Este loco Apertura nos lleva a plantear algunos hechos. Al margen de la discusión estéril —¿se emparejó hacia abajo o hacia arriba?— lo cierto es que por 15 días Lanús se quedó con la punta, solito. Le metió un 2 a 0 a los sanjuaninos, pleno de contundencia y buen juego. Una demostración de que no hay nada mejor que la continuidad (la del técnico Cabrero) y el buen trabajo de la cantera. La única de donde nutrirse cuando la furia compradora de los euros hace estragos y arrasa todos los planes a mediano y largo plazo. Si no te defendés con las Inferiores, la plata te deja sin jugadores y, claro, sin chances de tener un buen equipo. El otro fenómeno es Tigre, que pelea bien arriba. Sin ponerse colorados, sus hinchas cantan: “Que de la mano, de Diego Cagna, todos la vuelta”… Ya no buscan zafar del descenso sino un título que sería histórico. Y otro con chances, ¡no para salir de la Promoción sino para ser campeón!, es Argentinos. En La Paternal volteó a Boca, a River y a Racing y es serio candidato. Sabe a qué juega, lo que puede y lo que no. Para soñar no es poco.
Pero, la gran pregunta: respecto de los grandes, ¿tendrán más o menos presión, bendito o maldito elemento que, aun negado, será decisivo al final? Porque los asedian Independiente (algo desinflado pero de buena campaña), Boca y River; para mí, el candidato número uno. Los jugadores de Lanús leen la tabla y se ven primeros. Ya no son punto, sino banca. Y lo mismo pasará por la cabeza de los de Tigre y Argentinos. Para los tres será fundamental el trabajo de sus técnicos. A mí me tocó jugar siempre en equipos grandes. En cambio, como técnico, tuve la experiencia de dirigir a un equipo chico contra un grande. En el 94, Gimnasia de La Plata definía la final del torneo Centenario contra River. Y les machaqué todo el tiempo con una idea: “Si a ellos les ponemos una camiseta negra, son mucho menos que ustedes. Jueguen pensando eso. Si piensan en la camiseta de River se sentirán inferiores”. Y ganamos…
Gorosito y Cagna pueden hablarles a sus jugadores de lo que es enfrentar a los grandes: ellos jugaron en esos equipos. Y Cabrero sabe todo y una más. Un dato: en River, cuando perdíamos, Merlo no hablaba de si se había jugado mal. Sólo preguntaba una cosa: “¿Nos cagamos?”.
Los chicos tienen la chance de pasar a la historia. No es presión, es un enorme orgullo. Y el orgullo arrasa a la presión. No pienses en lo que vas a perder sino en lo que vas a ganar.
Este loco Apertura nos lleva a plantear algunos hechos. Al margen de la discusión estéril —¿se emparejó hacia abajo o hacia arriba?— lo cierto es que por 15 días Lanús se quedó con la punta, solito. Le metió un 2 a 0 a los sanjuaninos, pleno de contundencia y buen juego. Una demostración de que no hay nada mejor que la continuidad (la del técnico Cabrero) y el buen trabajo de la cantera. La única de donde nutrirse cuando la furia compradora de los euros hace estragos y arrasa todos los planes a mediano y largo plazo. Si no te defendés con las Inferiores, la plata te deja sin jugadores y, claro, sin chances de tener un buen equipo. El otro fenómeno es Tigre, que pelea bien arriba. Sin ponerse colorados, sus hinchas cantan: “Que de la mano, de Diego Cagna, todos la vuelta”… Ya no buscan zafar del descenso sino un título que sería histórico. Y otro con chances, ¡no para salir de la Promoción sino para ser campeón!, es Argentinos. En La Paternal volteó a Boca, a River y a Racing y es serio candidato. Sabe a qué juega, lo que puede y lo que no. Para soñar no es poco.
Pero, la gran pregunta: respecto de los grandes, ¿tendrán más o menos presión, bendito o maldito elemento que, aun negado, será decisivo al final? Porque los asedian Independiente (algo desinflado pero de buena campaña), Boca y River; para mí, el candidato número uno. Los jugadores de Lanús leen la tabla y se ven primeros. Ya no son punto, sino banca. Y lo mismo pasará por la cabeza de los de Tigre y Argentinos. Para los tres será fundamental el trabajo de sus técnicos. A mí me tocó jugar siempre en equipos grandes. En cambio, como técnico, tuve la experiencia de dirigir a un equipo chico contra un grande. En el 94, Gimnasia de La Plata definía la final del torneo Centenario contra River. Y les machaqué todo el tiempo con una idea: “Si a ellos les ponemos una camiseta negra, son mucho menos que ustedes. Jueguen pensando eso. Si piensan en la camiseta de River se sentirán inferiores”. Y ganamos…
Gorosito y Cagna pueden hablarles a sus jugadores de lo que es enfrentar a los grandes: ellos jugaron en esos equipos. Y Cabrero sabe todo y una más. Un dato: en River, cuando perdíamos, Merlo no hablaba de si se había jugado mal. Sólo preguntaba una cosa: “¿Nos cagamos?”.
Los chicos tienen la chance de pasar a la historia. No es presión, es un enorme orgullo. Y el orgullo arrasa a la presión. No pienses en lo que vas a perder sino en lo que vas a ganar.
para mi también es el candidato número uno. Más allá de que no tengamos dt, creo que tenemos un equipo con buenas individualidades que marcan diferencias en el fútbol doméstico. Y a esto se le suma un ortega inspirado y endemoniado. El burrito en esta forma contagió a todos los demás.
ojo, Yo lo que más quiero es q se vaya passarella(ciclo cumplido lleno de fracasos y burradas), pero me encantaría salir campeón.
no creo que seamos los candidatos numero 1 ni ahi…pero bueno, si le ganamos a independiente pasamos a ser candidatos ( a secas, no números 1)…pero todavia no somos nada, la venimos remando de abajo.
piensen que es gracioso que nos pongan como candidatos numero 1, si perdemos con independiente y lanús gana quedamos a 8 puntos!! del lider con 10 equipos en el medio. Con eso esta todo dicho, más allá de la historia, la camiseta, hay puntos que hay que descontar, no es tan facil
A Perfumo se le escapó ese costado de amor que tiene por una de las camisetas que más gloria le dío. Pero creo que no se equivoca. River Plate tiene más experiencia que Lanús o Tigre en estas cosas.