Confirmado: Aguilar no tiene vergüenza

El museo de River

Señor Direc*tor:
"Creo que la tapa de la sección Deportes del miércoles 18 de noviembre, en la que aparece mi foto acompañada del título «Cuentas a rendir», ya estaba armada y escrita antes de la conferencia de prensa en la que presentamos el Instituto Universitario del Deporte River Plate.
"Considero que se aprovechó mi aparición pública para editar una nota que alguien tenía ganas de publicar a modo de opinión final respecto de mi gestión. Lamentablemente, sólo se le dedicó a la presentación de tan importante concreción una línea y media. Lo demás se pudo haber escrito el día antes o el día después, una semana antes o una semana después. Incluso, se pudo haber escrito el día en el que generosamente LA NACION cubrió y publicó, recientemente, una espléndida nota sobre otro orgullo de esta discreta gestión: el museo de River Plate.
"Pero no fue así. Se ignoró (precisamente LA NACION, que hace un culto de la difusión de temas educacionales) lo que significa la universidad que comenzará a dictar clases en marzo próximo. Parecería que era más importante aprovechar la foto del día para justificar esa nota aparentemente ya escrita antes del acto en nuestro club. En fin. No voy a extenderme en desmentidas ni en aclaraciones de todo lo que allí se dice con evidente encono y no menos evidentes inexactitudes. Sólo voy a señalar que si nos hubieran pedido el contrato respecto de la contratación de la pintura se hubieran enterado de que, una vez alcanzada la suma que los porcentajes de los jugadores avalan (unos 360.000 dólares), la empresa perderá automáticamente el derecho a lo que reste de esos porcentajes.
"Pero en Deportes del jueves 19 encontré las respuestas a los interrogantes que me provocó la extrañísima tapa del día anterior. La columna escrita por el señor Claudio Cerviño, que agregó tres palabras a la línea y media del día previo respecto de la Universidad del Deporte River Plate, escritas en un incidental, además, como aquello que podría no estar, explica las raras motivaciones periodísticas de ocultar con críticas una concreción maravillosa. Y si nuestra obra nunca llegara al museo… bueno, el museo, que también hizo esta discreta gestión, ahí estará para siempre.
“Por último, y con todo respeto, le digo al autor de la columna que sus palabras y su tono tienen la misma métrica y el mismo enojo que la de los hinchas disgustados de la platea General San Martín cuando el equipo anda mal. Lo que, lamentablemente, viene pasando seguido.”
[b]
José María Aguilar
DNI 14.901.819

[/b]

Esto fue lo que me encontré cuando el martes, como todos los días, estaba leyendo las cartas de lectores de La Nación. De pronto me encontré con una titulada “El museo de River” que me llamó la atención. Comence a leerla, y no entendía como podía existir una persona que piense de la manera que pensaba el autor de esa carta, entonces me detuve a fijarme el nombre del autor y tuve la grata sorpresa se encontrarme con el nombre “Jose María Aguilar” debajo de la carta. Aguilar ahora se dedica a mandar cartas de lectores, y encima se da el gusto de criticar a los medios. ¿Nos está tomando el pelo?

El museo de River

Señor Direc*tor:
"Creo que la tapa de la sección Deportes del miércoles 18 de noviembre, en la que aparece mi foto acompañada del título «Cuentas a rendir», ya estaba armada y escrita antes de la conferencia de prensa en la que presentamos el Instituto Universitario del Deporte River Plate.
"Considero que se aprovechó mi aparición pública para editar una nota que alguien tenía ganas de publicar a modo de opinión final respecto de mi gestión. Lamentablemente, sólo se le dedicó a la presentación de tan importante concreción una línea y media. Lo demás se pudo haber escrito el día antes o el día después, una semana antes o una semana después. Incluso, se pudo haber escrito el día en el que generosamente LA NACION cubrió y publicó, recientemente, una espléndida nota sobre otro orgullo de esta discreta gestión: el museo de River Plate.
"Pero no fue así. Se ignoró (precisamente LA NACION, que hace un culto de la difusión de temas educacionales) lo que significa la universidad que comenzará a dictar clases en marzo próximo. Parecería que era más importante aprovechar la foto del día para justificar esa nota aparentemente ya escrita antes del acto en nuestro club. En fin. No voy a extenderme en desmentidas ni en aclaraciones de todo lo que allí se dice con evidente encono y no menos evidentes inexactitudes. Sólo voy a señalar que si nos hubieran pedido el contrato respecto de la contratación de la pintura se hubieran enterado de que, una vez alcanzada la suma que los porcentajes de los jugadores avalan (unos 360.000 dólares), la empresa perderá automáticamente el derecho a lo que reste de esos porcentajes.
"Pero en Deportes del jueves 19 encontré las respuestas a los interrogantes que me provocó la extrañísima tapa del día anterior. La columna escrita por el señor Claudio Cerviño, que agregó tres palabras a la línea y media del día previo respecto de la Universidad del Deporte River Plate, escritas en un incidental, además, como aquello que podría no estar, explica las raras motivaciones periodísticas de ocultar con críticas una concreción maravillosa. Y si nuestra obra nunca llegara al museo… bueno, el museo, que también hizo esta discreta gestión, ahí estará para siempre.
“Por último, y con todo respeto, le digo al autor de la columna que sus palabras y su tono tienen la misma métrica y el mismo enojo que la de los hinchas disgustados de la platea General San Martín cuando el equipo anda mal. Lo que, lamentablemente, viene pasando seguido.”
[b]
José María Aguilar
DNI 14.901.819

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Esto fue lo que me encontré cuando el martes, como todos los días, estaba leyendo las cartas de lectores de La Nación. De pronto me encontré con una titulada “El museo de River” que me llamó la atención. Comence a leerla, y no entendía como podía existir una persona que piense de la manera que pensaba el autor de esa carta, entonces me detuve a fijarme el nombre del autor y tuve la grata sorpresa se encontrarme con el nombre “Jose María Aguilar” debajo de la carta. Aguilar ahora se dedica a mandar cartas de lectores, y encima se da el gusto de criticar a los medios. ¿Nos está tomando el pelo?

Vergüenza es robar!

Mmm… no, sino Aguilar viviría sonrojado. :oops:

Aguilar no tiene nada que a nosotros nos haga felices…

Si seguramente pierde los derechos federativos, pero derecho económico seguro que se lo quedan. Ambas cosas es gravisimo.

Salvo que tenga algún tumor maligno que no haya sido detectado hasta ahora.

alguien tiene o sabe donde se puede encontrar la nota…

toda nota que haga que aguilar responda como respondio es digna de ser leida:twisted::twisted::twisted::twisted:

no lo justifica nada a este tipo, aunque el lo intente

[b]HIJO DE MIL PUTA

[/b]

me suena muy raro… mas bajo no podia caer ya, hijo de puta con todas las letras:evil: y me quedo cortisimo…

Aguila y la concha de tu madre!!!

Aguilar sinverguenza??? Noooo, esto no lo creo hasta que no vea la carta escrita a puño y letra :roll: :mrgreen:

¿aguilar no tiene verguenza?pffff, eso ya lo sabía desde hace años

bueno, el museo, que también hizo esta discreta gestión, ahí estará para siempre.

¿Discreta gestion? imaginense si la gestion hubiera sido mala:roll:

mi gestion es discreta :mrgreen:

realmente un cararrota…q mas queda para decir terrible hijo de un camion de putas gordo putooo… andate a la tumba con el hdrp de israel!

Pobrecito…lo critican sin razón.

Andá a cagar.

¿Che tan poca plata tiene River,que ahora no se puede mandar ni una mísera carta?¿La única forma que tiene de quejarse es a través de un diario?

hijo de un camion relleno de putas…

cara de marmol tiene

Afianzar una obligación con porcentajes de jugadores, en un club donde no hay plata para comprar a Mercier, para traer a Rosales, para pagarle un préstamo a un equipo colombiano, ni para pagar 1 cuota de 10.000 dolares por un jugador de Tigre (dicho sea de paso, lo más espantoso y escatológico que vi en mucho tiempo), implica decir…Pintura x Jugadores.

Yo también puedo hipotecar mi casa, y decirle a mis viejos “si pago 200.000 pesos el acreedor hipotecario la come, no le doy NADA”, pero claro, no tengo 200.000 pesos por lo que mi endeudamiento equilvaldría a decirle al acreedor “tomá papi, acá tenés mi casa”.

HIJO DE PUTA :evil: