Curiosa columna de Fernández Moores sobre Messi

Un duende en la Argentina K

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Por Ezequiel Fernández Moores

Decenas de niños saltan a la pista del estadio IBK de Calcuta. Los policías se sacan fotos con Lionel Messi. Su presencia en la India es un éxito. El promotor del partido, feliz, le paga 200.000 dólares más. “Muchachos”, dice mientras reúne a sus compañeros el nuevo capitán de la selección argentina, “yo sufro el calor como ustedes, hice el viaje como ustedes y me vacuné como ustedes. Esta plata es de todos”. Es el 2 de septiembre de 2012, un amistoso que la Argentina gana por 1-0 a Venezuela, en el debut del nuevo seleccionador, Alejandro Sabella. “Si lo publicás lo van a negar, porque no les interesa que trascienda”, completa alguien cercano al entorno de Messi. Otra fuente, vinculada a la organización de los partidos de la Argentina, confirma el dato. Y agrega: desde ese partido, Messi, un capitán que llama a compañeros lesionados, pregunta por cronogramas de viajes y rechaza privilegios de hotel, reparte con el plantel cualquier pago extra que reciba en los amistosos de la selección blanquiceleste.

“Ya que estoy acá, quiero decirles algo a los argentinos. A este chaval lo tenemos desde los 12 años en Barcelona. Lo quisimos hacer español y no quiso. El catalán lo entiende perfecto, pero nunca lo habla. Queremos que se quede a vivir con nosotros, pero él está jugando con nosotros. Yo les puedo asegurar que el día que termine de jugar con nosotros, está en la Argentina, en Rosario, porque duerme mirando a Rosario. Por eso no puedo creer que en este país todavía se dude de que Messi tenga compromiso con la selección argentina. Dudar de eso es dudar de la vida misma”. Gabriel Masfurroll, representante de la Fundación Barcelona, sorprende en Buenos Aires. El discurso fuera de libreto, y cinco meses después de la caída de la Argentina de Diego Maradona en el Mundial de Sudáfrica, es durante la presentación en Cardales de la Fundación Leo Messi, que también hace obra en silencio.

En 2011, Messi recibe en estadios argentinos acaso las dos únicas grandes silbatinas de su vida: decepcionantes empates contra Colombia (en Santa Fe, por la Copa América) y contra Bolivia (en el campo de River Plate por eliminatorias y ya con Sabella en lugar de Sergio Batista). Todo cambia con el partido siguiente, el 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla. La selección, que además sufre una derrota inédita previa ante Venezuela, pierde en Colombia y sigue jugando mal. Messi se pone el equipo al hombro y lidera el triunfo: 2-1.

¡Feliz 2012! Juegue bien o mal, y más parecida a Real Madrid que a Barcelona, ahora Messi es nuestro líder todoterreno. Lo comprueban las promociones de sus videos con los 91 goles del año. Ya no hablan sólo de los goles con el Barcelona. Agregan los que anota con la selección. Casi siempre era el mejor, pero Messi había pasado dos años y medio sin goles para la Argentina en 16 partidos oficiales. Los críticos de siempre tienen un nuevo reparo: los goles que valen se hacen en los mundiales. “Un día”, escribió el blog En Una Baldosa, “Messi nos va a devolver las Malvinas y le vamos a criticar que se olvidó de ponerse la escarapela”.
Protesta callejera, apagón, corrupción política o huelga del metro. “Este país de mierda”. Convencidos de que cosas así sólo pasan en Buenos Aires, los argentinos recurrimos al latiguillo de siempre. “Vivimos frustrados con la Argentina, deberíamos ser un país que no somos”, dice el antropólogo Alejandro Grimson, que habla del tema en un libro reciente (Mitomanías Argentinas). Cuando algo sí es motivo de orgullo, como Messi, le digo a Grimson, preferimos entonces dudar de su “argentinidad”. Responde: “Como nos analizamos con el mundo, analizamos a Messi”. El escritor Martín Caparrós dice que sí, que Messi, efectivamente, “es una síntesis de la argentinidad actual: carne, soja, buena materia prima exportada para que la procesen y la aprovechen lejos”. Tuvo que irse a España. “Si nos ponemos un poco radicales”, agrega, “se podría pensar que por eso no terminamos de estar cómodos con Messi, porque nos recuerda demasiado nuestras limitaciones, esa mezcla de talento y desperdicio que solemos ser”.

Los argentinos, escribió Juan Sasturain hace unos días en la revista 7D, tuvimos que abandonar la “habitual soberbia”, asumir “la espantosa realidad del fútbol que hemos sabido destruir” y dejar de reclamarle a Messi. A diferencia de Maradona (“casi excesivamente argentino”), a Messi le agradecemos ahora que “sea argentino”. Le agradecemos, añade Sasturaín, “porque sabemos que sólo parcialmente nos pertenece”. “No es culpa de Messi que los argentinos seamos incapaces de cerrar nuestro duelo con Diego”, escribió Eduardo Sacheri un mes atrás en El Gráfico. “Ahogados de añoranza, presos de la nostalgia, paralizados de historia”, sigue Sacheri, nos hemos impedido disfrutar de Messi. “Pero yo”, dice Sacheri, “no quiero arruinarme el presente por el peso del pasado”. Un compatriota extraordinario siempre fue “un Gardel” o, a partir de México 86, “un Maradona”. La semana pasada, el canal de cable TN anunciaba una entrevista a un gran científico: “El Messi de la ciencia”. “Messi, el argentino del año”, publicó la revista Newsweek-Argentina en su portada de diciembre. No pensó lo mismo el Círculo de Periodistas Deportivos (CPD), que premió con el Olimpia de Oro como mejor deportista argentino de 2012 a Sergio Maravilla Martínez. El campeón mundial de boxeo le ganó por un pelo al taekwondista Sebastián Crismanich, único oro argentino en los Juegos de Londres. Messi quedó tercero. Un mensaje en el diario La Nacion ?son los menos? adhiere a la decisión. Dice textual: “Que le den el premio a Maravilla Martínez, que es campeón del mundo en su categoría y (así, con mayúsculas) REPRESENTANDO A ARGENTINA Y NO A UN CLUB EXTRANJERO. Gracias”.

Padre flamante de Thiago, Messi casi no se hizo ver durante su última estada en Rosario. Aún hoy cuesta mucho encontrar imágenes que indiquen que el crack nació allí, como las gigantografías que sí se ven a metros del Obelisco y del estadio Luna Park, símbolos de Buenos Aires. Leo llegó a Rosario apenas horas después de saqueos prenavideños en supermercados de las zonas más pobres de la ciudad, muy cerca de dónde él nació. Dos muertos, 23 heridos, 127 detenidos. Hubo polémicas de supuestas operaciones políticas. Aún con inflación, la economía argentina está lejos de la crisis de 2001, que estalló poco después de que los Messi decidieran viajar a Barcelona. A cuatro días de los saqueos, un tribunal de Rosario, en un año récord de condenas judiciales a integrantes de la dictadura militar, dictó una sentencia histórica contra algunos ex represores. Manuel Gonçalves lo celebró. Su madre, que muere asesinada, lo esconde en un armario y le salva la vida. Tiene cinco meses. Su nueva familia lo llama Claudio Novoa. Manuel tardó 19 años en recuperar su identidad, 37 para recibir justicia. En esa Rosario, Leo pasó la mayor parte de fin de año en su finca de Arroyo Seco, puro verde, a metros del río Paraná. Cada vez que salió firmó autógrafos y posó para fotografías, como hace siempre. En la única entrevista que concedió, al diario Olé, reiteró su sueño de ganar en Brasil 2014. Un Mundial es lo único que hoy podría unir a “los K” y los “anti-K”, según se esté a favor o en contra del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Si Sabella, como viene haciendo, cuida a Leo con socios en la cancha y sin presionarlo afuera, la Argentina, cuya selección mayor cumple 20 años sin títulos en 2013, arribará a Brasil como candidata.

Pregunto sobre Messi al filósofo Tomás Abraham. Con él y Caparrós nos juntamos para seguir por televisión más de un Barça-Madrid. “Sólo puedo decir que la vida”, me responde Tomás, “ha sido generosa conmigo. Vi debutar a Maradona en Argentinos Juniors, vi jugar a Pelé en la Bombonera y trato de ver todos los partidos en los que juega Messi. No hubo un jugador en la historia con la genialidad de este duende, es un milagro, es argentino, es un pibe de potrero, no es kirchnerista, quiere a sus padres, habla bajito y podría tocar el violín con los pies… No merece un Balón de Oro, merece mucho más. Con Di Stéfano coronamos de gloria a los merengues y con Borges embellecimos la lengua como no se había hecho desde Cervantes… Messi merece que Juan Carlos le dé su corona, así hace algo para la eternidad”.

“¿Si Messi fuera K, eso invalidaría todo lo otro?”, le pregunto a Abraham siguiéndole el juego, porque Leo nunca opinó sobre el Gobierno.

“No”, me contesta. “Si Messi fuera K no sería Messi. Sería Xavi.”

© El País

Tiene un enfoque único sobre la relación de los argentinos con Messi y dejá un pie para la reflexión.

Un duende en la Argentina K

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Por Ezequiel Fernández Moores

Decenas de niños saltan a la pista del estadio IBK de Calcuta. Los policías se sacan fotos con Lionel Messi. Su presencia en la India es un éxito. El promotor del partido, feliz, le paga 200.000 dólares más. “Muchachos”, dice mientras reúne a sus compañeros el nuevo capitán de la selección argentina, “yo sufro el calor como ustedes, hice el viaje como ustedes y me vacuné como ustedes. Esta plata es de todos”. Es el 2 de septiembre de 2012, un amistoso que la Argentina gana por 1-0 a Venezuela, en el debut del nuevo seleccionador, Alejandro Sabella. “Si lo publicás lo van a negar, porque no les interesa que trascienda”, completa alguien cercano al entorno de Messi. Otra fuente, vinculada a la organización de los partidos de la Argentina, confirma el dato. Y agrega: desde ese partido, Messi, un capitán que llama a compañeros lesionados, pregunta por cronogramas de viajes y rechaza privilegios de hotel, reparte con el plantel cualquier pago extra que reciba en los amistosos de la selección blanquiceleste.

“Ya que estoy acá, quiero decirles algo a los argentinos. A este chaval lo tenemos desde los 12 años en Barcelona. Lo quisimos hacer español y no quiso. El catalán lo entiende perfecto, pero nunca lo habla. Queremos que se quede a vivir con nosotros, pero él está jugando con nosotros. Yo les puedo asegurar que el día que termine de jugar con nosotros, está en la Argentina, en Rosario, porque duerme mirando a Rosario. Por eso no puedo creer que en este país todavía se dude de que Messi tenga compromiso con la selección argentina. Dudar de eso es dudar de la vida misma”. Gabriel Masfurroll, representante de la Fundación Barcelona, sorprende en Buenos Aires. El discurso fuera de libreto, y cinco meses después de la caída de la Argentina de Diego Maradona en el Mundial de Sudáfrica, es durante la presentación en Cardales de la Fundación Leo Messi, que también hace obra en silencio.

En 2011, Messi recibe en estadios argentinos acaso las dos únicas grandes silbatinas de su vida: decepcionantes empates contra Colombia (en Santa Fe, por la Copa América) y contra Bolivia (en el campo de River Plate por eliminatorias y ya con Sabella en lugar de Sergio Batista). Todo cambia con el partido siguiente, el 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla. La selección, que además sufre una derrota inédita previa ante Venezuela, pierde en Colombia y sigue jugando mal. Messi se pone el equipo al hombro y lidera el triunfo: 2-1.

¡Feliz 2012! Juegue bien o mal, y más parecida a Real Madrid que a Barcelona, ahora Messi es nuestro líder todoterreno. Lo comprueban las promociones de sus videos con los 91 goles del año. Ya no hablan sólo de los goles con el Barcelona. Agregan los que anota con la selección. Casi siempre era el mejor, pero Messi había pasado dos años y medio sin goles para la Argentina en 16 partidos oficiales. Los críticos de siempre tienen un nuevo reparo: los goles que valen se hacen en los mundiales. “Un día”, escribió el blog En Una Baldosa, “Messi nos va a devolver las Malvinas y le vamos a criticar que se olvidó de ponerse la escarapela”.
Protesta callejera, apagón, corrupción política o huelga del metro. “Este país de mierda”. Convencidos de que cosas así sólo pasan en Buenos Aires, los argentinos recurrimos al latiguillo de siempre. “Vivimos frustrados con la Argentina, deberíamos ser un país que no somos”, dice el antropólogo Alejandro Grimson, que habla del tema en un libro reciente (Mitomanías Argentinas). Cuando algo sí es motivo de orgullo, como Messi, le digo a Grimson, preferimos entonces dudar de su “argentinidad”. Responde: “Como nos analizamos con el mundo, analizamos a Messi”. El escritor Martín Caparrós dice que sí, que Messi, efectivamente, “es una síntesis de la argentinidad actual: carne, soja, buena materia prima exportada para que la procesen y la aprovechen lejos”. Tuvo que irse a España. “Si nos ponemos un poco radicales”, agrega, “se podría pensar que por eso no terminamos de estar cómodos con Messi, porque nos recuerda demasiado nuestras limitaciones, esa mezcla de talento y desperdicio que solemos ser”.

Los argentinos, escribió Juan Sasturain hace unos días en la revista 7D, tuvimos que abandonar la “habitual soberbia”, asumir “la espantosa realidad del fútbol que hemos sabido destruir” y dejar de reclamarle a Messi. A diferencia de Maradona (“casi excesivamente argentino”), a Messi le agradecemos ahora que “sea argentino”. Le agradecemos, añade Sasturaín, “porque sabemos que sólo parcialmente nos pertenece”. “No es culpa de Messi que los argentinos seamos incapaces de cerrar nuestro duelo con Diego”, escribió Eduardo Sacheri un mes atrás en El Gráfico. “Ahogados de añoranza, presos de la nostalgia, paralizados de historia”, sigue Sacheri, nos hemos impedido disfrutar de Messi. “Pero yo”, dice Sacheri, “no quiero arruinarme el presente por el peso del pasado”. Un compatriota extraordinario siempre fue “un Gardel” o, a partir de México 86, “un Maradona”. La semana pasada, el canal de cable TN anunciaba una entrevista a un gran científico: “El Messi de la ciencia”. “Messi, el argentino del año”, publicó la revista Newsweek-Argentina en su portada de diciembre. No pensó lo mismo el Círculo de Periodistas Deportivos (CPD), que premió con el Olimpia de Oro como mejor deportista argentino de 2012 a Sergio Maravilla Martínez. El campeón mundial de boxeo le ganó por un pelo al taekwondista Sebastián Crismanich, único oro argentino en los Juegos de Londres. Messi quedó tercero. Un mensaje en el diario La Nacion ?son los menos? adhiere a la decisión. Dice textual: “Que le den el premio a Maravilla Martínez, que es campeón del mundo en su categoría y (así, con mayúsculas) REPRESENTANDO A ARGENTINA Y NO A UN CLUB EXTRANJERO. Gracias”.

Padre flamante de Thiago, Messi casi no se hizo ver durante su última estada en Rosario. Aún hoy cuesta mucho encontrar imágenes que indiquen que el crack nació allí, como las gigantografías que sí se ven a metros del Obelisco y del estadio Luna Park, símbolos de Buenos Aires. Leo llegó a Rosario apenas horas después de saqueos prenavideños en supermercados de las zonas más pobres de la ciudad, muy cerca de dónde él nació. Dos muertos, 23 heridos, 127 detenidos. Hubo polémicas de supuestas operaciones políticas. Aún con inflación, la economía argentina está lejos de la crisis de 2001, que estalló poco después de que los Messi decidieran viajar a Barcelona. A cuatro días de los saqueos, un tribunal de Rosario, en un año récord de condenas judiciales a integrantes de la dictadura militar, dictó una sentencia histórica contra algunos ex represores. Manuel Gonçalves lo celebró. Su madre, que muere asesinada, lo esconde en un armario y le salva la vida. Tiene cinco meses. Su nueva familia lo llama Claudio Novoa. Manuel tardó 19 años en recuperar su identidad, 37 para recibir justicia. En esa Rosario, Leo pasó la mayor parte de fin de año en su finca de Arroyo Seco, puro verde, a metros del río Paraná. Cada vez que salió firmó autógrafos y posó para fotografías, como hace siempre. En la única entrevista que concedió, al diario Olé, reiteró su sueño de ganar en Brasil 2014. Un Mundial es lo único que hoy podría unir a “los K” y los “anti-K”, según se esté a favor o en contra del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Si Sabella, como viene haciendo, cuida a Leo con socios en la cancha y sin presionarlo afuera, la Argentina, cuya selección mayor cumple 20 años sin títulos en 2013, arribará a Brasil como candidata.

Pregunto sobre Messi al filósofo Tomás Abraham. Con él y Caparrós nos juntamos para seguir por televisión más de un Barça-Madrid. “Sólo puedo decir que la vida”, me responde Tomás, “ha sido generosa conmigo. Vi debutar a Maradona en Argentinos Juniors, vi jugar a Pelé en la Bombonera y trato de ver todos los partidos en los que juega Messi. No hubo un jugador en la historia con la genialidad de este duende, es un milagro, es argentino, es un pibe de potrero, no es kirchnerista, quiere a sus padres, habla bajito y podría tocar el violín con los pies… No merece un Balón de Oro, merece mucho más. Con Di Stéfano coronamos de gloria a los merengues y con Borges embellecimos la lengua como no se había hecho desde Cervantes… Messi merece que Juan Carlos le dé su corona, así hace algo para la eternidad”.

“¿Si Messi fuera K, eso invalidaría todo lo otro?”, le pregunto a Abraham siguiéndole el juego, porque Leo nunca opinó sobre el Gobierno.

“No”, me contesta. “Si Messi fuera K no sería Messi. Sería Xavi.”

© El País

Tiene un enfoque único sobre la relación de los argentinos con Messi y dejá un pie para la reflexión.

Hermosa nota. Está para encuadrarla, lo que dice al principio de los premios habla de la humildad del pibe… Es enorme, lo amo.

No entendí los últimos dos parrafos.

Preciosa nota de uno de los mejores periodistas deportivos del país (Ezequiel Fernandez Moores) que termina cagando el salame de Abraham con su gorilismo reciclado. Hincha de ra-sin club tenía que ser…

---------- Mensaje unificado a las 03:02 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 02:59 ----------

Que si sería k hubiese sido un jugador de categoría inferior. Estaba clarísima la débil ironía del infelíz este…

Yo creo que el remate final, sirve justamente para mostrar lo que viene planteando la nota. Los Argentinos no sabemos disfrutar algo “puro”, y tenemos que andar siempre mezclandolo con otras cosas que no tienen nada que ver.

Maradona era dios y paso a ser un ser despreciable porque es de boca y drogadicto (cosas que no tienen nada que ver con lo que nos “dio” en cancha).

Darin ahora es un idolo popular no por ser un excelente actor (de hecho, varios de los que lo “bancan” ahora son los que menosprecian el cine nacional), si no por “pelearse” con CFK.
Flor peña, en la opinion publica, dejo de ser actriz para ser una petera amateur kirchnerista…

German dennis, un 4 de copas desaparecido del mundo, paso a tener presencia en decenas de avatares de redes sociales y foros por mostrar una remera con “prohibido K”

Y bueno…si messi fuese K, seria repudiado por gran parte de la sociedad (pero no la mayoria, je) y no seria el mejor de la historia, ni el mejor del mundo…

Hace años que EFM es un faro en el periodismo deportivo, acaso uno de los pocos que honre esa profesión.
Esta nota habla menos de Messi que de toda una generación futbolera. Generación a la que lamentablemente la mayoría de nosotros no pertenecemos y es la que tuvo la suerte de ver al Diego y a Messi en todo su esplendor.
Ellos vieron al Diego, y lo vieron ganando un Mundial y llegando a una final con un equipo cuyo rendimiento habría que ver si pasó la mediocridad. Y cuando pensaban que nada los podía conmover aparece este pibe y les rompe el esquema.
Entonces entre ellos se produce una discusión que a mí particularmente me parece muy fructífera, si los argumentos de los protagonistas lo valen.

A T.A. lo veo circunstancialmente. No solamente es un rabioso anti-k al pedo, sino que se ha vuelto un tipo amargo hasta los huesos.
La última vez que lo ví fue en Diciembre. Hablábamos que él ya no toleraba ir a la cancha porque le molestaban los insultos. Yo le decía que no siempre los insultos son malos, que yo como hincha de River el insulto representaba ante todo una disconformidad por el juego del equipo aún cuando haya ganado. Y que en ese caso era una forma de mantener una identidad histórica.
Le decía que su platea (es de Vélez, no de Racing), era como la San Martín nuestra. Guardianes de una tradición.
Pero el tipo me dice; “Vélez no tiene tradición, no tiene estilo de juego, Vélez hace lo que puede según los jugadores”.
Puede que tenga razón, pero yo no estoy para discutir con quien no tiene estilo definido. Equipo chico. Y amargo

Pienso exactamente lo mismo y más que nada con Lanata. En mi curso, en 2011 nadie hablaba de él, curiosamente en 2012 era el ídolo de media escuela…

Excelente, como el 90% de lo que escribe F. Moores. Igual, le faltó citar la opinión del peluquero nomás.

Messi es mejor persona que jugador…

pero quienes son los que mezclan deportes y espectaculos con politica? el oficialismo es el primero… Darin ganó un oscar? venga para la rosada… del potro gano us open? hay que invitarlo que venga a la rosada… los patronelli en el dakar? traigan el ciclomotor al estacionamiento de balcarce 50… y que el correntino no se olvide de traer la medalla de oro a la casa de gobierno… asi que no se cual es la queja…

Excelente nota.

Dejá de hablar boludeces Luis. Estàs quedando como flor de pelotudo

cual es tu problema?

---------- Mensaje unificado a las 12:09 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 12:09 ----------

acá está lleno de pelotudos (entre los que me incluyo, sin dudas) pero no te veo que a todos salgás a decirle eso, jajajaja… por ejemplo… vos tambien sos un pelotudo eh? y yo no salgo a decirlo

Está buena la nota hasta la primer mitad. Y coincido con los elogios a la calidad de F Moores. Pero a veces, y esta es una de ellas, hace demasiado cambalache mezclando política, sociedad y deporte.

La críptica (?) conclusión del final es lo que te pasa cuando te juntás a ver fútbol con tipos como Caparrós o Abraham. En vez de escuchar: “Mirá el golazo que hizo este enano hijo de puta…”. Terminás con un “Si Messi fuese K sería Xavi”

a veces me llama la atencion lo muy pelotudamente fanaticos que somos los argentinos, de cosas como el futbol por ejemplo… con los años me dí cuenta que ni vale la pena… es algo lindo, si… lindo jugar, lindo ver, pero nada mas… y la puta que yo jugué, me cansé de jugar, de chico, en la secu, en la facultad, en el club, ahora que soy veterano… nunca me hice demasiados problemas cuando perdí, ni me di mucha rienda suelta cuando ganamos… el jugador es la misma persona haciendo las cosas bien, o no tanto, eso le cuesta entender muchisimo a la gente… me parece muy pelotuda, de una enanez mental, la idolatría que se hace de ciertos personajes, ya sean deportivos, politicos o cualquier ambito… nunca la entendí… Messi es un pibe que juega excelentemente bien al futbol y eso es todo, no representa nada mas… es muy boludo entender otra cosa… lo mismo esa pelotudez de hace unos dias de andar mostrando un mensaje de texto donde supuestamente el indio solari alababa a CFK, que boludez por favor… eso tambien es bien de pelotudos thechash, eh? no te diste cuenta?

Como parte de En Una Baldosa es un lujito que te cite Fernández Moores. De lo mejorcito que hay hoy por hoy en el periodismo deportivo.

Está más que claro que no se puede tomar en forma literal lo que dice abraham, el tipo estaría hinchando las pelotas. Seguramente se lo dijo en tono de sorna, pero tal como lo reproduce el periodista este parece que abraham fuera un troglodita enceguecido, nadie en su sano juicio puede decir semejante boludez, el tipo seguramente se lo dijo hinchando los huevos, y la nota lo hace quedar como un pelotudo. Yo si fuera abraham lo estaría llamando para reputearlo.

Luis no sé cómo podés tomar en serio lo que te diga el mayor pelotudo que tiene este foro, superando, y con creces, a mi querido alejo. Todavía no me contestó si encontró la pija que andaba buscando para su agujerito color frutilla. Y no sé cómo podés tratarlo con respeto, banealo, así nos ahorramos leer las pelotudeces que dice.

La politica utiliza esas herramientas. No hay ningun nexo con ideologias.