Entrenadores de Época (15° Entrega: Pep Guardiola)

12° Entrega: Johan Cruyff. El DT de aquel Barcelona al que logró darle un giro positivo cuando venía con turbulencias y sequía de títulos, imponiéndole un estilo, no solo tomando recursos de la escuela holandesa, sino también cambiando o yendo un poco contra la corriente de la manera que se estaba empezando a jugar al fútbol en aquel momento, y a la vez sembrando las bases que hasta hoy perduran y se ven en el equipo catalán. No solo en aspectos de juego y estilo, sino en la política de formación y uso de la cantera.

Johan Cruyff

Cruyff y la apuesta por el fútbol de cantera

El holandés revolucionario

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[li]“El papel del entrenador no es hacer amigos”[/li][li]“Si tienes la pelota en el pie sólo un segundo no hay manera humana de que te den una patada”[/li][li]“El balón es mi despacho. Me siento en él y veo cómo trabaja el equipo”[/li][/ul]
Nada más retirarse en el Feyenoord regresó al Ajax para encabezar una revolución. Johan Cruyff (Ámsterdam, 1947), el heredero natural del fútbol total de Rinus Michels, cambió los cimientos del club holandés como lo luego lo hizo en el Barcelona. Ambos le deben su esencia actual, ese empeño en la formación de cantera y en que el mundo debe girar en torno a la pelota.

“El balón es mi oxigeno. Respiro fútbol y me divierto haciéndolo”, escribió Johan Cruyff en las primeras paginas de su libro ‘Mis futbolistas y yo’. Su sistema 3-4-3 marcó una época por su valentía, por su entrega sin complejos a un juego ofensivo que debía ser puro divertimento para el espectador y, sobre todo, para el futbolista.

El Ajax inició un giro radical a su política cuando Cruyff se hizo cargo de la dirección deportiva en 1984. Creía que la única forma de hacer imperecedera una idea es crecer con ella. Impuso la defensa de tres hombres en todas las categorías inferiores. Grabó a fuego la filosofía del control y pase. Apenas una temporada después sustituyó a Leo Beenhakker como técnico. Ganó dos Copas de Holanda y una Recopa antes de precipitar su marcha. En enero de 1988 dimite al no convencerle la oferta de renovación que le presentó el club. Mientras, su suegro negociaba ya en París con Joan Gaspart, vicepresidente del Barcelona, su regreso a la Liga española.

La entidad azulgrana pasaba por entonces una de las temporadas más revueltas de su historia. Las secuelas del ‘motín del Hesperia’ amenazaban la presidencia de un Josep Lluis Nuñez que tenía apalabrado con Javier Clemente su fichaje como entrenador para el siguiente curso. La oposición de Sixte Cambra ganaba fuerza y para dar un golpe definitivo a su reelección recurre a la figura de dos leyendas vivas del club como son Carles Rexach y el propio Johan Cruyff. La contratación del holandés no fue fácil por dos razones: no tenía un título de entrenador que le permitiese entrenar en España y, además, mantenía una deuda millonaria con el fisco desde su época de jugador.

El legado de Cruyff en el Barça tiene un valor incalculable. Atravesó casi dos temporadas en un desierto de dudas hasta que un resultado lo cambió todo. El triunfo en la final de Copa de 1990 ante el Real Madrid marcó un punto de inflexión. Después llegaron cuatro ligas consecutivas y la consecución de la primera Copa de Europa en la historia culé en 1992. Aquel Barcelona bordó el fútbol y se ganó el apodo de Dream Team u[/u]. La herencia de ese equipo se mantiene viva en el presente.

La estrepitosa derrota en la final de la Champions League de 1994 -4-0 ante el Milan de Capello- fue el principio del fin del Cruyff entrenador. Meses antes anduvo en negociaciones infructuosas con la federación holandesa para compatibilizar su cargo en el Barça con el de seleccionador de su país en el Mundial de Estados Unidos. Meses después se vio al frente de un equipo sin chispa. Lejos de la autocrítica, se empeñó en sus ideas y emprendió una reforma paulatina del plantel.

Su relación con las vacas sagradas del vestuario y con la presidencia se desgastó. “Es como es. Son estilos de forma de ser. No actuamos igual. Él habla por conductos anormales. Yo soy respetuoso con las personas… Él lo hace, y lo tengo que aceptar”, dijo Nuñez a principios de 1996. El técnico se vio con la autoridad moral suficiente para imponer su criterio sobre cualquier cosa, pero acabó desbordando la paciencia del club. Dos jornadas antes del final de la temporada le destituyen. La grada del Camp Nou no encajó con gusto la decisión.

Desde entonces y hasta ahora, es la voz más influyente del entorno barcelonista. Es admirado y respetado en todo el mundo. Cataluña aprovecha el tirón de su imagen pública desde que le designaron seleccionador autonómico el 2 de noviembre de 2009. La elección es en sí misma un reconocimiento a su figura.

El Ajax intentó en vano que volviera a implicarse en su organización deportiva en 2008. “Son necesarios cambios drásticos para poder obtener en la cantera un nivel apropiado para esta entidad. He realizado un proyecto claro para hacerlo. Pero mi visión no la comparten las personas que tendrían que ejecutarla”, dijo Cruyff como renuncia. Se avino con formar parte de un consejo de sabios. En marzo de 2011 logró forzar finalmente la renuncia de los dirigentes del club, reacios a aceptar algunos relevos propuestos en el organigrama técnico. El vacío de poder ha quedado resuelto con el nombramiento de una nueva dirección formada por cinco personas. Él está entre ellas.

//youtu.be/tMYypI_-dM4

“El Dream Team de Cruyff”

En un momento en el que se ensalza y se toma como referencia en el mundo entero el juego y la filosofía del Barcelona de Guardiola, conviene recordar que el equipo del técnico de Santpedor tiene su origen en otro conjunto mágico que marcó el camino triunfal que hoy disfrutan con asiduidad todos los aficionados culés. El ‘Dream Team’ de Johan Cruyff es la semilla que ocasionó el florecimiento actual del equipo azulgrana. Su apuesta deportiva y sus éxitos convirtieron al Barcelona en la máquina perfecta que ahora deslumbra por medio mundo. En un deporte donde el debate es constante, que aquel equipo puso la primera piedra del que ahora es el mejor equipo del mundo es un pensamiento unánime.

Históricamente, el Barcelona había vivido a la sombra del Real Madrid. Poco importaba que grandes figuras como Lineker, Schuster o Maradona hubieran pasado por la Ciudad Condal. La escasez de títulos y el discurso victimista azotaban la conciencia culé. Su condición de grande en Europa no se asemejaba a la del resto de equipos punteros. Bayern, Liverpool, Juve, Milan o el propio Madrid. Todos ellos habían gozado de cierta hegemonía en una época determinada. Algo que no ocurría con el Barça, condenado al segundo escalón en una jerarquía que le había dado demasiadas veces la espalda.

Así transitaba el club catalán por la década de los 80, con Nuñez más cuestionado que nunca y el equipo sumido en una profunda depresión provocada por las ilusiones rotas temporada tras temporada. Ante tal situación, el presidente azulgrana decidió adoptar una medida populista y recuperó a Cruyff, ídolo culé en su etapa como jugador, para reavivar los ánimos. Pero lo que en un principio se consideró como una decisión acertada y esperanzadora pronto se vio rodeada de escepticismo y crítica voraz.

La intención de Cruyff de reducir los efectivos en defensa para lograr un control total del mediocampo y la recuperación de los extremos puros levantó sospechas entre los círculos más conservadores de la Ciudad Condal. Su incondicional gusto por el buen trato del balón le llevó a emplear un único mediocentro creativo arropado por varios futbolistas de perfil parecido. Esa valentía en el esquema iba ligada a una fe ciega en la cantera. Esos riesgos y la dificultad a la hora de asimilar esa nueva forma de defender provocaron que los inicios fueran tremendamente difíciles.

Una Copa estabilizadora
Ni siquiera la Recopa lograda en su primera temporada ante la Sampdoria minimizó la inseguridad general. El cambio de rumbo y el apoyo incondicional no llegó hasta 1990. Ese año, descolgado de la lucha por la Liga, consiguió hacer frente al Real Madrid en la Copa del Rey y ganó al equipo merengue en la final gracias a los tantos de Amor y Julio Salinas. Más allá de la victoria y del título, el valor de aquel encuentro fue el efecto moral que supuso para la entidad azulgrana.

Cruyff comenzó a encontrar adeptos a su propuesta y el Barcelona empezó a carburar. El equipo azulgrana tomaba forma. Encontró en Koeman al defensa perfecto para asegurar la posesión ya desde la primera línea y rodeó al joven Guardiola, generador del juego en las transiciones, de estupendos socios como Eusebio o Laudrup. La astucia e inteligencia de Bakero y los incisivos Stoitchkov y Begiristain, desde la línea de cal, nutrían un ataque que no dispuso de un ‘9’ puro casi hasta el final, con la llegada de Romario.Cruyff decidió pararse en una etapa en la que todos corrían”. Frase que resume a la perfección el estilo y método del holandés. La pausa en la elaboración, crear la jugada con paciencia, mover el balón hasta encontrar el hueco oportuno y desgastar al contrario. Con esas premisas debía indentificarse este Barça.

Forjada la nueva seña de identidad, comenzaron a llegar los resultados. La primera de las cuatro Ligas consecutivas abrió las puertas de Europa, donde esperaba la gloria. Cualquier azulgrana que presuma de ello apelará siempre al histórico gol de Koeman de falta en Wembley que dio al Barça la primera Copa de Europa de su historia. Sin embargo, pocos recuerdan que en aquella edición el ‘Dream Team’ estuvo con pie y medio fuera de la competición. En octavos, ante el Kaiserlauten, y tras el 2-0 de la ida, el conjunto azulgrana llegó a ir perdiendo 3-0 hasta el último suspiro del encuentro. En ese momento apareció Bakero para acabar, de una vez por todas, con los complejos históricos del Barcelona.

Después de esa situación crítica, el ‘Dream Team’ creció camino a la final. Sparta de Praga, Benfica y Dinamo de Kiev sucumbieron a su derroche futbolístico. El gran día había llegado. Lejos de perderse entre aburridas apreciaciones tácticas o instrucciones detalladas sobre los distintos aspectos que encerraba el partido, Cruyff fue claro y conciso. “Ya estamos en la final. Ahora salid y disfrutad”. Pero sus jugadores no disfrutaron hasta el minuto 111 de la prórroga. En ese momento, un misil de Koeman desató la locura en Wembley. El Barcelona, por fin, reinaba en Europa.

//youtu.be/oiiULixvnhs

El éxito se prolongó a escala nacional, acompañado de una buena dosis de suerte. Dos finales de infarto en el campeonato de Liga con las famosas ayudas del Tenerife permitieron al ‘Dream Team’ agrandar su leyenda ampliando el palmarés. En el segundo de esos dos títulos, ya con un un fantasioso Romario en sus filas, los de Cruyff le endosan un humillante 5-0 al Madrid con momentos imborrables para la retina del aficionado como la ‘cola de vaca’ de Romario a Rafa Alkorta o el magistral libre directo de Koeman.

//youtu.be/MPKnSJLyR34

Cuando no le podía ir mejor al ‘Dream Team’ llegó el encuentro que, como más tarde reconoció el propio Cruyff, marcaría el final de un ciclo. El Barça se presentaba en Atenas dispuesto a ganar su segunda Copa de Europa. Su condición de favorito era tan abrumadora que hasta los propios aficionados del Milan se preparaban para soportar el vendaval de fútbol azulgrana. Sin embargo, aquel equipo italiano entrenado por Fabio Capello llegaba mejor preparado y con mayor calidad de lo que todos pensaban. La coordinada presión del mediocampo ‘rossonero’ y la calidad en los últimos metros de los Savicevic, Boban o Donadoni desarbolaron al equipo azulgrana. Aquel grupo de jugadores que habían arrollado a media Europa y sonrojado al Madrid en Liga fue humillado de manera dolorosa e inesperada.

Ése fue el principo del fin. El equipo de Cruyff fue desmantelado a partir de entonces y jugadores como Laudrup, Zubizarreta, Eusebio o Goicoechea abandonan el club ese mismo verano. La relación entre el técnico holandés y Nuñez se deteriora y el Barcelona se prepara para una amarga transición. La espina de Atenas permanece aún hoy clavada en los corazones barcelonistas. Eso sí, la creencia en un estilo y la fe ciega en la cantera también sobreviven inalterables. Y es que las victorias de ahora y los títulos conseguidos también son, en una pequeña parte, del ‘Dream Team’ de Cruyff.

//youtu.be/4ppFrWcmqoo

//youtu.be/JKggLNqtp-c

13° Entrega: Vicente Del Bosque. El DT que supo manejar el “vestuario Gálactico” del Madrid para seguir haciéndolo ganador dómestico y Europeo. Tranquilo y conciliador, diplomático y pedagógo, tomó la selección española campeona de Europa en 2008, con la inteligencia de no cambiar abruptamente el estilo que ésta supo conseguir con la mejor generación de futbolistas de su historia, pero a la vez no dudar en meter mano para lograr en ese equipo de estrellas un mejor equilibrio (en el medio campo) en el Mundial de Súdafrica en el que terminó consagrandose campeón.

Vicente Del Bosque

[b]Del Bosque, un mediador entre grandes futbolistas

[/b]El secreto del triunfo silente

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[li]“Ni permisiva ni muy dura, hay que lograr mantener la disciplina pero nunca imponerla”[/li][li]“Los entrenadores tenemos la responsabilidad de defender el fútbol, de protegerlo y mimarlo”[/li][/ul]
Los gestos delatan a Vicente del Bosque (Salamanca, 1950) como un tipo tranquilo. Las palabras, como un entrenador sensato. En silencio se ha convertido en el entrenador más sonoro de la historia del fútbol español. Es la pausa en la histeria colectiva. El tiempo rebota tarde o temprano el trabajo bien hecho. A él le ha otorgado un palmarés sobresaliente.

Del Bosque habría sido profesor si el fútbol le hubiese permitido compaginar los estudios con el entrenamiento. Ingresó en el Real Madrid en 1968, con 18 años, y ahí se mantuvo fiel hasta 2003. Fue jugador y después entrenador. Dio el paso a los banquillos nada más retirarse. La cantera blanca fue el escenario perfecto para sus dotes docentes y ese poder de convencimiento tan pedagógico.

Comenzó como ayudante de Juan Santisteban en el Castilla, en 1984. Tres años más tarde ya había ofrecido la suficiente confianza a los dirigentes y lo designaron primer entrenador del filial. Del Bosque estaba impregnado de madridismo y conocía los secretos de su cantera como nadie. La junta directiva presidida por Ramón Mendoza le nombró coordinador de las categorías inferiores en 1990.

Del Bosque profesó una dedicación plena a los intereses del club para el que trabajaba. Se convirtió en el hombre de confianza de la casa, la persona siempre dispuesta a obedecer y servir a unos colores que fueron y son su vida. Acudió al rescate del equipo cuando se le llamó en marzo de 1994 para suplir al destituido Benito Floro. Hizo la transición entre el despedido Jorge Valdano y Arsenio Iglesias en mitad de la temporada 95-96. Y en 1999 aceptó la misión de sustituir a John B. Toshack. Fue entonces cuando Lorenzo Sanz le ofreció una plaza fija para el siguiente curso.

Sus años como técnico del Real Madrid fueron sobresalientes. Ocho títulos -dos Ligas y dos Champions League entre ellos- devolvieron a la entidad su sitio en el primer orden mundial.
En junio de 2003, un día después de ganar la Liga, le comunican que no cuentan con él. Enrique Sánchez, el portavoz de la directiva presidida por Florentino Pérez, lo anunció así en la sala de prensa del Santiago Bernabéu: “La Junta del Real Madrid ha decidido por unanimidad la no renovación del técnico del primer equipo, Vicente del Bosque. Se le ha ofrecido seguir colaborando con el club en labores técnicas y lo ha rechazado”.

Meses antes de su marcha había recibido elogios por su carácter conciliador, algo fundamental a la hora de manejar un vestuario plagado de jugadores galácticos como Zidane, Figo o Ronaldo. "Es un club donde los celos podrían provocar un conflicto diario, pero eso no ocurre gracias a un entrenador de perfil bajo”, dijo Jorge Valdano, el director deportivo. El sustituto de Del Bosque fue el portugués Carlos Queiroz.


Ingresó en el Real Madrid en 1968, con 16 años, y ahí se mantuvo fiel hasta 2003

Después de un año parado aceptó una oferta del Besiktas. No se adaptó a Turquía ni tampoco le acompañaron los resultados. El equipo estaba fuera de la Copa de la UEFA e iba mal clasificado en la liga cuando le destituyeron en enero de 2005, justo después de caer en la tercera ronda de la copa. Fue una experiencia anecdótica como la que tuvo en el Cádiz, en 2007, como uno de los consejeros deportivos del empresario Arturo Baldasano.

La selección inició la Eurocopa 2008 con un sensacional triunfo frente a Rusia (4-1). Su nombre empieza a sonar como relevo de Luis Aragonés, que ya había anunciado a finales del año anterior que no seguiría en el cargo tras finalizar el torneo. El acuerdo verbal entre Del Bosque y la Federación se cierra en pleno campeonato. Como herencia recibió un equipo campeón de Europa.

La misión escondía algunas trampas que sorteó con inteligencia. Supo liderar el cambio sin sobresaltos dando continuidad a un grupo de jugadores que funcionaba a la perfección. Asimiló sus costumbres y fue matizando el equipo hasta adaptarlo más a su gusto. El reto de Sudáfrica lo afrontó como responsable de la mejor generación de futbolistas que ha dado España. En 2010 se escribió la historia de un equipo capaz de sufrir y de ser brillante. En los momentos de tensión se lanzó un mensaje de calma. Pasito a pasito se conquistó el torneo y Del Bosque fue manteado como un ídolo introvertido.

//youtu.be/khzpcncj7Do

//youtu.be/sjY_oCO1z98


14° Entrega:
José Mourinho. DT ganador como pocos. Considerado uno de los mejores, o quizás el mejor, DT de la actualidad, posee una fuerte y marcada personalidad que lo pinta de cuerpo entero, no solo a la hora de dirigir a sus equipos, sino a la hora de declarar y buscar que los medios y las presiones se centren en él, para así sacarle presión a sus jugadores. Un hombre que proviene de la táctica, pero que sabe utilizar bien los recursos que tiene en el plantel para lograr la meta final: el triunfo, la obtención de un título. Para ello intenta volcar en sus equipos intensidad a la hora de atacar y equilibrio a la hora de defender. Pólemico de puertas para afuera para con la prensa, dirigentes, rivales, etc (casi siempre utilizandolo como estrategia); querido y respetado puertas para adentro por sus dirigidos a quienes defiende y valora, intentando a la vez siempre obtener de ellos su máximo potencial a base de disciplina, convencimiento y compromiso.

José Mourinho



Mourinho y el fútbol de pizarra

La apología de la victoria

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[li]“Estoy agradecido a Dios por no tener modestia porque es una cualidad que no ayuda en nada”[/li][li]“Gracias, me gusta ser entrenador de títulos”[/li][li]“No soy el mejor del mundo, pero creo que no hay nadie mejor que yo”[/li][li]“No quiero un jugador que sea un hombre perfecto, que sea un perfecto profesional, que tenga un carácter fantástico, ese es el tipo de hombre que quiero para mi hija”[/li][li]“Mi equipo ideal es aquel en el que, en cualquier momento y en cualquier situación todos los jugadores piensan de la misma manera”[/li][/ul]
José Mourinho (Setúbal, Portugal, 1963) es un triunfador puro, un maestro de la polémica, un entrenador cerebral que atrae los focos porque lo importante es proteger a sus jugadores. Así se entiende su personalidad, ese carácter que despierta filias o fobias. Su única adhesión inquebrantable es la victoria.

Ha educado su sentido táctico desde los 15 años, cuando su padre lo utilizaba para espiar a los rivales del equipo que entrenaba, el Os Belenenses. Aunque llegó a jugar de portero, Mourinho siempre sintió atracción por el dibujo en la pizarra.

Estudió gestión administrativa por obedecer a su madre. Luego se licenció en Educación Física, eligiendo como especialidad Metodología del Fútbol.
Obtuvo su título de entrenador UEFA y comenzó su carrera como director deportivo de un colegio de secundaria. Manuel Fernandes lo llamó para que fuera su ayudante en el Estrela Amadora. También trabajó para el Vitoria de Setúbal antes de que Bobby Robson le incorporase al Sporting de Lisboa en 1992. Comenzó a su lado como traductor, se ganó su confianza y acabó ocupando el puesto de segundo técnico.

Mourinho se convirtió en el hombre de confianza de Robson. Compartieron vestuario desde 1993 hasta 1997. De Lisboa a Oporto y, por último, Barcelona. “Él llegaba a los entrenamientos con sólo diez minutos de antelación, jugaba al golf y llevaba una vida increíble, plena de disfrute. El fútbol no era una presión para él. Yo preparaba todo y cuando me preguntaba, le decía: ‘Mister, hoy hacemos esto y esto’. Van Gaal era exactamente lo contrario”, explicó Mourinho en una entrevista recogida en su propio club de fans en febrero de este año. El técnico holandés no dudó en proponerle que siguiera en el Barça cuando le contrataron.

Sus años en el Camp Nou le resultaron enriquecedores. “Fueron los jugadores los que me enseñaron. Hablando con ellos de su experiencia aprendí mucho”, confesó. Poco a poco se sintió preparado y lo suficientemente ambicioso para ser el líder de su propio vestuario. El Benfica lo llamó en 2000 para suplir a Jupp Heynckes con la competición ya empezada. La entidad estaba inmersa en una crisis institucional. Entró con un presidente en el poder y se marchó con otro. Fueron nueve jornadas enturbiadas por la renegociación de su contrato con el nuevo responsable de la entidad. No quedó convencido y se marchó.

Tampoco pudo completar su acuerdo con el Leiria porque a mitad del curso le apareció la primera gran oportunidad de su carrera. La historia del Oporto motivaba suficientemente a un entrenador ávido de gloria. En 2002 se sintió por fin dueño de su particular destino. Recogió un grupo de jugadores desmotivados, pero con potencial para que la ciudad volviese a vivir días de grandeza. En su primer año dejó al equipo tercero. En el segundo hizo triplete -liga, copa y Copa de la UEFA-. En el tercero conquistó otra liga y la Champions League.

Mientras que algunos analistas le consideraron un tipo con demasiadas pretensiones, otros alabaron sus innovaciones tácticas. Su apuesta comenzaba por una defensa aguerrida que comenzaba en el campo del rival. Tipos como Derlei, Maniche y Deco fueron las estrellas de un equipo con una claridad de ideas aplastante y capaz de practicar un fútbol intenso.

La fórmula Mourinho atrajo la atención de los mejores clubes de Europa. El Chelsea lo convirtió en 2004 en el entrenador mejor pagado del mundo. “Soy un gran defensor del espíritu de equipo porque los trofeos los ganan los equipos”, es una de sus máximas. En la Premier League armó un bloque campeón.

Su posición de estrella mundial lo expuso al juicio de los medios de comunicación. “No me llamen arrogante, pero he ganado una Champions y soy muy especial”, fue la frase con la The Special One se presentó en Londres. Se descubrió a un técnico beligerante contra todo aquello que piensa que le perjudica a él o a los suyos. La UEFA lo sancionó en 2005 con dos partidos y una multa económica por poner en cuestión la honorabilidad del árbitro que dirigió un enfrentamiento de Champions entre el Chelsea y el Barcelona. Comienzó ahí una historia de rivalidad intensa con los azulgrana que perdura hasta hoy. Ese mismo año lo sancionaron también en Inglaterra con 85.000 euros por reunirse en secreto con Ashley Cole, lateral con contrato en vigor con el Arsenal.

Su fuerte personalidad chocó también con la del dueño del los blues. La relación con Román Abramóvich se tensó. El magnate ruso prescindió de sus servicios en septiembre de 2007. Mourinho dejó como legado seis títulos en tres años -dos Premier entre ellos-, los que le convirtieron en el entrenador más laureado de la historia del club inglés. Buena parte de la afición lamentó su adiós.


El juego de sus equipos se caracteriza por la intensidad

Durante el resto de esa temporada se ocupó del mecenazgo de varios programas de ayuda a la infancia; prestó su imagen como reclamo publicitario de varias multinacionales que lo ven como la persona perfecta para dar credibilidad a sus marcas; y su biografía se midió en las librerías con los best seller más leídos de Portugal. En verano de 2008 recibió la llamada del Inter de Milán.

En el equipo italiano vivió dos intensas temporadas plagadas de éxitos. Conquistó dos scudettos y se apuntó la Champions League de 2010, año en el que también logró la copa italiana. En sus últimos meses protagonizó una discusión verbal y física con un periodista, vivió una tensa eliminatoria europea con el Barça y tuvo que hacer frente a un desplante de Balotelli, entre otros titulares de prensa.

Poco después de la final de la Copa de Europa anunció que se iba al Real Madrid. Massimo Moratti, presidente interista, atendió los deseos de la plantilla y de los aficionados e intentó retenerlo por todos los medios. El luso aludió motivos personales para justificar su marcha. “No es un problema de contrato o de dinero, y me da, incluso, un poco de vergüenza ganar lo que gano con la crisis que hay. Es un problema de satisfacción personal, de sentirme respetado o no en un país futbolístico en el que he tenido tantos problemas”, precisó.

En su primer año como técnico del Real Madrid ha protagonizado un intenso duelo deportivo y dialéctico con el Barcelona y con Pep Guardiola. Ambos abanderan dos formas distintas de entender el fútbol. Son antagonistas en un deporte millonario en seguidores. Se han jugado todo entre ellos. La Copa del Rey ha vuelto a las vitrinas del Santiago Bernabéu 18 años después. Mourinho entiende que el espectáculo se calibra en títulos. Para conseguirlos hay que ganar. No encuentra mayor verdad ni mejor excusa.

//youtu.be/HYOf1gg69rk

//youtu.be/7nxjQFN3FYU

15° Entrega: Pep Guardiola. Ganador como jugador en el Barcelona, hoy es DT del mismo equipo, considerado el mejor del mundo en la actualidad y uno de los mas grandes de la historia del fútbol. Posee una base marcada del cruyffismo, pero mucho más mejorada y adaptada a los tiempos que corren. Conocido por ser un intelectual, meticuloso, de gran carácter, trabajador incansable, perfeccionista, prudente, exigente, que impone disciplina sabiendo otorgar libertades en los momentos justos, sus equipos en el campo son arriesgados, pero equilibrados, su base es la posesión del balón, pero también presión constante en todas sus líneas para recuperarlo, con libertades para la creación de juego, pero con el sacrificio y compromiso como algo primordial. Ésto le pertió conseguir en pocos años títulos y grandes logros, para él, su equipo, sino también sus individualidades, como ej, que 3 de sus estrellas, Messi, Iniesta y Xavi, sean considerados el 1°, 2° y 3° futbolista del mundo respectivamente.
Guardiola conjugó una máquina perfecta, que no solo proporciona buen juego, sino que también consigue títulos.

Pep Guardiola

[b]GUARDIOLA, EL TÉCNICO QUE CONJUGA BUEN JUEGO Y TÍTULOS

[/b] La excelencia hecha modestia

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[li]“Se dice que es más fácil cambiar de mujer que de equipo de fútbol, y es cierto”[/li][li]“No hay nada más peligroso que no arriesgarse”[/li][li]“Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos”[/li][li]“A ceros no podemos ganar al Madrid pero trataremos de ganar en entusiasmo” [/li]
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Hace 19 años el Barcelona tocaba el cielo en Wembley. Era la primera vez que el conjunto azulgrana se proclamaba campeón de Europa y ponía fin a una dueda histórica que había durado demasiado tiempo. Entre los afortunados, un joven de 21 años de aspecto débil cuya fuerza estaba en un lugar que no alcanza la vista. Ese chaval contaba con un cerebro especial, de esos que ven lo que otros ni imaginan, que piensan dos segundos antes que el resto. Se trataba de Pep Guardiola.

El flaco centrocampista de Santpedor era la extensión de Cruyff en el campo. Un futbolista ordenado, inteligente, apasionado por el fútbol de toque y la elaboración cuidadosa. El líder perfecto para la atractiva apuesta del ‘Dream Team’, el mejor equipo en la historia del Barcelona hasta ese entonces. La referencia del club catalán durante muchos años hasta que, casi dos décadas después, ese chico se sentó en el banquillo del Camp Nou.


La apuesta de Laporta fue arriesgada, casi homicida. Se ponía fin a una etapa exitosa del club con Rijkaard al mando en la que, entre otras cosas, se había ganado la segunda Copa de Europa y el relevo lo recogía un técnico cuyo aval era un anecdótico ascenso con el filial a Segunda B respaldado por su impecable trayectoria como jugador azulgrana. La experiencia, en el caso de Guardiola, no era una cuestión primordial. Él no es un entrenador al uso. No sigue los parámetros habituales.

Valga como ejemplo su particular ruta antes de embarcarse en la aventura del filial. Cuando Guardiola se preparaba para dirigir al Barça B, se reunió con media docena de entrenadores cuyo consejo consideraba básico. Uno de ellos era Marcelo Bielsa, que estaba a punto de comenzar una magnífica aventura con la selección de Chile tras el periodo de reflexión después de ganar el título de campeón olímpico con Argentina, en 2004. Guardiola viajó a Rosario (Argentina). Aquel fue el encuentro de dos apasionados del fútbol: Bielsa, con casi 20 años de trayectoria, y Guardiola, a punto de comenzar su impecable trayectoria. La reunión se alargó 12 horas y según Guardiola, “pocas veces me ha encontrado con un hombre más generoso”.
También hubo una visita a Menotti: “Pep no vino buscando que le dijéramos cómo se hacía. Él ya lo sabía”, apuntó el argentino hace poco.

Fin a la era ‘Ronie’
El caso es que ahí estaba Guardiola, al frente de un nuevo proyecto en el club de su vida con el título de entrenador oliendo a nuevo. “Se dice que es más fácil cambiar de mujer que de equipo de fútbol, y es cierto”, dijo el entrenador catalán en una ocasión. Lejos de arrugarse y tomar medidas populistas que le facilitaran los inicios, el de Santpedor arrancó su etapa con una decisión controvertida. Optó por refrescar la plantilla y para ello se quitó de encima a dos ídolos del barcelonismo: Deco y Ronaldinho. A otro de ellos, Eto’o, le abrió la puerta pero tuvo que aguantarle una temporada más.

Comenzaba así una nueva vertiente del ‘cruyffismo’. Más perfecta, adaptada al fútbol de estos tiempos pero con los mismos pilares que sujetaron los éxitos del ‘Dream Team’. Los matices visibles sobre el terreno de juego se hicieron también evidentes en la banda, en la sala de prensa y en todos los estamentos del club. La prudencia, el elogio al contrario, el trabajo constante y la solidaridad en el esfuerzo formaban partes de los mandamientos de Pep. En definitiva, no creerse más que nadie, simplemente demostrarlo.


Guardiola y Mourinho. Uno de los duelos futbolísticos y dialécticos de la actualidad.

El Bernabéu deja de ser coto privado
Guardiola, producto de ‘La Masía’, prestó atención a la cuna del barcelonismo con la aparición de futbolistas de la cantera como Pedro o Busquets y recuperó al canterano exiliado a Inglaterra, Gerard Piqué. Con esas modificaciones y novedades, el Barça empezó a forjar un colectivo asfixiante en la presión, inabordable en la posesión del balón y con la resolución necesaria para definir los partidos. El resultado fue sencillamente perfecto. Seis títulos de seis posibles con momentos inolvidables como el gol de Iniesta en Stamford Bridge o el apabullante 2-6 en el Santiago Bernabéu para decidir la Liga.

Precisamente uno de los puntos críticos de Cruyff. Al holandés siempre se le acusó de arrugarse en territorio del eterno rival. El plan de Guardiola era todo lo contrario. Su fidelidad a un estilo le impedía pensar en otra cosa que no fuera atacar y dominar el partido. “No hay nada más peligroso que no arriesgarse”, subrayó en una rueda de prensa. Y eso fue lo que hizo. La Copa del Rey ante el Athletic y la Liga de Campeones frente al United demostraron que la apuesta de Guardiola tenía algo especial. “Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos”. Esa frase en los momentos previos a la final de Roma alcanzó todo su significado cuando, meses después, el Barça sumaba otros tres títulos más con la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundialito de clubes.

Igualar lo conseguido, en su segundo año, se antojó como un imposible. Y así fue. El juego se mantuvo pero los resultados, en algunos casos, le dieron la espalda. Únicamente la Liga, el “trofeo más difícil de todos” en palabras de Guardiola, volvió a caer del lado azulgrana. Caprichos personales como Ibrahimovic o Chigrinskiy no salieron bien pero las sensaciones seguían siendo buenas.

Los duelos con el Madrid se habían convertido en un momento de disfrute cuando no hace mucho suponían un obstáculo incómodo. Sólo el Inter de Mourinho y el Sevilla en Copa ‘mancharon’ la trayectoria impoluta de Pep. “Nosotros sabemos ganar, pero mejor sabemos perder”, decía entonces el técnico azulgrana. Y no le faltaba razón.

En su tercera temporada, el Barça fue un ciclón que encontró oposición en contadas ocasiones. El Madrid de Mourinho se presentó como la gran amenaza pero, salvo en la Copa del Rey, tampoco pudo frenar la meteórica carrera del entrenador catalán y su Barça.A ceros no podemos ganar al Madrid pero trataremos de ganar en entusiasmo”, Guardiola dixit. Y eso que hubo grandes dificultades. Una plantilla corta obligó a Guardiola a sacars de la galera un central improvisado. Mascherano, el elegido, cumplió con creces. Se confirmó que la ubicación reinventada de Messi servía para ver la mejor versión del argentino, y el resto de la maquinaria funcionó tan bien como de costumbre.

La historia ya la conocen fue otro año de ensueño. La Liga, otra Liga de Campeones… el mismo derroche de juego, otro buen número de exhibiciones, la posesión, siempre la posesión. En sólo tres años, el mejor Barcelona de la historia, sin discusión. Y la etapa de Guardiola aún no ha terminado…

//youtu.be/rMEs3mGHN_w

//youtu.be/tDtbJi68pzU

Yo creo que Pep si bien demostro grandes cualidades como DT de este Barca para mi todavia le falta mucho camino por recorrer para ser una leyenda … Para mi en este Barcelona con los jugadores que tiene no hay tanto merito del DT como a veces se piensa.
Sintetizando, me gustaria verlo en otro equipo sin los Xavi, Iniesta y Messi y ver que arma.

Entonces a mí también me gustaría ver a Ferguson, Mourinho, Wenger, Ancelotti, Mancini, etc, con otros planteles de jugadores que no tienen la calidad o categoría de los que poseen en los equipos que manejan o les tocó manejar :twisted::mrgreen:

Es que es al contrario, todos dicen que Guardiola ganó gracias a sus jugadores, pero para mi, gran parte del mérito la tiene él.

Para cuando el Checho?

Mourinho demostro con Porto, Chelsea, Inter y Madrid sus capacidades y en el Chelsea como en el Inter no tuvo tampoco tremendos Dream Team y ni hablar del Porto por eso puedo deducir que sus equipos si tienen mucho merito de el.
No sea que Pep termine siendo un Ramon cualquiera que con el River del 96 gano todo y despues tuvo mas palidas que triunfos. Ojala que no, pero hasta que no lo vea no creo…

Un Ramon cualquiera es un grandisimo entrenador, otro asunto es que a lo mejor deba de actualizarse, y deba viajar a ver formas de entrenar …

Claro, Mou porque no tenía grandes jugadores en sus equipos tampoco, no? :mrgreen:

Vitor Baía
Deco
Derlei
Maniche
Costinha
Carvalho
Paulo Ferreira
Nuno Valente
Bosingwa
Cech
Terry
Gallas
Makelele
Lampard
Essien
Cole
Ballack
Robben
Crespo
Kalou
Schevchenko
Drogba
Julio César
Maicon
Lucio
Zanetti
Vieira
Cambiasso
Samuel
Stankovic
Sjneider
Adriano
Ibrahimovich
Milito
Eto’o
Casillas
Pepe
Xabi Alonso
Di María
Ozil
Kaka
Benzema
Higuaín
Cristiano Ronaldo

No excusa con Dream Team, o Galácticos, pero dale a cualquier equipo una quinta parte de esos jugadores. En Porto le sacó buen provecho a los jugadores, a varios los tenía en su punto justo y le sacó jugo, y en la champions pocos recuerdan que al único grande de Europa que se enfrentó en los mano a mano, fue el ManUtd en Octavos (gol de Costinha sobre la hora y gozada a Ferguson, je), y vs el Madrid en el grupo, pero no le ganó. Después Lyon, La Coruña (eliminó a Milan) y el Mónaco (eliminó al Madrid). Ahora que me acuerdo, copa rara esa che. Me acuerdo que ni queríamos ver la final con unos amigos, lo que si queríamos que pierda Ibarra, ja.

Igual, muchos dicen “ah, quisiera verlo a fulano en un equipo mas chico o de mitad de tabla…”, y no. Para qué? si pueden ir a equipos iguales o mejores? El mismo Mourinho dijo, “yo si me voy de acá, voy a dirigir a un grande en Italia, en Inglaterra, no al Sporting Gijón”, claro que a un equipo de ese tipo lo va a mejorar mucho, pero si no tenés jugadores…

La mitad de los jugadores de esa lista son mediocres conocidos. No es por defender a Mourinho, pero tampoco son todos fenómenos…

adhiero. Es más, Pep cuando se las vió “jodidas” (como contra el Madrid en esa serie) no metió mucha mano y se quedó sin recursos. De hecho lo salvó una genialidad de Messi…

Guardiola desde el vamos, la cagó con Eto’o. Podría haber arreglado de otra forma las diferencias. Porque se nota que el Barsa lo sigue extrañando en varios momentos y partidos calientes. Hasta ahora le viene saliendo, y bien por él, porque su equipo no deja de deleitarnos. Igual, yo no me como el chamuyo que dicen que el tipo se para y los jugadores juegan solos. Porque no jugaban así con Rijkaard? que también jugaban bien eh! pero no “perfecto”. Guardiola es un tipo jóven, inteligente y que labura en serio, no chamuya y deja que la pelotita ruede. Tiene las bases que impuso Cruyff, el perfeccionó muchas cosas y se adaptó al fútbol actual, que es lo que yo le exijo siempre a un DT, que se adapte y evolucione de acuerdo al fútbol actual.

Para mí otro moco, y para el tipo una desilusión, fue Ibrahimovich. Villa fue poco mejor, pero tampoco tan deslumbrante, pero levantó hasta su cuota de gol. Y, si no lo haces en el Barsa, je.

Lo que si también veo que le falta pegar esos volantazos en momentos calientes, aunque parece que manteniendo el mismo estilo y mentalidad le termina dando los resultados, apareciendo Messi o no. Calculo que lo ira aprendiendo con la experiencia. Recién lleva 3 años de carrera en Primera (+ 1 en el Barsa B).

Con el tema de los fichajes lo mismo, tiene que empezar a agudizar el ojo, pensando en lo que quiere plasmar. Que es lo que hace Mourinho, que te pide categoría pero también jugadores funcionales a su sistema.
Imaginense, si en Barcelona, es considerado Mascherano el mejor fichaje de la temporada anterior por todo lo que le terminó dando al equipo y al vesturio, que el mismo Villa, y obviamente Adriano o Afellay.

Vamos a ver como le va con el Alexis ahora.


vos decís? cracks o fenomenos son pocos, y pocos tienen posibilidad de tener cracks en sus equipos, pero tampoco son medio pelos che! rondan entre buenos y grandes jugadores los de la lista. Quizas algunos no tanto como otros, pero repito, dale la 5ta parte de esos nombres a un equipo cualquiera, o a algún equipo como el málaga ahora con capacidad de compra… y no pasa por defender o no a Mou, sino que es para mostrar que si bien él o cualquier DT de primera categoria, necesita jugadores de buen nivel. Y está bien, a medida que fue cambiando de equipos, fue exigiendo un poco más o sacandole el jugo a cada uno de ellos. Si lo hizo en Porto con una buena base de jugadores (algunos en su mejor momento, otros ya con experiencia), como no lo va a hacer en Chelsea, Inter y Madrid donde puede elegir a gusto lo que le conviene.

Y en el Barsa, si vamos al caso, bien, hay suerte de tener cracks, pero son Xavi, Iniesta y messi. El resto son buenos jugadores que acompañan o que son el engranaje perfecto para lo que el DT pretende. Hasta ahora, y con un plantel corto. Hasta ahora le va saliendo bien. Yo sí quiero ver el día que no esté más Xavi (o alguien parecido), lo mismo para selección española. Para mí Xavi es el mejor jugador español en la última década, por encima hoy de Iniesta (que es mas jóven y pude pasarlo) y el mismo Raúl. A mí gusto personal, claro está.

Esta sección y la de los equipos históricos (que incluía a La Máquina) son de lo mejorcito de Marca.