Sin ánimo de hacer política, ya que considero que la oposición es la misma lacra que el oficialismo, creo que el único soberano para extirpar el tumor maligno que tiene River son ustedes, los hinchas…los verdaderos hinchas.
River hoy no puede contar con su expresión más ruidosa, porque ese grupo es sinónimo de violencia y de connivencia con la dirigencia. Por ende, tampoco puede respaldarse en la CD, porque quienes supuestamente deben velar por la seguridad y la estabilidad social, económica y deportiva del club y sus hinchas, no son más que centinelas del Locarno, los balances grises y los Caniches de Oro Oberman y sus etcéteras…
Por si fuera poco, este perfecto triángulo se cierra con el periodismo, que sólo recurrirá a su imparcialidad si no le seducen el bolsillo o si tienen el tsunami encima.
Hoy a River lo endereza la gente de River, no “la gente de River y un hall”. El hall no es indispensable. No creo que la Plaza de Mayo fuera el sinónimo del comienzo del fin de De la Rúa. Un escenario no hace a la protesta. La protesta da vida a un escenario. Halls pueden ser sinónimo de protesta en un club o de un paquete de pastillas de menta, pero nunca serán sinónimo del nombre propio RIVER PLATE.
Es mi humilde aporte a la sensibilidad riverplatense. En un universo en el que los medios tienen sangre amarilla y hambre de noticias, no es necesario demonizarse para trascender. Con esto quiero decir que los mails, los carteles, las banderas, los halls, descubrir nuevos lugares como las calles, la AFA, las puertas de los canales de televisión, las marchas, representan un combo que si percute constante y pacíficamente y sin tercerizar el sentimiento, se transformará en una herramienta que paso a paso irá barriendo la suciedad del club. Si no tenemos una aspiradora, usemos la escoba, pero que la mugre no se acumule, porque si nos tapa, dejamos de respirar. Y si no respiramos, es porque estamos muertos.-
Abrazo, Matías.
PD: A Passarella sólo lo sostiene Aguilar, porque el presidente sabe que después del técnico, la gente va por él, cualquiera sea el resultado. A Passarella no sólo se le reclama su fracaso deportivo, sino su lazo con la dirigencia, su nombre asociado a grupos empresarios. La gente identifica a la barra, la dirigencia y al técnico como un todo.
No creo que la gente, si persiste el fracaso, se la tome con los jugadores en primerísimo lugar. Menos con un nuevo técnico. Se la va a tomar con la resaca de la tragedia: LOS DIRIGENTES Y EL PERIODISMO CÓMPLICE.