Entrenadores de Época (15° Entrega: Pep Guardiola)

a mí también me gusta Hiddink

De cuando el cuando el MARCA hace cosas buenas como este serial de entrenadores.

A veces tampoco hace falta revolucionar el futbol, para hacer historia. De Del Bosque me dicen es que ha tenido equipazos, Ronaldo,Zidane … en su dia o el grupo que ha heredado en la seleccion, y que asi cualquiera gana. Pero el caso es que gano y sus equipos han dado muy buenos ratos.

Por poner un ejemplo, de Ramon Diaz he escuchado y leido que es un inutil, que no sabe de tactica …, pero el tipo gano mucho y dejo un equipo que dio buenisimos ratos de futbol, pues Vicente igual.

Hay que saber manejar esos grupos y amalgamar un vestuario de semejantes figuras. Por encima de todas las estrellas hay que poder armar un equipo que no es algo fácil.

el valor de Menotti para el futbol argentino, es que le dió un enfoque totalmente distinto al que venía trayendo la organización de la selección…

Armar un equipo, lidiar con la prensa (que la de aqui tiene tela), lidiar con los egos de los jugadores …, por eso valoro a Vicente y tengo en alta estima a Ramon Diaz tambien, ademas trabajan mucho a sus equipos aunque no lo parecen.

7° Entrega: Udo Lattek, el DT más ganador de Alemania, destacado por ser 2 veces Tricampeón con Bayern Münich (con los futuros campeones del mundo Beckenabauer, Müller, Breitner, Maier, Hoeness, Kapellman) y Bicampeón con el Borussia Moenchengladbach, y el primer Alemán campeón de la Copa de Europa el para continuar la egemonía sajona de década y media (holandeses, alemanes e ingleses de 1970 a 1984) en el continente a nivel de clubes.

Udo Lattek

El técnico alemán más laureado de la historia[SIZE=2]

El profesor Udo Lattek[/SIZE]

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[li]“Siempre tocaba la tecla correcta”, reconoció Beckenbauer, el hombre que lo llevó al Bayern de Munich[/li][li]Fue el primer en señalar al ‘entorno’ como el principal responsable de los males del Barcelona en los 80[/li][li]Ganó las tres grandes competiciones europeas con tres equipos distintos[/li][/ul]
Ángel Liceras 10/07/11 - 18:58.

Udo Lattek fue uno de los miembros del cuerpo técnico de la selección alemana que acudió al Mundial de 1966. Se había echo un hueco al lado de Helmut Schoen gracias a su labor en las categorías juveniles de la federación. Allí coincidió con Franz Beckenbauer, que cuatro años más tarde le lanzó un mensaje en privado: “Tengo el encargo de preguntarte su quieres entrenar al Bayern de Munich”. Lattek dijo que sí. Fue el comienzo de la carrera del entrenador alemán más laureado de todos los tiempos.

Entre 1970 y 1975 hizo del Bayern el mejor equipo de Europa, pese a su relativa inexperiencia en los banquillos. Jugó con la ventaja de tener bajo sus órdenes a una excelente quinta de futbolistas. Estrellas como Beckenbauer, Müller y Maier vieron como Hoeness y Breitner llegaban para reforzar la plantilla. La gran responsabilidad de Lattek fue mantener orden y concierto entre tanto talento.

Su magisterio fue clave. Era un gran motivador de vestuarios. Sabía aplicar las órdenes con la didáctica adecuada. “Fue para nosotros algo más que un golpe de suerte. Él sabía perfectamente lo que necesitábamos. Siempre tocaba la tecla correcta”, reconoció Beckenbauer con los años.

Udo Lattek (Bosemb, Prusia del Este -actual Polonia-, 1935) sabía perfectamente lo que pensaba un futbolista porque lo había sido, porque había practicado deporte desde muy joven. “Corría más rápido que la pelota”, dijo en una entrevista cuando le preguntaron por su época de atleta. Corría los 100 metros en menos de 11 segundos. Sus aptitudes en el tartán le sirvieron para convertirse en un delantero rápido con un excelente remate de cabeza. Jugó en el Marienheide, el Bayer Leverkusen, el Wipperfürth y el Osnabrück, donde se retiró al cumplir los 30 años. Parte del dinero que ganaba con el fútbol lo dedicaba a pagarse el título de profesor.

Seis trofeos en cinco años como técnico del Bayern de Munich no le bastaron para salvar el puesto en la sequía de 1975. Atendió con gusto la llamada del Borussia Mönchenladbach (1975-1979), donde continuó su exitosa carrera con dos nuevas Bundesligas y una Copa de la UEFA antes de marcharse al Borussia Dortmund.

En junio de 1981 firmó con el Barcelona. Dedicó el verano a mejorar su español y se presentó ante la plantilla como un compañero más que como un jefe. “Llegó hablando un castellano perfecto. Al principio dejó una gran impresión”, explicó Bernd Schuster, estrella del Barça en ese momento. Todo parecía ir bien aquella temporada. El equipo se mostró como un líder sólido hasta que faltaron seis jornadas. Cedió la Liga a la Real Sociedad y se tuvo que conformar con el premio de la Recopa.


“Llegó hablando un español perfecto. Al principio dejó una gran impresión”, recuerda Schuster de su llegada al Barça

La llegada de Maradona en 1982 debía ser el inicio de una época prometedora del Barcelona. Las circunstancias mejoraron poco y Lattek fue despedido antes de acabar el campeonato. Nunca dedicó un reproche concreto pese a que su estancia en el club no fue tan plácida como se podía pensar en un principio. Fue el primer técnico en hablar del famoso entorno azulgrana, esa peligrosa pócima de política, poder, vanidades y envidia que enturbió la entidad durante buena parte de su historia. “Aquí no se compite con el Real Madrid sino que se está en guerra con el Real Madrid”, señaló tiempo después.

Volvió a casa. Escribió el final de su trayectoria con letras mayúsculas devolviendo al Bayer de Munich el dominio de la liga alemana. En 1987 hizo firme su decisión de dejar los banquillos. Vivía el fútbol con pasión y le resultó imposible mantenerse completamente apartado de ellos. Aceptó el encargo momentáneo de dirigir al Colonia (1991), el Schalke 04 (1992) y el Borussia Dortmund (2000), al que salvó del descenso en tan solo cinco partidos.

“Creo que lo que le ha distinguido como entrenador es, sobre todo, la gran confianza que le tenía los jugadores, una confianza muy grande”, explica Karl-Heinz Rummenigge, quien fuera su pupilo. La credibilidad de Udo Lattek le avaló como colaborador en diferentes medios de comunicación. Se convirtió en un afamado comentarista televisivo durante 16 años.

En 2010, un derrame cerebral le obligó a reservarse en casa más de lo deseado. Se despidió definitivamente de los espectadores el pasado mes de mayo. Ahora lleva una plácida vida de jubilado en Colonia, aunque sigue domando el gusanillo del fútbol con algunas colaboraciones en la prensa escrita. Aún hoy es uno de los dos únicos técnicos capaz de ganar las tres grandes competiciones europeas con tres equipos distintos.

//youtu.be/sf9eaos5ZxQ

8° Entrega: Menotti. Un DT que ha creado adeptos y desertores a su ideolgía. Pero si hay que reconocer que fue piedra fundamental en la reestructuración del fútbol argentino, sobre todo a nivel Selección Nacional. Hoy, en el fútbol contemporáneo, aunque su filosofía ya no pueda llevarse a cabo como en aquellos años, partes de la misma sí pueden ser tomadas y hasta verse reflejadas en varios de los equipos del mundo en la actualidad, como así también de otras corrientes fútbolisticas. Ya que hoy, la exigencia y competitividad es tan alta que exige siempre superarse y evolucionar, no quedarse en algo que ya fue superado, sino, a eso, ir incorporándole o mejorandole cosas para estar mas acorde a la realidad del fútbol actual.

César Luis Menotti



Menotti y el nuevo destino argentino

El fútbol, según los poetas

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[li]“Se puede dejar de correr, o dejar de entrar en juego durante largos minutos; lo único que no se puede dejar de hacer es de pensar”[/li][li]“Yo me siento torero, no banderillero”[/li][li]“El fútbol es tan generoso que evitó que Bilardo se dedicara a la medicina”[/li][/ul]
Ángel Liceras 11/07/11 - 11:28.

Hay quien considera que César Luis Menotti creó el fútbol de izquierdas como si el balón fuera sensible a las ideologías. Su figura aisla cualquier creencia política porque esencialmente es la de un filósofo, la de un defensor del juego de ataque, la de un amante del espectáculo. “El gol debe ser un pase a la red”, dijo. El Flaco es el entrenador argentino cuyas ideas futbolísticas más han trascendido, el hombre que llevó a la albiceleste a la conquista de su primer Mundial.

“Nací en una cancha de fútbol”, ha explicado Menotti en alguna entrevista. Lo hizo en Rosario, en 1938, en la casa de sus abuelos. Pasó gran parte de su infancia en el barrio de Fisherton. Con 18 años se aventuró a jugar al fútbol sin descuidar sus intereses intelectuales. Se sacó el graduado en Ciencias Químicas mientras inició su carrera como jugador en Rosario Central. Jugó después en Racing, en Boca Juniors, un año en The Generals de Nueva York, junto a Pelé en el Santos, y en 1970 se retiró en el Juventus brasileño.

Aquel delantero con capacidad para actuar como centrocampista necesitaba el fútbol para expresarse. Pronto se aventuró a dirigir equipos, con esa estampa de tipo delgado que en casi todas las fotografías aparece fumando con gusto. Dirigió a trece equipos distintos, pero sus conquistas se produjeron en tres: Huracán, la selección argentina y el Barcelona.

Tras debutar en un banquillo como segundo entrenador en Newell’s Old Boys, recibe en 1972 la visita personal del presidente de Huracán, que confía en el criterio y el verbo de Menotti a pesar de su inexperiencia. Conquistó el campeonato Metropolitano de la mano de un plantel excelente de jugadores tales como Brindisi, Babington, Basile, Housemann o Larrosa.

Todos los equipos de Menotti tuvieron la premisa clara de que al fútbol se juega pensando. Siempre. Él mismo resumió su ideario así: “Un entrenador genera una idea, luego tiene que convencer de que esa idea es la que lo va a acompañar a buscar la eficacia, después tiene que encontrar en el jugador el compromiso de que cuando venga la adversidad no traicionemos la idea”.

La valentía de sus propuestas convenció a la AFA para encargarle la dirección de la selección en 1974, con apenas dos años de antigüedad en el gremio. Con su labor revolucionó las estructuras del fútbol argentino e hizo de la albiceleste un equipo estético y luchador. El gran éxito de su vida fue la conquista del Mundial de 1978, título disputado en casa en lo que fue una operación de imagen del régimen dictatorial de Jorge Videla. Argentina fue campeona del mundo por primera vez en su historia. Menotti cumplió con su parte, pero con el tiempo se sintió utilizado. “Fui usado. Lo del poder que se aprovecha del deporte es viejo como la humanidad. Nadie podía imaginarse que en esas horas se tiraban a los cadáveres al océano”, explicó en una entrevista publicada en el diario Corriere Della Sera el 18 de junio de 2008.

La victoria mundialista no fue fácil en todos los órdenes. La prensa local no entendió antes del torneo que un joven llamado Maradona no estuviese convocado y Kempes sí. Los resultados dieron la razón al seleccionador. Kempes fue la estrella del campeonato y el máximo goleador con seis tantos, dos ellos en la final con Holanda. Maradona obtuvo el tiempo que necesitaba para confirmarse al año siguiente como la gran promesa argentina durante la conquista del Mundial Sub '20, también a las órdenes de Menotti.


Menotti llegó al Barça en 1983 por mediación de Maradona

El Flaco fichó por el Barcelona en marzo de 1983 para suplir al destituido Udo Lattek. El club atendió los consejos de su jugador franquicia, un Maradona que necesitaba de un técnico que le dejara hacer tanto dentro como fuera del campo. El Barça ganó la Copa y la Supercopa -entonces Copa de la Liga-. Al curso siguiente hubo vacío de títulos y los dos argentinos abandonaron el club. El jugador se marchó a Nápoles. El técnico se tomó dos años de excedencia lejos de los terrenos de juego.

Es también por esas fechas cuando nace su rivalidad con Carlos Salvador Bilardo. El nuevo seleccionador de Argentina acude a Barcelona a entrevistarse con el hombre que la había hecho campeona. Le pide su consejo, pero “Es una risa, viene, me vuelve loco a preguntas, le fundamento lo que le conviene, va allá y hace todo al revés. No algo, todo”, comentó Menotti indignado a la prensa de su país. Así comenzó una guerra entre dos formas de entender el juego. La habilidad y el refinamiento de los poetas como Menotti frente a la táctica y el estudio de los filósofos como Bilardo.

Menotti se volvió nómada. Huyó de los contratos largos y acumuló etapas en una decena de equipos diferentes hasta que se retiró en 2010. Aunque fuera del día tras día del fútbol sigue siendo una de sus voces más autorizadas, el socorro perfecto para cualquier análisis. En marzo de este año sufrió una afección pulmonar que casi le cuesta la vida. Pese a todo, sigue impartiendo cátedra en su columna mensual en GMS, una filial de la agencia mundial de noticias DPA.

//youtu.be/51G9HyPTFGY

interesante entrevista a Redondo, hasta hacen referencia River,je.

//youtu.be/1I_5Ac9CVgI


9° Entrega: Alex Ferguson. DT de caracter fuerte, motivador, inteligente, ganador y de pocas pulgas (también llorón), considerado desde 2010 como el mejor de la historia, Ferguson es además el más laureado y con más años en su cargo (desde 1986 hasta la fecha), trayendo a un grande de Inglaterra, Europa y el mundo como el Manchester United a los primeros planos nuevamente hace ya 2 décadas, además de la aparición y consagración de grandes jugadores destacados en su gestión.

Alex Ferguson

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Sir Alex Ferguson y su hegemonía en el fútbol mundial[/b] [SIZE=2]

Entrenador de entrenadores
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[li]“Para ganar un partido lo más fácil sigue siendo tener el balón”[/li][li]“No hay que dejar pasar demasiado tiempo sin fichar. Esto crea un exceso de comodidad”[/li][li]“El fútbol es cada vez más un ajedrez y en el ajedrez, si pierdes un segundo la concentración, estás muerto”[/li][/ul]
Javier Estepa 12/07/11 - 11:18.

Sir Alex Ferguson es toda una institución en el mundo del fútbol. Su palmarés es envidiable. Su figura como entrenador no es respetada, sino idolatrada. Ferguson lo ha ganado todo con el Manchester United y ha hecho del club inglés uno de los equipos referentes del panorama mundial.

El camino para llegar al sitio donde se encuentra ahora mismo no fue fácil. Después de una etapa como jugador más que discreta, Sir Alex Ferguson decidió probar fortuna sentado en un banquillo. Desde finales de la década de los 70 dirigió al St. Mirren (tres temporadas) y al Aberdeen (seis temporadas).

Su trayectoria fue más que destacada (llegó a arrebatar la Recopa del 83 al Real Madrid de los Di Stéfano, Santillana y Juanito) dio el salto a un Manchester United que ni por asomo era lo que es ahora. Nada más llegar al equipo de los red devils dio la razón a las personas que le llamaban Furious Fergie e impuso a todos los jugadores una estricta disciplina que todos sin excepción debieron cumplir.

Uno de sus escándalos más sonados ocurrió en 2003. A Ferguson no le gustaba cómo estaba jugando su equipo en un partido. En el descanso, pegó una patada a una bota y fue a parar a la ceja de David Beckham. El ‘7’ del United reconoció en su autobiografía oficial que llegó a perder los nervios y se lanzó a por el técnico. Se especuló durante mucho tiempo si la reacción de Ferguson fue fortuíta y realmente fue a hacer daño a Beckham.

Desde los primeros años de la década de los 90 comenzó a llenar las vitrinas del Manchester United con títulos de todos los colores: 12 Premier League, cinco FA Cup, dos Ligas de Campeones, una UEFA, una Intercontinental, un Mundial de Clubes y así hasta un largo etcétera.

Creó y dirigió la fantástica hornada de los Fergie Babes (se llamó así para hacer un guiño a los Busby Babes), formado por Nicky Butt, Paul Scholes, Ryan Giggs, Gary y Phil Neville y David Beckham. Con ellos llenó de alegría la grada de Old Traford al conquistar multitud de éxitos.

Su excelente labor en los banquillos ha provocado que recibiera, entre otras distinciones, dos Balones de Oro al mejor entrenador (1999 y 2007) y dos galardones al mejor técnico del año otorgado por la UEFA (2007 y 2008). Además, en la Premier League ha sido considerado ‘Entrenador de la década’ en multitud de ocasiones.

Todo esto ha hecho que Ferguson, que fue nombrado en 1984 como Caballero de la Orden del Imperio Británico y desde entonces lleva solapado el distintivo de Sir, sea considerado el entrenador de los entrenadores.

Sir Alex, el hombre que cambió la historia del Manchester United

Gracias a él, el ManU pasó de ser un equipo que vivía de los recuerdos a ser uno de los más importantes y conocidos del mundoHasta su llegada, el United era un equipo que aún vivía de su única época dorada, la de finales de los 50 hasta mediados de los 60, cuando consiguió su primera y hasta entonces única Copa de Europa, y del mal recuerdo del accidente aéreo de Múnich, donde perdió a una generación de futbolistas llamados a hacer historia. A parte de la ‘Orejona’, el palmarés del Manchester se reducía a siete ligas, seis copas y nueve supercopas inglesas. Era un club importante, pero venido a menos. La sombra del Liverpool en Inglaterra era alargada y ni que decir tiene que en Europa no pintaba casi nada.

Con Ferguson todo eso cambió. El equipo comenzó a conquistar una liga tras otra, a ser la referencia del país, a ser un candidato a cualquier título nacional e internacional y a convertirse en el club más rico y conocido del mundo. Hubo que tener paciencia con él, porque los éxitos tardaron en llegar. Antes de entrenar tuvo que hacer un lavado de cara a la institución. Fueron cuatro años en los que tuvo que reestructurar el club y retocar mucho una plantilla acomodada y deprimida hasta dar con la tecla.

Durante este primer periodo el equipo fue como una montaña rusa, con buenos y malos momentos, pero el público estaba cansado de esperar y el despido del escocés era inminente -‘tres años de excusas y esto es todavía una basura’, rezaban a veces pancartas en Old Trafford-. Pero esa tecla que estaba buscando Sir Alex se activó en el último instante. Una inesperada victoria en la FA Cup ante el Nottingham Forest pasó de ser su epitafio a ser el pistoletazo de salida. El equipo pasó de ronda y acabó ganando la copa de 1990.

Tras ese primer título, al año siguiente llegaron la Recopa -lograda ante el Barcelona- y la Supercopa de Europa, segundo y tercer títulos internacionales de la historia del club. Pero se seguía resistiendo la liga, algo que llegó en el 93 tras una nueva temporada intermedia de desilusión. La llegada de Cantona fue clave. Ferguson encontró al líder que no había tenido hasta ahora. Con jugadores como Giggs y Hughes, el francés era la única pieza que le faltaba para volver a hacer al Manchester un gran equipo. Dos años depués se unirían al francés los ‘Fergie Babes’ -Phil y Gary Neville, David Beckham, Paul Scholes y Nicky Butt- que completarían una plantilla ganadora.

Ahí se inició el United que todos conocemos y que en este periodo ha conquistado más títulos que en el resto de su historia. 12 ligas de las últimas 19 -que le han situado con 19 títulos en el rey absoluto de Inglaterra-, cuatro copas, cuatro copas de la liga, ocho supercopas inglesas y, sobre todo, dos Ligas de Campeones, una Intercontinental y un Mundial de Clubes entre 1993 y 2011. En total, 36 títulos de los 59 que tiene el club. Y en toda esa amalgama de trofeos, un año histórico que le valió el reconocimiento de Sir en el Reino Unido, 1999, en el que el equipo logró el Triplete, siendo el tercer equipo en la historia en conseguirlo.

Por sus títulos, pero sobre todo por su capacidad para transformar un club y aguantar tanto al frente, Ferguson es uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol. Año tras año ha ido acrecentado su figura, a veces engreídamente ensalzada que le ha llevado a dar patinazos, pero con una gran capacidad para reinventarse y sacar el máximo provecho de lo que tiene, hacer grandes fichajes y explotar la cantera.

También triunfó en el Aberdeen
La devoción por Ferguson no se limita sólo al United. Es un sentimiento compartido con el Aberdeen, al que le deben mucho, puesto que con él vivieron la etapa más gloriosa de su historia. Fue su tercer equipo -tras el East Stirlingshire y el St. Mirren- antes de aterrizar en Old Trafford y al que llevó a la conquista de tres ligas escocesas -hasta entonces tenían una-, cuatro copas, una Copa de la Liga y, sobre todo, sus dos únicos títulos internacionales, la Recopa -ganada al Real Madrid- y la Supercopa de Europa de 1983. Desde entonces, el Aberdeen sólo ha conquistado dos Copas de la Liga y una Copa escocesa.

//youtu.be/XNjtN5gQl1M

Es excelente lo de Marca pero me gustaria que profundizaran mucho mas en el aspecto tactico en si pero bueno, es pedir mucho.

Gracias Cochi por el Copy & Paste + los videos :wink:

De nada, y sí, estaría bueno que hagan eso, pero también, podemos aportarlo o discutirlo nosotros, yo pongo para que quede referencia nomás, je.

muuuy bueeno!

[b]“El fútbol es tan generoso que evitó que Bilardo se dedicara a la medicina”

:lol::lol::lol:
[/b]

y…el Diego no?:frowning:

“y un poco llorón” :lol::lol::lol:

PD:Agrego a Drizzt, estaría bueno que caigan más sobre la táctica de los dt’s es como muy superficial el análisis que hacen.

10° Entrega: Arrigo Sacchi. DT del equipo que le dió otra cara al castigado fútbol italiano catalogado desde hace décadas con el famoso “catenaccio”. Supo amalgamar un estilo de presión, marca zonal y ocupar espacios de manera uniforma a la hora de atacar, de la mano de refuerzos locales de categoría (Baressi, Ancelotti, Donadoni, etc), jóvenes del club (Maldini, Costacurta) y el trío holandés que le puso la calidad y efectividad como frutilla del postre (Rijkaard, Gullit y Van Basten).

Arrigo Sacchi

ARRIGO SACCHI Y SU MANERA DE ENTENDER EL FÚTBOL ITALIANO

Un técnico destinado a ser campeón

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[li]“Cuando llegué era el señor ‘Don nadie’ porque venía de Segunda”[/li][li]“En el Milan teníamos buenos jugadores, pero lo importante era que teníamos un equipo”[/li][li]“Con el Milan jugamos dos veces el trofeo Bernabéu y Butragueño nos dijo que no nos invitarían más. Siempre les ganamos”[/li][/ul]
Javier Estepa 13/07/11 - 11:32.

  Arrigo Sacchi lo tenía claro desde muy temprana edad. [b]"Sabía que iba a convertirme en un campeón"[/b].   Este italiano nacido en Fusignano no tuvo nada de suerte como jugador   (nunca llegó a ser profesional) pero alcanzó el éxito sentado en un   banquillo. Fue como un obrero del fútbol: del último escalón hasta   llegar al Olimpo de los entrenadores.

Arrancó su periplo como técnico en el Rimini Calcio, en la temporada 1982/83 y sólo necesitó tres campañas en la Serie C1/A y dos en un Parma en horas bajas para dar el salto a uno de los equipos más laureados y respetados (ver "El Milan de Sacchi) del fútbol italiano. El Milan se hizo con los servicios de Arrigo Sacchi en 1987… y fue cuando comenzó a engordar su palmarés: un Scudetto, una Supercopa de Italia, dos Ligas de Campeones, dos Intercontinentales y dos Supercopas de Europa fueron directas a las vitrinas del conjunto ‘rossonero’ cuando Sacchi llevaba el mando.

La popularidad de Arrigo subió como la espuma en el Milan y eso le abrió las puertas de la selección italiana. En los primeros años de la década de los 90 recibió una oferta para dirigir a la ‘azzurra’. Su objetivo era claro: había que devolver al combinado nacional a la élite del fútbol mundial. Dicho y hecho. Italia se presentó en el Mundial de Estados Unidos como una de las favoritas. Sacchi metió a Italia en la final del campeonato con un gran Roberto Baggio. Después de eliminar a España en cuartos y a Bulgaria en semifinales, la ‘azzurra’ no pudo con la todopoderosa Brasil.

Su pesadilla en España
Aún así el resultado fue todo un éxito y Arrigo Sacchi siguió al frente de la selección italiana dos años más. En 1997 regresó al Milan para posteriormente dar el salto al fútbol español. Fue un gran reto para Sacchi… que acabó convirtiéndose en pesadilla. El técnico llegó al Atlético de Madrid como una gran apuesta deportiva. Tuvo plenos poderes para fichar a los jugadores que deseara pero acabó marchándose antes de que finalizara la temporada tras una desastrosa racha de resultados.

En 2004 no desistió en su empeño de triunfar en España y fue nombrado por el Real Madrid director deportivo. Florentino Pérez puso su confianza en él pero un año más tarde acabó su periplo en el club blanco sin haber alcanzado las premisas que le fueron impuestas. España fue una auténtica pesadilla para Arrigo Sacchi.

Creador de un fútbol distinto
Pese a este duro golpe en su carrera, el entrenador italiano siempre será recordado por ser el creador de una nueva forma de entender el fútbol en Italia. Sacchi hizo del Milan un equipo imbatible y con un esquema basado principalmente en la presión en el centro del campo. Baresi fue su extensión dentro del terreno de juego. Sacchi ordenaba y Baressi ejecutaba.

Los éxitos no tardaron en llegar y consiguió por méritos propios entrar en el Olimpo de entrenadores del fútbol italiano. Desde el último escalón hasta lo más alto. Y Arrigo Sacchi siempre lo tuvo claro: “Sabía que iba a convertirme en un campeón”.

El Milan de Sacchi

Italia siempre ha vivido acompañada del término ‘catenaccio’. Su fútbol ha estado a la sombra de las reticencias ofensivas y la acumulación de defensas por detrás del balón. A lo largo de los años se ha acusado de ese afán resultadista a todos los equipos italianos, pero como en cualquier generalización, existen ciertas excepciones. El Milan de finales de los 80 y comienzos de los 90 es una de ellas. Un equipo cuya habilidad defensiva fue empleada para desplegar un torrente de recursos en ataque que le permitió elevarse hasta la categoría de leyenda. Pero no una cualquiera, sino una que quizá le sitúe entre los cinco equipos más grandes de todos los tiempos.

Más allá de los títulos obtenidos o los jugadores en nómina que se sucedieron por el conjunto ‘rossonero’, en el reciente recuerdo permanece un fútbol de alta escuela, con conceptos pioneros que dieron una vuelta de tuerca más a este deporte, y una filosofía de juego compleja a la par que atractiva. Su defensa en zona, la presión adelantada la ocupación de los espacios en ataque marcaron la seña de identidad en un equipo surgido del cerebro de un genio de los banquillos: Arrigo Sacchi.

Algo antes de su llegada, un tal Silvio Berlusconi aterrizaba en Milanelo para recuperar a un equipo azotado por los escándalos y los fracasos deportivos. Dispuesto a colocar al Milan entre los más grandes, Berlusconi realizó el esfuerzo económico necesario para reflotar al gigante italiano. Sin embargo, faltaba un talento en el banquillo que supiera encajar todas las piezas y liderara con personalidad un proyecto ambicioso. Esa punta del iceberg llegó en un partido de Copa donde, un recién ascendido Parma protagonizaba el primer revés de la ‘era Berlusconi’. Al finalizar el encuentro, el mandatario ‘rossonero’ preguntó a un ayudante: “¿Cómo se llama el entrenador del Parma?" “Arrigo Sacchi”- repuso-. "¿Arrigo qué?”. Jamás se le volvería a olvidar ese nombre. Ahí arrancaba el mejor Milan de la historia.

Un equipo al que llegaron Galli de la Fiorentina, Donadoni de la Cremonese, Colombo del Avellino, Ancelotti de la Roma, Virdis de la Juve o Evani de la Sampdoria. Pero hubo tres incorporaciones que marcaron, por encima del resto, el destino de este Milan. Un trío de holandeses que pusieron la nota exótica y distintiva. El factor diferencial que distingue a los buenos equipos de los eternos. Ruud Gullit, del PSV, Frank Rijkaard y Marco Van Basten, del Ajax, completaron un equipo de ensueño en el que la gente de la casa como Baresi o los jóvenes Maldini, Costacurta y Tassoti añadieron el sentimiento, el orden y el compromiso.

El salto de calidad holandés

El resultado fue un colectivo magistralmente coordinado, con un Baresi imperial en la retaguardia que ordenaba el ‘pressing’ a la voz de ¡¡Milán!!, un tridente en el mediocampo donde Rijkaard ponía la cordura táctica aderezada de elegancia, y una conexión arriba en la que el despliegue físico y la amplitud de recursos de Gullit acompañaban al mayor genio de los once, Marco Van Basten. El genial delantero tulipán era un virtuoso del remate. Pocos puntas en la historia han gozado de tantas alternativas para acabar las jugadas. Muy pocos.

En el primer año con Sacchi al frente, ese Milan alzó el ‘Scudetto’ y la Supercopa de Italia. En el torneo doméstico, con Van Basten lesionado durante gran parte del curso, consigue mantenerse al ritmo del Nápoles de Maradona hasta las últimas jornadas. A falta de tres, y con delantero referencia ya recuperado, supera por fin en la clasificación al equipo del ‘Pelusa’ ganándole en su propia casa por 2-3, con un doblete Virdis y otro tanto de Van Basten.

La gesta despierta el optimismo ‘rossonero’ de cara al gran reto que espera la próxima temporada: la Copa de Europa. El objetivo es ambicioso y merece plena dedicación. Los jugadores pasan ocho horas en Milanelo y se entrenan en doble sesión, cuatro horas de balón y físico y cuatro horas de entrenamiento táctico. Se despiertan pensando en fútbol, se acuestan pensando en fútbol, comen con el fútbol en la cabeza. Bueno, esto último no. Al menos no para Van Basten. Así lo contó Santiago Segurola hace tiempo en uno de sus artículos: “La obsesión de Sacchi le ocupaba todos los minutos del día. Un día se acercó a Van Basten mientras el jugador almorzaba. Quería precisar un detalle del juego, un problema menor que a Sacchi le parecía inaplazable. Van Basten no aguantó más. Se giró y miró a Sacchi. “Mientras como, no”, contestó”.

Preparado para lidiar con las grandes potencias europeas, el Milan sufrió en los inicios ante un gran Estrella Roja y un correoso Werder Bremen. A partir de ahí, llegó la exhibición. Vapuleó en un partido histórico al Madrid de la ‘Quinta del Buitre’ con una manita grabada a fuego en el corazón de los merengues y, en la final, se paseó ante el Steaua de Bucarest de Lacatus y Hagi (4-0) con sendos ‘dobletes’ de Gullit y Van Basten. Muy pocas veces se vio ganar a un equipo máxima competición continental con la suficiencia que lo hizo el de Sacchi.

En ese momento dulce, competiciones como la Supercopa de Europa (ante el Barcelona) o la Copa Intercontinental (frente al Atlético de Nacional colombiano) aumentan el palmarés y prolongan el misticismo de un conjunto que enamora allá por donde pasa. Curiosamente, la mayor competencia la encuentra en la Serie A, donde el Inter y el Nápoles consiguen romper momentáneamente su hegemonía

//youtu.be/pLMlakAi4sg

Y lo consiguen, entre otras razones, por la prioridad que desde el club se da a la competición europea. Como vigente campeón, el Milan vuelve a saborear la gloria en el torneo más importante. De nuevo los ‘rossonero’ caminan con paso firme por los grandes estadios del resto del continente y el Madrid de la ‘Quinta del Buitre’, nuevamente, o el siempre difícil Bayern de Múnich, se echan a un lado en el trayecto hacia un nuevo título. En Viena, ante el Benfica de Eriksson, un solitario tanto de Rijkaard es suficiente para que el Milan logre su segunda Copa de Europa consecutiva.

Vuelven a caer la Supercopa de Europa (ante la Sampdoria) y la Intercontinental (ante el Olimpia de Paraguay) pero la ‘era Sacchi’ toca a su fin. Hay quien dice que esa etapa finalizó el día en el que los focos del Velodrome se apagaron. El Milan iba camino de su tercera Champions pero el Marsella se interpuso en su inmaculada trayectoria. Tras el 1-1 en Italia, el equipo de Sacchi caía por 1-0 cuando parte del terreno de juego se quedó a oscuras. Se detuvo el choque y el Milan, en señal de protesta, decidió no saltar al campo. La eliminatoria se le dio por perdida y las críticas no se hicieron esperar.

//youtu.be/-gld2A0ljZY

Saccchi hizo las maletas rumbo al combinado nacional y Capello heredó un equipo perfectamente estructurado y con el gen de campeón. Pero ya no fue lo mismo. Los títulos cayeron por su propio peso, pero con otros jugadores y un estilo nuevo. Fue la inercia ganadora, pero sin el sello Sacchi.


Ahí me fui a otro articulo y complete más lo de Sacchi, porque la verdad era medio pobretón lo que largaron hoy. Espero haya quedado bien.

No me gusta leer textos tan extensos en la PC, voy a tener que imprimir

no es tanto tampoco, je

Claro, pero si queres leer de una ahora a los 10 entranadores, si, je.

…y almeyda… :roll:

grosso sachi,despues sigui con capello y flor de cogida le dimos al barcelona de cruyf,romario,stoichkov,koeman…4-0 y baile con un golazo del negro desailly…

O sea 5-0 al real mandril y 4-0 al barcelona.

11° Entrega: Fabio Capello. Como bien dice, un DT obsesivo por la victoria. Trabajador, severo, de caracter y personalidad fuerte que lo ha llevado no solo al éxito sino a tener controversias, inclusive con algunos de sus dirigidos o superiores, llevándolo a renuncias o despidos antes de cumplir sus contratos. Aún así, a partir de dicha disciplina y adaptación a los recursos de sus planteles, logró exprimir aquello que necesitaba para lograr el objetivo básico y primordial: la victoria.

Fabio Capello

El general Fabio Capello
La victoria como obsesión

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[li]En 1991 tomó las riendas de un Milan legendario alargando su estela campeona con un ciclo victorioso[/li][li]Vivió dos controvertidas etapas como técnico del Real Madrid[/li][li]La selección inglesa es la última estación de su exitosa carrera[/li][/ul]
Hay entrenadores que esculpieron su ideario futbolístico guiados por la sencillez. Es el caso de Fabio Capello, para quien el ruido que circunda el fútbol es una interferencia incómoda e innecesaria. El objetivo de un juego es ganarlo. No hay otra regla ni mayor satisfacción. “El fútbol es un deporte simple en el que a algunos les gusta hablar. A mí me encanta ganar”, resume. Su palmarés le ha dado la razón.

Su empeño en la victoria le ha otorgado fama de tipo severo. No admite condiciones. Sólo trabajo. Jugadores que han estado a sus órdenes, como en el caso de Gianluigi Buffon, le han definido como un técnico totalitario. Para otros, como David Beckham, es el mejor que han tenido. Con palabras y hechos ha demostrado que tiene ideas claras, con sus virtudes y defectos.

La carrera de Capello ha estado impregnada de éxito en sus etapas de futbolista y entrenador. Nació en San Canzian d’Isonzo, un pueblecito cercano a Trieste, casi en la frontera con Eslovenia. Jugó al fútbol como antes lo hicieron su tío y su padre, que incluso llegó a entrenarlo en el modesto Pieris. Jugó de centrocampista y perteneció a equipos importantes de su país como la Sampdoria, la Roma, la Juventus y el Milan. Llegó a ser 32 veces internacional con Italia.

Debutó como entrenador interino del Milan en los últimos seis partidos de la temporada 86-87. Debió ceder el puesto a Arrigo Sacchi, aunque continuó en el cuerpo técnico. En 1991 tomó las riendas de un equipo legendario alargando su estela campeona con un ciclo victorioso que alcanzó el cénit en la final de la Copa de Europa de 1994, cuando pasó por encima del Barcelona de Johan Cruyff con un 4-0 histórico.

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Lorenzo Sanz fue el hombre que lo llevó al Real Madrid por primera vez en 1996. Necesitaba un entrenador con la firmeza suficiente para realizar una renovación en el vestuario y le otorgó plenos poderes en cuestión de fichajes. Seedorf, Roberto Carlos, Panucci, Raúl, Redondo, Suker y Mijatovic son los nombres clave de un equipo que quedó campeón de Liga. Su estancia en Madrid se enrareció a los pocos meses. A mitad de temporada el club sabe que tiene apalabrada con Silvio Berlusconi su vuelta a Milán. Sin embargo, Capello dejó sembrada la semilla de la ambición en un grupo que ganó la Champions League al año siguiente con Jupp Heynckes en el banquillo.

Su segunda etapa en el Milan resultó nula. Tras una temporada firma con la Roma, a la que devuelve a la senda del triunfo con la consecución del Scudetto en 2001. Se sintió cómodo en un club que le ofrecía gratos recuerdos. Su etapa romana como jugador fue la que más le marcó de toda su trayectoria. Sus conceptos futbolísticos se empaparon de forma determinante del que fuera su técnico: Helenio Herrera. El discípulo Capello es fiel espejo de algunas de las ideas del mago argentino.

La Juventus le ofrece en 2004 otra escapada nostálgica. El ciclo se cerró con amargura. Los dos títulos ligueros que consiguió le fueron revocados por un peliagudo asunto de amaño de partidos en el fútbol italiano. La vecchia signora fue castigada a la Serie B.

Ramón Calderón sucedió a Florentino Pérez en 2006 y llegó a la presidencia del Real Madrid con Fabio Capello de la mano. El italiano firmó por tres temporadas. En la primera acabó con una sequía de tres años, pero el juego del equipo no enamoró a la afición. Tras ganar la Liga en una agónica última jornada fue destituido. Pedja Mijatovic, el director deportivo, anunció: “De cara al futuro pensamos que no es una persona oportuna para realizar lo que pensamos”.

Desde diciembre de 2007 es el seleccionador de Inglaterra. Su elección consiguió lo que no ha conseguido nadie, que dos entrenadores con ideas enconadas como Alex Ferguson y Arsene Wenger se pusieran de acuerdo en que era el hombre idóneo para el puesto. Su trabajo ha ofrecido pocos logros hasta el momento. El contrato expira tras la Eurocopa de 2012. De sus propias palabras se concluye que dejará el cargo sea cual sea el resultado.

Hace dos años anunció que dejaría el fútbol cuando se acabase su relación con la FA. “No seguiré entrenando aunque me ofrezcan ser el seleccionador de Italia”, dijo. Capello quiere cultivar sus otras aficiones; ocupar más el tiempo con sus viajes a destinos exóticos; y convertirse en un afortunado jubilado que se siente feliz contemplando las vistas de su casa de Marbella.

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