Tanto de la dirigencia como de los últimos cuerpos técnicos:
- Negociar rápidamente a aquellos jugadores que desde el torneo de ascenso le dieron una mínima identidad de juego necesaria como base para armar un equipo de futbol línea por línea.
- Desprenderse en menos de 30 días de los tres profesionales centrodelanteros que se tenía y reemplazarlos con dos volantes y 2 mediapuntas.
- Presuponer que en River el único campeonato prioritario a ganar es el económico.
- Elegir muy mal los profesionales para tener en un plantel de futbol del nivel de una institución de la enorme jerarquía de River Plate.
- Despreocuparse de la extrema lentitud de los tiempos de negociación para permitir que esos refuerzos puedan integrarse rápidamente y contar con la preparación necesaria antes del comienzo de los torneos.
- No tener una verdadera y fuerte presencia dirigencial en la A.F.A.
- Los reemplazos que vinieron para darle un “salto de calidad” a un equipo que, venía de obtener el subcampeonato en el torneo anterior finalizando a solo tres puntos del campeón, tuvieron un efecto totalmente contrario desajustando al equipo en todas sus líneas.