Huelga policial en Santa Cruz

Nose si estan enterados que en Santa Cruz se esta llevando a cabo una huelga de policias. Hace un rato escuché a un policia hablar y dijo que esto no es sólo por el salario, sino que tambien es porque “los policias sufrimos abusos y explotación”, entre otras cosas. Este mismo policia cuestionó el regimen verticalista de la policia del autoritarismo y la obediencia indiscutida al superior.
A todo esto, el gobernador amenaza con aplicar la ley de emergencia para pedirle al gobierno nacional que intervenga, es decir que mande fuerzas armadas nacionales (PFA, Gendarmeria, etc) para “establecer el orden”.

Las huelgas policiales

Una vez más tiene lugar una huelga de la Policía; esta vez, en la provincia de Santa Cruz. Hace un par de meses, una huelga en Misiones, relatada en Prensa Obrera, desató una crisis política en esa provincia. En ambos casos, apareció el reclamo de la sindicalización de la policía -algo que fue rechazado con vigor, otra vez más, por autoridades policiales y políticas. Otros críticos de este planteo, en especial en el oficialismo, advierten que los amotinados pretenden plasmar una asociación de fuerzas represivas, las que son manipuladas por camarillas formadas por la cúpula de las policías. Esto demuestra que es necesario, siempre, examinar cada situación concreta y evitar las generalizaciones.
También ha habido huelgas importantes de policías en Ecuador, el año pasado, y en Bolivia, hace muy poco. En esta último país, las huelgas policiales son frecuentes y consiguen apoyo popular y sindical.
Un relato interesante sobre este tipo de huelgas, en simultáneo con sublevaciones de tropas del ejército, se encuentra en un libro de aparición reciente, “Una historia popular de Londres”, cuyos autores son intelectuales reconocidamente de izquierda.

“LA CRISIS MÁS IMPORTANTE DESDE LA ÈPOCA DE LOS CARTISTAS”

(Hacia) el final del conflicto (la primera guerra mundial) (…), Gran Bretaña no era una excepción a la presión revolucionaria. El historiador Walter Kendal sostiene que “la evidencia muestra que la crisis que la sociedad británica enfrentó entre 1918 y 1920 fue probablemente la más seria desde la época de los Cartistas (…).
Las huelgas tuvieron una escala nacional y sus centros más avanzados no fueron necesariamente Londres. Probablemente, la huelga general de 1919 en el Clyside posea esta distinción. Pero la crisis de la maquinaria estatal, que era extrema, se concentró en la capital. En primera instancia, fue una crisis en las fuerzas armadas del Estado: el ejército y la policía. Los salarios de la policía habían sido erosionados por la inflación, por lo que se formó un sindicato policial -el Sindicato nacional de policías y oficiales penitenciarios (Nuppo)-, el cual (si bien fue clandestino desde su fundación en 1913) había conseguido un apoyo considerable, especialmente en Londres. Al tiempo que los conductores de autobuses en Londres, los trabajadores del algodón en Lancashire, los trabajadores ferroviarios galeses y los mineros de Yorkshire comenzaron la ola de huelgas de pos-guerra, la policía se vio arrastrada hacia el movimiento de trabajadores organizados: seis miembros del Nuppo formaban parte del Consejo de Sindicatos de Londres. Cuando, en agosto de 1918, el agente Tommy Thiel de la Policía Metropolitana fue dado de baja por sus actividades gremiales, la vasta mayoría de la Policía en Londres largó los bastones, dejando a la capital sin fuerzas capaces de mantener el orden. La huelga fue más fuerte en el centro de la ciudad y hubo piquetes volantes. Una fuerza de 600 hombres impuso el cumplimiento de la huelga. Se llevó a cabo una gran manifestación en Tower Hill.
El gobierno fue tomado desprevenido y el primer ministro, Lloyd George, se rindió a fin de ganar tiempo. En noviembre de 1918, el sindicato policial había crecido de 10.000 miembros, en agosto, a 50.000. Se llevaron a cabo manifestaciones masivas en el Royal Albert Hall, Trafalgar Square y Hyde Park. El gobierno reorganizó las fuerzas, nombrando un nuevo Comisionado para la Policía Metropolitana, Nevil Macready, un veterano de la represión de la huelga minera de 1910 en Tonypandy. Pero solamente luego de que el gobierno provocara una segunda huelga en Londres, en mayo de 1919, y que dieran de baja a 1.000 policías que se habían pronunciado a favor fue que se pudo controlar la situación.
Las huelgas policiales hubieran sido importantes por sí mismas, pero además coincidieron con las más extensas series de motines en el Ejército y en la Marina que las Fuerzas Armadas británicas jamás hayan experimentado. Otra vez, estos motines afectaron cada rincón del país. Pero en Londres, los amotinados entraron en confrontación directa con el gobierno y con el alto mando del Ejército. El primer motín de soldados ocurrió en Folkestone, en enero de 1919, cuando 10.000 soldados rehusaron embarcarse para prestar nuevamente servicio en el extranjero. Arrancaron una rápida desmovilización, la cual había sido resistida por el gobierno había resistido porque planeaba una intervención militar contra la Revolución Rusa. La chispa, que disparó otros conflictos en la capital y los alrededores, se encendió apenas los vespertinos londinenses informaron de estos hechos.
En Osterley Park, al oeste de Londres, estaban estacionados 3.000 hombres del Cuerpo de Servicios del Ejército, muchos de ellos ex choferes de ómnibus con experiencia sindical. Pedían la desmovilización; pero cuando no lograron respuesta, alrededor de 150 de ellos tomaron tres camiones y se dirigieron al centro de Londres con la intención de entrevistar a Lloyd George. Otros regimientos se unieron a ellos en Downing Street (NT: residencia del primer ministro), donde obtuvieron una desmovilización acelerada y la promesa de que ninguno sería enviado al extranjero. Este último punto fue importante cuando el día de la manifestación, la Pall Mall Gazette informó que “la agitación en el Cuerpo de Servicio, en Osterley y en otros lugares era atribuida a los repetidos rumores de que se estaban preparando planes para enviar una fuerza considerable a Rusia”.
El movimiento se expandió. En Grove Park, al sudeste de Londres, unos 250 choferes marcharon a entrevistarse con el oficial comandante en una barraca a 800 metros de su lugar de acampe y golpearon al sargento mayor que trató de detenerlos en las puertas. El 6 de enero en Uxbridge, al oeste de Londres, 400 hombres de la Armament School dieron vueltas las mesas en protesta por la mala calidad de la comida y marcharon hacia High Street cantando “Los británicos nunca serán esclavos” y “Cuéntame la vieja, vieja historia”. Al día siguiente, establecieron un comité de queja y enviaron una representación al Ministerio de Guerra. En Kempton Park -al sudoeste de Londres-, 13 camiones cargados con tropas se dirigieron al Ministerio de Guerra. En los camiones, se había escrito con tiza slogans tales como “Kempton está en huelga”, “Basta de dilaciones” “Estamos hartos” y “Basta de salchichas y conejos”. Eligieron una delegación de 11 miembros para negociar con el Ministerio de Guerra. Mientras tanto, alrededor de 400 marinos en el aeropuerto naval de Fairlop -cerca de Lifford- amenazó con ir a Whitehall (NT: centro administrativo del gobierno británico) si no se satisfacían sus demandas. Hubo más protestas en White City y Upper Norwood.
El 7 de enero, en Park Royal, alrededor de 4.000 soldados del ASC marcharon para conseguir una rápida desmovilización, jornadas más cortas de trabajo, no alistarse para ir a Rusia, un comité elegido y no recibir represalias. Se les prometió satisfacer la mayoría de sus demandas. Al día siguiente, una gran delegación llegó a Whitehall para presentar sus demandas al gobierno. En Paddington y nuevamente en Horse Guards Parade, el comandante del distrito de Londres, General Fielding, trató de detenerlos con amenazas de utilizar la policía. Los huelguistas lo ignoraron y marcharon a Downing Street, donde el ex Jefe del Estado Mayor General de Imperio, Sir William Robertson, salió a escuchar sus demandas. Siguieron las discusiones y se envió un general a Park Royal para investigar las quejas. Como resultado se agilizaron las desmovilizaciones y se llegó a un acuerdo para que nadie que hubiera estado en el exterior o fuera mayor de 41 años fuera reclutado para la conscripción, incluso para ser enviado a Rusia.

Las huelgas policiales : Prensa Obrera 1230

Nose si estan enterados que en Santa Cruz se esta llevando a cabo una huelga de policias. Hace un rato escuché a un policia hablar y dijo que esto no es sólo por el salario, sino que tambien es porque “los policias sufrimos abusos y explotación”, entre otras cosas. Este mismo policia cuestionó el regimen verticalista de la policia del autoritarismo y la obediencia indiscutida al superior.
A todo esto, el gobernador amenaza con aplicar la ley de emergencia para pedirle al gobierno nacional que intervenga, es decir que mande fuerzas armadas nacionales (PFA, Gendarmeria, etc) para “establecer el orden”.

Las huelgas policiales

Una vez más tiene lugar una huelga de la Policía; esta vez, en la provincia de Santa Cruz. Hace un par de meses, una huelga en Misiones, relatada en Prensa Obrera, desató una crisis política en esa provincia. En ambos casos, apareció el reclamo de la sindicalización de la policía -algo que fue rechazado con vigor, otra vez más, por autoridades policiales y políticas. Otros críticos de este planteo, en especial en el oficialismo, advierten que los amotinados pretenden plasmar una asociación de fuerzas represivas, las que son manipuladas por camarillas formadas por la cúpula de las policías. Esto demuestra que es necesario, siempre, examinar cada situación concreta y evitar las generalizaciones.
También ha habido huelgas importantes de policías en Ecuador, el año pasado, y en Bolivia, hace muy poco. En esta último país, las huelgas policiales son frecuentes y consiguen apoyo popular y sindical.
Un relato interesante sobre este tipo de huelgas, en simultáneo con sublevaciones de tropas del ejército, se encuentra en un libro de aparición reciente, “Una historia popular de Londres”, cuyos autores son intelectuales reconocidamente de izquierda.

“LA CRISIS MÁS IMPORTANTE DESDE LA ÈPOCA DE LOS CARTISTAS”

(Hacia) el final del conflicto (la primera guerra mundial) (…), Gran Bretaña no era una excepción a la presión revolucionaria. El historiador Walter Kendal sostiene que “la evidencia muestra que la crisis que la sociedad británica enfrentó entre 1918 y 1920 fue probablemente la más seria desde la época de los Cartistas (…).
Las huelgas tuvieron una escala nacional y sus centros más avanzados no fueron necesariamente Londres. Probablemente, la huelga general de 1919 en el Clyside posea esta distinción. Pero la crisis de la maquinaria estatal, que era extrema, se concentró en la capital. En primera instancia, fue una crisis en las fuerzas armadas del Estado: el ejército y la policía. Los salarios de la policía habían sido erosionados por la inflación, por lo que se formó un sindicato policial -el Sindicato nacional de policías y oficiales penitenciarios (Nuppo)-, el cual (si bien fue clandestino desde su fundación en 1913) había conseguido un apoyo considerable, especialmente en Londres. Al tiempo que los conductores de autobuses en Londres, los trabajadores del algodón en Lancashire, los trabajadores ferroviarios galeses y los mineros de Yorkshire comenzaron la ola de huelgas de pos-guerra, la policía se vio arrastrada hacia el movimiento de trabajadores organizados: seis miembros del Nuppo formaban parte del Consejo de Sindicatos de Londres. Cuando, en agosto de 1918, el agente Tommy Thiel de la Policía Metropolitana fue dado de baja por sus actividades gremiales, la vasta mayoría de la Policía en Londres largó los bastones, dejando a la capital sin fuerzas capaces de mantener el orden. La huelga fue más fuerte en el centro de la ciudad y hubo piquetes volantes. Una fuerza de 600 hombres impuso el cumplimiento de la huelga. Se llevó a cabo una gran manifestación en Tower Hill.
El gobierno fue tomado desprevenido y el primer ministro, Lloyd George, se rindió a fin de ganar tiempo. En noviembre de 1918, el sindicato policial había crecido de 10.000 miembros, en agosto, a 50.000. Se llevaron a cabo manifestaciones masivas en el Royal Albert Hall, Trafalgar Square y Hyde Park. El gobierno reorganizó las fuerzas, nombrando un nuevo Comisionado para la Policía Metropolitana, Nevil Macready, un veterano de la represión de la huelga minera de 1910 en Tonypandy. Pero solamente luego de que el gobierno provocara una segunda huelga en Londres, en mayo de 1919, y que dieran de baja a 1.000 policías que se habían pronunciado a favor fue que se pudo controlar la situación.
Las huelgas policiales hubieran sido importantes por sí mismas, pero además coincidieron con las más extensas series de motines en el Ejército y en la Marina que las Fuerzas Armadas británicas jamás hayan experimentado. Otra vez, estos motines afectaron cada rincón del país. Pero en Londres, los amotinados entraron en confrontación directa con el gobierno y con el alto mando del Ejército. El primer motín de soldados ocurrió en Folkestone, en enero de 1919, cuando 10.000 soldados rehusaron embarcarse para prestar nuevamente servicio en el extranjero. Arrancaron una rápida desmovilización, la cual había sido resistida por el gobierno había resistido porque planeaba una intervención militar contra la Revolución Rusa. La chispa, que disparó otros conflictos en la capital y los alrededores, se encendió apenas los vespertinos londinenses informaron de estos hechos.
En Osterley Park, al oeste de Londres, estaban estacionados 3.000 hombres del Cuerpo de Servicios del Ejército, muchos de ellos ex choferes de ómnibus con experiencia sindical. Pedían la desmovilización; pero cuando no lograron respuesta, alrededor de 150 de ellos tomaron tres camiones y se dirigieron al centro de Londres con la intención de entrevistar a Lloyd George. Otros regimientos se unieron a ellos en Downing Street (NT: residencia del primer ministro), donde obtuvieron una desmovilización acelerada y la promesa de que ninguno sería enviado al extranjero. Este último punto fue importante cuando el día de la manifestación, la Pall Mall Gazette informó que “la agitación en el Cuerpo de Servicio, en Osterley y en otros lugares era atribuida a los repetidos rumores de que se estaban preparando planes para enviar una fuerza considerable a Rusia”.
El movimiento se expandió. En Grove Park, al sudeste de Londres, unos 250 choferes marcharon a entrevistarse con el oficial comandante en una barraca a 800 metros de su lugar de acampe y golpearon al sargento mayor que trató de detenerlos en las puertas. El 6 de enero en Uxbridge, al oeste de Londres, 400 hombres de la Armament School dieron vueltas las mesas en protesta por la mala calidad de la comida y marcharon hacia High Street cantando “Los británicos nunca serán esclavos” y “Cuéntame la vieja, vieja historia”. Al día siguiente, establecieron un comité de queja y enviaron una representación al Ministerio de Guerra. En Kempton Park -al sudoeste de Londres-, 13 camiones cargados con tropas se dirigieron al Ministerio de Guerra. En los camiones, se había escrito con tiza slogans tales como “Kempton está en huelga”, “Basta de dilaciones” “Estamos hartos” y “Basta de salchichas y conejos”. Eligieron una delegación de 11 miembros para negociar con el Ministerio de Guerra. Mientras tanto, alrededor de 400 marinos en el aeropuerto naval de Fairlop -cerca de Lifford- amenazó con ir a Whitehall (NT: centro administrativo del gobierno británico) si no se satisfacían sus demandas. Hubo más protestas en White City y Upper Norwood.
El 7 de enero, en Park Royal, alrededor de 4.000 soldados del ASC marcharon para conseguir una rápida desmovilización, jornadas más cortas de trabajo, no alistarse para ir a Rusia, un comité elegido y no recibir represalias. Se les prometió satisfacer la mayoría de sus demandas. Al día siguiente, una gran delegación llegó a Whitehall para presentar sus demandas al gobierno. En Paddington y nuevamente en Horse Guards Parade, el comandante del distrito de Londres, General Fielding, trató de detenerlos con amenazas de utilizar la policía. Los huelguistas lo ignoraron y marcharon a Downing Street, donde el ex Jefe del Estado Mayor General de Imperio, Sir William Robertson, salió a escuchar sus demandas. Siguieron las discusiones y se envió un general a Park Royal para investigar las quejas. Como resultado se agilizaron las desmovilizaciones y se llegó a un acuerdo para que nadie que hubiera estado en el exterior o fuera mayor de 41 años fuera reclutado para la conscripción, incluso para ser enviado a Rusia.

Las huelgas policiales : Prensa Obrera 1230

No sean timidos comenten [MENTION=2264]Millonario80[/MENTION], [MENTION=23777]belenv[/MENTION], @kirchneristas, @progres, @macristas


La huelga policial no cesa en Santa Cruz, y podrían declarar la emergencia de seguridad

Diario NORTE - La huelga policial no cesa en Santa Cruz, y podran declarar la emergencia de seguridad

Tienen que declarar la emergencia de seguridad viejo (tengo entendido que hoy a la tarde se lo pidieron a Garre), lo que han robado en estas dos semanas nunca se vió en santa cruz.

Por otro lado totalmente justo el reclamo de la policía, pero como es allá en el sur bien lejos a nadie le importa lo que pase.

El tema es que la gendarmeria o la fuerza que vaya a Santa Cruz no va ir a darle seguridad a la gente, va ir a reprimir a los policias.

Si de todos modos no creo que el gobierno nacional mande gente para santa cruz, Cristina va a aprovechar este problema para que quede mas expuesto Peralta y como siempre el perjudicado es el pueblo.

Ademas si reprimen se les arma tremendo lío (mas del que ya tienen) porque lo mal que esta la provincia en todo sentido (educación, salud, economía) es increíble, hasta los servicios como el agua y el gas escasean.

Lo que está choreando el kirchnerismo en santa cruz es un poroto a lo que se muestra acá en capital.

Como anticipabamos…

Garré manda gendarmes a Santa Cruz

Garré manda gendarmes a Santa Cruz - Política - Perfil.com

Viejo vienen caminando los gendarmes? hay 9 gendarmes en el centro en una ciudad de 50 mil habitantes, caminando 3 cuadras a la redonda, no piensan ir a los barrios? nos estan tomando el pelo.

Es vieja esta nota, pero esta muy buena…

Santa Cruz: la huelga policial

El gobernador Peralta ha reclamado al gobierno nacional el envío de fuerzas de seguridad de la Nación, luego que no pudo desmovilizar , durante 15 días, una huelga policial, a pesar de los ataques del poder político y de varias ofertas de aumento salarial. Los encargados de mantener el orden en la provincia, fundamentalmente contra las luchas obreras, no soportan más las condiciones sociales de su labor: salarios muy bajos y una organización carcelaria de la fuerza. Debido a esta rebelión, la Presidenta ha suspendido los viajes a Calafate. La rebelión de los defensores del Estado contra el Estado que defienden, es una expresión elevada de disolución política. El llamado ajuste o sintonía fina ha concluido, provocando una sublevación de los encargados de reprimir sublevaciones. El gobierno provincial se encuentra en una situación política desesperante, toda vez que desde el inicio de su segundo mandato ha sufrido la deserción del kirchnerismo por orden de la Rosada. La mayoría oficialista conseguida en las elecciones ha dado paso a un gobierno minoritario. La crisis fiscal de Santa Cruz raja las paredes, en momentos en que a nadie se le ocurre pedir adelantos a las petroleras, con YPF intervenida por el gobierno nacional y con las otras afectadas por crisis con las contratistas, como en Chubut, o en cortocircuito con los K, luego de los episodios últimos.
Los policías han recurrido a la huelga, la movilización, las asambleas, la elección de delegados y el acampe. Han insinuado un reclamo de organización sindical y han organizado una asociación civil. En algunas comisarías, la tropa exige la renuncia de los comisarios que enfrentaron el movimiento.
La Mesa de Unidad Sindical de Santa Cruz declaró su apoyo al reclamo salarial de la policía, e incluso invitó a los familiares de los huelguistas a participar de una marcha por el aumento salarial para todos los estatales y el cobro del aguinaldo. Los familiares decidieron no participar. El puente hacia el movimiento policial, a través de los familiares, quedó bloqueado.
En el movimiento se observan tendencias diferentes. Algunos hacen eje en el tema salarial, otros apuntan a una sindicalización en el marco de una reforma de la fuerza. Uno de los petitorios originales reclamaba la libertad de los policías de Las Heras que participaron del asesinato de un piquetero. La represión policial es moneda corriente contra todas las luchas recientes de Santa Cruz.
Una sindicalización de la policía (tropa) solamente sería tal si se integrara (subordinara) al movimiento sindical; confinada al marco de la propia fuerza sería una corporación manipulable por mandos o punteros. En algunos países la sindicalización de la tropa policial se encuentra reglamentada (Francia), lo cual significa que está sujeta a límites insalvables en materia de acción reivindicativa y de participación política, y a la intervención del Estado. La organización de la tropa policial en un sindicato que forme parte del movimiento obrero, ha ocurrido en situaciones de doble poder en la sociedad, o que apuntan a él. La Mesa de Unidad Sindical ha procedido muy bien al invitar a los familiares de los policías a participar de una movilización común con los sindicatos de Santa Cruz, pero todavía sería mejor si se delimitara con un planteo que convoque a la organización de un sindicato de la tropa policial en el marco del movimiento obrero. Los policías rechazan esta posibilidad porque entienden que conduciría a un despido masivo y a penalidades severas. Por otro lado, la dificultad para que la Mesa haga este planteo es que ella misma, al igual que lo que ocurre con todo el sindicalismo oficial, rechaza la perspectiva de un desarrollo histórico del movimiento obrero en términos potenciales de doble poder frente al Estado capitalista. El movimiento sindical, en Argentina, no es independiente – acepta y promueve la reglamentación del Estado y la intervención de los ministerios de Trabajo. La crisis que ha abierto el oficialismo en la CGT amenaza con pulverizar este ordenamiento estatizante.
Lo que más ayudaría a ganar, en forma progresiva, a los sectores policiales más afines al pueblo, sería una victoria de la Mesa de Unidad Sindical y de todos los sindicatos contra el ajuste de Peralta y sus primos camporistas. Verían en el movimiento obrero a la única fuerza social capaz de liquidar la miseria capitalista y el abuso de autoridades civiles o policiales.

Santa Cruz: la huelga policial : Prensa Obrera 1231

Denles un aumento a los canas, encima que se tienen que bancar las piedras de los pibitos del PO…

Retrocedieron CFK y Peralta

Después de 20 días de huelga policial, de innumerables movilizaciones y de la caída del Secretario de Seguridad, los policías en huelga y el gobernador Peralta en persona firmaron un aumento salarial del 35,9% al básico -desde julio-, el cual llega al 41% en febrero de 2013. Los tres escalones más bajos del escalafón -agentes, cabos y cabos 1°- recibirán durante siete meses una suma fija de 400 pesos para indumentaria. También se fija la jornada laboral de 48 horas semanales y de ocho diarias. Se reglamentarán los adicionales, para que se les reconozca el 100% en domingos y feriados, también la diferenciación por servicios nocturnos y en la calle
Se crea un consejo del salario y de defensa de las condiciones laborales, con representantes de las distintas localidades, y otro de seguimiento del funcionamiento y reformas de la fuerza, con integrantes del Legislativo, Ejecutivo y cinco miembros de la Policía con representación de cada uno de los estamentos, desde los agentes hasta los jefes superiores.
El acta fue incorporada al decreto por exigencia policial, lo que le costó a Peralta casi 24 horas más para cerrar el conflicto. Es que en el acta se comprometen a no sancionar ni descontarle el salario a los huelguistas
Si bien no se ha legalizado un sindicato, los compromisos de negociación a futuro configuran una especie de “paritaria”.
Por otro lado, la Mesa de Unidad Sindical ha consensuado un reclamo con un piso en el 35% y se convocadaron asambleas para la primera semana de agosto, para organizar el plan de lucha.
De inmediato, el ministro de Economía Ivovich -quien cobra una fortuna como director de YPF- dijo que la provincia no puede negociar salarios este año y que la pauta salarial será cero, para todos los sectores.
Está planteado el inicio de una lucha de conjunto por el salario.

Retrocedieron CFK y Peralta : Prensa Obrera 1232


La CTA convoca a Congreso para sindicalizar a la policia

El sábado 21, mientras estábamos emitiendo el programa de radio “Patagonia Obrera” por la News, se acercó un grupo de integrantes del Sindicato Policial de Chubut, quienes estaban desde hacía unos días manifestándose en Río Gallegos para solidarizarse con los policías de Santa Cruz -nosotros ya sabíamos que en el acampe policial se estaba escuchando nuestro programa. Los invitamos al estudio. A continuación transcribimos la parte más destacada del reportaje realizado a Carlos Michia -secretario general- y a Dante Rocha.

-¿Cuándo se constituyó el sindicato de policías en Chubut?

CM: Se constituyó en 2003, como cualquier otro sindicato de trabajadores. Los policías consideramos que somos parte del pueblo, entonces tenemos los mismos derechos y las mismas condiciones para acceder a la sindicalización. Esta es una herramienta muy eficaz, no solamente a los efectos de luchar por los derechos laborales y sociales de los trabajadores. Las experiencias internacionales han demostrado -especialmente en Europa, donde existen sindicatos policiales- que los índices de inseguridad son menores, así como es menor la corrupción policial.

-¿Se los reconoce legalmente?

DR: En el país y en todas las provincias pasa lo mismo. La Organización de las Naciones Unidas ha aconsejado a los Estados miembro la sindicalización de sus fuerzas policiales. Nosotros somos cuerpos civiles uniformados, al servicio de la comunidad y de los habitantes. De ahí nace la gran confusión que hay, por la que a nosotros se nos pasa a considerar como parte de las fuerzas armadas o de los cuerpos militarizados, cosa que no somos, porque no hemos tenido esta formación. Nosotros decimos que somos fuerzas de la democracia. Yo los escuchaba a ustedes, cuando hace rato hablaban de la utilización que se hace de las fuerzas policiales como elemento de represión del Estado. Esto también lo venimos a plantear desde el movimiento sindical policial hace muchísimo tiempo. La Federación Argentina de Sindicatos Policiales ha nacido en 2000; no es una cosa nueva, aunque ahora se ha instalado gracias a este conflicto de Santa Cruz. La CTA está convocando para el mes que viene a un congreso, en el que se va a hablar de la sindicalización policial. El Estado nos niega el derecho, porque prefiere usarnos como herramienta de represión, que no es una función específica que nosotros tengamos que cumplir. Por ejemplo, una de las experiencias más ricas que hay en Latinoamérica es el Sindicato de Policías del Uruguay, el cual no permite que sus hombres sean utilizados como elementos de represión del Estado.

-¿Lo tienen como parte de los estatutos?

DR: Está asentado en el seno de la Central Unica de Trabajadores del Uruguay y por ley en Uruguay. En Argentina hay un vacío legal, porque no existe una prohibición expresa en lo que hace a la sindicalización; entonces, todo aquello que no está prohibido está permitido -artículo 19° de la Constitución Nacional-; somos hombres de derecho. Lo que ocurre es que nos han utilizado siempre como elementos de represión del Estado y hoy se encuentran con un grupo de policías que piensan distinto, que actuamos de manera distinta. Somos concientes de que nos queda un trabajo muy duro para realizar dentro de cada una de las dependencias policiales y para hacerle entender este mensaje que hoy estamos transmitiendo a la comunidad, a los hombres y mujeres que hoy integran las distintas policías del país. En ese camino estamos, y vamos a seguir en la pelea para que se respete la libertad sindical y para que los policías podamos estar definitivamente sindicalizados a lo largo y lo ancho del país.

-¿Cómo ven el reclamo de Santa Cruz?

CM: Nosotros, en principio, como sindicato de base de la Federación de Policías y Penitenciarios, venimos a apoyar esta lucha legítima que hay que destacar por su manera pacífica, donde los policías solamente ejercen el derecho de peticionar a las autoridades. Creo que los policías no solamente de Santa Cruz, sino de todo el país ganan la mitad de lo que necesitan para vivir. Acá estamos hablando de una canasta básica de 12.000 pesos y los policías no ganan ni siquiera la mitad. Y aun con este pequeño aumento que se les va a dar, muchos siguen estando por debajo de la línea de pobreza. Entonces, se trata de una situación muy difícil: los sindicatos policiales luchan por estas cuestiones, por la justicia salarial que debe tener este conjunto de trabajadores. Nosotros estamos muy contentos por las ganas, por la garra que le puso esta policía. Hubo más de dos cuadras de manifestantes y otras dos cuadras de autos. Eso nos enorgullece y nos motiva para seguir luchando en pos de este derecho, al que hoy el gobierno viene negando sin argumentos válidos. El Ministerio de Trabajo de la Nación niega la constitución de sindicatos policiales, porque traería aparejada la “rotura de mandos”. Esto queda por tierra con lo que pasa en la provincia de Santa Cruz, porque sin que haya un sindicato policial, la cadena de mandos hoy no existe. Evidentemente, lo que quiebra la cadena de mandos son las injusticias, las amenazas y las presiones. El sindicalismo policial viene para luchar por todo esto, pero no solamente por las cuestiones sociales y laborales de los compañeros policías: una policía mejor remunerada, más capacitada, más profesionalizada, sin el molde militar y democratizada será una policía más eficiente para combatir el delito. Nos vamos muy contentos de esta provincia y felicitamos a los compañeros, a los familiares y a los retirados, quienes han estado todos juntos en esta lucha.

-Hay planteos oficialistas de sindicalización policial sin derecho a huelga. ¿Qué opinan?

DR: -Ocurre que el derecho a huelga es un derecho constitucional y los trabajadores no debemos nunca renunciar a nuestros derechos. Se podrá limitar, por tratarse de un servicio esencial que se presta a la comunidad; pero nunca renunciar a ese derecho. El Estado debe entender que no lo puede prohibir. Todavía la medida de fuerza en Santa Cruz no se ha levantado y no se va a levantar hasta que no haya documentación respaldatoria de que no va a haber sanciones, porque todas esas son consecuencias que el movimiento sindical de los policías sufrimos. Nosotros en Chubut, en el mes de abril, tuvimos una dura batalla contra el gobierno de la provincia, tratando de lograr alguna reivindicación salarial, y terminamos detenidos. Allí, la jueza y la fiscal entendieron que no había delito y nos liberaron inmediatamente, por eso seguimos siendo miembros activos de la policía de Chubut y seguimos trabajando en el sindicalismo, porque estamos convencidos de que es la herramienta válida para solucionar un montón de problemas. Muchas gracias.

La CTA convoca a Congreso para sindicalizar a la Policía : Prensa Obrera 1232

Es que va a pasar algo parecido a lo de Alperovich. Hay gobiernos provinciales que no importa el partido por el que legaron, no hay nadie dispuesto a defenderlos