De Bosterole, como para que nos quedemos tranquilos
El 1,61 metro de Buonanotte ni su pie oxigenante pueden tapar un bosque cada día más tupido.
Se fue Carrizo, varios dirigentes prefieren que ataje Ojeda pero el técnico, que se mordió los labios para no chocar públicamente otra vez con esos mismos dirigentes, insiste con que le traigan otro arquero.
Ya no está Farías y (aunque River no fue campeón con el Tecla de 9), la nueva dupla de ataque hizo un solo gol en cuatro amistosos.
El técnico resucitó a Abelairas, quien fue la figura de la gira por Corea pero un esguince de tobillo lo va a marginar del debut.
River fue el equipo menos vencido del Clausura, pero la defensa, siempre distinta, no fue un canto a la invulnerabilidad y ahora se mete goles en contra.
La idea de volver a jugar con enganche se cristalizó por la lesión del Pitu. La actuación de Buonanotte abre definitivamente el interrogante sobre qué hará el técnico el 12 de agosto.
El técnico es Daniel Passarella y tendrá 13 días para hacer un trabajo de cirujano, psicólogo, estratega (y hasta manosanta) para hacer un River al menos confiable. Deberá cortar, mentalizar y probar con un plantel herido tras un semestre pésimo, que tiene ganas de revancha pero que está presionado como pocos planteles en la Argentina.
Desde que volvió de Corea, el Kaiser prefirió el silenzio stampa. “Si habla, tiene que mentir o salir a tirar tiros”, cuentan en su entorno. Con Peralta como único refuerzo, con problemas de funcionamiento e individuales, sin un esquema definido, con diciembre como plazo autoimpuesto para ganar algo o irse… Desde hoy, el técnico llevará a su equipo al Sheraton de Pilar y a un country para una semana de encierro y entrenamientos.
En River, el silencio no siempre es señal de salud