La sempiterna oligarquía quiere voltear a Cristina Kirchner y liquidar la alianza con Chávez.
El conjunto de propietarios y empresarios rurales inmensos, grandes, medianos, pequeños y arrendatarios, provocaron el mayor lock-out patronal desde los protagonizados por APEGE en 1975 y 1976, que permitieran el golpe genocida de 1976. El lock out patronal fue realizado por los productores capitalistas del campo argentino (los “chacrers” de Huergo), no de los pequeños campesinos autosuficientes, reunidos en movimientos que, como el Mocase, Apenoc, el MCC, el MCI, el Mocafor, el Mam, las Ligas Agrarias y otros, no participaron de la medida.
Tampoco lo hicieron los trabajadores rurales, pese a la posición propatronal del terrateniente Venegas, secretario general de su gremio y de las 62. El lock-out patronal generó una fuerte desestabilizació n al gobierno legítimo encabezado por Cristina Fernández, quien pareció no entender la magnitud peligrosa del enemigo que enfrentaba, eludiendo una rápida desactivación del conflicto. Lejos de haber concluido la batalla recién comienza, como lo prueban entre otras cosas, la maceración constante de los medios de comunicación en manos de las multinacionales, la reacción feroz del pool sojero ante la primera medida oficial que intenta frenar la sojización, la rebelión desatada de los chacrers, que claro está, ya no son los cahacareros que conocimos antaño.
Mucho menos son los que dieran origen al Grito de Alcorta, lo que explica la posición solidaria de la FAA con la SRA y CRA. Volveremos sobre el tema. El intentar ahogar en humo a Buenos Aires y el conurbano, provocando varios muertos y decenas de heridos, no hace más que mostrar que la oligarquía no trepidará en nada, como lo hizo siempre, para defender su ilegítima apropiación de la renta nacional e impedir cualquier proceso de reindustrializació n, y reconstrucció n del Estado nacional, con la consiguiente redistribució n del ingreso que obligatoriamente conlleva. Una manifestación de este plan desestabilizador, lo muestra el estado de guerra anticristina en que se encuentran las capas medias y altas de la sociedad como cualquiera puede constatar.
Esto ya lo probaron y lo pagaron caro Moreno, Castelli, Dorrego, San Martín, Bolívar, Sucre, Artigas, Irigoyen y Perón. El alto costo pagado por el gobierno durante 21 días, lejos de amansar a la vieja-nueva oligarquía la ha cebado, al comprobar con que facilidad puede bloquear todas las rutas del país –ahora sin ferrocarriles, el país es rehén de las rutas y los camiones- y desabastecer a las principales ciudades usando como mano de obra gratuita a los pequeños y medianos productores, junto a los nuevos chacrers montados en sus poderosas 4x4, y calzados de sus botas y sombreros texanos.
Y por qué no, munidos también de alguna escopeta o fusil como sostuvo uno de los chacrers, mientras con un cuchillo, con total impunidad, ante la mirada impasible de la gendarmería, se dedicaba a cortar los neumáticos de un camión. Cabe aclarar que los chacrers sojeros, como lo hacen habitualmente en el norte de Córdoba, en Santiago del Estero, Salta, Chaco, Formosa, Norte de Santa Fe, Misiones, Paraguay y Bolivia –hasta allí llegaron nuestros chacres sojeros- cuentan con fuerzas parapoliciales propias. Las utilizan para desalojar por la fuerza, a los campesinos centenarios que pueblan dichos territorios desde siempre, haciendo agricultura de subsistencia, ante la mirada cómplice de las autoridades provinciales y de la FAA. Incluso ha habido afiliados y dirigentes de la FAA vinculados a esta proceder en el Norte de Córdoba. Esas fuerzas armadas privadas, acompañaron a los chacres en los cortes paquetes, como lo prueba el alto grado de impunidad mostrado por los mismos. En particular en los días 25-26-27 y 28 de marzo, cuando lanzaron los “cacerolazos de teflón” en concordancia con el encuentro jurásico de Rosario.
El conflicto sigue y seguirá pues busca parar cualquier medio de distribución del ingreso y voltear a Cristina. Una mujer “soberbia, de tono provocativo”, pero también “débil, indefensa y de menor entendimiento” según la cultura machista-hispano- católica vigente en amplios sectores influidas por la sacrosanta Iglesia católica. Iglesia que hace algún tiempo preanuncia un “mal final y con mucha sangre” para el gobierno sacrílego –y demasiado amigo del diablo Chavez- de los Kirchner. Gobierno que había producido el 11 de marzo, -de manera desprolija, inconsulta e incompleta- una importante medida estructural para redefinir el modelo agropecuario. Esto es, retenciones justas en favor de la apropiación y redistribución de la Renta Agraria por parte del Estado Nacional para su uso nacional y social, conteniendo los precios de los alimentos que se habrían disparado a niveles siderales, dado la trepada internacional de los granos por la crisis del dólar y la irracional apuesta de Bush y Lula a los “biocombustibles” .
A su vez las retenciones diferenciales y móviles comenzarían a desmontar el monstruo sojero. Respecto de cómo se usará ese recurso, eso pertenece a otra discusión, pues como muy bien señalara el Ing. Horacio Giberti “nadie garantiza que si parte de esos recursos nacionales, fueran coparticipados serían mejor usados por los gobiernos provinciales” (4).