Ha dejado de existir
La Justicia decretó la quiebra de BC por una deuda por ¡Mingo Salcedo! Esto es causal para la rescisión del gerenciamiento y sólo falta la firma de Gorostegui
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Racing gira como un trompo y, en el final de su viaje mareador, puede celebrar con una frase que, casi diez años atrás, le generó la peor úlcera de su historia.
“Racing ha dejado de existir”, sentenció la entonces síndico Liliana Ripoll el 5 de marzo de 1999.
“Blanquiceleste ha dejado de existir”, dijo el interventor Héctor García Cuerva el 7 de julio del 2008.
Lo que antes era la muerte de los colores, ahora aparece como el inicio de una nueva esperanza. ¿Qué pasó? La Justicia Comercial declaró la quiebra de Blanquiceleste, al fallar a favor de una presentación realizada por el paraguayo Karim Salomón Morinigo en representación del club Cerro Porteño. El reclamo era por “317.000 pesos”, confirmó el abogado de BC Claudio Levy, por una deuda contraída por la gerenciadora al comprar el pase del volante José Domingo Salcedo, a mediados del 2007, por el que pagó con cheques sin fondo.
A partir de este fallo del juez Eduardo Malde, del juzgado Comercial N° 20 de Capital Federal, otro juez, Enrique Gorostegui, en las próximas horas “rescindirá definitivamente el contrato que une a Racing con Blanquiceleste”, anunció García Cuerva tras una reunión que mantuvo ayer con Julio Grondona. Según la ley de concursos y quiebras, en una empresa que es declarada en quebranto pierden vigencia todos los contratos firmados. Y en el vínculo entre Racing y BC se establece expresamente como causal de rescisión. Es inevitable una definición de Gorostegui.
BC podría intentar convertir la quiebra en concurso preventivo, para lo que debería tener los tres últimos balances en regla. Hasta ayer, la Inspección General de Justicia (IGJ) no había respondido de manera favorable a una presentación realizada por la diputada Delia Bissutti (ARI), quien pidió los últimos balances de la empresa para verificar su estado contable. Los que están cerca de Racing sostienen que no existen. Por otro lado, y en la búsqueda de un mejor escenario para una eventual negociación, De Tomaso envió el viernes, mismo día en que se declaró la quiebra, una carta documento al juzgado de Gorostegui pidiendo la rescisión con causa del contrato del gerenciamiento, esgrimiendo que se veía perjudicado por la suspensión dispuesta el mes pasado por el mismo magistrado. Según averiguó Olé, esta coartada no tendría efecto: BC perdería todo derecho sobre su patrimonio (los jugadores), tal como pretende el interventor. El problema que se le presenta a Racing es que deberá hacerse cargo de las deudas que deja la empresa: unos 36 millones de pesos (ver Lo que viene).
En lo futbolístico, la salida de BC tendrá repercusión. Allegados al interventor hablan de la existencia de grupos empresarios que prestarán su auxilio acercando jugadores pero sin gerenciamiento. De hecho, Llop contactó a varios futbolistas para sumarlos, aunque luego se encontró con una traba insoslayable: los representantes de esos futbolistas no recibieron llamado alguno de las autoridades judiciales (el interventor y el Organo Fiduciario), ya que estaban abocadas a la finalización del gerenciamiento.
Tales han sido los descalabros financieros de BC que Miguel Micó, quien aún sigue estando ligado a Racing y era hombre de confianza del gerenciador, envió 20 días atrás sendas cartas documento a la empresa y a Racing Asociación Civil exigiendo el pago de “premios y varios sueldos” que le adeudan. Esto, claro, se suma a los pedidos de quiebra que De Tomaso fue levantando en los últimos meses, entre los que figuran acreedores notables como Reinaldo Merlo, Fernando Marín y Francisco Maciel. Pero el gerenciador, cercado y sin margen de acción al no tener dinero para afrontar las obligaciones, terminó cayendo por el pase de un jugador que en Racing apenas jugó 15 partidos en el Apertura 2007 y que ni siquiera convirtió un gol. Aunque el hincha, que anhela el regreso del club a los socios, quizás algún día termine agradeciéndole a Mingo Salcedo…
Fuente: Olé
igual, jamás volveran a ser como antes.