Enzo habló sobre Ortega

“Si fuera dueño de Esperanto, a Ortega no lo dejaría entrar más”

Francescoli, en plena campaña, apareció en Intrusos y habló del Burrito con el corazón. “A Ariel lo amo, ahora hay que pensar en él y no en River”, subrayó.

[[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/11/20/polideportivo/thumb/1956813-1.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1956813&mtmTipo=Imagen&mostrar=1200866%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;)

Cualquiera que lo haya visto debe haber quedado con los ojos del tamaño de Francescoli. Justamente por verlo a Enzo ahí, sentado en el living de Jorge Rial, una imagen que no cuaja, un lugar inconexo al perfil del personaje. Parecía un Intruso, digamos, el Príncipe parlando en ese escenario de incontables escándalos mediáticos. Pero, tranquilos, dejen el póster adonde está: el uruguayo no fue para alterar su inconfundible tono monocorde. “Para mí, la tele siempre fue el fútbol, sólo eso”, avisa y, en consecuencia, se somete a los gajes de su nuevo oficio, el de ser el manager que propone el candidato a presidente Rodolfo D’Onofrio, quien, curiosidades de campaña, andaba soltando la labia a la misma hora y por otro canal.

Pero debe tener algo especial ese estudio televisivo al que frecuentan botineras, vedettes, artistas y demás. Una magia que hace que hasta Francescoli mencione al actual templo nocturno. Y sí, lo nombra cuando uno de los laderos de Rial ya no se aguanta más y recuerda las salidas de Ortega. “A Ariel yo lo amo y vamos a tratar de ayudarlo. Ahora hay que pensar en él y no en River. Lo otro, bueno, ya es un problema de la sociedad que siga apareciendo en Esperanto. Si yo fuera el dueño de Esperanto, a Ortega no lo dejaría entrar más”, opinó con crudeza el Príncipe, quien jamás escondió la debilidad que le provoca el Burrito. “Viví cosas espectaculares con él y siempre lo voy a querer”, suele repetir, y es por ese cariño que, de ídolo a ídolo, el uruguayo ya no habla como hace dos años cuando decía que “Ortega debe ser el líder y el capitán de River”. Ahora, las urgencia y preocupaciones pasan por otro lado: “Ariel también tiene que ser consciente de que debe ayudarse a sí mismo, priorizar su vida personal y su familia. Si él necesita estar en el club, tiene que estar, porque se lo debemos. Necesitamos recuperarlo como persona y como jugador”.

Sabe, Francescoli, que no será sencillo, como tampoco lo parece agarrar la conducción del club en este momento. “Estoy para aportar en la parte deportiva, no para hacer política”, aclaró Enzo. Y puso énfasis en un mensaje: “No soy el salvador. Si yo llego al club, no quiere decir que va a salir campeón mañana. Aunque ojalá sea en el plazo más corto”.

“Si fuera dueño de Esperanto, a Ortega no lo dejaría entrar más”

“Si fuera dueño de Esperanto, a Ortega no lo dejaría entrar más”

Francescoli, en plena campaña, apareció en Intrusos y habló del Burrito con el corazón. “A Ariel lo amo, ahora hay que pensar en él y no en River”, subrayó.

[[IMG]http://www.ole.clarin.com/diario/2009/11/20/polideportivo/thumb/1956813-1.jpg[/IMG]](http://javascript%3Cb%3E%3C/b%3E:Popup%28%27http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v5/galeria/galeria.jsp?notaId=1956813&mtmTipo=Imagen&mostrar=1200866%27,%27fotos%27,%27920%27,%27650%27,%27yes%27,%27yes%27%29;)

Cualquiera que lo haya visto debe haber quedado con los ojos del tamaño de Francescoli. Justamente por verlo a Enzo ahí, sentado en el living de Jorge Rial, una imagen que no cuaja, un lugar inconexo al perfil del personaje. Parecía un Intruso, digamos, el Príncipe parlando en ese escenario de incontables escándalos mediáticos. Pero, tranquilos, dejen el póster adonde está: el uruguayo no fue para alterar su inconfundible tono monocorde. “Para mí, la tele siempre fue el fútbol, sólo eso”, avisa y, en consecuencia, se somete a los gajes de su nuevo oficio, el de ser el manager que propone el candidato a presidente Rodolfo D’Onofrio, quien, curiosidades de campaña, andaba soltando la labia a la misma hora y por otro canal.

Pero debe tener algo especial ese estudio televisivo al que frecuentan botineras, vedettes, artistas y demás. Una magia que hace que hasta Francescoli mencione al actual templo nocturno. Y sí, lo nombra cuando uno de los laderos de Rial ya no se aguanta más y recuerda las salidas de Ortega. “A Ariel yo lo amo y vamos a tratar de ayudarlo. Ahora hay que pensar en él y no en River. Lo otro, bueno, ya es un problema de la sociedad que siga apareciendo en Esperanto. Si yo fuera el dueño de Esperanto, a Ortega no lo dejaría entrar más”, opinó con crudeza el Príncipe, quien jamás escondió la debilidad que le provoca el Burrito. “Viví cosas espectaculares con él y siempre lo voy a querer”, suele repetir, y es por ese cariño que, de ídolo a ídolo, el uruguayo ya no habla como hace dos años cuando decía que “Ortega debe ser el líder y el capitán de River”. Ahora, las urgencia y preocupaciones pasan por otro lado: “Ariel también tiene que ser consciente de que debe ayudarse a sí mismo, priorizar su vida personal y su familia. Si él necesita estar en el club, tiene que estar, porque se lo debemos. Necesitamos recuperarlo como persona y como jugador”.

Sabe, Francescoli, que no será sencillo, como tampoco lo parece agarrar la conducción del club en este momento. “Estoy para aportar en la parte deportiva, no para hacer política”, aclaró Enzo. Y puso énfasis en un mensaje: “No soy el salvador. Si yo llego al club, no quiere decir que va a salir campeón mañana. Aunque ojalá sea en el plazo más corto”.

“Si fuera dueño de Esperanto, a Ortega no lo dejaría entrar más”