Diario Marca !! Clarito !!

El otro Maradona

Por SANTIAGO SEGUROLA 11/09/09 - 22:50.

Argentina asiste con estupor a la triste peripecia de su selección, cuyas últimas derrotas la sitúan al borde de la exclusión en el próximo Mundial. El drama es doble porque afecta a uno de los equipos más prestigiosos del planeta y a su entrenador, Diego Maradona, figura de proporciones más que míticas en su país. Nunca una situación tan alarmante ha exigido tanta delicadeza con el hombre que dirige al equipo hacia el desastre. Hay un temor cerval a la crítica de Maradona, comprensible por la reverencia que se le guarda, pero injustificable por la realidad de los hechos.

La trascendencia de la realidad fue precisamente el aspecto más saludable de la designación de Maradona como seleccionador. Para un hombre que ha vivido durante 30 años amparado por la magnitud de su leyenda, la idea de enfrentarse a los problemas cotidianos de los profesionales significaba un desafío novedoso, seguramente el mejor para su equilibrio. El cargo de seleccionador le exponía a los rigores de los resultados y de la crítica, como a cualquier entrenador.
Este baño de humanidad fue un gesto de enorme coraje por parte de Maradona. Por primera vez, abandonó su burbuja y se comprometió con la parte que ponía en peligro su divina posición. Podían ser cuestionables las razones de las personas que tomaron la decisión —no parecía que Maradona fuera el sucesor más razonable del criticado Basile—, pero ese asunto forma parte del politiqueo y el ventajismo habituales en Grondona y su séquito de compinches en la AFA. Probablemente sólo querían blindarse con el escudo del mito.
Lo fascinante del caso reside en la aceptación de Maradona y en la respuesta a su trayectoria. Como entrenador, Maradona no ha revelado hasta ahora ninguna cualidad sobresaliente. Al revés, ha profundizado en los peores aspectos de su predecesor. La selección argentina no tiene un plan de juego. Está desfigurada. Vienen y van jugadores, pero no hay manera de definir las señas de identidad de su fútbol. Los pésimos resultados se antojan como la consecuencia natural de la falta de dirección del equipo.
¿Es un equipo bien ordenado? No. ¿Es competente en el capítulo defensivo? No. ¿Lo es en el apartado ofensivo? Tampoco. ¿Se distingue por la creatividad? Ni mucho menos. ¿Tiene el aire cínico de las selecciones que aprovechan cualquier resquicio para ganar? Ni eso. ¿Aprovecha a Messi, el mejor jugador del mundo? Todo lo contrario: lo devalúa. No hay un solo capítulo en su corto recorrido como entrenador que justifique su defensa.
Esta es la realidad actual de Maradona, un preocupante paisaje que permitirá medir el espesor de su carácter y el equilibrio de sus decisiones. Por ahora se ha encontrado con el amparo tácito del periodismo y el pueblo, que prefieren mirar hacia otra parte y derivar responsabilidades hacia otro lado. Es tal la magnitud del mito que Argentina no se atreve a cuestionar a Maradona, a juzgarle con los criterios que se reservan a los demás entrenadores y el rigor que exige una situación crítica.
Si Maradona hizo un valiente ejercicio personal cuando aceptó someterse a las maravillas y miserias de la realidad, ahora les toca a los periodistas y al pueblo llano afrontar el mismo proceso. Nadie discutirá jamás la grandeza del genio como jugador, pero será letal para Maradona y la selección que la crítica esquive la verdad. Por ahora, una verdad penosa.

El otro Maradona

Por SANTIAGO SEGUROLA 11/09/09 - 22:50.

Argentina asiste con estupor a la triste peripecia de su selección, cuyas últimas derrotas la sitúan al borde de la exclusión en el próximo Mundial. El drama es doble porque afecta a uno de los equipos más prestigiosos del planeta y a su entrenador, Diego Maradona, figura de proporciones más que míticas en su país. Nunca una situación tan alarmante ha exigido tanta delicadeza con el hombre que dirige al equipo hacia el desastre. Hay un temor cerval a la crítica de Maradona, comprensible por la reverencia que se le guarda, pero injustificable por la realidad de los hechos.

La trascendencia de la realidad fue precisamente el aspecto más saludable de la designación de Maradona como seleccionador. Para un hombre que ha vivido durante 30 años amparado por la magnitud de su leyenda, la idea de enfrentarse a los problemas cotidianos de los profesionales significaba un desafío novedoso, seguramente el mejor para su equilibrio. El cargo de seleccionador le exponía a los rigores de los resultados y de la crítica, como a cualquier entrenador.
Este baño de humanidad fue un gesto de enorme coraje por parte de Maradona. Por primera vez, abandonó su burbuja y se comprometió con la parte que ponía en peligro su divina posición. Podían ser cuestionables las razones de las personas que tomaron la decisión —no parecía que Maradona fuera el sucesor más razonable del criticado Basile—, pero ese asunto forma parte del politiqueo y el ventajismo habituales en Grondona y su séquito de compinches en la AFA. Probablemente sólo querían blindarse con el escudo del mito.
Lo fascinante del caso reside en la aceptación de Maradona y en la respuesta a su trayectoria. Como entrenador, Maradona no ha revelado hasta ahora ninguna cualidad sobresaliente. Al revés, ha profundizado en los peores aspectos de su predecesor. La selección argentina no tiene un plan de juego. Está desfigurada. Vienen y van jugadores, pero no hay manera de definir las señas de identidad de su fútbol. Los pésimos resultados se antojan como la consecuencia natural de la falta de dirección del equipo.
¿Es un equipo bien ordenado? No. ¿Es competente en el capítulo defensivo? No. ¿Lo es en el apartado ofensivo? Tampoco. ¿Se distingue por la creatividad? Ni mucho menos. ¿Tiene el aire cínico de las selecciones que aprovechan cualquier resquicio para ganar? Ni eso. ¿Aprovecha a Messi, el mejor jugador del mundo? Todo lo contrario: lo devalúa. No hay un solo capítulo en su corto recorrido como entrenador que justifique su defensa.
Esta es la realidad actual de Maradona, un preocupante paisaje que permitirá medir el espesor de su carácter y el equilibrio de sus decisiones. Por ahora se ha encontrado con el amparo tácito del periodismo y el pueblo, que prefieren mirar hacia otra parte y derivar responsabilidades hacia otro lado. Es tal la magnitud del mito que Argentina no se atreve a cuestionar a Maradona, a juzgarle con los criterios que se reservan a los demás entrenadores y el rigor que exige una situación crítica.
Si Maradona hizo un valiente ejercicio personal cuando aceptó someterse a las maravillas y miserias de la realidad, ahora les toca a los periodistas y al pueblo llano afrontar el mismo proceso. Nadie discutirá jamás la grandeza del genio como jugador, pero será letal para Maradona y la selección que la crítica esquive la verdad. Por ahora, una verdad penosa.

Esta es la realidad actual de Maradona, un preocupante paisaje que permitirá medir el espesor de su carácter y el equilibrio de sus decisiones. Por ahora se ha encontrado con el amparo tácito del periodismo y el pueblo, que prefieren mirar hacia otra parte y derivar responsabilidades hacia otro lado. Es tal la magnitud del mito que Argentina no se atreve a cuestionar a Maradona, a juzgarle con los criterios que se reservan a los demás entrenadores y el rigor que exige una situación crítica.
Si Maradona hizo un valiente ejercicio personal cuando aceptó someterse a las maravillas y miserias de la realidad, ahora les toca a los periodistas y al pueblo llano afrontar el mismo proceso. Nadie discutirá jamás la grandeza del genio como jugador, pero será letal para Maradona y la selección que la crítica esquive la verdad. Por ahora, una verdad penosa.

Que gran verdad… Lo que marque en rojo, es una realidad que en Argentina no quieren afrontar, lentamente de criticar a Maladroga, las voces se fueron levantando para terminar criticando culposamente a los jugadores en su mayoria… Una verdad penosa…

Es porque el Argentino tiende a endiosar a ciertos ídolos populares dejándolos exentos de crítica, y sobrevalorando sus aciertos, no pasa sólo con Maradona esto. Por algo estamos como estamos…

Como se dice “estamos como estamos porque somos como somos”… saludos…

Una pregunta?

Alguno postea desdes suiza y yo no me di cuenta?

Abrazo!

:question::question:

Lo digo porque algunos aconsejan y hablan como si vivieran en suiza!

Abrazo!

Si lo decis por mi, te digo que no…, no vivo en Suiza… sin ofender, ademas, no creo que sea necesario vivir en Suiza como para darse cuenta de muchas cosas, con solo dos dedos de frente basta… saludos.

No lo digo por vos en particular, lo digo en sentido general.

Somos menos de lo que realemente creemos que somos.

En todo sentido!

Abrazo!

Totalmente, esa es la verdad de la milanesa…

ese diario es la mayor mierda que vengo leyendo en mucho tiempo, el Ole es el Washington Post al lado de ese. Antes de ayer los muy tarados publicaron que Del Potro esperaba a Nadal, dando por contado que ya le había ganado a Gonzalez. Cuando estos no iban ni habían terminado el primer set.

X(

este santiago segurola es el periodista de futbol q mas sabe de toda europa…no se si se acuerdan Bielsa en una conferencia de prensa, les recomendó a varios periodistas q lean los articulos de segurola…que era uno de los pocos periodistas e los q bielsa respetaba…

lastima que no lo hizo caso bielsa…

Este articulo es espectacular…es sobre el “humo” de veron en europa:

[Artículo de Santiago Segurola publicado en El País durante el Mundial de Corea y Japón 2002.]

No diga Verón, diga nada

El partido de Verón frente a Inglaterra marca el punto 0 de su carrera como jugador, una de las más sobrevaloradas de los últimos tiempos en la escena internacional.

Por razones que se escapan a la realidad de su juego, Verón ha recibido desde juvenil la publicidad que merecen los genios sin acercarse ni por asomo a la condición de gran futbolista. Hay un lugar común con respecto a sus cualidades: lo tiene todo. Con ese latiguillo se pretende explicar el tipo de jugador universal que no es. Quienes le elogian hasta la exageración dicen que tiene pase largo y corto, pureza en la pegada, enorme despliegue, capacidad única de asociación en el campo, majestuosa precisión en los tiros libres, liderazgo…

Debe de tener a su servicio al mejor relaciones públicas del mundo porque esta historia le ha funcionado como a nadie en el fútbol. Salió del Boca Juniors y llegó al Sampdoria, después al Parma, más tarde al Lazio y finalmente al Manchester United. En ningún equipo ha durado más de dos años -y cuesta creer que en Inglaterra lo haga-, lo que debería mover a la sospecha. Pero sus defensores devuelven la pelota diciendo que no hay equipo en el planeta a la altura de su talento. Así que en breve jugará en Marte.

Es posible que, dividido por partes, Verón disponga de las muchas cualidades que se le atribuyen. No tiene, por ejemplo, ninguna habilidad para el desborde. Eso implica que su juego dependa casi exclusivamente del pase.

¿Pero qué tipo de pasador es? Uno que vacila entre lo banal y lo glorioso. O se queda en la intrascendencia o pretende dibujar un pase de gol en cada pase. En su primera versión es un futbolista superficial, pero no dañino para su equipo. En la segunda se pone pesadísimo, con la particularidad de desconectar a sus compañeros del juego. Es el Verón que busca el superpase donde no existe, como ocurrió frente a Inglaterra. Y, además, fracasó en los pases de alivio. Los entregó todos a los rivales.

Otro asunto es su famoso despliegue. Tuttocampista le llaman en Italia. Vagacampista, le definió Valdano. Lo normal es verlo disperso por el campo, sin la cualidad añadida del gol, que es el flotador que salva a muchos centrocampistas anárquicos. No es su caso, evidentemente. Y, como tiene que estar a la altura de su fama, este tuttocampista interfiere en la vida del resto de los medios. Es tan corriente verle acercarse al jugador que tiene la pelota y hasta encimarle con tal de recibir el balón que en su diccionario no figura la palabra desmarque. O sí. Suele hacerlo cuando el adversario dispone del balón. Entonces Verón se aleja de la jugada en vez de acudir al corte.

El problema es poner a un equipo en manos de este tipo de futbolista. Tienen que cruzar sus órbitas Júpiter y Saturno para que Verón traslade a un partido todas las cualidades que se le pregonan. Mientras ese milagro ocurre, su contribución es inversamente proporcional a su masiva fama. O sea, ninguna.

Exigirle a Maradona es como exigirle a una persona que no sabe de construccion que te haga un edificio, cuando no tiene ni la menor idea de como empezar hacerlo, y es lo que sucede con el gordito falopa…

El gordo NO es D.T y más encima tiene una muy buena plantilla, pero como he dicho y dije en el ejemplo de arriba, tiene todos los materiales posibles para hacer una muy buena obra de construccion, pero los simientos que se basarian en sus conocimientos estan podridos, por qué el claramente fue puesto hay por lo que hizo como jugador, más no tiene ninguna experiencia Gloriosa como D.T sus numeros son pesimos, por qué sencillamente quiere aplicar lo que sabe de futbol en su Direccion Tecnica, lo cual conlleva a que obviamente fracase, a pesar de que tiene una muy buena materia prima.

Se ven los resultados ahora de una muy mala eleccion , argentina casi afuera del Mundial y aspirando a repechaje y capaz lo dejan al obeso y quedan afuera tambien.

faaaaaaaa que buena nota

pfff los periodistas deportivos gallegos son de lo peor que hay.

Marca sera una mierda, pero Santiago Segurola es un crack, es un placer leer sobre cualquier cosa que escriba