Descendió River (otra vez)
Descendió River. Sí, otra vez. Si se confirma este adefesio de torneo, con 38 equipos, con la B Nacional de pronto en la primera y los 20 de Primera firme en el “cargo” aunque les vaya decididamente mal este año, River habrá descendido de nuevo.
No, el cronista no se volvió loco. Varios medios y gran parte de la opinión pública consideran que el principal beneficiado con la medida es River. Incluso el impresentable y panqueque vocero de la AFA así lo dejó bien en claro. Sin embargo, este humilde cronista considera todo lo contrario: el club de Núñez sería el principal perjudicado por la medida.
Ahora viene lo divertido. Los fundamentos. Si es como todo el mundo dice que esto se hace porque el negocio es que River juegue en primera, si el negocio que pidió sostener el Gobierno es al Millo en la “A” la pregunta es simple. ¿Por qué Federico Beligoy anuló el gol que anuló en Mendoza? ¿Por qué Patricio Losteau se comió, al menos, un penal en La Boca? Y, sobre todo, ¿porque Sergio Pezzota, en el partido que selló la suerte de River, no quiso cobrar el penal que le cometieron a Leandro Caruso, más grande que el Monumental mismo, contra Belgrano? ¿Tiene usted la respuesta señor Cherquis Bialo?
Querer inventar una liga para “reestructurar” el negocio es la segunda vergüenza más grande para River, luego del descenso. Nadie dice que atrás de River vienen 17 equipos más que son los reales “beneficiados” con la medida.
Los fanáticos de River de acuerdo con la medida (pocos, eh) dirán: “Es que River es tan grande que descendió y se llevó a todo el fútbol argentino a la rastra”. Otros asegurarán que “descendimos los 20 equipos de primera”. El análisis es tan poco futbolístico que da gracia.
Este nuevo torneo existirá (si es que finalmente se lleva a cabo) por presiones externas, por pedido del Gobierno y porque el Fútbol Para Todos no quiere dejarle a River, al gigante River, al Grupo Clarín. Es un capítulo más de la guerra sin fin que llevan y en este caso River y todo el fútbol argentino son rehenes y deben amoldarse. ¿Protestar? ¿Qué es eso? No existe dentro del edificio de Calle Viamonte semejante cosa.
Todo se rige bajo el Sigrondonismo y desde el momento que Don Julio transó con las más altas esferas (que poco tienen que ver con la pelota y la utilizan como objeto de seducción para un pueblo amante del pan y circo), Viamonte responde a Balcarce 50. Es así. El que dice lo contrario o es funcional al negocio o intenta tapar el sol con la mano.
La primera muestra clara de ello se dio cuando River-Belgrano se jugó a cancha llena. Cuando debería haberse jugado a puertas cerradas. El gobierno no quería lío en las calles, pese a que el pedido de Daniel Passarella, de toda la CD de River y del sentido común era jugar el partido a puertas cerradas. No se jugó así y la guerra se desató. Encima, casi la liga River si es que le quitaban puntos. Una locura.
Lo único concreto acá es que a River se lo somete a otra vergüenza: subir a dedo. Es injusto, además, que se le quite el derecho legítimo a lograr el ascenso en la cancha. O al menos intentarlo. No empezó el campeonato y River, salvo que culmine entre los últimos cuatro promedios de la BN subirá a la nueva “Serie A” y volverá a codearse con Boca, Independiente, San Lorenzo, Racing…Las otras cuatro enormes razones para inventar esta paparruchada, disfrazada de “nuevo orden” del fútbol argentino.
El equipo de Matías Jesús Almeyda se estaba preparando, ya con seis refuerzos (varios de buen nivel, como Cavenaghi, Domínguez y Carlos Sánchez). River, para salvaguardar su buen honor y nombre y evitar la segunda mancha mayúscula en poco tiempo, deberá ganar la Primera B Nacional de punta a punta. Aprovechando que los equipos estarán en otra cosa, River debe pisar rivales y salir campeón. Ganarse el derecho a subir en la cancha, pese a que otros intereses ya la subieron a Primera. Es la única manera de maquillar el bochorno que termina lacerando, aún más, la banda Roja.
Gracias a este nuevo torneo, Boca, Racing, San Lorenzo e Independiente no correrán riesgo de bajar a la B, River volverá a la A y la Primera o nueva “Serie A” recuperará casi todos los clásicos y sumará otros ya añejos como Ferro-Vélez.
El negocio gana en emotividad, tanto que habrá que abrir una señal propia de la AFA para poder sobrellevar la estructura: 3 partidos los jueves, 3 los viernes, 5 los sábados, 5 los domingos y 3 los lunes.¡19 partidos por semana! Sin contar la Copa Argentina, Sudamericana y todo lo que ustedes quieran. ¡Fútbol para todos y a toda hora!
El único perjudicado, una vez más, es el deporte. Se viene un año de transición en el que los hinchas irán a la cancha con escasa motivación, porque ya casi todo está definido. Los únicos que encontraran algo de “necesidad” en ir serán los de River que querrán que su equipo gane el torneo para así acallar un poco las voces de la vergüenza.
No se confundan, acá el principal beneficiado no es River. Lo exponen a convertirse en un equipo subido “a dedo”, sin darle el derecho de demostrar lo contrario en la cancha.
Tampoco lo son ninguno de los 20 equipos de Primera, ni los otros 17 equipos que suben. El principal beneficiado es, una vez más, el negocio. ¿La pelota? ¿El Juego? ¿El deporte? Apenas elementos de un negocio que ya creció tanto que es un monstruo voraz que amenaza con llevarse todo por delante, incluso el honor de un equipo que tanto le dio a lo largo de los años como River.
Descendió River (otra vez) | Rock 'N Ball
y acá dejó otra, sobre el mismo tema, pero más general.