La cruda síntesis crítica de Aguilar, aunque tardía, es bastante precisa. No creo, o no comparto, la fervorosa defensa que hace de las calidades del actual plantel: es más una defensa estratégica de su gestión que una realidad. Obvio que no es un plantel para ser último, pero tampoco es casual que este equipo no pelee el campeonato. Y allí reside una de las principales deficiencias de la gestión dirigencial. De haberla asumido, Aguilar habría dado el primer paso en esta mirada hacia adentro que propone para el River que gobierna desde hace siete años y por un año más. Cuando Aguilar asumió, la columna vertebral era Comizzo, Celso Ayala, Cambiasso, Ortega y Cavenaghi, con D’Alessandro, Ledesma, Coudet,
entre otros, como ayudantes de lujo, porque no puede haber columnas de 8… Hoy… hoy es difícil saber cuál es la columna vertebral, pero por ausencias. Vega, Tuzzio, Ahumada, Buonanotte y Falcao. Y cuando empezamos a mirar para los costados, se complica. La actual dirigencia es responsable de la pérdida de jerarquías y de liderazgos, de la permanencia en el plantel de líderes de salita azul y de la salida de talentos precoces con futuro de cacique. Así como los jugadores manifiestan su apoyo en la cancha y no copando micrófonos, los dirigentes se evalúan por un promedio de las tantas decisiones que toman. Algunos dirigentes que hace como 20 años o más que están en River cada diciembre se ponen nerviosos cuando llega el examen en la salita azul.
La cruda síntesis crítica de Aguilar, aunque tardía, es bastante precisa. No creo, o no comparto, la fervorosa defensa que hace de las calidades del actual plantel: es más una defensa estratégica de su gestión que una realidad. Obvio que no es un plantel para ser último, pero tampoco es casual que este equipo no pelee el campeonato. Y allí reside una de las principales deficiencias de la gestión dirigencial. De haberla asumido, Aguilar habría dado el primer paso en esta mirada hacia adentro que propone para el River que gobierna desde hace siete años y por un año más. Cuando Aguilar asumió, la columna vertebral era Comizzo, Celso Ayala, Cambiasso, Ortega y Cavenaghi, con D’Alessandro, Ledesma, Coudet,
entre otros, como ayudantes de lujo, porque no puede haber columnas de 8… Hoy… hoy es difícil saber cuál es la columna vertebral, pero por ausencias. Vega, Tuzzio, Ahumada, Buonanotte y Falcao. Y cuando empezamos a mirar para los costados, se complica. La actual dirigencia es responsable de la pérdida de jerarquías y de liderazgos, de la permanencia en el plantel de líderes de salita azul y de la salida de talentos precoces con futuro de cacique. Así como los jugadores manifiestan su apoyo en la cancha y no copando micrófonos, los dirigentes se evalúan por un promedio de las tantas decisiones que toman. Algunos dirigentes que hace como 20 años o más que están en River cada diciembre se ponen nerviosos cuando llega el examen en la salita azul.