América es de River: en sus Inferiores hay chicos de Paraguay, Uruguay, El Salvador, Colombia y Haití.
Un haitiano le dice a un salvadoreño que el fútbol en su país “no existe”. Un uruguayo discute con dos paraguayos sobre el último partido de Eliminatorias. Y un colombiano, más tímido, mira la escena desde un costado. Todo esto sucede arriba de una grúa, en un predio del Ejército Argentino en Villa Martellí donde se entrenan las Inferiores del club. Ocurre que River dispone de un semillero global, que ya trascendió las fronteras del país de los cuatro climas y de los enganches.
El haitiano es Judelín Aveska, un zaguero fuerte, 21 años, que aprovecha el encuentro para despedirse: acaba de ser cedido a préstamo a Independiente Rivadavia de Mendoza. El salvadoreño se llama Jaime Alas, volante, integrante de la Cuarta de River. Cristian Jaime es de Paraguay, Asunción, y se presenta como el mediocampista creativo que llegó desde Olimpia. Su compratriota es José Romero, un zurdo admirador de Buonanotte. Fabricio Roque Ceruso Rodríguez es un arquero uruguayo, categoría 88, al que no se le puede decir botija (mide 1,91). A la producción faltó Oscar Diego Vega Guerrero, que se tuvo que quedar en la pensión por una molestia. El último en aparecer es Javier Antonio Franco Cortés, centrodelantero de la Séptima, zurdo, que jugaba en Independiente Santa Fe.
Franco Cortés nació en Colombia, como el extranjero más exitoso que hizo el proceso Inferiores-Primera: Radamel Falcao. El año pasado también se dio la aparición efímera de Carlos Alberto Valencia Paredes, pero se terminó yendo al fútbol francés. Hubo otro caso reconocido de un chico que tenía pasaporte de Guatemala pero la vida de un nativo en Florencio Varela: Claudio Rojas, aquél que apareció a principios de los 90 de la mano de Daniel Passarella.
River es una gran vidriera , explica uno. Si no llegamos a la Primera, por lo menos vamos a aprender , se suma otro. Sueño con pisar el Monumental , dice un tercero, y todos asienten. Todos.
Antes de sonreír para la foto, se acentúa la discusión internacional. Los más activos son Aveska y Alas. Los dos juegan para sus selecciones. Estos se cagan todo , dice con su rústico español el haitiano que está en la Mayor y en la Sub 23. Callate , lo frena el salvadoreño de la Sub 20. Ustedes no existen , contraataca, remarcando la equis. Lo que sí existe son las ilusiones americanas para con una misma camiseta. Son parte de un granero futbolístico inagotable. Son la realidad del gallinero del mundo.
Fuente: Ole