"Hoy, más que solidaridad, necesitamos participación política"

Me había referido a una nota en la TV a [COLOR=Red]Juan Carr[/COLOR]sobre Hambre Cero y política, debatimos con Luis sobre ella, y acá encontré un fragmento o resumen de esta nota que le hicieron en La Nación donde dice prácticamente lo mismo. La comparto:

-¿El hambre está por ser derrotada?

-Sí, es inminente. En este momento, de cada 23 argentinos, uno tiene hambre. Es el momento de nuestra historia en el que hay menos hambre.

-¿Cómo fue el proceso de reversión del número de argentinos con hambre?

-En 1998, 1999, antes de la crisis, teníamos un número catastrófico: entre 24 y hasta 36 menores de seis años morían desnutridos en la Argentina. La crisis de 2000 consolida ese número. El hambre luego empieza a bajar por un montón de motivos, pero, sobre todo, por la producción del campo, por la generación de empleo, por la calma generada. Con el gobierno de Néstor Kirchner, en 2003, estábamos en las 12 muertes diarias. Y ahí viene un momento muy increíble con la política social del Presidente y de su hermana, de muchos gobiernos locales y la producción del campo, que empieza su explosión y genera trabajo en negro, en blanco, o changas. Así bajamos de 12 a ocho muertes diarias. Les salvamos la vida a 3000 chicos por dos actores clave, el Gobierno y el campo, que cuatro años después terminan chocando. Después viene un amesetamiento en ocho muertes diarias y el último impacto es la asignación universal, con el que habremos bajado una o dos muertes diarias. ¿Qué es lo que ahora pasa? De 1.700.000 personas que tienen hambre en la Argentina, de los cuales tendremos un piso de 40.000 menores de seis años desnutridos, a la tercera parte la ubicamos ya mismo en comedores y escuelas. Tendría que salir a buscar el resto, pero es muy difícil saber dónde están: unos 600 mil que son, sobre todo, de los pueblos aborígenes o algunos lugares inaccesibles de grandes ciudades. Si a 38 millones de personas les llega la comida a la mesa tendría que llegarles a dos millones, pero para eso hace falta el acuerdo soñado del Gobierno, los gremios, las cooperativas, la economía, la política, la comunicación. No hay un problema alimenticio, el problema es este acuerdo: hay que hacer casi una distribución artesanal, hay comedores de la izquierda, otros de los sectores democráticos de derecha, otros de los judíos, otros de la Iglesia… Para paliar el hambre hace falta un paquete de comida, pero para terminar con el hambre hace falta educar. Ese es el segundo paso. La economía va a crecer y hay que distribuir mejor, pero temo que la dirigencia general, no sólo la política, se lleve puesta esa ventaja que vamos a tener por su propia confusión, por este juego de egos, de individualidades.

-¿Y los índices de pobreza se mantienen? Tenemos 7, 8 millones de pobres.

-Sí. Y cuando pase el proceso eleccionario se le puede pegar otro golpe. Es mi esperanza. Lo que no puede generar la solidaridad es empleo. Y el trabajo depende del capital: sueño con una alianza entre el mundo privado y el público para que pongan dinero a pérdida y generen 10.000, 20.000 o 50.000 empleos. Ese acuerdo tendría un enorme impacto laboral, sobre todo por la condición dignificadora del trabajo. La Argentina tiene 1.500.000 adultos desocupados y subocupados, y la mitad posiblemente nunca consiga empleo.

-Algunos interpretaron que el conflicto de Soldati también se desató por el aumento de la desocupación y el impacto de la inflación entre los más pobres. ¿No es así?

-Normalmente, el que gobierna dice que está terminando con la pobreza y la oposición asegura que la pobreza está aumentando. A mí mismo me gustaría mucho más hablar de hambre y de pobreza, pero me cuesta mucho. Cuando digo: “En la Argentina hay 1.700.000 hambrientos, pero estamos más cerca que nunca del hambre cero”, esa frase, partida en dos, yo sé en qué titulares y en dónde figurarían mañana. Es tremenda la fragmentación de la Argentina, pero lo sé y no tengo tanta autoridad ni tanto poder como para que me tomen la frase entera.

-Alguna vez le preguntaron por qué no se dedicaba a la política y usted contestó que lo que hacía era política pura…

-…Estoy cada vez más político. Necesito que todo el mundo se meta de nuevo en los partidos. Necesito nuevos socialistas, nuevos radicales, nuevos peronistas, nuevos dirigentes de Pro.

Me había referido a una nota en la TV a [COLOR=Red]Juan Carr[/COLOR]sobre Hambre Cero y política, debatimos con Luis sobre ella, y acá encontré un fragmento o resumen de esta nota que le hicieron en La Nación donde dice prácticamente lo mismo. La comparto:

-¿El hambre está por ser derrotada?

-Sí, es inminente. En este momento, de cada 23 argentinos, uno tiene hambre. Es el momento de nuestra historia en el que hay menos hambre.

-¿Cómo fue el proceso de reversión del número de argentinos con hambre?

-En 1998, 1999, antes de la crisis, teníamos un número catastrófico: entre 24 y hasta 36 menores de seis años morían desnutridos en la Argentina. La crisis de 2000 consolida ese número. El hambre luego empieza a bajar por un montón de motivos, pero, sobre todo, por la producción del campo, por la generación de empleo, por la calma generada. Con el gobierno de Néstor Kirchner, en 2003, estábamos en las 12 muertes diarias. Y ahí viene un momento muy increíble con la política social del Presidente y de su hermana, de muchos gobiernos locales y la producción del campo, que empieza su explosión y genera trabajo en negro, en blanco, o changas. Así bajamos de 12 a ocho muertes diarias. Les salvamos la vida a 3000 chicos por dos actores clave, el Gobierno y el campo, que cuatro años después terminan chocando. Después viene un amesetamiento en ocho muertes diarias y el último impacto es la asignación universal, con el que habremos bajado una o dos muertes diarias. ¿Qué es lo que ahora pasa? De 1.700.000 personas que tienen hambre en la Argentina, de los cuales tendremos un piso de 40.000 menores de seis años desnutridos, a la tercera parte la ubicamos ya mismo en comedores y escuelas. Tendría que salir a buscar el resto, pero es muy difícil saber dónde están: unos 600 mil que son, sobre todo, de los pueblos aborígenes o algunos lugares inaccesibles de grandes ciudades. Si a 38 millones de personas les llega la comida a la mesa tendría que llegarles a dos millones, pero para eso hace falta el acuerdo soñado del Gobierno, los gremios, las cooperativas, la economía, la política, la comunicación. No hay un problema alimenticio, el problema es este acuerdo: hay que hacer casi una distribución artesanal, hay comedores de la izquierda, otros de los sectores democráticos de derecha, otros de los judíos, otros de la Iglesia… Para paliar el hambre hace falta un paquete de comida, pero para terminar con el hambre hace falta educar. Ese es el segundo paso. La economía va a crecer y hay que distribuir mejor, pero temo que la dirigencia general, no sólo la política, se lleve puesta esa ventaja que vamos a tener por su propia confusión, por este juego de egos, de individualidades.

-¿Y los índices de pobreza se mantienen? Tenemos 7, 8 millones de pobres.

-Sí. Y cuando pase el proceso eleccionario se le puede pegar otro golpe. Es mi esperanza. Lo que no puede generar la solidaridad es empleo. Y el trabajo depende del capital: sueño con una alianza entre el mundo privado y el público para que pongan dinero a pérdida y generen 10.000, 20.000 o 50.000 empleos. Ese acuerdo tendría un enorme impacto laboral, sobre todo por la condición dignificadora del trabajo. La Argentina tiene 1.500.000 adultos desocupados y subocupados, y la mitad posiblemente nunca consiga empleo.

-Algunos interpretaron que el conflicto de Soldati también se desató por el aumento de la desocupación y el impacto de la inflación entre los más pobres. ¿No es así?

-Normalmente, el que gobierna dice que está terminando con la pobreza y la oposición asegura que la pobreza está aumentando. A mí mismo me gustaría mucho más hablar de hambre y de pobreza, pero me cuesta mucho. Cuando digo: “En la Argentina hay 1.700.000 hambrientos, pero estamos más cerca que nunca del hambre cero”, esa frase, partida en dos, yo sé en qué titulares y en dónde figurarían mañana. Es tremenda la fragmentación de la Argentina, pero lo sé y no tengo tanta autoridad ni tanto poder como para que me tomen la frase entera.

-Alguna vez le preguntaron por qué no se dedicaba a la política y usted contestó que lo que hacía era política pura…

-…Estoy cada vez más político. Necesito que todo el mundo se meta de nuevo en los partidos. Necesito nuevos socialistas, nuevos radicales, nuevos peronistas, nuevos dirigentes de Pro.

creo que en esto tiene mucho que ver la educacion, no solamente el aumento o disminucion del empleo… me parece que es un trabajo mucho mas integral que el implemmentar planes sociales

Los pibitos que abren las puertas en constitución están ahí y no en un ámbito educacional porque sus padres están desocupados, fruto de una década de reviente financiero. En limpio: con empleo, cosecha educacional…

Es excelente la frase: “En la Argentina hay 1.700.000 hambrientos, pero estamos más cerca que nunca del hambre cero”, esa frase, partida en dos, yo sé en qué titulares y en dónde figurarían mañana. Es tremenda la fragmentación de la Argentina, pero lo sé y no tengo tanta autoridad ni tanto poder como para que me tomen la frase entera."

claro… pero hay estamentos sociales aun mas bajos aunque cueste creerlo, en los que los padres de familia tienen tan disotorsionados los valores fruto de tantos años de carencias, de desnutricion, de falta de vitaminas, que ven como conveniente, con la plata que reciben de alguna ayuda social, comprarse un celular último modelo o un equipo de musica a todo culo a utilizar ese dinero en comprar alimentos… mas de una vez conté que una amiga que labura en un hospital de aqui de Jujuy, en las recorridas que ellos hacen a hogares carenciados, llegaron a visitar casas con piso de tierra, paredes de chapas de cartón, pero con TV de plasma…

Pasa que los pobres también entran en el sistema posmoderno y consumista tanto, como lo entra un adolescente de clase media que mira todo el día los programas de Cris Morena. Es la respuesta que encuentro a tu ejemplo.

yo creo que es gente que creció con muchas carencias, con lo cual de adultos tienen un nivel intelectual mas bajo que el resto de la sociedad… se acostumbrò a no comer un día, dos, a tomar mate en el almuerzo, en la cena, que de esa manera crian tambien a sus hijos, no lo ven con algo malo sino al contrario, lo ven como “normal”, que a su vez crecerán con las mísmas limitaciones… me parece que es un círculo vicioso muy dificil de romper.


gente que recibe leche en polvo de los hospitales con programas de lucha contra la desnutricion, pero que en vez de darle a sus hijos que tienen un determinado canal de desnutricion, las venden, con lo cual, conciente o inconcientemente, están haciendo que esos niños nunca salgan de ese canal de desnutricion, con lo cual se “aseguran” que les sigan dando la leche.

¿Cómo hacés para definir el nivel intelectual de una persona?. ¿Lo asociás con su clase social?. ¿Cómo definirías intelectualmente a un votante del barrio de Recoleta, Palermo, Caballito, que creció sin carencias ni problemas nutricionales y votó a un semianalfabeto como intendente de la ciudad de Buenos Aires?.

una sicopedagoga en una escuela enseguida te determina que chico tiene problemas y que chicos no… si un niño por ejemplo se duerme en clases, hacen llamar a los padres a una entrevista para determinar las causas de esto, que pueden ser muchas: desde que se acuesta tarde por ver la TV hasta que se alimenta con cagadas o directamente no se alimenta… el nivel inetelectual de una persona no tiene que ver con que si es hincha de River que juega mas lindo o del boca de Borghi que por ahí te resulta inentendible como podés ser hincha de ese equipo, o con que si lo votó a Macri o a CFK, si vive en la Recoleta o en el barrio Alto Comedero de SS de Jujuy… el nivel intelectual se determina con otros parámetros, hay standares que se establecen, en la escuela es lo mas común y conveniente, y hay niños que los cumplen y niños que no…

Creo que Luis se refiere al desarrollo del cerebro o sistema nervioso, que es el último órgano afectado por la falta de nutrientes, pero que en casos extremos, no llega a desarrollarse. Lo que dices tú, Angelito, es más atribuible al marketing y al consumismo llevado a la política. El mismo nombre PRO surgió de un publicista.

Hace bastante que discutimos esto:

La clase media argentina es “tilinga”, suele llevar el consumismo a todos los ámbitos, suele ser hueca en ciertos aspectos. Pero las clases populares también tienen vicios en sus ámbitos. Viven necesitando símbolos de status cuando su situación económica mejora, en vez de trasladar esa mejora a a una mejor calidad de vida general. Criarse con carencias y sobrevivir hace que superar estas carencias lleve más tiempo en la cabeza que en el bolsillo.

Respecto al consumismo de los prgramas de Cris Morena (que tienen un montón de “chivos”) un programa, para encajar estos anunciantes en el guión ponían huérfanos con notebooks lenovo, celulares de alta gama de ersonal, Direc TV Plus y ropa 47 ST. :mrgreen::mrgreen::mrgreen:

Te puse esa pregunta para acabar con esa falacia que el pobre está en condiciones inferiores intelectuales ante alguien con las necesidades básicas cubiertas.

Por internet anda dando vueltas un video con preguntas a gente que pasa una calle en u$a. Dá vergüenza ajena las barbaridades que contestan y no me parecieron que dormían en la calle justamente.

Un pobre no, alguien que apenas come, tampoco. Un desnutrido extremo sí. Se ve afectado su desarrollo.
Por otro lado, es obvio que la estupidez existe en todas las clases sociales

evidentemente un niño que no recibe una alimentacion balanceada, en proteinas, vitaminas y no se cuantas pistolas mas, está en desventaja con un niño que si las recibe, eso es innegable… los problemas al respecto que se observan en un colegio de clase media/alta no son los mismos que se observan en una escuela de una villa… generalmente un niño que se duerme en una colegio de clase media/alta, se duerme porque se quedó jugando a la play hasta las dos de la mañana o porque los padres entran a laburar temprano y no tienen con quien dejarlo y entonces levantan al chico a las 6 de la mañana y el pobre pibe se tiene que comer una hora sentado en la sala de espera hasta que llega la hora de clase… en una escuela de una villa, un chico que se queda dormido es porque no desayunò bien o directamente no desayunó… por supuesto que esto no es estricto, pero en lineas generales las cosas son bien distintas en uno y otro ámbito

Claro. Me estaba refiriendo a los sectores más vulnerables. Derribar las premisas gorilas -no por lo que marcaba Luis-, sino, las premisas de los “clientes”, de la conveniencia del pj en “fabricar pobres” y todas esas pelotudeces que se vienen reciclando desde la fusiladora en el 55 hasta el día de la fecha.

Lo más gracioso es que los que instalan eso son justamente, los que votaron al cliente de Durán Barba en la caba…

Por eso rescataba, más allá de que sus métodos no sean los mejores, algo que incorporaban los centros educativos o de apoyo escolar de la Tupac, que incluía el espacio “Autoestima”. Para mí, ese punto es un golazo. Hay otras cosas valiosas, y tantas cuestionables, pero a la larga pienso en un salto de calidad en el pensamiento de las clases de bajos ingresos. El dejar de verse a ellos mismos de forma despectiva (los pobres, los negros, etc) es fundamental para que arovechen sus oportunidades de mejor manera

Habló muy bien ese Juan Carr. Me gusta lo que dijo, y está bien que se ponga en político. Argentina necesita burguesía industrial al servicio de la generación de trabajo y mejoras sociales. No un grupo de empresarios que para explotar a la personas Argentina es el mejor país del mundo pero para guardar el dinero prefieren la seguridad bancaria de Uruguay.