El vaciamiento de YPF, con viento de cola

En la petrolera española Repsol, controlante de casi el 60% de YPF, acaba de producirse una fuerte movida accionaria. La constructora española Sacyr y la petrolera mexicana Pemex se pusieron de acuerdo para tomar la rienda de Repsol, mediante un pacto que reúne el 30% de las acciones. Para efectivizar el pacto, Pemex salió a comprar acciones en la Bolsa con un préstamo de 1.200 millones de euros.

Montaña de deudas

La movida de Sacyr-Pemex en Repsol sacudió al propio gobierno español. Ocurre que las dos compañías soportan una montaña de deudas. Pemex carga con un pasivo de 53.000 millones de dólares, mientras sobrevuelan sobre ella los planes de privatización. Precisamente, la “internacionalización” de Pemex -vía su mayor participación en Repsol- es una de las condiciones que hace apetecible esa privatización. Sacyr, por su parte, está en defol con la deuda que contrajo para su negocio inmobiliario y aún debe la totalidad de los 5200 millones que tomó prestados para comprar el 20% de Repsol en 2006. No sorprende, entonces, que el “asalto” a Repsol estuviera fogoneado por los acreedores de Sacyr y de Pemex, quienes le “exigieron tomar el control de Repsol YPF (como condición) para refinanciar su deuda” (Cronista, 7/9). El banco que actuó como ´facilitador´ de la ampliación de capital de Pemex en Repsol, el francés Crédit Agricole, es el principal acreedor de Sacyr. La nueva alianza de accionistas apuntaría, por lo tanto, a lograr que Repsol “haga caja” para pagar las deudas, sea por la vía de un mayor reparto de dividendos o por la “conversión en liquidez de algunos activos o inversiones” (El País, 1/9). Los críticos del acuerdo temen -con razón- que Sacyr-Pemex endeuden a Repsol para rescatar a sus propias finanzas quebradas y la lleven a un desguace o al rescate por parte del Estado español.

YPF

El gabinete kirchnerista es un cómplice declarado de estas operaciones. El grupo Eskenazi, instalado en YPF por un acuerdo entre Repsol y los K, ha firmado la distribución abusiva de dividendos, como lo reclamaban los españoles, a expensas de los planes de inversión y exploración de hidrocarburos, o de la financiación de parte de ellos con nueva deuda. En la última década, YPF consumió el 76% de sus reservas de gas y más de la mitad de las de petróleo. Después del ingreso de Ezkenazi, la distribución de utilidades entre los accionistas llegó hasta el 90% de las utilidades, cuando “el promedio mundial de dividendos de las empresas petroleras se ubican en el 26%” (Cronista, 5/9). Esos recursos resarcieron a los accionistas de Repsol, en medio de la bancarrota internacional, y también a Ezkenazi, quien está pagando con los dividendos que recibe el préstamo que contrajo para entrar en la compañía -o sea que los K aceptaron que cobrara dividendos un grupo que no había puesto aún un solo peso. Ezkenazi acaba de anunciar nuevas inversiones para la exploración de gas esquiso, pero que serán financiadas con el ingreso de contratistas de servicios o integralmente con deuda. Esto, mientras se siguen distribuyendo la casi totalidad de las utilidades.

Ezkenazi y los K siguen con atención la movida en Repsol, convencidos de que ésta tiene la intención de irse de YPF y la expectativa de avanzar accionariamente sobre el 57% restante de la empresa, con los dividendos que se distribuyan. La orientación de los empresarios “Nac y pop” es “hacer caja” con YPF, ahora con los aumentos prometidos en los combustibles y agravando la desinversión y el endeudamiento. El gobierno que dice “blindarse” frente a la crisis mundial es incapaz de “blindar” a YPF de una nueva tentativa de desguace, que está directamente relacionada con esa crisis. Las nuevas maniobras en Repsol plantean, como nunca, la necesidad de renacionalizar YPF sin resarcir a sus vaciadores, bajo gestión de sus trabajadores.

En la petrolera española Repsol, controlante de casi el 60% de YPF, acaba de producirse una fuerte movida accionaria. La constructora española Sacyr y la petrolera mexicana Pemex se pusieron de acuerdo para tomar la rienda de Repsol, mediante un pacto que reúne el 30% de las acciones. Para efectivizar el pacto, Pemex salió a comprar acciones en la Bolsa con un préstamo de 1.200 millones de euros.

Montaña de deudas

La movida de Sacyr-Pemex en Repsol sacudió al propio gobierno español. Ocurre que las dos compañías soportan una montaña de deudas. Pemex carga con un pasivo de 53.000 millones de dólares, mientras sobrevuelan sobre ella los planes de privatización. Precisamente, la “internacionalización” de Pemex -vía su mayor participación en Repsol- es una de las condiciones que hace apetecible esa privatización. Sacyr, por su parte, está en defol con la deuda que contrajo para su negocio inmobiliario y aún debe la totalidad de los 5200 millones que tomó prestados para comprar el 20% de Repsol en 2006. No sorprende, entonces, que el “asalto” a Repsol estuviera fogoneado por los acreedores de Sacyr y de Pemex, quienes le “exigieron tomar el control de Repsol YPF (como condición) para refinanciar su deuda” (Cronista, 7/9). El banco que actuó como ´facilitador´ de la ampliación de capital de Pemex en Repsol, el francés Crédit Agricole, es el principal acreedor de Sacyr. La nueva alianza de accionistas apuntaría, por lo tanto, a lograr que Repsol “haga caja” para pagar las deudas, sea por la vía de un mayor reparto de dividendos o por la “conversión en liquidez de algunos activos o inversiones” (El País, 1/9). Los críticos del acuerdo temen -con razón- que Sacyr-Pemex endeuden a Repsol para rescatar a sus propias finanzas quebradas y la lleven a un desguace o al rescate por parte del Estado español.

YPF

El gabinete kirchnerista es un cómplice declarado de estas operaciones. El grupo Eskenazi, instalado en YPF por un acuerdo entre Repsol y los K, ha firmado la distribución abusiva de dividendos, como lo reclamaban los españoles, a expensas de los planes de inversión y exploración de hidrocarburos, o de la financiación de parte de ellos con nueva deuda. En la última década, YPF consumió el 76% de sus reservas de gas y más de la mitad de las de petróleo. Después del ingreso de Ezkenazi, la distribución de utilidades entre los accionistas llegó hasta el 90% de las utilidades, cuando “el promedio mundial de dividendos de las empresas petroleras se ubican en el 26%” (Cronista, 5/9). Esos recursos resarcieron a los accionistas de Repsol, en medio de la bancarrota internacional, y también a Ezkenazi, quien está pagando con los dividendos que recibe el préstamo que contrajo para entrar en la compañía -o sea que los K aceptaron que cobrara dividendos un grupo que no había puesto aún un solo peso. Ezkenazi acaba de anunciar nuevas inversiones para la exploración de gas esquiso, pero que serán financiadas con el ingreso de contratistas de servicios o integralmente con deuda. Esto, mientras se siguen distribuyendo la casi totalidad de las utilidades.

Ezkenazi y los K siguen con atención la movida en Repsol, convencidos de que ésta tiene la intención de irse de YPF y la expectativa de avanzar accionariamente sobre el 57% restante de la empresa, con los dividendos que se distribuyan. La orientación de los empresarios “Nac y pop” es “hacer caja” con YPF, ahora con los aumentos prometidos en los combustibles y agravando la desinversión y el endeudamiento. El gobierno que dice “blindarse” frente a la crisis mundial es incapaz de “blindar” a YPF de una nueva tentativa de desguace, que está directamente relacionada con esa crisis. Las nuevas maniobras en Repsol plantean, como nunca, la necesidad de renacionalizar YPF sin resarcir a sus vaciadores, bajo gestión de sus trabajadores.

Cuestión a futuro: reconquistar ypf.

Todo muy nac and pop; pero bueno al menos los k en esto han sido coherentes, la rifaron en los 90 y la siguen rifando.


:lol::lol::lol::lol::lol:

No sabía que el kirchnerismo estaba gobernando desde hace 21 años.

Ah pero no te enteraste todavía quien rifó ypf y se quedó con la guita?

O sea que según tu perspectiva ¿la plata de un recurso vendido de la provincia la tendría que tener un portero de escuela y no el gobernador de turno?

No, lo tendría que tener la provincia a su disposición… y ahora sí te enteraste quién rifó ypf? la petrolera que vos querés recuperar?

Me da demasiada lástima lo que se hizo con YPF.

No hace falta esperar 21 años… desde el primer año, hay que arrancar con la re-nacionalisacion de los recursos…

Claro viejo, HELIO para todos

Sí me enteré. La vendió el gobierno de Carlos Saúl con la bendición de Cavallo y la casa blanca y es hora que oficialismo y oposición (sobre todo esta última) hagan patria y la recuperen de vuelta en manos de todos los argentinos.

Sería mejor gastar dinero en desarrollo de baterías eficientes para motores electricos y obligar a las empresas a desisitir de los motores de combustión. Obviamente eso no va a suceder por el fuerte lobby automotriz existente.

apoyo la moción, pero yo quiero trabajar en una petrolera y llenarme de guita.

Y se entiende, en este país solo con la petroquimica podés hacer LA guita siendo ingeniero químico. ¿O me equivoco?

el problema del auto electrico es que tenes que cargarlo en la red cuya infraestrutura esta cerca del limite y en gran parte alimentada por fuel oil y carbon por lo que la contaminacion y agotamiento de recursos sigue … se deberia reemprender la tecnologia de celdas de hidrogeno, dado que de paso, por las largas distancias que tenemos en argentina hoy por hoy los autos electricos con su escasisima autonomia resultan inutiles

no quiero versear, no se, tienen 20 mil ramas. Pero petroleo mueve muchisima guita para cualquier tipo de ingeniero que trabaje en ese sector.

yo tuve un profe licenciado en economia que hizo un master en energia en brasil y se llena de guita laburando para las petroleras, joven falopa y nerd, pero lleno de guita ja

Claro pero es que tarde o temprano tendremos que migrar a la electricidad o al hidrógeno. La gran esperanza blanca (?) son los combustibles bio pero existe un límite físico, tecnológico y económico a la producción de bioetanol, por ejemplo. Y también replantearnos cuestiones culturales, como los viajes a otras provincias no aledañas en auto, es necesario abrirle el juego al desplazamiento en medios de transporte públicos a la hora de viajar por placer o negocios.

Lo último ya pasaría a ser un tema cultural y ético y me suena que es como pedirle a la sociedad que cuando le chorean el stereo no lo vaya a comprar más tobara a la calle Libertad.