Carta de un hincha de River
No es un fin de año cualquiera, no hace falta que lo diga, todos lo saben muy bien. Mi año pudo haber sido bueno o malo en lo personal, pero lo deportivo marcara mi noche. A la hora de festejar, de brindar, del saludo final, aunque mi sonrisa esta marcada en el rostro, mi alma no será fiel a esa expresión, en lo más profundo de mí ser me estaré triste, pesado, dolido y sumiso.
Soy un pibe, aun, tengo 18 años nada más y acabo de terminar el colegio. Mi vida con la banda en el pecho ha estado marcada por mas desdichas que felicidades, he sufrido muchas más veces de las que me ha tocado festejar. El hincha de River no estaba acostumbrado a esto. El hincha de River era un amigo de las alegrías, un confidente con los festejos, y un hermano con los triunfos. El hincha de River llegaba a las fiestas a levantar la copa cansado de festejar, sabiendo que todo giraba en orden y que la vida le estrechaba la mano con gusto, le palmeaba la espalda. Hoy ya no es así. Me toco ser parte de la generación de hinchas de River mas sufrida que hay. Recuerdo haber contado algo de esto por muchos lugares, y las respuestas fueron “no, quédate tranquilo, ya va a encarrilarse la cosa”. Pero no fue así. La cosa no se arreglo. Hoy estamos en La B Nacional, damas y caballeros. Estamos jugando con equipos a los que, reconozco, no le conocía la camiseta. Tocamos fondo. Y cuando escucho por ahí a hinchas de equipos chicos decir que es fácil ser de River, yo ya no los entiendo. Habrá sido fácil antes, yo no lo tuve fácil, ni millones de jóvenes que comparten conmigo esta pasión que se llama River.
Hay gente que va a brindar con una sonrisa en la boca, pero una sonrisa sincera, ya que tienen la vida solucionada, las cuentas están llenas en el exterior y viven recorriendo el mundo con placer y alegría. Gente que se burlo del socio, gente que se burlo de la gente de River, del hincha. Gente que se cago en River. También hay otros que llevan un cartel de honestidad pegado en la frente, pero solo de la boca para afuera. Gente que llego con promesas inverosímiles, que engaño al hincha de una forma tan cruel y ruin que hay quien no se lo perdonara. Decir “Yo sé lo que quiere y le conviene al hincha” y después escuchar declaraciones mencionando que “La B le va a hacer bien a River”, y “Estamos felices porque se gano el campeonato económico”, mientras yo y millones de hinchas, de cualquier edad o religión, estábamos totalmente abatidos y derrumbados, llorando por los cielos al ver que se hacía realidad esa pesadilla llamada descenso, sin ver nada que no sea agonía, sin percibir siquiera algo que no sea sufrimiento y mas llanto… No, hermano. Hay cosas de las que no se vuelve. Si Bien esto es un deporte, un juego como dice mi hermano, este deporte me llega, mueve montañas mi pasión y mis sentimientos por River.
Es levantarse y seguir adelante, es intentar creer en esa frase que dice que de lo malo siempre viene algo bueno, es buscarle la verdad al dicho de dar un paso hacia atrás y dos hacia adelante, es buscar una esperanza, de mantener la fe en que esto se va a encarrilar como me decía mi viejo allá por 2005, cuando esta agonía recién empezaba, es mantenerme entero, y pelearle con uñas y dientes a quienes se mofaron y burlaron del Club al que amo, es buscar el camino que por fin y de una vez por todas nos lleve nuevamente al camino de la gloria, de la alegría, de los festejos tan especiales que genera poder decir Campeón, poder decir que estamos de vuelta, poder volver a escuchar a los rivales lamentarse porque en dos fechas se viene River. Y las penas pesan, es verdad, y quien no ha tenido días de mierda en los que te dan ganas de tirar todo al diablo y buscar una nueva vida, pero no, no lo haces, tu amor al Club, sus sentimientos, tu sangre roja y blanca te lleva a seguir a tu Club, a apoyarlo siempre, y a defenderlo de aquellos que osaron manchar su nombre, que se mofaron, que se burlaron y hasta se rieron de este gigante dormido. Mi lista negra me la guardo para mí, como dice una canción, yo sé bien quienes actuaron mal.
Por eso, al momento de brindar, levantando la copa, voy a poder tener la sonrisa en la boca. Mi alma estará destruida, pero mi fe y mi sentimiento al Club al que amo me ayudaran a pode mostrarme lucido, bien conmigo mismo y con los demás.
Y lo demás, en cuanto a cargadas se refiere la verdad que no me importa, si yo… yo estoy feliz y orgulloso de ser Hincha de River.
PD: No sabia donde ponerlo, queda a criterio de los Moderadores su ubicación.