"El apellido me llevará a ser técnico de River"

“El apellido me llevará a ser técnico de River”

Aunque dice que Passarella tiene espalda, el hijo del gran ídolo Millonario avisa: “Entre mi padre y yo estuvimos en el 70% de los títulos del club”.

Omar, con el Angel sobre sus espaldas.

Omar Labruna juega de visitante. Está en la redacción de Olé, frente a un grabador, un anotador, dos periodistas y un fotógrafo que llega para flashearlo. Omar se da cuenta de que también es local. Una caricatura de un tipo al que le decían el Feo, y que fue la gloria máxima de River, lo está como cuidando. “¡Qué orgullo! ¡Mi padre acá!”, dice el hombre de 50 años, dueño de una incipiente carrera como técnico en Belgrano, Olimpo, Huracán y Deportivo Cali.

—¿Heredaste algo de Angel en la conducción?

—A pesar de que pasaron tantos años, siguen vigentes un par de cosas que manejaba mi padre, sobre todo en la conducción de grupos. En (Deportivo) Cali me pasó algo muy raro: cuando me despedí, los jugadores entraron a la cancha con una bandera que decía “Gracias Labruna”.

—Sin embargo, cuando estabas en River eras el malo de la película…

—Al técnico hay que protegerlo. Quizá a mí me tocaba hablar con los jugadores. Pero roce fuerte tuve sólo con Toresani, al principio. Después, bueno, siempre hay diferencias, pasa en las mejores familias.

—¿Disfrutabas al imponer la mano dura?

—No, se trataba de enfrentar las cosas y decir lo que uno veía. Para que Ramón no fuera al choque, lo hacía yo, era un poco distribuir tareas. Porque el ayudante del DT no debe estar sólo para sentarse al lado en el banco, tiene que aportar.

—¿En River hay que conducir con rigor?

—Es necesario un trato profesional. Nosotros no comíamos asados con los jugadores ni los invitábamos a nuestras casas. Pero buscábamos mantener a todos atentos trayendo siempre a un buen reemplazante. Teníamos que moverles la silla para que no se aburguesaran. Monserrat tuvo una temporada bárbara, se relajó y Escudero le ganó el puesto.

—¿Por qué se enfrentaron con los históricos?

—En la vida hay que tomar decisiones. Ellos habían sido compañeros de Ramón y en algún momento Ramón tuvo que decidir… El ejemplo más claro fue el de Medina Bello. Si bien habían sido íntimos amigos, el Mencho tuvo dos o tres desgarros y Ramón le comunicó que no lo iba a tener en cuenta.

—¿Con Francescoli el problema fue por su liderazgo dentro de la cancha?

—No, todos los técnicos necesitan de los jugadores que puedan dirigir los equipos desde adentro. Mi viejo tuvo a Jota Jota López.

—Astrada declaró que le dijo “cagón” a Ramón…

—No leí esas declaraciones. Sé que los méritos siempre se terminan reconociendo. Y hoy a Ramón se lo volvió a reconocer por lo que hizo en San Lorenzo.

—Lo extraño es que resulta difícil que Ramón vuelva con esta dirigencia. ¿Vos también tenés las puertas cerradas?

—Sé que voy a volver. Cuando firmo en otros clubes, siempre pongo una cláusula por la que si me sale la chance de River puedo rescindir el contrato inmediatamente. River es mi vida, nací y me crié ahí.

—¿Por qué vos no estarías “prohibido”?

—Mi padre nunca en su vida se metió en política. Eso puede generar heridas. Ramón hizo algo de política y no sé cómo cayó.

—Aunque tu papá tuvo problemas con la dirigencia, como con Aragón Cabrera…

—Es cierto, pero en su función de entrenador. Es por estas cosas que digo que siempre es bueno conocer los pasillos. Por eso sé que mi apellido me llevará a ser el técnico de River.

—¿El apellido te alcanza?

—Este apellido, para la gente de River, es imborrable. Sobre todo por mi padre. Además, entre los dos, logramos que los Labruna participaran en 23 títulos de River, o sea que dimos el 70% de las vueltas.

—Ahora que los títulos parecen algo lejano, ¿te estás postulando?

—No. Los últimos años fueron difíciles pero espero que la tendencia se revierta. Sé que Daniel tiene espalda para bancarse este tipo de crisis.

—¿Estás preparado si el Kaiser debe renunciar?

—No quiero hablar de eso.

—Hay que animarse a tomar a este River, ¿no?

—Ojo, si bien ya no están los Aimar, los Saviola, sigue estando Ortega, apareció Augusto, siguen Ferrari, Belluschi… Esto se soluciona con un campeonato.

—Y con que Boca no siga dando vueltas…

—Exacto. En nuestra primera etapa, Boca no ganó nada. Pero después se revirtió la mano. De hecho, Pellegrini y el Negro Astrada sufrieron la presión de esos triunfos pese a haber ganado campeonatos.

—¿Como técnico sos mejor de lo que fuiste en tu carrera de jugador?

—(Hace un silencio y se ríe). Como jugador era bueno. Pero tuve adelante a Alonso, Sabella, Carrasco, Marchetti… Encima, mi viejo me tenía ahí relegado porque era difícil manejar la relación padre-hijo. Pero reconozco que no fui un jugador del montón. Tengo mucho más futuro como DT.

—¿Pondrías a tu hijo?

—Je, ya dejó el fútbol.

—Sabés que Emiliano Díaz dijo que su papá “cambió porque ahora está mejor rodeado”.

—Emiliano me llamó cuando yo estaba en Olimpo para ver si lo podía llevar. Yo intenté hacerlo, hablé con el presidente y me di cuenta de que era como si yo llevara a mi hijo. Se me hizo difícil. No lo escuché decir eso, pero me llama la atención porque en aquel momento hablamos muy bien.

—¿Ahora se equivocó el Pelado en haber llevado a sus hijos?

—No sé. Es muy difícil. Hay algunos apellidos que son muy pesados. Es una decisión muy particular.

—Parece que se te hace complicado despegar tu nombre del de Ramón…

—No, no. Por suerte estoy haciendo mi propio camino, y me va bastante bien.

—A él, mejor. Salió campeón en San Lorenzo…

—Sí, pero no estoy arrepentido. Hay que saber elegir el momento, y considero que estaba listo para asumir como técnico.

—Da la sensación de que a Ramón no le gustó.

—Se produjo un pequeño distanciamiento, algo normal. Es lo que pasó con Passarella y el Tolo Gallego, con Bianchi e Ischia…

—¿Por qué después de tanto tiempo juntos no pueden ni compartir un café o un asado?

—Y, el tiempo dirá cómo seguimos. Estoy agradecido de que me haya dado la posibilidad de trabajar a su lado en River durante siete años. Yo le fui fiel. Tiene que haber un agradecimiento mutuo. Sé que estuvo diciendo algunas cositas… A veces se deja llenar la cabeza. Pero lo conozco muy bien, más que nadie me atrevo a decir.

http://www.ole.clarin.com/notas/2007/09/25/01505945.html

Interesante…

“El apellido me llevará a ser técnico de River”

Aunque dice que Passarella tiene espalda, el hijo del gran ídolo Millonario avisa: “Entre mi padre y yo estuvimos en el 70% de los títulos del club”.

Omar, con el Angel sobre sus espaldas.

Omar Labruna juega de visitante. Está en la redacción de Olé, frente a un grabador, un anotador, dos periodistas y un fotógrafo que llega para flashearlo. Omar se da cuenta de que también es local. Una caricatura de un tipo al que le decían el Feo, y que fue la gloria máxima de River, lo está como cuidando. “¡Qué orgullo! ¡Mi padre acá!”, dice el hombre de 50 años, dueño de una incipiente carrera como técnico en Belgrano, Olimpo, Huracán y Deportivo Cali.

—¿Heredaste algo de Angel en la conducción?

—A pesar de que pasaron tantos años, siguen vigentes un par de cosas que manejaba mi padre, sobre todo en la conducción de grupos. En (Deportivo) Cali me pasó algo muy raro: cuando me despedí, los jugadores entraron a la cancha con una bandera que decía “Gracias Labruna”.

—Sin embargo, cuando estabas en River eras el malo de la película…

—Al técnico hay que protegerlo. Quizá a mí me tocaba hablar con los jugadores. Pero roce fuerte tuve sólo con Toresani, al principio. Después, bueno, siempre hay diferencias, pasa en las mejores familias.

—¿Disfrutabas al imponer la mano dura?

—No, se trataba de enfrentar las cosas y decir lo que uno veía. Para que Ramón no fuera al choque, lo hacía yo, era un poco distribuir tareas. Porque el ayudante del DT no debe estar sólo para sentarse al lado en el banco, tiene que aportar.

—¿En River hay que conducir con rigor?

—Es necesario un trato profesional. Nosotros no comíamos asados con los jugadores ni los invitábamos a nuestras casas. Pero buscábamos mantener a todos atentos trayendo siempre a un buen reemplazante. Teníamos que moverles la silla para que no se aburguesaran. Monserrat tuvo una temporada bárbara, se relajó y Escudero le ganó el puesto.

—¿Por qué se enfrentaron con los históricos?

—En la vida hay que tomar decisiones. Ellos habían sido compañeros de Ramón y en algún momento Ramón tuvo que decidir… El ejemplo más claro fue el de Medina Bello. Si bien habían sido íntimos amigos, el Mencho tuvo dos o tres desgarros y Ramón le comunicó que no lo iba a tener en cuenta.

—¿Con Francescoli el problema fue por su liderazgo dentro de la cancha?

—No, todos los técnicos necesitan de los jugadores que puedan dirigir los equipos desde adentro. Mi viejo tuvo a Jota Jota López.

—Astrada declaró que le dijo “cagón” a Ramón…

—No leí esas declaraciones. Sé que los méritos siempre se terminan reconociendo. Y hoy a Ramón se lo volvió a reconocer por lo que hizo en San Lorenzo.

—Lo extraño es que resulta difícil que Ramón vuelva con esta dirigencia. ¿Vos también tenés las puertas cerradas?

—Sé que voy a volver. Cuando firmo en otros clubes, siempre pongo una cláusula por la que si me sale la chance de River puedo rescindir el contrato inmediatamente. River es mi vida, nací y me crié ahí.

—¿Por qué vos no estarías “prohibido”?

—Mi padre nunca en su vida se metió en política. Eso puede generar heridas. Ramón hizo algo de política y no sé cómo cayó.

—Aunque tu papá tuvo problemas con la dirigencia, como con Aragón Cabrera…

—Es cierto, pero en su función de entrenador. Es por estas cosas que digo que siempre es bueno conocer los pasillos. Por eso sé que mi apellido me llevará a ser el técnico de River.

—¿El apellido te alcanza?

—Este apellido, para la gente de River, es imborrable. Sobre todo por mi padre. Además, entre los dos, logramos que los Labruna participaran en 23 títulos de River, o sea que dimos el 70% de las vueltas.

—Ahora que los títulos parecen algo lejano, ¿te estás postulando?

—No. Los últimos años fueron difíciles pero espero que la tendencia se revierta. Sé que Daniel tiene espalda para bancarse este tipo de crisis.

—¿Estás preparado si el Kaiser debe renunciar?

—No quiero hablar de eso.

—Hay que animarse a tomar a este River, ¿no?

—Ojo, si bien ya no están los Aimar, los Saviola, sigue estando Ortega, apareció Augusto, siguen Ferrari, Belluschi… Esto se soluciona con un campeonato.

—Y con que Boca no siga dando vueltas…

—Exacto. En nuestra primera etapa, Boca no ganó nada. Pero después se revirtió la mano. De hecho, Pellegrini y el Negro Astrada sufrieron la presión de esos triunfos pese a haber ganado campeonatos.

—¿Como técnico sos mejor de lo que fuiste en tu carrera de jugador?

—(Hace un silencio y se ríe). Como jugador era bueno. Pero tuve adelante a Alonso, Sabella, Carrasco, Marchetti… Encima, mi viejo me tenía ahí relegado porque era difícil manejar la relación padre-hijo. Pero reconozco que no fui un jugador del montón. Tengo mucho más futuro como DT.

—¿Pondrías a tu hijo?

—Je, ya dejó el fútbol.

—Sabés que Emiliano Díaz dijo que su papá “cambió porque ahora está mejor rodeado”.

—Emiliano me llamó cuando yo estaba en Olimpo para ver si lo podía llevar. Yo intenté hacerlo, hablé con el presidente y me di cuenta de que era como si yo llevara a mi hijo. Se me hizo difícil. No lo escuché decir eso, pero me llama la atención porque en aquel momento hablamos muy bien.

—¿Ahora se equivocó el Pelado en haber llevado a sus hijos?

—No sé. Es muy difícil. Hay algunos apellidos que son muy pesados. Es una decisión muy particular.

—Parece que se te hace complicado despegar tu nombre del de Ramón…

—No, no. Por suerte estoy haciendo mi propio camino, y me va bastante bien.

—A él, mejor. Salió campeón en San Lorenzo…

—Sí, pero no estoy arrepentido. Hay que saber elegir el momento, y considero que estaba listo para asumir como técnico.

—Da la sensación de que a Ramón no le gustó.

—Se produjo un pequeño distanciamiento, algo normal. Es lo que pasó con Passarella y el Tolo Gallego, con Bianchi e Ischia…

—¿Por qué después de tanto tiempo juntos no pueden ni compartir un café o un asado?

—Y, el tiempo dirá cómo seguimos. Estoy agradecido de que me haya dado la posibilidad de trabajar a su lado en River durante siete años. Yo le fui fiel. Tiene que haber un agradecimiento mutuo. Sé que estuvo diciendo algunas cositas… A veces se deja llenar la cabeza. Pero lo conozco muy bien, más que nadie me atrevo a decir.

http://www.ole.clarin.com/notas/2007/09/25/01505945.html

Interesante…

http://www.turiver.com.ar/foro/viewtopic.php?t=3988

te gané de mano XD

odio ser buchon pero bueno me pongo la gorra…esto ya ta con el titulo de SE AUTOPOSTULAN

NO!! BOLÚ!!! :candadito:

MIERDA Q ESCRIBEN RAPIDO CHE. taba postenado y no habia nada

CANDADO

CANDAD
[/QUOTE]

Ojo que puede funcionar como chat tambien eh!

si…mira…todabia sigue abierto…q loco.

Ya hay otro. Te lo cierro.

http://www.turiver.com.ar/foro/viewtopic.php?t=3988