Cristian Castillo vuelve a Atlanta, su primer amor

Mañana de Villa Crespo lo esperaba con los brazos abiertos. Tan abiertos que desde el extremo izquierdo al derecho había un trecho de once años, convertidos en metros, esperando por un regreso para cerrar ese círculo que se abrió a mediados de la década del 90. La gente, los dirigentes, el estadio, los arcos, el césped (los tablones no, se cansaron de esperarlo y perecieron). Todos ellos impacientes de ver otra vez los goles y las gambetas del ídolo. Y Cristian Gastón Castillo se hizo presente. El mismo que salió de las Inferiores de Atlanta y que hoy volvió tras varios años de trotar en otros clubes y en algún que otro recóndito rincón del mundo.

Recuperar la sede y comenzar a construir el estadio no fueron suficientes para la dirigencia de Atlanta. Armaron también un equipo para ascender, con un entrenador de lujo. Pero la frutilla del postre llegó hoy con Castillo. Sí, Fantasía, el que en 1995 formó una gran dupla de ataque con Luis Bonnet y le dio junto a un gran equipo la chance de ascender al Bohemio. También, el mismo que casi no jugó en la B Nacional con el club de sus amores, para emigrar a Colón y comenzar a demostrar la calidad que le saltaba de sus poros y que pedía pista en Primera División. Eso no le alcanzó. El goleador pasó a River y hasta se ganó un lugar en la Selección Argentina. No cualquiera.

Luego, volvió a Colón y no dejó pasar una monstruosa oferta del fútbol de Arabia Saudita. Allí, fueron más los problemas que las soluciones (“Fue una experiencia linda en cuanto a lo humano, pero en lo futbolístico y en lo económico no fue buena”, dice) y tras un par de meses se volvió. Después pasaron Olimpo, Independiente, Gimnasia (LP) y Arsenal, además de algunas lesiones inoportunas, hasta recalar nuevamente en el club que lo vio nacer.

“Hace dos meses me empezaron a llamar. Mi idea era irme afuera. Tuve un paso por Israel, pero no arreglé en lo económico. Al regreso, se pusieron en contacto conmigo. Tuve ofertas del Nacional B, pero venir acá era mucho más importante que lo económico”, le manifiesta a Clarín.com. Y claro, el amarillo y el azul a bastones llamaron más a Castillo que la plata de cualquier otro equipo del ascenso. No es para menos, la sangre que corre por las venas del jugador tiene un tinte Bohemio, que ninguna transfusión pudo, ni podrá cambiar.

Hoy, el verde césped (descolorido) lo recibió nuevamente en el León Kolbovsky. Salvador Pasini, el comandante de la nueva ilusión de Atlanta, por volver a la B Nacional, rápidamente lo puso a trabajar y hasta le dio la posibilidad de patear un rato, en un partido entre suplentes y juveniles. Se movió, jugó y hasta intentó demostrar algo de todo lo que sabe. Quizás sea una pequeña muestra de que está bien físicamente y en poco tiempo estará vistiendo la camiseta.

“Estoy bien. Vengo de un viaje muy largo. Estoy cansado, pero con una semana de trabajo voy a estar a disposición del técnico. Hice un trabajo muy bueno en Arsenal y estuve en las vacaciones entrenando”. Pero ese cansancio parece quedar algo olvidado cuando Castillo se pone a hablar de los objetivos que se plantea con su Bohemio: “Tengo todas las ganas de estar lo mejor posible. Después, aportar lo mío para este proyecto que se está gestando. El fin es que al final del próximo año, Atlanta esté en la Nacional B. Y en unos años, en Primera División”, se ilusiona Fantasía.

Por último, tras su regreso al club, Cristian no pudo dejar de recordar lo que ya vivió en el club: “Me vienen las imágenes del ascenso del 95. El recuerdo del vestuario, donde estuve casi 4 años en primera. Me da un poco de nostalgia no ver las tribunas, el estadio no está como cuando yo me fui, pero todo es para bien. Esperemos que el año que viene se pueda inaugurar la cancha y que sea con un título bajo el brazo”. Sí, Castillo volvió con todo. Y en poco tiempo, podrá volver a romper redes en la B Metropolitana. Bienvenido sea

Mañana de Villa Crespo lo esperaba con los brazos abiertos. Tan abiertos que desde el extremo izquierdo al derecho había un trecho de once años, convertidos en metros, esperando por un regreso para cerrar ese círculo que se abrió a mediados de la década del 90. La gente, los dirigentes, el estadio, los arcos, el césped (los tablones no, se cansaron de esperarlo y perecieron). Todos ellos impacientes de ver otra vez los goles y las gambetas del ídolo. Y Cristian Gastón Castillo se hizo presente. El mismo que salió de las Inferiores de Atlanta y que hoy volvió tras varios años de trotar en otros clubes y en algún que otro recóndito rincón del mundo.

Recuperar la sede y comenzar a construir el estadio no fueron suficientes para la dirigencia de Atlanta. Armaron también un equipo para ascender, con un entrenador de lujo. Pero la frutilla del postre llegó hoy con Castillo. Sí, Fantasía, el que en 1995 formó una gran dupla de ataque con Luis Bonnet y le dio junto a un gran equipo la chance de ascender al Bohemio. También, el mismo que casi no jugó en la B Nacional con el club de sus amores, para emigrar a Colón y comenzar a demostrar la calidad que le saltaba de sus poros y que pedía pista en Primera División. Eso no le alcanzó. El goleador pasó a River y hasta se ganó un lugar en la Selección Argentina. No cualquiera.

Luego, volvió a Colón y no dejó pasar una monstruosa oferta del fútbol de Arabia Saudita. Allí, fueron más los problemas que las soluciones (“Fue una experiencia linda en cuanto a lo humano, pero en lo futbolístico y en lo económico no fue buena”, dice) y tras un par de meses se volvió. Después pasaron Olimpo, Independiente, Gimnasia (LP) y Arsenal, además de algunas lesiones inoportunas, hasta recalar nuevamente en el club que lo vio nacer.

“Hace dos meses me empezaron a llamar. Mi idea era irme afuera. Tuve un paso por Israel, pero no arreglé en lo económico. Al regreso, se pusieron en contacto conmigo. Tuve ofertas del Nacional B, pero venir acá era mucho más importante que lo económico”, le manifiesta a Clarín.com. Y claro, el amarillo y el azul a bastones llamaron más a Castillo que la plata de cualquier otro equipo del ascenso. No es para menos, la sangre que corre por las venas del jugador tiene un tinte Bohemio, que ninguna transfusión pudo, ni podrá cambiar.

Hoy, el verde césped (descolorido) lo recibió nuevamente en el León Kolbovsky. Salvador Pasini, el comandante de la nueva ilusión de Atlanta, por volver a la B Nacional, rápidamente lo puso a trabajar y hasta le dio la posibilidad de patear un rato, en un partido entre suplentes y juveniles. Se movió, jugó y hasta intentó demostrar algo de todo lo que sabe. Quizás sea una pequeña muestra de que está bien físicamente y en poco tiempo estará vistiendo la camiseta.

“Estoy bien. Vengo de un viaje muy largo. Estoy cansado, pero con una semana de trabajo voy a estar a disposición del técnico. Hice un trabajo muy bueno en Arsenal y estuve en las vacaciones entrenando”. Pero ese cansancio parece quedar algo olvidado cuando Castillo se pone a hablar de los objetivos que se plantea con su Bohemio: “Tengo todas las ganas de estar lo mejor posible. Después, aportar lo mío para este proyecto que se está gestando. El fin es que al final del próximo año, Atlanta esté en la Nacional B. Y en unos años, en Primera División”, se ilusiona Fantasía.

Por último, tras su regreso al club, Cristian no pudo dejar de recordar lo que ya vivió en el club: “Me vienen las imágenes del ascenso del 95. El recuerdo del vestuario, donde estuve casi 4 años en primera. Me da un poco de nostalgia no ver las tribunas, el estadio no está como cuando yo me fui, pero todo es para bien. Esperemos que el año que viene se pueda inaugurar la cancha y que sea con un título bajo el brazo”. Sí, Castillo volvió con todo. Y en poco tiempo, podrá volver a romper redes en la B Metropolitana. Bienvenido sea

¿Desde cuándo cambió de nombre Pachá?

Cuantos años tiene??

Sublime Matias…

Este muchacho es sinonimo de fiesta. El chino y Constanzo son dos grandes profesionales al lado de este.

Fuira Atlantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Que raro que no lo trajimos nosotros…

Y este thread??? :shock:

Acabamos de empatar y encima me pongo a leer esta mierda.

La concha de la lora, Castillo marmota hijo de puta.