Ya no hace falta pensar mucho para darse cuenta que la diferencia entre uno y otro es institucional. Pero que no se confunda: la dirigencia de boca puede hacer negociados tan groseros como los de nuestros dirigentes, con la diferencia que no necesitan vender para tapar huecos.
El “click”, sin dudas, fue la llegada de Bianchi a la bosta. En ese entonces, bosta era literalmente, un cabaret. Traían jugadores de renombre, pero que físicamente estaban destruidos. Algo parecido a lo que pasaba hace unos años en River, cuando traíamos a Gallardo, Salas y hasta el mismo Ortega, solo para calmar a la gente después de múltiples frustraciones. Con Bianchi, ellos volvieron a ganar torneos locales, ganaron 2 libertadores, 1 intercontinental, y perdieron otra con el Bayer en tiempo extra. Su política fue vender lo justo y necesario, y dejar en el plantel a jugadores que estaban acostumbrados a ganar, más allá que sean buenos o malos jugadores. Si repasamos los planteles de boca del 2000 hasta el día de hoy, vamos a encontrar que cada año vendían a 2 o 3 jugadores, pero la base era la misma. Y lo más preocupante es que hoy, siguen con la misma política. Ibarra, uno de los mejores laterales de los últimos tiempos, seguirá un buen tiempo en el plantel. Morel Rodríguez, otro referente, también. Battaglia, Riquelme, y Palermo, lo mismo. Hasta parece ser que Palacio se queda, ya que no quiere irse del club salvo que sea a un club español.
En cambio, nosotros hacemos todo lo contrario. La base de River es Ferrari, Gerlo, Tuzzio, Ahumada, Rosales y Abreu. Los primeros 4, llevan una mochila pesada en la espalda, llena de fracasos. Abreu parece ser el “alma” del equipo, pero no hay que olvidar que juega en River hace 6 meses, y sus “dotes” son más bien escasos.
Dudo muchísimo que esto cambie, al menos por un par de años más. Si nosotros no hacemos una limpieza profunda, esta calvarie va a seguir por mucho tiempo. Necesitamos jugadores con hambre de gloria, que sepan y quieran ganar todo lo que juegan. Los que tenemos hoy, más allá del título conseguido hace unos meses, están quemadísimos. Salieron últimos, y el dicho dice que del rídiculo nunca se vuelve. Hace 6 años, me preguntaba si aceptaría tener en el plantel a jugadores como Serna, Morel Rodríguez, Bermúdez, Guillermo, Palermo. Estaba convencido que no, por una cuestión de paladar, amante del buen fútbol. Hoy pido a gritos que vengan tipos de ese estilo, por más que no me alegren la vista.
Y volviendo a lo marcado al principio, reitero: Carlos Bianchi fue el responsable de esta diferencia que existe hoy en día. Lógico, no podemos depender de él para que River vuelva a ser lo que fue. ¿Pero por qué no copiar su idea?. Recuerdo cuando Macri (tipo que me da ASCO) asumió en la bosta… Eran los años 90, y River ganaba TODO, jugando realmente bien. ¿Qué declaró? “Hoy, River es mucho más que nosotros… Nuestra objetivo, superarlos”. No se discute quien es el más grande, porque con 9 años no van a superar 100 años de gloria en todos los aspectos. Pero la diferencia, es que ellos se dieron cuenta a tiempo que River, en ese entonces, era mejor. Hoy, nuestra dirigencia, no para de remarcar la frase tribunera “El más grande, lejos”. Si no nos damos cuenta que estamos yendo por el camino equivocado, lamentablemente vamos a seguir viviendo del pasado.