien para Néstor Gorosito puede transformarse en el “Guillermo de River” no deja de alimentar un presente ruidoso.
Jura, el Ogro, que su corazón no palpita en demasía de cara al superclásico de la 10ª fecha, aunque no es más que una mentirita piadosa que sirve de puerta de entrada para una chicana: “No miro el fixture. Hoy estamos primeros nosotros…”. Hoy, también, el delantero sienta un precedente que puede ser enrostrado cuando un colega, propio o ajeno, se queje por la “falta de oportunidades”. Fabbiani exprime al máximo el hecho de ser suplente. Es clave ante Nacional de Paraguay, para ganar un partido que se encaminaba al 0-0 y parecía una prolongación del River 2008. Es determinante para convertir la derrota contra Central en un triunfo. Es decisivo para asegurar la victoria ante un Banfield que merodeaba el 1-1. Muchos lamentan que quien decía pesar “97 kilos, y me la banco” y, según la balanza del club, ya bajó casi tres, no debutara ante Colón… Este nivel de Fabbiani obliga a sus compañeros a no guardarse nada: sólo así evitarán odiosas comparaciones. Eso, justamente, los hace mejores futbolistas. Así como Ortega potenciaba a muchos en el River campeón, ahora es el Ogro el que les cambió la careta, les sacó presión, los invitó a jugar y pidió la pelota cuando otros botines se incendiaban. En un rato, pasó a ser el bueno de esta película. Para la próxima, la del “reencuentro” del Ogro y el Burro, falta…
¿Y como titular?
Al Gordo le gustaría jugar de entrada ya, pero entiende que Gorosito espere y lo lleve de a poco. Y Fabbiani cuándo va a ser titular?
A medida que pasan los partidos, la pregunta aumenta al tamaño del protagonista de la incógnita. Por eso, en cada aparición pública, Néstor Gorosito responde con paciencia, como si ya hubiera estudiado el discurso: “Vamos a ver… Yo lo que no quiero es perderlo. El está trabajando un poco más que el resto como para ir mejorando y recuperando tiempos. Tengo que hablar con el Tanque, verlo en la semana para tener un parámetro porque una cosa es jugar un rato y otra es hacerlo durante todo el partido… Lo que pasa es que le sobra calidad y con poquitos movimientos hace diferencia. El pase para el gol de Falcao es de baby porque habitualmente ahí el defensor abre las piernas y le pasa de caño”.
Hay elogio, pero también prudencia en las palabras del entrenador. Por eso, no desea apurar nada. Y el Ogro lo acepta: “Entiendo que Pipo me quiera llevar despacio, pero por mi ansiedad y manera de ser, me gustaría estar ya de entrada”, sostuvo.
Así, no hay una fecha puesta para que Fabbiani sea titular por primera vez con la camiseta de River. De un River que con él en la cancha cambiaría su forma de atacar porque el que perdería su lugar es Rosales, un atacante que no es de área como lo son Fabbiani y Falcao. Con ellos, por capacidad física, es el colombiano el que puede ir más por los costados, aunque el Ogro tampoco se incomoda si tiene que retrasarse y meter estiletazos (el 2-0 ante Banfield es un ejemplo concreto).
Pero para esto, por ahora habrá que esperar. ¿Hasta cuándo?
Qué locura
“Ahí tienen: eso es un líder positivo. ¿O me van a decir que alguien extraña a Abreu?”, comentó un dirigente de River, embaladísimo por las producciones de Fabbiani. Se ve que la ida del Loco dejó espinas clavadas. Y remató: “Seguro que pronto pide volver”.
El Ogro se hizo canción
Un músico fana de River compuso una marcha dedicada a Fabbiani. “Le va a gustar”, asegura. La música es pegadiza. La letra, tan real y descriptiva como graciosa. Sí, Fabbiani genera tanto en el hincha de River que ya tiene su propia marcha. “La compuse tras el 2-1 a Central y esa misma semana la grabé. La llevé el sábado al estadio pero no pude ver al Ogro. Mañana (hoy) voy a tratar de llevársela porque quiero que la escuche. Seguro que le va a gustar”, cuenta Javier Montes (aunque su verdadero nombre es Juan Pereira), de 57 años y autor del tema.
Montes es de Campana, jugó en Inferiores de River y quiso homenajear a Fabbiani como mejor sabe: cantando. También menciona que le hizo un tango a Messi (Tango Amor y gol) y que ahora desea filmar un video clip con el Ogro. “Es un fenómeno. Su llegada a River cambió todo, trajo alegría. Eso es lo que transmite la canción”.
“Si digo que jugamos muy bien, sería un mentiroso”
Gorosito festeja el presente del equipo pero los triunfos no le tapan el bosque: “La idea es dominar los partidos”. MARTIN BLOTTO | mblotto@ole.com.ar
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PIPO MUESTRA SU SONRISA, AUNQUE SE ENOJA CON LAS CRÍTICAS HACIA EL JUEGO DEL EQUIPO.
El actual técnico de River suele atribuirse como virtud que no vende humo. Es cierto: Gorosito no vende humo, pero sí echa humo cuando siente que no se reconoce su trabajo. Por eso, no le gustó escuchar ni leer en los medios que River no jugó bien ante Banfield. Pipo repitió ayer al mediodía (en La Red) que "pareció un castigo haber ganado", pero a la vez mostró su sinceridad. "Si yo sanateo y digo que el triunfo fue espectacular, que jugamos recontra bien o muy bien, sería un mentiroso de mierda".
Así, con su habitual vocabulario tribunero y sin filtro, Gorosito reconoce que este River que cosechó tres triunfos al hilo (uno en la Copa y dos en el torneo) aún está lejos de su ideal. “Yo estoy buscando que tratemos de jugar como lo hicimos contra Colón. La idea no es cambiar golpe por golpe, sino dominar los partidos, tener la pelota. Para mí en los tres partidos anteriores lo hicimos. Ayer (por el domingo) fue muy parejo, de lucha permanente”, analizó el DT.
Pipo deja muy claro que valora las victorias pero no se conforma: quiere un River más acorde a River. Y aunque aclara que aún no lo puede lograr con la regularidad que le gustaría, destaca los méritos del equipo. “Hay veces que el rival no te deja hacer lo que vos pretendés. Y ahí es cuando el equipo tiene que estar preparado para sobreponerse a eso. Por ejemplo contra Banfield, Ojeda atajó muy bien… Y que Abelairas haya clavado ese gol es virtud de Abelairas, que es un muy buen pateador. Entonces eso es virtud de los jugadores de River…”, se defendió.
Es cierto que el equipo no brilla, tan cierto como que los resultados mandan y que River necesita más los tres puntos que gustar, sobre todo después del catastrófico semestre anterior, en el que terminó último por primera vez en la historia. Gorosito conoce esas urgencias y prioridades, por eso hoy no reniega tanto de las formas. “Yo veo que cuando gana otro (¿lo dijo por Boca?) se dice que aparecieron los líderes, la vocación de equipo, que el equipo se preparó para luchar porque el partido se presentó así… En cambio con River no pasa eso, siempre se le exige que juegue bien”, comparó el hombre de rulos.
Fiel a su estilo, Pipo no tiene tanto apuro en seducir desde el juego. Por ahora prefiere la efectividad. Y mal no le va…
Son resultados para crecer
MARIANO DAYAN | mdayan@ole.com.ar Una cosa es decir que River no juega a nada, que sólo gana de suerte, que así no tiene perspectiva. Eso sí podría irritar a Gorosito, debería irritarlo. Y otra es explicar, alertar que no es ninguna maravilla, que le falta para satisfacer el histórico paladar negro de los hinchas. Lo que hay que contar también es que todo gran equipo, o buen equipo para ser menos exigentes, necesita armarse en base a triunfos. Y este River que venía desalmado en el verano hoy volvió a sentir, a latir, a tener sangre caliente. A ganar. ¿Que no luce? Tiempo al tiempo, no es momento de exigir eso, a no olvidarse de que dos semanas atrás se hablaba de un empate vergonzoso contra un Colón con uno menos y 2-0 arriba. Y hoy está primero, se supo reponer de varios golpes fuertes, tiene a un Fabbiani en ebullición, a un gran goleador que nunca te deja a gamba como Falcao, a Buonanotte que no se puede haber olvidado de jugar. Decir que está para campeón sería una locura. Pero los resultados son imprescindibles para crecer, para generar confianza hacia adentro y hacia afuera (hinchas y rivales). Y River, con pros y contras, hoy ya es otro.
¿Hoy qué pesa más: el resultado o la forma?
[u]Jugar bien para ganar
[/u]Para mí siempre hay que jugar bien para llegar a la victoria. En los 19 años que sigo la campaña de River, Gorosito es el primer técnico al que entiendo cuando habla con la prensa, porque no miente. El triunfo ante Banfield fortalece al equipo, pero también obliga a mejorar un montón de cuestiones porque el rendimiento aún no es el ideal. Lo bueno es que Pipo tiene claro el camino, conoce a River y sabe que River debe jugar bien.
Atilio Costa Febre. Relator.
Hoy importa el resultado
Coincido con Gorosito en el valor que le da al resultado. River gana hoy como ganaba el Boca de Bianchi o de Ischia y a nadie le importaba el cómo. Es cierto que son paladares distintos. A mí me gusta que River juegue bien, pero después de salir último en el torneo anterior, sólo quiero ganar. ¿De qué te sirve jugar bien y perder? Yo lo veo más ganador a este equipo, y creo que la actitud de Fabbiani tiene mucho que ver.
Carlos Monti. Conductor.
La historia nos juzgará
Hoy es muy difícil ganar un partido. Si luego la forma se condice con la historia, buenísimo; y si no, mala leche. El domingo no es que me fui de la cancha con bronca. En la película “Un domingo cualquiera”, Al Pacino les dice a sus jugadores que cada metro que pierden, lo gana el rival. Cada tres puntos que gana River, los pierde el rival… La historia juzgará. Además, no podés tener tanta mala suerte: ahora el croupier tira para acá.
Nacho Goano. Periodista.
El parate le llega en forma directa
Pompei será sancionado por la poca claridad de conceptos que tuvo en el tiro libre de Abelairas. “Hice un gesto erróneo y generó confusión”, dijo el juez. ANDRES MORANDO | amorando@ole.com.ar
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POMPEI QUEDA ENTRE LOS JUGADORES DE BANFIELD Y RIVER ANTES DEL REMATE-GOL DEL PITU.
El Colegio de Arbitros dará a conocer hoy las designaciones para la cuarta fecha del Clausura. El nombre de Juan Pablo Pompei no figurará. Será parado por ese polémico y confuso tiro libre (¿directo o indirecto?) que antecedió a la pegada de Abelairas y a la inacción de Lucchetti. "La verdad que levanté mal la mano", le admitió Pompei a Olé.
El organismo que conduce Jorge Romo toma este tipo de sanciones con los árbitros cuando éstos inciden negativamente en el resultado del partido. Y el informe del veedor Carlos Coradina es contundente en ese sentido: consigna que Pompei incurrió en una señal confusa y lo cuestiona por falta de claridad de concepto y divergencia con el reglamento. O sea, no dejó claro si el tiro era directo o indirecto. La actuación de Pompei también fue aplazada en la presentación de Miguel Scime, el veedor por televisión de la DFA (entidad que dirige Horacio Elizondo). “Ya pude hablar con Scime del tema. No sé si me van a parar. Pero si me toca, lo aceptaré”, agregó el árbitro que atendió amablemente el teléfono a pesar de la ola de críticas que recibió en las últimas horas.
Eso sí, los informes de los expertos no difieren en la sanción del foul. “Hay una infracción temeraria. Debería haber amonestado a Bustos. Además, siempre tuve la intención de sancionar tiro libre directo”, se descargó Pompei. También justifica que le pidió a Abelairas que esperara para patear, pero sí admite culpas por la manera en que levantó el brazo al pitar. “Hice un gesto erróneo y sin dudas que generó confusión”, agregó quien resumió los hechos con un lamento: “Fue una jugada desgraciada”.
[b]La avivada del Enano[/b]
El referí relató que Buonanotte fue el único que preguntó si era directo. Ahí le avisó a Abelairas. La avivada no puede ser considerada como una asistencia o pase-gol. Pero, en este caso, valió como tal. Ocurre que Buonanotte, con urgencia, le avisó a Abelairas que pateara directo al arco. Y el Pitu, por supuesto, la terminó mandando adentro.
El dato revelador de esta historia, que ya había sido anticipada por Olé en la edición de ayer, surge de las declaraciones que dio el propio Pompei. “Yo siempre tuve la intención de cobrar directo. Pero el único que me preguntó cómo era fue Buonanotte”, precisó. O sea, doble mérito para el Enano. Ya que esta vez no le pidió la bola a su compadre de la zurda y, encima, le dio la orden de pegarle al arco ante la predisposición de Banfield de esperar la segunda jugada.
De todos modos, varios jugadores de River trataron de darle la derecha al arbitraje. “En ningún momento vimos la señal de indirecto”, aseguró Ahumada. Pero el volante estaba mirando el pasto en el momento de la sanción, como consecuencia del impacto que tuvo con Bustos. Gorosito también trató de justificar la sanción de Pompei. El Enano todavía no dijo nada. Pero ya hizo lo suyo: se avivó a tiempo.
A la de Fiona no la pongo, porque creo que no va en Campo de Juego.
Pero si quieren leerlas:
“Si somos campeones, me caso…”
Lo mejor es la respuesta
Cara a cara
Saludos.- 
Volví a mi antiguo trabajo del 2008, jaja. Aunque a veces posteaba nota x nota.Lo de postear todo junto lo aprendí de uds. je.
qe grande.
