Canje de bonos: Argentina da un paso para su vuelta al ruedo internaci

La imagen a finales de 2001 del ex presidente Fernando de la Rúa subiendo a un helicóptero en el techo de la Casa Rosada para abandonar el poder parece algo muy lejano. Pero han pasado tan solo ocho años desde que se produjo la peor crisis económica y social de Argentina, marcada por el corralito aplicado a los depósitos bancarios y la cesación de pagos de los compromisos financieros del país. Es decir, la entrada en default.

Recién en 2005 el entonces presidente Néstor Kirchner y su ministro de economía, Roberto Lavagna, abrieron un canje de bonos para los acreedores locales y extranjeros que tenían en sus manos papeles sin fecha de pago. En esa oportunidad se ofreció un canje sobre el monto vencido -que llegaba a los 81.835 millones de dólares-, por nuevos bonos pero con una quita del 65%.

El escándalo no tardó en llegar: argentinos, italianos, japoneses, estadounidenses –entre otros bonistas o holdouts- se negaban a perder ese dinero. Pero ante una obstinada posición del Gobierno argentino, finalmente el 76% de los bonistas aceptó la propuesta. El resto se dividió entre los que encararon juicios internacionales y los que decidieron esperar.

Cuatro años después de aquel canje, la primera mandataria Cristina Fernández de Kirchner –esposa de Néstor- y Armando Boudou, ministro de Economía, anunciaron a finales de octubre la reapertura del canje de deuda para los restantes 20.000 millones de dólares que aún quedan en default. En realidad llegaría a los 30.600 millones si se incluyen los intereses no pagados y otros conceptos por mora.

Dudas y certezas

Para poder llevar a cabo la reapertura del canje de deuda, el Gobierno de Kirchner envió un proyecto al Congreso para suspender la llamada “Ley cerrojo”, que impedía volver a negociar con los bonistas. En la Cámara de Diputados ya se le dio media sanción y ahora se espera la aprobación en el Senado.

Mientras tanto, falta saber algunos detalles, como el monto final del descuento que se hará sobre los bonos en default o los plazos que tendrán los nuevos papeles. Boudou se ha mostrado optimista en sus declaraciones a los medios sobre la aceptación del proyecto y cree que por lo menos un 60% se plegará a la propuesta.

Para Conrado Martínez, profesor de finanzas del MBA de la Universidad de Palermo (UP), es factible que el canje de bonos “llegue a concretarse. El objetivo es cambiar bonos en default por bonos performing –con cumplimiento regular- que sean más líquidos. La letra chica falta está por definirse, pero independientemente de eso los resultados pueden ser favorables”.

En esto coincide el Lic. Aldo Abram, director Ejecutivo del CIIMA, el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina que depende del instituto universitario ESEADE: “Es muy probable que el nivel de aceptación supere el 60% e incluso el 70%. Los bonistas que no participaron del canje de 2005 han comprobado, a estas alturas, que la Argentina no tiene ninguna voluntad de cumplir con sus compromisos. Además, la vía judicial se ha demostrado absolutamente ineficaz para el cobro de los pasivos impagos. Por lo tanto, es mejor tener un papel que tiene valor de mercado, paga intereses y amortización, antes que nada”.

En la actualidad, unos U$S 4500 millones de los más de U$S 30.000 millones en cesación de pagos están en manos de bonistas que tienen demandas contra el país. En Estados Unidos se encuentran vigentes al menos 163 demandas contra Argentina. Si bien por ahora no han logrado avanzar ni obtener embargos sobre fondos del país del tango, algunos grupos de holdouts y de fondos buitres (aquellos que compran deudas baratas para buscar cobrarlas en la justicia a mejores precios) dijeron en los últimos días que no cederán ante quitas menores a las de 2005.

El Lic. Cristian Alonso, asistente de investigación del Área de Economía del IAE (Universidad Austral) advierte que, en todo caso, el tema “es complejo, porque varias asociaciones de bonistas han recurrido a la justicia y al CIADI -Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones- y están a la espera de que los tribunales se pronuncien Hay que tener en cuenta que los tenedores de bonos que no aceptaron el canje de 2005, no aceptarán el nuevo -que implica peores condiciones- a menos que consideren que ésta sí ya es la última oportunidad de recuperar algo”.

Los más de 30.000 millones de dólares que Argentina dejó de pagar a partir de 2001 a los bonistas forman parte de una abultada deuda del país que hoy asciende a 149.800 millones de dólares. “La deuda argentina es una pesada carga, y lo será aún más a futuro teniendo en cuenta que los intereses que hoy devenga, y hay que pagar año a año, son sustancialmente inferiores a lo que tendría que pagar en caso de salir al mercado de capitales”, señala Martínez, de la UP.

Frente a otros países de la región, Argentina es una de las peores posicionadas en cuanto al tratamiento de su deuda y la posibilidad de mejorar su imagen en el exterior. “El problema argentino es la falta de credibilidad y la irresponsabilidad en el manejo de las cuentas fiscales. Brasil tiene un nivel de deuda superior, pero con un buen manejo de las finanzas públicas esto no es un problema”, detalla Alonso, del IAE.

Raúl Ochoa, director de la maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), confirma que para la mayoría de los países de la región la situación de la deuda “ha mejorado sustancialmente. Además de Brasil, que tiene más reservas que deuda externa, Chile también es un acreedor neto que ha creado un fondo soberano por 28.000 millones de dólares para evitar la apreciación de su moneda. Perú y Colombia también están en situación favorable. El excelente crecimiento de los años 2003-2008 le ha permitido a los países vecinos superar la crisis internacional sin demasiados sofocones”.

Club de París y FMI

Unos 7.748 millones de dólares son los que reclama el Club de París desde 2001, cuando se terminó la convertibilidad, es decir la paridad del peso argentino y el dólar 1 a 1. Los principales acreedores son Alemania, Estados Unidos, España, Holanda, Italia y Japón.

“Sin duda, refinanciar la deuda del Club de París y mejorar la relación con el FMI (Fondo Monetario Internacional) daría un gran impulso a los mercados y a la economía argentina. Para poder “arreglar”, lo único que se necesita es normalizar la relación con el FMI. El problema es que parece difícil que ese organismo pueda cumplir con las condiciones de monitorear la economía argentina en el marco del “Capítulo IV”. Los datos que le pueda proveer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), hoy, están en su mayoría distorsionados y no parece que esto tenga una solución a corto plazo”, explica Abram, del CIIMA ESEADE.

El famoso “Capítulo IV” consiste en la revisión de cuentas de la economía argentina, algo que el país no le permite al FMI desde 2006. Eso incluye los datos del INDEC, que cuenta con la constante intervención del ministro de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Además, las gestiones con el Club de París y con el FMI son clave para pertenecer al G20: los países miembro deben someterse a las auditorías del FMI. “Hay que dejar de dar vueltas y arreglar con el Club de París”, remarca Alonso, del IAE-. “Y hay que acabar con esa ridiculez de no permitir las auditorías del FMI. Todos los países del mundo son auditados. Es importante que exista una institución global que revise el estado de las economías para prevenir los desequilibrios y provea su visión única”, añade.

El Gobierno argentino ya firmó una carta de intención con los bancos Barclays, Citi y Deutsche para que encabecen la transacción con los bonistas. Además de cambiar los paleles en default por otros nuevos, se realizará una nueva emisión de bonos, parte en dólares y parte en pesos, que deberán aceptar los bonistas y pagarlos en efectivo. De esta forma, la administración de Kirchner recibiría fondos frescos por al menos 1.000 millones de dólares. Todavía no se saben los montos y los plazos que tendrán.

Ahora Kirchner y Boudou esperan que se terminen los trámites en el Congreso y en el exterior para poder efectivizar la reapertura del canje. El objetivo de fondo es bajar el costo del crédito en el exterior -que tiene tasas del 12% anual-; facilitarle a las empresas privadas la emisión de deuda y la llegada a mejores créditos en los mercados internacionales; propiciar la llegada de nuevas inversiones; y mejorar la imagen del país ante un pasado que todavía pesa en el imaginario internacional. ¿Pero podrá hacerlo?

“Cerrar este episodio de la deuda en default es un buen paso en el sentido de no estar totalmente aislado del mercado de deuda voluntario, indispensable tanto para el sector público como para empresas privadas”, dice Ochoa, de la UNTREF. De hecho, las empresas argentinas no emiten deuda en el exterior desde 2007.

Si el canje cuenta con buena aceptación, explica Aldo Abram, del CIIMA ESEADE, “veremos que la Argentina tendrá posibilidad de colocar bonos; aunque no en forma masiva, pero eso es mejor que el nulo crédito que tenemos hoy. Respecto de la tasa de interés, si los actuales excesos de liquidez internacional continúan, esto puede tentar a los inversores a colocar en papeles de alto riesgo, como los argentinos, a tasas que ronden el 10%. No cabe duda que un canje exitoso implicará un mayor flujo de capitales y menor percepción de riesgo, con un efecto positivo sobre la demanda interna”.

Sin embargo, además del tema de la deuda, Argentina tiene muchas cuentas pendientes por solucionar: “El clima anti inversiones no mejorará aún cuando el canje llegue a concretarse, a menos que haya decisión política al respecto”, advierte Conrado Martínez, de la UP.

Raúl Ochoa, de la UNTREF, cree que es difícil que lleguen nuevas inversiones genuinas porque “tienen que ver con el clima de negocios y sus perspectivas y en ese sentido pesan muy negativamente el conflicto (del Gobierno) con el (sector) agro, las restricciones a las importaciones, la captura (o estatización) de los fondos de las AFJP (jubilaciones), los insólitos subsidios a las tarifas y a los combustibles, etc. Todo eso hace muy difícil para un CEO de una filial argentina defender por qué conviene invertir en el país”.

En cuanto a lo que Argentina puede esperar de todo esto, Cristián Alonso, del IAE, vuelve al caso de Brasil: “la reapertura del canje le permitirá a la Argentina volver al mercado de crédito internacional. Pero de ahí a pensar que se podrá obtener financiamiento con tasas de 1 dígito suena a demasiado. Brasil con su solidez y la imagen que le ha vendido al mundo paga tasas de entre el 6% y el 7%. Para que nosotros lleguemos a ese nivel el Gobierno debería trabajar para recrear la confianza”.

Publicado el: 18/11/2009

Canje de bonos: Argentina da un paso para su vuelta al ruedo internacional

La imagen a finales de 2001 del ex presidente Fernando de la Rúa subiendo a un helicóptero en el techo de la Casa Rosada para abandonar el poder parece algo muy lejano. Pero han pasado tan solo ocho años desde que se produjo la peor crisis económica y social de Argentina, marcada por el corralito aplicado a los depósitos bancarios y la cesación de pagos de los compromisos financieros del país. Es decir, la entrada en default.

Recién en 2005 el entonces presidente Néstor Kirchner y su ministro de economía, Roberto Lavagna, abrieron un canje de bonos para los acreedores locales y extranjeros que tenían en sus manos papeles sin fecha de pago. En esa oportunidad se ofreció un canje sobre el monto vencido -que llegaba a los 81.835 millones de dólares-, por nuevos bonos pero con una quita del 65%.

El escándalo no tardó en llegar: argentinos, italianos, japoneses, estadounidenses –entre otros bonistas o holdouts- se negaban a perder ese dinero. Pero ante una obstinada posición del Gobierno argentino, finalmente el 76% de los bonistas aceptó la propuesta. El resto se dividió entre los que encararon juicios internacionales y los que decidieron esperar.

Cuatro años después de aquel canje, la primera mandataria Cristina Fernández de Kirchner –esposa de Néstor- y Armando Boudou, ministro de Economía, anunciaron a finales de octubre la reapertura del canje de deuda para los restantes 20.000 millones de dólares que aún quedan en default. En realidad llegaría a los 30.600 millones si se incluyen los intereses no pagados y otros conceptos por mora.

Dudas y certezas

Para poder llevar a cabo la reapertura del canje de deuda, el Gobierno de Kirchner envió un proyecto al Congreso para suspender la llamada “Ley cerrojo”, que impedía volver a negociar con los bonistas. En la Cámara de Diputados ya se le dio media sanción y ahora se espera la aprobación en el Senado.

Mientras tanto, falta saber algunos detalles, como el monto final del descuento que se hará sobre los bonos en default o los plazos que tendrán los nuevos papeles. Boudou se ha mostrado optimista en sus declaraciones a los medios sobre la aceptación del proyecto y cree que por lo menos un 60% se plegará a la propuesta.

Para Conrado Martínez, profesor de finanzas del MBA de la Universidad de Palermo (UP), es factible que el canje de bonos “llegue a concretarse. El objetivo es cambiar bonos en default por bonos performing –con cumplimiento regular- que sean más líquidos. La letra chica falta está por definirse, pero independientemente de eso los resultados pueden ser favorables”.

En esto coincide el Lic. Aldo Abram, director Ejecutivo del CIIMA, el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina que depende del instituto universitario ESEADE: “Es muy probable que el nivel de aceptación supere el 60% e incluso el 70%. Los bonistas que no participaron del canje de 2005 han comprobado, a estas alturas, que la Argentina no tiene ninguna voluntad de cumplir con sus compromisos. Además, la vía judicial se ha demostrado absolutamente ineficaz para el cobro de los pasivos impagos. Por lo tanto, es mejor tener un papel que tiene valor de mercado, paga intereses y amortización, antes que nada”.

En la actualidad, unos U$S 4500 millones de los más de U$S 30.000 millones en cesación de pagos están en manos de bonistas que tienen demandas contra el país. En Estados Unidos se encuentran vigentes al menos 163 demandas contra Argentina. Si bien por ahora no han logrado avanzar ni obtener embargos sobre fondos del país del tango, algunos grupos de holdouts y de fondos buitres (aquellos que compran deudas baratas para buscar cobrarlas en la justicia a mejores precios) dijeron en los últimos días que no cederán ante quitas menores a las de 2005.

El Lic. Cristian Alonso, asistente de investigación del Área de Economía del IAE (Universidad Austral) advierte que, en todo caso, el tema “es complejo, porque varias asociaciones de bonistas han recurrido a la justicia y al CIADI -Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones- y están a la espera de que los tribunales se pronuncien Hay que tener en cuenta que los tenedores de bonos que no aceptaron el canje de 2005, no aceptarán el nuevo -que implica peores condiciones- a menos que consideren que ésta sí ya es la última oportunidad de recuperar algo”.

Los más de 30.000 millones de dólares que Argentina dejó de pagar a partir de 2001 a los bonistas forman parte de una abultada deuda del país que hoy asciende a 149.800 millones de dólares. “La deuda argentina es una pesada carga, y lo será aún más a futuro teniendo en cuenta que los intereses que hoy devenga, y hay que pagar año a año, son sustancialmente inferiores a lo que tendría que pagar en caso de salir al mercado de capitales”, señala Martínez, de la UP.

Frente a otros países de la región, Argentina es una de las peores posicionadas en cuanto al tratamiento de su deuda y la posibilidad de mejorar su imagen en el exterior. “El problema argentino es la falta de credibilidad y la irresponsabilidad en el manejo de las cuentas fiscales. Brasil tiene un nivel de deuda superior, pero con un buen manejo de las finanzas públicas esto no es un problema”, detalla Alonso, del IAE.

Raúl Ochoa, director de la maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), confirma que para la mayoría de los países de la región la situación de la deuda “ha mejorado sustancialmente. Además de Brasil, que tiene más reservas que deuda externa, Chile también es un acreedor neto que ha creado un fondo soberano por 28.000 millones de dólares para evitar la apreciación de su moneda. Perú y Colombia también están en situación favorable. El excelente crecimiento de los años 2003-2008 le ha permitido a los países vecinos superar la crisis internacional sin demasiados sofocones”.

Club de París y FMI

Unos 7.748 millones de dólares son los que reclama el Club de París desde 2001, cuando se terminó la convertibilidad, es decir la paridad del peso argentino y el dólar 1 a 1. Los principales acreedores son Alemania, Estados Unidos, España, Holanda, Italia y Japón.

“Sin duda, refinanciar la deuda del Club de París y mejorar la relación con el FMI (Fondo Monetario Internacional) daría un gran impulso a los mercados y a la economía argentina. Para poder “arreglar”, lo único que se necesita es normalizar la relación con el FMI. El problema es que parece difícil que ese organismo pueda cumplir con las condiciones de monitorear la economía argentina en el marco del “Capítulo IV”. Los datos que le pueda proveer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), hoy, están en su mayoría distorsionados y no parece que esto tenga una solución a corto plazo”, explica Abram, del CIIMA ESEADE.

El famoso “Capítulo IV” consiste en la revisión de cuentas de la economía argentina, algo que el país no le permite al FMI desde 2006. Eso incluye los datos del INDEC, que cuenta con la constante intervención del ministro de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Además, las gestiones con el Club de París y con el FMI son clave para pertenecer al G20: los países miembro deben someterse a las auditorías del FMI. “Hay que dejar de dar vueltas y arreglar con el Club de París”, remarca Alonso, del IAE-. “Y hay que acabar con esa ridiculez de no permitir las auditorías del FMI. Todos los países del mundo son auditados. Es importante que exista una institución global que revise el estado de las economías para prevenir los desequilibrios y provea su visión única”, añade.

El Gobierno argentino ya firmó una carta de intención con los bancos Barclays, Citi y Deutsche para que encabecen la transacción con los bonistas. Además de cambiar los paleles en default por otros nuevos, se realizará una nueva emisión de bonos, parte en dólares y parte en pesos, que deberán aceptar los bonistas y pagarlos en efectivo. De esta forma, la administración de Kirchner recibiría fondos frescos por al menos 1.000 millones de dólares. Todavía no se saben los montos y los plazos que tendrán.

Ahora Kirchner y Boudou esperan que se terminen los trámites en el Congreso y en el exterior para poder efectivizar la reapertura del canje. El objetivo de fondo es bajar el costo del crédito en el exterior -que tiene tasas del 12% anual-; facilitarle a las empresas privadas la emisión de deuda y la llegada a mejores créditos en los mercados internacionales; propiciar la llegada de nuevas inversiones; y mejorar la imagen del país ante un pasado que todavía pesa en el imaginario internacional. ¿Pero podrá hacerlo?

“Cerrar este episodio de la deuda en default es un buen paso en el sentido de no estar totalmente aislado del mercado de deuda voluntario, indispensable tanto para el sector público como para empresas privadas”, dice Ochoa, de la UNTREF. De hecho, las empresas argentinas no emiten deuda en el exterior desde 2007.

Si el canje cuenta con buena aceptación, explica Aldo Abram, del CIIMA ESEADE, “veremos que la Argentina tendrá posibilidad de colocar bonos; aunque no en forma masiva, pero eso es mejor que el nulo crédito que tenemos hoy. Respecto de la tasa de interés, si los actuales excesos de liquidez internacional continúan, esto puede tentar a los inversores a colocar en papeles de alto riesgo, como los argentinos, a tasas que ronden el 10%. No cabe duda que un canje exitoso implicará un mayor flujo de capitales y menor percepción de riesgo, con un efecto positivo sobre la demanda interna”.

Sin embargo, además del tema de la deuda, Argentina tiene muchas cuentas pendientes por solucionar: “El clima anti inversiones no mejorará aún cuando el canje llegue a concretarse, a menos que haya decisión política al respecto”, advierte Conrado Martínez, de la UP.

Raúl Ochoa, de la UNTREF, cree que es difícil que lleguen nuevas inversiones genuinas porque “tienen que ver con el clima de negocios y sus perspectivas y en ese sentido pesan muy negativamente el conflicto (del Gobierno) con el (sector) agro, las restricciones a las importaciones, la captura (o estatización) de los fondos de las AFJP (jubilaciones), los insólitos subsidios a las tarifas y a los combustibles, etc. Todo eso hace muy difícil para un CEO de una filial argentina defender por qué conviene invertir en el país”.

En cuanto a lo que Argentina puede esperar de todo esto, Cristián Alonso, del IAE, vuelve al caso de Brasil: “la reapertura del canje le permitirá a la Argentina volver al mercado de crédito internacional. Pero de ahí a pensar que se podrá obtener financiamiento con tasas de 1 dígito suena a demasiado. Brasil con su solidez y la imagen que le ha vendido al mundo paga tasas de entre el 6% y el 7%. Para que nosotros lleguemos a ese nivel el Gobierno debería trabajar para recrear la confianza”.

Publicado el: 18/11/2009

Canje de bonos: Argentina da un paso para su vuelta al ruedo internacional

Uff economía. De bonos no entiendo un joraca.

Buena nota … mucha información, bien explicada, objetiva, imparcial … lo cual a esta altura, es mucho pedir lamentablemente. Ojalá ese fuera el nivel medio de las noticias en los medios.

Muy buena información. Ojalá se encuentre el camino para reducir la deuda externa sin volver al ajuste extremo de otras épocas

Es una muy buena medida por que sirve para liberar recursos fiscales o en su caso no tener que hacer ajustes en el gasto del estado para pagar deuda… ademas da seguridad a los acreedores que se aseguran que siempre va estar el pago asegurado… Bodou es un buen economista hasta ahora…

Excelente nota, salvo porque Boudou se llama Amado y no Armando :lol:

un tipo que tiene setenta años, va a vivir hasta los 100 años para que le devuelvan la guita?

Es buena la nota. Pensar que a Rodriguez Saa lo aplaudió el Congreso de pie cuando declaró el Default

dos cosas: a) que tienen que ver los plazos de pago con todo esto? y b) seriamente vos pensas que un fondo buitre es un viejito de 70 años?

1-El plazo de pago me parece una estafa, sumado a la imposición del descuento de 80 porciento que hicieron.
2- Un fondo buitre es gente que confió en su pais y decidió invertir acá. En tanto el abogado Nestor decidió invertir en el exterior.
A vos te parece que a un argentino que invirtió acá y le daban un interes del 11 por ciento, se lo trate así y luego se pide un credito a Chavez por el 16 por ciento.

1.- la inversion financiera es un riesgo en si misma… si escolaceas corres el riesgo de perder
2.- Los fondos buites no confian en paises solo confian en el broker que les recomienda las inversiones…
Si vos te referis a los bonos con los que se le pagan a los jubilados y otros acreedores del estado… esa es otra cuestion por que se los imponen y eso esta muy mal… pero el que se metio en timba financiera que se curta…

Cuando vi a los diputados aplaudiendo me quedé petrificado. ¿Y estos boludos qué hacen?!!?

Realmente no puedo creer que seas tan ingenuo de pensar en los fondos buitres como pobres viejitos de 70 años que confiaron en el país y fueron estafados en su buena fe …

Y ahora parece que van a sacar la ley cerrojo. Ja, una mierda van a pagar estos K. No saben de donde sacar guita, de la Anses, de la reserva del banco central, nadie les da un puto credito mas que el sorete de Chavez.


Nestor no es fondo buitre por que invirtió en el exterior, pero un jubilado si…
Una estafa es una estafa, no cambia quien sea la victima. El FMI tambien es muy responsable de eso.

sin mebargo es la reves… a raiz de estas medidas argentina vuelve al mundo financiero… del que , dicho sea de paso, nos saco el menemato y de la duda…
Ademas reitero la medida es inteligente en cuanto libera recursos fiscales para otros fines en el caso de que llegue a usarse el fondo de garantia…

Si se nota le cambian el parametro para calcular el riesgo pais, así no se espantan los inversionistas.

Argentina tiene un amplio colchón de reservas… ¿Alguien sabe si se utilizan para realizar colocaciones?

Yo pienso que si tenés 47 mil millones en reservas y usás 10 mil de eso, en bonos, la renta que te repercute da (un 3 o 4% anual) puede servir para financiar gastos sin aumentar la deuda: 3% de 10000 millones de dólares = 300 millones de dólares = 1150 millones de pesos por año, con tan sólo colocar en bonos parte de las reservas… Lográs dinero fresco, a costo cero. Claro que está el riesgo de que, frente a los juicios en danza, en algún juzgado embarguen los bonos colocados y chau… Por eso habría que invertir en países donde los tribunales de los fondos buitres no tengan injerencia…

PD: Los fondos buitres NO SON VIEJITOS QUE CONFIAN EN EL PAÍS. SON JUSTAMENTE, BUITRES que buscan desangrar a los deudores en los tribunales…

son todos buitres menos el banco credicop. 8|
Una estafa es una estafa, no importa quien es la victima sea una multinacional o sea un ricachón estadounidense que inviritió.

A ver si entendés lo siguiente: Los fondos buitre, se llaman así, no de casualidad, sino por su proceder similar a la forma de alimentación de los buitres: la carroña. Estos fondos son grupos de inversores especuladores, que dan vueltas por el mundo buscando bonos en default. Les pagan 2 pesos con 50 a los “estafados” (entre comillas, porque las finanzas son una timba en la que podés perder… si no fuera así, los bonos argentinos no pagarían mayores tasas, así que “sarna con gusto no pica”) juntan un enorme paquete de bonos y obtienen un enorme poder de negociación, pudiendo apretar a un gobierno que hasta ahora tenía acreedores aotmizados. En base a este apriete por múltiples vías y a la judicialización en última instancia, lo que buscan es sacar el mayor rédito posible, la mayor diferencia entre “compro por 2,50, vendo por millones”… No son ningunas víctimas, ningunos estafados… Saben muy bien lo que hacen y dónde se están metiendo… No son ningunos nenes de pecho.
Saludos.