Diego Armando Maradona (parte 1)

No entiendo el argumento de “nos hizo felices”. A mi Maradona no me dió nada. Nací 10 años después del 86 y mis primeros recuerdos de él, son puros papelones: entrevistas totalmente dado vuelta, videos fajando mujeres y bardeando a River. Mira si voy a tener de ídolo a un tipo así.

Idolos en River tengo muchos; en la selección, prefiero idolatrar a los que me hicieron campeón o me dejaron una buena impresión; idolos argentinos, tengo muchísimos más antes que maradona. Para mí, el tipo es la nada misma.

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Tremenda relación amor-odio tengo con Diego, su vida personal me chupa un soberano huevo pero no puedo dejar de pasar por alto las termeadas en contra nuestro, porque nunca se dió cuenta que era un personaje que trascendía las camisetas y para mí debía mostrar un poco de respeto por todos los clubes porque lo amaban en todos lados.

Ahora, es el jugador mas importante que tuvo la selección en su historia y el mejor/segundo mejor jugador de toda la historia.

“Cuando una persona muere siempre sentimos que no fuimos lo suficientemente buenos con ella, que podríamos haber sido un poco más buenos.” Jorge Luis Borges

Admiro profundamente a ese hombre rústico de su rústica Corrientes natal, quien para ganar el pan con que alimentar a sus cuatro hijas y a su señora, en una barcaza cruzaba ganado de un lado al otro cuando los campos habían sido anegados por alguna inundación, ese hombre que viendo que lo que ganaba era muy poco para seguir alimentando a su familia, decide emigrar con su familia a Buenos Aires, alquila una casita en Villa Fiorito y consigue trabajo en una fábrica, allí nace su quinto hijo, su primer hijo varón. Admiro profundamente a esa mujer que crió con amor, disciplina, alegría y muy poca plata, a ocho hijos sanos y fuertes quienes tuvieron una infancia muy feliz solo gracias a su continuo esfuerzo, dedicación y cariño. Y admiro profundamente al mayor hijo varón de esa pareja gloriosa: Diego Armando Maradona.

DE VILLA FIORITO A LA CIMA DEL MUNDO

Por Gaby Cociffi

Llegaron a Buenos Aires sin más equipaje que la esperanza. Chitoro y Tota habían dejado su pequeño pueblo -Esquina, Corrientes- para buscar un mejor futuro en la gran ciudad. El modesto trabajo de lanchero, llevando animales a las islas cuando el río crecía, no alcanzaba para llenar la olla. Con sus cuatro pequeñas hijas -Ana, Rita, María Rosa y Lili-, se instalaron a fines de los 50’ en la humilde casa en Azamor 523, Villa Fiorito. Allí fundarían su gran familia.

El 30 de octubre de 1960 nació su primer hijo varón. Era un domingo luminoso, y Diego Maradona, el padre, disfrutaba de su día franco tomando unos mates -luego de una agotadora semana de trabajo en la molienda Tritumol- cuando su mujer, Dalma Salvadora Franco, comenzó con contracciones.

Muchos años después, cuando ese hijo ya se había convertido en el mejor jugador de todos los tiempos, Doña Tota me contó -sentada en una larga mesa donde se celebraba un cumpleaños- cómo fue el día en que nació Diego Armando Maradona:

“Estaba con la panza muy dura por las contracciones y mi marido y mi cuñada, Ana María, me dijeron que teníamos que irnos rápido para el hospital. Caminamos tres cuadras hasta la estación Fiorito y ahí nos tomamos el tranvía hasta Lanús. Nos bajamos a una cuadra y media del hospital Evita, y a mi me costaba estar parada porque los dolores eran muy fuertes. Ya estaba llegando a la puerta cuando vi, contra el cordón de la vereda, algo que brillaba con forma de estrella. Me agaché a agarrarlo. Era un prendedor con forma de estrella, que tenía esos strass chiquitos que lo hacían brillar. Me lo puse en el pecho. Al ver esa estrella que brillaba supe que mi hijo iba a ser especial. Quince minutos después nació Diego…”

(Testimonio de Dalma Salvadora Franco de Maradona)

“La primera imagen de la infancia que me viene a la cabeza es cuando mi mamá me iba a buscar para ir a la escuela y yo me escondía entre el maíz. Y después jugando a la pelota en una calle de tierra, con mucha tierra”, me confesó una tarde Diego Maradona tirado en una reposera en el balcón de su mítica casa de La Habana y Segurola. Lo había conocido en 1980, y lo había entrevistado infinidad de veces: sus sueños, sus amores, las drogas, su internación, su corazón lastimado, sus glorias y sus caídas. Hablábamos de todo, siempre, aunque muy pocas veces de fútbol. Ese día caluroso de diciembre, Diego sentía nostalgia por su niñez.

Éstos son los recuerdos que desgranó, entre risas y lágrimas, hasta que cayó la noche.

El techo de chapa

“Los días de lluvia, cuando caían piedras, se agujereaba el techo de chapa y el piso de tierra se iba llenando de manchas oscuras que parecían bichitos. Entonces mamá gritaba: ‘¡Andá a buscar los tachitos!’. Y todos corríamos por la casita, poniendo los tachitos debajo de las goteras, hasta que se llenaban y tirábamos el agua por la ventana. Si no lo hacíamos, ¡ni te imaginás los pozos que quedaban en la tierra!”.

Sin una gota de agua

“En mi casa no había agua corriente. Entonces, cuando mamá tenía que lavar los platos o teníamos que bañarnos, me mandaba a buscar agua a una canilla. Yo llevaba los tachos de aceite de veinte litros y los llenaba. Los ponía en la cocina y mamá nos pasaba el agua por la cara y por el cuerpo, para que estuviéramos bien limpitos. Se complicaba, imaginate, cuando los ocho hermanos teníamos que lavarnos la cabeza…”

Qué soñaba en Fiorito

“Soñaba con comer. No era fácil. Nos costaba comprar una gaseosa, y las Flecha o las Pampero que teníamos eran el único par de zapatillas para ir a la escuela, jugar, estar todo el día… Cuando llegaba la hora de la cena, la Tota siempre decía que le dolía la panza. ‘No, hoy no voy a comer, porque ando mal del estómago’, repetía. Recién a los trece años, tremendo grandote boludo, me enteré de que nunca le había dolido nada, que decía éso para que nosotros pudiéramos comer”.

La pobreza y el hambre

“Veía que otros chicos tenían zapatillas nuevas y juguetes, y nosotros no podíamos. Me producía una envidia sana, era lógico: el de al lado tenía la bici que yo no podía ni siquiera soñar. Pero veía que mi papá venía todos los días de laburar y le dolía la espalda. Eso me daba la pauta de que no podía esperar nada: era suficiente que mi viejo trajera la leche y que pudiéramos comer”.

La carne para Pelusa

“Siempre fui el preferido de mi vieja. Ella me mandaba a comprar cinco guitas de carne, aunque fuera para darle sabor a la comida… Pero el día en que había un pedazo de carne en la mesa, el más grande era para mí, y a mis hermanas les llenaba el plato de ensalada, para disimular… Las pobres masticaban lechuga como locas”.

“Si tocás a mi hijo, te mato”

“Mamá me defendía a muerte. Tenía debilidad por mí. Una vez la desobedecí y me fui a jugar al fútbol, a pesar de que me dijo que me quedara en casa. Volví hecho un desastre, con las zapatillas Flecha, ¡que tanto había costado comprar!, todas sucias y rotas. Mi viejo se agarró una calentura bárbara y empezó a fajarme. Pero la Tota vino corriendo, levantó el dedo y le dijo: '‘Si tocás a mi hijo, esta noche cuando duermas, te mato’”’.

La carta para los Reyes

“Le escribía una carta a Melchor, Gaspar y Baltazar todos los años. Les ponía: ‘Queridos Reyes, me gustaría que trajeran una bici para la Lili, otra para Mary y una para mí que no tenemos’. ¡Me la iban a traer el día de la escarapela! Era duro, la bici nunca llegaba. Una vez le pregunté a mi mamá si ellos no leían esa carta que yo escribía con tanta ilusión. Y mi vieja me explicó que para nosotros los Reyes eran pobres. Igual, les cortabamos el pasto y le poníamos el agua, porque queríamos ser agradecidos aunque nuestros regalos fueran siempre los más chiquitos del barrio”.

El Estrella Roja y el potrero

“Mi viejo tenía un equipo de fútbol, el Estrella Roja. Y yo hubiese querido jugar siempre para él, ¡porque nunca ganaba! Los rivales eran Chacabuco y el equipo de Carrizo. Jugábamos en el potrero, con tierra que volaba para todos lados, de la mañana hasta que oscurecía. Y después me iba para la casa hecho un desastre. Ahí mi viejo me quería fajar, y yo amagaba y lo esquivaba… Me ayudó a “entrenarme” en los amagues…”.

Hay que matar cucarachas

“Mi primer trabajo fue a los 13 años, en una empresa de desinfección, en el puente San Martín. Iba todos los días a las siete de la mañana por Libertador, en colectivo, y paraba en los edificios para hacer la desinfección. Empezaba en los sótanos y después subía. Me daban unos sobres con el veneno y lo ponía en las rejillas y los rincones. ¡Era un exterminador de cucharachas!”

El primer sueldo

“Con mi primer sueldo llevé a mi vieja a cenar al restaurante La Rumba, porque siempre que pasaba con el bondi cuando iba a desinfectar sentía un olor riquísimo. Era una pizzería en avenida Sáenz, frente a la Iglesia de Pompeya. El sueño de mi vida era llevar a la Tota a cenar, los dos solos, como novios. ¡Esa noche nos gastamos todo!”"

La pelota de cuero

"La primer pelota me la regaló mi primo Beto, el primo que más quise en toda mi vida y que seguramente me está escuchando ahora desde el cielo… Beto me compró una pelota de cuero lindísima con el primer sueldo que cobró. Fue uno de los momentos más felices de mi vida. Dormí abrazado a la pelota toda la noche. Me desperté abrazado a la pelota. Era blanca, número uno, chiquitita así…

Hundido en la mierda

“Una vez corrí detrás de una pelota, tendría menos de 10 años, y por buscarla me caí en un pozo ciego. Quedé hundido hasta el cuello en la mierda, pero no intenté salir: seguía buscando la pelota y me hundía cada vez más… Mi tío me salvó metiendo la mitad de su cuerpo en el pozo, casi colgado de cabeza, y estirando su mano para tomar la mía. Si él no lo hubiera hecho, habría muerto en ese pozo… corriendo detrás de una pelota”.

El mejor día de mi vida

“Una tarde vino Goyo (Carrizo, su amigo de la infancia, y quien empezó con en él en Los Cebollitas) y me dijo: ‘Me probé en Argentinos Juniors el sábado pasado y quieren chicos’. Salí corriendo para casa y le conté a mamá. Era un jueves. Me quedé parado en la puerta de casa, contra el alambre, duro como una estatua, esperando a que mi viejo llegara de laburar. ‘¿Me llevás el sábado a probarme?’, le supliqué. No pudo contestarme nada de lo cansado que estaba. Entonces, esperé al día siguiente y le insistí. Fuimos juntos a lo de Carrizo, que quedaba muy lejos, y habló con el papá de Goyo. Cuando volvíamos, ya tarde, los dos solos caminando por el campo, me dijo: ‘Bueno, te llevo’. Me acosté soñando con esa prueba, pero empezó a llover. ¡Le rogué tanto a Dios para que parara esa lluvia! Porque aunque mi viejo me había prometido ir, no podíamos darnos el lujo de gastar en el pasaje de colectivo si el entrenamiento se suspendía… No alcanzaba para los boletos y no exagero. El sábado fuimos al barrio Malvinas, y ahí nos dijeron que se practicaba en el Parque Saavedra. No teníamos cómo ir. Por suerte un tipo nos llevó en una camioneta. Nos probaron. El entrenador me dijo: ‘Quedás’. Toqué el cielo con las manos… Volvimos a casa en el 28 pasando el puente La Noria, y después cruzamos el campo a pata, que eran como 20 cuadras, los dos en silencio, pero felices”.

"Los botines relucientes

“Yo empecé a soñar el día que fui a entrenar a Argentinos Juniors. Sabía que el fútbol me iba a dar una vida mejor, porque yo veía que podía comerme crudo a los mejores chicos que ya estaban jugando. Y no era de agrandado: lo sabía íntimamente porque mi viejo me lustraba los botines antes de cada partido. Los cuidaba, les ponía betún, los lavaba. Yo salía siempre con los botines relucientes. Y los demás los tenían hechos un desastre, sucios, embarrados… Mi viejo me ayudó a brillar”.

Diego abraza a Don diego y Doña Tota: “Sin su apoyo yo nunca habría llegado a ser El Diez”

Mi vieja amada

“Yo era el preferido de la Tota. Tenía debilidad por mí. El día que cumplí 46 años miré a mamá y le dije: ‘‘Sos la primera mujer de mi vida, mi novia eterna. Te debo todo, Tota, y te voy a amar siempre más y más’’”.

Mi querido viejo

“Con mi viejo no hablábamos mucho. Y me pegaba. Eran otros tiempos, los chicos de hoy no lo entenderían… Pero a mi viejo le debo todo. Y es tan así como te lo digo, porque mi papá me llevaba en el colectivo hasta Argentinos, cayéndose de cansancio. Se colgaba del pasamanos y yo me ponía debajo de su brazo y me paraba en puntas de pie para sostenerlo, porque se quedaba dormido parado. Y así viajábamos, sosteniéndonos… Sin mi viejo yo nunca habría llegado a ser El Diez”.

Autor: Gaby Cociffi
30 de Octubre de 2016
Directora Editorial de Infobae

brindo por don Diego y por doña Tota, por crear esa célula que conforma el tejido de la sociedad occidental capitalista, esa institución milenaria que persiste con igual éxito desde la Era Antropozoica hasta hoy y que es responsable del todo el progreso y de todo el bienestar que hay en el mundo: la familia tradicional unida por el amor conyugal y el amor y cuidado de los hijos hasta que ellos puedan valerse por sí mismos y perseguir sus propios sueños; esa casa de Fiorito, cerco de alambre, una cocina y dos dormitorios: uno para los padres, el otro para los ocho hermanos, vivía y era feliz una familia de ocho hijos, donde cuando llovía la madre ordenaba a sus niños que pusieran tachos debajo de las goteras para que no se hiciera un pozo en el piso de tierra, donde el padre dormía porque tenía que trabajar para traer el pan para sus hijos mientras su madre los cuidaba, donde nadie se quejaba de lo que le tocó en suerte sino que todos eran felices por pertenecer a esa familia, donde don Diego nunca estaba malhumorado por dormir poco y trabajar mucho porque su fuerza moral era que tenía por lograr lo mejor para sus hijos, donde su cansancio solo se revelaba de hecho cuando se dormía parado mientras llevaba en micro a su hijo mayor a entrenamiento; esa familia y esa casa de Villa Fiorito es el ejemplo moral de todo lo mejor que tiene la naturaleza humana: amor, entusiasmo, alegría, esfuerzo, disciplina y ganas de ser feliz persiguiendo los propios ideales, sin nunca quejarse de una pobreza no elegida y sin mirar a los costados tampoco, usando los limitados recursos que se poseen con inteligencia para realizar un plan de felicidad y concretarlo. Y finalmente brindo por vos Diego Maradona, por El Pelusa y el joven melenudo que llegó a primera, que concretó sus sueños y le dio bienestar a sus padres hasta la muerte. En un país de fracasados ese niño de Villa Fiorito es un ejemplo nacional y mundial. El drogadicto a la deriva que hablaba y hacía estupideces jactándose de ellas, no me importa, un drogadicto no es importante, puede hacer mucho daño y se hace daño a sí mismo, pero como enfermo no tiene ningún rasgo individual, pertenece a la especie enfermo de adicción y dice y hace lo mismo que hacen todos los que padecen tal enfermedad. Que los progres elogien al papanatas que se abrazaba a Castro, bailaba con Maduro y tenía al Che tatuado en el brazo, que los liberales fustiguen sin piedad a ese mismo drogadicto que los progres encumbran, yo escribí este post para tributar la mayor de las admiraciones al niño y al joven Dieguito Maradona, que triunfó persiguiendo y alcanzado sus sueños. Muy poca gente logra éso, vos sos uno. No viviste en vano, tenías una sola carta para jugar haciendo uso de tus superlativas cualidades motrices: ser jugador de fútbol profesional y alcanzar tu propio bienestar y el de tu familia, y en un medio hipercompetitivo desde la villa miseria donde naciste llegaste a ser el mejor del mundo.

Alguien que no posee el total dominio de sus facultades mentales y volitivas, no es un individuo, es un colectivo, el colectivo indiferenciado de todos aquellos que por la razón que fuere, perdieron el dominio de sí mismos y fueron arrastrados por un padecimiento que mató su individualidad transformándolo en un enfermo mental. Los enfermos que padecen una determinada enfermedad son todos iguales, ya no son individuos y por tanto no pueden ser juzgados como tales, un esquizofrénico es el colectivo esquizofrénico, un alcohólico es el colectivo alcohólico y un drogadicto es el colectivo drogadicto. A la hora de juzgarlos como individuos pues, debemos juzgarlos por cómo eran antes de que su padecimiento destruyera su individualidad, debemos juzgarlos por la persona que eran antes de estar enfermos. Cualquiera puede criticar cualquier cosa fundadamente, pero no cualquiera puede hablar peyorativamente mostrando un real desprecio. Para despreciar se debe ser mejor que lo despreciado. A quienes hablan peyorativamente de Maradona les pregunto: Lograron ustedes materializar todos los sueños que tuvieron cuando niños y jóvenes?, lograron hacerse millonarios vendiendo su capacidad en el mercado partiendo de la nada?, justificaron su existencia terrenal?.. bueno, Maradona nació en una villa miseria y logró todo lo que se propuso antes de cumplir los 25 años. Lo que vino después no me interesa.

“Mis sueños son dos. Mi primer sueño es jugar en el Mundial y el segundo es salir campeón de Octava y lo que siga en el campeonato que esté”. Diego Armando Maradona, declaración a los diez años de edad.

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Por mi que viole, mate y haga lo que quiera pero si se mete con River, ese es mi limite.

No viste la serie homenaje? Donde le viven tirando mierda a River fiel al estilo del gordo? Con un capitulo basta para darse cuenta, yo solo pude ver 1, y decí que fueron mas respetuosos porque si el gordo escribía el guión hubiera puesto lo de la bombachita o alguna grasada de esas.

Ya en el primer capítulo dejan bien clarito que River es el equipo de los ricos, nos tiran 200 toneladas de mierda encima. Pero bueno, la gilada que aplauda a Maradona, el tipo que más hizo por Boke en el exterior. Los mantuvo vivos en los 90s cuando eran una risa

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Lo de violador es muy fuerte y más si es a menores. No se puede separar eso.

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Igualmente, a los que los acusaron fueron super cancelados en su momento, como kevin spacey que no volvio a aparecer, o michael jackson que su carrera se fue al traste. Ademas es bastante tonto lo que escribis, si nosotros no sabemos lo que hacen puertas para adentro, que sabras vos no? Lo de Maradona es sabido. Ademas de que ninguno de esos genera esa devocion que si genera maradona e intentan instalar tambien los medios en la gente.

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John Lennon es todo eso, y sigue siendo de los más grandes ídolos de la música.

Lo patetico es que lo homenajeen en la semana que salio el fallo. Tenganse un poco de respeto, esperen a que la gente se olvide un poco por lo menos.

E intenveten una fecha estilo “hace 15 años le metio un caño a un brasilero ignoto, se cumple el aniversario”

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Se no se silba el minuto entero que intenten homenajearlo hoy, fallamos como club

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Mucho texto , leí 2 renglones

Maradona no es correntino

Saludos

Cuando vean esto, recuerden: es mentira. Maradona nunca llevo a juicio a nadie por el descenso de River. La bronca con Aguilar fue porque este lo trato como poco apto para ser el técnico de la selección, después de que el gordo bardeara al monumental.
Y como bien sabemos, Maradona era hincha de Maradona.

Y así como menciona a Enzo, el Muñe y el Burrito; también podemos decir que envenenó a Passarella y no dejo que Ramón vaya a Italia 90, entre otras forradas.

https://twitter.com/LabrunismoMillo/status/1463713688964190210

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Que fallo??? El Bosteriodismo esconde todo. En estos casos los programas de chimentos tienen más honestidad ya que no están comprometidos con el idolo deportivo

El 1.

Pero este gordo es un violin de menores. No se puede comparar.

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pero no pensas que eso tambien lo hicieron los creadores de la serie para buscar eso ??

Si, por eso. Y es un alivio que lo hayan hecho otras personas, porque si lo hacía el propio Maradona salía un trava con camiseta de River siendo garchado por 5 bosteros, me guio por el tratamiento que tuvo siempre con River el gordo falopero:

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Para mi hay dos Maradonas en términos de su comportamiento, hasta como futbolista y todo está vinculado a las consecuencias de su adicción. Hasta el 86 era un tipo y después de ahí cambió radicalmente hasta convertirse en una caricatura grotesca.

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Maradona Maradonaaaa Maradona se murioooo

PORQUE NO SE MUEREN TODOS, LA PUTA QUE LOS PARIO.

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River para vos es LA GILADA?

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https://www.youtube.com/watch?v=KkqILYl6YOE

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Si lees más de dos renglones te vas a dar cuenta que habla del padre no de Diego.

Saludos

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