“Yo soy el último wing del país…”
Una semana después del partido homenaje que le hicieron en Córdoba con Francescoli y Ruggeri, entre otros, la Araña repasa sus corridas y se proclama triste por la especie extinguida. Las bromas con Pumpido en River, y qué es de su vida por estos días.
Hace poco más de una semana, su partido homenaje fue presentado con el siguiente slogan: “El último wing”. Y sí, muchos de los presentes en la fiesta así lo creyeron (lo creen), él también, pero eso es sólo un detalle, un detalle que permitió abrir nuevamente el debate sobre esa posición, esa clase de jugadores casi en extinción y de paso recordar algunos destellos de Luis Amuchástegui, la Araña, el inagotable wing derecho de los 80 que brilló en Racing de Córdoba, San Lorenzo y el River del Bambino Veira, entre otros.
“Sí, yo soy el último wing del país, ya no quedan, no existen. Primero porque no hay muchos jugadores de esas características, y después porque los entrenadores tampoco juegan con ellos o buscan formarlos”, arranca la Araña sentado en el banco de suplentes del Miguel Sancho, el estadio del Racing cordobés, el lugar donde más llenó los ojos de la gente aquel muchachito rápido, goleador, habilidoso y con unos rulos inalterables.
—¿Cómo viviste este partido homenaje?
—Es raro, uno nunca se lo imagina. Es más que nada un símbolo de lo que hice, y estar con mis amigos, con compañeros, con tipos tan importantes como Francescoli o Ruggeri es una satisfacción muy grande, me deja tranquilo porque todo esto quiere decir que fui buena gente, que es lo que queda con el paso de los años: los recuerdos, las cosas lindas vividas con un plantel…
—Hablando de recuerdos: ¿el mejor gol?
—Uno a Independiente. Arranqué por derecha, pasé al arquero, me volví y lo gambeteé otra vez. Luego se me pararon dos en la línea del arco, Villaverde venía corriendo y se tiró de panza al suelo, pero me acomodé y después de marcar salí a gritarlo como loco. Fue tapa de casi todas las revistas y en esa semana todos hablaban de ese gol. Además de haber sido muy lindo, fue importante porque yo estaba en Racing y todo nos costaba mucho.
—¿Y qué recuerdos tenés de River?
—Yo era un jugador para River. Cuando estaba en San Lorenzo, el Bambino me llamó y me avisó que me iban a buscar. Yo, feliz. Si no hubiera sido por una lesión, que hizo que me vendieran a Mexico, yo habría seguido muchos años en River, y quizás Alzamendi habría sido transferido. Cannigia era más chico, aunque también pintaba bien. Es más, cuando leí que el Pájaro había dicho en Italia que aprendió cosas mías, fue un orgullo. Yo era un jugador para River, eso estaba muy claro.
—Con Francescoli parece que más allá de lo futbolístico también los une mucho cariño…
—Es que nos entendíamos muy bien tanto afuera como adentro de la cancha. Yo vivía haciendo bromas, algunas muy pesadas, y él se divertía mucho con todo eso, nos apreciábamos.
—¿De qué clase de bromas estamos hablando?
—Muchas, algunas bravas. Por ejemplo, una: Pumpido me puso caca en el picaporte del baño, yo abrí y me ensucié todo. Pero vino la revancha: le metí caca debajo de su almohada. Me quería matar cuando se acostó. La cosa es que antes, bueno, en las habitaciones de la concentración dormíamos varios. Otra importante se la hicimos al Tolo Gallego. Como las camas estaban sobre pilares, apoyadas sobre una base de madera, le sacamos la base con Pumpido y dejamos sólo el colchón. Llegó, se tiró y se mató de un golpe. Nos quería asesinar. Está claro que en la práctica siguiente no zafé del uñazo de su dedo chico.
—¿Te faltó algo?
—Creo que no. Siempre fui igual, nunca cambié. Le di todo a mi familia y viví bien con mucho y también cuando no tenía tanto. Jugué en clubes importantes, viajé, qué sé yo, uno siempre busca más cosas, pero me siento tranquilo de haber hecho grandes amigos.
—¿Y hoy qué hacés?
—Soy entrenador y trabajo con los muchachos de la Fundación Córdoba Fútbol, ayudando a los que necesitan de nosotros para salir de problemas, con partidos a beneficios, y viviendo de la mejor manera. Siempre queriendo ser feliz.
Fuente: Ole.com.ar
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