MORTALES DECLARACIONES…
RIVER: MARCELO SOSA
“Con la pelota no soy un nabo”
El nuevo, dice que mete y también juega.
(javascript:Popup(‘http://www.servicios.clarin.com/notas/jsp/ole/v4/galeria/galeria.jsp?notaId=1187973&mtmTipo=Imagen&mostrar=595983’,‘fotos’,‘850’,‘600’,‘yes’,'yes’);)Ahumada, un mes inmovilizado. Vuelve al final del torneo.
Marcelo Sosa parece un patito mojado y perdido en su primer día en el Monumental. En sus pasillos, en sus canchas, con su gente yendo y viniendo. Se mueve con timidez y se ríe. “Parece que tengo una sonrisa todo el tiempo, pero no es así. Lo que pasa es que tengo boca grande, je, como Ronaldinho”, comenta este simpático uruguayo de 28 años, que se sumó al equipo de Passarella a préstamo por un año después de la lesión de Oscar Ahumada. De todos modos, el nuevo volante central se transforma cuando se imagina con la camiseta de River y habla de fútbol. Ahí, el Pato se convierte en tigre, en un cazador de rivales y mordedor de pelotas. “Yo me caracterizo por la entrega, la marca y la recuperación. Y después se la doy a los que saben”, admite el charrúa.
Ya sin tintura rubia sobre su oscuro cabello (cortado en forma de taza), Sosa se entrenó por primera vez con el plantel. Supervisado por el PF Alejandro Kohan y acompañado por momentos por Farías, el Pato trotó alrededor del campo de juego del Monumental y realizó cambios de ritmo durante la mañana. Así, continuó con el trabajo de pretemporada que inició en el Atlético de Madrid hace tres semanas, cuando regresó del Osasuna (estuvo a préstamo la última temporada y sólo jugó 11 partidos). “Todavía no estoy al 100% físicamente, me falta hacer un poco de fútbol porque allá en España éramos sólo seis los que quedamos fuera del plantel del Atlético de Madrid. Igual, el que decidirá si estoy para jugar o no el domingo será el mister (sic)”, dice.
En la capital española aseguraban que Sosa estaba “fuera de forma”. Tal vez, esos kilitos de más (no tantos) se le noten en su rostro redondeado, pero no en el resto del cuerpo. Es más, en su charla de bienvenida con Passarella, no se habló de plazos demasiado largos. “Me dijo que primero me sintiera como en casa y que después veríamos cómo evolucionaba en estos días para ver si puedo empezar a pelear por el puesto”, cuenta. De paso, aprovecha para meter otro chiste cuando le preguntan si el Kaiser le dijo en qué posición lo va a utilizar: "Y, de 9 no voy a jugar, eso está clarito. Yo juego de 5". Y ahí, con Lima como ladero, lo probó en el táctico de la tarde, una práctica cortada pero que permitió observar que el Pato es ordenado, prolijo, recuperador y pasador. También táctico, porque obedeció cada orden del Kaiser, quien insistió con presión permanente sobre los rivales. Y el rival que más tuvo cerca Sosa fue un tal Gallardo.
Por si todavía quedan dudas de sus características, Sosa insiste: “No lo voy a negar: lo mío es meter el pie”. Aunque enseguida deja una definición de barrio, de potrero, de botija que llama las cosas por su nombre: “Ojo, que con la pelota no soy un nabo. Sólo conozco mis limitaciones y trato de darles el balón a los que saben”. Frases que empiezan a formar parte de su copyright, como cuando antes de un derby de Madrid dijo que había 10.000 jugadores mejores que David Beckham y que a Luis Figo lo tocabas y se caía: “Y el fútbol es de hombres, no de nenitas”. Frases que van de la mano del recibimiento público que le hizo el Kaiser: "Mete, habla, manda, tiene huevo, pero atención que no es un negado con la pelota", explicó el técnico sobre su nuevo volante central.
Y el Pato se la banca. Repite, como le había dicho a Olé, que “River es el Real Madrid” de Sudamérica y que vino “para ganar todo lo que se pueda”. Con su estilo charrúa: una sonrisa afuera de la cancha, mucha pierna adentro y que jueguen los que más saben.