FESTEJOS A 20 AÑOS DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN

Tres viejos amigos, por la reunificación

http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=32123

Mijaíl Gorbachov, George Bush padre y Helmut Kohl conmemoraron la reunificación de Alemania y recordaron el proceso histórico que finalizó la Guerra Fría

Quien transita por las calles de Berlín se encuentra con el vestigio de un muro, dibujado y derruido por el paso del tiempo. La visión era distinta hace veinte años cuando esa pared de concreto, conocida en Occidente como el Muro de la Vergüenza, separaba una nación y un pueblo en dos mitades: la comunista República Democrática Alemana, controlada por la Unión Soviética, y la República Federal Alemana, bajo supervisión de los EE.UU…
Tras cientos de muertes y un creciente repudio internacional, el 9 de noviembre de 1989 los ciudadanos alemanes dijeron basta a una separación originada por los efectos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Las voces y manos que derrumbaron el Muro de Berlín fueron impulsadas por una concertación política y un acuerdo que sumió a Europa en una anhelada paz.
A pocos días del acto conmemorativo, los impulsores de esa impronta se reunieron este viernes en la antigua ciudad alemana y reflexionaron sobre los pasados acontecimientos. El ex canciller alemán Helmut Kohl, y los ex presidentes de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov, y de Estados Unidos, George Bush, fueron eje del homenaje.
En 1989, Berlín estaba dividida y ocupada como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Un año más tarde, Alemania se reunificaba bajo el gobierno de Kohl y con el beneplácito de Gorbachov y Bush.
“Después de todo lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, muchos pudieron pensar que iba a ser imposible que rusos y alemanes se acercaran entre ellos. Fueron tiempos difíciles”, dijo Gorbachov, que recordó como 30 millones de rusos murieron durante el conflicto.
“Nosotros tres participamos en el proceso que llevó a la caída del muro y a la unidad de Alemania. Pero los verdaderos héroes fueron otros”, dijo Gorbachov en referencia a todos los funcionarios que participaron de las aproximaciones entre rusos y alemanes después de 1945.
Con dificultades para expresarse y en silla de ruedas, Kohl -el ex jefe de gobierno alemán y el “arquitecto” de la reunificación alemana- caratuló como “un golpe de suerte” el espíritu cooperativo que reinó entre los mandatarios y ensalzó a Bush padre y a Gorbachov, con quienes lo une una amistad surgida de aquella época.
“Los dos fueron un regalo del cielo para nosotros. La reunificación no cayó del cielo pero el cielo nos ayudó”, dijo Kohl.
“Perdona, Helmut, pero tengo que decirlo. Nosotros no nos entendimos desde el comienzo”, dijo Gorbachov, a lo que Kohl respondió con una sonrisa y el público con una carcajada, recordando tal vez unas desafortunadas declaraciones de Kohl a comienzo de los 80. En esa ocasión, el líder ruso fue comparado con el jerarca nazi Joseph Goebbels. Más tarde, Kohl se disculpó por sus declaraciones.
Bush, por su parte, subrayó que los acontecimientos que se celebran en estos días -la caída del Muro- no es algo que afecte solamente a Berlín, Moscú o Washington, sino que es un símbolo para todas partes del mundo en el que haya personas luchando porque se respeten sus derechos.
El acto organizado por la Fundación Konrad Adenauer, cercana a la Unión Demócrata Cristiana, contó con la asistencia de numerosas personalidades políticas, entre ellas la canciller alemana, Angela Merkel, el entonces primer ministro de Polonia, Tadeusz Mazowiecki, y Miklos Nemeth, en aquel momento titular del gobierno de Hungría.

Tres viejos amigos, por la reunificación

http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=32123

Mijaíl Gorbachov, George Bush padre y Helmut Kohl conmemoraron la reunificación de Alemania y recordaron el proceso histórico que finalizó la Guerra Fría

Quien transita por las calles de Berlín se encuentra con el vestigio de un muro, dibujado y derruido por el paso del tiempo. La visión era distinta hace veinte años cuando esa pared de concreto, conocida en Occidente como el Muro de la Vergüenza, separaba una nación y un pueblo en dos mitades: la comunista República Democrática Alemana, controlada por la Unión Soviética, y la República Federal Alemana, bajo supervisión de los EE.UU…
Tras cientos de muertes y un creciente repudio internacional, el 9 de noviembre de 1989 los ciudadanos alemanes dijeron basta a una separación originada por los efectos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Las voces y manos que derrumbaron el Muro de Berlín fueron impulsadas por una concertación política y un acuerdo que sumió a Europa en una anhelada paz.
A pocos días del acto conmemorativo, los impulsores de esa impronta se reunieron este viernes en la antigua ciudad alemana y reflexionaron sobre los pasados acontecimientos. El ex canciller alemán Helmut Kohl, y los ex presidentes de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov, y de Estados Unidos, George Bush, fueron eje del homenaje.
En 1989, Berlín estaba dividida y ocupada como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Un año más tarde, Alemania se reunificaba bajo el gobierno de Kohl y con el beneplácito de Gorbachov y Bush.
“Después de todo lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, muchos pudieron pensar que iba a ser imposible que rusos y alemanes se acercaran entre ellos. Fueron tiempos difíciles”, dijo Gorbachov, que recordó como 30 millones de rusos murieron durante el conflicto.
“Nosotros tres participamos en el proceso que llevó a la caída del muro y a la unidad de Alemania. Pero los verdaderos héroes fueron otros”, dijo Gorbachov en referencia a todos los funcionarios que participaron de las aproximaciones entre rusos y alemanes después de 1945.
Con dificultades para expresarse y en silla de ruedas, Kohl -el ex jefe de gobierno alemán y el “arquitecto” de la reunificación alemana- caratuló como “un golpe de suerte” el espíritu cooperativo que reinó entre los mandatarios y ensalzó a Bush padre y a Gorbachov, con quienes lo une una amistad surgida de aquella época.
“Los dos fueron un regalo del cielo para nosotros. La reunificación no cayó del cielo pero el cielo nos ayudó”, dijo Kohl.
“Perdona, Helmut, pero tengo que decirlo. Nosotros no nos entendimos desde el comienzo”, dijo Gorbachov, a lo que Kohl respondió con una sonrisa y el público con una carcajada, recordando tal vez unas desafortunadas declaraciones de Kohl a comienzo de los 80. En esa ocasión, el líder ruso fue comparado con el jerarca nazi Joseph Goebbels. Más tarde, Kohl se disculpó por sus declaraciones.
Bush, por su parte, subrayó que los acontecimientos que se celebran en estos días -la caída del Muro- no es algo que afecte solamente a Berlín, Moscú o Washington, sino que es un símbolo para todas partes del mundo en el que haya personas luchando porque se respeten sus derechos.
El acto organizado por la Fundación Konrad Adenauer, cercana a la Unión Demócrata Cristiana, contó con la asistencia de numerosas personalidades políticas, entre ellas la canciller alemana, Angela Merkel, el entonces primer ministro de Polonia, Tadeusz Mazowiecki, y Miklos Nemeth, en aquel momento titular del gobierno de Hungría.

The beginnin of the end…

Los de la Deutsche Bahn bajan los precios para que pueda ir la mayor cantidad de gente este 9 a Berlin… aunque ratas porque el descuento es solo “ida”.

Bush: “Che, Gorba, vos tmb la tenes adentro!! no te haga el boludo”

Querras decir: beginning, con g al final :wink: y por qué el comienzo del fin??

//youtu.be/MM2qq5J5A1s

Comunismo sovietico y capitalismo
nose cual de los 2 es peor
desde mi punto de vista el capitalismo es mas salvaje, por lo tanto es peor.si ya se terminó el comunismo, entonces ya es hora de que se acabe de una vez el imperio capitalista, ya demasiado daño le ha hecho al mundo.
demasiado tiempo ha tenido ya para ser evaluado, y para resolverle los problemas a la gente.evidentemente es un mal sistema que en lugar de resolverle los problemas a la poblacion, los profundiza mas y mas.
inseguridad, pobreza, desigualdad, falta de educacion, falta de trabajo, recursos naturales, devastacion del medio ambiente, corrupción, deterioramiento de la salud y demas son todos temas que el capitalismo en sus mas de 400 años no ha sabido resolver y que por el contrario(como dije antes) los ha profundizado.

ojo el comunismo sovietico dije, no el chino que safa.

Una caca ambos!

Ni YANKEES ni MARXISTAS, PERONISTAS!!!

Bueno, pero ese comunismo sovietico tiene cosas al menos rescatables.En el este aleman es notoriamente mejor la educacion que en el oeste por ejemplo.Y ni hablar de la gente, es mucho mejor persona un poco mas brindada a la sociedad y mas amistosa.Aunque por ejemplo, en el este los nazis son muchisimos mas exitosos.
EDIT:
*exitosos: populares y mas visibles que en otros lados.

Eso!!! Aguante la tercera posición!!! :D:D:D

Eh Deivi me la metiste,ahora yo tambien la tengo adentro :confused: error de tipeo papa

Amigo desde la caida del muro ya nada es igual,por lo menos la URSS equilibraba el juego de potencias.

Qué buen video … excelente

época de grandes cambios… tanto es así, que esos cambios llegaron hasta el futbol.

EL FUTBOL COMUNISTA

Por Ezequiel Fernández Moores

El fútbol comunista | Ezequiel Fernández Moores - canchallena.com

El comunismo existió, sí", dice el cineasta francés Jean Luc Godard en un momento del filme Nuestra Música . Y agrega irónico: fue “durante dos tiempos de 45 minutos, en Wembley”, cuando Hungría le ganó 6-3 a Inglaterra. “Los ingleses -cuenta Godard, un hombre de izquierda- jugaron individualmente y los húngaros, en equipo.” Godard no es futbolero. Y mucho menos lo es su filme. Pero esa formidable selección húngara, ahora que se recuerda el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, es para muchos la mayor contribución que la Europa comunista dio al fútbol. Su líder, Ferenc Puskas, fue “la izquierda más esclarecida del comunismo”, bromeó alguna vez el Negro Fontanarrosa. Esa tarde de 1953, la Hungría de Puskas tiró 35 veces al arco. Siete veces más que Inglaterra, que jamás había perdido en Wembley ante una selección no británica. Cien mil espectadores saludaron con una ovación a esa máquina colectiva de fútbol ofensivo. La revancha, seis meses después, en Budapest, fue peor: 7-1.
En el Mundial 54, el primero que fue televisado, y el de mayor cantidad de goles de la historia, con una media de más de cinco por partido, Hungría eliminó 4-2 a Brasil en un violento partido de cuartos de final. En semifinales le ganó 4-2 al campeón Uruguay en tiempo extra. Y en la final cayó sorpresivamente 3-2 contra Alemania, a la que había goleado 8-3 en la fase inicial. Los alemanes, que precisaban la reconstrucción tras el horror del nazismo, lo llamaron “El Milagro de Berna”. Para los húngaros, el milagro se produjo en las farmacias, por cómo corrieron los alemanes ese día. Fue la primera derrota de Hungría en cuatro años y 31 partidos. La intervención militar de la Unión Soviética en 1956 terminó no sólo con las últimas esperanzas de libertad en Hungría, acaso el régimen más liberal del bloque. Liquidó también lo que quedaba de esa selección, un modelo europeo del Brasil del 70. Puskas y algunos de sus compañeros estaban en plena gira. No quisieron retornar a Hungría. La FIFA, que era manejada por el inglés Stanley Rous, cualquier cosa menos comunista, defendió, sin embargo, a la corporación de la pelota y suspendió a los rebeldes.
Alguna vez se contó en estas columnas el caso del Dinamo Kiev, el equipo ucraniano que se reinventó con el nombre de FC Start y en 1942, con su país bajo ocupación nazi, se negó a perder contra el once de la Luftwaffe (Flakelf). Libros oficiales llegaron a decir que los jugadores fueron fusilados por los nazis apenas terminó el partido, aún vestidos de futbolistas.
La historia suele no ser tan lineal. Los jugadores, en rigor, murieron tiempo después casi todos en campos de concentración. Y tres de ellos sobrevivieron. Pero el stalinismo, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, los acusó de haber confraternizado con el enemigo por haber jugado en una misma liga con equipos del nazismo. Les perdonó la vida a cambio de un silencio que rompieron después de más de medio siglo. Lo cuenta el periodista inglés Andy Dougan en el libro Dinamo: Defendiendo el honor de Kiev . La resistencia al nazismo en el fútbol siempre tuvo como símbolo individual al austríaco Matthias Sindelar, que le hizo goles que no debía a la Alemania de Hitler y luego se negó a integrar la selección “anexada”. El ruso Eduard Streltsov podría ser el símbolo de la resistencia al comunismo. Su historia, que bien podría haber dramatizado el Reader´s Digest, cuando nos decía que el comunismo se comía a los niños crudos, está en Behind the Curtain (Detrás de la cortina). El libro del periodista inglés Jonathan Wilson es un viaje maravilloso por el fútbol de la Europa del Este. Streltsov, una especie de George Best ruso, hábil, carismático, bebedor y mujeriego, anotó tres goles en su debut en la selección rusa, en 1954, con apenas 17 años. En semifinales de los Juegos Olímpicos de Melbourne 56, la URSS perdía 1-0 y jugaba con nueve ante Bulgaria. Streltsov fue el héroe del heroico triunfo. Ya era la gran figura del campeonato soviético. Pero el 25 de mayo de 1958, a dos semanas del inicio del Mundial de Suecia que podía marcar su consagración, Streltsov escapó de la concentración de la selección. Lo acompañaba, entre otros, una joven de 20 años llamada Marina Lebedeva. Al día siguiente denunció que Streltsov la había violado.
En prisión, Streltsov se declaró culpable. Le dijeron que lo hiciera para jugar el Mundial. Unos cien mil trabajadores de la fábrica de coches Zil, vinculada con su equipo, el Torpedo, iniciaron una marcha de protesta. Un tribunal lo condenó a doce años de trabajos forzados.
El libro de Wilson permite creer que fue una trampa. Los problemas de Streltsov pudieron haber comenzado cuando se negó a pasar al CSKA (el equipo del ejército) o al Dynamo (de la KGB). Era goleador y figura del campeonato soviético, pero recibía amonestaciones insólitas, golpes rivales y críticas de la prensa, molesta con su carácter rebelde, que lo llevó a pasar tres días preso por una pelea callejera. Pero lo peor, según Wilson, fue tal vez cuando desairó a Yekaterina Furtseva, la única mujer en el Politburó, el máximo órgano de poder, y favorita de Nikita Krushev, diciéndole que no pensaba casarse con su hija Svetlana, con quien había tenido una noche de amor. Recibió una paliza apenas ingresó al gulag, provocada por un informante de la policía. Salió a los cinco años. Suspendido como futbolista, jugó para un equipo de la fábrica. Los obreros de la Zil enviaron una carta a Leonid Brezhnev pidiendo que fuera rehabilitado. Se reincorporó al Torpedo, en 1967 lo coronó campeón y él fue declarado mejor jugador de la Liga ese año y en el 68. Murió de cáncer de pulmón en 1990, con apenas 52 años. Mucho antes, en 1974, se había suicidado Yekaterina Fursteva, la mujer sospechada de haberle hecho “la cama”. El “Pelé ruso”, como se lo recuerda hoy, anotó 100 goles en 222 partidos para el Torpedo y 25 en 38 para la selección soviética. Es considerado el segundo mejor jugador en la historia de ese país, luego del mítico arquero Lev Yashin. Tiene un estadio con su nombre y una campaña de rehabilitación de su figura que lideró el ex campeón mundial de ajedrez Anatoly Karpov.
En los años de la Guerra Fría, el comunismo y el capitalismo trasladaron su batalla al deporte. Los atletas comunistas marcaron historia en los Juegos Olímpicos y fueron símbolo de una fenomenal política de cultura deportiva y preparación científica. La caída del Muro destapó la contracara del doping y la extorsión política. Las piedras, eso sí, cayeron de un solo lado. Occidente prefiere llamar “libertad” a las manifestaciones chauvinistas de sus campeones. Y calificar de errores individuales sus políticas de doping planificado. En los primeros Juegos tras la caída del Muro, Barcelona 92, el periodista Frank Deford extrañó los épicos duelos “comunismo vs. capitalismo”. “¿A cambio de qué hemos trocado ese maravilloso conflicto entre Dios y el demonio, capitalismo y socialismo, libertad y esclavitud? A cambio de la lucha entre Nike y Reebok”. Deford ironizó pidiendo si acaso no se podría revivir al comunismo aunque más no fuera como un nuevo “patrocinador olímpico”.
Casi una profecía: los últimos Juegos de Pekín 2008, en la China comunista, parecieron celebrarse en un megashoping con policías. Oligarcas rusos, como Roman Abramovich, controlan hoy a poderosos equipos del fútbol mundial. El último lunes, el diario italiano Corriere della Sera publicó la cuenta de su última cena en Milán, para seis personas: casi 50.000 dólares. Dejó 5000 de propina. Abramovich, hijo afortunado de estos tiempos, cree que todo se arregla con dinero. Ya puso 1500 millones y todavía no logró que Chelsea se corone en Europa. Un buen equipo precisa algo más que una chequera, como lo demostró aquella Hungría que encantó a Godard. Su filme es tan maravilloso como esa selección de Puskas. “Matar a un hombre para defender a una idea no es defender una idea, es matar a un hombre”, dice en un momento el escritor español Juan Goytisolo. El mundo, todavía violento y cada vez más injusto, cumplirá el lunes próximo veinte años sin el Muro de Berlín. Afortunadamente, la nueva era de la codicia no puede borrarnos la memoria. Jamás olvidaremos a la Hungría de Puskas.

Pero no te critico pibe, solamente te corrijo nada más…

Deivi yo a los 12 ya la habia colocado,podrias ser mi hijo y me decis pibe?

:lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol::lol:

Sos bien catano jajajaja

antes se sabia mas o menos de que lado estaba cada uno y lo que pasaba en el mundo… ahora no… el mundo bipolar era mejor que este con una sola potencia dominante…

“Tear down this wall” famosa cita y desafío del ex Presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan al ministro sovietico Mijail Gorbachov para que derribase el muro de Berlin.
En un discurso frente a la puerta de Brandenburgo por la conmemoracion del 750 aniversario de Berlin, el 12 de junio de 1987, Reagan desafio a Gorbachov, entonces, secretario general del partido de la Union Sovietica, el deseo de Reagan para que se derribase el muro fue un simbolo de libertad en el este.

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Gracias a Dios que asi paso…