Mire estimado Che, no me voy a poner a escribir una tracalada de historia ni numeros, lo unico que puede decir es que, primero miremos hacia adentro, veamos cuales son nuestros errores, veamos donde fallamos, donde nos equivocamos en nuestra casa, que hacemos por mejorar, que hace nuestro pais por mejorar el mundo, que hacemos como ciudadanos para elegir al mejor para que nos gobierne, que hacemos como ciudadanos para mejorar el mundo, que aportamos de bueno a la sociedad o sea que veamos cuantos trapos sucios tenemos en el ropero y limpiemos nuestros actos y despues, despues lejos, veamos y nos fijemos en los trapos sucios del vecino…Saludos…
Con eso EEUU se convirtió en el único país que atacó la población civil con armas nucleares. En el caso de Nagazaki, lo hizo cuando Japón ya se había rendido.
Si EEUU hiciera caso a Bowan, el mundo sería más pacífico. EEUU participa de la mitad de los conflictos armados en el mundo durante la segunda mitad del siglo XX y lo que levamos del XXI
En la primera frase, destaco que hubo varios casos de edificios que ardieron durante mas de 5 horas y no cayeron… es mas, creo que el WTC es el primer edificio en caer por un incendio.
Sobre lo que dijo mas arriba Ezequiel sobre los “ponderables” dejenme decirles que la temperatura del combustible de un avion ardiendo no llega jamas al punto de fusion de una viga del WTC.
Sobre la segunda frase, les recuerdo que jamas se encontraron rastros del avion que se estrello con el Pentagono… ni siquiera las turbinas que son indestructibles.
Raro no?
Hay varios videos donde se ven claramente “explosiones” controladas y hay varios testimonios de personas declarando que hubo varias explosiones reiteradas luego de los impactos…
Acá te dejo una página, que leí hace tiempo, después de ver la película, donde básicamente destruye con explicaciones, videos, y datos técnicos el 95% de las teorías planteadas en la película, en especial los de la supuesta demolición controlada del WTC.
Dale ok.
Aguantame a que tenga el Monitor arreglado de la Cpu de mi casa, :lol:
Tengo para 15 dias mas en el service :lol:
Asi que me meto al foro desde mi laburo y no tengo sonido…
Lo vere, prometido es deuda.
Las torres gemelas no cayeron por un simple incendio. Hay varios factores importantes que lo provocaron. Las temperaturas del combustible eran altísimas porque los tanques estaban repletos mas sumado a toda la temperatura de las oficinas que se quemaban, la cantidad de papeles, muebles y todo tipo de cosas incendiables. Al estar los tanques repletos el avión cuando impacto con la torre lo hizo muy fuerte ya que no solo venia con tanques llenos sino además a una gran velocidad.
La estructura estaba preparada para recibir un impacto de un avión pero a baja velocidad nunca a lo que impactaron esos aviones ( cuando la torre se construyo y certifico que podía recibir impactos de aviones, los aviones no eran tan grandes como fueron esos que impactaron ya que la tecnología evoluciono y ni hablar del tamaño de tanques de combustible que tenían)
El avión con el tanque lleno y a gran velocidad ya al impactar la torre daño mucho la estructura. Luego por la gran cantidad de combustible que estos tenían mas la temperatura de las oficinas cuando se fueron incendiando una a una terminaron de colapsar esa estructura altamente dañada en el impacto inicial de los aviones.
El avión pesaba 180 toneladas y 90 eran solo de combustible. Era un misil, la única estructura capaz de recibir el impacto de ese avión a 400 kilómetros por hora como fueron es la cúpula de un centro nuclear.
Las turbinas de un avión no son indestructibles, no se de donde sacaste eso. Lo único indestructible en un avión es la caja negra.
Las explosiones fueron provocadas por el kerosene del combustible.
El Boeing 747 fue durante muchos años el avion de pasajeros mas grande del mundo y realizo su viaje inaugural en 1970,y las torres gemelas se inauguraron en 1973.
Igualmente te doy la razon,ningun edificio del mundo es capaz de resistir el impacto de un avion de linea a 800KM por hora con sus tanques llenos de combustibles.
Es que justamente acá esta el punto. Los aviones que participaron en las torres gemelas eran dos Boeing 767 que comenzo a volar en 1982. Y el que se estrello con el pentágono era un Boeing 757. Eran versiones posteriores mucho mas avanzadas.
:lol: tire cualquier fruta con lo de coligativas, es aplicable para soluciones. Para romper una viga creo que se usa aluminio sólido y formando una redox se termina fundiendo.Tendría que preguntarle a mi profe de inorgánica.
Igual esto es tan ridículo como lo que se cuestiona en en el atentado de la embajada de Israel diciendo que fue un autoatentado…
Adrian Salbuchi ha sido entrevistado por el [b]Dr. James H. Fetzer, fundador de Scholars for 9/11 Truth[/b] y conductor del programa radial estadounidense “The Real Deal”. El Dr. Fetzer dio el pasado 11 de septiembre de 2009 una magistral conferencia en la Biblioteca Nacional de Argentina. Es la segunda vez que el investigador norteamericano visita Buenos Aires para participar a un evento conmemorativo con los trágicos sucesos del 11 de septiembre del 2001. James Fetzer:Mi invitado especial de hoy es Adrian Salbuchi de la Argentina, conductor del programa radial de Buenos Aires «Bienvenidos a la Jungla», y fundador del Movimiento por la Segunda República Argentina. Es autor de varios libros sobre geopolítica que incluyen «El Cerebro del Mundo: la Cara Oculta de la Globalización» y «Bienvenidos a la Jungla: Dominio y Supervivencia en el Nuevo Orden Mundial»”. Hoy vamos a hablar sobre los supuestos atentados terroristas en Buenos Aires en 1992 y 1994. Bienvenido, Adrian, a «The Real Deal». Adrian Salbuchi: Muchas gracias, Jim. Buenas noches a todos y gracias por invitarme a su programa. James Fetzer:Para orientar a nuestros oyentes, ¿porqué no empieza por darnos una breve reseña de los dos ataques mortales que tuvieron lugar en el centro de la ciudad de Buenos Aires, uno en la embajada de Israel en 1992, y el otro en la sede de la mutual judía AMIA, en 1994? Adrian Salbuchi: Aquellos fueron dos de los peores ataques terroristas con bombas que sufriera la República Argentina, y tuvieron como blanco dos edificios puntuales ubicados en el centro de Buenos Aires. El primero tuvo lugar en marzo 1992 y demolió completamente la sede de la Embajada de Israel, matando a 29 personas. El segundo atentado hizo colapsar de manera similar a la sede de la AMIA en julio de 1994, dejando 86 muertos.
Ambos atentados tomaron a nuestro país por sorpresa, ya que los argentinos no experimentábamos ataques tan terribles, desde los tiempos en que nuestro país fuera blanco de los movimientos guerrilleros internacionales en los años setenta. Los argentinos somos un verdadero crisol de razas que ha logrado reunir a inmigrantes y grupos étnicos de los más diversos orígenes, que hoy conviven pacíficamente y casi sin conflicto alguno.
Ambos ataques tuvieron lugar bajo la administración del ex-presidente Carlos Menem, quien estaba estrechamente alineado con las políticas globales de los EEUU (en aquél momento, George HW Bush, padre, era presidente de EEUU) y, por extensión, con las políticas del Estado de Israel y las organizaciones sionistas globales.
Notablemente, en ambos casos, el gobierno y los medios de difusión inmediatamente echaron las culpas de manera vehemente sobre supuestos [b]«Grupos Terroristas del Fundamentalismo Islámico»[/b] que se suponía utilizaron coches bomba para volar ambos edificios.
A medida que pasaron los años, sin embargo, las supuestas conexiones con algún «Grupo Terrorista Islámico» se hicieron cada vez más endebles y ambiguas. Hoy, estos dos casos se han transformado en paradigmas de la interferencia sistemática por parte de un amplio abanico de grupos de presión que operan sobre nuestro gobierno, la Justicia y, a través de los medios, sobre la opinión publica.
Notablemente, tales presiones – extremas en ciertos momentos – fueron ejercidas por organizaciones sionistas locales y extranjeras, por los medios de difusión locales e internacionales, por algunas ONG, por ciertos individuos «notables y eminentes», cuyas opiniones han tenido gran peso, y – por último, pero no por ello menos importante –, por las embajadas de ciertas potencias extranjeras, [b]notablemente las de Estados Unidos y el Estado de Israel.[/b] James Fetzer:¿Cuáles son las diferencias entre la explosión de la Embajada y la de la AMIA, si es que no fueron idénticas? Adrian Salbuchi: Bueno, sobre el primer caso relacionado con la Embajada de Israel, la información va siendo acallada paulatinamente de las noticias, y ello por «razones comprensibles», al menos, desde el punto de vista sionista. Para empezar, dado que el objetivo fue la embajada de una potencia extranjera, es comprensible que Israel ejerciera fuerte influencia sobre las acciones que se tomaron al respecto y la difusión de toda información.
Sin embargo, la pretensión de que el atentado fuera causado por un coche bomba se desvaneció cuando el Fiscal de Estado y el Juzgado en el caso, invitó a inspectores técnicos especializados de la Academia Nacional de Ingeniería de Argentina, para determinar cuáles fueron las causas que hicieron que el edificio de la Embajada colapsara.
La conclusión fue que la explosión tuvo lugar en el interior del edificio, y que no fue causada por ningún supuesto coche bomba. Para colmo de males para los grupos de presión sionista, un transeúnte pudo filmar desde varias cuadras de distancia la nube en forma de hongo que se elevó del lugar de la explosión, lo que los expertos consideran conforma otro efecto característico que apunta a una explosión interna.
El edificio de la embajada se encontraba en una zona muy densamente poblada de la Ciudad de Buenos Aires y, aunque la onda expansiva rompió las ventanas y el yeso de prácticamente todos los edificios alrededor de la Embajada – incluso volando un vitreau de una iglesia ubicada enfrente que lamentablemente cayó sobre un sacerdote ocasionándole la muerte – el único edificio cuya estructura se vio afectada catastróficamente fue el de la propia Embajada.
Está claro entonces que, o bien hubo un coche bomba que propagó una onda expansiva caprichosamente selectiva o sino, efectivamente, la explosión tuvo lugar en el interior del edificio y no hubo ningún coche bomba.
Hay muchos otros indicios que apuntan a esta conclusión. Probablemente, esta sea la razón por la que el caso de la Embajada se mencione cada vez menos en los medios de comunicación, especialmente después de que surgieron fuertes rumores que indicaban que lo que realmente explotó fue un arsenal que al parecer los israelíes almacenaban en el sótano del edificio.
En el momento de la explosión, un grupo de funcionarios del gobierno laborista israelí se reunían en la sede para discutir asuntos relacionados con el recientemente iniciado proceso de paz de la Conferencia de Madrid, pero «afortunadamente» abandonaron el edificio minutos antes de la explosión. Lo mismo ocurrió con el Embajador quién, casualmente, también se retiró de las instalaciones minutos antes de la explosión…
Una situación muy diferente, sin embargo, fue surgiendo en torno a las circunstancias que rodearon al segundo y más mortal ataque contra el edificio de la AMIA, que hasta el día de hoy ha recibido una cobertura de altísimo perfil en los medios de comunicación locales, e incluso entre algunos medios internacionales.
En contraste con la Embajada, este edificio albergaba una organización privada argentina – la AMIA – y su organización política hermana, la DAIA.
Las personas fallecidas eran todos ciudadanos argentinos, y la tragedia ocurrió íntegramente bajo jurisdicción argentina. Sin embargo, en el mismo día en que ocurrió la explosión, el presidente Carlos Menem solicitó oficialmente la ayuda del FBI y de la CIA de los Estados Unidos, y del servicio de inteligencia Mossad y de las fuerzas armadas del Estado de Israel.
En el caos que se produjo ese día en el lugar de la explosión los ánimos se ponían muy caldeados con la policía local cuando agentes de inteligencia del ejército israelí plantaron una bandera israelí entre los escombros. Casi inmediatamente, esos mismos israelíes tuvieron la prodigiosa «suerte» de hallar una pieza del supuesto coche bomba – una camioneta Renault «Trafic» blanca. «Afortunadamente», se trataba de un pedazo del block del motor en el que figuraba el número de serie del fabricante del vehículo.
Este fue un «golpe de suerte» que nos recuerda de otros «golpes de suerte» igualmente improbables, como el hallazgo por el FBI del pasaporte intacto del supuesto terrorista suicida Mohammed Atta entre los escombros del World Trade Center, justo después del 11 de septiembre de 2001!
Desde el principio, el caso de la AMIA ha estado plagado de fraude, mentiras, contradicciones flagrantes; y de delito y corrupción en los máximos sitiales del poder en la Argentina. A lo largo de más de quince años, el caso AMIA ha pasado por siete tribunales federales. Se creó el TOF – Tribunal Oral Federal – dentro del propio Poder Judicial, para reunir cientos de miles de páginas de declaraciones, pruebas, informes, investigaciones, estudios, acusaciones y contraacusaciones que se han acumulado hasta el día de hoy . Durante varios años, el caso estuvo en el Juzgado Federal entonces presidido por el juez Juan Galeano, un funcionario débil (sino tonto) que permitió que las organizaciones sionistas locales -la propia AMIA y la DAIA– lo presionaran para que autorizara se le pague un soborno por 400.000 dólares al revendedor de autos usados, en ese momento preso, Carlos Telleldín, quien habría vendido el presunto coche bomba a supuestos agentes de la organización Hezboláh.
Esa coima se la darían a Telleldín para que acusara a tres oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, con el fin de que aparecieran como una «conexión local» que conduciría primero a Siria, a continuación a Hezboláh, y por último a Irán…
Esos 400.000 dólares para pagar el soborno fueron proporcionados por el entonces presidente de la DAIA, Rubén Beraja, a través de su (hoy quebrado) Banco Mayo. Beraja luego pasaría varios años en la cárcel a causa de la quiebra fraudulenta del Banco Mayo. Para comprender mejor la trama de cómo operan estas redes de poder global, quisiera señalar que un tiempo antes, en 1996 cuando el ex-gobernador del Banco de la Reserva Federal de EEUU Paul Volcker fue nombrado para crear y presidir una así-llamada «Comisión de Personas Eminentes» para «investigar» las cuentas inactivas de judíos en los principales bancos suizos – operativo que logrò extraer de aquellos bancos más de 1.250 millones de dólares para las organizaciones sionistas pro-Israel-, Volker eligió entre esas «personas eminentes» para integrar su Comisión, a este oscuro personaje que es Rubén Beraja.
La corrupción, y los turbios tejes y manejes llegaron al colmo bajo el actual co-gobierno del Matrimonio Kirchner – Néstor y Cristina -, que un par de años atrás decidió desechar todo lo realizado en la Causa AMIA y volver a empezar desde foja cero. Pronto descubriríamos, sin embargo, que ello significó darle un cheque en blanco a la CIA estadounidense y al Mossad israelí para fabricar acusaciones falsas contra Irán, por cuánto ello se alinea a la perfección con las políticas de ataque de ambos países contra Irán. Esta es la situación en la que nos encontramos hoy. James Fetzer:Usted nos indica que las versiones oficiales mantienen que ambos ataques fueron realizados con coches-bomba. Sin embargo, mi impresión es que las explosiones fueron lo contrario – o sea, que ambas tuvieron lugar desde dentro de los edificios. ¿Es eso correcto? Adrian Salbuchi: Eso es lo que dicen los expertos técnicos. Y, si aplicamos un poco de sentido común, todos sabemos que cada vez que se produce algún ataque real con coche-bomba, siempre se encuentran los restos de buena parte del vehículo utilizado por los terroristas entre los escombros en el lugar de los hechos. En estos dos ataques, sin embargo, no se halló ningún resto de los supuestos coches-bomba, a excepción de pruebas falsas obviamente plantadas por agentes israelíes, que mencioné anteriormente.
En el caso de la AMIA, el Tribunal reclutó a un perito de la Gendarmería Nacional argentina para que diera una «opinión oficial» sobre el supuesto coche-bomba – la ya famosa camioneta Renault «Trafic» blanca.
Dicho perito, el comandante Osvaldo Laborda, dijo oficialmente que no se hallaron los restos de dicho coche-bomba debido a que «la explosión enterró sus restos debajo la entrada del ex edificio de la AMIA», si usted puede creer semejante cosa…
Ahora, yo soy estrecho colaborador del abogado Dr. Juan Gabriel Labaké, quién representa a dos ciudadanos argentinos de origen sirio que han sido falsamente acusados de participar en el tema de la Trafic blanca. (Digo «falsa acusación» porque luego de 15 años, no se ha interpuesto ni una pizca de evidencia contra ellos). Dado que el caso contra sus clientes y las acusaciones formales contra Irán dependen del hallazgo del supuesto coche bomba, el Dr. Labaké recientemente solicitó al Fiscal del Estado Alberto Nisman que ordene excavar hasta cuatro metros debajo la entrada del ex edificio de la AMIA a fin de determinar, de una vez por todas, si los restos del vehículo existen realmente.
El Fiscal Nisman se negó terminantemente a hacerlo, lo que no sorprende si se tiene en cuenta que Nisman recorre el mundo difundiendo una versión apasionadamente pro-Israel con un mensaje claramente anti-musulmán respecto del ataque a la AMIA.
A fines de 2007, por ejemplo, el [b]Sr. Nisman fue un invitado especial a la Reunión Anual del Congreso Judío Norteamericano[/b]. En marzo de 2009, hizo una exposición sobre el Caso AMIA en la Biblioteca del Holocausto de Nueva York.
A fines del 2008, Nisman presentó personalmente un amplio informe sobre el estado del Caso AMIA ante la Corte Suprema de Justicia – pero no de la Argentina, como sería de esperar, sino del Estado de Israel en Tel Aviv.
Claramente, el señor Nisman opera como Fiscal Especial, ya no en nombre de la Argentina sino del Estado de Israel! James Fetzer:Posteriormente al ataque a la Embajada, usted mencionó que una sociedad profesional de ingeniería realizó una investigación, determinando que la explosión se produjo desde adentro de los edificios. ¿Es correcto? Adrian Salbuchi: Sí, la Academia Nacional de Ingenieros de la Argentina llegó a esta conclusión y, cuando el entonces juez de la Corte Suprema Dr. Adolfo Vázquez, muy razonablemente aceptó ese peritaje, fue reprendido públicamente, e incluso insultado por Ram Aviram, entonces embajador de Israel en la Argentina. James Fetzer:Adrian, usted también mencionó que el Mossad participó en reunir información sobre uno o ambos de estos ataques. Para mi eso resulta simplemente increíble. ¿Cómo fue que ocurrió? Adrian Salbuchi: Bueno, el verdadero culpable fue el ex presidente Carlos Menem quién cedió ante las presiones de Israel, [b]las organizaciones sionistas, y de EE.UU.,[/b] haciendo «un llamamiento a los EE.UU. e Israel» para que ayudaran con la investigación, lo que ambas naciones gustosamente aceptaron. James Fetzer:Usted explicó que el Mossad incluso produjo una parte del vehículo que casualmente incluía el número de serie identificatorio del vehículo? Adrian Salbuchi: Sí, a pesar de lo improbable que ello suena. Esta «prueba» fue finalmente rechazada por el Tribunal, cuando se tornó tan obviamente evidente que había sido plantada en la escena del crimen. Luego, se presentaron varias piezas más del supuesto coche bomba, que al ser enviadas a la planta automotriz Renault para su verificación, resultaron pertenecer a dos vehículos diferentes, uno de los cuales al parecer no tenía instalada la bomba de nafta, por lo que difícilmente hubiera podido trasladarse a ninguna parte… James Fetzer:¡Qué vergüenza! ¿Cómo manejaron esto los tribunales? ¿O es que hasta los tribunales se estaban subordinados a la interferencia de los EEUU e Israel? Adrian Salbuchi: Efectivamente, fue muy vergonzoso. Los tribunales se alinearon pasivamente ante la interferencia de Israel y EE.UU. Los medios de comunicación generaron grandes operativos de prensa en torno a este caso. Las organizaciones sionistas organizaron una manifestación pública tras otra, para rasgarse las vestiduras pidiendo «justicia» y «memoria», como si fuera posible en la Argentina olvidar estos dos ataques…!
Incluso, acusaron a la justicia argentina de ser «inoperante, ineficiente y lenta» cuando no actuaba en consonancia inmediata e irrestricta según las exigencias de los objetivos e intereses sionistas, es decir, cuando se resistía a aceptar todas las falsificaciones y mentiras impuestas.
El mejor ejemplo de lo que digo es lo ya referido acerca del juez pro-sionista Galeano. ¿Se imagina usted a un juez federal que autoriza que se le pague un soborno a un delincuente procesado y encarcelado, para que como contrapartida haga una acusación falsa contra la policía local, para así poder falsificar las pistas del caso? Para colmo, el dinero para esa coima fue proporcionado por el hoy también procesado presidente de la DAIA, organización hermana de la AMIA! James Fetzer:En la Argentina, muchos ciudadanos creen que el caso de la AMIA está inmerso en actos de corrupción, irregularidades de todo tipo e información falsa. Por lo que usted ha dicho, entiendo que esto efectivamente fue así. Adrian Salbuchi: Por desgracia, sí! Pero esto fue a causa de una combinación muy triste de gobernantes cobardes, instituciones republicanas débiles – especialmente el poder judicial argentino – aunado a una prensa cómplice que de forma sistemática apoya el mensaje sionista y les ayuda a difundir sus problemas al mejor “estilo del Holocausto”, a fin de generar simpatía a su favor entre la opinión pública. Esto es tan cierto en la Argentina, como en la mayoría de los países occidentales.
Hoy, bajo el gobierno del Matrimonio Kirchner, las presiones sionistas han logrado deformar la política exterior de la Argentina. Tan es así que los Kirchner han acusado formal y falsamente al ex-presidente iraní Alí Rafsanjani y a siete miembros clave de su gabinete – que incluye a Ahmad Vahidi, actual ministro de defensa del presidente Ahmadinejad – de haber financiado y planificado el ataque a la AMIA a través de Hezboláh. [b]Todas estas acusaciones se basan exclusivamente en inteligencia descaradamente falsa proporcionada por la CIA y el Mossad.[/b] ¿Alguien puede creer realmente que estos dos servicios de inteligencia extranjeros sean imparciales y objetivos en este tema que involucra a Israel e Irán? Toda esta situación es una burda farsa. James Fetzer:Adrian, ¿por qué razón se generaron «historias oficiales» tan improbables en absoluto? Mi impresión es que se permitió a la política influir sobre la imparcialidad de investigaciones – en verdad las estaba dominando. Adrian Salbuchi: Hace más de quince años que los tribunales argentinos vienen buscando pruebas de una supuesta “conexión Irán – Siria – Hezboláh”, que nunca han sido halladas, por la sencilla pero poderosa razón de que tal coche bomba nunca existió.
Sin embargo, ambos ataques terroristas cobran una dimensión mucho más clara y lógica cuando se los inserta dentro de la lógica, ya no de una inexistente y burda “conexión iraní”, sino más bien de una mucho más concreta “conexión israelí”.
¿Por qué digo esto? Bueno, echemos un vistazo a lo que estaba ocurriendo en Israel en los años 90, cuando estos ataques tuvieron lugar. En 1991, comenzó la Conferencia de Paz de Madrid. En Israel, el Partido Laborista tenía claramente mayor popularidad y poder, especialmente cuando el general Yitzhak Rabin ganó las elecciones a primer ministro en junio de 1992. Rabin parecía estar intentando honestamente llegar a algún acuerdo mutuo con los palestinos, lo que habría requerido la detención y el desmantelamiento de buena parte de los asentamientos ilegales establecidos por la ultra-derecha fundamentalista fanática de sionistas nazis que sostienen que cualquier persona que ceda siquiera un centímetro de “sagrada tierra de Israel”, es un traidor.
Rabin y su grupo de trabajo trató de seguir adelante con el proceso de paz y, en septiembre de 1993, lo vimos a Rabin, aunque a regañadientes, estrecharle la mano a Yasser Arafat bajo la mirada atenta de Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca. Seguidamente, Rabín llegó a principios de acuerdo con Siria para lograr la paz definitiva sobre las Alturas del Golán, y también con Jordania. Rabin permitió que Arafat regresara a Palestina tras 27 años de exilio, lo cual tuvo lugar a principios de julio de 1994.
Lo más moderado que puede decirse es que los ultra-sionistas de derecha se volvieron locos. En febrero de ese año, un judío neoyorquino de nombre Baruch Goldstein, miembro del grupo fanático Kach, irrumpió en una mezquita en Hebrón y abrió fuego con su ametralladora asesinando a más de 40 musulmanes que se encontraban orando en el lugar.
Resulta muy sospechoso que Goldstein lograra atravesar la seguridad israelí portando una ametralladora, sin dificultad alguna. Goldstein fue muerto en ese acto y desde entonces su tumba en Israel se ha convertido en un lugar de peregrinaje y culto para la ultra-derecha sionista.
Observe, Jim, la secuencia en la que ocurrieron estos eventos, ya que pocos días después, el 14 de julio de 1994, en un momento álgido en el desarrollo de esta lucha interna insidiosa entre los sionistas y dentro del propio Estado de Israel, se produce la voladura del edificio de la AMIA. La conducción de la AMIA de entonces era pro-partido laborista, por lo que ese atentado parece haber sido un claro «disparo de advertencia» de la extrema derecha nazi-sionista contra Rabin y su gobierno laborista, orientado a detener las negociaciones de «paz por territorio» con los palestinos.
Sin embargo, pareciera que el primer ministro Rabin, que era un tipo duro, no «entendió el mensaje». Así que, ¿cuándo llega a su punto culminante toda esta secuencia de luchas internas? Pues, un 4 de noviembre de 1995 – sólo 16 meses después del ataque a la AMIA – cuando el primer ministro Rabin es asesinado al mejor estilo John Kennedy, en las calles de Tel-Aviv, ya no por un neonazi, ni por un fundamentalista islámico, sino por un tal Ygal Amir, un joven estudiante ultra-derechista miembro del movimiento de colonos fanáticos relacionado con el servicio de seguridad interior Shin Beth, que estaba siendo vigorosamente redimensionado por Rabin.
Tras la muerte de Rabin, Shimon Peres quedó como primer ministro durante un tiempo, pero en las siguientes elecciones los laboristas fueron barridos cediendo el poder a la ultra derecha sionista que pudo así instalarlo a Benjamin Netanyahu como primer ministro en 1997. Desde entonces, la ultraderecha ha estado en el poder con Ariel Sharon, Ehud Olmert, y hoy una vez más, Netanyahu.
Estas luchas intestinas entre sionistas, tuvo como uno de sus episodios más sangrientos los bombardeos de la Embajada de Israel y, más tarde, del edificio de la AMIA en la República Argentina, que en aquél momento seguramente era percibida por los sionistas ultra-derechistas como un reducto del laborismo. ¿Por qué Buenos Aires, usted podrá preguntar? Simplemente porque la seguridad pública argentina ha sido desde siempre, y lo sigue siendo hoy, muy débil. Por lo que las operaciones de terror son relativamente más fáciles de llevar a cabo contra objetivos en la Argentina.
Sin embargo, y en forma similar a los atentados del 11 de septiembre, a pesar de que han demostrado una gran capacidad técnica para llevar a cabo este tipo de ataque de “bandera falsa” (casi a la perfección, diría, utilizando bombas, demoliciones controladas, y otros métodos), son sin embargo muy desprolijos al dejar sus huellas en los lugares de los ataques, que luego quedan al descubierto debido a las grandes incoherencias y contradicciones que han resultado imposibles de explicar. James Fetzer:Me preocupa lo que usted dice respecto de los tribunales y los medios. No solo los tribunales no han sido imparciales, sino que la cobertura brindada por la prensa ha sido cualquier cosa menos “justa y equilibrada”. Adrian Salbuchi: El problema con la Argentina es que en los últimos cuarenta años nuestro Estado Nacional ha quedado tan erosionado, que ha dejado de ser una institución soberana, para convertirse en una entelequia que se asemeja más y más a una mera Administración Colonial. Ahora, ¿cómo se puede esperar de una nación totalmente dependiente como la Argentina, pueda tener un “poder judicial independiente”? ¡De ninguna manera!
Nuestro poder judicial está al servicio de aquellas personas que realmente controlan y dirigen a nuestro país, donde una red de poder global de think tanks (bancos de cerebro), ONG’s, y grupos de presión siempre tienen la última palabra.
Esta red no sólo incluye a entidades como el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR – Council on Foreign Relations de EEUU), la Comisión Trilateral, la Conferencia Bilderberg, y Chatham House, sino que también la integran el Consejo Judío Mundial, AIPAC, la logia masónica B’nai B’rith, la Organización Mundial Sionista, la ADL, y el Congreso Judío Nortemericano, entre muchas otras. ¡Es esta red de poder la que realmente manda y le tuerce el brazo a nuestro gobierno!
Hace un par de años, el profesor de la Universidad de Harvard Stephen Walt y profesor de la Universidad de Chicago John Mearsheimer publicaron un libro fundamental titulado “El lobby Israelí y la política exterior de EE.UU.”, en el que demuestran de manera sólida y consistente la manera en que las organizaciones sionistas controlan la política exterior de EEUU en Oriente Medio. Su trabajo ha sido ampliamente admirado en el extranjero, pero ha recibido escasa atención en los propios Estados Unidos.
Si esta red de poder ha logrado tanta influencia sobre los EE.UU., ¿se puede imaginar lo que podrá hacer e un país débil como la República Argentina? Naturalmente, los planes y propuestas emanados de esta red mundial de los bancos de cerebros [b]son convenientemente avalados, apoyados y divulgados de la manera más conveniente por los medios de comunicación globales[/b]. Ellos son los que deciden quienes aparecerán como “buenos” y quienes como “malos” en las pantallas y páginas de CNN, Fox News, The New York Times, Washington Post, Financial Times, y así sucesivamente. Más aún, ellos son quienes deciden qué es y qué no es noticia! James Fetzer:Estos dos casos ocurrieron bajo el gobierno del presidente Carlos Menem. Desde entonces varios presidentes vinieron y se fueron. En los últimos seis años y medio, su país ha sido gobernado por el matrimonio Kirchner (Nestor y Cristina). ¿Cómo han estado manejando este caso? Adrian Salbuchi: De una manera espantosa! Antes de dejar de ser formalmente presidente, Néstor Kirchner prácticamente impuso al país a su esposa, Cristina, como su sucesora en el cargo de presidente. Previamente, Cristina había sido legisladora e integró la comisión en el Congreso que investigó el ataque a la AMIA. Parece ser que en aquellos tiempos la senadora Kirchner forjó una relación muy estrecha con las organizaciones sionistas.
Un año antes que cambiaran de lugar entre ellos, el entonces presidente Néstor Kirchner, su esposa Cristina y el ministro de Relaciones Exteriores (entonces y ahora), Jorge Taiana, participaron de una reunión secreta en el Hotel Waldorf-Astoria de Nueva York el 21 de septiembre de 2006, junto a ocho de las más importantes organizaciones prosionistas y pro-Israel, que incluyó al Congreso Judío Norteamericano, la B’nai B’rith, ADL y otros.
Nadie sabe de qué hablaron porque, como digo, fue una reunión secreta. Sin embargo, un mes después, los Kirchner despacharon al fiscal especial Alberto Nisman a los EE.UU., quien se reunió con agentes de la CIA y del Mossad y, a su regreso, Nisman lanzó una acusación formal contra el ex-gobierno iraní de Ali Rafsanjani. El actual juez en este caso, Dr. Rodolfo Canicoba Corral, inmediatamente avaló y apoyó las acusaciones.
Esta fue noticia de primera plana en los diarios e inspiró al rabino Israel Singer, director político del Congreso Judío Mundial, a «felicitar al gobierno argentino», por formalizar «la denuncia contra Irán», ya que ello «confirmó el compromiso asumido por los Kirchner en aquella reunión secreta».
¿Compromiso? ¿Para hacer qué? ¿Por qué? ¿A cambio de qué? [[b]1[/b]] Yo, personalmente escribí cartas abiertas a los Kirchner pidiendo una respuesta a estos interrogantes. Por supuesto, los Kirchner ni siquiera acusan recibo a cartas enviadas por ciudadanos “comunes” como yo. Así es “la Argentina democrática” que hoy tenemos… Un país dónde un presidente puede cometer toda clase de irregularidades y hacer pactos espurios con agentes de potencias extranjeras a plena luz del día, y no hay nada que el “ciudadano común” puede hacer para detenerlos… James Fetzer:¿Han estado ejerciendo presiones masivas los grupos de lobbyistas sionistas en la Argentina? Adrian Salbuchi: Desde luego que sí. Tienen un poder decisivo, no sólo sobre la política exterior como vemos en el caso de la AMIA, sino también sobre nuestros medios de comunicación, banca, gobierno, universidades, ONG’s, y la vida cultural y social. Sin embargo, fuentes oficiales indican que la cantidad de judíos que viven en Argentina sería de apenas 200.000 – o sea, sólo el 0,5% de nuestra población de 40 millones de personas.
Ello obliga a concluir que o bien los judíos conforman un grupo étnico cualitativamente superior, lo que explicaría que estén tan sobre-representados en la vida social de la Argentina, o tal vez – sólo tal vez – estén abusando de su bien conocida riqueza económica y el poderoso apoyo internacional que reciben de las organizaciones sionistas y del poder global de la red a la que me he referido, que siempre se ajusta a los objetivos y los intereses sionistas. James Fetzer:¿Cuáles son los intereses políticos locales e internacionales que vienen chocando respecto de estos dos casos desde que tuvieran lugar? Adrian Salbuchi: Creo que hay que ver todo esto como parte de la prédica de los halcones israelíes y estadounidenses que en los últimos años han tomado descaradamente a Irán como blanco de ataque, donde todos los días oímos nuevas amenazas de ataque militar unilateral contra esa nación pacífica, que, por cierto, jamás ha atacado ni invadido a ningún otro país en tiempos modernos. Algo que apenas pueda decirse de EE.UU. e Israel – a pesar de que John Kennedy alguna vez afirmara que EE.UU. jamás atacaría a otro país. [[b]2[/b]]
Irán no sólo no ha atacado a ninguna otra nación, sino que todo lo contrario ha sido atacada reiteradamente por “Occidente”. Por ejemplo, en 1941, Churchill y Stalin invadieron lo que entonces era Persia para tomar su petróleo, necesario para librar su guerra contra Hitler.
En 1953, el presidente iraní democráticamente elegido, Mahmoud Mossadegh, fue derrocado por un golpe de Estado orquestado por la CIA, luego que nacionalizara las empresas petroleras extranjeras. Y, cuando en 1979 Irán finalmente se deshace del régimen pro-empresas petroleras de EEUUJ y Gran Bretaña bajo el Shah Pahlevi, los EE.UU. arman inmediatamente al “bueno” de entonces – que era Saddam Hussein – con armas de destrucción masiva químicas, para que Irak pudiera lanzar una guerra brutal y genocida contra Irán durante 8 largos años, en la década de los 80. Es todo un récord! James Fetzer:¿Cuál ha sido la reacción de la comunidad judía en la Argentina a estos dos supuestos ataques, que han sido atribuidos a Irán? Adrian Salbuchi: Los judíos sionistas locales – y muchos sionistas no-judíos también – se vienen manifestando histéricamente a favor de Israel, en contra de Irán y anti-musulmanes. Lamentablemente, aunque hay una parte sustancial de judíos anti-sionistas o no-sionistas en la Argentina, pareciera que no se atreven a abrir la boca puesto que saben que, si lo hacen, los grupos de presión sionista locales – con la AMIA y la DAIA a la cabeza – inmediatamente los marcarán como «malos judíos».
Hemos estado pidiéndole a la parte sana de la comunidad judía local, que se ponga de pie y asuma una posición contraria a la prédica de la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel. Que les espeten a estas entidades que no tienen derecho legítimo a decir que “hablan en nombre de todos los judíos en la Argentina”. Insistimos en que deben hablar, y hacerlo por sí mismos, como una forma de auto-preservación. Sin embargo pareciera que las cadenas mentales y sus miedos resultan demasiado fuertes de romper. Consecuentemente, no mucho puede esperarse de este segmento de la comunidad. James Fetzer:Cuando nos preguntan: «¿Quién se beneficia?», No es Irán, sino otra nación en el Oriente Medio que tiene un importante arsenal nuclear, pero que nunca ha sido cuestionada por la ONU. ¿Por qué es eso? Adrian Salbuchi: Efectivamente, es así. Todos estos acontecimientos con sus mentiras, distracciones, confusiones adrede, orientaciones equívocas y giros errados parecieran tener un único beneficiario: el Estado de Israel. Siempre ha sido así, y ello es totalmente injusto hacia la Argentina donde todos los grupos étnicos y las razas que vinieron a nuestras costas conviven pacíficamente. Es evidente que necesitamos identificar con mejor precisión a las manzanas podridas entre nosotros. James Fetzer:Estos eventos me parece que han sido organizados con el objeto de socavar la cooperación técnica y científica entre la Argentina e Irán en relación con el desarrollo de la energía atómica pacífica. Irán nunca podría haber cometido estos ataques en Argentina, ya que ello habría sido contrario a sus propios intereses. Israel me parece sería culpable. ¿Estoy en lo cierto en ello? Adrian Salbuchi: Entiendo que sí. De hecho, la Argentina siempre estuvo a la vanguardia en nuestra región en la investigación y desarrollo de tecnologías nucleares. Todo esto se remonta a las acertadas políticas impulsadas por el ex-presidente Juan Domingo Perón quien, más allá de circunstanciales errores, siempre abogó a favor del Interés Nacional Argentino. Tan pronto como Carlos Menem llegó al poder en 1989, se inclinó ante la presión de George Bush padre y detuvo el acuerdo de cooperación nuclear que Argentina mantenía en materia de tecnología nuclear con la República Islámica de Irá.
Mientras tanto, los iraníes parecen haber sido capaces de sustituir esto con tecnología china, rusa y hasta alemana, de modo que el verdadero perdedor fue la Argentina, que perdió a un socio comercial leal y a un aliado estratégico que tenía en Irán. El encubrimiento inventado por la CIA, el Mossad israelí, la AMIA, la DAIA, los Kirchner y otros, pretende que creamos que el presidente Rafsanjani planeó el ataque a la AMIA en venganza porque la Argentina interrumpió el acuerdo de cooperación nuclear. Todo lo que puedo decirle es que eso es un montón de basura! James Fetzer:¿Qué similitudes encuentra usted con otros ataques en los EE.UU. del 11 de septiembre 2001, en Londres el 7 de julio de 2005 y en Madrid el 11 de marzo de 2006? Adrian Salbuchi: Bueno, todos parecen tener la misma “huella digital”, por así decirlo. Como he dicho anteriormente: Estos eventos de bandera falsa todos tenían una casi perfecta realización técnica. O sea, los edificios que se quería destruir y colapsar, lo hicieron, lo que refleja una capacidad tecnológica y planificadora enorme; Pero todos dejaron “cabos sueltos” que resultaron imposibles de explicar de manera convincente, con lo que sus mentiras terminaron quedando burdamente develadas; Todos tuvieron episodios de pruebas plantadas artificialmente; Siempre murió “gente común” – o sea, trabajadores y empleados – mientras que los “altos mandos” – embajadores, directores generales, gobernadores, y multimillonarios – siempre parecen tener la “suerte” de estar fuera de los edificios en el momento oportuno, y, Por último, todos ellos servían para apoyar la “guerra global contra el terrorismo islámico”.
En síntesis, todos ellos se alinearon a la perfección con las necesidades circunstanciales de Israel y sus objetivos: todos tuvieron la cobertura mediática «correcta» y las explicaciones y justificaciones “políticamente correcta” que luego son repetidas hasta la saciedad. Yo considero que los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel pertenecen a la misma liga que los atentados de bandera falsa del 11 de septiembre, 7 de julio y 11 de marzo en Nueva York/Washington, Londres y Madrid, respectivamente [[b]3[/b]] James Fetzer:¿Cómo se insertan estos dos ataques en una más amplia estrategia global por parte del poder sionista? Adrian Salbuchi: Como ya lo he mencionado, los grupos de presión sionistas, otros grupos de poder y ciertas ONG forman parte de una red sumamente compleja e intrincada de una Red Global de Poder Privado que es discreta – mas no secreta – que parece haber estado dirigiendo el mundo en las últimas 6 o 7 décadas.
Me estoy refiriendo a quienes integran el CFR (Council on Foreign Relations), la Comisión Trilateral, el grupo Bilderberg, AIPAC, y el Congreso Mundial Judío, entre muchos otros, que incluye también a la AMIA y la DAIA en la Argentina. Es esta red de poder la que lleva a cabo la planificación a largo plazo para la elite del Nuevo Orden Mundial.
Vea usted el caso del CFR, por ejemplo: se trata de unos 4500 miembros de gente muy inteligente, especializada en una amplia gama de profesiones, todos dirigidos por un grupo compacto de la personalidades verdaderamente poderosas – los Rockefeller, Bush, Harriman, Schiff, Clinton, Warburg, Greenspan, Goldman Sachs, Forbes, Rothschild, Wolfowitz, y muchos, muchos otros.
La función del CFR consiste en ser un semillero que proporciona operadores clave y jóvenes prometedores para que integran los directorios y las gerencias como ejecutivos en las principales corporaciones estadounidenses (las S&P 1000) como directores generales y otros puestos clave. Pero también dirigen los principales bancos, y siempre dirigen los organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC, como así también el Banco de la Reserva Federal.
Cuando digo que ellos dirigen estas organizaciones, quiero decir que siempre hay algún miembro del CFR o la Trilateral a la cabeza de la organización y a cargo de sus áreas clave. Lo mismo ocurre en el ámbito de los medios de comunicación. Y también determinan los paradigmas «políticamente correctos» en la vida académica (a través de planes de estudio y en los trabajos de sus principales académicos en las más influyentes universidades).
Y, quizás, lo más importante de todo, miembros del CFR/Trilateral se encuentran sistemáticamente a cargo de los principales puestos del gobierno estadounidense en el ejecutivo, los Departamentos de Estado, Tesoro, Defensa, en la CIA, el FBI, la NSA, las embajadas clave, la justicia y en los puestos relevantes en el Congreso – independientemente de si son formalmente republicanos o demócratas. Por encima de todo, claramente rige la Red de Poder Global Privada. James Fetzer:Esa es una acusación de gran alcance. ¿Podría explicar el razonamiento que la sustenta? Adrian Salbuchi: Permítame explicarle esto de otra manera con una metáfora. A mi me gusta la música clásica, y cuando uno, por ejemplo, concurre al teatro para oír la Novena Sinfonía «Coral» de Beethoven, ¿qué vemos? Más de 100 músicos, 4 cantantes solistas, y otros 100 cantantes del coro sobre el escenario. Todos están listos para producir los sonidos correctos y la música compuesta por Beethoven. Sin embargo, antes de poder empezar, aparece un hombre en escena quién saluda brevemente, luego se pone de espalda a la audiencia y, con su batuta, hace que la magia de Beethoven pueda comenzar (…).
Este señor que se para en medio de la fosa de la orquesta es el director y él es quien puede oír exactamente cómo suenan todos y cada uno de los instrumentos y cantantes. Él es quién debe asegurarse que todo suene bien – de la manera cómo Beethoven quería que sonara. Y, ocurre a veces que los bronces tocan demasiado fuertes o los violines demasiado bajo, o algún cantante se pierde. Es entonces que el director de orquesta – pues de él se trata – debe asegurarse que los primeros violines, segundos violines, violas, violon-cellos, contrabajos, maderas, bronces, percusión, solistas y coro, hagan cada uno “lo suyo” en el momento justo, con el volumen adecuado, y todo en perfecta armonía.
Pero el director no hace las cosas a su antojo – ¡no, señor!. Él lleva todo a cabo según instrucciones precisas anotadas en un trozo de papel que contiene la partitura de la sinfonía de Beethoven, con instrucciones muy precisas en cuanto a ritmo, volumen, sentimiento, etc. En otras palabras, el conductor dirige exactamente lo que un hombre que murió en 1827 – Ludwig van Beethoven – quería que dirigiera (…).
Creo que esta metáfora ayuda a comprender mejor cómo funciona realmente el actual orden mundial: la contrapartida de cada grupo de instrumentos y cantantes son las corporaciones, los bancos, las agencias multilaterales, las organizaciones, los medios de comunicación, los puestos de gobierno, jefes militares, y así sucesivamente, que son quienes realmente manejan el mundo. El director de la orquesta sería aquí la compacta red de poder global de los think tanks, lobbies y grupos de presión. La partitura musical sería el plan a largo plazo que vienen impulsando los verdaderamente poderosos que dirigen este mundo desde hace largo tiempo.
Es una verdadera vergüenza, sin embargo, que en lugar de producir la belleza como lo hacen los músicos en mi metáfora beethoveniana, hayan creado un mundo monstruoso basado sobre la violencia, la injusticia, la codicia, la guerra, sangre, sudor y lágrimas! James Fetzer:¿Qué piensa la opinión pública argentina en la actualidad acerca de todo esto? Adrian Salbuchi: ¡Poco o nada! Casi nadie entiende cómo funciona realmente el mundo! Y no sólo aquí. Lo mismo ocurre en los EE.UU., Europa y en casi todas partes. Por eso es tan importante despertar a la gente a esta realidad, incluso si tenemos que hacerlo uno por uno. James Fetzer:¿Cuál sería el lugar que le toca a la Argentina en el esquema del «Nuevo Orden Mundial»? Adrian Salbuchi: Ah, se nos ha asignado un rol de proveedores de materias primas baratas – energía, minería, alimentos y agua – con algunos roles gerenciales locales para quienes deban administrar esta Argentina proveedora de materias primas y riquezas a favor del modelo de Nuevo Orden Mundial. O sea, siempre habrá lugar para una compacta y bien paga clase local gerenciadora.
Por ello, la Argentina ha sido mantenida artificialmente despoblada desde siempre. Hoy, tenemos el octavo mayor territorio del mundo, y sin embargo, nuestra población es de tan sólo 40 millones de personas. Deberíamos ser 140 a 240 millones!
Peor aún, el 80% de la población se encuentra hacinada en un puñado de mega-ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Tucumán. Especialmente la parte sur de la Argentina – la Patagonia con sus casi infinito recursos petrolíferos, de minería y de agua potable – se encuentra casi deshabitada.
Los sionistas han puesto los ojos sobre la Patagonia – tanto en la parte argentina, chilena – desde hace ya muchos años, ya que probablemente sigan manteniendo el viejo plan de crear allí un segundo Estado judío. El fundador del sionismo, el Dr. Theodor Herzl, menciona esto en su libro “Un Estado judío”, publicado en 1896, que dio inicio al movimiento sionista. El título de uno de sus capítulos lo dice todo: se llama “¿Palestina o Argentina?” Dejo el resto librado a su imaginación. James Fetzer:Usted ha esbozado un plan para la dominación global económica y militar. Estoy en lo cierto? y, en caso afirmativo, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿A dónde vamos desde aquí? Adrian Salbuchi: Si. Están decididos a crear formalmente un Gobierno Mundial que sustituirá a la actual Globalización. La globalización tiene todas las apariencias de un gobierno mundial, sin embargo, es aún informal.
«Los eventos por venir nos proyectan sus sombras hacia delante», decía el dramaturgo alemán Johann Goethe alguna vez. Hacerse una idea de lo que se viene, es en cierta manera como cuando tratamos de armar un rompecabezas, donde a medida que vamos uniendo las piezas, empieza a aparecer una imagen determinada.
Ahora bien, si cuando estamos haciendo esto se nos aparece una parte del cuadro que muestra la proa de un barco, no hay que ser ningún genio para darse cuenta que lo que nos falta es hallar las piezas que forman la proa de ese mismo barco. No buscaremos armar un tren o un caballo. Y toda pieza de color azul las moveremos hacia arriba pues probablemente formen partes del cielo y toda pieza de color verde la moveremos hacia abajo pues probablemente formen el pasto del suelo.
A medida que vamos haciendo esto, la imagen se hará cada vez más claro. Usted no necesita armar mas que el 60% de las piezas para tener una idea de toda la imagen. Se trata del arte de usar el sentido común y la intuición para deducir las partes de la imagen que aún falta completar. Pues lo mismo ocurre cuando pretendemos desentrañar y comprender cómo funciona este Nuevo Orden Mundial: no es necesario tener todas las piezas colocadas en su lugar para entender cómo es toda la imagen. Basado en esto, yo digo que lo que se viene será un Gobierno Mundial FORMAL público, dependiente de instancias superiores privadas.
Me imagino que tendrá varios centros especializados clave: Nueva York (como Capital Financiera del Mundo), Washington DC (como capital administrativa militar de una fuerza armada mundial), Londres (como la capital política, el «cerebro del mundo» lo llamo yo, y Londres siempre lo ha sido), Roma (o más bien, el Vaticano, como la «Centro Ecuménico Religioso Global», lo que explicaría por qué muchos clérigos decadentes seguidores de Joseph Ratzinger se muestran tan ansiosos de integrarse de manera «políticamente correcta» dentro del Nuevo Orden Mundial), y finalmente Jerusalén será la «Capital Espiritual» del mundo, donde los sionistas pretenden que el Globierno Mundial realice su sueño milenario de entronizar al «Rey del Mundo».
Hay muchos fanáticos fundamentalistas que quisieran que esta “profecía” se torne en «realidad», y hace que muchos cristianos sionistas en los EE.UU. lo enlacen con la «Segunda Venida». «La prueba» de ello, dicen, es el retorno de los judíos a Israel. Ahora, les falta (re)construir el Tercer Templo de Salomón. El problema es que la Mezquita de la Roca, uno de los santuarios más importante del Islam, se encuentra sobre ese sitio.
¿Me pregunto si no habrá otra oportuna bomba en camino hacia esos lugares? James Fetzer:Adrian, no puedo agradecerle lo suficiente por venir al show para hablar de estos acontecimientos, que, en mi opinión, arrojan luz sobre una serie de eventos relacionados en los Estados Unidos y otros países. Debemos entender que debemos mantenernos libres de la manipulación por parte de fuerzas que pretenden controlarnos.
Adrian Salbuchi ha sido entrevistado por el [b]Dr. James H. Fetzer, fundador de Scholars for 9/11 Truth[/b] y conductor del programa radial estadounidense “The Real Deal”. El Dr. Fetzer dio el pasado 11 de septiembre de 2009 una magistral conferencia en la Biblioteca Nacional de Argentina. Es la segunda vez que el investigador norteamericano visita Buenos Aires para participar a un evento conmemorativo con los trágicos sucesos del 11 de septiembre del 2001. James Fetzer:Mi invitado especial de hoy es Adrian Salbuchi de la Argentina, conductor del programa radial de Buenos Aires «Bienvenidos a la Jungla», y fundador del Movimiento por la Segunda República Argentina. Es autor de varios libros sobre geopolítica que incluyen «El Cerebro del Mundo: la Cara Oculta de la Globalización» y «Bienvenidos a la Jungla: Dominio y Supervivencia en el Nuevo Orden Mundial»”. Hoy vamos a hablar sobre los supuestos atentados terroristas en Buenos Aires en 1992 y 1994. Bienvenido, Adrian, a «The Real Deal». Adrian Salbuchi: Muchas gracias, Jim. Buenas noches a todos y gracias por invitarme a su programa. James Fetzer:Para orientar a nuestros oyentes, ¿porqué no empieza por darnos una breve reseña de los dos ataques mortales que tuvieron lugar en el centro de la ciudad de Buenos Aires, uno en la embajada de Israel en 1992, y el otro en la sede de la mutual judía AMIA, en 1994? Adrian Salbuchi: Aquellos fueron dos de los peores ataques terroristas con bombas que sufriera la República Argentina, y tuvieron como blanco dos edificios puntuales ubicados en el centro de Buenos Aires. El primero tuvo lugar en marzo 1992 y demolió completamente la sede de la Embajada de Israel, matando a 29 personas. El segundo atentado hizo colapsar de manera similar a la sede de la AMIA en julio de 1994, dejando 86 muertos.
Ambos atentados tomaron a nuestro país por sorpresa, ya que los argentinos no experimentábamos ataques tan terribles, desde los tiempos en que nuestro país fuera blanco de los movimientos guerrilleros internacionales en los años setenta. Los argentinos somos un verdadero crisol de razas que ha logrado reunir a inmigrantes y grupos étnicos de los más diversos orígenes, que hoy conviven pacíficamente y casi sin conflicto alguno.
Ambos ataques tuvieron lugar bajo la administración del ex-presidente Carlos Menem, quien estaba estrechamente alineado con las políticas globales de los EEUU (en aquél momento, George HW Bush, padre, era presidente de EEUU) y, por extensión, con las políticas del Estado de Israel y las organizaciones sionistas globales.
Notablemente, en ambos casos, el gobierno y los medios de difusión inmediatamente echaron las culpas de manera vehemente sobre supuestos [b]«Grupos Terroristas del Fundamentalismo Islámico»[/b] que se suponía utilizaron coches bomba para volar ambos edificios.
A medida que pasaron los años, sin embargo, las supuestas conexiones con algún «Grupo Terrorista Islámico» se hicieron cada vez más endebles y ambiguas. Hoy, estos dos casos se han transformado en paradigmas de la interferencia sistemática por parte de un amplio abanico de grupos de presión que operan sobre nuestro gobierno, la Justicia y, a través de los medios, sobre la opinión publica.
Notablemente, tales presiones – extremas en ciertos momentos – fueron ejercidas por organizaciones sionistas locales y extranjeras, por los medios de difusión locales e internacionales, por algunas ONG, por ciertos individuos «notables y eminentes», cuyas opiniones han tenido gran peso, y – por último, pero no por ello menos importante –, por las embajadas de ciertas potencias extranjeras, [b]notablemente las de Estados Unidos y el Estado de Israel.[/b] James Fetzer:¿Cuáles son las diferencias entre la explosión de la Embajada y la de la AMIA, si es que no fueron idénticas? Adrian Salbuchi: Bueno, sobre el primer caso relacionado con la Embajada de Israel, la información va siendo acallada paulatinamente de las noticias, y ello por «razones comprensibles», al menos, desde el punto de vista sionista. Para empezar, dado que el objetivo fue la embajada de una potencia extranjera, es comprensible que Israel ejerciera fuerte influencia sobre las acciones que se tomaron al respecto y la difusión de toda información.
Sin embargo, la pretensión de que el atentado fuera causado por un coche bomba se desvaneció cuando el Fiscal de Estado y el Juzgado en el caso, invitó a inspectores técnicos especializados de la Academia Nacional de Ingeniería de Argentina, para determinar cuáles fueron las causas que hicieron que el edificio de la Embajada colapsara.
La conclusión fue que la explosión tuvo lugar en el interior del edificio, y que no fue causada por ningún supuesto coche bomba. Para colmo de males para los grupos de presión sionista, un transeúnte pudo filmar desde varias cuadras de distancia la nube en forma de hongo que se elevó del lugar de la explosión, lo que los expertos consideran conforma otro efecto característico que apunta a una explosión interna.
El edificio de la embajada se encontraba en una zona muy densamente poblada de la Ciudad de Buenos Aires y, aunque la onda expansiva rompió las ventanas y el yeso de prácticamente todos los edificios alrededor de la Embajada – incluso volando un vitreau de una iglesia ubicada enfrente que lamentablemente cayó sobre un sacerdote ocasionándole la muerte – el único edificio cuya estructura se vio afectada catastróficamente fue el de la propia Embajada.
Está claro entonces que, o bien hubo un coche bomba que propagó una onda expansiva caprichosamente selectiva o sino, efectivamente, la explosión tuvo lugar en el interior del edificio y no hubo ningún coche bomba.
Hay muchos otros indicios que apuntan a esta conclusión. Probablemente, esta sea la razón por la que el caso de la Embajada se mencione cada vez menos en los medios de comunicación, especialmente después de que surgieron fuertes rumores que indicaban que lo que realmente explotó fue un arsenal que al parecer los israelíes almacenaban en el sótano del edificio.
En el momento de la explosión, un grupo de funcionarios del gobierno laborista israelí se reunían en la sede para discutir asuntos relacionados con el recientemente iniciado proceso de paz de la Conferencia de Madrid, pero «afortunadamente» abandonaron el edificio minutos antes de la explosión. Lo mismo ocurrió con el Embajador quién, casualmente, también se retiró de las instalaciones minutos antes de la explosión…
Una situación muy diferente, sin embargo, fue surgiendo en torno a las circunstancias que rodearon al segundo y más mortal ataque contra el edificio de la AMIA, que hasta el día de hoy ha recibido una cobertura de altísimo perfil en los medios de comunicación locales, e incluso entre algunos medios internacionales.
En contraste con la Embajada, este edificio albergaba una organización privada argentina – la AMIA – y su organización política hermana, la DAIA.
Las personas fallecidas eran todos ciudadanos argentinos, y la tragedia ocurrió íntegramente bajo jurisdicción argentina. Sin embargo, en el mismo día en que ocurrió la explosión, el presidente Carlos Menem solicitó oficialmente la ayuda del FBI y de la CIA de los Estados Unidos, y del servicio de inteligencia Mossad y de las fuerzas armadas del Estado de Israel.
En el caos que se produjo ese día en el lugar de la explosión los ánimos se ponían muy caldeados con la policía local cuando agentes de inteligencia del ejército israelí plantaron una bandera israelí entre los escombros. Casi inmediatamente, esos mismos israelíes tuvieron la prodigiosa «suerte» de hallar una pieza del supuesto coche bomba – una camioneta Renault «Trafic» blanca. «Afortunadamente», se trataba de un pedazo del block del motor en el que figuraba el número de serie del fabricante del vehículo.
Este fue un «golpe de suerte» que nos recuerda de otros «golpes de suerte» igualmente improbables, como el hallazgo por el FBI del pasaporte intacto del supuesto terrorista suicida Mohammed Atta entre los escombros del World Trade Center, justo después del 11 de septiembre de 2001!
Desde el principio, el caso de la AMIA ha estado plagado de fraude, mentiras, contradicciones flagrantes; y de delito y corrupción en los máximos sitiales del poder en la Argentina. A lo largo de más de quince años, el caso AMIA ha pasado por siete tribunales federales. Se creó el TOF – Tribunal Oral Federal – dentro del propio Poder Judicial, para reunir cientos de miles de páginas de declaraciones, pruebas, informes, investigaciones, estudios, acusaciones y contraacusaciones que se han acumulado hasta el día de hoy . Durante varios años, el caso estuvo en el Juzgado Federal entonces presidido por el juez Juan Galeano, un funcionario débil (sino tonto) que permitió que las organizaciones sionistas locales -la propia AMIA y la DAIA– lo presionaran para que autorizara se le pague un soborno por 400.000 dólares al revendedor de autos usados, en ese momento preso, Carlos Telleldín, quien habría vendido el presunto coche bomba a supuestos agentes de la organización Hezboláh.
Esa coima se la darían a Telleldín para que acusara a tres oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, con el fin de que aparecieran como una «conexión local» que conduciría primero a Siria, a continuación a Hezboláh, y por último a Irán…
Esos 400.000 dólares para pagar el soborno fueron proporcionados por el entonces presidente de la DAIA, Rubén Beraja, a través de su (hoy quebrado) Banco Mayo. Beraja luego pasaría varios años en la cárcel a causa de la quiebra fraudulenta del Banco Mayo. Para comprender mejor la trama de cómo operan estas redes de poder global, quisiera señalar que un tiempo antes, en 1996 cuando el ex-gobernador del Banco de la Reserva Federal de EEUU Paul Volcker fue nombrado para crear y presidir una así-llamada «Comisión de Personas Eminentes» para «investigar» las cuentas inactivas de judíos en los principales bancos suizos – operativo que logrò extraer de aquellos bancos más de 1.250 millones de dólares para las organizaciones sionistas pro-Israel-, Volker eligió entre esas «personas eminentes» para integrar su Comisión, a este oscuro personaje que es Rubén Beraja.
La corrupción, y los turbios tejes y manejes llegaron al colmo bajo el actual co-gobierno del Matrimonio Kirchner – Néstor y Cristina -, que un par de años atrás decidió desechar todo lo realizado en la Causa AMIA y volver a empezar desde foja cero. Pronto descubriríamos, sin embargo, que ello significó darle un cheque en blanco a la CIA estadounidense y al Mossad israelí para fabricar acusaciones falsas contra Irán, por cuánto ello se alinea a la perfección con las políticas de ataque de ambos países contra Irán. Esta es la situación en la que nos encontramos hoy. James Fetzer:Usted nos indica que las versiones oficiales mantienen que ambos ataques fueron realizados con coches-bomba. Sin embargo, mi impresión es que las explosiones fueron lo contrario – o sea, que ambas tuvieron lugar desde dentro de los edificios. ¿Es eso correcto? Adrian Salbuchi: Eso es lo que dicen los expertos técnicos. Y, si aplicamos un poco de sentido común, todos sabemos que cada vez que se produce algún ataque real con coche-bomba, siempre se encuentran los restos de buena parte del vehículo utilizado por los terroristas entre los escombros en el lugar de los hechos. En estos dos ataques, sin embargo, no se halló ningún resto de los supuestos coches-bomba, a excepción de pruebas falsas obviamente plantadas por agentes israelíes, que mencioné anteriormente.
En el caso de la AMIA, el Tribunal reclutó a un perito de la Gendarmería Nacional argentina para que diera una «opinión oficial» sobre el supuesto coche-bomba – la ya famosa camioneta Renault «Trafic» blanca.
Dicho perito, el comandante Osvaldo Laborda, dijo oficialmente que no se hallaron los restos de dicho coche-bomba debido a que «la explosión enterró sus restos debajo la entrada del ex edificio de la AMIA», si usted puede creer semejante cosa…
Ahora, yo soy estrecho colaborador del abogado Dr. Juan Gabriel Labaké, quién representa a dos ciudadanos argentinos de origen sirio que han sido falsamente acusados de participar en el tema de la Trafic blanca. (Digo «falsa acusación» porque luego de 15 años, no se ha interpuesto ni una pizca de evidencia contra ellos). Dado que el caso contra sus clientes y las acusaciones formales contra Irán dependen del hallazgo del supuesto coche bomba, el Dr. Labaké recientemente solicitó al Fiscal del Estado Alberto Nisman que ordene excavar hasta cuatro metros debajo la entrada del ex edificio de la AMIA a fin de determinar, de una vez por todas, si los restos del vehículo existen realmente.
El Fiscal Nisman se negó terminantemente a hacerlo, lo que no sorprende si se tiene en cuenta que Nisman recorre el mundo difundiendo una versión apasionadamente pro-Israel con un mensaje claramente anti-musulmán respecto del ataque a la AMIA.
A fines de 2007, por ejemplo, el [b]Sr. Nisman fue un invitado especial a la Reunión Anual del Congreso Judío Norteamericano[/b]. En marzo de 2009, hizo una exposición sobre el Caso AMIA en la Biblioteca del Holocausto de Nueva York.
A fines del 2008, Nisman presentó personalmente un amplio informe sobre el estado del Caso AMIA ante la Corte Suprema de Justicia – pero no de la Argentina, como sería de esperar, sino del Estado de Israel en Tel Aviv.
Claramente, el señor Nisman opera como Fiscal Especial, ya no en nombre de la Argentina sino del Estado de Israel! James Fetzer:Posteriormente al ataque a la Embajada, usted mencionó que una sociedad profesional de ingeniería realizó una investigación, determinando que la explosión se produjo desde adentro de los edificios. ¿Es correcto? Adrian Salbuchi: Sí, la Academia Nacional de Ingenieros de la Argentina llegó a esta conclusión y, cuando el entonces juez de la Corte Suprema Dr. Adolfo Vázquez, muy razonablemente aceptó ese peritaje, fue reprendido públicamente, e incluso insultado por Ram Aviram, entonces embajador de Israel en la Argentina. James Fetzer:Adrian, usted también mencionó que el Mossad participó en reunir información sobre uno o ambos de estos ataques. Para mi eso resulta simplemente increíble. ¿Cómo fue que ocurrió? Adrian Salbuchi: Bueno, el verdadero culpable fue el ex presidente Carlos Menem quién cedió ante las presiones de Israel, [b]las organizaciones sionistas, y de EE.UU.,[/b] haciendo «un llamamiento a los EE.UU. e Israel» para que ayudaran con la investigación, lo que ambas naciones gustosamente aceptaron. James Fetzer:Usted explicó que el Mossad incluso produjo una parte del vehículo que casualmente incluía el número de serie identificatorio del vehículo? Adrian Salbuchi: Sí, a pesar de lo improbable que ello suena. Esta «prueba» fue finalmente rechazada por el Tribunal, cuando se tornó tan obviamente evidente que había sido plantada en la escena del crimen. Luego, se presentaron varias piezas más del supuesto coche bomba, que al ser enviadas a la planta automotriz Renault para su verificación, resultaron pertenecer a dos vehículos diferentes, uno de los cuales al parecer no tenía instalada la bomba de nafta, por lo que difícilmente hubiera podido trasladarse a ninguna parte… James Fetzer:¡Qué vergüenza! ¿Cómo manejaron esto los tribunales? ¿O es que hasta los tribunales se estaban subordinados a la interferencia de los EEUU e Israel? Adrian Salbuchi: Efectivamente, fue muy vergonzoso. Los tribunales se alinearon pasivamente ante la interferencia de Israel y EE.UU. Los medios de comunicación generaron grandes operativos de prensa en torno a este caso. Las organizaciones sionistas organizaron una manifestación pública tras otra, para rasgarse las vestiduras pidiendo «justicia» y «memoria», como si fuera posible en la Argentina olvidar estos dos ataques…!
Incluso, acusaron a la justicia argentina de ser «inoperante, ineficiente y lenta» cuando no actuaba en consonancia inmediata e irrestricta según las exigencias de los objetivos e intereses sionistas, es decir, cuando se resistía a aceptar todas las falsificaciones y mentiras impuestas.
El mejor ejemplo de lo que digo es lo ya referido acerca del juez pro-sionista Galeano. ¿Se imagina usted a un juez federal que autoriza que se le pague un soborno a un delincuente procesado y encarcelado, para que como contrapartida haga una acusación falsa contra la policía local, para así poder falsificar las pistas del caso? Para colmo, el dinero para esa coima fue proporcionado por el hoy también procesado presidente de la DAIA, organización hermana de la AMIA! James Fetzer:En la Argentina, muchos ciudadanos creen que el caso de la AMIA está inmerso en actos de corrupción, irregularidades de todo tipo e información falsa. Por lo que usted ha dicho, entiendo que esto efectivamente fue así. Adrian Salbuchi: Por desgracia, sí! Pero esto fue a causa de una combinación muy triste de gobernantes cobardes, instituciones republicanas débiles – especialmente el poder judicial argentino – aunado a una prensa cómplice que de forma sistemática apoya el mensaje sionista y les ayuda a difundir sus problemas al mejor “estilo del Holocausto”, a fin de generar simpatía a su favor entre la opinión pública. Esto es tan cierto en la Argentina, como en la mayoría de los países occidentales.
Hoy, bajo el gobierno del Matrimonio Kirchner, las presiones sionistas han logrado deformar la política exterior de la Argentina. Tan es así que los Kirchner han acusado formal y falsamente al ex-presidente iraní Alí Rafsanjani y a siete miembros clave de su gabinete – que incluye a Ahmad Vahidi, actual ministro de defensa del presidente Ahmadinejad – de haber financiado y planificado el ataque a la AMIA a través de Hezboláh. [b]Todas estas acusaciones se basan exclusivamente en inteligencia descaradamente falsa proporcionada por la CIA y el Mossad.[/b] ¿Alguien puede creer realmente que estos dos servicios de inteligencia extranjeros sean imparciales y objetivos en este tema que involucra a Israel e Irán? Toda esta situación es una burda farsa. James Fetzer:Adrian, ¿por qué razón se generaron «historias oficiales» tan improbables en absoluto? Mi impresión es que se permitió a la política influir sobre la imparcialidad de investigaciones – en verdad las estaba dominando. Adrian Salbuchi: Hace más de quince años que los tribunales argentinos vienen buscando pruebas de una supuesta “conexión Irán – Siria – Hezboláh”, que nunca han sido halladas, por la sencilla pero poderosa razón de que tal coche bomba nunca existió.
Sin embargo, ambos ataques terroristas cobran una dimensión mucho más clara y lógica cuando se los inserta dentro de la lógica, ya no de una inexistente y burda “conexión iraní”, sino más bien de una mucho más concreta “conexión israelí”.
¿Por qué digo esto? Bueno, echemos un vistazo a lo que estaba ocurriendo en Israel en los años 90, cuando estos ataques tuvieron lugar. En 1991, comenzó la Conferencia de Paz de Madrid. En Israel, el Partido Laborista tenía claramente mayor popularidad y poder, especialmente cuando el general Yitzhak Rabin ganó las elecciones a primer ministro en junio de 1992. Rabin parecía estar intentando honestamente llegar a algún acuerdo mutuo con los palestinos, lo que habría requerido la detención y el desmantelamiento de buena parte de los asentamientos ilegales establecidos por la ultra-derecha fundamentalista fanática de sionistas nazis que sostienen que cualquier persona que ceda siquiera un centímetro de “sagrada tierra de Israel”, es un traidor.
Rabin y su grupo de trabajo trató de seguir adelante con el proceso de paz y, en septiembre de 1993, lo vimos a Rabin, aunque a regañadientes, estrecharle la mano a Yasser Arafat bajo la mirada atenta de Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca. Seguidamente, Rabín llegó a principios de acuerdo con Siria para lograr la paz definitiva sobre las Alturas del Golán, y también con Jordania. Rabin permitió que Arafat regresara a Palestina tras 27 años de exilio, lo cual tuvo lugar a principios de julio de 1994.
Lo más moderado que puede decirse es que los ultra-sionistas de derecha se volvieron locos. En febrero de ese año, un judío neoyorquino de nombre Baruch Goldstein, miembro del grupo fanático Kach, irrumpió en una mezquita en Hebrón y abrió fuego con su ametralladora asesinando a más de 40 musulmanes que se encontraban orando en el lugar.
Resulta muy sospechoso que Goldstein lograra atravesar la seguridad israelí portando una ametralladora, sin dificultad alguna. Goldstein fue muerto en ese acto y desde entonces su tumba en Israel se ha convertido en un lugar de peregrinaje y culto para la ultra-derecha sionista.
Observe, Jim, la secuencia en la que ocurrieron estos eventos, ya que pocos días después, el 14 de julio de 1994, en un momento álgido en el desarrollo de esta lucha interna insidiosa entre los sionistas y dentro del propio Estado de Israel, se produce la voladura del edificio de la AMIA. La conducción de la AMIA de entonces era pro-partido laborista, por lo que ese atentado parece haber sido un claro «disparo de advertencia» de la extrema derecha nazi-sionista contra Rabin y su gobierno laborista, orientado a detener las negociaciones de «paz por territorio» con los palestinos.
Sin embargo, pareciera que el primer ministro Rabin, que era un tipo duro, no «entendió el mensaje». Así que, ¿cuándo llega a su punto culminante toda esta secuencia de luchas internas? Pues, un 4 de noviembre de 1995 – sólo 16 meses después del ataque a la AMIA – cuando el primer ministro Rabin es asesinado al mejor estilo John Kennedy, en las calles de Tel-Aviv, ya no por un neonazi, ni por un fundamentalista islámico, sino por un tal Ygal Amir, un joven estudiante ultra-derechista miembro del movimiento de colonos fanáticos relacionado con el servicio de seguridad interior Shin Beth, que estaba siendo vigorosamente redimensionado por Rabin.
Tras la muerte de Rabin, Shimon Peres quedó como primer ministro durante un tiempo, pero en las siguientes elecciones los laboristas fueron barridos cediendo el poder a la ultra derecha sionista que pudo así instalarlo a Benjamin Netanyahu como primer ministro en 1997. Desde entonces, la ultraderecha ha estado en el poder con Ariel Sharon, Ehud Olmert, y hoy una vez más, Netanyahu.
Estas luchas intestinas entre sionistas, tuvo como uno de sus episodios más sangrientos los bombardeos de la Embajada de Israel y, más tarde, del edificio de la AMIA en la República Argentina, que en aquél momento seguramente era percibida por los sionistas ultra-derechistas como un reducto del laborismo. ¿Por qué Buenos Aires, usted podrá preguntar? Simplemente porque la seguridad pública argentina ha sido desde siempre, y lo sigue siendo hoy, muy débil. Por lo que las operaciones de terror son relativamente más fáciles de llevar a cabo contra objetivos en la Argentina.
Sin embargo, y en forma similar a los atentados del 11 de septiembre, a pesar de que han demostrado una gran capacidad técnica para llevar a cabo este tipo de ataque de “bandera falsa” (casi a la perfección, diría, utilizando bombas, demoliciones controladas, y otros métodos), son sin embargo muy desprolijos al dejar sus huellas en los lugares de los ataques, que luego quedan al descubierto debido a las grandes incoherencias y contradicciones que han resultado imposibles de explicar. James Fetzer:Me preocupa lo que usted dice respecto de los tribunales y los medios. No solo los tribunales no han sido imparciales, sino que la cobertura brindada por la prensa ha sido cualquier cosa menos “justa y equilibrada”. Adrian Salbuchi: El problema con la Argentina es que en los últimos cuarenta años nuestro Estado Nacional ha quedado tan erosionado, que ha dejado de ser una institución soberana, para convertirse en una entelequia que se asemeja más y más a una mera Administración Colonial. Ahora, ¿cómo se puede esperar de una nación totalmente dependiente como la Argentina, pueda tener un “poder judicial independiente”? ¡De ninguna manera!
Nuestro poder judicial está al servicio de aquellas personas que realmente controlan y dirigen a nuestro país, donde una red de poder global de think tanks (bancos de cerebro), ONG’s, y grupos de presión siempre tienen la última palabra.
Esta red no sólo incluye a entidades como el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR – Council on Foreign Relations de EEUU), la Comisión Trilateral, la Conferencia Bilderberg, y Chatham House, sino que también la integran el Consejo Judío Mundial, AIPAC, la logia masónica B’nai B’rith, la Organización Mundial Sionista, la ADL, y el Congreso Judío Nortemericano, entre muchas otras. ¡Es esta red de poder la que realmente manda y le tuerce el brazo a nuestro gobierno!
Hace un par de años, el profesor de la Universidad de Harvard Stephen Walt y profesor de la Universidad de Chicago John Mearsheimer publicaron un libro fundamental titulado “El lobby Israelí y la política exterior de EE.UU.”, en el que demuestran de manera sólida y consistente la manera en que las organizaciones sionistas controlan la política exterior de EEUU en Oriente Medio. Su trabajo ha sido ampliamente admirado en el extranjero, pero ha recibido escasa atención en los propios Estados Unidos.
Si esta red de poder ha logrado tanta influencia sobre los EE.UU., ¿se puede imaginar lo que podrá hacer e un país débil como la República Argentina? Naturalmente, los planes y propuestas emanados de esta red mundial de los bancos de cerebros [b]son convenientemente avalados, apoyados y divulgados de la manera más conveniente por los medios de comunicación globales[/b]. Ellos son los que deciden quienes aparecerán como “buenos” y quienes como “malos” en las pantallas y páginas de CNN, Fox News, The New York Times, Washington Post, Financial Times, y así sucesivamente. Más aún, ellos son quienes deciden qué es y qué no es noticia! James Fetzer:Estos dos casos ocurrieron bajo el gobierno del presidente Carlos Menem. Desde entonces varios presidentes vinieron y se fueron. En los últimos seis años y medio, su país ha sido gobernado por el matrimonio Kirchner (Nestor y Cristina). ¿Cómo han estado manejando este caso? Adrian Salbuchi: De una manera espantosa! Antes de dejar de ser formalmente presidente, Néstor Kirchner prácticamente impuso al país a su esposa, Cristina, como su sucesora en el cargo de presidente. Previamente, Cristina había sido legisladora e integró la comisión en el Congreso que investigó el ataque a la AMIA. Parece ser que en aquellos tiempos la senadora Kirchner forjó una relación muy estrecha con las organizaciones sionistas.
Un año antes que cambiaran de lugar entre ellos, el entonces presidente Néstor Kirchner, su esposa Cristina y el ministro de Relaciones Exteriores (entonces y ahora), Jorge Taiana, participaron de una reunión secreta en el Hotel Waldorf-Astoria de Nueva York el 21 de septiembre de 2006, junto a ocho de las más importantes organizaciones prosionistas y pro-Israel, que incluyó al Congreso Judío Norteamericano, la B’nai B’rith, ADL y otros.
Nadie sabe de qué hablaron porque, como digo, fue una reunión secreta. Sin embargo, un mes después, los Kirchner despacharon al fiscal especial Alberto Nisman a los EE.UU., quien se reunió con agentes de la CIA y del Mossad y, a su regreso, Nisman lanzó una acusación formal contra el ex-gobierno iraní de Ali Rafsanjani. El actual juez en este caso, Dr. Rodolfo Canicoba Corral, inmediatamente avaló y apoyó las acusaciones.
Esta fue noticia de primera plana en los diarios e inspiró al rabino Israel Singer, director político del Congreso Judío Mundial, a «felicitar al gobierno argentino», por formalizar «la denuncia contra Irán», ya que ello «confirmó el compromiso asumido por los Kirchner en aquella reunión secreta».
¿Compromiso? ¿Para hacer qué? ¿Por qué? ¿A cambio de qué? [[b]1[/b]] Yo, personalmente escribí cartas abiertas a los Kirchner pidiendo una respuesta a estos interrogantes. Por supuesto, los Kirchner ni siquiera acusan recibo a cartas enviadas por ciudadanos “comunes” como yo. Así es “la Argentina democrática” que hoy tenemos… Un país dónde un presidente puede cometer toda clase de irregularidades y hacer pactos espurios con agentes de potencias extranjeras a plena luz del día, y no hay nada que el “ciudadano común” puede hacer para detenerlos… James Fetzer:¿Han estado ejerciendo presiones masivas los grupos de lobbyistas sionistas en la Argentina? Adrian Salbuchi: Desde luego que sí. Tienen un poder decisivo, no sólo sobre la política exterior como vemos en el caso de la AMIA, sino también sobre nuestros medios de comunicación, banca, gobierno, universidades, ONG’s, y la vida cultural y social. Sin embargo, fuentes oficiales indican que la cantidad de judíos que viven en Argentina sería de apenas 200.000 – o sea, sólo el 0,5% de nuestra población de 40 millones de personas.
Ello obliga a concluir que o bien los judíos conforman un grupo étnico cualitativamente superior, lo que explicaría que estén tan sobre-representados en la vida social de la Argentina, o tal vez – sólo tal vez – estén abusando de su bien conocida riqueza económica y el poderoso apoyo internacional que reciben de las organizaciones sionistas y del poder global de la red a la que me he referido, que siempre se ajusta a los objetivos y los intereses sionistas. James Fetzer:¿Cuáles son los intereses políticos locales e internacionales que vienen chocando respecto de estos dos casos desde que tuvieran lugar? Adrian Salbuchi: Creo que hay que ver todo esto como parte de la prédica de los halcones israelíes y estadounidenses que en los últimos años han tomado descaradamente a Irán como blanco de ataque, donde todos los días oímos nuevas amenazas de ataque militar unilateral contra esa nación pacífica, que, por cierto, jamás ha atacado ni invadido a ningún otro país en tiempos modernos. Algo que apenas pueda decirse de EE.UU. e Israel – a pesar de que John Kennedy alguna vez afirmara que EE.UU. jamás atacaría a otro país. [[b]2[/b]]
Irán no sólo no ha atacado a ninguna otra nación, sino que todo lo contrario ha sido atacada reiteradamente por “Occidente”. Por ejemplo, en 1941, Churchill y Stalin invadieron lo que entonces era Persia para tomar su petróleo, necesario para librar su guerra contra Hitler.
En 1953, el presidente iraní democráticamente elegido, Mahmoud Mossadegh, fue derrocado por un golpe de Estado orquestado por la CIA, luego que nacionalizara las empresas petroleras extranjeras. Y, cuando en 1979 Irán finalmente se deshace del régimen pro-empresas petroleras de EEUUJ y Gran Bretaña bajo el Shah Pahlevi, los EE.UU. arman inmediatamente al “bueno” de entonces – que era Saddam Hussein – con armas de destrucción masiva químicas, para que Irak pudiera lanzar una guerra brutal y genocida contra Irán durante 8 largos años, en la década de los 80. Es todo un récord! James Fetzer:¿Cuál ha sido la reacción de la comunidad judía en la Argentina a estos dos supuestos ataques, que han sido atribuidos a Irán? Adrian Salbuchi: Los judíos sionistas locales – y muchos sionistas no-judíos también – se vienen manifestando histéricamente a favor de Israel, en contra de Irán y anti-musulmanes. Lamentablemente, aunque hay una parte sustancial de judíos anti-sionistas o no-sionistas en la Argentina, pareciera que no se atreven a abrir la boca puesto que saben que, si lo hacen, los grupos de presión sionista locales – con la AMIA y la DAIA a la cabeza – inmediatamente los marcarán como «malos judíos».
Hemos estado pidiéndole a la parte sana de la comunidad judía local, que se ponga de pie y asuma una posición contraria a la prédica de la AMIA, la DAIA y la Embajada de Israel. Que les espeten a estas entidades que no tienen derecho legítimo a decir que “hablan en nombre de todos los judíos en la Argentina”. Insistimos en que deben hablar, y hacerlo por sí mismos, como una forma de auto-preservación. Sin embargo pareciera que las cadenas mentales y sus miedos resultan demasiado fuertes de romper. Consecuentemente, no mucho puede esperarse de este segmento de la comunidad. James Fetzer:Cuando nos preguntan: «¿Quién se beneficia?», No es Irán, sino otra nación en el Oriente Medio que tiene un importante arsenal nuclear, pero que nunca ha sido cuestionada por la ONU. ¿Por qué es eso? Adrian Salbuchi: Efectivamente, es así. Todos estos acontecimientos con sus mentiras, distracciones, confusiones adrede, orientaciones equívocas y giros errados parecieran tener un único beneficiario: el Estado de Israel. Siempre ha sido así, y ello es totalmente injusto hacia la Argentina donde todos los grupos étnicos y las razas que vinieron a nuestras costas conviven pacíficamente. Es evidente que necesitamos identificar con mejor precisión a las manzanas podridas entre nosotros. James Fetzer:Estos eventos me parece que han sido organizados con el objeto de socavar la cooperación técnica y científica entre la Argentina e Irán en relación con el desarrollo de la energía atómica pacífica. Irán nunca podría haber cometido estos ataques en Argentina, ya que ello habría sido contrario a sus propios intereses. Israel me parece sería culpable. ¿Estoy en lo cierto en ello? Adrian Salbuchi: Entiendo que sí. De hecho, la Argentina siempre estuvo a la vanguardia en nuestra región en la investigación y desarrollo de tecnologías nucleares. Todo esto se remonta a las acertadas políticas impulsadas por el ex-presidente Juan Domingo Perón quien, más allá de circunstanciales errores, siempre abogó a favor del Interés Nacional Argentino. Tan pronto como Carlos Menem llegó al poder en 1989, se inclinó ante la presión de George Bush padre y detuvo el acuerdo de cooperación nuclear que Argentina mantenía en materia de tecnología nuclear con la República Islámica de Irá.
Mientras tanto, los iraníes parecen haber sido capaces de sustituir esto con tecnología china, rusa y hasta alemana, de modo que el verdadero perdedor fue la Argentina, que perdió a un socio comercial leal y a un aliado estratégico que tenía en Irán. El encubrimiento inventado por la CIA, el Mossad israelí, la AMIA, la DAIA, los Kirchner y otros, pretende que creamos que el presidente Rafsanjani planeó el ataque a la AMIA en venganza porque la Argentina interrumpió el acuerdo de cooperación nuclear. Todo lo que puedo decirle es que eso es un montón de basura! James Fetzer:¿Qué similitudes encuentra usted con otros ataques en los EE.UU. del 11 de septiembre 2001, en Londres el 7 de julio de 2005 y en Madrid el 11 de marzo de 2006? Adrian Salbuchi: Bueno, todos parecen tener la misma “huella digital”, por así decirlo. Como he dicho anteriormente: Estos eventos de bandera falsa todos tenían una casi perfecta realización técnica. O sea, los edificios que se quería destruir y colapsar, lo hicieron, lo que refleja una capacidad tecnológica y planificadora enorme; Pero todos dejaron “cabos sueltos” que resultaron imposibles de explicar de manera convincente, con lo que sus mentiras terminaron quedando burdamente develadas; Todos tuvieron episodios de pruebas plantadas artificialmente; Siempre murió “gente común” – o sea, trabajadores y empleados – mientras que los “altos mandos” – embajadores, directores generales, gobernadores, y multimillonarios – siempre parecen tener la “suerte” de estar fuera de los edificios en el momento oportuno, y, Por último, todos ellos servían para apoyar la “guerra global contra el terrorismo islámico”.
En síntesis, todos ellos se alinearon a la perfección con las necesidades circunstanciales de Israel y sus objetivos: todos tuvieron la cobertura mediática «correcta» y las explicaciones y justificaciones “políticamente correcta” que luego son repetidas hasta la saciedad. Yo considero que los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel pertenecen a la misma liga que los atentados de bandera falsa del 11 de septiembre, 7 de julio y 11 de marzo en Nueva York/Washington, Londres y Madrid, respectivamente [[b]3[/b]] James Fetzer:¿Cómo se insertan estos dos ataques en una más amplia estrategia global por parte del poder sionista? Adrian Salbuchi: Como ya lo he mencionado, los grupos de presión sionistas, otros grupos de poder y ciertas ONG forman parte de una red sumamente compleja e intrincada de una Red Global de Poder Privado que es discreta – mas no secreta – que parece haber estado dirigiendo el mundo en las últimas 6 o 7 décadas.
Me estoy refiriendo a quienes integran el CFR (Council on Foreign Relations), la Comisión Trilateral, el grupo Bilderberg, AIPAC, y el Congreso Mundial Judío, entre muchos otros, que incluye también a la AMIA y la DAIA en la Argentina. Es esta red de poder la que lleva a cabo la planificación a largo plazo para la elite del Nuevo Orden Mundial.
Vea usted el caso del CFR, por ejemplo: se trata de unos 4500 miembros de gente muy inteligente, especializada en una amplia gama de profesiones, todos dirigidos por un grupo compacto de la personalidades verdaderamente poderosas – los Rockefeller, Bush, Harriman, Schiff, Clinton, Warburg, Greenspan, Goldman Sachs, Forbes, Rothschild, Wolfowitz, y muchos, muchos otros.
La función del CFR consiste en ser un semillero que proporciona operadores clave y jóvenes prometedores para que integran los directorios y las gerencias como ejecutivos en las principales corporaciones estadounidenses (las S&P 1000) como directores generales y otros puestos clave. Pero también dirigen los principales bancos, y siempre dirigen los organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC, como así también el Banco de la Reserva Federal.
Cuando digo que ellos dirigen estas organizaciones, quiero decir que siempre hay algún miembro del CFR o la Trilateral a la cabeza de la organización y a cargo de sus áreas clave. Lo mismo ocurre en el ámbito de los medios de comunicación. Y también determinan los paradigmas «políticamente correctos» en la vida académica (a través de planes de estudio y en los trabajos de sus principales académicos en las más influyentes universidades).
Y, quizás, lo más importante de todo, miembros del CFR/Trilateral se encuentran sistemáticamente a cargo de los principales puestos del gobierno estadounidense en el ejecutivo, los Departamentos de Estado, Tesoro, Defensa, en la CIA, el FBI, la NSA, las embajadas clave, la justicia y en los puestos relevantes en el Congreso – independientemente de si son formalmente republicanos o demócratas. Por encima de todo, claramente rige la Red de Poder Global Privada. James Fetzer:Esa es una acusación de gran alcance. ¿Podría explicar el razonamiento que la sustenta? Adrian Salbuchi: Permítame explicarle esto de otra manera con una metáfora. A mi me gusta la música clásica, y cuando uno, por ejemplo, concurre al teatro para oír la Novena Sinfonía «Coral» de Beethoven, ¿qué vemos? Más de 100 músicos, 4 cantantes solistas, y otros 100 cantantes del coro sobre el escenario. Todos están listos para producir los sonidos correctos y la música compuesta por Beethoven. Sin embargo, antes de poder empezar, aparece un hombre en escena quién saluda brevemente, luego se pone de espalda a la audiencia y, con su batuta, hace que la magia de Beethoven pueda comenzar (…).
Este señor que se para en medio de la fosa de la orquesta es el director y él es quien puede oír exactamente cómo suenan todos y cada uno de los instrumentos y cantantes. Él es quién debe asegurarse que todo suene bien – de la manera cómo Beethoven quería que sonara. Y, ocurre a veces que los bronces tocan demasiado fuertes o los violines demasiado bajo, o algún cantante se pierde. Es entonces que el director de orquesta – pues de él se trata – debe asegurarse que los primeros violines, segundos violines, violas, violon-cellos, contrabajos, maderas, bronces, percusión, solistas y coro, hagan cada uno “lo suyo” en el momento justo, con el volumen adecuado, y todo en perfecta armonía.
Pero el director no hace las cosas a su antojo – ¡no, señor!. Él lleva todo a cabo según instrucciones precisas anotadas en un trozo de papel que contiene la partitura de la sinfonía de Beethoven, con instrucciones muy precisas en cuanto a ritmo, volumen, sentimiento, etc. En otras palabras, el conductor dirige exactamente lo que un hombre que murió en 1827 – Ludwig van Beethoven – quería que dirigiera (…).
Creo que esta metáfora ayuda a comprender mejor cómo funciona realmente el actual orden mundial: la contrapartida de cada grupo de instrumentos y cantantes son las corporaciones, los bancos, las agencias multilaterales, las organizaciones, los medios de comunicación, los puestos de gobierno, jefes militares, y así sucesivamente, que son quienes realmente manejan el mundo. El director de la orquesta sería aquí la compacta red de poder global de los think tanks, lobbies y grupos de presión. La partitura musical sería el plan a largo plazo que vienen impulsando los verdaderamente poderosos que dirigen este mundo desde hace largo tiempo.
Es una verdadera vergüenza, sin embargo, que en lugar de producir la belleza como lo hacen los músicos en mi metáfora beethoveniana, hayan creado un mundo monstruoso basado sobre la violencia, la injusticia, la codicia, la guerra, sangre, sudor y lágrimas! James Fetzer:¿Qué piensa la opinión pública argentina en la actualidad acerca de todo esto? Adrian Salbuchi: ¡Poco o nada! Casi nadie entiende cómo funciona realmente el mundo! Y no sólo aquí. Lo mismo ocurre en los EE.UU., Europa y en casi todas partes. Por eso es tan importante despertar a la gente a esta realidad, incluso si tenemos que hacerlo uno por uno. James Fetzer:¿Cuál sería el lugar que le toca a la Argentina en el esquema del «Nuevo Orden Mundial»? Adrian Salbuchi: Ah, se nos ha asignado un rol de proveedores de materias primas baratas – energía, minería, alimentos y agua – con algunos roles gerenciales locales para quienes deban administrar esta Argentina proveedora de materias primas y riquezas a favor del modelo de Nuevo Orden Mundial. O sea, siempre habrá lugar para una compacta y bien paga clase local gerenciadora.
Por ello, la Argentina ha sido mantenida artificialmente despoblada desde siempre. Hoy, tenemos el octavo mayor territorio del mundo, y sin embargo, nuestra población es de tan sólo 40 millones de personas. Deberíamos ser 140 a 240 millones!
Peor aún, el 80% de la población se encuentra hacinada en un puñado de mega-ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Tucumán. Especialmente la parte sur de la Argentina – la Patagonia con sus casi infinito recursos petrolíferos, de minería y de agua potable – se encuentra casi deshabitada.
Los sionistas han puesto los ojos sobre la Patagonia – tanto en la parte argentina, chilena – desde hace ya muchos años, ya que probablemente sigan manteniendo el viejo plan de crear allí un segundo Estado judío. El fundador del sionismo, el Dr. Theodor Herzl, menciona esto en su libro “Un Estado judío”, publicado en 1896, que dio inicio al movimiento sionista. El título de uno de sus capítulos lo dice todo: se llama “¿Palestina o Argentina?” Dejo el resto librado a su imaginación. James Fetzer:Usted ha esbozado un plan para la dominación global económica y militar. Estoy en lo cierto? y, en caso afirmativo, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿A dónde vamos desde aquí? Adrian Salbuchi: Si. Están decididos a crear formalmente un Gobierno Mundial que sustituirá a la actual Globalización. La globalización tiene todas las apariencias de un gobierno mundial, sin embargo, es aún informal.
«Los eventos por venir nos proyectan sus sombras hacia delante», decía el dramaturgo alemán Johann Goethe alguna vez. Hacerse una idea de lo que se viene, es en cierta manera como cuando tratamos de armar un rompecabezas, donde a medida que vamos uniendo las piezas, empieza a aparecer una imagen determinada.
Ahora bien, si cuando estamos haciendo esto se nos aparece una parte del cuadro que muestra la proa de un barco, no hay que ser ningún genio para darse cuenta que lo que nos falta es hallar las piezas que forman la proa de ese mismo barco. No buscaremos armar un tren o un caballo. Y toda pieza de color azul las moveremos hacia arriba pues probablemente formen partes del cielo y toda pieza de color verde la moveremos hacia abajo pues probablemente formen el pasto del suelo.
A medida que vamos haciendo esto, la imagen se hará cada vez más claro. Usted no necesita armar mas que el 60% de las piezas para tener una idea de toda la imagen. Se trata del arte de usar el sentido común y la intuición para deducir las partes de la imagen que aún falta completar. Pues lo mismo ocurre cuando pretendemos desentrañar y comprender cómo funciona este Nuevo Orden Mundial: no es necesario tener todas las piezas colocadas en su lugar para entender cómo es toda la imagen. Basado en esto, yo digo que lo que se viene será un Gobierno Mundial FORMAL público, dependiente de instancias superiores privadas.
Me imagino que tendrá varios centros especializados clave: Nueva York (como Capital Financiera del Mundo), Washington DC (como capital administrativa militar de una fuerza armada mundial), Londres (como la capital política, el «cerebro del mundo» lo llamo yo, y Londres siempre lo ha sido), Roma (o más bien, el Vaticano, como la «Centro Ecuménico Religioso Global», lo que explicaría por qué muchos clérigos decadentes seguidores de Joseph Ratzinger se muestran tan ansiosos de integrarse de manera «políticamente correcta» dentro del Nuevo Orden Mundial), y finalmente Jerusalén será la «Capital Espiritual» del mundo, donde los sionistas pretenden que el Globierno Mundial realice su sueño milenario de entronizar al «Rey del Mundo».
Hay muchos fanáticos fundamentalistas que quisieran que esta “profecía” se torne en «realidad», y hace que muchos cristianos sionistas en los EE.UU. lo enlacen con la «Segunda Venida». «La prueba» de ello, dicen, es el retorno de los judíos a Israel. Ahora, les falta (re)construir el Tercer Templo de Salomón. El problema es que la Mezquita de la Roca, uno de los santuarios más importante del Islam, se encuentra sobre ese sitio.
¿Me pregunto si no habrá otra oportuna bomba en camino hacia esos lugares? James Fetzer:Adrian, no puedo agradecerle lo suficiente por venir al show para hablar de estos acontecimientos, que, en mi opinión, arrojan luz sobre una serie de eventos relacionados en los Estados Unidos y otros países. Debemos entender que debemos mantenernos libres de la manipulación por parte de fuerzas que pretenden controlarnos.
ya lo conocía el reportaje, no querés subirme tambien el plan andina??
Lo mas gracioso que un defensor del gobierno K suba eso, cuando el gobierno este de mierda fue el que denunció a Irán.
Teorías conspirativas compulsivas y científicas sobre el 11-9
Por Dr Oscar ABUDARA BINI - Sunday, May. 11, 2008 at 6:14 PM drabudarabini@yahoo.com.ar (Casilla de correo válida) CAPITAL FEDERAL, ARGENTINA
Se trata de la traducción y comentarios sobre un artículo central del profesor James Fetzer, pionero del movimiento 911 TRUTH
Diferencias entre “Teorías Conspirativas” compulsivas y científicas en el 11-9: establecidas por James Fetzer
Introducción por Oscar Abudara Bini
Presentamos, el artículo del profesor James Fetzer, que forma parte del libro “THE 9/11 CONSPIRACY”. El recién mencionado es prima facie un académico norteamericano: Distinguished McKnight University Professor Emeritus at the University of Minnesota, Duluth, ha publicado mas de 20 libros en filosofía de las ciencias y en la fundamentación teórica de la ciencia computacional, inteligencia artificial y ciencias cofgnitivas. Es un ex Oficial de la Marina y editó tres libros sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy. Pero, el trabajo, investigación y lucha de Fetzer ha cobrado gran realce al ser uno de los miembros fundadores del movimiento 911TRUTH (por la verdad de lo sucedido el 11-9).
A pesar de la censura masiva que reina en la mayor parte de Occidente, muchas personas, gracias a los medios alternativos, saben que el movimiento 911TRUTH tiene cientos de personas trabajando en investigación, presentaciones judiciales y divulgación de indicios, pruebas y hipótesis sobre lo sucedido realmente el 11-9. En este grupo de investigadores-luchadores hay ex funcionarios de gobiernos, agentes de inteligencia, militares, pilotos de combate, periodistas, profesores universitarios, psiquiatras, familiares de víctimas, esto dentro de los EEUU.
Se está difundiendo también que órganos gubernamentales y funcionarios de gobiernos extranjeros están volcándose seria y públicamente a confiar más en la verdad de los científicos que en las “historietas conspirativas” promocionadas por Bush, Blair, Olmert, Aznar y otros gobernantes.
El parlamento venezolano, el presidente Hugo Chávez, el parlamento japonés, el ex presidente de Italia Francesco Cossega, el ex ministro alemán Andreas von Bülow, el hombre fuerte de la diplomacia americana B. Brzezinski, ente otros, manifestaron públicamente que no solo creen que el 11-9 fue un trabajo “interno” de los gobiernos de Bush, Israel y otros, sino que puede volver a repetirse.
Aclaración
El profesor Fetzer, ha confirmado que antes de la mitad del año en curso (2008) visitará la República Argentina, para dar un ciclo de conferencias. Asimismo, tomará contacto con el grupo de investigadores, científicos, gente de la cultura y los pocos políticos argentinos que estudian el tema.
¿Qué representa el 11-9? Para la mayor parte de los debates contemporáneos, el 11-9 marca un evento fundante de nuevos paradigmas, no solo en el campo de la geopolítica, por ejemplo, invasiones a Afganistán e Irak, sino el riesgo cierto y cínicamente reconocido de una posible lll Guerra Mundial, iniciada contra Irán y con uso de armas atómicas.
Para los argentinos, españoles y británicos, el estudio del 11-9 representa un filón de enseñanzas, ya que los ataques terroristas cometidos en Lockerbie, Argentina, Madrid y Londres, tienen en el atentado de los EEUU, el exponente máximo del modus operandi. Para científicos, psicólogos, abogados, periodistas, artistas y hombres de gobiernos, la verdad “verdadera” del 11-9 es matriz para políticas y tomas de posición para una de las consecuencias que ya invadió a todo Occidente, nos referimos a la Ley Antiterrorista, que el gobierno de Bush impuso en EEUU, Europa y Latinoamérica.
Introducción: por el profesor James Fetzer
¿Usted es de los que le creyó ciegamente en las teorías compulsivas de Bush?
La frase “teoría conspirativa” alberga una ambigüedad, ya que las conspiraciones son generalizadas y las teorías acerca de ellas no necesariamente son meras especulaciones. La aplicación del razonamiento científico en la forma de inferencia hacia la mejor explicación, aplicada a la evidencia relevante, establece que la versión oficial de los hechos del 11/9 no puede sostenerse. Las medidas objetivas de la evidencia utilizando probabilidades establecen que el WTC fue derribado a través del uso de la demolición controlada y que el Pentágono no fue impactado por un Boeing 757. Como estas hipótesis tienen altas probabilidades y las otras alternativas tienen probabilidades que van de cero a nulas (porque ni siquiera son físicamente posibles), asumiendo que suficiente evidencia se ha hecho disponible y “asentado”, estas conclusiones no solo proporcionan mejores explicaciones para los datos sino que están probadas más allá de la duda razonable.
“Teorías Conspirativas”
Tenemos que entender las conspiraciones. Las conspiraciones son tan norteamericanas como el pastel de manzana. Solo requieren que dos o más personas colaboren en actos para alcanzar fines ilegales. Cuando dos tipos asaltan una tienda, están envueltos en una conspiración. La mayoría de las conspiraciones en nuestro país son económicas, como Enron, WorldCom, y ahora Halliburton al explotar las oportunidades de obtener ganancias en Irak. La venta de información confidencial (insider trading) es un simple ejemplo, ya que los inversores y brokers colaboran para beneficiarse de la información privilegiada . Normalmente, sin embargo, los medios no lo describen como “conspiraciones”. Las dos conspiraciones más importantes de nuestra historia seguramente sean las de JFK y el 11/9.
Un aspecto fascinante del 11/9 es que la historia oficial (“conspirativa”) involucra la colaboración de alrededor de diecinueve personas para alcanzar fines ilegales y, consecuentemente, obviamente califica como “teoría conspirativa”. Cuando los críticos del gobierno ofrecen una versión alternativa que involucra a figuras clave del gobierno en el 11/9, eso también califica obviamente como “teoría conspirativa”. Pero lo que importa ahora es que estamos confrontados por versiones alternativas de lo que pasó el 11/9, y ambas califican como “teorías conspirativas”. En consecuencia no es racional descartar a una de ellas como “teoría conspirativa” a favor de la otra. La cuestión es ¿cuál de estas dos “teorías conspirativas” es más defendible?
Hay una cierta ingenuidad en combinar “conspiración” con “teoría”, porque la palabra “teoría” puede usarse en el sentido débil de especulación, conjetura o suposición, para denigrar una versión u otra por razones políticas o ideológicas sin reconocer que “teoría” también puede usarse en el sentido más fuerte de hipótesis empíricamente comprobable y explicativa. Considere la teoría de Newton de la gravitación o la teoría de Einstein sobre la relatividad como ejemplos. El truco psicológico es hablar como si todas las “teorías” fueran conjeturas, y ninguna de ellas debiera ser considerada seriamente. Sin embargo, varios casos diferentes pueden presentar varios problemas diferentes. La evidencia puede ser escasa, por ejemplo, o las alternativas pueden ser difíciles de imaginar.
Además, hay varias razones por las cuales personas distintas podrían arribar a conclusiones muy diferentes en un caso determinado. Estas incluyen que no estén considerando el mismo conjunto de explicaciones alternativas o que no estén empleando las mismas reglas de razonamiento. La objetividad de la ciencia deriva, no de trascender nuestras fragilidades humanas, sino de su inter-subjetividad. Científicos distintos confrontando las mismas alternativas, la misma evidencia, y las mismas reglas de razonamiento deberían arribar a todas y solo las mismas conclusiones sobre qué hipótesis son aceptables, cuáles son rechazables, y cuáles deberían mantenerse en suspenso . Y en la búsqueda de la verdad, el razonamiento científico debe basarse en toda la evidencia relevante disponible, condición llamada el requisito de evidencia total, o de lo contrario será falaz .
Razonamiento científico
El razonamiento científico caracteriza a un patrón sistemático de pensamiento que abarca cuatro etapas o pasos, a saber: desconcierto, especulación, adaptación y explicación . Algo ocurre que no cuadra confortablemente en nuestro conocimiento adquirido y expectativas, y así se convierte en una fuente de desconcierto. Las teorías alternativas que podrían explicar esa ocurrencia surgen para su consideración. La evidencia relevante disponible es traída para solventar esas hipótesis y se establecen sus medidas de apoyo probatorio, así como dónde podría obtenerse evidencia adicional sobre la base de la observación, medición y experimentación. El peso de la evidencia es evaluado, y la hipótesis con mayor soporte es la preferible. Cuando hay suficiente evidencia disponible, la hipótesis preferible también se vuelve aceptable en la manera tentativa y falible de la ciencia .
Entre las distinciones más importantes que es necesario hacer en el razonamiento sobre los escenarios alternativos de eventos históricos de los que aquí importan, están aquellas entre distintos tipos de necesidad, posibilidad e imposibilidad . Nuestro lenguaje impone algunas restricciones sobre lo posible como funciones de gramática y significado. En el inglés común, por ejemplo, un novato es un estudiante, necesariamente, porque ser un novato es ser un estudiante en el primero año de una carrera de cuatro años. De tal manera, es imposible ser un novato y no ser estudiante. La primera es una necesidad lógica, la segunda es una imposibilidad lógica. Dado que una conspiración requiere al menos dos conspiradores, si no hubiera al menos dos conspiradores, no es lógicamente posible que se trate de una conspiración; si los hay, entonces necesariamente lo es.
Sin embargo, más interesantes que las necesidades lógicas, posibilidades e imposibilidades, son las necesidades físicas, posibilidades e imposibilidades . Estas se determinan en relación a las leyes de la naturaleza, que al contrario de las leyes de la sociedad, no pueden violarse, no pueden alterarse, y no requieren implementación. Si el agua pura se congela a 32º F en presión atmosférica a nivel del mar, por ejemplo, entonces es físicamente necesario que una muestra de agua pura se congele cuando su temperatura sea inferior a los 32º F a esa presión. Análogamente, bajo esas mismas condiciones, que una muestra de agua pura no se congele cuando su temperatura es inferior a los 32º F es físicamente imposible. Y cuando una muestra de agua pura no se congela a esa presión, se justifica inferir que entonces no está a una temperatura inferior a su punto de congelamiento de 32º F .
Las leyes de la naturaleza son el núcleo de la ciencia y proporcionan los principios sobre la base de los cuales la ocurrencia de eventos puede ser sistemáticamente explicada, predicha y retrodicha . Tienen pues un importante rol que jugar en el razonamiento sobre casos específicos en los que esos principios hacen la diferencia. En el razonamiento legal, por ejemplo, la frase “más allá de la duda razonable” significa un estándar de prueba que requiere la convicción subjetiva equivalente a “certeza moral” . En el contexto del razonamiento científico, el significado de esa misma frase está mejor capturado por el estándar objetivo de que una explicación está “más allá de la duda razonable” cuando ninguna alternativa es razonable. Nótese que la falsedad de las hipótesis que describen la ocurrencia de eventos que son físicamente imposibles está más allá de la duda razonable .
Probabilidades
Una medida apropiada del peso de la evidencia es proporcionada por las probabilidades, donde la probabilidad de una hipótesis h, dada la evidencia e, es determinada por la probabilidad de evidencia e, si esa hipótesis fuera verdad . Las hipótesis deberían ser testeadas en pares, h1 y h2, donde la relación entre las hipótesis y la evidencia puede considerarse como aquella existente entre posibles causas y efectos. Así, suponga que en un juego de azar Ud. es confrontado con una larga serie de resultados que hubieran sido altamente improbables si la moneda fuera simétrica (si el dado fuera justo o la baraja fuera normal). Si tal resultado fuera mucho más probable si la moneda estuviera torcida (si el dado estuviera cargado, si la baraja estuviera marcada), entonces la probabilidad de que la moneda esté torcida (el dado esté cargado, la baraja esté marcada) es mucho más alta que la probabilidad de que la moneda sea simétrica (dado justo, baraja normal).
Es posible un mejor entendimiento del razonamiento probabilístico al distinguir dos tipos de probabilidades como propiedades del mundo. La primera es la frecuencia relativa, que simplemente representa “qué tan seguido” ocurren cosas de una clase en relación a cosas de otra clase. Esto incluye promedios de variedades muy diferentes, como la nota promedio en un examen de filosofía de un curso de pensamiento crítico. La segunda es la propensión casual, que refleja “qué tan fuerte” es la tendencia para que ocurran resultados de un cierto tipo bajo condiciones específicas . Las frecuencias son provocadas por las propensiones, que pueden variar de un caso a otro. Cuando la clase tiene un promedio de 85 en el primer examen, no significa que todos los estudiantes sacaron 85 en el examen. Puede ser incluso que ningún estudiante haya obtenido ese puntaje. Pero el puntaje de cada uno de los estudiantes fue un efecto de su propensión al puntaje en ese examen.
Puede ser fácil confundir “cuán seguido” con “cuán fuerte” pero algunos ejemplos ayudan a comprender la diferencia. Navegar en canoa por el Río Brule en Wisconsin no es un pasatiempo peligroso, pero una mujer de 76 años murió el 15 de julio de 1993 cuando un árbol que había sido mordido por un castor cayó sobre ella. El árbol cayó y golpeó a la mujer en la cabeza mientras ella y su hija pasaban al lado de él . El árbol tenía aproximadamente 18 pulgadas de diámetro y entre 30 y 40 pies de altura y estaba a aproximadamente 10 o 20 pies sobre la orilla del río. Y mientras cientos y cientos de personas en canoas habían navegado por el Río Brule y escapado ilesos, esta mujer tuvo la mala suerte de morir en un “accidente bizarro”. Era improbable en términos de su frecuencia relativa de ocurrencia, pero sin embargo, dadas esas condiciones particulares, la propensión casual para que la muerte resultara como efecto de ese evento específico era grande.
Cuando las mismas condiciones causalmente relevantes son sujetas a experimentos repetidamente, entonces las frecuencias relativas resultantes tienden a ser evidencia confiable de la fuerza de la propensión causal que las produjo. Pero cuando esas condiciones pueden variar, la frecuencia de la ocurrencia de un resultado podría no indicar la fuerza de esa tendencia en cualquier ensayo específico. Comúnmente asumimos que fumar disminuye la expectativa de vida, lo que usualmente es cierto. Pero un joven de 21 años fue confrontado por tres matones que le dispararon cuando él no les respondió lo suficientemente rápido. Hubiera muerto de no haber sido por un encendedor de metal que desvió la bala de calibre .25, y así sobrevivió . Una vez que se aprecia la diferencia, se advierten tres principios que relacionan las probabilidades de este tipo, a saber: las propensiones causan frecuencias; las frecuencias son evidencia de las propensiones; y las propensiones pueden explicar las frecuencias. Pero depende de la constancia de las condiciones relevantes de un ensayo a otro .
El Caso de JFK
Las teorías conspirativas deben ser analizadas usando los principios del razonamiento científico. En el caso de JFK, la dificultad no ha sido la escasez de evidencia sino sortear la superabundancia de “evidencia” física, médica, testimonial y fotográfica conflictiva e incluso contradictoria, para determinar cuál es auténtica y cuál no. Algo califica como evidencia en relación a una hipótesis solo cuando su presencia o ausencia o su verdad o falsedad hace la diferencia en cuanto a la verdad o falsedad de dicha hipótesis. Pero la “evidencia” puede ser plantada, falsificada o fabricada para proporcionar una base falsa para el razonamiento . Se ha probado aquí que eso es verdad. Una vez que la tarea de clasificar las cosas se ha llevado a cabo, se vuelve relativamente simple hacer las inferencias apropiadas sobre el carácter general del asesinato sobre la base de lo que hemos aprendido sobre el encubrimiento.
Estudios tempranos de Harold Weisberg, Mark Lane y Sylvia Meagher, por ejemplo, establecieron que el Reporte Warren (1964) no podía sostenerse sobre la base de la evidencia disponible entonces (Weisberg 1965, Lane 1966, Meagher 1967). Según la versión oficial, un asesino solitario hizo tres disparos desde el sexto piso del Edificio del Depósito de Libros de la Escuela de Texas, acertando dos disparos. Uno de esos disparos supuestamente habría entrado por la base del cuello del Presidente, lo atravesó sin dar con ninguna estructura ósea y salió justo sobre su corbata. Luego atravesó la espalda del Gobernador John Connally quien estaba sentado en frente de él, le destrozó una costilla, salió por su pecho y lo hirió en la muñeca derecha antes de desviarse hacia su muslo izquierdo. La bala que supuestamente siguió este trayecto fue luego “encontrada” en condiciones prácticamente prístinas.
La secuencia de eventos parece tan improbable que el proyectil que causó todo este daño ha sido llamado “la bala mágica” . El saco y la camisa que tenía puestos JFK tienen agujeros de alrededor de 5 y ½ pulgadas debajo del cuello. Un diagrama de la autopsia verificado por el médico personal del Presidente muestra una herida en la misma ubicación. Un segundo diagrama preparado por un observador del FBI muestra la herida en la espalda debajo de la herida de la garganta. El certificado de defunción emitido por el médico personal del Presidente también ubica la herida a nivel de la tercera vértebra torácica, alrededor de 5 y ½ pulgadas por debajo del cuello. Incluso las fotografías tomadas durante las dramatizaciones del tiroteo muestran manchas en los dobles del Presidente en esa ubicación .
Aunque el Reporte Warren trata de sugerir que la teoría de la “bala mágica” no es indispensable para sus conclusiones, se trata de una grosera tergiversación. Una autoridad de tal envergadura como el Dr. Michael Baden, que presidió el panel forense que revisó la evidencia médica cuando el caso fue reinvestigado por el House Select Committee on Assassinations (HSCA) en 1977-78, ha remarcado que si la teoría de la “bala mágica” es falsa, entonces debería haber habido al menos seis disparos desde tres direcciones diferentes . Un aspecto particularmente perturbador de esta situación es que toda la evidencia descripta aquí no solo estaba disponible para el HSCA en 1977-78 sino que había sido discutida extensamente en aquellos libros tempranos de Weisberg, Lane y Meagher (Weisberg, 1965; Lane, 1966; Meagher 1967). El gobierno simplemente ha ignorado sus descubrimientos .
Estudios científicos recientes
Desde el lanzamiento de la película de Oliver Stone “JFK” en 1991, investigaciones sobre la evidencia del asesinato (dirigidas por los individuos más calificados que han estudiado el caso) , revelaron que las radiografías de la autopsia han sido alteradas en múltiples formas, que otro cerebro fue usado como si fuera el de JFK durante su examen, y que la película casera tomada por un espectador llamado Abraham Zapruder no solo ha sido extensamente editada sino que en realidad fue recreada re-filmando cada uno de sus cuadros (Fetzer 1998; 2000; 2003) . La película fue rehecha usando técnicas de impresión óptica y efectos especiales, que permiten combinar cualquier fondo con cualquier primer plano para crear la impresión que uno desee, e incluyó la remoción de series de cuadros que hubieran deschavado el complot, como que el conductor arrimó la limosina hacia la izquierda y se detuvo después de que comenzaron los disparos .
Las alteraciones de la evidencia médica incluyen “emparchar” un defecto masivo en la parte posterior de la cabeza causado por un disparo desde el frente, en el caso de la radiografía craneal lateral, y añadir un trozo de metal de 6.5 mm en la radiografía anterior/posterior en un intento evidente de involucrar un arma de 6.5 mm en el asesinato, que han sido expuestas por medio de estudios de densidad óptica . David W. Mantik, M.D. y Ph.D., adaptando una simple técnica de la física, ha podido probar que las radiografías de la autopsia de JFK no son auténticas, sobe la base de mediciones objetivas y experimentos repetibles. Y por comparaciones aun más simples entre las descripciones de los profesionales y experimentados médicos del Hospital Parkland sobre el daño extenso del cerebro de JFK, Robert Livingston, M.D., autoridad mundial en el cerebro humano, ha concluido que los diagramas y fotografías de un cerebro que están guardados en los Archivos Nacionales deben ser de otro cerebro que no es el de John Fitzgerald Kennedy .
La evidencia de la recreación del video de Zapruder viene de distintas fuentes, incluyendo el hecho de que el cuadro 232 fue publicado en Life con características físicamente imposibles; del hecho de que se cometió un error al introducir el cartel de la Autopista Stemmons en la versión recreada; que la “mancha” y sangre fueron añadidas al cuadro 313; que el conductor vuelve su cabeza a una velocidad demasiado rápida para ser humanamente posible; que el giro a la izquierda del Gobernador ha sido cortado de la película; que Erwin Swartz, asociado de Abraham Zapruder declaró haber visto sangre y sesos que volaron hacia atrás y hacia la izquierda cuando vio el film original; que varios agentes del Servicio Secreto vieron sesos y sangre en el baúl de la limosina; que otras personas han visto otra versión más completa y distinta del film; y que Homer McMahon, experto del Centro Nacional de Interpretación Fotográfica, estudió otro film muy diferente esa misma noche .
Otra evidencia que ha estado disponible hace tiempo para estudiosos serios de la muerte de JFK incluye múltiples indicaciones de la complicidad del Servicio Secreto en tenderle la trampa para el ataque . No se sellaron las tapas de las alcantarillas; no se cubrieron las ventanas abiertas; las motocicletas estaban ubicadas en una formación no protectora; no había agentes en la limosina; se utilizó una ruta impropia, incluyendo un giro de más de 90º; los vehículos estaban en una secuencia impropia; la limosina bajó la velocidad hasta casi detenerse en Houston y Elm; la limosina efectivamente se detuvo luego de que empezaran los disparos; los agentes no respondieron; se limpiaron los sesos y la sangre de la limosina en Parkland antes de que el Presidente siquiera fuera declarado muerto; las radiografías y fotografías de la autopsia fueron tomadas desde la morgue; y la limosina fue enviada a la Compañía Ford Motor, desmantelada y completamente reconstruida el 25 de noviembre de 1963 .
Patrones de razonamiento
Los registros difundidos por el Comité de Revisión de Registros de Asesinatos (Assassination Records Review Board, ARRB) han mostrado que Gerald Ford (R-MI), miembro de la comisión, hizo que la descripción de la herida cambiara de “la parte más alta de su espalda” que ya era una exageración, a “la base de su nuca” para hacer la teoría de la “bala mágica” más plausible (Fetzer 1998, p. 177). Y Mantik ha probado ahora que ninguna bala podría haber tenido la trayectoria adjudicada a la “bala mágica” por la intervención de las vértebras cervicales (Fetzer 2000, págs. 3-4). De modo que las explicaciones inmensamente influyentes de la muerte de JFK que la toman por sentado como base – The Warren Report, The House Select Committee on Assassinations Report, y Case Closed de Gerald Posner – no solo son falsas sino que su falsedad es demostrable y ni siquiera son anatómicamente posibles.
La herida en su garganta y las heridas de Connally tienen que ser explicadas sobre la base de otros disparos y otros francotiradores. Ahora sabemos que JFK recibió cuatro disparos – en la garganta de frente; en la espalda desde atrás; y dos veces en la cabeza: en la parte posterior de la cabeza desde atrás y luego en la sien derecha desde adelante . Sabemos que Connally recibió al menos un disparo y que otro disparo no lo alcanzó pero hirió a un transeúnte. Resulta entonces que Michael Baden, M.D. tenía razón cuando observó que si la teoría de la “bala mágica” es falsa, entonces tendría que haber habido al menos seis disparos de por lo menos tres direcciones diferentes. La teoría siquiera es anatómicamente posible y, con al menos un disparo a Connally y otro errado, debió haber habido al menos seis disparos .
La imposibilidad anatómica, por supuesto, es un tipo de imposibilidad física, en la medida que los humanos son vertebrados con vértebras, incluyendo las cervicales. Las observaciones de los médicos de Parkland y Bethesda sobre las heridas fueron sagazmente ocultadas por Arlen Specter, actualmente Senador de Estados Unidos de Pennsylvania, y en aquel entonces asesor junior de la Comisión Warren. Specter no preguntó a los médicos qué habían observado o qué habían inferido de lo que habían observado, sino que planteó una pregunta hipotética: “Si asumimos que la bala entró por la base de la nuca, atravesó el cuello sin impactar ninguna estructura ósea, y salió justo por encima del nivel de la corbata” preguntó, “¿sería ello congruente con describir la herida de la nuca como herida de salida?”. En respuesta a esta pregunta trivial, los médicos respondieron obedientemente que sí lo sería, pero Malcolm Perry, M.D., quien había practicado una traqueotomía a través de la herida y la había descrito tres veces como herida de entrada durante una conferencia de prensa, añadió que no estaba en posición de afirmar o verificar las suposiciones que se le pedían hacer, lo cual por supuesto era cierto .
Los descubrimientos sobre las radiografías, el cerebro y el video de Zapruder también son poderosos. Lo que los hace tan significativos como evidencia es que ninguna de estas cosas podría haber sido hecha por Lee Harvey Oswald, el supuesto asesino, quien estaba encarcelado o ya muerto. Otras teorías pueden también descartarse por fundamentos similares. La Mafia, por ejemplo, no podría haber extendido su alcance hasta el Hospital Naval Bethesda para alterar las radiografías bajo control de los agentes del Servicio Secreto, oficiales médicos de la Marina de Estados Unidos, y el médico personal del presidente. Tampoco los cubanos pro o anti-Castro podrían haber sustituido un cerebro por otro. Ni la KGB, que probablemente tuviera la misma habilidad que Hollywood y la CIA para fabricar películas, podría haberse apropiado del video de Zapruder para alterarlo. Lo que genera la pregunta ¿quién tenía el poder de hacer estas cosas? Considerando lo que sabemos hoy, la respuesta ya no es difícil de discernir. Requirió el involucramiento de los más altos niveles del gobierno norteamericano.
En la medida que la teoría de la “bala mágica” describe la ocurrencia de eventos que son comprobablemente falsos además de físicamente imposibles, el hecho de que no puede ser verdadera está más allá de la duda razonable. Además, el descubrimiento de que las radiografías de la autopsia fueron alteradas, que el cerebro fue sustituido y que el video de Zapruder fue recreado, implican un encubrimiento muy meticuloso y cuidadosamente planeado en el que el supuesto asesino no podría haber estado involucrado. La identificación de más de una docena de indicios de la complicidad del Servicio Secreto significa que la evidencia se ha “asentado” . La probabilidad de evidencia de la hipótesis del asesino solitario siquiera alcanza a cero, ya que implica una secuencia físicamente imposible cuyo valor es nulo . La probabilidad de la evidencia en un escenario de conspiración es, en comparación, extremadamente alta dependiendo de la competencia y poder de aquellos que la llevaron a cabo. De hecho no hay responsable alternativo para la conspiración de gran escala en la muerte de nuestro trigésimo quinto presidente, lo que significa que ha sido establecida más allá de la duda razonable .
El caso del 11/9
Ha llevado casi cuarenta años el establecer decisivamente el engaño sobre la base de evidencia objetiva científica. En el caso del 11/9, sin embargo, somos bastante más afortunados. Como resultado de las investigaciones de Nafeez Ahmed (2002), Thierry Meyssan (2002), Paul Thompson (2004), Michael Ruppert (2004), y David Ray Griffin (2004, 2005) entre otros, ya sabemos que la versión oficial del 11/9 no puede ser correcta. Esa versión afirma que diecinueve árabes, con escasas habilidades para pilotear aeronaves, secuestraron cuatro aviones y luego realizaron difíciles maniobras para impactarlos contra el World Trade Center y el Pentágono ; que el daño causado por los impactos combinado con el calor del combustible de jet que se quemó derribó al WTC1 y al WTC2; que el WTC7 fue el primer edificio en la historia en derrumbarse solo a causa del fuego; y que el Pentágono fue impactado por el Vuelo 77 de United, que era un Boeing 757 . El problema básico con esta “teoría conspirativa”, como en el caso de JFK, es que de ser cierto violaría leyes de la física y la ingeniería que no pueden ser transgredidas.
El extremadamente alto punto de fusión del acero estructural (alrededor de 2.800º F) está muy por encima del máximo (menos de 1.800º F) que podría haber producido el combustible de jet bajo condiciones óptimas. El Laboratorio Underwriters había certificado el acero usado en el World Trade Center por 2.000º F durante al menos 3-4 horas . Incluso las temperaturas máximas resultan aun menores si se tienen en cuenta factores como el aislamiento, los asbestos y la disponibilidad de oxígeno . Dado que el acero es un buen conductor, cualquier calor aplicado a una parte de la estructura se hubiera disipado hacia otras partes. El WTC1, la Torre Norte, fue impactada a las 8.46AM y colapsó a las 10.29AM, mientras que la Torre Sur fue impactada en segundo lugar a las 9.03AM y colapsó a las 9.59AM. Estuvieron expuestas a incendios por aproximadamente una hora y media y una hora respectivamente. En la medida que la mayor parte del combustible ardió en las gigantescas bolas de fuego que acompañaron los impactos iniciales, el hecho de que estas torres hayan colapsado por la acción de incendios a base de combustible que derritieron en acero no solo es improbable sino físicamente imposible .
La mayoría de los norteamericanos no se dan cuenta de que ningún edificio de estructura de acero de gran altura ha colapsado a causa del fuego en la historia de la ingeniería civil, ni antes ni después del 11/9. Si asumimos que esos incendios han ocurrido en una amplia variedad de edificios bajo un amplio rango de condiciones, esa evidencia sugiere que estos edificios no tienen una propensión a colapsar por efecto del fuego. Eso hace que una explicación alternativa, especialmente el uso de explosivos potentes en una demolición controlada, sea una hipótesis que debe ser tomada seriamente. En efecto, parece haber al menos diez rasgos del colapso de las Torres Gemelas que constituyen efectos esperables de las demoliciones controladas pero no de los incendios que siguen a los impactos de aeronaves . Estos incluyen el hecho de que los edificios cayeron aproximadamente a velocidad de caída libre; que ambos colapsaron prácticamente derecho hacia abajo (y sobre sus propias “huellas”); que casi todo el hormigón se convirtió en polvo muy fino; que los colapsos fueron completos, sin dejar prácticamente columnas de soporte de acero en pie; que los registros fotográficos de su colapso muestran “olas de demolición” ocurriendo justo sobre los pisos que colapsaban; que la mayoría de las vigas y columnas cayeron en secciones de 30 a 40 pies de longitud; que los bomberos reportaron haber escuchado secuencias de explosiones mientras ocurrían; que se registraron eventos sísmicos coincidentes con impactos de aeronave y luego cuando los edificios colapsaron; y que los charcos de acero fundido se observaron en los subsuelos durante semanas .
La situación aquí es análoga a la que encontramos con múltiples indicios de complicidad del Servicio Secreto en tenderle una trampa a JFK para el ataque. Supóngase, como antes, que adoptamos un valor de una vez en diez por cada uno de estos rasgos que ocurre como consecuencia causal del impacto de una aeronave y un consecuente incendio. Sabemos que es un número fantásticamente alto ya que esto nunca ha ocurrido. Pero, en aras del argumento, vamos a asumirlo. Si luego tratamos estos rasgos como si tuvieran propensiones que son independientes e iguales, que esos diez rasgos hubieran ocurrido en un solo evento de este tipo tendría una propensión igual a uno sobre uno seguido de diez ceros, es decir, 1/10.000.000.000, o sea ¡una chance en diez billones! Por supuesto, como hubo dos eventos así – considerando el WTC1 y el WTC2 – la probabilidad de que ambos hayan mostrado estos mismos diez rasgos en la misma ocasión es igual al producto de uno en diez billones por uno en diez billones, o sea 1 sobre 1 seguido de 20 ceros, o 1/100.000.000.000.000.000.000. Ese es un número muy pequeño. Y estos cálculos asumen valores que son excesivamente altos .
9/11: El Pentágono
El caso del Pentágono debería ser el más accesible para estudiar, ya que solo depende de observaciones y medidas, que son los elementos disponibles más básicos para cualquier investigación científica. En efecto, las fotografías tomadas antes del colapso de los pisos superiores del Pentágono proporcionan evidencia de que, lo que sea que haya impactado contra el Pentágono, no puede haber sido un Boeing 757 . El avión tenía 155 pies de largo, con un largo entre ala y ala de 125 pies y una altura de 36 pies con las ruedas retraídas. El punto inicial de impacto (previo al colapso de los pisos superiores) fue a tan solo 10 pies de altura y de un ancho de 16-17 pies, el tamaño aproximado de las puertas dobles de una mansión. Se ha conducido un estudio meticuloso de ingeniería con cuidadosas mediciones que ofrece poderosa evidencia de que la historia oficial no puede ser correcta. El daño parece haber sido inflingido por una aeronave más pequeña, como un F-16, o por el impacto de un misil, como posibilidad alternativa . La cantidad de daño simplemente no coincide con lo que hubiera ocurrido si el edificio hubiera sido impactado por un avión de la masa y dimensiones de un Boeing 757.
Las variaciones no oficiales de la versión oficial incluyen que el Boeing 757 primero chocó contra el piso y luego rebotó hacia el edificio, que los motores del avión araron el césped antes de entrar al edificio, o que la punta del ala derecha lo chocó y lo hizo “rodar” contra el Pentágono . Ninguna de estas versiones es remotamente congruente con el suave, verde e intacto césped. Por ello es tanto más notable que el Secretario de Defensa haya mandado a resembrar el césped como si hubiera sido dañado en el ataque. Las fotografías tomadas inmediatamente después del ataque demuestran que no fue dañado en lo absoluto . Cualquiera que solo haya visto el césped luego de su reconstrucción, sin embargo, se inclinaría más a aceptar la versión oficial. Y es más que interesante el hecho de que se hubiera causado mucho más daño con maniobras mucho menos exigentes si el avión se hubiera estrellado a través del techo del edificio en vez de contra un área recientemente reconstruida en la que solo había muy poco personal y registros – como si los “terroristas” hubieran querido infligir el mínimo daño.
Si un Boeing 757 se hubiera estrellado contra el Pentágono, hubiera dejado escombros masivos de las alas, el fuselaje, los motores, los asientos, el equipaje, los cuerpos, y la cola. Sin embargo, si se observan las fotografías tomadas poco después del impacto antes de que los pisos superiores cayeran, no se ve nada de lo mencionado: ni alas, ni motores, ni asientos, ni equipaje, ni cuerpos ni cola. No hace falta recurrir a la ciencia astronómica – ni al cálculo de probabilidades – para reconocer que algo de semejante tamaño no podría caber a través de una abertura tan pequeña o no haber dejado restos en forma de alas destruidas, escombros esparcidos, etcétera. Una pieza de fuselaje que se alegó provenía del avión parece ser evidencia plantada, que fue movida y fotografiada en más de un lugar . Pero si en la escena no había escombros masivos del fuselaje, alas, motores, asientos, equipaje, cuerpos y cola, no puede haber sido la escena del choque de un 757. El argumento no puede ser más simple.
El principio lógico involucrado se conoce como modus tollens, que establece que, si p entonces q, pero si no q, entonces no p. Si q debe ser verdadero cuando p es verdadero, pero q no es verdadero, entonces p tampoco es verdadero. Esta es una regla elemental del razonamiento deductivo, cuyo empleo es fundamental para las investigaciones científicas. Si uno quiere testear una hipótesis, tiene que deducir lo que debe ser verdadero si esa hipótesis es verdadera y tratar de determinar si esas consecuencias son verdaderas. Si no lo son, entonces la hipótesis es falsa. Q.E.D. (quod erat demonstrandum). Si un Boeing 757 hubiera impactado contra el Pentágono, como alega el gobierno, hubiera dejado escombros de tipos y cantidades específicas. Las fotografías y mediciones muestran que no hay escombros de ese tipo y cantidades. En la medida en que esas fotografías sean auténticas y las mediciones correctas – lo que hace a la calidad de la evidencia para no q y parece ser bastante difícil de disputar – entonces ningún Boeing 757 se estrelló contra el Pentágono . Q.E.D.
¿Qué ocurrió realmente?
Los restos del único motor encontrado adentro ofrecen pistas sobre lo que realmente impactó contra el Pentágono. Los Boeing 757 tienen dos motores turboventiladores Pratt y Whitney, con rotores frontales de aproximadamente 42´ de diámetro y tramos traseros de alta presión de menos de 21´ de diámetro. La parte que se encontró tenía menos de 24´ de diámetro y resulta que no coincide con el motor turboventilador, sino con el montaje del eje frontal del compresor frontal del motor turbojet JT8D usado en los Jet Fighter A-3 Sky Warrior . Como los misiles crucero tienen un diámetro de 20´, parecen ser demasiado pequeños para acomodar a este componente. De ello se desprende que el Pentágono no fue impactado por un Boeing 757 o un misil crucero, sino que en base a esta evidencia, probablemente haya sido impactado por un Sky Warrior A-3. La evidencia relevante disponible no se condice con la versión oficial del gobierno, que merece ser descartada. Su probabilidad en base a la evidencia es nula, mientras que la hipótesis alternativa del A-3 hace que la evidencia relevante sea altamente probable y tenga alta probabilidad como una explicación claramente preferible.
Esta conjetura, sugerida por la evidencia, recibe apoyo adicional de otras fuentes. Por ejemplo, dos empleados de defensa civil reportaron que unos Sky Warriors A-3 fueron encubiertamente rediseñados con sistemas de control remoto y disparo de misiles en el Aeropuerto Municipal Ft. Collins-Loveland, un pequeño aeropuerto civil en Colorado, durante los meses previos al 11/9. De acuerdo a la información que proporcionaron, “distintos contratistas militares – trabajando independientemente a distintas horas – rediseñaron unos Douglas A-3 Sky Warriors con misiles actualizados, sistemas de control remoto para vehículos aéreos no tripulados Raytheon´s Global Hawk, nuevos motores y sistemas de control de disparo, transpondedores, y sistemas de navegación radio-radar – una reforma total – aparentemente para una operación más importante que su uso como simple plataforma de testeo de misiles para el contratista de defensa Hughes-Raytheon” . Estos reportes sustancian la alternativa.
Si un pequeño Jet Fighter se hubiera estrellado contra el Pentágono en vez de un Boeing 757, ello explicaría el pequeño punto de impacto, la falta de escombros externos masivos, y un agujero en el centro del edificio que la frágil trompa de un Boeing 757 no podría haber creado. También sugeriría por qué las partes del avión fueron retiradas por personal de servicio, ya que hubieran permitido la identificación de la aeronave y demostrado la falsedad de la versión oficial . Un pequeño fighter también se acomoda al reporte de Danielle O´Brien, una controladora de tráfico aéreo que dijo sobre la aeronave que se estrelló que “su velocidad, maniobrabilidad, la forma en que dobló, todos pensamos en el cuarto de radar – todos siendo experimentados controladores de tráfico aéreo – que era un avión militar” . Nada se mueve o maniobra tanto como un avión militar, como un jet fighter, que un avión militar o jet fighter, lo que también explicaría cómo fue capaz de penetrar uno de los espacios aéreos más fuertemente defendidos del mundo – emitiendo una señal amiga en el transpondedor.
Otra línea argumental sugiere que la evidencia se ha “asentado”. Al confirmar que el motor encontrado en el Pentágono era efectivamente un JT8D, Jon Carlson ha planteado que el avión usado en el ataque habría sido un Boeing 737, que también lo usa . Eso contradice el uso de un 757, por supuesto, pero también sería vulnerable al argumento paralelo de la falta de escombros del tipo y cantidad adecuados. Ambos son incompatibles con el paisaje limpio y sin manchas, que debería haber sido enormemente alterado por la estela de turbulencia que hubiera generado cualquier avión de esas dimensiones a esa baja altura, un fenómeno que incluso se ha visto ser capaz de arrancar las tejas de los techos a altitudes ordinarias . Esta y otras líneas argumentales establecen que, lo que sea que se estrelló contra el Pentágono, no puede haber sido un Boeing 757 (ni un 737). Puede que la controversia sobre este punto específico haya sido tan ardua por ofrecer una indicación tan clara y obvia de la complicidad del gobierno.
Preferibilidad versus aceptabilidad
Los eventos de Nueva York requieren un análisis ligeramente más sofisticado. Sabemos que la versión del gobierno apunta a una secuencia físicamente imposible de eventos de probabilidad nula. Entonces una probabilidad de cero es meramente una aproximación cercana a nula. Si los edificios fueron derribados con una demolición controlada, por contraste, entonces el acero no tendría que haberse derretido o debilitado significativamente por el calor, sino que hubiera sido volado por la colocación precisa de explosivos. Y la propensión de que el edificio hubiera colapsado a velocidad de caída libre y que hubiera habido suficiente energía para pulverizar el hormigón hubiera sido muy alta. Dado que los edificios efectivamente cayeron a velocidad aproximada de caída libre y había suficiente energía para convertir el hormigón en polvo fino, el soporte de evidencia para esta alternativa es muy alto. Hubiera sido muy fácilmente confirmado por un estudio metalúrgico de lo que quedó de la estructura de acero, pero fue rápidamente retirada y enviada a China por una compañía extremadamente eficiente llamada “Controlled Demolition Inc.”.
La medida del soporte de la evidencia aquí puede ser capturada más precisamente por el uso de probabilidades. La probabilidad de una hipótesis (h1), la versión oficial, sobre la base de la evidencia disponible e, es igual a la probabilidad de e si esa hipótesis fuera verdadera. La probabilidad de la evidencia como efecto de la versión oficial de la causa, según hemos visto, es aproximadamente cero. La probabilidad de la alternativa, (h2), la hipótesis de la demolición, según la evidencia disponible e, por contraste, es extremadamente alta. Una hipótesis es preferible a otra cuando la probabilidad de esa hipótesis según la evidencia disponible es más alta que la probabilidad de su alternativa. En la medida que la probabilidad de (h1) según e es muy baja, mientras que la probabilidad de (h2) según e es muy alta, la hipótesis de la demolición (h2) es obviamente preferible a la alternativa (h1), basada en e.
Una hipótesis preferible no es aceptable hasta que hay suficiente evidencia disponible, lo que ocurre cuando la evidencia se “asienta” o apunta en la misma dirección. Cualquier preocupación en este sentido puede resolverse añadiendo que hubo vastos charcos de metal derretido en los subsuelos del WTC1 y WTC2 durante semanas tras el colapso . Esto sería inexplicable en (h1) pero altamente probable en (h2). Si más prueba fuera necesaria, sabemos que Larry Silverstein, quien arrendaba el WTC dijo que el WTC7 fue “tirado” lo que significa que fue demolido usando explosivos . Esto ocurrió horas después de que los otros edificios cayeran. Ningún avión chocó contra el WTC7 y su colapso fue perfectamente simétrico y también ocurrió prácticamente a velocidad de caída libre. El edificio no pudo haber sido “tirado” sin la previa colocación de explosivos. Los colapsos del WTC1 y WTC2 fueron muy similares y sugieren también la demolición controlada.
Un nuevo documental “Loose Change” incluye un registro fotográfico que ofrece una muy poderosa substanciación de la demolición controlada del WTC1 y WTC2 al proporcionar evidencia adicional de que se usaron explosivos para demolerlos. El video incluye reportes de testimonios oculares de bomberos y otros de los primeros en responder, que escucharon lo que reportan como sonidos de secuencias de explosiones en rápida secuencia (“¡Boom! ¡Boom! ¡Boom!”) . Muestra los efectos de explosiones masivas que ocurrieron a nivel del subsuelo justo antes de los impactos de las aeronaves, registradas a 0.9 y 0.7 en la escala de Richter, y eventos de magnitudes de 2.1 y 2.3 de 10 y 8 segundos de duración respectivamente, concurrentes con su colapso . Y también explora una extraña y notable serie de interrupciones “relacionadas con la seguridad” de las cámaras de seguridad y otros resguardos, que involucraron dejar vacíos varios grandes sectores del WTC1 y WTC2 por intervalos que hubieran permitido la colocación de explosivos. Este notable documental contradice dramáticamente la versión del gobierno.
Más allá de una duda razonable
Puede decirse que una conclusión ha sido establecida “más allá de una duda razonable” cuando ninguna conclusión alternativa es razonable. En este caso, la hipótesis (h2), demolición controlada, puede explicar la evidencia disponible con alta probabilidad y en consecuencia posee una correspondiente alta probabilidad . Pero la hipótesis (h1), la versión del gobierno, casi no puede explicar ninguna de las evidencias disponibles y tiene una probabilidad extremadamente baja. En efecto, hablando con propiedad, dado que incluso requiere violaciones de leyes de la física y la ingeniería, la probabilidad de (h1) es en realidad nula. Cuando la evidencia sísmica, el metal fundido, y los testigos oculares – y especialmente el colapso del WTC7 que nunca fue impactado por ningún avión – se toman en consideración, la evidencia también parece haberse “asentado”. Así, un análisis científico de las alternativas sobre la base de la evidencia disponible demuestra que la versión del gobierno del colapso debido al calor de los incendios no puede ser sostenida y que la alternativa de una demolición controlada ha sido establecida objetivamente más allá de una duda razonable.
Esta conclusión recibe apoyo de otras direcciones, además, dado que el project manager que era responsable de supervisar la construcción de estos edificios ha observado que fueron construidos para soportar el impacto de los aviones comerciales más grandes que existían en aquel momento – los Boeing 707 – y que el diseño estructural era tan sofisticado que los choques de aviones hubieran sido análogos a atravesar lápices a través de mosquiteros . ¡No es que la posibilidad de que este tipo de eventos nunca haya sido considerada en la construcción de edificios de 110 pisos! Esta observación refuerza la conclusión de que la versión del gobierno no solo es “menos defendible” que la alternativa. La probabilidad de la hipótesis de la demolición es muy alta, mientras que la probabilidad de la versión del gobierno es de hecho nula, que es un valor que es menos que cero. Esto significa que la historia oficial no puede ser verdad.
De ello se sigue que cuando estas “teorías” son sometidas a los tipos de evaluación sistemática apropiados para explicaciones alternativas empíricamente testeables, una de ellas resulta siendo abrumadoramente preferible a la otra. Dado que ambas son “teorías conspirativas” sin embargo, hemos descubierto que al menos algunas “teorías conspirativas” están sujetas a testeo empírico y que, basado en las medidas de probabilidad del soporte de evidencia, una de ellas es firmemente confirmada mientras que la otra es decisivamente descartada. Efectivamente, hablando con rigor, la inconsistencia de la versión del gobierno con las leyes naturales la hace físicamente imposible, un buen ejemplo de la demostración de falsedad de una teoría sobre la base de su incompatibilidad con el conocimiento científico. De manera que algunas “teorías conspirativas” no solo están sujetas a testeo empírico sino que efectivamente se ha demostrado su falsedad a través de la evidencia disponible .
El hecho de que la “teoría conspirativa” del gobierno no puede ser sostenida necesita ser ampliamente difundido al pueblo norteamericano. No todas las “teorías” son meras conjeturas y muchas de ellas son empíricamente testeables. En este caso, consideraciones elementales han probado que una “teoría conspirativa” es falsa (de hecho, como hemos descubierto, es imposible que sea verdadera), mientras que la alternativa parece ser verdadera (sobre la base de medidas de probabilidad). Dado que la alternativa (h1) a (h2) es irrazonable y ninguna otra alternativa parece remotamente plausible, la hipótesis de la demolición (h2) ha sido establecida más allá de la duda razonable. Eso, según creo, es algo que el pueblo norteamericano necesita entender. Con pequeña exageración, este gobierno tiene el hábito de mentirnos todo el tiempo. Nos ha mentido sobre recortes impositivos, la amenaza del calentamiento global, las razones para ir a la guerra en Irak, y docenas de otros asuntos fundamentales. Algunas mentiras son mayores que otras. Esta – sobre las causas y efectos del 11/9 – ¡cuenta como una monstruosidad!
¿Quién tenía el poder?
La observación de que la versión oficial del gobierno no puede ser sostenida y que la alternativa se ha establecido más allá de la duda razonable no equivale a una afirmación de omnisciencia. El razonamiento científico en la forma de inferencia hacia la mejor explicación aplicado a la evidencia relevante disponible produce el resultado de que, en el caso de JFK, la versión oficial de Lee Harvey Oswald como asesino solitario siquiera es físicamente posible, lo que significa que tiene una probabilidad nula. No puede ser verdad. Y en el caso del 11/9, los mismos principios aplicados a la evidencia relevante disponible arrojan el resultado de que la versión oficial de los eventos de ese día no son siquiera físicamente posibles, lo que significa que tienen probabilidad nula también. Estas conclusiones son descubrimientos objetivos que cualquiera alcanzaría usando las mismas reglas de razonamiento aplicado a la misma evidencia y considerando las mismas alternativas .
Las conclusiones en ciencia son siempre tentativas y falibles, lo que significa que el descubrimiento de nueva evidencia o nuevas alternativas podría requerir la reconsideración de la situación deductiva. Podría sugerirse, por ejemplo, que la Torre Sur cayó primero porque fue impactada en un piso más bajo y en un costado del edificio, donde la falta de simetría hizo que cayera. Pero eso ignora las capacidades de redistribución de carga de las torres, que hubieran impedido ese resultado. También se ha dicho que el acero solo tenía que debilitarse, no derretirse. Pero el calor generado por los incendios de combustible nunca alcanzó temperaturas que hubieran debilitado el acero y, si hubiera sido así, los edificios hubieran tambaleado asimétricamente, no colapsado completamente de una vez, como de hecho ocurrió. Los dos edificios cayeron abruptamente, completamente, y simétricamente sobre sus cimientos, lo cual es explicable en la hipótesis de demolición controlada pero no en la versión oficial. Consideraciones similares aplican al impacto en el Pentágono. Aún si las alas se hubieran desprendido, un Boeing 757 – ¡que pesaba 100 toneladas! – no puede haber penetrado el edificio a través de esa diminuta abertura sin haber dejado escombros masivos. Ambas “explicaciones” del gobierno violan leyes de la naturaleza. No pueden ser verdad.
Ello plantea la pregunta, ¿quién tenía el poder para hacer que estas cosas ocurrieran y encubrirlo? Una vez que la evidencia se ha organizado y evaluado apropiadamente, la respuesta ya no es muy difícil de encontrar. Como el asesinato de JFK, los eventos del 11/9 requirieron el involucramiento de los más altos niveles del gobierno norteamericano. Esta conclusión, además, es confirmada por la conducta de nuestros más altos funcionarios electos, quienes tomaron medidas extraordinarias para prevenir cualquier investigación formal del 11/9 y, cuando se vieron forzados a ello por la tremenda presión política, especialmente de los sobrevivientes de las víctimas de estos delitos, hicieron todo lo que pudieron para subvertirlos. Estas son buenas razones para considerar al Reporte de la Comisión del 11/9 (2004) como el sucesor histórico y equivalente funcional del Reporte Warren (1964) .
En consecuencia creo que a aquellos que nos importa la verdad y la restauración de un gobierno responsable en los Estados Unidos tenemos la obligación de hacer uso de todos los medios posibles desde la radio e Internet hasta los periódicos y la televisión cuando sea posible. El pueblo norteamericano puede actuar sabiamente solo cuando conoce la verdad. Entonces, mientras se dice que la verdad “nos hace libres”, la verdad solo importa cuando el pueblo norteamericano puede descubrir lo que es verdad. Los obstáculos puestos por los medios masivos dominados por el gobierno, incluyendo el uso de “reporteros” secuaces y “lanzamientos de información” prefabricados, solo hace las cosas tanto más difíciles. Como pregunta John Dean en Worse than Watergate (2004), si alguna vez hubo una administración más proclive a engañar al pueblo norteamericano en nuestra historia ¿cuál podría ser?
Conspiraciones omnipresentes
Además, debemos superar la inhibición de hablar abiertamente sobre conspiraciones. El hecho de que Estados Unidos esté actualmente involucrado en una conspiración para controlar el petróleo del mundo en relación con Afganistán, Irak, Irán y Venezuela no es una sorpresa . Lea Confessions of an Economic Hitman (2004) de John Perkins, o The Pentagon´s New Map (2004) de Robert Barnett para ver extensiones modernas de las actitudes predominantes del pasado reciente elaborado por Peter Dale Scott en Deep Politics and the Death of JFK (1993). Pero no todas las conspiraciones son de carácter global y muchas son más limitadas en su alcance, como el esfuerzo para impedir que una periodista italiana regrese a Italia de su cautividad en Irak, lo que parece haber sido deliberadamente planeado para contener información sobre crímenes de guerra cometidos por fuerzas norteamericanas en Falluja .
Si alguien duda de la presencia ubicua de las conspiraciones, que mire cualquier periódico de sustancia y evalúe las historias que se reportan en él. Durante una aparición en Black Op Radio, por ejemplo, repasé un solo ejemplar del New York Times (miércoles 18 de marzo de 2005) que elegí como apropiado para un estudio de caso. Se tratan múltiples conspiraciones, incluyendo el escándalo WorldCom, atrocidades en Irak y Afganistán (incluyendo el asesinato de al menos 26 prisioneros), el asesinato de Refik Hariri en el Líbano, el uso de noticias falsificadas por parte de nuestro propio gobierno, una demanda de la SEC contra Qwest por fraude, las 125 cuentas bancarias de Augusto Pinochet, y más y más .
Los esfuerzos para promover la idea de que las “teorías conspirativas” nunca deben ser tomadas seriamente continúan sin disminuir. Un reciente ejemplo de mi conocimiento aparece en el ejemplar de diciembre de 2004 de Scientific American Mind (diciembre 2004), su ejemplar “premier”. El ejemplar contiene un artículo, “Secret Powers Everywhere” cuyo autor se identifica como Thomas Gruter de la Universidad de Munster en Alemania . El argumento es que, mientras “la mayoría de los individuos que disfrutan de las teorías conspirativas son cuerdos” tienden a “bordear en el delirio”. Este es un artículo muy poco científico para una publicación que, como su emparentada Scientific American, se enfoca en la ciencia. Hemos descubierto que las conspiraciones son ubicuas y susceptibles de investigación científica. Este artículo parece entonces ser tan solo el último de una continua serie de ataques propagandísticos a nuestra racionalidad .
Sin embargo debería darse por obvio que ninguna “teoría conspirativa” debería ser aceptada o rechazada sin investigación. Cada caso de una posible conspiración debe ser evaluado independientemente en base a los principios de la lógica y la evidencia relevante disponible. Las conspiraciones florecen y el tiempo es escaso. Carecemos de los recursos para confrontar a todas. Pero necesitamos la inteligencia y el valor para promover la verdad en asuntos de la más alta importancia para nuestro país y el mundo entero. Debemos hacer todo lo posible para descubrir y publicar la verdad y exponer las técnicas tan hábilmente desplegadas para engañarnos. La historia no puede ser entendida - ¡siquiera remotamente! – sin comprender la prevalencia de las conspiraciones. Y la historia norteamericana no es la excepción.
[Gráfico]
Según la versión oficial, el Vuelo Nº 77 pasó rozando el suelo a más de 500 millas por hora antes de impactar contra el Pentágono a nivel de la planta baja. Esto hubiera sido aerodinámicamente imposible, porque a tal velocidad un contenedor de gas comprimido debajo del fuselaje hubiera impedido que el avión bajara a más de 60 pies del suelo.