Eterno Manchester United » Diarios de Futbol
Un excelente articulo que encontre dando vueltas por ahi. Un club notable en todos los sentidos independiente de los pasiones que desata ya sea a favor o en contra.
De los ingleses mi favorito.
Espero disfruten el articulo.
agrego el texto completo para el que no quiera ir al link:
abr
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[Pol Gustems](http://www.diariosdefutbol.com/author/polgustems/) [Comentarios (2)](http://www.diariosdefutbol.com/2011/04/13/eterno-manchester-united/#comments)
[[IMG]http://www.diariosdefutbol.com/images/2011/04/Dibujo2.jpg[/IMG]](http://www.diariosdefutbol.com/images/2011/04/Dibujo2.jpg)Había algo en el rostro de [b]Park[/b], mientras se desgañitaba gritando, que me era familiar. El futbolista surcoreano había marcado el tanto definitivo solo un minuto después del empate del Chelsea. Gol de Park y [el Manchester United en semifinales](http://www.diariosdefutbol.com/2011/04/12/el-manchester-united-de-nuevo-en-semifinales-2-1/#more-22095). En su pose se veía ese gesto diabólico, siempre en color rojo, que estruja el ánimo del adversario en el momento indicado. Justo cuando sabe que, en caso de acierto, el rival ya no se levanta. Esa sensación que se repite en la vida eterna del [b]Manchester United[/b], uno de los equipos más extravagantes que conozco. No solo por su don de la oportunidad. Han acumulado una serie de actos, algunos estúpidos, otros más lúcidos, que sacuden repetidamente la estructura interna del club. Diversos golpes, siempre el mismo resultado: puede que el fútbol disminuya, las victorias siguen estando ahí. Hay equipos con capacidad de triunfo -normalmente este tipo de capacidades son económicas- que se pasan años, o incluso décadas, afilando un equipo campeón. El resultado no es siempre exitoso. La historia del United es otra cosa. El verdadero reto consistiría en dar con aquello que cambiándolo, convirtiera a los diablos rojos en un equipo perdedor. Hasta el momento, aunque ha habido intentos muy loables, nada ha vencido al competitivo monstruo del noroeste inglés.
La radiografía para distinguir que nos encontramos ante una especie de peculiaridad avanzada la empezamos en el banquillo. El técnico del Manchester United, Sir Alex Ferguson, es el más longevo de los entrenadores actuales, con 24 años al cargo. Y no es que empezara precisamente en ese puesto. Para hacernos una idea, Ferguson ya entrenaba a equipos de fútbol el año que Johan Cruyff llegó a Barcelona, como jugador. Más de veinte años en el mismo club. Para conseguirlo no hay más secreto que ganar. Esta es la explicación para tan larga estada, pese a los primeros años sin triunfos. Más allá de cómo se ha podido mantener tanto tiempo allí, la pregunta interesante sobre Ferguson es cómo un tipo tan lenguaraz como el escocés, tan propenso al alboroto gratuito, es caballero de la Orden del Imperio Británico. Bien, el título se lo concedieron en 1983, cuando conquistó UEFA y Supercopa de Europa con el Abeerden. Digamos que muchas de las tonterías que le recordamos aún no las había dicho.
El caso es que más o menos deslenguado, Ferguson ha mantenido siempre la tensión competitiva en sus plantillas. Eso que tanto le preocupa a Guardiola, defensor de los ciclos cortos. Y lo ha hecho pese a contar con ayudantes de la talla de Carlos Queiroz. Durante algún tiempo corrió un bulo realmente curioso. Decía que el verdadero estratega del United era el portugués, que cuando se marchara de Manchester cambiarían las tornas. El final de la historia ya lo saben.
Tenemos a un técnico veterano, busquemos más alicientes en la plantilla. Ryan Giggs (37) y Paul Scholes (36) son el alma máter de un conjunto variopinto. Unos extraños lideres de vestuario cuyo entrenador puede no alinearles en los partidos importantes. Y no pasa nada. Llevan en Old Trafford más de lo que nadie recuerde. Uno tiene la sensación que galés y pelirrojo han estado siempre ahí, dando vueltas en el campo de entrenamiento del Manchester rojo. Sin stops, los fichajes se incorporan al trote y las bajas lo abandonan, año tras año, mientras Giggs y Scholes mantienen su posición en la carrera, marcando el paso, no sea que alguien quiera ir más rápido que los demás.
Les acompaña Edwin Van der Sar, el espigado portero holandés, inmortal bajo los postes. Un tópico dice que portero veterano, mejor portero. Se inventó para él. Con líderes de otra época, podríamos pensar que este equipo necesita de los grandes jugadores de la actualidad para conseguir triunfos. No parece una condición imprescindible. Carlos Tévez, Cristiano Ronaldo y Gerard Piqué entrarían a día de hoy en el mejor once del mundo. El United dejó escapar a los tres y sus sustitutos en el equipo -Javier Hernández, Antonio Valencia y Johnny Evans- no llegan a la mitad de rendimiento. Pero aquí, en el Manchester United, no pasa nada. Hubo un equipo llamado Inter de Milán que dejó escapar a Roberto Carlos. Al Real Madrid le pasó algo parecido con Makelele. Ambos lo notaron seriamente. El United ni se inmutó.
Dimitar Berbatov es el máximo goleador de la Premier League, con 21 goles. Sin embargo, no figura en la lista de 10 candidatos a mejor jugador del año. Wayne Rooney se ha pasado media temporada entre lesiones, lejos del rendimiento de la magnífica temporada pasada. Nani empezó bien, pero poco a poco su influencia ha disminuido. Rio Ferdinand perdió la capitanía de la selección inglesa porque no podía asegurar continuidad en los terrenos de juego. Esta no es la mejor versión del United en los últimos años, pero están en semifinales de la Champions League y tienen tres cuartos de Premier en el bolsillo. Lo han superado porque las nuevas caras se impregnan del espíritu y acuden cuando se les necesita. Aunque se les haya fichado porque lo decía un papelito -caso de Michael Owen, buen gestor de su destino-. El gol en Manchester sigue una trama que diseñaría el mismo Ole Gunnar Solskjaer -actual entrenador del Molde-. Es un fenómeno impredecible. No da señales de cuando, donde y porqué llegará, el contrario lo intuye, pero no puede pararlo. En su carrera Solskajer hizo muchos goles de escondite. El partido se acercaba a los últimos minutos y el noruego apenas había tocado el balón tres veces. Aparecía entonces, silencioso y letal. Anotar primero y preguntar después. Eso hizo en el Camp Nou, un 26 de mayo de 1999.
Así han vivido otros goleadores de la casa. Por ejemplo, hace un par de temporadas salió Federicho Macheda, un joven italiano del filial de tan solo 17 años. Ferguson lo hizo debutar en un partido clave, a falta de pocas jornadas. Faltaban 30 minutos y el Manchester United perdía 1 a 2 contra el Aston Villa. El título se esfumaba. Empató Cristiano Ronaldo a diez minutos del final. En el tercero de añadido, Macheda ganó el partido con un bello disparo con la pierna derecha. Fue la tarde del Macheda who? Quién era aquél chaval que acababa de darle medio título al United? Simplemente uno más. Desde el pasado enero juega cedido en la Sampdoria. Aún no ha marcado ningún gol.
Se cuentan por decenas los goles a última hora que ha conseguido el Manchester United estos últimos años. Un pie de Tévez, que apareció por milagro. Un cabezazo de Vidic a la salida de un córner. Bien un gol en propia puerta, o, mira qué casualidad, el único tanto de Scholes en toda la temporada significa medio campeonato. El equipo del entrenador lenguaraz, el pichichi incomprendido, el emblema lesionado, el capitán inactivo, los líderes ancianos y las estrellas vendidas es, pese a todo, el mejor equipo. No puede ser mera casualidad.
Más curiosidades. A los aficionados del United se les conoce como diablos rojos. De hecho llevan ese color en la camiseta desde 1902, cuando el club empezó a llamarse Manchester United. Anteriormente era conocido como Newton Heath y vestía de verde y amarillo. Precisamente, el color de las bufandas que desde febrero de 2010 ondean los aficionados en Old Trafford. Para encontrar una explicación a tal fenómeno -equipo viste de rojo, afición anima de verde-, hay que irse un peldaño arriba. Los empresarios norteamericanos Joel y Avram Glazer son los propietarios del Manchester United. Propietarios cuestionados, mucho, por su gestión económica. Añadimos aquí que tras la venta de Cristiano Ronaldo por 96 millones de euros, ese verano el club no se gastó ni una quinta parte de esa cifra en reforzar el equipo. Los seguidores decidieron recuperar los colores clásicos del club en señal de protesta contra la familia Glazer. Aquí aireamos paños blancos. Allí cambian los colores de sus bufandas. Culturas.
Adjunto una fotografía extraída del periódico inglés Daily Mail. Seguro que reconocen a más de uno. A principios de los 90 el United decidió recuperar el verde y amarillo para su tercera equipación. La publicación británica ironiza ahora sobre si esto podría volver a pasar durante la etapa Glazer. (No continuar sin consultar la fotografía de Sam Black, un Wayne Rooney de época).
Divagamos en el tema pero no hay una idea sólida para explicarnos el éxito del United. Ocurre, y pasa porque debe ser así, porque hacen alguna cosa, no sé bien el que, mejor que los demás. Es un club especial. Padeció una desgracia el 6 de Febero de 1958, en el desastre aéreo de Munich que se llevó 23 vidas, entre ellas ocho jugadores, cuando la expedición del equipo volvía tras una gran victoria europea en Belgrado. Tras la catástrofe, esa temporada el Manchester United siguió jugando con un equipo de reservas y llegó a la final de la FA Cup. El aura del United quizá se lleve en los genes. Victoriosos una temporada más. Seguirán los rostros diabólicos de ambición competitiva. Esa sensación que se repite en la vida eterna del Manchester United