Es cierto lo que decis, pero a lo que yo apunto es, puede Passarella y el Pte que este decirles NO??
yo me acuerdo que el de Central hara años atras, dijo NO y le balearon al hijo, yo creo que ya son incontrolables y muchos acceden x miedo.
pero igual, todos sabemos que es imposible echarlos del club. salvo que haya interes por parte de la policia y de los organismos grandes de seguridad, el presidente de un club como mucho puede mantenerlos tranquilos, o tratar de negociar, pero echarlos del club es muy complicado.
Pero como te podes sacar una barra de encima?
Te ponen la “fiesta” en la Tribuna, seamos sinceros, imaginense el desconteno que habría si ahora no se cantaron ni 5 temas…
Se quedarian sin proteccion cuando se canta en contra del equipo
Seguramente la CD tendria amenazas contra la familia
La Policia si rasca el culo junto al Gobierno y la AFA.
Hasta que no se tome una decision en conjunto, esto no va a cambiar.
Faaaa… Vi tu firma y entendí todo.
Podés ser TAN CORTO, chabón? Es una expresión como diciendo que esto es más de lo mismo.
Pero bueno, si idolatrás a la barra… “Qué se puede esperar de un Burro más que una patada???” CORTO!!!
sos un cagonn caverna la puta madre que te pario…eso cantaban… lo q no entiendo fuera de joda es porque cuando cantas en otro lado q no sea cuando entrarn ahi viene la hinchada te pegan jajaja… estan refugiados no dejan que los filmen el jefe nisiquieras se sube al paravalancha para mi es cualquier cosa
La interna de la barra llena de temor al barrio River
¿Cómo pagará la barra los 300 mil pesos que costó la bandera gigante que estrenarán ante Boca?
Los 9 de cada mes, la cúpula de Los Borrachos del Tablón asiste a una misa en homenaje a Gonzalo Acro en la iglesia Santiago Apóstol, que está en la esquina de Udaondo y Ricchieri, en el denominado barrio River. Ayer, los vecinos de esa cotizada zona de la Ciudad rogaban por dos cosas: primero y principal, por que la cercanía del Superclásico no depare un nuevo enfrentamiento entre sectores antagónicos de la barra , como ocurrió allí el martes a la noche; y, segundo, por que los violentos de la tribuna riverplatense decidan trasladar a otra iglesia los homenajes al barra asesinado hace tres años y tres meses. Lejos del pánico que sienten los vecinos, ayer los barras sólo se preocupaban por ver cómo harán para terminar de pagar antes del martes los 300 mil pesos que les habría costado la bandera gigante que tienen previsto estrenar el martes ante Boca.
“Vivo a dos cuadras de la iglesia y a eso de las ocho y media de la noche salimos con mi mujer y mi hijo a comer a un restorán que está sobre Udaondo, a unos pocos metros de Libertador, cuando empezamos a escuchar tiros. Enseguida vimos gente corriendo por el barrio y nos tuvimos que meter de nuevo adentro de la casa. Uno de los tipos gritaba: ‘Hijos de puta, los vamos a matar a todos’ ”, contó ayer a Clarín un vecino del barrio.
El nuevo enfrentamiento se produjo en el marco de la interna -a esta altura interminable- que mantienen quienes tienen el control de la tribuna (al grupo lo lideran Caverna , Martín de Ramos y Joe ) con la banda denominada Los Patovicas de Hurlingham , que quieren quedarse con el poder de la popular. Si bien fuentes policiales negaron a Clarín que se hayan registrado heridos y detenidos, los vecinos aseguran que hubo “un herido que fue cargado en un automóvil último modelo”.
¿El motivo de este nuevo capítulo violento? El poder de la tribuna y sus consecuentes réditos económicos, y más en una semana con tres recitales (dos de Paul Mc Cartney y uno de los Jonas Brothers) y con el Superclásico a la vuelta de la esquina . La reventa de entradas y el estacionamiento en los alrededores del estadio formarían parte del negocio de la barra . Ayer, por caso, los trapitos pedían entre 100 y 150 pesos por dejar los autos cerca del Monumental, donde Mc Cartney dio su primer concierto.
En la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos aseguran que tomarán mayores recaudos para tratar de evitar que el martes se produzcan nuevos choques. Los dirigentes de River pidieron la aplicación del derecho de admisión para todos los Patovicas de Hurlingham pero no para la llamada barra oficial , muchos de cuyos integrantes son socios del club y suelen mostrarse en la confitería durante la semana.
La interna de la barra de River recrudeció por el reparto de casi un millón de pesos de ingresos por reventa de entradas y estacionamiento en siete días. Por Martín Castilla / LA NACION
Un acomodador identificado con los colores de River ayer en las cercanías del Monumental
En la vereda, a metros de la parroquia Santiago Apóstol, sobre la avenida Udaondo, cuando empezaron a moverse las camionetas 4x4 y los autos tunnings estacionados sobre la calle, se oyó la frase: “Es lo de siempre, la interna, los de Hurlingham vinieron con todo, hay que mostrarles los fierros” . Menos de una semana antes del superclásico, la batalla por la propiedad del centro de la tribuna “millonaria” tuvo otro capítulo sangriento que fue presenciado por numerosos testigos. El despiadado enfrentamiento entre barrabravas de River, a tiros, anteanoche, en las cercanías del Monumental, luego de una misa en memoria del asesinado hincha Gonzalo Acro, es una clara demostración de que se terminó la tregua. Y de que la guerra entre Los Borrachos del Tablón promete seguir alentada por intereses particulares y la complicidad de distintos eslabones.
La pelea tuvo lugar cuando en el medio de un nutrido tránsito aparecieron los barras denominados “Los Patovicas de Hurlingham” e intercambiaron una decena de disparos de armas de fuego con los que ellos identifican como los “barras oficiales”, que salían de la misa que mensualmente se realiza en memoria de Acro. La historia de un nuevo enfrentamiento es consecuencia de todo un trasfondo de poder que, en la cercanía del partido con Boca y los tres recitales de esta semana (dos de Paul Mc Cartney y uno de Jonas Brothers), que dejan exorbitantes ganancias en reventa de entradas, estacionamiento, merchandising y demás, motivó a los barras a salir a escena. Se calcula que en total se recauda aproximadamente casi un millón de pesos en todo concepto, que incluiría el servicio de hacer pasar gente por una puerta “habilitada” en los espectáculos musicales.
Ante este escenario, “Los Patovicas de Hurlingham” quisieron recuperar un espacio que perdieron desde que las altas esferas del club de Núñez instalaron el mensaje “se matan entre ustedes y después nos vienen a ver” . Como se sabe, después de la muerte de Acro, la barra de River sufrió bastantes cambios en los últimos tiempos. Especialmente después de que Adrián Rousseau decidió cambiar de estrategia, mostrarse menos y retirarse de la conducción. El mismo que aquel 11 de febrero de 2007, en los quinchos del club, había dado la orden de que la banda de Palermo y la del Oeste no podían formar más parte de Los Borrachos del Tablón.
La segunda línea de Adrián de entonces es la que comanda la actual barra “oficial”, encabezada por Héctor Guillermo “Caverna” Godoy, Alberto Martín “de Ramos” Araujo y Joe (conocido por todos como “el Gran Eduardo” y al que se lo habría visto mostrando un revólver, desafiante, en la esquina de Bavio y Agote, donde fue la emboscada de los 15 “Patovicas de Hurlingham”). Tras el cambio de autoridades, la nueva dirigencia dejó que las cosas se acomodaran solas, hasta que uno de los hombres cercanos al presidente Daniel Passarella sufrió un hecho que no terminó mal de milagro. Cobró fuerza la idea de tejer una especie de alianza para comprar buen comportamiento a cambio de permitir la organización de rifas, logística para la hinchada e incluso la venta de entradas para el interior del país. Y en este último rubro estaría aún relacionado Rousseau, con una fuerte vinculación con las filiales, un ámbito para proyectar poder con menos exposición que antes.
“Los Patovicas de Hurlingham” es liderado por Hernán Taboada y “el Turco” Stambulli y agrupa a los “del Oeste”, Floresta y Zona Norte. Son los mismos que en la primera fecha del torneo aparecieron con remeras con la leyenda “200 guerreros vuelven”. Desde el lado de los “oficiales” dicen con orgullo que, como hizo Adrián en la Batalla de los Quinchos, “Los Patovicas” deben ser desterrados.
Con respecto a lo sucedido anteayer, se comentó que hubo un herido que no fue registrado por la policía, pues de acuerdo con algunas versiones fue trasladado en un vehículo de color negro a un centro asistencial lejano al lugar de los hechos (habría recalado en Tigre). Testigos aseguran que hubo varias corridas y un desenfrenado movimiento de vehículos, y muchos de los barras se comunicaban entre sí a través de sus teléfonos celulares. La manifestación de una violencia que obliga al fútbol a seguir siendo rehén de una guerra que nadie sabe cómo terminará.